21 de marzo de 2022

Rayo 0. Atleti 1. El Atleti es un Rayo.

Buen a la par que entretenido partido el disputado el pasado sábado en Vallecas, por parte de los dos equipos. Pintoresco a más no poder el campo rayista, por cierto. Uno mira la grada de enfrente de donde está situada la cámara que enfocaba al encuentro, y ve una parte superior de Tribuna completamente vacía (imagino que por temas de Covid). Justo la grada inferior, andaba abarrotada de gente menos un espacio que andaba cubierto de lonas, como si se tratase de un espacio de palco a la que no dejan acceder (vaya usted a saber por qué). A su derecha, en dicho fondo, una enorme lona negra que reza lo siguiente: “Siempre en nuestro recuerdo” adornada con un lazo negro. No sé muy bien a qué se refiere en concreto, pero está siempre ahí. No sé si encuentra desde el 11-M, o va por los socios del Rayo fallecidos, o por las víctimas de la violencia de género, o por los deseos más húmedos de la tal Montero, o por cualquier vallecano que haya muerto hasta la fecha, o en esos mismos instantes cuando alguien muera atropellado cruzando la acera, de un infarto o de cáncer. No tengo nada en contra de este tipo de homenajes (aunque tampoco soy demasiado fan de ellos, el movimiento se demuestra andando), pero bueno,  tenerlo ahí de forma perenne, en un campo de fútbol, ya me contarán. Por último, el fondo de la izquierda, también se encontraba abarrotado de peña menos los dos sectores justo detrás de la portería, imagino que por la enésima protesta de los “trabajadores empedernidos a la par que abnegados” en contra  de su presidente. El puzzle de Vallecas.

 

 

¿Y el partido en sí? De primeras, el Cholo nos sorprendió sacando al mismo equipo de Old Trafford, y, ciertamente, la muchachada salió como si siguiesen disputando dicho encuentro. Con personalidad, empaque, seriedad, concentración y movilidad. Una lástima que el dorsal número ocho no estuviese demasiado acertado de cara a la portería (su trabajo solidario sobre el terreno de juego sigue siendo emocionante, para qué negarlo). Nada más empezar ya tuvo una que sacó Dimitri. A los 11 minutos, otra muchísimo más clara, tras asistencia de Joao Félix que el señor Ocho no terminó de rematar con claridad. Y a los 17, otra nueva marrada, siendo esta vez el que asiste Herrera.

 

Mientras tanto, el Rayo daba también la cara en el partido, aunque su única opción real atacante eran los lanzamientos lejanos de Bebé (cachondo mental el que le puso el nombrecito al colega este, madre, menuda mole de pibe).

 

A la media hora, de nuevo ocasión para nosotros, en un centro medido de Don Ocho que remató con la chepa Joao Félix y el balón salió lamiendo el palo. El Atleti lo intentaba, y lo intentaba bien. Con orden, profundidad, velocidad de circulación de balón y sin conceder atrás. Seguían a sus anchas. Acabó esta primera parte con otro remate de Savic final, tras nuevo centro del ínclito e hiperactivo dorsal número ocho, y con el marcador inicial nos fuimos al descanso. Una muy completa y potable primera parte, a la que faltó el caramelito del gol, frente a un valiente y osado Rayo, que ni mucho menos se comportó como el equipo que se quiso cerrar atrás en ningún instante (otra cosa es lo que le empujamos a hacer nosotros, claro).

 

Nada más comenzar el segundo tiempo, chicharrazo de nuestro Capi, tras una deliciosa asistencia previa de Joao Félix. Sinceramente, no me hizo mucha gracia la “Raulesca” celebración de Koke en el gol, aunque le entiendo perfectamente. Sabe que no ha estado pasando por su mejor momento precisamente y fue su pequeña forma de reivindicarse.

 

Poco después, otra fenomenal ocasión marrada por nuestro dorsal número ocho, tras gran pase interior de Calcamonías De Paul que el francés no supo definir con precisión el mano a mano frente al gran Dimitri.

