25 de octubre de 2020

Atleti 2 - Betis 0. La Alegría de ser del Atleti.


Debería de empezar esta crónica agradeciendo a todos y a todas vuestro apoyo, tras una semana excesivamente movidita después de mi entrada como un elefante en una cacharrería tras mi despropósito de ¿crónica? escrita como consecuencia del día del Celta. Sin embargo, hoy os hago un Francisco Umbral, y no. No he venido a hablar de mi libro. He venido a charlar sobre lo maravilloso que es ser hincha del Atleti.

 

Todos estamos viviendo situaciones difíciles especialmente con nuestro deseo de volver a la grada, a nuestras previas, a nuestro fútbol, al aroma de tabaco, petas, maría y demás flores silvestres de los alrededores de nuestro sitio en el Metropolitano, a tomar la penúltima sucia y caliente cerveza a toda leche al salir del campo, pillada a cualquier especimen que se precie, sin importarnos en exceso precio, calidad o higiene personal del tipo que nos la proporcione en cuestión. Pero esto va para largo, y si queremos no terminar de perder la magia de lo que más nos gusta hacer en la vida, tendremos que buscárnosla de cualquier otra forma para no terminar de perder la magia.

 

Yo he decidido, con mi más escrupuloso cuidado especial ante la situación que andamos padeciendo, sin bajar la guardia ni un solo instante, y, en definitiva, sin hacer el papanato, siempre, por supuesto, dentro del marco más estricto de la ley, ver los partidos con mis Hermanos de la Rock&Roll en el Despacho a partir de este mismo pasado sábado.

 

Y no. No me arrepentí para nada, más bien al contrario, pasé una tarde deliciosa (paseíto desde Carabanchel hasta Arganzuela-Planetario incluido).

 

Sinceramente, necesitaba algo así. Volver a sentir la alegría de ser del Atleti, pero de verdad. Empezar a ver un encuentro un tanto dubitativo, en el que el Betis salió a por todas, mientras nuestro equipo aguantó los empujes verdiblancos con los recursos que suele emplear cuando no tiene muy claro el plan que afrontar: aguantar, no complicarse la vida, intentar contragolpear (algo que al tener ahora la referencia siempre arriba de Luis Suárez tenemos mucho más claro el cómo ejecutarlo), a veces brevazo va, otras melonazo viene, y, como suele ser norma de la casa, para todo lo demás, Jan Oblak.

 

Del megachachipirulidelahostiayesquetecagasboys del partidito de marras anterior, apenas vi el cuarto de hora final. Oigan, en mi defensa, papee con devoción cristiana un buen par de huevos fritos, con patatas y torreznos, amenizado todo con una excelente botellita de vino. Eso significa siestón del 12, aparte, por supuesto, de que dicho encuentro paralizamundos de acontecimiento me importa entre un bledo, y bledo y medio. Hago este pequeño paréntesis porque esa Penelopística comentarista de Movistar Plus denominado Carlos Pamplínez, o meméz análoga, (si, es que indicó un día en un desgarrador grito eso de “¡ASEEEEEENNNSIIIOOOOOOOO!” como si de la mismísima Pe Cruz anunciase el Oscar de su (¡PEEEDRROOOOOO!), dijo, en una intervención del pequeño canguro vikingoidal, que hoy en día los porteros (ningún guardameta) atajaban ya el balón. Vaya por Dios, qué pena y cuánta incultura que hay por el mundo, porque si por algo Don Jan Oblak es el mejor portero del mundo, pero vamos, con una diferencia sideral con el resto de los compañeros de profesión humanos y no humanos, es precisamente porque, o bien, efectivamente, suele siempre pillar el balón y embucharlo sin complicaciones, o, como mucho, a veces lo despeja pero ojito, con vista, sin conceder jamás segunda jugada. Yo le recomendaría a tan cineasta narradora tirabragas de partidos, que contemple ayer por ejemplo el paradón que hizo Don Jan a remate de cabeza a bocajarro de Carvalho, o a un posterior despeje tras disparo envenenado del peligroso terrorista islamista ese del Fakir. De verdad, aburren mucho, aunque, lo más divertido, eso sí, es el ridículo que no se cansan de hacer. País.

