28 de octubre de 2013

Atleti 5 - Betis 0. Estos muertos están muy vivos.


Los aficionados somos muy dados a ponernos siempre nerviosos con cualquier circunstancia, aunque el equipo vaya como una auténtica seda,  como es el caso del Club Atlético de Madrid. Si los resultados van mal, obviamente, buscamos culpables por todos lados, y si las cosas van dabuten, pues buscamos crisis y fantasmas donde, sinceramente, uno piensa que no los hay. ¿El ejemplo? Dos de los hombres de la manita de ayer: Oliver Torres y David Villa.

El canterano ha llenado un montón de tuits y de post por ahí llegando a asegurar que se encontraba apartado del equipo y tal. Pues hala, ayer, titular. Porque una cosa es que al Cholo maneje el vestuario y determinados comportamientos deportivos y no deportivos a su antojo (que para eso es el jefe de  todo esto, oigan) y otra es que decida prescindir de cualquiera de sus jugadores que piense que le pueden sentir útil.  Y eso no lo va a  hacer ni con Oli, ni con Villa (este estaba  prácticamente acabado y el Cholo ya no iba a contar con él tampoco, los periolistos de turno son así, cuanto daño hacen los televidentes baratos al ser humano, madre) ni con nadie.

Oli ayer jugó bien, logró marcar el tanto más rápido de la historia del Atleti (a los 14 segundos) y demostró que tiene categoría para ir dándole la manija del equipo, según el Cholo lo vaya considerando necesario. Eso sí, ya les anticipo que es muy probable que igual el próximo encuentro no sea titular, e inclusive puede que no vaya ni convocado. Porque, afortunadamente para nosotros, tenemos un grupo de jugadores enchufadísimos todos y que cualquiera de ellos merece ser titular y tener más minutos. Y el Cholo quiere ser justo con todo el mundo.

Después de este tanto inicial, cuando yo aún no había ni empezado a saborear mi delicioso chupito de licor de café, y pese a tener ocasiones de gol cantadas (un cabezazo de Godín completamente solo que se marchó lamiendo el palo, un penalti de enciclopedia de Jordi Figueras sobre Diego Costa que el árbitro y el linier no vieron, y un buen remate de Villa) el Atleti, durante una hora, estuvo contemplativo y reservándose para esfuerzos mayores, ya que el Betis, todo hay que decirlo, fue el peor Betis que uno jamás recuerda desde que tiene juicio de razón (si es que alguna vez  lo he llegado a tener, pero ese es otro cantar), y fue la cosa más inocentona que he visto en mi vida. A su lado, Heidi era una furtiva,  vamos. De Courtois se de su existencia porque me encantó su molona equipación azul nada más empezar el encuentro. Después, jamás volví  a saber de él.

Pero al Cholo está claro que no le molan en exceso  eso de las meditaciones activas, y puso firmes a  sus piezas en el descanso y el Atleti terminó arrollando a su rival, jugando al fútbol como los propios ángeles, y realizando jugadas de muchos kilates. Y ahí entro en danza el Guaje Villa, primero aprovechando una delicia de centro de Luis Filipe, rematando de cabeza fenomenalmente, y poniendo el 2-0 en el marcador, para que, poco después, aprovechase un rechace dentro del área, sentase a Cedrick y fusilase sin piedad, poniendo el 3-0 en el marcador.

Después vinieron los cambios (yo no hubiese cambiado a Oliver ni de cachondeo, pero bueno, ya saben, manda quien manda), Villa demostró que no teme a Diego Costa en su lucha por el nueve  de España, al regalarle el cuarto tanto al brasileiro, y Gabi completó la manita en las postrimerías del encuentro, en algo  que precisamente debe de hacer más para ser aún más grande: subir su cuenta anotadora. Para el Betis el partido resultó ser una tortura china. Para el Atleti, coser, cantar, meditar, atacar y fulminar. Este Atleti tiene alma de insecticida. Los mata bien muertos.

EL CRACK DEL PARTIDO: Muchos. Luis Filipe estuvo descomunal, pero se lo voy a dar a David Villa. Tapando bocas, que lo llaman …

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: El Betis. Parecía un equipo de regional (con  todos mis respetos para los equipos de regional). Esperpéntico a más no poder.