 

El Atleti no sentenció, y el partido se desmelenó. A los 59, Oblak realizó el primer paradón de la tarde tras lanzamiento a bocajarro de Mario Suárez, sacando a juego su mano de acero habitual. Mientras tanto, el Cholo le quiso poner más guindilla al encuentro, y de golpe y porrazo me sacó del campo a Herrera, Lodi y Joao. Las consecuencias fueron instantáneas. Pérdida del centro del campo total, y avalancha vallecana desde ese momento hasta el final.

 

Menos mal que la defensa del Atleti vuelve a empezar a recordar la de antaño. Reconozco que Reinildo es un muro. Giménez y Savic andan mucho más entonados y Llorente, aunque padeció durante todo el resto del encuentro esa pesadilla con patas que era Álvaro García, mantuvieron más o menos decentemente el cotarro.

 

Dicho esto, un tal Nteka tuvo el empate claro y diáfano, cuando remató solo y dentro del área pequeña un balón que echó por encima del larguero (difícil de cojones, vamos, faltaban ya apenas 12 minutos para el final).

 

Para terminar de ahondar en la puta agonía de marras, a Correíta le dio por dedicarle al arbitrucho frases célebres del populacho de su país, nos dejó con 10, Luis Suárez no supo aprovechar el último mano a mano delante del guardameta local, y en el último suspiro, Oblak realizó una descomunal parada en un remate seco y duro, atajando el balón delante de un mar de piernas descontroladas (no me puedo explicar cómo pudo ver ese balón, y encima, lograr atajarlo, estamos ante de nuevo la mejor versión del bueno de Jan, gracias a Dios).

 

Esto ya no dio para más de sí (y no fue poco). Buen partido, excesivos apuros finales, pero los tres puntos son lo importante, que le sirve a nuestro Atleti para continuar como un rayo subiendo posiciones en la liga, a la par que distanciando poco a poco rivales. Esperemos que la tormenta rojiblanca siga fulminando rivales.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Buen partido de nuestra defensa, con un Reinildo cada vez a más, muy bien Herrera, más entonado Koke, pero hoy el pódium es, al unísono, para el Sr. De Paul vs. Joao Félix. Muchísima presencia y personalidad del argentino, mezclada con la magia, profundidad y la movilidad del portugués. Andan los dos de dulce, así que hay que aprovechar dicho estado de forma de ambos.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

No entendí que el Cholo cambiase a 3 tíos de golpe tan importantes (salvo el de Lodi) así, sin pan ni ná. Supongo que será porque ya los tendría preestablecidos en su perolo debido al esfuerzo de Manchester, pero yo no vi a nadie cansado, ni perdido, ni ausente. Y bien que lo notó el equipo. Dicho esto, me pone particularmente enfermo el puto automatismo del cambio siempre fijo de Joao Félix. Porque ahora no me pueden decir que el menino ande ni desmotivado, ni sin ganas, ni sin frescura, ni personalidad. Es una auténtica delicatessen, pero Don Erre que Erre es así. El año pasado me ocurrió lo mismo con Lemar, y este año le ha dado por Joao. Mucho cuidadito con estas gilipolleces, porque no se nos escaparon dos puntos de oro el pasado sábado de puto milagro. Y no todo los días es fiesta, Don Diego Pablo. Hágamelos, si quiere, un poquito más escalonados, hombre. Pero, con un 0-1 …

 

ÁRBITRO: Munuera.

Este es el más tonto de los dos, ¿No? Me cuesta diferenciarlos, no se crean. Aparte de la ración de tarjetitas en contra de rigor sin  ton ni son, se hizo notar en la tan absurda como justa expulsión de Correa. Venía ya caliente porque De Paul es un auténtico come-orejas profesional, que ya solo le faltó al hombre ver a Correa haciéndole un desplante con la mano aparte de acordarse de la parte noble de su señora madre. Lógicamente, no lo dudó un instante. Y como Angelito es un pobre infeliz, pues eso. Que también es muy fácil de expulsar.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 7 GRADOS).

 

El  Termómetro agradece el nivel mostrado por la muchachada tras la exhibición de Manchester, pero sabe que este equipo puede, debe y es su obligación el dar más de sí, mucho más. Y para poder hacerlo, en Vallecas hay que ganar por la cara, plebe, así que, venga … Todos conmigo … Partido de … “¡OBLIGADO CUMPLIMIENTO!”. Fenomenal. Así que me gusta. Que se me sepan todos la lección.