 

Luisito Suárez, mientras tanto, marró las ocasiones más claras en nuestro duelo de puñetazos sin demasiado control que fue dicho periodo. Al final, empatito al descanso, y a echar el piti de rigor.

 

La segunda parte el Atleti se convirtió en una ciclogénesis imparable de fútbol en contra visitante. Fue un segundo tiempo espléndido, brillante, colosal. Un auténtico vendaval de balompié, por momentos, hasta sumamente divertidos. Nada más empezar este periodo, una auténtica genialidad de cambio de ritmo de Llorente se convirtió en el primer tanto colchonero. Los puristas de esto del fútbol, podremos reprochar a Bravo que a un portero de su experiencia no le pueden anotar un tanto así como así por su palo. Por el contrario, a los que intentamos analizar con un poquito más de sutileza nuestros comentarios, observamos cómo el bueno de Marcos aguanta prodigiosamente hasta el último instante el qué va a hacer con el balón al final en cuanto llega a la línea de fondo, para, a continuación, y cuando ve que el guardameta chileno se vence intentando anticipar su posible centro de la muerte, se la clava sin remisión posible disparando directamente a puerta, dando el balón en el segundo palo, y terminando de entrar en la red. ¡Qué alegría volver a cantar un gol en compañía de tu gente! Yo supongo que todos los tantos se cantaran más o menos igual en todos los sitios. Lo que sí que os puedo garantizar es que los Atléticos cantamos cada uno de los nuestros como si fuese el último que sepamos que íbamos a contemplar en nuestra puñetera vida. No es cuestión de rival, ni de competición, ni de torneo. Nosotros lo simplificamos todo en un simple concepto: gol del Atleti. Mejor. ¡GOL DEL ATLETI! No hay más.

 

Tuvimos ocasiones a go-gó (Carrasco erró la más clara porque emuló a nuestro Niño Torres, y ya saben que cuando tenemos demasiado tiempo para pensar, lo hacemos en demasiadas cosas, y al final, pues eso, nunca terminamos por definir como Dios manda – ojito, asistencia de frac de Don Joao Félix añadida-). El chaval portugués es un buen hijo, todo educación y saber estar: a nuestros invitados en nuestra casa, les deja pasar, les da la mano, les echa un poquito de colonia antes de recibirles para, a continuación, permitir que se adentren cómodamente con la mejor de la sonrisa posible en su boca. Eso sí, cuando es él el invitado en casa ajena, viste sus mejores galas y se convierte en el mejor ladrón de diamantes posible que pueda existir. Conquistará a tu dulce hija sin pestañear, mientras coqueteará con tu señora esposa con suma clase y distinción. Y sí. Es muy probable que, al final, te quedes sin cría, sin esposa y sin joyas. Y hasta sin casa también. Ladrón de guante rojiblanco, que lo llaman.

 

Un entregado para la causa Herrera también tuvo la suya, en un brutal toque de billar con efecto al balón, que se estrelló con una belleza inusual en el segundo palo del incrédulo Bravo (que realizó paradas de muchísimo mérito, ojito). Herrera también lanzó un misil de los suyos, pero el chileno, erre que erre, con su afán de atajar lo posible y lo imposible.

 

Era un tiempo para haber acabado ya con un cinco o seis cero, sin mayor complicación. Pero es que nosotros somos el Atleti, la adrenalina la tenemos que tener siempre a flor de piel, y, sinceramente, somos mucho más felices con la explosión de júbilo final con el tanto de Don Luis Suárez (importantísimo que vaya pillando el rol de que, sí o sí, tiene que anotar gol por encuentro), en el minuto ya 90, que no habiendo disputado ya con un tres o cuatro cero de rigor este segundo periodo, en el que ya nos hubiésemos ido del partido por completo hablando de no sé qué viaje, con cierto individuo dándome collejas sin parar por no sé qué o cuál comportamiento de servidor (recuerden, no he venido a hablar de mi libro), o yendo a por birra va, birra viene (bueno, les soy sincero, esto no cambió en exceso, fuese cual fuese el resultado).