ÁRBITRO: Martínez  Munuera. No sabía ni de la existencia de este individuo. No estuvo mal, aunque se comió el penal sobre Diego Costa.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+ 22 GRADOS).
Para desesperación de Don Pablo Mármol, pero, una vez más, el termómetro no te toca. Partido de obligado cumplimiento.

Y el  jueves, a Granada. Tiempo de ver a algún que otro nuevo jugador, ya verán. Y recuerden: si no tenemos problemas con nuestro Atleti, pues no los  tenemos, qué le vamos a hacer. Utilicen su brillante intelecto en desarrollar fórmulas químicas, en descubrir cómo el orégano se puede convertir en metal de oro, o en diseñar una plaza de toros volante, pero, por favor, a nuestro Atleti, dejémosle en paz. Es tiempo de disfrutar.

23 de octubre de 2013

Austria Viena 0 - Atleti 3. Imperiales.


Y se levantaron. Vaya si se levantaron. ¿Quién recuerda ya la derrota  contra “el filial”? La primera media hora que realizó ayer el Club Atlético  de Madrid fue sencillamente impresionante, primorosa. Realizando una presión asfixiante, combinando la misma con un manejo del balón a una  velocidad endiablada, desmarques, juego por banda, seguridad defensiva, y una serie de jugadores  que, señores, hay que decirlo ya abiertamente, están en primerísima fila del fútbol mundial.

En defensa,  tengo la teoría  que de Miranda hace buena a su pareja de baile, y ayer se pudo comprobar también con Alderweireld, que estuvo muchísimo más suelto y dejó una  muy buena impresión tras  su algo titubeante y tímido debut en Barcelona. Estamos hablando de un defensa difícil de ver en el fútbol de hoy en día (les hablo de Miranda), que basa todo su juego en un sentido de la anticipación acojonante, y, precisamente para poder desarrollar dicho sentido, hay  que saber leer el fútbol a la perfección, y él lo hace con suma maestría. Del portero no les voy a hablar, porque ayer, el hombre, apenas tuvo trabajo, y el que tuvo, como casi siempre, lo resolvió son  solvencia y eficacia. El mayor arma de Courtois es, sin duda alguna, la ilusión que tiene por defender esta camiseta. Yo no sé si en un futuro terminará marchándose o no (llamarme gilipollas, pero tengo la esperanza  de que el Club intente hacer un esfuerzo por él y quedárselo de forma definitiva la temporada que viene … si … ya sé … gilipollas, no me lo digan más veces). Un portero para, tranquilamente, dos décadas.

Luego están dos laterales que son puñales en ataque y que defienden con suma autoridad. Lo de Luis Filipe es sencillamente acojonante (se tuvo que retirar en el descanso por una sobrecarga, creo, espero que no sea nada, aunque Insúa ayer le suplió también con bastante solvencia, mejorando en bastante actuaciones anteriores). Sigo diciendo que desde que está el Cholo le ha cambiado hasta la expresión de la cara cuando va a disputar un encuentro. Antes, parecía Sor Citroen. Ahora, la reencarnación de Belcebú. Ayer dio la asistencia “a todo lo que haces siempre lo haces bien Raúl García” para que anotase el primer tanto a los ocho minutos de juego. Anteriormente, Juanfran avisó al poco  de comenzar el encuentro ayer con un disparo desde fuera del área que el guardameta Linder hizo  que se luciese.

Pero la clave de ese primer gol fue otro chaval que está ahora mismo casi  alcanzando la primera línea de élite mundial de los centrocampistas, y es Koke. Un jugador omnipresente, letal a balón parado, clave en la presión del equipo, inteligente, que se ofrece siempre para recibir, que realiza un despliegue físico portentoso en cada  partido, y que tiene acciones tan geniales como el pase que sirve ayer a Luis Filipe, mirando hacia otro lado (a lo Laudrup, vamos) dejándole completamente solo delante del portero al brasileño. Está claro que este chaval no tiene  techo, pero ya va rozando con la punta de las yemas  de las  manos la gloria de los elegidos. Y para quién dude de su  sacrificio y de su  entrega, que observe quién ayer en el minuto 90 casi pone el 0-4 en el  marcador aprovechándose de una  letal contra lanzada por la muchachada. Lo dicho. Está en todos los putos sitios.

