Francamente, no sé por qué me machaco el tarro un puto lunes de mierda intentando contar algo del partido del Atleti. Me sería más fácil hacer un Control+C Control+V y ganaría tiempo, dinero y categoría. Ni contra nueve ... ¡Qué más da! Es un equipo absolutamente con encefalograma plano. Y con un entrenador que, y sé que es prematuro decirlo, y sé que a lo mejor me tendré que tragar mis palabras (Dios lo quiera) es una auténtica puñetera mierda. Un entrenador peloteril, sin ninguna personalidad, sin reflejos en el banquillo, sin saber leer un partido de fútbol, sin sacar no sé por qué extraños motivos a los mejores jugadores. Es patético ver a Movilla por la mañana dando diplomas a los peñistas. Es patético porque es un gran jugador, es una excelente persona, es un atlético de pro, y está vergonzosamente apartado como un apestado por un entrenador que, seguro, está siguiendo no sé qué extrañas directrices de alguien.
Y el día empezó bien. En el Parque de Atracciones, en donde, fíjense ustedes lo que son las cosas, llega uno al pabellón que está dedicado al Atleti, pasa por diferentes zonas dedicadas a diferentes épocas de la historia de nuestro club, y, sorpréndase, ve una foto ¡suya! La verdad, me hizo una ilusión de la hostia. Era de un viaje a Santiago y sale Rafita, Carlitos, el Caña y un servidor en un tren (un chucu-chucu de esos, Oto).
Un día precioso, lleno de peñistas, con un sol espléndido (jódete, zorra de la Ser, esta tía no se tiene que morir nunca, la tenemos que matar). Y uno, francamente, lo disfrutó a tope. "El disgusto ya llegará a partir de las 21,30 h.", pensé. Y poco me equivoqué.
Mereció ganar el Atleti. De calle. Pero hay muchísimas cosas preocupantes. Me preocupa las continuas lesiones de Burgos, el estado de ansiedad en que hemos metido a Ibagaza, la empanada mental que sigue teniendo el Niño, que siga estando en el Atleti un tío como Santi, que ni contra nueve se atreva un entrenador a sacar toda la artillería para llevarse un partido, el qué le han visto a un tal Rodrigo, desecho de los vikingos, para más escarnio nuestro, el llevar sin ver ganar un partido en directo en el Calderón hace ya más de 4-5 meses, el por qué nos anulan un gol que todavía me estoy preguntando el qué cojones vio el árbitro (¿Qué Santi hizo un penalty? Seguro. No he visto las imágenes, pero tratándose de quién hablamos, no me hace falta), el por qué no se expulsó a un jugador del Barsa cuando un tío del Atleti se iba completamente solo, el ver a mi gente desolada al final de todos los partidos (yo ni os cuento, evidentemente). No sé, francamente. Ya no sé qué hacer. No sé qué supersticiones hacer, ni qué ponerme, ni si fumar, ni si no fumar, ni si ponerme en mi sitio, ni si no ponerme. Una palabra resume perfectamente ahora mismo mi estado con mi equipo: impotencia. Da igual a quién se fiche. Da igual que sean buenos, malos o regulares. Da igual que se anime, que se silbe ... Será lo que dice Alejandro Sanz ... "a lo mejor me lo merezco ... bueno".
Y del Barsa, pues poco más o menos lo mismo. Por momentos, de hecho, no sé si veía al Barcelona o al Eibar. Son 2 equipos (el mío y el de Laporta) en un estado de depresión total. Quizás un poquito menos grave los culés, pero muy poquito.
5 partidos, un gol (que, encima, el jugador que lo mete no va ni convocado)... No quiero ni mirar la clasificación. Sinceramente, toda la dedicación que damos la peña por este club es en balde. Siempre igual. Siempre suena la misma canción ... "A lo mejor me lo merezco ... bueno" ...
-- Un saludo.
Tomi. Frente Atlético. Vieja guardia.
... A LO MEJOR ME LO MEREZCO ... BUENO ....
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