 

¿Conclusión final? Gracias, Dios mío, por ser del Atleti. Qué alegría es ser de este equipo.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Oblak en su nivel, Savic infranqueable, Koke jamás me defrauda, pero Llorente es cada día más decisivo y letal. Dicho esto, que nadie olvide al creador del invento, que no es otro que sí, que soy muy pesado, que tal … Don Diego Pablo Simeone. Pero el chaval lo está haciendo de cine. Lo siento por los de la guadaña fundamentalista colchonera. Otra vez será. Y esta vez quiero destacar a un bético: Tello. Me encantaba en el Barsapasta, en el Oporto, y no lo hace menos en el Betis. Qué pesadilla de pibe, por Dios.

 

EL LEMAR DEL ENCUENTRO:

Hermoso no es lateral, y se le nota, pero se entonó bastante en la segunda mitad. Trippier, sin embargo, parece la calle Preciados en plenas fechas navideñas. Y a Felipe no le termino de ver muy entonado tampoco. Son ustedes inteligentes, por otro lado, y se habrán dado cuenta a la perfección del cambio de nombre de la Sección. ¿Para qué complicarnos ya más la vida con esto?

 

ÁRBITRO:

El ínclito Mateu Lahoz. Amonestó a Luis Suárez y a Koke, imagino, porque creería que llevaría poco tiempo sin cobrar su obligada cuota de pantalla, y claro, para una “pito-star” como él, eso es imperdonable. Sigue coleccionando reglamentos, por otro lado. Cada cinco minutos, cuenta con una nueva versión actualizada.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (0 GRADOS).

Lo subo 2 grados por la inmerecida victoria en Vigo, mientras que lo de ayer, obligado cumplimiento. ¿Cómo? ¿Qué? Un respeto a sus mayores y superiores, por favor …

 

Esta crónica se la dedico a mi cachorrín David, a su encantadora Patri (no hay quién pueda con vosotros, pareja), y al señor que tuvo a bien ayer hacer terapia de mi sufrido coco conmigo y logró hacerme pasar una tarde sencillamente deliciosa. No le voy a mentar, porque me da que no le gusta que aparezca su nombre en exceso en este tipo de saraos. Sé el esfuerzo titánico que tuvo que hacer, pero él es así: no es tipo de grandes titulares ni excesivos halagos. Es un tipo recio, sin más. Él no habla, simplemente actúa, y, sobre todo, y por encima de todo …. ESTÁ. SIEMPRE ESTÁ. Muchas gracias por todo, Hermano.

 

Y el martes, a por el Salzburgo ese (cuidado, que me suena que tienen algún Koreano por ahí que otro que es un puto dolor de muelas). Y tienen buen ojo esta gente con lo que suelen traer como jugadores, ¿Eh? ¿Les suena un tal Halland? Pues eso … “Cantemos todos al equipo que adoramos” …

4 de octubre de 2020

Atleti 0 - Vila-Real 0. Lo que podía haber sido/Lo que fue.



Lo que podía haber sido.

12 de la mañana, y viene mi cachorrín a buscarme en su nuevo coche. La primera parada obligada hubiese sido en la churrería de San Fermín, en la que hubiésemos desayunado unos deliciosos churros con chocolate de primera, pero de los de verdad. Después, ya rumbo al Metropolitano, en el que durante el trayecto nuestro entrañable David me hubiese abrumado con su apretada agenda: “a las 13 h. con Raúl y estos, a las 14 h. con los Sanders, a las 15 h. a por Rafita, a las 15,30 a saludar a Don Pablo. Después tengo un cumpleaños a las 19 h. A las 20 h. un bautizo de mi ahijado. A las 21 su propia boda. A las 22 tengo que ir a por mis padres. A las 23 h. en la Pedriza. A las 0 h. en Valencia. A las 5 de la mañana en Móstoles. A las 7 en Carabanchel. ¡Hostias, Patri! También tengo que ir a verla …” Corramos un tupido velo.

 

Por otro lado, mañana fresca, por cierto, con molesto aire, a lo que el gran Don Pablo hubiese contestado con su natural frialdad (“qué brisa más agradable que corre esta mañana”). Hubiese visto al Kapi, nos hubiésemos hecho unas risas con las aventuras y desventuras del Patroncito y sus convenios. ¡Y qué decir si hubiésemos ido también al aparcamiento, con el Señor Rojo and company, derrochando siempre generosidad sin parangón …”llevaos otras dos latas más, hombre, que están fresquitas”. No les digo nada si ya les da por ir también al Sr. Patriota, y a los Hermanos Raso. ¿Para qué queremos más? ¿Y sí aparece Don Rubio? Está claro. Ya no entramos al encuentro.