Otro que ayer realizó un encuentro sencillamente modélico fue Tiago, que, en mis preferencias,  está por encima de Mario Suárez, al menos, tal y como se encuentra en la actualidad. Para quien tuviese la fortuna de ver el encuentro de Viena ayer, y quiera jugar en la posición de medio centro, que vea su partido y que apunte absolutamente todo. Toda una exhibición. Anticipación, concentración, inteligencia … Un recital.

Un peldañito más bajo, sin embargo, estuvo nuestro capi, Gabi, aunque, su trabajo en el campo es sencillamente innegociable. Sabe lo que tiene que hacer en cada momento, y va minando la moral de sus rivales con sus continuas recuperaciones de balón, parando al rival cuando hay que pararle de otra forma.

Capítulo aparte para el Rabino Turán. Este sí que está en primera línea mundial en estos momentos. No hay un diez como él. Es difícil encontrar a alguien que maneje un encuentro a su más puro antojo como lo hace Arda. Si le interesa  meterle velocidad,  la mete. Si, por el contrario, requiere pausa, lo adormece. No le quita nadie el balón. Lo maneja de un lado  a otro a su más puro antojo. Hasta para irse en velocidad  tiene  una manera de  correr elegante y mágica. Ayer, realizó una contra que no pudo rematar finalmente creo que el Cebolla sencillamente de antología pura. Un jugador sencillamente insustituible, clave, mágico, esencial. Su partido, emocionante. Sencillamente emocionante.

Y luego está Raúl García, que siempre suma, que tiene gol, el  auténtico jugador número 12, tan titular como el que más en este equipo. Que el gol estaba chupao, sí, pero ahí está. Siempre a disposición de lo que necesite el equipo.

Para completar la fiestuki final, mención aparte para el cachondo de las muletas, el genuino Diego Costa. ¡Cómo se iba a perder él su primer partido de Champions! ¡Y qué partido hizo! Su antológico primer tanto reúne completamente todas las características que posee el brasileño (aunque hay que ir acostumbrándose ya a decir el español, porque este va  a jugar con nosotros fijo): inteligencia, velocidad, potencia, dribling y sutil remate. Todo en una sola carrera desde su propio campo. Si se fijan, los goles de Diego Costa no suelen ser brevazos, sino más bien toques sutiles acomodándolos en su privilegiada corpulencia. Su segundo gol, lo que tiene que tener todo buen nueve que se precie (aparte de lo ya señalado): oportunismo. ¿Hay algún delantero ahora mismo en el mundo mejor que él? Ya les respondo yo: no. Es así de  sencillo.

Por todo lo demás, partido relativamente cómodo del Atleti. Está claro que el rival era el que era, pero, frente a este tipo de equipos, las cosas se pueden hacer regular, bien o como las hizo ayer el Atleti. Imperial. Obviamente, tuvimos algún que otro momento de pequeña incertidumbre (último cuarto de hora de la primera parte y comienzo  de la segunda), pero todo lo demás, el rodillo rojiblanco trabajó a destajo y sin piedad.  La  clasificación empieza a parecer casi un hecho. Dominando en España, arrollando en Europa. Un Atlético sencillamente imperial.

21 de octubre de 2013

Espanyol 1 - Atleti 0. Demasiados titulares para tan poco fútbol.


