24 de junio de 2025

Mundialito de Clubs. Atleti 1 - Botafogo 0. Una puta coña todo.

 

Es una puta coña todo. Que nos tocase en el mismo grupo al Campeón de Europa y al de la Libertadores juntos, es de puta coña, máxime viendo el nivelazo sumun de otros grupos que hay por ahí.

 

Que hayamos conseguido 6 puntos, es decir, ganar 2 partidos de 3, y nos quedemos fuera de la Competición, es una puta coña como otra cualquiera. Estas cosas son muy nuestras, muy made in Atleti. Por los siglos de los siglos, Amén.

 

Qué decir de los arbitrajes sufridos. Y no. Esto no es una puta coña. Es una broma macabra. Una puta tomadura de pelo. Un auténtico sin Dios, un sinvivir. Un hacer que este deporte, que tanto amaba, cada día lo odie más y más. Porque sí. Estoy empezando a odiar el fútbol y todo lo que le rodea. Jamás pensé que algún día escribiría esto, pero es así.

 

Dicho lo cual, también es normal que nos pasen todas estas historias, porque somos el Club de la Coña, en realidad. Solo nos ha faltado ir a este torneo con las chanclas, las toallas colgadas del hombro, los flotadores y viva Cartagena. Se ha transmitido desde los altos estamentos del Club que se pasaba de todo, que no había que reforzar nada y que, para la ambición que comunicaba la SAD, demasiado con estar presentes. Vamos, no reforzaron el Club cuando andábamos vivos y llenos de ilusión inmersos en Copa, líderes y Campeones de Invierno en Liga, y lanzados también en CHL, lo vamos a hacer ahora … Ni de puta coña, que el veraneo es largo, y la vida anda muy achuchada.

 

Así que lo que vimos ayer es la puta realidad de lo que somos en sí. Y no les podemos decir nada a la muchachada de que no lo intentase y demás. Lo hizo, de menos a más, hasta terminar acogotando por completo al rival. Pero de fútbol andamos como andamos, de ideas, tres cuartas partes de lo mismo, y la calidad es la que es.

 

Tenemos un portero que es sencillamente espectacular (ayer dio otra nueva exhibición portentosa en un partido en el cual, encima, le llegaron muy poco, pero con muchísima claridad), de los que da puntos y demás, unos centrales venidos a menos en su ya larga trayectoria (exceptuando Le Normard, que parece que sí que es aprovechable en realidad), unos laterales que lo dan todo, pero que de calidad técnico-táctica andan para echar partidetes en la Liga Municipal de mi barrio, y poco más, un centro del campo en su mayor parte del tiempo inexistente e incapaz de generar ni juego ni pases de esos imposibles, unos interiores a los que, a este paso, también se terminará cargando el Cholo incluyendo a su propio hijo, tal y como ha hecho con los Lino, Riquelme y demás, con tantos y continuos cambios de posición sin ton ni son, un delantero centro que mide 200 metros de alto pero que no tiene ni puta idea no ya de rematar de cabeza, sino siquiera de hacerse poderoso en el juego aéreo, y otro fenomenal pelotero que es de los pocos que sí que sabe dar el último pase, pero que no puede, desgraciadamente, hacérselo a sí mismo, lo cual sería la situación ideal. Por supuesto, hablamos de Julián Álvarez.

 

Lo de ayer en sí. Pues un primer tiempo en el que se fue de menos a más, en el que nos mantuvo Oblak vivos gracias a una mano prodigiosa en un uno contra uno sencillamente bestial, en el que el Botafogo demostró que sabe defender y estar bien plantado en el campo sin pasar mayores apuros, al menos inicialmente, y en el que el Atleti lo intentó, si, pero fue la viva imagen del quiero y no puedo. Y sí. Esta vez quisieron, pero no pudieron. No pueden porque tienen una alarmante, en la mayoría de esta plantilla, falta de condición técnica en el manejo del balón y en la circulación del mismo, en cuanto un rival les acose mínimamente con inteligencia o sepan estar bien plantados en el campo. El equipo domina con unos contra unos imposibles, siempre coleccionando un buen puñado de pases a ninguna parte, pero sin claridad final alguna. Y de lo de la presión y tal, ya les hablaremos otro día, si eso. Dónde quedó ese equipo armónico y constante comandada dicha presión por los Gabi, Tiago, Raúl García y compañía. Hoy en día, el término presionar es completamente antagónico con el de armonioso, es decir, cada uno tira a su puta bola como puede, y cuando le apetece. Y así es complicado conseguir nada.

