29 de noviembre de 2010

ATLETI 2 - ESPANYOL 3 - ¡QUE ALGUIEN ME AYUDE!

Hacía mucho tiempo que un partido de fútbol no me había dejado sentimientos tan contradictorios como me pasó el pasado sábado el del Calderón. Por ejemplo, no sé si realmente el Espanyol fue un justo vencedor, ya que el empate creo que no hubiese sido tampoco del todo injusto, y que, inclusive, hasta la victoria nuestra tampoco lo hubiese sido, considerando de que tuvimos más y mejores ocasiones que ellos. Lo que sí que sé es que el equipo catalán fue superior en bastantes fases del encuentro, demostró mucha mayor concentración de salida en ambos tiempos y que tenían muy claro que este partido lo habían considerado vital para sus intereses, mientras que nosotros … pues no sé, oiga, no sé.

No tengo tampoco claro el desarrollo de algunos de los tantos que se produjeron. El primero de los de Cornellá fue de una supuesta falta de Ufaljusi que no cometió. Eso sí, en el posterior lanzamiento de la misma, lo que sí que tengo claro es que en la barrera hay que poner hombres, y que alguien le debería de decir al señorito Reyes que el Atleti, tuvo, sí, sección de voleibol en su día, pero en la actualidad ya desapareció. Claro que, no entiendo tampoco por qué algunos árbitros sí que sancionan esas acciones, y otros no, tal y como ocurrió, sin ir más lejos, el pasado domingo en Anoeta, en otro lanzamiento de falta del propio Reyes que despejó como si del Pascual ese se tratase Xabi Prieto. El lanzamiento lo consiguió transformar Luis García, que, cómo no, nada más anotar el mismo, se dedicó a provocar a todo el personal, haciendo piruetas, golpeando el banderín y realizando su show particular de todos los santos años en sus visitas al Calderón. Ya saben, el organillo y el taburete. La cabra ya la personaliza a la perfección él mismo. Decididamente, este tipo no es un jugador de fútbol, sino un auténtico parásito de esos que pululan por esos campos de Dios, y que como no logran destacar por sus cualidades futbolísticas, hacen que se hablen de ellos por sus payadas sin fronteras sobre el terreno de juego. Algún día alguien se dedicará a exterminar a este tipo de parásitos que tanto daño causan al fútbol y que tanta violencia generan.

Del empate, al borde del descanso, no tengo tantas dudas. Un córner que sacamos, que Kameni pudo con Tiago en primera instancia, con Godín en segunda, pero que a la tercera de nuevo el portugués logro introducir el balón al fondo de las mallas. Fue un empate tranquilizador, pero engañoso, no se crean. Porque no entiendo cómo los goles psicológicos a nosotros siempre nos afectan, y sin embargo al rival, el pasado sábado, ni le inmutó, siguió haciendo las cosas igual de bien, no se rindieron jamás. Y todo con un equipo plagado de jóvenes canteranos. Por momentos, la envidia me corroía.

Sin embargo, el 1-2 (ya en el segundo periodo) me volvió a generar un mar de dudas, ya que viene precedido de una acción de Verdú (magistral toda la noche, también dicho quede) sobre Perea, que creo más una falta sobre el colombiano que una simple carga legal, ya que alarga el brazo para quitarse al defensor colchonero(que estuvo en su línea, como siempre, capaz de lo más mejor del mundo y lo más peor también del universo). Lo que sí que tengo claro, es que la jugada posterior, es una soberana cantada de De Gea al dejar muerto el balón al propio Verdú, que logró, probablemente, su justa recompensa al excepcional encuentro que realizó sobre el Calderón.

Empató de nuevo el Kun, tras una gran asistencia de Forlán, con maestría y sangre fría, y ahí pensé que el partido, ya sí que no se nos podía escapar. Hasta el empate daba por bueno. Pero, lo que son las cosas, y cuando sí, esta vez sí, por primera vez el Atleti era dueño y señor del encuentro, llegó el golazo de Osvaldo, en un remate que le entra uno dentro de un millón que haga, pero que no deja de ser igual de válido e igual de impresionante golazo. Y el 2-3 fue una losa que ya sí que no pudimos ni acercarnos de nuevo a levantar. Eso sí, mención especial al marcaje que le hace Perea al citado jugador argentino. A Luis Amaranto alguien le ha dicho que las miradas matan, y que con eso vale. Por favor ,que se le explique que es una fase hecha, nunca un hecho demostrado.

No sé si Simao jugó bien o estuvo sencillamente desastroso toda la noche a la hora del remate a puerta, ya que tuvo hasta 3 ocasiones clarísimas de las que él jamás suele errar. Lo que sí que sé es que el centro del campo españolista fue superior en control del juego al nuestro, dejando bien a las claras nuestras carencias en dicha parcela, que ya vienen desde bastante lejos.

No sé si el Atleti solamente aprieta cuando va por detrás en el marcador, y, mientras el mismo se encuentra igualado, se dedica a contemporizar esperando la genialidad de los dos de siempre. No sé si es una táctica, un vicio adquirido, o una puta paranoia mía. Lo que sí que sé es que el equipo ha perdido toda la fortaleza defensiva que tanto trabajo nos había costado lograr, y me pregunto, ingenuamente, si la desaparición de Assunsao y Domínguez de las alineaciones titulares tendrán algo que ver con dicha circunstancia. 5 goles en los dos últimos partidos, frente a un recién ascendido y un equipo que solamente había conseguido un tanto en el resto de sus anteriores encuentros como visitante. Al uno parece que nos dice su entrenador que es que se le ha muerto un tío, y digo yo que se le estará muriendo uno por semana, porque si cualquier trabajador cuando se nos muere un familiar nos tirásemos un mes sin acudir a nuestro puesto de trabajo, apañados iríamos. El canterano, sin embargo, dice que es un problema de baja forma. Curioso, porque el último encuentro que disputó en el Cuernabeu a uno le pareció de lo poquito salvable de dicho partido. Uno, sin embargo, ve a Spartaco Ufaljusi que comete fallos (de Perea ya ni les comento) y, curiosamente, no existe la misma vara de medir para ellos. No sé. Presiento que, por lo que sea, Domínguez no le cae bien a nuestro querido entrenador. Cojonudo, oiga. Sencillamente cojonudo.

Tampoco tengo claro si el Espanyol aguantará mucho tiempo ahí. Me dicen que solamente había conseguido un tanto en todas sus anteriores salidas, como ya he expuesto anteriormente. Tampoco sé el fondo del armario que tiene. Pero sí que tengo claro es que si aguanta todos los encuentros al ritmo que se marcó en nuestra casa, será difícil, muy difícil, echarles el guante. Eso sí, que no se engañen. No todos los rivales les van jugar tan abiertamente al ataque como lo hace el Atleti. Y ya veremos qué tal de desenvuelven en esas lides.