 

Para acabar, me gustaría dejaros una pequeña paja mental que me hice el otro día, cuando andaba todo atareado organizando la multitud de cuentas bancarias que poseo. Me apasiona no os imagináis hasta qué punto nuestro próximo enfrentamiento en Champions con el City. Guardiola vs. Simeone. No puede haber un duelo más atractivo hoy en día, máxime para un menda que me considero un gran admirador (deportivamente hablando) de ambos.

 

Y fíjense que, al contrario de todo el mundo, creo que lo que más valora Guardiola es el orden defensivo por encima del poder atacante. El tiene su teoría, que poseyendo el balón, no hay mejor forma de defensa ante el posible ataque de un rival. Por eso no le importa sobar y sobar el mismo hasta que consigue su propósito de ver el hueco para hacerte daño. En el fondo, lo que anda realizando es defender a partir de la posesión. Pero eso. Defender. Para ello necesitas de un equipo muy poderoso técnicamente hablando, que ocupe bien todos los espacios y que conviertan la paciencia con la circulación del esférico en su máxima virtud.

 

Por el contrario, yo creo que al Cholo lo que más le gusta es atacar. Por eso a Don Diego Pablo le mola hacerlo directo. Tres-cuatro toques a lo sumo. A la yugular, y ahora, mejor que dentro de 5 minutos. Para ello necesita de un equipo con una velocidad en la circulación de balón imponente, precisión suiza en la ejecución de la llegada, y pegada final. Gente rápida, dinámica a la par que sacrificada. Y precisamente por ello, para desarrollar esto que es lo que más le chana, cierra espacios y realiza la correspondiente presión para poder desarrollar dicho juego. ¿Qué curioso, eh? El que más dicen que ataca, para mi es el que mejor defiende, y viceversa, el que dicen que menos ataca, es el que lo hace con más contundencia, efectividad a la par que brillantez.

 

Hala, una vez desarrollado mi ejercicio de onanismo ya citado anteriormente, sigo con mis millones de mis múltiples cuentas bancarias liado. Nos vemos el día del Alavés. “Yo me voy al Manzanares, al Estadio Vicente Calderón”.

 

17 de marzo de 2022

Manchester 0 - Atleti 1. MADCHESTER (por Don @Paulmarble).

Lo siento por ustedes, pero el miércoles me vine arriba tras el partido y me comprometí a juntar unas líneas con don Dueño. Así que las broncas a él.

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La Champions es una competición que me da infinita pereza, ya lo saben ustedes. Básicamente, sabedor que no la vamos a ganar nunca, lo único que me interesa es intentar robar a los organizadores lo máximo posible y pasar un par de noches grandes por temporada. Quizá por eso me tomo con algo más de calma los partidos. Eso sí, cuando la cosa va igualada me pongo a sufrir como siempre. Y lo sé por el número de pitillos. En un partido normal me fumo cinco: uno cinco minutos antes del encuentro, otro en el 22’30’’, uno más en el descanso, el penúltimo en el 67’30’’ y el último al finalizar. En un partido tenso llego a ocho: el anterior, el del 22’30’’, dos en el descanso, el del 67’30’’, dos en los últimos diez minutos y el del final. Reconozco que soy un puto coñazo para el que me tiene que sufrir al lado. Pero así somos. Y el miércoles tocó sufrir (viendo el partido repetido, no tanto como pareció). Obviamente, no fue como aquella noche en el Allianz Arena, pero hubo algún momento apurado.

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Manchester es una ciudad horrorosa, como casi todas las de la zona. Poco ayuda ese clima hereje, donde el sol, cuando sale, no calienta y la lluvia es casi perenne. Pero hay que reconocer que es una ciudad muy futbolera (dividida en azul cielo y rojo infierno) y musiquera. Madchester ¿Quién no ha soñado con La Haçienda? ¿Quién no tiene a Joy Division, Stone Roses u Oasis como grupos de cabecera? ¿Quién? Pero poco más tienen los pobrecillos míos.