 

Ocasión clara clara la tuvo el infatigable Julián, que el hombre derrochó voluntad por todas partes, pero que no supo definir bien en una acción al borde del descanso desde dentro del área que cruzó en exceso. Y, estoy convencido, no tuvo la frialdad final de clavarla, por su constante búsqueda por todas partes de desmarques, de conducciones imposibles, de defender en partes indescifrables del campo (le llegué a ver hasta ejerciendo de ¡lateral izquierdo! en este primer periodo, repito … ¡Lateral izquierdo!). Con tal derroche físico, imposible tener claridad final de ideas para conseguir goles. Y si alguien duda de lo que digo, a ver cuándo vieron correr de esa manera a Messi, CRetrasado o cualquier especialista de este tipo cualquiera. Lo que no puede ser, no lo es, y además resulta imposible.

 

Justo antes del final de la primera parte, vino el nuevo atraco a mano armada de turno del puto chamaco ese, y ya tenemos el puzzle completo con el robo de todo partido internacional que juegue el Atlético que se precie. Al descanso, y a seguir soñando en lo que quieran. Da igual. Ni sabemos, ni nos van a dejar saber.

 

En la segunda parte fue más de lo mismo, pero con el dominio mucho más intensificado si cabe. ¿Merecimos ganar? Es que ganamos, coño. ¿Merecimos pasar? Si me pongo a mirar el resto de grupos y con puntuaciones que pasarán el resto de equipuchos que lo harán por ahí y demás, ya os digo yo que de sobra también. ¿Entonces? El problema es que había que meter 3 goles, y solo conseguimos uno. Y se intentó de mil maneras, nos dejamos todo en el campo, pero nuestra capacidad está muy limitada a nuestros recursos finales empleados. Y, probablemente, hoy por hoy, el Atleti tiene la capacidad de competir y vencer al Campeón de América, si, pero no de golearle. Y si existe alguna duda, ya si eso el árbitro se encarga del resto. Es nuestro sino y nuestra realidad.

 

El Cholo sacó a Griezzmann en banda derecha, y fracasó de nuevo. Pero, ¿Qué más podía hacer? Estaba en el campo todo lo que teníamos, y a pleno rendimiento. La máquina de vapor no da más velocidad. Es antigua, necesita una plena renovación, meter más músculo, más tecnología punta, apostar por nuevos y más jóvenes valores, e intentar no morir en el intento.

 

Pudimos adelantarnos de nuevo sobre el 61 de juego, pero el remate de cabeza de Sorloth, como ya les he indicado anteriormente, no es lo suyo.

 

Y menos mal que, mientras tanto, Oblak seguía a parando como loso ángeles, sacando manos imposibles, como la que empleó ante el gran remate que realizó Igor Jesús (mira tu por dónde, un proyecto de delantero centro más que interesante, ahí queda apuntado).

 

Griezmann lo intentaba con sus remates inverosímiles, Angelito daba sus últimos coletazos con la rojiblanca, con poca fe y menos cabeza, y tuvo que ser, cómo no, el inefable Julián, el que se inventase la enésima acción dentro del área con peligro para que su asistencia la lograse transformar al final Diosito a placer. 0-1, y hasta aquí nos dio la cosa. Nos vamos de este extraño torneo en el que, igual, si le hubiésemos puesto a todos nuestros partidos la musiquilla inconfundible de fondo que utilizaba Benny Hill, nos hubiese quedado un film mucho más acorde a lo que fue todo en realidad: una puta coña.

 

Árbitro: César Ramos.