Menos aún tengo claro si son un equipo duro, rocoso o decididamente violento. En distintas fases del partido, tuve las 3 impresiones (Baena realizó una entrada criminal sobre Tiago que el árbitro ni siquiera sacó tarjeta, ver para creer). Ahora bien, lo que sí que sé es que si vemos que ellos nos dan, por qué nosotros también no damos, la verdad, que para eso estamos en nuestra casa. Es como si se enfrentasen un equipo de un orfanato contra uno de un colegio de pago. Y a nosotros el papel de niños pijo jamás no ha ido, la verdad.

Acabo ya de tanta duda. No sé si mis jugadores es que no tienen sangre, ni orgullo, ni dignidad, para ponerle de una puta vez las cosas claras al parásito ese que nos visita cada vez que viene por aquí (ya les he hablado de él, no quiero darle más importancia a dicho despojo humano), o es que a mi entrenador es precisamente lo que le sobra, realizando el lamentable espectáculo que hizo al final del partido cuando se fue a por el citado “Capitán Parásito”. Lo que sí que se es que, en un club normal, en todo caso, lo que suele pasar es al revés, el mister tiene que parar a sus pupilos, jamás al contrario. Es decir, el mundo al revés, situación que define a la perfección lo que es hoy en día el Atlético en su más cruda realidad.

EL CRACK DEL PARTIDO: El Kun por parte nuestra, que fue un peligro constante para la zaga periquita, y en el Espanyol, aparte del citado Verdú, me encantó también Márquez.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Quique Sánchez Flores. Un entrenador, por mucho que lleve razón y que un parásito como el Luis García haga lo que le venga en gana como siempre dando uno de sus famosos ya recitales de provocación, chulería y no saber estar (recuerden de la casa que viene, recuerden), no puede hacer el ridículo tan espantoso que hizo saltando como un puto gitano en busca del payo que le ha quitado el cocido de sus niños. Solo faltó el lanzamiento de huevo y la mierda de la Sole. Aparte de que, durante un encuentro, es absolutamente incapaz de realizar cualquier variante táctica para intentar modificar el desarrollo del mismo. No tiene ninguna imaginación, sus cambios son siempre sota, caballo y rey, cambio de cromos, y a otra cosa, mariposa. De Domínguez y Assunsao no hablo, reitero. Prefiero no tener que calentarme en exceso más de lo que estoy.

ÁRBITRO: No teníamos bastante con un Teixeira, que resulta que hay dos y todo. Horrible todo el encuentro, sacó tarjetas sin ningún criterio, perdonó otras evidentes … Pero el problema no es de él solo, es un mal endémico de todo el colectivo. Mientras sigan sin unificar criterios, y cada uno utilice a su bola el que Dios le ha dado a entender, será imposible que un arbitraje pueda contentar a nadie, porque siempre habrá un antecedente que diga la contrario. Un auténtico desastre.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (0 grados).

Lo pongo a como está la temperatura hoy lunes por aquí, y lo bajo, obviamente, 3 grados. Eran 3 puntos vitales, que nos hacen devolvernos crudamente a la misma situación en la que estuvimos en la pasada temporada. Y no hace falta que les recuerde cómo nos fue en el presente campeonato liguero.

Pocas más dudas tengo que comentarles, la verdad. Tengo que reconocerles que me llevé un palazo de los que hacía bastante tiempo que creía ya tenía superado. El sábado me acosté casi con lágrimas en los ojos, no pude dormir, y el domingo estuve todo el día mustio en casa sin querer saber nada ni nadie con respecto al fútbol. Y es que, la verdad, tampoco sé si merece la pena que siga mi fe Atlética durante más tiempo para recibir lo que estoy recibiendo a cambio. Por favor, que alguien me ayude.


22 de noviembre de 2010

Real Sociedad 2 - Atleti 4. Recuerdos del viejo Atocha.

Ayer llovíó todo el día en Anoeta, tal y como solía pasar cada vez que el Atleti visita el entrañable viejo Atocha. Quizás por eso, no salimos con la equipación azul modelo esquijama del que te regalan para Reyes (¡grande ayer!). Tampoco nos disfrazamos con la parte de arriba del citado esquijama combinado con ese pantalón rojo que tenemos pululando por casa que utilizamos tanto para pintar la habitación como para barnizar la mesa del cuarto de estar. Ni siquiera decidimos combinar nuestra rojiblanca con el dichoso pantaloncito rojo picardía. No. La memoria de los Arconada, Cortabarría, Górriz, Zamora, Periko Alonso, López Ufarte, Satrústegui y compañía bien merecía que el Atleti, al fin, saliese vestido como debe, de Atleti.

Siempre me encantó Atocha, lo reconozco. Ese fondo norte lleno de gente de pie, con la gente echándote el aliento en la nuca. Esas avalanchas en los tantos, que impresionaban al más pintado. Ese campo embarrado, esa garra y cómo volcaba su estadio la Real cada vez que apretaba los dientes hacia el marco contrario. Ahí las pasaba canutas hasta el más pintado, llámese como se llame. Por eso sus partidos allí solían ser siempre apasionantes. Fútbol del uno al once, en su más puro estado. Fútbol en vena, como me gusta muchas veces el decirle.


Ayer, Anoeta no estaba embarrado, debido a las mejoras técnicas que tienen hoy en día los césped, pero la lluvia cayó de lo lindo a lo largo de la jornada. Mejor para el espectáculo, dirán los más puristas. Pues, qué quieren que les diga, esos partidos con jugadores deslizándose sobre el terreno de juego como si de una pista de patinaje se tratase, esos balones divididos que disputaban dos rivales como si dos gladiadores se tratasen, también formaba parte del espectáculo. Evidentemente, corren otros tiempos, y tenemos que adaptarnos a ellos. Pero no está mal de vez en cuando echar un vistazo al pasado, máxime si este es tan enriquecedor como era el de este equipo en aquella época, que consiguió hasta 2 títulos de liga de forma consecutiva, y que era absolutamente impensable que hubiese conocido la segunda división en aquella época.


El partido lo empezó el Atleti queriendo llevar el peso del mismo, pero, como suele ser norma de la casa, la primera fue en la frente. Griezman puso un balón medido sobre el histérico de Parálisis Permanente Llorente (no le trago desde los tiempos del Pucela, no lo puedo evitar), Ufaljusi, hoy central en el primer tiempo, estuvo blandito tirando a contemplativo, y Joseba adelantó a los donostiarras a los 10 minutos de juego. Ese resultado, en el viejo Atocha, era prácticamente una sentencia final. Aquí, desgraciadamente, tienen una esperpéntica pista de atletismo que les impide al público someter a la presión que solían tanto a rivales como a árbitros. Créanme, a pesar de todo, en el fondo, no es bueno para nadie.