La verdad es que para este encuentro se me ocurren demasiados titulares para realizar la cronicucha de turno: desde los optimistas “Alguna vez tenía que pasar”, “Nadie es invencible”, “No pasa nada”, “No siempre se puede ganar” a los más pesimistas: “¡Oportunidad histórica perdida!”, “Al Atleti le puede la presión de ser primero”, “Síntomas de debilidad”, “El desgaste empieza a mostrarse” … Sinceramente, ninguno me gusta en exceso. El Atleti palmó un partido que jugó, en líneas generales, bastante mal, y punto.
Pudo notar que había jugadores recién recuperados de lesiones (Raúl García, Gabi, Villa), la baja de Miranda, aunque para mi Alderwireld (¿Lo he  escrito bien? Su puta madre…) estuvo correcto para ser su primer partido (con algún que otro despiste, y alguna que otra acción para la esperanza, de su ¡ejem! “medio corte de pelo”, prefiero no hablar), pero, la realidad, es que la primera parte fue un bodrio supino, con dos equipos presionantes a los que le duraba el balón menos que a Pocholo un tiro de farlopa, y que apenas creaban ocasiones de gol en cualquiera de las porterías (que yo recuerde, una de Koke al palo por parte   nuestra, otra internada de Diego Costa protagonizando “solo ate el peligro”, y ninguna  perica). ¿Conclusión? El Atleti se encontró con la horma de su zapato: un  equipo  con  menos calidad  en su  filas, pero con  el mismo  orden, agresividad y disciplina táctica que nosotros, y le costó, vaya si le costó. Y no solo con  el Espanyol: cualquier equipo que nos  plantee este tipo de solución enfrente, nos dará  problemas.  Máxime si nuestro creador Arda  está  en el banquillo, y Oliver sigue en su extraño castigo/obstracismo. Falta imaginación a raudales (salvo en Koke, que el pobre solo le faltó estar de portero el pasado sábado, todos  los demás puestos del  equipo yo creo que los ocupó).

Otro que creó peligro, como ya he mencionado antes, fue Diego Costa (medio renqueante durante buena parte del segundo tiempo) pero le pusieron encima a un negrata llamado Sidnei, que ocupaba como el país Australiano entero, el cacho animal, y encima, por qué no decirlo, le marcó  bastante bien. Añádanle que David López  fue un coloso en el centro del campo perico (se comió con patatas a casi todos los nuestros), y empezarán a entender cosas de nuestra primera derrota.

En la segunda parte llegó lo que no tenía que haber pasado, el gol del equipo local. Un fantástico centro de  Fuentes (tras un par de avisos del ex jugador del Madrileño Lanzarote que atajó bien Courtois), se convirtió en el típico balón dividido que  pasa por el área entre los defensores y atacantes, sabiendo que cualquier rebote en cualquiera  de las piernas de alguno de ellos  irá hacia dentro de la  portería sin remisión posible. Lo  curioso es que sea el propio portero el que se meta  el  balón hacia dentro, ya  que es  el único  que tiene la ventaja de  poder despejarlo hacia fuera. Cosas del  Atleti, no le den más vueltas.

Luego ya salió Arda, y, obviamente, se notó. El Atleti se hizo amo y señor del  partido, al Cholo le dio esa extraña táctica que jamás funciona de apelotonar delanteros  sin ton ni son (que si Villa, que si Diego Costa, que si Adrián) y, como era también de esperar, las contras del Espanyol cada vez eran más mortales, aunque afortunadamente para nuestros intereses, estuvieron pésimamente dirigidas y/o consumadas por Sergio García, cosa rara en él, por otro lado, ya  que es  un excelente pelotero. Por nuestra parte, una fantástica pared de Villa dejó solo a Costa delante de Casillas (dichoso nombrecito) pero se le fue por un pelo lamiendo el palo el balón finalmente. Y aquí se acabó la historia.

Ahora ya todo el mundo es feliz. El Atleti ven (o creen, o más bien quieren ver) que empieza a desinflarse, mientras que el vecino rico hace ya un fútbol de  ensueño, y el sábado tienen la madre de todos sus  partidos. Ya se han construido  su mágica bola de burbuja y, como todos los años, prácticamente ya son campeones de Liga, de Copa y de la  puta décima. Qué pena de gente, la verdad. El circo mediático que tienen encima es sencillamente nauseabundo. Pero bueno. No seamos nosotros quienes les sigamos el  juego.

Se han perdido tres puntos y fuera. Queda mucho Tour todavía. En realidad, no se ha perdido  nada más que eso. Tres puntos. Se pongan como se pongan.