Y sí. Hubiésemos visto un partido, probablemente, deleznable igual, pero no … Porque a los 20 minutos, hubiese empezado un run-run en la grada, al que los entusiastas del Fondo hubiésemos respondido con nuestros cánticos a todo meter. Y el Frente, que hubiese visto la grada gélida ante tan patético espectáculo ofrecido por la muchachada, seguramente se hubiese dedicado a meter a toda la peña en la animación igual. Y, a lo mejor, los lindos muchachos de rojiblanco se hubiesen dignado a, qué se yo, realizar una internada por banda (aunque solo hubiese sido esa) o un disparo entre los 3 palos frente ese error de la humanidad denominado Asenjo, o meméz análoga, o crear una jugada combinada para llevarnos a la boca, un detalle, un taconcito, una pared, un regate, un pase entre líneas, una ocasión de gol ….¡ALGO, DIOS MÍO, ALGO! Obviamente, el resultado fue finalmente bastante dispar.

E igual hubiésemos empatado igual, pero oigan, hubiese sido un día de risas, de camaradería, de birras y más birras, igual hasta de tercer tiempo, yo me hubiese tomado la cerveza caliente de Alhambra que venden los putos moros al acabar el susodicho, y, quién sabe, la noche podría haber sido hasta larga y emocionante. Cualquier cosa parecida con la realidad, es pura coincidencia.

 

Lo que fue.

Realicé el primer cocidaco de la temporada (Don Rubio, Doña Tania, tengo una cuenta pendiente con ustedes en este tema, recuerden que los Lanister siempre pagamos nuestras deudas, ya concretaremos). Me salió delicioso, excepcional. Me puse tan hasta las trancas que me clavé una siestaca de impresión, que fue violentamente interrumpida a las 15:55 h. por la puta mierda del partido en cuestión.

 

Ya va uno de mala leche. Bostezando cabreado. Con mala predisposición. Se sienta en el puto sofá, y no termino tampoco de establecer mi posición clara. La pierna izquierda sobre la derecha, la derecha sobre la izquierda, tengo calor, tengo frío, giro la pantalla para verlo mejor, la vuelvo a girar porque no termino de verlo claro … Como se diría en el fondo …”¡UNA PUTA MIERDA!”.

 

Pasados 20 minutos, parece que empiezo a dejar de hacer el papanatas sobre el sofá y me dispongo a ver algo del partido medio relajado. Pero no ví nada. Absolutamente nada. La negación del fútbol más absoluta. Ni una jugada, ni una combinación, un ritmo cocidaco-cansino a más no poder, un chof-chof entre pase y pase sencillamente insultante, una absoluta falta de motivación, una ceremonia de la más absoluta de la exasperación, un horror, como dijo Marlon Brandon en “Apocapipsis Now” … “El horror”.

 

Yo no sé ustedes, pero yo estos tiempos los ando llevando fatal. Todas las cosas que me gustan hacer las tengo prohibidas. Y si, por lo menos, mi Atleti me entretiene un poco y me divierte viéndolo, aunque no sea igual que lo que podía haber sido, pues bueno está. Pero resulta que, si veo espectáculos como el de ayer, me replanteo todo, y empiezo a pensar: ¿”Dónde pollas está mi dinero del año pasado?”. “¿Por qué, a los socios del Celta – por ponerles un ejemplo- se les ha devuelto la pasta hace un siglo de los partidos que no han visto y a nosotros no?”. “¿Cuándo realmente espero volver a ir a un partido de fútbol en condiciones?” “¿Cuánto más me toca esperar?”. Y esta puta peña … “¿No se dan cuenta de lo que estamos viviendo, de lo mal que lo andamos pasando todos?”. “¿No piensan que ellos nos pueden intentar hacer la vida un poquito (aunque solamente sea un poquito) la existencia más feliz?”. “¿Es de recibo un encuentro como el de ayer?”. “En serio, ¿Sí?”