A continuación, los clásicos y genuinos minutos de agilipollamiento sumun del Atleti. Sus características las conocen ya a la perfección: balones rifados sin ton ni son, nuestros cracks (noten que hoy pluralizo la palabra crack, más tarde les explicaré el por qué) más perdidos que el ¿cantante? Bustamante a la hora de decidirse por un equipo de una santa vez, desorden, desconcierto, en una sola palabra, desolación.


Siempre tendré la duda de que fue si es que la Real lo vio demasiado fácil, o que el Atleti se empezó a centrarse un poquito, el caso es que, poquito a poquito, a partir de ese minuto 25 se empezó a ver algo de nuestro juego. Tiago empezó a mandar (esta vez, al fin, el portugués de claramente de menos a más, no como le pasa habitualmente), Mario Suárez apoyaba, Reyes lo intentaba, Simao se puso a currelar de verdad, y tanto el Kun como Forlán decidieron que tenían que ayudar en la construcción del juego si querían de una santa vez sacar algo positivo de allí, que 19 años ya son demasiados, leñe, y que nuestra lista de campos malditos empezaba a ser más larga que la cola del paro en la actualidad. La Real, por su parte, bien colocada en el campo, sí, defendiendo con orden, cierto, pero en el momento en el que pisaba terreno rojiblanco, se dejaba la pelota en el olvido. Con estos condicionantes se llegó al descanso.


Tenías dudas sobre cómo iba a comenzar la segunda parte. Si saldría la Real dispuesta a sentenciar, o el Atleti, por el contrario, seguiría con su línea increscendo. Ganó esto último, realizando mi equipo un muy buen segundo tiempo. Las intenciones de Lasarte, por su parte, quedaron claramente retratadas en el cambio que realizó de Gierzman, el único jugador donostiarra que tenía auténtica verticalidad y velocidad en su juego. Fue una clara declaración de intenciones, quería aguantar cómo fuese. Esta vez pinchó en hueso.


Mientras, Bravo empezó a entrar en acción, pero de verdad, especialmente en un perfecto disparo de Tiago en la segunda parte que hizo que el guardameta chileno volase como si del mismísimo Arconada se tratase (el mejor portero que han visto estos ojos sobre un terreno de juego, todo un auténtico espectáculo en su más puro estado, lo tenía todo el bueno de Luis María: colocación, reflejos, brutales vuelos sacando los balones de las escuadras, recuerdo que en aquella época hubiese dado mi brazo derecho porque hubiese vestido la rojiblanca, pero, ya saben, antes los jugadores eran de otra pasta, y a este sacarle de su donosti no lo logró ni el Atleti … ni Cristo bendito). El Kun se movía por todos lados, y creaba peligro pero de verdad. Reyes y Simao intercambiaban la banda constantemente. Forlán apoyaba y ayudaba en la construcción del juego, y presionaba con criterio. Es de esos minutos en los que no te mueves del sillón de tu casa, porque por mucha Real que tengas enfrente, por muchos 19 años sin rascar bola alguna, por muchas ganas que nos tuviesen, empiezas a tener claro que así, el tanto del empate iba a llegar. Porque sí, señores, el Atleti se puso a jugar al fútbol, pero de verdad.


Y llegó el minuto 70. Un balón que no se termina por despejar por parte de la zaga colchonera, termina dando en la mano de Tiago (penalti claro, que el árbitro es imposible que vea porque tiene delante a 345 jugadores de ambos equipos en post de la pelotita en cuestión), el balón llega a Reyes, éste se disfraza de Schuster y pega un majestuoso pase de casi 40 o 50 metros en busca del Kun, el argentino realiza un control del mismo solo digno de los más grandes, se va en ese sprint suyo en corto tan característico de su marcador, levanta la cabecita, ve el desmarque de Escándalo Forlán, y éste pone el empate en el marcador. Es una jugada tan sumamente excelente que sería capaz de volver a repetir el párrafo que les he escrito durante 7 veces más, y estoy convencido de que cada vez lo escribiría con aún mayor entusiasmo. Para guardarlo en el cofre de oro de nuestras mejores joyas.


Poco después, ahora sí, al fin se hace justicia, pero de verdad. Escándalo Forlán se deshace de Diego Rivas, abre hacia la banda que ocupó en la segunda parte Ufaljusi (el checo de lateral, Quique, de lateral), éste cede al primer toque sobre el Kun, y el argentino, desmarcado, fusila sin piedad a Bravo, eso sí, también hay que decirlo, en fuera de juego. Por muy poquito, pero lo estaba. Me la suda. La belleza de dicha acción bien merece este tanto. Llegado a este punto de la crónica, ahora fijo que el Sr. Arias me preguntará que qué ha dicho Cerezo. Te ahorro el trabajo, hermano. NI lo sé … Ni me interesa.


Parece que la Real está muerta, mientras que el Atleti se encuentra completamente desmelenado. Tiago lanza un extraño balón en profundidad sobre Forlán (extraño, por la forma de bombear que tuvo al mismo) el Uruguayo se planta de nuevo ante Bravo, el chileno intuye que Forlán le va a bombear el balón, pero Diego es un jugador tremendamente inteligente y percibe el movimiento del chileno, así que decide golpear el balón por debajo de él, el rechace cae de nuevo al Kun, que, falta de tan solo 7 minutos para el final, pone la sentencia definitiva al encuentro.


¿Sentencia? ¿He dicho sentencia? No escarmentaré nunca, joder. Siguiente ataque donostiarra, Godín no termina de despejar un balón, al final recae sobre Simao, el portugués decide hacer un slalon … ¡al borde de nuestra propia área!, el balón cae finalmente en los pies de Diego Rivas, y el excolchonero, de disparo ajustado, bate sin remisión a nuestro David. Quedaban 5 minutos, y juro que si tengo una recortada en esos momentos, es probable que hubiese un portugués menos viviendo en nuestro país. Era el minuto 40, quedaban 5 minutos, y la cosa pintaba fea.