Los hijos de mil Drakes habían sacado un empate injusto en la ida y se les notaba como muy creciditos. No sé por qué, la verdad; porque están haciendo una campaña horrible (como casi siempre últimamente). ¡Ojo!, tampoco es que nosotros lo estemos haciendo demasiado bien; pero estamos en ascenso, especialmente en resultados. Habría que hacer pagar esa soberbia innata a los piratas de la isla. Y a eso su puso el Atlético.

Old Trafford se vistió de gala con la FAncarta del Grupo y 3.000 soldados rojiblancos. En Madrid, Old Clandestinord también presentó su mejor aspecto. Nervios. Dudas. Tensión. Comienza el partido.

No apretaron los herejes de inicio (con el cambio del valor de los goles, parece que la cosa es menos dramática), pero nosotros estuvimos muy espesos en la salida de balón (muy mal Koke y Herrera en el principio). Un balón salvado con la cara, por la cara, por Oblak pareció despertar al Equipo. Tanto el Capitán como el mejicano, bien ayudados por De Paul, comenzaron a tranquilizar el partido y, con ello, llegaron las primeras ocasiones. Un jugadón rematado por João terminó en gol, pero fue anulado por fuera de juego de Ojos Bonitos. Poco después, el argentino se encontró con el portero robadonuts en un disparo a la escuadra. En el 40, por fin, llegó el premio a estos buenos minutos. Una muy buena jugada entre De Paul, João y el Marido de Erika (partidazo el suyo) terminó en un cabezazo a las mallas de Lodi.

Tampoco salió excesivamente volcado el club de fútbol más rico del planeta. Me cuentan que hubo una ocasión nada más empezar (estaba fumando todavía), pero poco peligro sufrimos. Nuestros centrales, ¡por fin!, estuvieron imperiales, ayudados por el Oblak de siempre. Bravos Lodi y Ojos Bonitos en banda. Junto y firme nuestro centro del campo. Peleones y solidarios los de arriba. Un cabezazo con paradón de Oblak y un remate cruzado fueron las dos más claras del rival. Tras sus cambios, que fueron de risa (la entrada de un tal Pogba, que hace anuncios y todo, supone un insulto al césped), ya sólo quedó aguantar, casi con placidez, hasta el final. Con éste llegó el momento de celebrar. Cuando no puedes viajar, te alegras mucho más por los que han viajado, coraje y corazón. HONOR A LOS 3.000.

Mientas, veíamos aquí la deportiva despedida que brindaba el entendido público local a nuestro Entrenador. Y luego se permiten, los hijos de la gran Maggie, de criticar que no nos guste el buenismo ese, tan practicado allí, de, por ejemplo, hacer el idiota arrodillándose antes del partido. Ellos son los buenos; es lo que ha vendido siempre el establishment británico y, lo que es peor, se lo hemos comprado.

 

Como siempre, parece que no le gustó mucho el juego del Atlético al rival eliminado (rival que fue superado con bastante claridad en la eliminatoria, por cierto). Mejor. El partido nos hizo recordar al Equipo sólido de tiempo atrás. ¡Ojalá sigamos el Camino!

No sé qué nos deparará el futuro. Lo único que tengo claro es que si recuperamos el rigor atrás, plantaremos cara a quién sea. Y eso me vale.

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Decía la sin par Almudena que su Abuelo (Atlético fetén por lo que comentó) le había enseñado a diferenciar triunfalistas y triunfadores. Los primeros sólo se reafirman con la victoria. El triunfador es el que afronta cada mañana, cada día, cada proyecto, cada partido, como un triunfo. Luego, quizá, salga mal; pero en ello ponemos nuestro empeño, nuestra vida. Dios nos hizo triunfadores de la Vida, Dios nos hizo del Atlético. Gracias, Dios mío.

 

FORZA ATLETI SIEMPRE.

 

14 de marzo de 2022

Atleti 2 - Cádiz 1. Vuelta a las andadas.

Otra vez que nos adelantamos en el marcador sin apenas aposentar nuestras posaderas, gracias a un generoso regalo de Ledesma sobre Joao Félix, que el chaval no desaprovechó y puso el 1-0 en el marcador. Un par de minutos de juego, a lo sumo. Lo que indica la lógica es que, un equipo tan necesitado como el gaditano de puntos, se ponga nervioso y se pueda llevar otros cuántos más tras un gol tan tempranero. Lo que dice la práctica, es que el Atleti es incapaz de aprovechar dicha circunstancia para, digamos, darnos una alegría en forma de goles y de buen fútbol a los sufridos seguidores colchoneros. Y nos obsequió con otra puta mierda de partido integral. Esto nos está generando un problema principal: la peña se aburre. Y cuando pasa esto, uno acaba bastante enfadado, la verdad. La lógica de la sinrazón.

