Y seis añitos que van ya, ¿Eh, Carvajal? Venga, va. Le propongo un sencillo ejercicio: yo le reconozco que es usted un pedazo de lateral derecho como la Copa de un pino. De lo mejorcito que pisa hoy en día un terreno de juego, hablemos del lugar o de la liga del mundo que hablemos. Sin embargo, usted, por su parte, dice que jugar “contra un equipo que se dedica a perder tiempo y juega encerrado desde el primer minuto hasta el último es muy complicado”. ¿Quién de los dos tiene el sentido del ridículo por los suelos? Probablemente los dos, pero yo por otras causas ajenas a mi criterio futbolístico. Límpiese usted la boca de la espuma, que ya sé que seis años empiezan a ser telita, ya, pero, oiga, es lo que hay. Al fin y al cabo, no se desespere: enfrente tenía usted al Supercampeón de Europa. ¿Le suena la historieta de algo? Por cierto. ¿Dónde estuvo usted en la primera parte, alma de Dios? ¿Perder tiempo, dice? Se necesita urgentemente neurona de guardia para el señorito, oiga. Razón, la puta pocilga. Desternillante a más no poder.
Y, fíjense lo que son las cosas, uno, que no es muy amante de los partidos sin goles, sin embargo, me pareció un gran partido de fútbol. Fenomenalmente disputado por el Supercampeón de Europa en su primera mitad, que debió irse tranquilamente por delante en el marcador al descanso, a lo que contestó el Real Madrid con otra buena segunda parte, teniendo también sus opciones de llevarse el partido al final, así que sí, podemos catalogar el empate como justo, decisiones del señor Munuera aparte.
Lo dicho. Del primer tiempo fue amo y señor el Supercampeón europeo, hasta el punto de que Oblak bien pudo sentarse al lado de mi sofá a ver el encuentro tranquilamente. Bueno, exagero un poco, sí. Hubo una de Bale en un balón parado previo que cruzó lamiendo el palo. Y otra en que el bueno de Jan hizo la pared con Asensio para poder sacar más en largo con el balón en las manos (versión optimista donde las haya, pero es que cómo le puede uno decir nada negativo al bueno de Oblak, cómo). Entre Rodrigo, Koke, Saúl y Lemar (cada día me pone más cachondo el francés, qué quieren que les cuente) se bastaron y se sobraron, y se tuvieron dos fantásticas ocasiones para adelantarse en el marcador, en 2 manos a mano, el primero de ellos sacados por las protuberancias occipitales externas que le han aparecido al pequeño canguro desde que está como portero en el dicharachero equipo local ante una picadita de Griezmann, y el segundo aún mejor sacado por el cangurito saltarín ante otro mano a mano ante Diego Costa. Con lo fácil que es cruzar al primer toque según ya ves la cercanía de la línea del área ante la salida del guardameta de turno, y hala … puta manía de querer dar un toque más para terminar quedándose sin ángulo y sin opción clara de remate. No anda fino Costa, no. Pero se le quiere, y, por supuesto, se le esperará. Independientemente de esto, fue un gran Supercampeón Europeo: con personalidad, sacando el balón jugado y con verticalidad y rapidez en sus acciones. Sinceramente, y visto el escenario en donde andaban firmando autógrafos los colegas, no se puede pedir más. Hicieron honor a su nombre y a su reciente Título.
La segunda fue otro cantar (era lógico, no nos engañemos). El equipo local apretó como todos sabemos que lo suele hacer en su casa, pero Oblak salvó una mano a mano prodigioso a Asensio, y para todo lo demás, Don José María Giménez, del que un poco más adelante les hablaremos más tranquilamente. Los más críticos con nuestro Supercampeón de Europa me dirán que “ya se encerraron atrás como siempre y bla bla bla”. Los que intentamos ver este mundillo con algo de perspectiva, sin embargo, seguimos diciendo que los rivales también juegan, que, en este caso, además, es uno de los más peligrosos que podemos tener como enemigo, y que, aparte, cada día tengo más claro que el Atleti disfruta jugando así, (nosotros no, pero ellos se lo pasan pipa, en serio) y que oigan, parafraseando a mis queridísimos Barones Rojos … “Y si alguien lo ve fácil, qué venga a ver” … Que son 6 años ya, y no lo ha conseguido ni Dios en su puta historia. Que les voy a canear, joder …
EL CRACK DEL PARTIDO:
Del equipo local cójanse cualquier panfleto de esos que venden por ahí y les saldrán que la tortilla con Ceballos es la mejor. De los que nos interesan, de nuestra gente, grande Oblak, inmenso Rodrigo (nos pudo costar muy caro su cambio, de hecho, más que por quitar al chaval en sí, por sustituirle por nuestro coche de choque favorito, Correa, que terminó persiguiendo al Ceballos casi con un marcaje individual, recurso táctico que me abochorna un tanto, qué quieren que les diga, menos mal que el propio Cholo y Thomas arreglaron luego el desaguisado), gran primer tiempo de Koke, de nuestro dorsal número tres, de Juanfran, de Saúl … Pero un hombre por encima de todos: Don José María Giménez. No tengo la menor duda al respecto: no hay un puto central en este mundo ahora mismo como él. Y no conozco a un tío que represente mejor y de manera tan fidedigna los valores que representan su Uruguay. Uno se pone a compararle con cierto individuo que le ha estado quitando el puesto durante este tiempo atrás, y, en fin … Que no me quiero calentar.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Diego Costa anda el hombre como anda, y Antoine tampoco estuvo especialmente brillante. Fíjense quiénes les digo, y el resultado que obtuvimos. Póngase a soñar cuando esta parejita empiece a pillar la onda de verdad …
ÁRBITRO:
Munuera. Venga, va. Voy a pensar que unas manos dentro del área de Ramos, al venir rebotado el balón desde su cuerpo, el “reglamento” considera que tal acción no es penalti. Continuemos con que quitarse de en medio a un rival de un manotazo en la cara por parte del citado jugador puede ser catalogado como “tarjeta naranja” por ese citado “reglamento”. Admitamos también que un empujón del zampabollos del Casemiro sobre Giménez dentro del área sea “una de tantas acciones más del juego” (reglamento “dixit”). Lo que quieran. Pero oiga, la mano de Casemiro tras centro de Koke … Por favor. Es que no hay por dónde pillarlo. Ni “reglamento”, ni “pegamento”. ¿Conclusión? Con VAR o sin VAR, la vida en el Bernabeu sigue igual. Ellos cuentan con su “reglamento” particular, y tanto árbitro como VAR lo siguen a rajatabla. No sé de qué se extrañan, si de este plato andamos todos empachados ya.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (-3 GRADOS).
Aquí también sigue la vida sigue igual. Victoria de obligado cumplimiento frente al entusiasta Huesca, y punto conseguido mínimamente exigible para el Supercampeón de Europa en el balneario cervatil. Así que no se me alboroten, que este año se están portando, hasta el momento, muy requetebién.
Andamos en plena pomada (dedicado a todos los que se piraron el día del Eibar con el cohete en el bulla, tengo fotos, nombre, apellidos y localización de todos ustedes, prepárense, porque les pienso contar la Intercontinental de “p” a “pa” en espléndidos fascículos coleccionables a todo color). Y es lo que cuenta. Así que, el miércoles, Champions, frente al Brujas, equipucho que no me cae nada bien (guardo recuerdo muy negativos de su “afición” hace ya un porrón de años en una eliminatoria de UEFA de cuyo nombre no quiero acordarme). Por mi, porfa, pongámoslos en su sitio verdadero. “Que se mueran para siempre, para toda la alegría de la gente”.