Menos mal que en el descuento, Reyes hizo otra genialidad de las suyas. Pilló un balón, y en vez de irse al córner a hacer el retrasado, cómo hacen tantos y tantos compañeros suyos en tales circunstancias del juego, el utrerano decide encarar, se va de dos donostiarras en un pis pas, y cuando se iba ya del tercero, le cometían un flagrante penalti, que Simao, esta vez sí, y sin el Kun y sin Forlán en el campo (¿Por qué es imposible que ninguno de los dos acaben un puñetero partido entero, Quique?), lanzó con maestría para, al fin, poner el 2-4 en el marcador y darme el alegrón del fin de semana a un servidor. Después, escuché que hacía 19 años que el Atleti no ganaba a la Real (obviamente, en Anoeta no había ganado en su puñetera existencia), y, con la sonrisa bobalical que solemos tener al final de los encuentros cuando los ganamos los aficionados, me encendí un cigarrillo y, antes de acostarme, volví a recordar de nuevo a Atocha, ese viejo y entrañable Atocha, esos cohetes que tiraban al comienzo del encuentro y con los goles, recuerdos de Gajate, el bigote de Zamora, la rudeza de Cortabarría, la solvencia de Górriz, la clase de Zamora con su bigote, el pulmón incansable de Periko Alonso, el oportunismo bigotudo también de Satrústegui, el fútbol hecho arte por parte de Don Roberto López Ufarte … y, todo eso, bien merecía que volviese el auténtico y genuino Atleti de verdad. El que viste camiseta rojiblanca, pantalón azul y medias rojiblancas (aunque ahora creo que son azules, bueno está, aceptamos pulpo). El del contragolpe mortal de necesidad. El imprevisible, el genial, el genuino. Así pues que gracias a los dos por el encuentro de ayer.


EL CRACK DEL PARTIDO: Antes os indicaba que, hoy sí, hablaba de cracks en plural refiriéndome a mi equipo, y esto es debido a que ayer, sí que sí, el Kun volvió al fin a dar el nivel que yo creo que tiene y que puede dar. Volvió a ser ese jugador decisivo y letal que puede llegar a ser. Ayer dio gusto verle jugar y moverse por el campo. Ayer sí que marcó diferencias. Ahora, solamente le falta que siga en esta línea de cada 10 partidos, al menos, siete, y no en tres de cada diez. De todas formas, hay más gente que merece ser destacada. Impecable Perea, muy bien Tiago, fantásticos ramalazos de Reyes y la paliza que se da Simao, apareciendo por todas partes del campo. Hoy le leído a Futre que su compatriota merece la renovación. Sinceramente, yo también lo pienso. Por objetivos, por número de partidos disputados, como se quiera hacer, pero que, al menos, se intente. Se lo está ganando con creces donde se ganan estas cosas, en el campo. Por parte donostiarra, me gustó bastante Diego Rivas, un auténtico sttoper de los de verdad.


LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: No entiendo la suplencia de Domínguez, la verdad. Yo no he visto, en los partidos que ha disputado, ese nivel más bajo que dice haber observado Quique, pero el que entiende y manda en esto es él, así que a aguantarse tocan.


ÁRBITRO: Ayza Gámez. Ya lo he dicho por ahí. Hay penalti de Tiago, y fuera de juego milimétrico del Kun en su tanto. Eso sí, también hay una falta que lanza Reyes y que da en la mano de un defensor donostiarra, que si la barrera estaba pisando la línea del área (y por ahí andaba, no se crean) era también un penalti como un piano. En todo lo demás el arbitraje fue correcto.


TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 3 grados).


Reconozco que fue una victoria que me dio cantidad de alegría conseguir, que me puso a cien, que fue encima remontando, pero, señores, los números son los números, y la Real este año no deja de ser un equipo recién ascendido a la categoría. Aún andamos lejos del objetivo que, yo personalmente, al menos les he marcado, y, por lo tanto, lo dejo como está.


Y el jueves, los griegos del busero Cúper visitan el Calderón. Ojito, que es un entrenador que solemos tener bastante atragantado. Hay que ganar para asegurarnos matemáticamente nuestra clasificación, e ir a Alemania con ya único objetivo de ser primeros de Grupo, que debe de ser siempre nuestro objetivo. El ser primeros en todo. Desde luego, el antiguo Atleti que salía al terreno de juego en el añorado Atocha así lo hacía.


15 de noviembre de 2010

Atleti 3 - Osasuna 0. Necesitamos a Forlán.

Te necesitamos, socio. Porque eres el complemento perfecto del Kun, y viceversa. Porque eres nuestro auténtico crack de verdad, nuestro hombre resolutivo (máxime mientras el Kun siga inmerso en su pleno debate de dar el salto definitivo a crack o quedarse simplemente en excelente jugador). Porque la grada, a pesar de que te cueste conectar en algunas ocasiones con ella, en el fondo está contigo, y te apreciamos como intachable profesional que sabemos que eres. Porque el Club también te ha querido reconocer tu labor dándote el premio junto a Del Bosque que te ofreció el pasado viernes.

Olvídate de Quique, que, en el fondo, es el más interesado en que rindas como solo tú sabes, tío. Olvídate del Club si es verdad que te va ofreciéndote por ahí al mejor postor. Tranquilo, que a nosotros no nos van a engañar, y aunque te intenten poner sobre los leones, sabemos perfectamente quiénes son los responsables de este circo. Porque necesitamos tu movilidad, tu visión de juego, tu técnica, tu remate, tus goles. Porque, por ejemplo, el pasado sábado fuiste el jugador clave de todo el encuentro, partido que empezó con dominio pamplonica, pero que fue bien atajado por nuestra segura defensa (salvo la desastrosa primera parte de Luis Filipe) y por la seguridad y colocación de Gea. Porque ya avisaste tras una gran asistencia de Reyes, y no perdonaste el primero aprovechando la jugada del Kun y el regalito posterior de Ricardo, marcando un gol de 9 puro, de auténtico depredador del área.

Porque aprovechaste a la perfección otro pase en profundidad de Reyes, para realizar un buen control y lanzar un maravilloso pase al Kun, para que este rematase sin piedad a puerta vacía (algo sabemos del argentino, a puerta vacía no las falla, ahora hace falta que vaya superando cuando hay defensas, portero y demás), poniendo el 2-0 en el marcador que difulminó por completo a Osasuna, en donde solamente Juanfran y Aranda nos pusieron en aprietos de verdad.

Porque en el segundo periodo seguiste igual de activo, y volviste a conseguir (ya con 10 en el terreno de juego Osasuna por la expulsión de Monreal, tarjeta roja que el árbitro le había perdonado ya en el primer tiempo por dar con otro balón con la mano) otro maravilloso tanto, tras adentrarte en el área, recortar a un defensa pamplonés y poner el balón en la misma escuadra.