 

Partido en viernes. Ideal para los juerguistas empedernidos. Así acabaron muchos de ellos: apenas se enteraron ni del resultado. Pero en el fondo les envidio. Porque si se ponen a ver, en plan serio, el partidito que yo me tragué, tela, telita, tela. Porque en la primera parte sólo hubo un equipo: el Cádiz. Y en la segunda, tres cuartas, no se me vayan a pensar. Le bastó entusiasmo, estar bien plantado en el campo y ser valientes y decididos, para dominarnos de cabo a rabo especialmente este primer periodo. Sí. En nuestra casa. Si. Con un ambiente fabuloso. Sí. A pesar de ponérsenos todo de cara. Sí. Da igual. Cuando este equipo decide estar en plan indolente y perezoso, es único. Lo malo es que esto llega a exasperar. Y esto último me pone de muy mala milk, no lo puedo evitar.

 

Y pudo ser peor la cosa, si el árbitro no se echa atrás en la expulsión de Reinildo, la cual me pareció rigurosa, pero, como cuando uno anda tan enfadado y mosqueado con lo que está viendo de su equipo, al final le afectan menos estas historias arbitrales. Si le expulsan, que se joda. Yo lo hubiese hecho con muchos más, de hecho. Hasta que, en el minuto 44, llegó lo que tenía que llegar, lo que era más que justo, y lo que realmente merecieron los chirigoteros.  Centro lateral de un tal Espino y remate a placer del levantador  de pesas de Negredo. La jugada de siempre. El vicio de toda la puta temporada. No se defiende un centro lateral porque no mola, porque no tenemos ganas y porque ya. Y porque sí.  Y porque te. ¿Quién marcaba al delantero vallecano? El enésimo misterio sin resolver por parte de la broma pesada que es nuestra defensa este añito. Lo que ha sido uno, y en lo que se anda convirtiendo.

 

La cosa empezó diferente en la segunda parte, pero vamos, que tampoco para tirar cohetes, no se me vayan a emocionar. Una buena ocasión del dorsal número 8, que fue un mar de dudas entre controlar un balón en el área, o disparar directamente, con lo que al final, lógicamente, la misma se perdió en Guantánamo. El Cádiz, por su parte, no se crean que se amilanó ni se echó para atrás en ningún momento, más bien al contrario, siguió al pie de letra la estrategia dictada por Sergio Rodríguez y continuó dando buenos sustos con la movilidad del Choco Lozano, entre otros.

 

Seguía yo, mientras, con mi cara de vinagre caducado, contemplando el brillante “espectáculo” hasta que, en el 70, un disparo del imprescindible Correa lo despejó Ledesma hacia el centro de la portería, cayéndole el balón a placer a De Paul para anotar el 2-1 que terminó definitivo. Hala, ya tiene Míster Postureo para hacerse nuevas fotitos, nuevos tatuajes, nuevas fotos de perfil en Instagram y nuevos reportajes en el GQ ese. De lo de jugar al fútbol, ya hablaremos otro día.

 

El final del partido fue exactamente igual que todo lo que os he contado anteriormente: el Cádiz rematándolo  todo dentro del área, cabezazo va, testarazo viene, faltando un cuarto de hora otro enésimo centro lateral que Oblak no terminó de atajar en condiciones, el balón le quedó muerto a Luis Hernández y Giménez salva prodigiosamente desde la línea de la portería su remate. ¿Conclusión? Enésima nueva lesión del Comandante Giménez en su haber. Me quiero morir.

 

Para colmo de desaguisados, y cuando por fin consigo ver algunos minutos a mi ansiado Javi Serrano, el chaval hace una falta dura pero de fútbol, y el puñetero Mister Proper ese de arbitrucho, como la tenía clavada desde la no expulsión del Reinildo en la primera parte, decide sacarle la roja directa. Con un par. Todo un sufrimiento, todo descorazonador, todo dominio y todo pundonor del Cádiz, que mereció la victoria, pero que se encontró con la derrota. Y es que los goles hay que meterlos, amigos, por mucho que uno genere.