EL CRACK DE PARTIDO: Koke, sin ningún género de dudas, por parte nuestra. Ocupó varias posiciones dentro del mismo partido, se dejo el alma, corrió lo indecible y estuvo omnipresente en todas partes. Es emocionante ver que un jugador así está en tu equipo. Del Espanyol estuvo muy bien el armario empotrado ese del Sidnei, y especialmente David  López,  que, como ya he mencionado antes, hizo un encuentro espectacular.

LA DECEPCIÓN  DEL ENCUENTRO: Muy flojito Mario Suárez y un semi desquiciado Villa, que estuvo más pendiente de  discutir con  el  arbitrucho que de jugar al fútbol de verdad. La intensidad hay  que demostrarla con  los rivales, no con el árbitro.

ÁRBITRO: Fernández Borbalán. Muy malo. Pitó 345.565 faltas, algunas  sin mucho sentido. Entre que  el partido era infumable, y este que andaba con  el silbato subido … Joder,  qué tela …

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 22 GRADOS).
Lo bajo  tres  grados. Ya sé  que  es la primera derrota y que no hay  que preocuparse y tal, pero precisamente por eso, por ser la primera, igual es  la que más duele de todas.

Hubo un detalle final que sí que me  llenó de orgullo y de satisfacción. Fue el cómo celebraron jugadores y público local el triunfo final  frente a  nosotros. Y conste, no es ninguna crítica  hacia ellos. Cada uno celebra sus cosas como le sale de  la polla, máxime si se  encuentra en su puta casa. Esa  locura que les entró como si de  una final de Copa hubiesen conseguido, dice,  en el fondo, mucho de  mi Club. Es el mejor indicador posible de  la grandeza recuperada y del temor que insuflamos  en  nuestros rivales. Nos ha costado  mucho ganarnos este respeto (o volver a conseguirlo, mejor dicho). Debemos de seguir trabajando  así. El  próximo martes, creo que el  ambiente con  que nos van a recibir en Viena va a ser sencillamente épico. Ese es el camino que debemos de seguir, independientemente de derrotas y victorias. Además, a nosotros de siempre nos ha ido la marcha. A por ellos, joder …
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7 de octubre de 2013

ATLETI 2 - CELTA 1. SEGUIMOS ESCRIBIENDO HISTORIA.


Ocho partidos ya consecutivos vencidos en liga, y, además, en muchos de ellos jugando pero que un rato tela de bien al fútbol. Ayer fueron concretamente 60 minutos de ocasiones a go-gó, haciendo que el guardameta vigués Yoel fuese la auténtica estrella del encuentro. Por parar, hasta detuvo un penalti lanzado por Diego Costa. Muy mal lanzado, por cierto. Porque un penalti se puede fallar, está claro (para mi jamás son aciertos de los porteros, sino fallos de los lanzadores). Pero se tienen que poner las bases, al menos, para que sea lanzado  correctamente. No se puede tirar de corre prisa y  corriendo, con poca concentración y de forma atolondrada y acelerada, tal y como hizo  ayer el bueno de Diego Costa. Al final nos salvamos por la campana, pero otros días no correremos tanta suerte.

La mañana era espléndida, con un fantástico  ambiente en las gradas, llenas de familias y de chavalería entusiasta. El campo estaba a reventar, el tiempo era primaveral, había unos 500 vigueses en las gradas. Y el Atleti no defraudó, mientras  que el Celta aguantó el temporal como buenamente pudo. Villa falló un mano a mano en el primer periodo, Diego Costa el penalti ya mencionado, parecíamos el séptimo de caballería rodeando a  una reserva india (el mundo al revés, vamos), hasta que en el 43, al fin, llegó el ansiado gol: el gran Luis Filipe (inmenso durante todo el partido ayer, a él le hicieron el penaltazo ayer también en una de sus interminables internadas en banda) se mete hasta la línea de  fondo y su  centro es remachado casi al unísono entre Godín y Diego Costa. Ante la duda, la más tetuda, y a quién más falta le hace es al  propio Diego, así que démoselo a él.