Por todo lo que nos ha dado. Por todo lo que todavía nos puedes seguir dando. Porque contigo así sigue creciendo en el mediocampo Mario Suárez, cada vez más afianzado en la posición de medio centro. Porque hasta Valera, a pesar de seguir reculando en exceso cada vez que le encara un extremo, de vez en cuando hasta parece que puede llegar a ser un jugador de fútbol y todo. Porque con tu efectividad, haces que los partidos sean cómodos en nuestro estadio. Te necesitamos, Diego. Contigo, el Escándalo está garantizado. Escándalo Forlán. Nuestro auténtico crack.

EL CRACK DEL PARTIDO: Si todavía os quedan dudas después de leer la crónica, hacéroslo ver, machotes. Por parte rojilla, Juanfran, un jugador que siempre que le veo no paro de preguntarme qué diablos pinta en el equipo rojillo. Está para bastantes más altos vuelos. Es un pedazo de interior derecho como la copa de un pino.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Luis Filipe, en la primera parte, que estuvo más perdido que Pepe en el concurso de Mister Universo, y el Osasuna en sí mismo. Un equipo que lleva tantos años en Primera, debería de aprovecharlos para ir creciendo poco a poco, y no conformarse con mantener la categoría y poco más. No es una cuestión de jugadores en este caso. Es una cuestión de ambición y de irse marcando objetivos a largo plazo, sí, pero siempre increscendo. Mirando hacia delante.

ÁRBITRO: Sin complicaciones. La expulsión de Monreal es justa, mal que balbucee el que lo quiera hacer.

Termómetro Rojiblanco (+ 3 grados).

No se mueve. Partido de obligado cumplimiento, máxime frente a un Osasuna blandito como un sugus de plátano. Nada que oponer, pues, a nuestra merecida victoria, pero tampoco nada que encumbrar en exceso. Se cumplió, sin más.

Ayer me ví, por otro lado, el Sporting – Trampa$. No. No voy a hablarles del Madrid. En este bloq no nos interesa nada que no sea más que los partidos en los que nos enfrentemos a ellos (ya quisiéramos hacerlo, por cierto, con el espíritu, la garra, la falta de complejos y la valentía con la que jugaron ayer los yogurines del Sporting, ¡qué envidia, no lo puedo evitar!) Voy a hablarles del Sporting, porque tiene a dos jugadores francamente interesantes, que nos vendrían de perlas, y que no creo que nos costasen ninguna millonada: hablo de Diego Castro y de José Angel. Un centrocampista con llegada que juega como los ángeles y un lateral que es un auténtico fenómeno, así, sin más. Sr. Trinchardt, menos viajecitos, y más mirar el producto nacional, por favor.

Y el domingo que viene, a Anoeta, otro de los múltiples campos que en estos nuevos tiempos que nos corren el Atleti es incapaz de ganar. Para vencer en ese partido, la receta es muy sencilla: demostrar personalidad sobre el terreno de juego y correr igual que el contrario. Con eso nos debe de bastar. Demuestren ambición, demuestren orgullo, demuestren el por qué visten esa camiseta. ¿Es tanto pedir?


8 de noviembre de 2010

MADRID 2 - ATLETI 0. EL PARTIDO QUE SE PUEDE PERDER.

10 Jornadas, y adiós a la Liga. Claro que, siempre podemos buscar excusas: calendario difícil, partidos que se pueden perder (esta frase últimamente la aplicamos ya con una frecuencia muy peligrosa), bajas, calendario criminal, errores arbitrales, mala suerte … Y puede que todas de ellas sean ciertas, o contengan, más bien, algo de verdad, pero la realidad, la cruda realidad es esta: en la Jornada 10, el Atleti se despide definitivamente de la disputa por el título de Liga. Otra temporada, pues, a freír espárragos. Y estamos en Noviembre. Sencillamente cojonudo.

Y no. No estoy loco. No me he visto, ni aunque estuviese en la pomada, me vería, como un serio aspirante al título liguero. Pero, dicho esto, me parece un rotundo y mayúsculo fracaso el encontrarnos en esta posición con tan solo 10 jornadas de Liga disputadas. Que cada cual saque su propia conclusión.

Pero venga. Vamos a tirar de excusas para analizar el partido de ayer. ¿Será por excusas?

Calendario difícil.- Pues sí. Está claro que el Bernabeu no es precisamente lo que se diga un campo fácil. Me hace mucha gracia cuando todos los obsesivos de las estadísticas nos machacan una y otra vez con el dichoso tema de que el Atleti lleva 11 años sin ganar un derbi. Es cierto. ¿Y qué? El Atleti, por desgracia, juega siempre este no contra un equipo irregular, o contra un equipo que unas veces está en primera, y otras en segunda. No señores, desengáñense de una puta vez. El Atleti juega el derbi frente al equipo con más presupuesto del mundo entero, junto al rival que más títulos tiene de todo el planeta. Y, como resulta que este partido, encima, para ellos también es importante, porque conocen la importancia que tiene esta rivalidad, el tema se traduce en que resulta altamente complicado sorprenderles, debido a la distancia en algunos casos sideral que hay entre los dos equipos, entre las dos plantillas, en definitiva, entre los dos presupuestos. Eso está ahí, y es un dato incontestable. Dicho esto, también no es menos cierto que podríamos complicarles mucho más la vida, que concedemos siempre situaciones absurdas, que no es de recibo que en tan solo 18 minutos te hayan hecho (una vez más, que llueve ya el tema desde hace tiempo) dos tantos con la suma facilidad que lo hicieron (el primero, obra de Carvalho, que entró como Pedro por su casa como si de un nueve clásico se tratase, el segundo, en una falta que lanza Ozil y que De Gea se traga de manera lastimosa, demostrando que sí, que es un porterazo y todo lo que ustedes quieran (que lo es) pero que no dejó ayer de cumplir 20 años y que está empezando su segunda temporada en la plantilla del primer equipo, es decir, un porterazo, sí, pero en pleno proceso de aprendizaje. ¿Conclusión? Si jugamos frente al equipo que lo hacemos, en su propio campo, y concedemos este tipo de facilidades, despídanse, señores. Lo que no puede ser, no es. Y el Atleti, aparte, está demasiado resignado a este tipo de suerte.