Ahora nos tocó un mexicano, que bien. El hombre se zampa un penalti como un piano (y digo uno, porque no me quiero poner excesivamente quisquilloso, que si lo hago, igual rasco algún otro por ahí), pasa de todo, le avisan del VAR, se lo piensa 2 millones de veces (qué cojones estás pensando, muchacho, vete a verlo, y luego pitas lo que te salga de la polla, pero eso, vete a verlo al menos, disimula, anda), al final va, y los del VAR le avisan de que hay un penalti a Julián Álvarez, cierto, pero a su vez le reavisan de en la acción previa ven una supuesta falta de Sortloth en un simple forcejeo de balón. Es decir, le avisan para avisarle de que le van a avisar, pero que en realidad no hace falta que le avisen, porque está todo anulado en realidad. ¿Es o no es una puta coña todo?


EL CRACK DEL PARTIDO:

Los huevos y el amor propio de Llorente en la segunda parte (que, para no ser canterano precisamente, lo demuestra mucho más que algún otro que lo es), Don Julián Álvarez, que demasiado hace el pobre con todo lo que tiene encima, y Don Jan Oblak, nuestro indestructible pilar de siempre y que no terminaremos ni en un lustro aplaudiéndole a rabiar todos los servicios prestados.

 

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Podría personalizar todo en la figura de De Paul y su torneo realizado. Si hubiese un premio dedicado al peor jugador del mismo, se lo llevaría él pero por unanimidad absoluta, vamos. Pero, en el fondo, el tema es mucho más profundo que personalizar en exclusiva sobre sus espaldas. Porque todo lo que rodea hoy en día a nivel social a este equipo es una puta decepción. El conformismo de la directiva, el que seamos el juguete de pin-pan-pum de UEFA y FIFA sin que a nadie le interese un carajo nuestro devenir, la cacería ruin, despreciable y nauseabunda abierta desde los medios de incomunicación hacia el Cholo, el talibanismo radical de los que no admiten ni un solo pero a su últimamente bastante dubitativa gestión, la imagen de hastío y falta de ideas para sacar esto hacia adelante que el mismo Simeone da, en definitiva, y lo más grave de todo, mi desapego creciente a todo lo que adoré en mi vida y que cada día odio más: lo que antaño se llamaba fútbol, o memez análoga hoy en día.

 


Se acabaron las crónicas al fin. Ahora me queda lo más largo,  y lo que me va a resultar tan complejo como contradictorio evaluar finalmente, que no es otra cosa que las notas finales a todo lo vivido en este rocambolesco año. Intentaré ser lo más ecuánime a la vez que pragmático posible, y no dejarme llevar demasiado por lo que es mi puta especialidad: que los sentimientos y los avatares devenidos en esta presente temporada, me impidan analizar todo con la frialdad necesaria. Permanezcan atentos a nuestras queridas tontallas, pues ...



23 de junio de 2025

Mundialito de Clubs. Atleti 3 - Seattle Sounders 1. ¿Engordar para morir?

 

Pues después de los hechos acaecidos, igual somos el único equipo que con 6 puntos nos podemos quedar fuera  y todo, por el tema de los goles. Qué cosas que nos pasan, oyes. Está claro el hecho de que te metan 4 goles en un partido tiene que tener su castigo, y en un torneo tan corto como este, imagínense el panorama. Tan claro como que el árbitro de la primera jornada influyó decisivamente, no en la derrota en sí, pero sí en la  goleada final. Son cosas no decisivas, pero sí decisorias. Como siempre, anda  todo bien tirado e hilado en consecuencia. Y fíjense ahora el la importancia de los goles encajados.

 

No, fui, por otro lado, ninguno de los héroes que decidieron trasnochar para ver el encuentro. Con el tiempo, el pragmatismo cada vez me invade más, y prefiero priorizar las cosas más interesantes para mi persona que otras las cuales, digamos, no veo ningún entusiasmo por parte de nadie en conseguir nada más que pasar unas buenas vacaciones en EEUU sin importar lo más mínimo el área deportiva en sí. Con  estar allí ya nos sentimos unos auténticos privilegiados, como si de cualquier Pachuca de la vida nos tratásemos. Así que disfrútenlo todos los  que les entusiasme la idea, solo faltaba. ¿Para qué me voy a preocupar yo de algo, que no lo hace ni Dios? Es tontería.