 

Ando triste, estoy quemado, con mogollón de dudas, con miedos, con temores, y mi válvula para vivir siempre ha sido, es y será el Atleti. Si no puedo ver a mi gente, tampoco hacer previas, y me tengo que limitar a lo que “disfruté” ayer, sinceramente, me tengo que replantear demasiadas cosas en mi vida, más un medio zumbado como soy yo. Así que no sé. No sé qué hacer. Pero ni puta idea, vamos. Y es que estoy harto. Muy harto. En fin. Lo que podía haber sido vs. Lo que fue.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Mi hermano y yo, por aguantar dicho engendro. Y mis colegas de ATM1903, por aguantarme mis putas gilipolleces.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Todo lo demás. El próximo partido así lo aguanto 10 minutos. Pasado este tiempo, me dedico a hacer algo más productivo, que estoy hasta la punta de la polla, hombre.

 

ÁRBITRO:

González al Cuadrado. Bien en líneas generales.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: - 2 GRADOS.

Empieza la depresión total, y el termómetro no puede ser ajeno ni dar la espalda a nuestros sentimientos. Ya vamos en la carrera con el curro fondón, pesados e, inclusive, hasta con desgana. Y dicho instrumento tiene que ser estrictamente fiel a nuestra situación real. Es la foto que nos define. Y a ver si alguien tiene bemoles para rebatármelo, oigan.

 

Y ahora, parón de la Selección. ¡Qué puta bendición, joder! No quiero saber nada ni de la misma, ni del Atleti, ni de su puta madre ocupando piso en Alcobendas. A seguir a tope con Shameless, con OZ, con Friends, con Patria y demás. Me pienso tirar 15 días sin ver a ni Dios vestido en calzoncillos dando patadas a un balón. Palabra de Tomi. “Yo me voy, al Manzanares, al Estadio Vicente Calderón….”-

1 de octubre de 2020

Huesca 0 - Atleti 0. Ya empezamos ...

 


Y no será que no les advertí en mi anterior crónica: ojito a este partido. Pues nada, que si quieres AdelHazard, Antonina …

 

De momento, y así sin ponerse uno a analizar el encuentro en sí, personalmente me cuesta un mundo meterme en el mismo cuando veo a mi equipo con esa extraña (por no decir espantosa, que es lo que es en realidad) equipación fosforito verdosa-amarilla irritante a más no poder (¿Dónde pollas andarán mis gafas de sol, por cierto? Menos risas, Don Rubio, que le caneo).

 

Sinceramente, empiezo a pensar que el objetivo de Nike o de quién pollas idee estas historias es esa: sacarnos de quicio. Empezar a ver al Atleti con una muesca de mal humor, de cabreo, de mosqueo, mala milk. Desde luego, conmigo lo consiguen. No sabía si andaba viendo al Villarreal, o al Cádiz, o al Barsa, o al equipo de fútbol de la Guardia Civil de Tráfico. Porque claro, no se puede jugar con la rojiblanca puesta y el pantalón rojo. Nooo … Ni hablar del “Peluquín” (puto Cerezo).

 

Cuando empecé a enterarme un poco de algo, osbservé muchos cambios que hizo el Cholo con respecto a su alineación frente al Graná. Desgraciadamente el equipo los notó … para mal. Para bastante mal, especialmente en el primer periodo. ¿Qué les puedo contar de este primer tiempo? No sé. Me levanté a las 6 de la mañana, ya que ayer me tocaba ir a currar a la ofi. Pillé el maldito metro del orto, y tuve un día especialmente ajetreado, ya que (y parece que lo hacen aposta para que lleguen todos los putos pedidos cuando rulo yo por mi trabajo) tuve un montón de jaleo en el almacén. De hecho, transportando unos cuantos Fortis (40, para ser exactos), me jodí mi muñeca derecha y dos dedos, debido al peso y al efectuar un extraño giro en mi ridículo intento de  transportarlos. Eso sí, afortunadamente no es la susodicha responsable de mi intensa actividad sexual (alabado sea Dios). Y ustedes se preguntarán. ¿Qué cojones nos anda contando éste? Si esto les parece aburrido y tedioso (que lo es), comparada con la primera parte que se marcó la muchachada equivale a la genial película de los Hermanos Marx “Una Noche en la Ópera”. No tengo más comentarios al respecto.