 

Si el objetivo de este partido por parte de los del Cholo fue reservarse para lo del martes, lo consiguieron fehacientemente. Un trabajo más que brillante. Sacaron el partido prácticamente sin dar ni golpe, como buenos Funcionarios ATM Firm. Qué desesperación de equipo. Vuelta a las andadas, lo sé. Si se creen que jugando así vamos a eliminar al Manchester, ja. “Me río yo de verme tan bella en el Espejoo, como cantaba mi admirada Bianca Castafiore. Yo, sin embargo, acabé como el pobre capitán Haddock. Vean si no me creen, vean …

 

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Pues se lo doy al Cádiz, por su persistencia, honradez, valentía y personalidad mostrada en el Metropolitano. Si siguen jugando en esa línea, convencido estoy de que se salvarán.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

El Reinildo ese cada día me parece peor. De la enésima lesión de Giménez ni hablo, he adoptado la sabia postura de la vaca que pasta tranquilamente viendo el tren pasar (señor Patriota dedicated). Y del partido que hizo Koke, prefiero no deciros lo que pensé de él, porque le quiero demasiado y me niego en rotundo a faltarle al respeto a mi Capitán.

 

ÁRBITRO: González Fuertes.

Fuertes hostias había que darle al individuo este. Desquiciante a más no poder. Hizo el ridículo con lo de Reinildo, y lo pagó con el pobre Javi Serrano. Hay que ser miserable y ruin. Una basura con patas.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 7 GRADOS).

 

Estamos de coña, ¿no? Partido de obligado cumplimiento … y gracias, que si el extraordinario Termómetro se basase en las impresiones del partidito de marras en cuestión... Lo dicho. Denle las gracias. Pero que muchas muchas muchas gracias.

 

Y mañana, el no va más. Como jueguen como el viernes, Muerte. No hay opción posible a nada. Como lo hagan como el Atleti, pasaremos fijo. Morir o vencer. “Como siempre, cada domingo, hoy volvemos a estar contigo”.

 

7 de marzo de 2022

Betis 1 - Atleti 3. Muscho Atleti.

Este Atleti que volvió a ser y a recordarme, un poco, el que viene siendo durante toda la puñetera temporada. Este Atleti que se adelantó en la primera acción de peligro que tuvo, en una buena internada de Correa, que cedió el pase a la perfección tras la ya de por sí inteligente maniobra de Joao Félix, retrocediendo a su vez un poco su posición para facilitarle la asistencia al argentino. Este Atleti que tanto me acojona cuando se adelanta tan prontito en el marcador. Cuidado Atleti.

 

Este Atleti condenado que se le ha olvidado por completo cerrar un puñetero partido como Dios manda. Este Atleti que recula hasta límites insospechados. Este Atleti que cada saque de esquina en contra es una taquicardia total, cada centro lateral un sinvivir, cada saque en largo de Oblak, o despeje de Giménez o de Felipe, es un volver a empezar para nuestro equipo rival. Me aburres, Atleti.

 

Este Atleti que divierte, y de lo lindo, al espectador neutral, eso sí, convirtiendo cada encuentro suyo en un homenaje a cualquier buena tragicomedia que se precie. Este Atleti que, si si tuviese ya pocas lesiones de por sí, apenas cumplida media hora se le lesionan dos nuevos elementos, Sime y Correa. Este Atleti que, debido a tal circunstancia, me sacó una pequeña sonrisa, al imaginarme al Señor Patriota completamente exasperado en su casa ante tal circunstancia. Hospital de campaña Atleti.

 

Este Atleti, que es capaz de desaprovechar una contra a nuestro favor de tres delanteros para un defensa, demostrando Carrasco, una vez más, mi teoría inefable de que cuando un delantero tiene más tiempo que pensar del que debiese delante del portero, termina haciendo el gañán (porque es complicadito teniendo a Joao Félix solo, a Lodi más al fondo solo también, se la termines echando al defensa que viene como un poseído remando desde atrás, por no hablar, claro, de que también podía haber chutado el propio Carrasquito de mis entretelas). Qué se había fumado Carrasco antes de salir al Villamarín, todo un misterio para mí, pero que empanadilla total que llevó todo el encuentro, sus muertos. Ayy, qué Atleti.