 

Hablemos de fútbol un poquito, porque el caso es que el Atleti realizó una primera media hora de juego bastante potable, la verdad. Muchas ocasiones de gol, dinamismo, buena circulación de balón y buen fútbol en general. Lo triste es que nos fuimos al final con un solo tanto de ventaja, pero bueno, estas cosas en este deporte pasan. A los 10 minutos Julián Álvarez la  tuvo en gran internada en el área, pero su remate ya casi a bocajarro delante del portero se fue excesivamente cruzado hacia el segundo palo.

 

Un par de minutos más tarde, excelente contra iniciada por Sorloth, Giuliano, que fue un puñal durante todo el  encuentro, conduce en velocidad el balón, este acaba finalmente cerca de la frontal del área, en dónde aparece Pableras Barrios para batir al guardameta local con un certero y colocado latigazo. Todo un golazo, que confirma mi teoría de que Pableras es un jugador que anda mucho más cerca del 8 que del 5. Cuando más próximo al área, mucho mejor.

 

Apenas 3 minutos más tarde, la tuvo Sorloth, que  realizó una fenomenal maniobra de desmarque y control dentro del área, pero se llenó de balón en su remate final y se fue al limbo el mismo casi desde el área pequeña.

 

Los yanquis empezaron a reaccionar, pero Oblak andaba muy seguro bajo palos (como siempre, vamos). Por el 26 de juego, otro fallo incomprensible de Sorloth, consecuencia de otra brillante acción individual previa, tras fantástica asistencia a su vez de Julián Álvarez. Lo tuvo tan hecho, que incomprensiblemente al final remató a las manos del portero, cuando ya le tenía vencido. Me da a mi que el noruego es así: o te clava todas las que tiene, o ninguna. Dicho esto, por favor, Don Diego Pablo. Dele algo de continuidad. Los delanteros centros son así, y la mejor fórmula para que rindan y metan goles es esa: confianza, y continuidad. Porque, reitero, a pesar de sus fallos, el noruego jugó muy buen encuentro de lo que es, nueve puro. Si no entran hoy, lo hará mañana. Desde luego, lo que sí que no va a pasar es que lo haga si no juega. Eso seguro.

 

Casi al borde ya del descanso vino el escándalo de rigor correspondiente a cualquier jornada que disputemos en Competición fuera de España, que no es otra que la anulación del penalti al Cholito de forma y manera incomprensibe. Una acción, por qué no decirlo, para irse del campo e indicarles: ríanse de su puta madre si quieren. Nuestro cupo ha terminado. Pero qué va. Manzanas traigo.

 

Así que, con este ínfimo resultado para nuestros  merecimientos reales, nos fuimos a la ducha, a la ducha, a la ducha por cabrones.

 

En la segunda parte, la primera que tuvimos, a la cazuela. Gran remate de Llorente desde fuera del área, entre el portero y el larguero rechazan el balón, que le cae a Le Normand dentro del área pequeña, y muy inteligentemente asiste a Witsel para que remache el segundo tanto a nuestro favor. Se hacía algo más justicia.

 

Pero como siempre, la alegría y relativa tranquilidad nos duró poco, ya que un tal Rusnak aprovecha un balón que no acierta a despejar con contundencia el propio Le Normand, y fusila a Oblak sin piedad. De nuevo, casi que volver a empezar.

 

Sin tiempo a asimilar nada siquiera, nueva modificación en el marcador, con el 1-3 que, a la postre fue definitivo, en un tanto en que Pablo Barrios remata con suma inteligencia y frialdad desde dentro del área tras un saque de banda al área de Llorente, que creo que medio peinó Sorloth.

 

Poco más. El Cholo empezó con su festival de cambios de rigor, y ya saben lo que suele pasar con esto. Se le anuló un tanto por claro fuera de juego al equipo local, de nuevo la Araña tuvo una gran ocasión para poner el cuarto tanto en el marcador, pero su volea extremadamente colocada la repelió la cruceta de la portería. Fue una buena victoria, corta, y que veremos si sirve para algo de verdad, o, simplemente nos termina dando para esto: engordar para morir.

 

Árbitro: Yael Falcón Pérez.