Partidos que se pueden perder.- Tranquilos, que aquí seguimos siendo fieles en el derbi. Como se puede perder, pues se pierde, sin más complicación. Ya todo el mundo está resignado a su suerte. De hecho, muchos Atléticos ayer ni vieron el partido, por temor no ya a la derrota, sino a la goleada. Pues estén tranquilos estos Atléticos, al equipo no le faltó dignidad ni profesionalidad sobre el terreno de juego. Lo intentó todo, de hecho. El problema reside en que, por un lado, el Madrid de Mourinho ha aprendido a defender pero que muy bien (lejos quedaron los tiempos en los que la defensa de Chamartín eran la representación más genuina y fiel de la verbena de la Paloma), y que , por otro, nosotros tenemos algunos jugadores sobrevalorados con el valor actual que tienen. Nos creemos que tenemos más de lo que en realidad son. Nos creemos que tenemos al portero titular de la Selección, cuando en realidad tenemos a un jugador, con unas condiciones excelentes, sí, pero en proceso de formación. Estamos convencidos de que tenemos a un jugador tan bueno como Messi, cuando no es ni el 20% de lo decisivo que es Leo en su equipo. Nos pensamos que tenemos unas bandas que son una mezcla entre Futre y Garrincha, cuando en realidad tenemos por un lado a un portugués que ya prácticamente no desborda a nadie en el uno contra uno, y a un sevillano que, sin ser ni mucho menos mal jugador, conduce, y conduce, y conduce, y vuelve a conducir el balón muchas veces en exceso. Y, todavía, cuando lo hace en campo contrario, bueno está. Pero cuando lo hace en el nuestro, ese error nos puede costar un tanto. Así sucedió, de hecho, en el primero de Carvalho.

Luego, hay otra circunstancia que me está empezando a desesperar también de forma notable en nuestra forma de no jugar al fútbol, y es el puto saque en largo de De Gea con el pie. En teoría, puede y debe de ser una opción para buscar una contra cojonuda, pero no puede convertirse en nuestro único recurso para empezar la jugada desde atrás. Primero, porque David bombea en exceso el balón, y nuestros puntas no son Tachkenko precisamente. Segundo, porque así no se juega al fútbol, señor Quique. Al fútbol se juega con el balón sacado y medianamente controlado desde atrás. Cuando saca en largo, el balón está perdido. Cuando se apoya en un compañero o utiliza su brazo, la jugada sale limpia y se genera peligro. De verdad que no entiendo en dónde hostia puta se encuentra el problema.

Bajas.- Está claro. Godín se nota, tanto en aportación defensiva, como ofensiva. Assunsao es imprescindible en este equipo. El equipo carece de una completa carencia de profundidad de banquillo, y encima, muchas veces, Quique se empeña también en no querer saber nada más del mundo externo. No quiere mirar a la cantera, ni para tan siquiera darles algún que otro partido en partidos de Copa del Rey o frente a rivales en Liga o en UEFA para que se vayan fogueando poco a poco. Aparte, el Club le quita al jugador que más minutos disputó la temporada pasada con él, y que consiguió creo que unos 12 tantos, a última hora, como siempre, y no se preocupa de tener antes al sustituto atado y bien atado. Como ven, todo el mundo tiene su parte de culpa.

Calendario criminal.- Pues sí, pero no como para estar a tantos puntos ya de la cabeza de la Liga. Aparte, ¿No se supone que somos el Atleti, tercer Club de España por historial, actual campeón de la Europa League y de la Supercopa de Europa? ¿Por qué siempre consideramos “criminal” a nuestros rivales, y sin embargo ellos no nos ven así? ¿Por qué el Calderón es un campo hoy en día accesible para la conquista de puntos? ¿Por qué el Atleti en Liga fuera de casa solamente ha ganado en San Mamés desde hace casi ya una temporada entera?

Errores arbitrales.- Una vez más, ayer tampoco tuvimos suerte con el Sr. Lahoz (para mi, un magnífico árbitro, conste en Acta). El primer tanto madridista viene precedido de una falta de Xabi Alonso sobre Reyes, por andar, como ya he dicho antes, el sevillano, haciendo el puto gilipollas en zonas en las que está prohibida el hacerlo. El segundo tanto viene también de una falta de Domínguez más que rigurosa, aunque mereció ser tanto finalmente tanto por la paupérrima barrera que colocó De Gea, como por su posterior estatua, encima, echándole la culpa al pobre Reyes, que lo único que intentó fue que el balón no llegase al fondo de las mallas. Un portero SIEMPRE tiene que estar a todas, y no quedarse mirando al empedrado mirando a tal o cual. Que le sirva de lección. Y, con el 2-0 en el marcador, se comió, esta vez sí, un error inexcusable, un clamoroso penalti por mano de Xabi Alonso dentro del área. Ahí no hay nada que interpretar, ya que el brazo está completamente despegado y el balón va hacia dentro de la portería. Pero, dicho esto, la pregunta del millón de dólares es, ¿Con el 2-1, el Atleti hubiese estado más cerca de empatar, o, por el contrario, hubiese servido para que el Madrid apretarse los dientes de nuevo y nos clavase un par de chicharros más? Yo no soy adivino. La pregunta la dejo en el aire.

Mala suerte.- Pues ayer no nos acompañó tampoco en exceso en el zambombazo de Forlán que dio en el palo, ni en otra jugada del Kun por banda que no llega el uruguayo por un pelo, ni en un zambombazo de Reyes en los que Casillas se luce … Pero también Sergio Gramos falló un cabezazo delante de De Gea, Higuaín lanzó una preciosa volea al poste … Y es que, al final, todo el mundo tiene mala y buena suerte durante el desarrollo de un encuentro.

Así que, una vez más, se acabó otro derbi (uno más) con una nueva derrota. Y quizás, de todos los encuentros que disputamos durante toda una temporada, sea el único partido que realmente merece la etiqueta de que “se puede perder”. Ya llegarán tiempos mejores …

EL CRACK DEL PARTIDO: Mario Suárez me volvió a gustar bastante, pero me quedo con Domínguez, que estuvo hecho un auténtico coloso. Y, por cierto, Valera, aunque sigue sin saber defender, pero no estuvo tampoco mal del todo. Por parte madridista, da gusto ver jugar a Xabi Alonso, la verdad, aunque su línea defensiva rayó también a gran altura.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Luis Filipe no estuvo bien, pero esta vez señalo al Kun. En la temporada que debe de ser en la que de el salto definitivo, de momento, mucho gol a puerta vacía, y poco más, Nicolás. A los grandes cracks hay que verles en este tipo de partidos, y me defrauda una y otra vez ver siempre al argentino tan perdido . Tiene unas condiciones inmejorables para ser un auténtico crack. Pero, desengáñense, señores, ahora mismo NO LO ES. Así de simple.

ÁRBITRO: Lahoz. Bien en el desarrollo general del encuentro, mal en las decisiones que he comentado antes. Aún así, para mí no influyó en el resultado final, porque el Madrid fue superior cuando lo necesitó y mereció ganar, porque, sencillamente, es mejor que nosotros. No le den tampoco más vueltas al tema.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+3 grados).