 

Este Atleti al que siempre convierte a Tello en internacional (es muy bueno, extremito de los de antes, especie a extinguir, desgraciadamente, añado). Cómo se salvó del gol tras centro del dichoso Tello, corte inverosímil de Giménez, y rechace posterior en Paul (el de ellos, del nuestro es que no quiero ni hablar, al menos, de momento), desde el área pequeña, que sale por encima del larguero. Este Atleti cuando uno va viendo que, poco a poco, se masca la tragedia. Nos van a empatar, Atleti. Mira que te lo estoy diciendo. Espabila, Atleti.

 

Este Atleti que se vuelve a salvar tras un remate a bocajarro, más solo de la una, de Bartra tras un saque de esquina, mientras nuestro incalificable De Paul andaba retocándose su enésimo tatuaje. Este Atleti vulgar, vulnerable, soez y, por momentos, patético. Te mato, Atleti.

 

Este maldito club que pasa de todo, que permite que uno de sus jugadores, en estos momentos decisivos del discurrir de la temporada, se permita el lujo de sacar hasta vídeos porno y todo anunciando a bombo y platillo su fichaje por su nuevo Club, cuando tenemos todo aún por disputar. Claro, luego nos extrañamos de que, por ejemplo, mi hermano Manolo, que andaba viendo el partido conmigo en casa, lance un improperio diciéndole que se vaya ya a tomar por culo cuando el Señor Herrera, en el minuto 50 y en pleno asedio local, al borde del descanso, se ponga a sacar el balón jugadito, controladito y rodeado de rivales presionándole, en vez de mandarlo al santo guano, carallo. Lógicamente, le terminan robando el balón y, cómo no, le cae al citado Tello, que se saca un precioso disparo ajustado al palo batiendo de forma inapelable al bueno de Jan. Y, mientras tanto, Oblak desesperado, indicándole al citado chamaco que la cabeza le tiene que servir para algo. Yo te doy una idea, Jan. Para cortársela, por ejemplo. De aquellos polvos vienen estos lodos. Estos delincuentes de dirigentes de nuestro Atleti. Maldito Atleti.

 

Este Atleti que comienza de nuevo la segunda parte con susto tras saque de esquina (mira qué es raro, oigan) del Presidente del Club de la Comedia, el farfán  de Joaquinito, o graciosete estúpido análogo, en un saque de esquina directo, en el que Joao decide realizar su primera clase de capote en el arte del toreo, apartándose del balón cuando está, supuestamente, cubriendo el primer palo, obligando de nuevo a Oblak a realizar una parada inverosímil. Joao, mal. El que le pone a defender eso, peor.  Dichoso Atleti, malditos córners.

 

Este Atleti que tampoco aprovecha los saques de esquina que tiene a favor, rematando bien Felipe al palo, remachando fatal Giménez cuando tenía todo para batir plácidamente a Bravo. Este Atleti, otrora inigualable en el balón parado, y que ahora es capaz de sacar una falta lateral en ataque a nuestro favor, ir retrocediendo el balón para acabar en los pies de Oblak, tal y como nos demostró perplejos que fue capaz de hacer durante el primer periodo. Este Atleti es tan “simpático” que a veces parece un invitado del Club de la Comedia en cuestión. Y este Atleti, bromas, las justas, oigan.

 

Este Atleti que, en el minuto 61, sin embargo, Dios, o el Espíritu Santo, o una mezcla de ambos alineados con todas las constelaciones de estrellas y galaxias habidas y por haber en el mundo, consiguen que De Paul de un pase … ¡Uno solo! En condiciones sobre la internada de Llorente, este recuerde aquél que fue hace tan solo un año, se marche como una exhalación por su banda derecha, y meta un preciso pase, en el momento justo (ni un segundo más, ni una milésima menos) para que, de nuevo, Joao Félix, logre adelantarnos en el marcador. Contragolpe puro y duro, nuestras auténticas señas de identidad. El Atleti.