Un pintamonas argentino. No tuvo mayor complicación que anular el flagrante penalti cometido sobre Giuliano, por otra extraña llamada de urgencia del VAR. Es una acción tan clara y evidente, que hasta el chaval que cometió el penalti se quedó lamentándose golpeando el suelo por que Giuliano le hubiese comido la tostada. De hecho, cuando el mascachapas éste decide no pitar ni falta, nadie sabía que hacer con el balón en realidad, entre incrédulos, atónitos y asombrados. Es una acción para decir: “miren, señores, retiro el equipo del campo, y aquí paz, y después mierda”. No merece la pena continuar ni un minuto más hablando de ello. Es perder tiempo, dinero y categoría.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Partidazo de Giuliano, que fue un puñal en su banda, muy buen encuentro de Sorloth, a pesar de fallar lo infallable, y confirmación plena de las cualidades ya sabidas de por sí de Pableras Barrios, pero eso, debe de jugar más bien cerca del área que alejado de  ella. Porque tiene gol, tiene técnica depurada, puede manejar el equipo a su antojo, tiene recorrido y piernas. Junto con Julián, nuestro líder natural. Que así sea.


LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

De Paul no dio una a derechas. Pero ni una. Despropósito va, fallo aún más lamentable viene. Una máquina de perder balones el otro día. Partidito para olvidar.

 

 

Y en un rato, el Botafogo. Curioso que toda la banda de por ganado este encuentro, y solo nos importe la diferencia de goles. Son el vigente Campeón de la Libertadores, se han reforzado mucho y bien para este torneo, vienen de ganar al Campeón de Europa, están más rodados, van a ser muy superiores en la grada, supermotivados … Yo lo veo en chino mandarino, la verdad, pero bueno.  A ver si el Atleti es capaz de sacar ese genio incorregible que lleva dentro de sí, y logra sacar esto hacia adelante. Sería un puñetazo en la mesa brutal (árbitro mediante, claro, que esa es otra). Como no quiero condicionar a nadie, prefiero no adelantar acontecimientos ni expresar mis sensaciones reales. Aparte, no llevo mi mejor día (ya pasará) … “Te sigo desde pequeño, siempre a todos lados” …



16 de junio de 2025

Mundialito de Clubs. PSG 4 - Atleti 0. Irritantemente esperado.

 


La vida sigue igual. Quise creer, pero, en este caso, querer no fue poder. El partido de ayer nos devolvió a la más cruda realidad en todo. Y conste que es bastante normal que un equipo como el PSG hoy en día no es que nos golee a nosotros, es que lo puede hacer con el que le apetezca, y si dudan de lo que digo, pregunten por Milán a ver qué tal.  Hoy en día no es que sean los mejores, es que son los muy mejores. Estamos a años luz tanto a nivel táctico como técnico y como físico, con un entrenador pletórico en el que sus jugadores obedecen y creen a pies puntillas en cualquier indicación que les haga su Míster. Es un equipo joven, que tiene la pasta por castigo y que si encima, cuenta con el incombustible apoyo arbitral que tuvo ayer, resulta una tarea completamente imposible el vencerles.

 

Espero que el mensaje que nos dio ayer la FIFA nos haya quedado claro también. El Atleti estorba, el Atleti molesta, no sirve de nada tampoco no protestar, porque no nos respeta ni el tato. Por eso, cuanto antes nos vengamos para casa, mejor. Aunque tampoco confío en este equipo viejuno, en el que tiene como castigo la pasta que nos sacan en abril para pagar un abono de una temporada que ni acabó todavía, con tal de pasarse unas buenas vacaciones pagadas en EEUU a costa nuestra. Les da igual todo. Tienen la clientela más gilipollas del mundo, y bien que se aprovechan de ello. Si añadimos a todo este conglomerado los despropósitos de nuestro entrenador, que tampoco ayuda en nada a la contienda, tenemos el panorama que tenemos. Pero tranquilos, que nadie se queje de nada, nadie proteste por nada. Hay un equipo joven, poderoso y de tronío, tal y como se demostró ayer. No hace falta reforzarlo, porque salimos reforzados, de hecho. Quién me manda creer a mi en nada ni por qué, válgame Dios.