Tampoco lo bajo hoy. Ya saben … “Otro partido que se puede perder”.

Y aquí se acabó el derbi. Un derbi sin el Frente en las gradas, por cierto, debido a los precios del Sr. Florentino (65 del ala en el quinto coño un puto domingo a las 21 h.). Pero, ya saben, no pasa nada. Cerezo&Gil nos muestran siempre el camino a seguir. Han conseguido eliminar de un plumazo al Madrid uno de los rivales que siempre les ha resultado más duros y correosos. Y también han convertido en lo que era el partido del año para los Atléticos, en un encuentro que muchos ni se contemplan la posibilidad de ver. Que ustedes, mis queridos delincuentes, lo disfruten, pues.


5 de noviembre de 2010

Rosenborg 1 - Atleti 2. Tiago, qué bueno que volviste.

De paso, has conseguido que el titular de esta crónica cambiase por completo, porque lo del partidito de ayer … Tela, telita, tela. Y eso que mejor no nos pudieron comenzar las cosas: tras un buen centro de Raúl García (que jugó pegado en banda derecha, donde demostró en el primer tiempo sus buenos desplazamientos de balón, así como su falta de velocidad para defender ocupando esa posición, Quique y sus inventos, ya saben), a punto estuvo de llegar Diego Costa para remachar el primero. Y, justo después, otro fenomenal cambio de juego del navarrico fue a parar a las botas de Simao, y este puso el gol en bandeja al Kun, para que, en claro fuera de juego, por cierto, consiguiese el 0-1. La cosa empieza rodada … para cualquier equipo, menos para el Atleti, claro está.

Y el caso es que, en el primer tiempo, al menos, se controló el partido, a pesar del recital de balones al contrario que dio Tiago durante el desarrollo del mismo. El propio jugador portugués marró una ocasión clarísima por precipitarse en el remate, y Diego Costa tuvo otra ocasión cantada. Mientras, los noruegos, a lo suyo: balonazo buscando a sus tanques, y a ver si cazan segunda jugada. Un recurso demasiado pobre como para poder ponerte en serios apuros, salvo cuando Perea empieza con sus cosas: que si mido mal un balón para despejar de cabeza y me la trago, que si hago una absurda e innecesaria falta al borde del área … Lo dicho: las cosas de Perea.

Lo del segundo tiempo, sin embargo, es algo difícil de poder expresar. Es como si Quique hubiese dicho a los jugadores que se quedasen en el descanso, y hubiese decidido que 11 de los 20 animosos colchoneros que estaban ayer en las gradas animando a nuestro Atleti (honor y gloria para ellos), como premio a su fidelidad, podían disputar la segunda parte. Sinceramente, me recordó al Atleti verbenero de viejos tiempos. Desconcierto total, pases sin sentido alguno, pérdidas constantes de balón, despropósito va, despropósito viene, la banda de Antonio López parecía el Retiro cualquier domingo soleado a las 12 de la mañana, con todo Cristo campando a sus anchas … Hasta De Gea se contagió del esperpento general, y se tragó un balón por debajo de las piernas que supuso el empate a uno nada más comenzar este periodo. Y pudo ser peor, mucho peor, porque los noruegos, con lo que les he dicho, zambombazo al área y a buscar segunda jugada, nos creó más problemas que tiene hoy en día la Pantoja con la justicia española. El único que mantuvo un poco el tipo fue Domínguez. De los demás, prefiero no hablar, porque no saldría nada bueno de mi boca. Fue tal el camarote de los hermanos Marx en que se convirtió mi equipo, que hasta otra vez De Gea salió estúpidamente a por un balón que se perdía por la línea de fondo, lo quiso proteger, se confió y el jugador noruego le robó el balón y casi nos hace recordar a un tal Vieri metiendo un maravilloso gol en el Calderón frente al Panathiniakos en Copa UEFA, si mi sufrida memoria no me falla. Menos mal que Christian ahí demostró que era un delantero sideral, mientras que el colega del Rosenborg es un compañero del metal. Ver para creer.

Quique dio entrada a Forlán, y, ¡coño! Al menos, un jugador del Atleti que intenta bajar el balón al suelo y combinar con un compañero. También sacó a Mario Suárez, que ¡al fin le vi algo! El chaval se adueñó del centro del campo y no rifó ni un solo balón. De hecho, tan decisiva fue su entrada como el propio tanto de Tiago. Les reconozco que estaba deseando escribir algo bueno del chaval, porque me cae de cine. Veremos lo que dura.

A todo esto …¡Qué ven mis ojos! Diego Costa, en una (en la única) buena acción individual que realizó, a punto estuvo de anotar el injusto 1-2. Mientras, los noruegos, a lo suyo: otro compañero del metal (¿o era el mismo? Qué se yo uno rubio y alto, joder) falló un gol a puerta prácticamente vacía y desde el área pequeña. Entre estas acciones y su entrañable entrenador (es la vida imagen del prototipo de abuelito que todos hubiésemos deseado tener), el Rosemborg estará siempre dentro de mi corazón.

Y, en medio de tal desbarajuste de partido, llegó el minuto 84. Tiago roba un balón en el centro del campo, hace un caño por aquí, un par de regates por allá llevándose el balón con fuerza y calidad, avanza, Forlán le tira el desmarque, pero el portugués decide soltar un latigazo impresionante desde fuera del área que se cuela por toda la escuadra del guardameta local. Un gol digno de entrar en los anales de la historia de los mejores tantos conseguidos en Champions, logrado en un partido digno del Poliderpotivo Municipal de Orlittlehouse (Orcasitas, para los no iniciados). Esperemos que este tanto le sirva al portugués para consolidarse definitivamente en el puesto y demostrar todo el fútbol que lleva dentro, que, por la belleza, plasticidad y clase con la que consiguió el mismo, parece que es bastante.

Por lo tanto, se aclara el grupo, y, siempre y cuando ganemos al Aris Salónica en casa (prepárense, el autobús del Sr. Cúper está a punto de partir), en teoría, nos jugaremos el primer puesto en Alemania. El objetivo, por lo tanto, tiene pinta de cumplirse. Eso sí, con la deplorable imagen mostrada en el segundo periodo, dignificamos muy poquito nuestra imagen de actual Campeón del torneo, y, sinceramente, es una pena, oigan. Una pena.


2 de noviembre de 2010

Atleti 1 - Almería 1. El futuro es incierto.