En el  descanso el panorama siguió igual, pero no se cerró el partido, especialmente en una ocasión increíble que Diego Costa le regaló a Villa, que, para colmo de males, se lesionó en intento de remate de la misma, cuando estaba completamente solo y sin portero debajo de los palos. Yo creo que el Guaje tiene una carga sencillamente espectacular de trabajo en sus piernas, y  eso  le hace parecer mucho más  torpe de lo que realmente es. Si la  lesión no es grave, igual hasta no le viene mal el pequeño descanso y todo.

Casi a los 20 minutos  del segundo periodo, llegó la que parecía  sentencia definitiva. Mágico pase de casi 40 metros de Gabi al más puro estilo Schuster, viendo el desmarque de Diego Costa, y el resto ya  se lo pueden imaginar, porque esta jugada  empieza a ser un clásico también en este Atleti: el brasileño es imparable tanto en velocidad como en potencia, se va  de sus rivales con una facilidad insultante y su remate final (que no suelen ser demasiado ortodoxos pero si francamente letales, quizás precisamente ahí resida su secreto). se cuela irreversiblemente bajo el cuerpo de Joel.

A partir de aquí, el Atleti acusó el desgaste Champions, y el Celta sacó a su mejor  hombre sobre el terreno de juego, Nolito. A los veinticinco minutos puso el 2-1 en el marcador, batiendo  sutilmente y con mucha clase picando el balón ante la salida de Courtois, y los últimos minutos fueron un auténtico suplicio para los nuestros, ya que aunque el Celta no llego a tener ocasiones claras de verdad, si que logró embotellarnos en nuestra propia área, y al final se sufrió un encuentro que no se tuvo por qué hacerlo. Da igual. Todo suma, y tras el esfuerzo de Oporto, hay que concederles estos pequeños desfondamientos. Aparte, en mi sincera opinión, el Cholo debe de  empezar a mover la coctelera ya, aunque igual las lesiones le obligan a hacerlo. Ayer, por ejemplo, al fin debutó Guilavogui (tiarrón negrata donde los haya), y, me temo, que vamos a tener que ver a bastantes más jugadores durante las próximas jornadas. Precisamente de ahí, de la respuesta del fondo del armario, dependerá realmente nuestras posibilidades reales en todo. Pero, de momento, ahí estamos. Continuamos haciendo historia. No se puede pedir más, la verdad.

EL CRACK DEL ENCUENTRO: Goles son amores, y Diego Costa consiguió un par de ellos más (aunque, reitero, no me gustó absolutamente nada su forma de lanzar la pena máxima), Luis Filipe estuvo colosal, pero hoy se lo voy a dar al auténtico artífice de que su equipo estuviese en el partido y no se fuese con una goleada de escándalo. Me refiero, obviamente, a Joel. Ahí hay portero, señores. Tranquilo, con reflejos, siempre bien colocado. Me gustó un montón.

LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO: De mi gente ninguno. Del Celta esperaba mucho más de Rafinha y de Charles.

ÁRBITRO: Undiano. Arbitraje modélico el suyo.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+25 GRADOS).
La temperatura ambiente que había en realidad  en el Calderón. No se mueve, obviamente. Y ahora suelto la frase favorita de don Pablo Mármol: “Partido de obligado cumplimiento”.

Bueno. A continuación, parón con las selecciones. Lástima de la lesión de Villa, aunque, reitero, creo que el descanso le va a venir de cine. Que no haya lesionados, please. La historia este año se escribe en rojo y blanco.

2 de octubre de 2013

UCL: OPORTO 1 - ATLETI 2. REMONTADA HISTÓRICA.


Porque ganar en Oporto es jodidamente difícil. Pero hacerlo remontando, y en Champions, es algo que, al menos, nosotros, no habíamos conseguido, y estoy por asegurarles que habrá pocos más que lo hayan logrado. Seguimos, pues, escribiendo historia. Aunque nos costó lo suyo. Como no podía ser de otra manera.