 

Este Atleti al que al pobre Joao, entre un mano a mano sacado por Bravo, y otro maravilloso gol desde el centro del campo del portugués, anulado salvajemente por ese homenaje a la mediocridad más absoluta que fue Cuadra Fernández, “árbitro” del partido de ayer, le privaron al chaval de su más que merecido hat-trick. Genuino y clásico a más no poder Atleti.

 

Este Atleti en el que, por fin, en el 81 de juego, le dio por empezar a aparecer a su dorsal número ocho, y en una prodigiosa arrancada desde su campo, ridiculiza hasta decir basta a Victor Ruiz, y cede el pase de la muerte hacia Lemar, para poner la sentencia definitiva (con todo el riesgo que suele ser realizar tal afirmación tratándose de “este Atleti”) en el marcador. Otra contra de enciclopedia. Mi Atleti, nuestro Atleti.

 

 

Y fin de la nochecita. Victoria al canto, frente al finalista de Copa, en un partido vibrante, con muchas alternativas para ambos equipos, pero que terminó llevándose el que mejor supo interpretar su papel de loco imprevisible, frente al Curro Romero del fútbol Español. Este Atleti, “Musho Atleti”.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Oblak recupera sensaciones, Llorente también. Bastante bien Lemar, conduciendo a la par que distribuyendo el balón con jerarquía y autoridad, pero Don Joao Félix sigue de dulce, brillante, participativo, fresco, ágil y con gol. Decisivo, vamos. Que es el auténtico rol para el que se le fichó. Y es que, mis protegidos jamás me fallan.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

El partidito otro de mis protegidos, Carrasquito, es para hacérselo ver, ¿Eh? Reitero: salió drogado y fumado perdido. Ojito al control antidoping del belga. Claro que, nada comparado con esa máquina de perder balón sí, balón también, que fue De Paul. Qué manía de ralentizar el juego, dándose la vuelta, intentando aguantar el balón para terminar finalmente perdiéndola. Y una. Y otra. Y otra. Y otra. Y otra vez. Hacía tiempo que no me sacaba de mis casillas nadie, y eso que estaba en el sofá prácticamente tirado debido al maldito enfriamiento que debí de pillar el jueves, y que me ha tenido todo el maldito finde para el arrastre. Y dejo ya de escribir sobre De Paul, que veo que me vuelve a subir de nuevo la puta fiebre.

 

ÁRBITRO:

Cuadra Fernández. El que me faltaba para mi fiebre. Qué auténtica colección de despropósitos pitó este señor. ¡Qué tarjetas, qué faltas, qué manera de interpretar el reglamento! Eso, por no hablar del gemelo del Señor Mármol, el ínclito Iglesias Villanueva, que andaba jugueteando con el VAR. La mano del defensor bético, mandando el balón a córner, ¿Cómo no se puede pitar hoy en día, con lo que está cayendo por ahí, Señor mío? O ese robo de balón casto, puro y limpio hasta decir basta del dorsal número ocho para que Joao metiese uno de los goles de la Liga, sin lugar a dudas, y que, vista la inutilidad suprema del señor de la puta Cuadra, no entiendo como el VAR tampoco entra en escena. Los arbitrajes del Atleti. La historia de nuestra puta vida. Pobre Atleti.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 7 GRADOS).

 

Rival directo, jugándonos los cuartos a cara y cruz,  a tumba abierta, bien merece que, al fin, el Termómetro sea generoso a la par que justo, y conceda una subida de nada más y nada menos de 3 gradazos entre pecho y espalda. ¿Ven como nuestro guía espiritual nos compensa cuando realmente lo merecemos? ¿Ven como nuestro Faro, ilumina nuestro camino áspero, seco y duro, con su resplandeciente y rojiblanca, a la par que brillante luz? ¿Dónde andan los incrédulos del orto ahora? Las comadrejas huyen despavoridas, mientras, el Termómetro es todo estabilidad, sapiencia y saber hacer. Se me vayan aprendiendo todos la lección, háganme el favor.

 

Y el viernes, el Cádiz. Día extraño, rival juguetón. Que se nos confíe nadie, que este partido habrá que roerlo también. Y mucho. “Había una Pandemia, en toda la Nación, pero el Frente quería, que salieras Campeón”.

 

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