 

En el primer tiempo apenas si pudimos siquiera pasar de centro del campo. Solo Julián Álvarez ponía algo de sentido y profundidad en el supuesto ataque rojiblanco. Nuestra banda izquierda es sencillamente una panda de escombros, con un Javi Galán que quiere pero no puede, y con un Lino que ni está, ni se le espera. Es un auténtico exjugador hoy en día. Es que le vi hasta más mondongo y todo, joder. Pero es que el centro del campo tampoco hubo donde cogerlo, con un De Paul al cual solo se le observaba dando la murga al bastardo del  árbitro, y un Barrios que el chaval no puede con todo. El PSG era todo lo contrario. Parecía que estaba tanteando, pero simplemente te estaba preparando para degollarte sin piedad. Así que a los 16 minutos ya nos empezó a explicar la lección con un tanto de Fabián desde la media luna, sin mayor oposición rojiblanca al respecto.

 

Para colmo de males, y justo cuando el Turista Francés (flamante renovación para más señas por parte del Club Rojiblanco) desperdició una buena ocasión al borde del descanso de haber puesto el empate (milagro habemus), en la siguiente contra Vitinha entró como el dinero de nuestros abonos lo hace a los bolsillos de los 2 cerdos integrales de la foto anterior,  conduciendo el balón desde el centro del campo, ninguno de nuestros 2 centrales tuvo la capacidad de salirle a tapar su internada, y el portugués terminó batiendo a placer al bueno de Jan. Fin del suplicio de primer tiempo. La titularidad por decreto ley de Griezmann es un tema que me parece ya que está pasando de castaño oscuro. No es solo culpa suya, pero es un hecho incontestable que llevamos jugando con 10 jugadores desde hace ya varios meses. Me irrita un montón estas injusticias, la verdad. Porque para lo que hace, creo que le está robando esos minutos a Sorloth miserablemente. Es así.

 

En la segunda parte el Atleti cambió un poquito la cara, en especial debido a la entrada de un Koke que, con más o menos acierto, pero aportó personalidad, carácter y puso empeño en ofrecerse y comandar la imposible remontada. Porque si ya de por sí deportivamente era una misión imposible, el árbitro se encargó de dejar bien a las claras que si había alguna duda, falta en contra del Atleti, tarjeta para uno del Atleti, gol anulado para el Atleti, expulsión para uno del Atleti o penalti en contra del Atleti. No le den más vueltas, lo que no puede ser, no lo es, y además es imposible. Eso sí, buenas ganas tienen estos de que se vayan a reír de uno así. Qué pena de Entidad sin personalidad alguna, qué pena de institución de estómagos agradecidos, y que asco y qué ganas de vomitar dan tanta pleitesía y conformismo frente al régimen establecido.

 

Esta segunda parte empezó con un paradón escalofriante de Oblak frente a un remate del siempre bullicioso Kvaratskhelia, cuyo rechace posterior lo repelió el larguero. Queriendo o sin querer nos iban a clavar 4, estaba escrito.

 

Después, en el 57, vino un gol anulado a Julián Álvarez por una extraña falta anterior que realizó Koke previamente. Una lástima, porque parecía haber algo de luz al final del túnel. Poco después salieron al terreno de juego el inoperante a más no poder actualmente Correita, y Reinildo. Se ve que el árbitro no les conocía bien, no hacía falta amonestarles tan absurdamente en la primera acción que realizaron sobre el terreno de juego, hombre. Aún así, y por si las moscas, el marcó el terreno. Como en la falta de Koke que ni fue, y le sacó a amarilla. Como con el balón que da con la mano Nuno Mendes arrebatándoselo por la puta cara a Gallagher, y que no quiso ver. Una auténtica vergüenza todo. Un atracazo histórico. Otro más.

 

Para colmo de males, Oblak va a sacar de puerta, le obstaculiza Mayuyu, interceptando el balón de forma ilegal, el árbitro que deja seguir como si nada, y las posteriores protestas nos sirven para expulsar a Lenglet porque le recrimino su vergonzosa inacción  en dicha acción. No le hacía falta tanta ayuda a la basura infecta del jeque ese, pero no veas la de puntos que sumó el bueno de Kovacs para que le den otra final de Champions, madre. Váyase usted a casa con la satisfacción de la labor bien realizada, Caballero. La final del Mundial será suya. Escrito ha quedado.