El Oporto se disfrazó de Atleti la primera media hora de juego y nos pasó por encima, convirtiendo el partido en un auténtico  suplicio para nosotros, ya que apenas nos duraba el balón 3 segundos, todos los rechaces se los llevaban ellos, vencían todos los  balones divididos, y creaban mucho  peligro en 3 cuartas partes  del campo. Nuestra defensa estuvo sostenida por Miranda (aunque luego nos dio un buen par de sustos por su exceso de sacar el balón con tranquilidad y jugado, cuidado, que esto es Champions y esos errores se suelen pagar caros) y por Godín, aunque a los 15 minutos llegó lo que se estaba mascando: falta que pone perfectamente el bullicioso Josué y Jackson entra como un auténtico trolebús rematando de forma inapelable e incontestable batiendo a Courtois. Mal pintaba la cosa, porque si algo tiene bueno este Oporto es precisamente su línea defensiva: dos magníficos centrales como son Otamendi y Mangala, y dos laterales tremendamente verticales como son también Danilo y Alex Sandro.

Mientras tanto, Tiago mantenía el tipo en el centro del campo, que añoraba tanto como Ana Botella un buen peluquero la presencia de nuestro titán Milinko Koke. Raúl García ayudó lo suyo, pero el partido de nuestros puntas ayer fue desastroso. Bueno, realmente desastroso el que estuvo fue Leo Baptistao, que estuvo especialmente mal en todos los controles que intentó con el balón. David Villa ni estuvo en el terreno de juego. Paciencia. Faltaba un tal Diego Costa en el baile.

Aún así, el Atleti, a partir de la media hora, se fue desperezando, Gabi empezó a aparecer en el balón parado, y un fantástico córner suyo lo remató Raúl García al larguero. Primer aviso serio nuestro, y al descanso.

Esta vez sí, el Cholo movió la coctelera con sumo acierto. Quitó a Villa por el Cebolla, que nos dio muchísima más profundidad sobre el terreno de juego, y el Atleti empezó a carburar y a hacerse dueño del campo. Solo faltaba que apareciese el genio de la lámpara, Don Arda Turán. Y realizó el turco una segunda parte soberbia, manejando perfectamente los tempos del partido.

Avisó Luis Filipe con un soberbio disparo desde fuera del área, y, a los doce minutos, balón parado que pone de nuevo  magistralmente Gabi y Godín, que a diferencia del día del Zenit, se colocó el perolo como Dios manda, se anticipa poderosamente a todo bicho viviente portugués y pone el empate a uno en el marcador. El partido se puso emocionante a tope.

El Oporto empezó a rascar en exceso, pero los nuestros no se amilanaron. Eso sí, los portugueses estuvieron apunto de adelantarse en el marcador de nuevo en una falta al borde del área que lanzó Fonseca como una exhalación hacia el palo izquierdo de nuestra portería (falta tras un despeje absurdo de Miranda, todo sea dicho).

Por su parte, Simeone siguió moviendo fichas y puso sobre el terreno de juego a Koke y a Oliver. Y a punto estuvo de producirse de nuevo el auténtico gol made in Atleti. Córner sacado al primer palo por Milinko Koke, y remate de Miranda que casi se cuela en la portería de los dragones. El empate era bueno, pero la victoria siempre sabe mejor.

Así pues, faltando 4 minutos, de nuevo la magia  de la pizarra del Cholo Simeone volvió a resultar definitiva. Claro que, para interpretar esa magia, hace falta buenos magos. Y muchísimas horas de currele. Gabi fue un maestro amagando la falta al borde del área, viendo el no menos mágico movimiento de Turán, que apareció imagino que de la barrera portuguesa, o del cielo, o del Corán, o de Alá sabe dónde, para quedarse completamente solo y batir de forma inapelable al Helton John ese.

Tengo aquí a todos los vikingos berreando con que el  gol era en fuera de juego. Pues sí. Por una pierna de Arda, concretamente. Vamos, que me la suda lo que balbuceen. Si así quieren justificar el bochorno y el ridículo esperpéntico de Elche, obviamente, no es mi problema. Los Atléticos andamos en otro mundo, en otra dimensión. No molesten, por favor.

Tres puntos de oro (que habrá que terminar de confirmarlos en los dos partidos frente al Austria de Viena) para firmar nuestro pase definitivo a las eliminatorias. Tres puntos a lo campeón. Muy currados, con su pequeña dosis de suerte, pero no por ello no finalmente merecidos. La fe de la muchachada sigue inquebrantable. El camino hacia la gloria no ha hecho más que empezar.

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