 

La segunda parte cambió bastante el percal. Fue un Atleti atolondrado, sí. Pero ofensivo, con ganas de llevarse el partido por lo civil o lo criminal. Intentó ser vertical (sin mucho éxito, especialmente en bandas, porque la actuación ayer de nuestros laterales fue para ver, luego me explayaré un poquito). Tuvo ocasiones clarísimas, y situaciones de gol también claras. El que más lo mereció fue Joao Félix, pero se encontró siempre a una defensa numantina, sumamente concentrada, que tapó todos sus disparos posibles y por haber, y el único que no logró desactivar, se encargó de ello Andrés Fernández, que ya antes había sacado la mejor ocasión del encuentro a Luis Suárez, en una mágica asistencia del menino, que el uruguayo, esta vez dudó al internarse en el área, y acabó sin espacio para poder anotar el ansiado tanto. También el fulerillo Llorente (desaparecido en combate el resto del encuentro) la tuvo, pero su balón lamió al final el larguero. Demasiada ansiedad.

 

Así que nada. Primeros dos puntos perdidos en uno de esos campos de equipos humildes (que no pequeños, como odio esa denominación, chapeau al Huesca, por cierto, y muy especialmente a mi admirado Míchel, que me parece un tipo sencillamente fantástico, aparte de un gran entrenador). Y ya empezamos todos con las primeras dudas. Los que creemos, empezamos ya a sentirnos heridos por cualquier crítica. Los de la guadaña 24x7, en su salsa, repartiendo estopa a diestro y siniestro sin control alguno. Empezamos con las primeras partes perdidas en la tercera fase. Empezamos a maldecir nuestra mala suerte habitual. Empieza la senda de los elefantes a volver a su actividad (este Atleti). No empecemos, por favor. Que acabamos de empezar. Ya empezamos …

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Joao Félix (primer partido que juega los 90 minutos, por cierto). El chaval sigue deleitándonos con detalles mágicos, con asistencias sublimes, y con una ambición y personalidad insultante. Esperemos que no se aburra. Por cierto, que no se me olvide, mal que pese a muchos, recuerden siempre: sin Koke, no hay paraíso.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Como ya os he dicho antes, espantoso partido de Lodi, que realizó algún centro rayando la psicodelia. Trippier tampoco le fue a la zaga (tuvo toda la tarde-noche un pasillo esplendoroso para meterse en la cocina hasta el fondo, y nada, ni una puñetera vez lo intentó, venga a poner bananazos sin ton ni son). Felipe tampoco estuvo muy allá, no se vayan a pensar (y mira que me gusta a mí, ¿Eh?). Me preocupa muchísimo lo de Saúl (entre él y Thomas, ralentizan el juego atlético una barbaridad, igualito que hace el Koke, sí …¡Ja (me río yo de verme tan bella en el espejooo)! Y de Vitolenco, qué decir. Vitolenco, Vitolenco, eres más inútil que un cuenco (lleno de cerveza sin alcohol, por supuesto). En fin. Llegarán partidos mucho mejores, lo tengo claro.

 

ÁRBITRO:

Un tal Adrián Cordero. Modélico.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (0 GRADOS).

 

“¡Venga ya, hombre! ¡Fueraaaaa! Osea, que goleando al Granada no lo sube, y empatando en Huesca no lo baja! ¡Fuera ya! ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!” … Sí. España es un clamor, pero el termómetro levita en estos casos. Tan ecuánime y equilibrado como siempre, somos conscientes de la dificultad de los equipos recién ascendidos al comienzo de temporada (sin la presión de los puntos, todo alegría, todo entusiasmo), y, no es que demos por válido el empatito de marras, pero no consideramos pertinente una bajada del mismo, así que, se queda como está. No hay más preguntas, señoría.

 

Y el sábado, el dichoso Vila-Real, que ya saben lo pésimo que se nos da. Otro partido al que no podemos acudir al campo (la vida futbolística se nos está escapando a borbotones, carallo). “El socio que pita al equipo, los que se van antes del final, que se vayan, se vayan, se vayan” …

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