No me está gustando nada las circunstancias y cómo nos está yendo esta temporada, la verdad. Tengo la impresión de que está volviendo la época de fatalismos, tremendismos y demás. Lesión tras lesión, infortunio máximo cara a puerta, con llegar 2-3 veces a puerta nos hacen un tanto los rivales, falta de concentración en los momentos cruciales de los encuentros, mala suerte con los arbitrajes … El caso es que ya estamos a 9 puntos del equipo que entrena la Belén Esteban del fútbol español, lo cual quiere decir que, de seguir en esta proporción, es fácil que nos lleguen a superar hasta en más de 30 puntos. Un auténtico bodrio. Y mira que me jode, pero tengo que dar la razón al Sr. Del Nido … ¿Y por qué el resto tenemos que aguantar este tipo de humillaciones gratuitas? Imaginaros qué preciosidad de liga quedaría con los 18 restantes …

Porque claro. ¿Qué aspiraciones puede tener un equipo como el mío, que es incapaz de ganar a un Almería en casa? Y lo jodido es que no logró la victoria jugando bien por momentos, con un muy buen primer tiempo, cargado de ocasiones y de buen fútbol. Porque el partido no estuvo mal, ni muchísimo menos. Fue un partido entretenido, en la que el equipo andaluz no dio tampoco mala imagen, y, aunque la victoria nuestra hubiese sido incontestable (Diego Alves realizó un encuentro memorable), tampoco considero que el empate final sea injusto, ya que el rival también tuvo sus opciones, estuvo bien plantado en el campo, y en el segundo tiempo, nos inquietó algo más de la cuenta.

Lo que me repatea sobremanera no es que necesitemos 19 ocasiones de gol para conseguir un tanto (Forlán, aunque con algo mejor de aptitud, sigue en estado de hibernación, mientras que el Kun sigue sin subir ese escalón definitivo que yo le exijo para dejar de considerarle el proyecto de crack que pudo ser y que nunca pasó de buen jugador, a secas). Aunque me exaspera, tampoco culpo a Teixeira por sacar incomprensiblemente fuera un clarísimo penalti sobre Reyes nada más comenzar el encuentro. Con este árbitro, creo en su buena fe, proporcional, posiblemente, a su incompetencia sobre un terreno de juego. Tampoco me enfada en exceso que el equipo de a veces la sensación de decaimiento, o de no tener las ideas muy claras, y de abusar un tanto del centro de Luis Filipe al área como único recurso atacante. Ni siquiera me mosquea ya que saquemos casi 15 saques de esquina y las tres cuartas partes de las oportunidades ni lleguemos siquiera al primer palo, como si nos cambiasen el esférico que usamos siempre por uno de acero macizo.

Lo que indigna de verdad es que este equipo no sea capaz de manejar los momentos trascendentales de los encuentros, que es cuando nos dan los hachazos definitivos y nos dejan sencillamente cao. Faltando 5 minutos para el descanso, con el 1-0 (resultado corto, entiendo), y viendo que el rival ya te ha avisado con un lanzamiento al palo de Uche, y con otro pedazo de disparo, creo recordar que del nigeriano también, que De Gea convirtió en una de las intervenciones más bellas que uno recuerda a un guardameta sobre un terreno de juego, seamos incapaces de controlar esos momentos claves, plantar nuestros cojones y demostrar que somos un equipo serio de verdad. Esta sensación de inseguridad me produce un desasosiego terrible, tal y como ocurrió con el tanto de Piatti (¡cómo no!) al borde del descanso. Observen que ya son demasiados equipos a los que se les da bien enfrentarse a nosotros, y demasiados jugadores que nos hacen tantos con la misma facilidad como con la que yo me tomo chupitos de licor de café.

Y claro. Todo tiene que volver a empezar de nuevo. Pero las fuerzas no son las mismas, tu mejor jugador hasta el momento lo has tenido que quitar en el descanso por su enésimo pinchacito en el lóbulo inferior de la oreja derecha, la gente se pone más nerviosa, en el banquillo hay lo que hay, y vuelta a empezar. Tal y como ocurrió en la temporada pasada. Tal y como viene siendo, desgraciadamente, habitual a orillas del Manzanares, otrora campo difícil, y en el que ahora saca tajada hasta el Dínamo de Puertollano. Y este, definitivamente, no es el camino de llegar a conseguir nada. Así no se va a ningún lado, está claro.

EL CRACK DEL PARTIDO:El primer tiempo de Reyes, y algunos detalles de Tiago, por parte nuestra. Por parte visitante, Alves, desde luego. Su encuentro fue una extraordinaria exhibición de lo que es un guardameta, pero de verdad, de los buenos. De los que rechaza siempre el balón fuera del área hacia un lado (salvo en el fenomenal testarazo de Reyes en nuestro primer tanto, claro que ahí bastante hizo con pararlo). De los que está siempre bien colocado en su portería, sin perder nunca su noción del espacio. Y de los que son capaces de realizar paradas tan extraordinarias como la que antes comenté de De Gea, en una mano igual de espectacular que le sacó a Tiago cuando todo el Calderón cantábamos el gol (y que el árbitro, incomprensiblemente, no concedió el consiguiente córner, ver para creer). Y sé que no es popular, pero me sigue gustando el juego y la movilidad de Simao. También, por lo tanto, merece nombrarle en esta sección.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Quique sigue sin gustarme con sus cambios (mientras un partido va con empate en casa, prohibido quitar a Forlán, por Dios, eso es una regla máxima, por muy mal que ande el uruguayo). Tampoco entendí el cambio de Tiago por Raúl García, cuando el portugués, aunque poquito a poco, sigo viéndole cada vez mejor, con más presencia sobre el terreno de juego, pero más que personalizar esta vez en nadie y señalar con el dedo, lo que me repudia ese estado de conformismo que se empieza ya a respirar en todos lados. Estamos a 9 puntos del primero y parece hasta normal. Se nos escapan puntos absurdos en el Manzanares y parece medio normal. Fuera de casa conseguimos una victoria cada 5 meses y nos parece medio normal. Estamos todos prácticamente ya derrotados y hasta alicaídos de cara al derbi y nos parece medio normal. Y todo esto, desde luego, no es ni medio normal.

ÁRBITRO: Teixeira.Es uno de los pocos que no me disgusta, pero su error en el penalti que sacó fuera del área no es, por cierto, ni medio normal tampoco.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+ 3 grados).

Digo yo que si en próximos partidos sacamos casi 20 córners a favor, disparamos en más de 20 ocasiones a puerta y demás, seremos capaces de conseguir al menos algún tanto más. Peor sería que no seamos capaces de crear nada, así que, más por la imagen que por otra cosa, pero lo dejo como está.

Y el Jueves, a Rosenborg, a empezar a tomarnos en serio que nuestro título conseguido en la Europa League sí que entra dentro de nuestra normalidad. Que somos el Atleti, coño …


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