 

Y aún así pudimos haber acortado de nuevo el marcador, en una ocasión que falló Sorloth a puerta vacía y desde el área pequeña, incomprensiblemente, tras fantástica asistencia de Llorente (que también estuvo horrible el resto del encuentro, para qué no decirlo). Era ya el minuto 81 de juego.

 

El partido acabó para que nos diésemos cuenta de que el simpático Antoine sí que estaba en el terreno de juego, facilitando una gran asistencia al tal Mayulu ese para que pusiese el 3-0 en el marcador. Pero siga sacando los 90 minutos al turista francés, señor Don Diego Pablo Simeone. Siga siendo tan irritantemente previsible como su equipo, con sus decisiones caprichosas, absurdas y, por momentos, demenciales. Siga permitiéndole, encima, que salga descojonándose del vestuario para disputar la segunda parte tras el esperpento ofrecido. Que no pasa nada, hombre.

 

El cuarto tanto vino en una mano de Le Normand, que el árbitro señaló penalti en contra, poniendo el broche de oro a su maravillosa manipulación toda la noche del juego, por llamarlo de alguna forma, a un partido de fútbol que se disputó en una impresionante plaza de toros, y en la que el espectáculo final resultó tan esperado, como irritante. Vuelvan pronto, por favor. No tarden en hacerlo.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Diré a Oblak porque no tiene culpa de nada, y diré a Julián Álvarez porque tampoco la tiene, más que la de seguir en este Club que como no le den unos compañeros medio decentes, y un sistema de juego en el que ande medio acompañado por los mismos y que no  tenga que andar como un naúfrago en busca del balón perdido por ahí, terminará yéndose sin remisión posible. Luego, nos venden la moto de Mercenarios y demás, aquí paz, y después, mierda.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

El resto del Universo.

 

ÁRBITRO: Kovacs.

Me recordó por momentos al oficial nazi Amon Goeth en la sublime Lista de Schlinder que interpretó magisralmente Ralph Fiennes. El tipo este (por llamarlo de alguna forma) se dedicaba a fusilar judíos según estuviese de aburrido o no desde el balcón en donde residía en el campo de concentración que “dirigía” de Auschwitz. Fusil en mano, se cepillaba sin contemplaciones a cualquiera que le apeteciera, sin piedad alguna. Algo parecido nos hizo ayer Kovacs. Tarjeta en mano, amonestó a todo bicho viviente rojiblanco que veía, sin ton ni son, sin concesión alguna, mientras ni señalaba falta, por ejemplo, en una acción más que dudosa de Nuno Mendes cuando Giuliano marchaba solo de cara a la portería de Donnaruma. Nos impidió de todas formas y maneras posibles cualquier acción en la que pudiésemos pillar la más mínima ventaja, dejó a los jugadores contrarios hasta robarnos el balón con la mano desde el suelo, y por si todo esto fuese poco, lo que él no pudo contemplar, el VAR le dio el empujoncito final para que viese falta de Koke en la acción del gol del Juli, o la mano de Le Normand en el penalti que nos señaló. Así que lo dicho, la FIFA se hermanó con la UEFA, y sí, nos demostraron bien a las claras de qué bando están. Pobres imberbes ingenuos los que pensábamos que dicho torneo no iba a estar ensuciado o manipulado consecuentemente a su uso, antojo y desuso final. Porque he prometido a mis hermanos de grada hacer las 3 crónicas del torneo en cuestión, pero es para darse la vuelta, volverse e ignorar por completo esta nueva farsa creada por los de siempre, y para favorecer a los de siempre. Sobramos. Nuestra salud mental, nuestra dignidad, nuestra idiosincrasia y nuestro orgullo no merece ser pisoteado más. Disfruten de lo engendrado.





Con todo esto que os he contado, ya os podéis hacer a la idea de las ganas que tengo que ver el próximo jueves al Atleti a las 12 de la noche frente al Seattlet Sounders. ¿De verdad me van a obligar a hacerlo? “Poco a poco, me enamoré de ti. Poco a poco, Atleti de Madrid” …