Me fustigo sin piedad todos los días durante 3 horas. Me dejo el pelo greñudo a lo Aznar y las barbas con tirabuzones como los judíos. Me hago talibán y rezo a Alá. Voy a misa de 7 todos los días. Dejo completamente el alcohol, las cañitas y a los coleguis. No salgo más de marcha y reniego de las pibas aunque la mismísima Sarapova me pidiese jugar una partida de tenis juntos. No pruebo jamás ni un buen par de huevos fritos con choricito, ni una buena tortilla de patata ni una rica paeliita en Valencia. No vuelvo a adornar mi casa por Navidad. Abro la puerta a los mormones esos y les dejo que me den su charlote bíblico-eclesiástico.
No me vuelvo a ir de viaje jamás, ni siquiera al centro para pillarme un disco. Quemo mi colección de Los Beatles y David Bowie. Tiro a la basura todas las temporadas de los Soprano. Reniego a volver a ver jamás Los Padrinos. Paso de la porno del viernes del Plus. No vuelvo a pedir a ningún compañero en el curro que me lleve a casa, aunque tenga que subir la maldita cuesta que me toca todos los días que no viene él ad-eternum. No vuelvo a hacer otra clase de spinning ni a pisar más el gimnasio, aunque esto conlleve que mi barriga se parezca más a la de una embarazada de cuatrillizos, cochecito para los churumbeles dentro incluido.
Dejo de fumar. Abandono mi colección de camisetas del Atleti. Paso de volver a seguir más el Tour. Renuncio a ver los partidos de la liga inglesa, y de la Champions. Paso de volver a ver jamás a mi amado Cara. No vuelvo a escribir más en este bloq, ni en ningún otro más. Abandono a mis amigos de las nius. Me tomo todas las mañanas un vaso de leche con la mitad de miel y con 4 cucharadas de azúcar. Papeo todos los domingos filetes de hígado, y los sábados, sesos revueltos con gusanos. Me pillo toda la discografía de los Hombres G, Bisbal y Chenoa. Presento mi candidatura a Gran Hermano, a Fama y a todo repugnante concurso que se me ponga por delante. Sería capaz de hacer el amor a Mercedes Milá. Vestiría como Jesús Quintero. Me operaría la jeta tipo Belén Esteban. No me haría siquiera marica, me convertiría en locaza total. Me tiraría sobre el coche de Marcelo como buena quinceañera histérica que se precie. Mandaría realizar un busto a Dani Alves y lo pondría presidiendo mi salón. Empapelaría mi casa con posters de Roberto Carlos, CR9 y del delegado del Sevilla. Me tatuaría el rostro de Del Nido en la panza. Me pondría un peluquín a lo Cinexin.
Antes la muerte. Antes me mato. Cualquiera de las anteriores cosas que he expuesto, cualquiera, antes, que borrarme de socio del Atleti. Las luchas, perfectas, pero desde dentro. Estemos bien, estemos regular, estemos de pena, o no estemos siquiera, pero desde dentro. Mi número 1966 que me ha costado casi 35 años de mi vida … Ni de coña. No lo cedo ni por nada ni por nadie. Nunca jamás. . Antes me corto las manos, y me las papeo crudas …
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 16 grados).
Pues tampoco vi el partido de ayer. Ya para el año que viene supongo que terminaré picando y me haré del maldito Canal Pus Liga ese, porque claro, llega la Copa, llega la Europa League, y van a ser ya demasiados encuentros, así que espero que sea el último encuentro que os falle, aunque para lo que hay que contar … El termómetro, por eso de que estamos en Navidad, y hemos empatado frente a un rival directo, ni lo muevo. Quién me ha visto, y quién me ve …
Hacía tiempo que no había padecido un fin de semana así. Todo tirado, todo hecho polvo en la cama, sin apenas poder moverme. Un desastre total. No pude ir al gimnasio, no pude ayudar a mi madre, no pude ir a la cena navideña con los colegas, tampoco pude ir al Calderón, aunque, no sé si por delirios de la fiebre que me entró o qué, creo que presencié el encuentro, ya me contaréis.
Se jugó a las 21 h. de la noche, ¿No? ¿No fue el del Plus? La verdad es que vi un Atleti bastante renovado, bisoño. Al fin Quique Sánchez Flores (que extraño bigote que se ha dejado, ¿Qué no?) ha decidido apostar firmemente por un equipo de canteranos. Y a fe que la gente del Calderón lo agradeció, porque estuvo animando al Atleti sin parar desde el minuto 1 hasta el 90, con especial interés en la segunda parte, cuyo apoyo fue sencillamente espectacular.
Enfrente estaba un Vila-Real desconocido, vestido de blanco. ¿Pero esta peña no vestía de amarillo limón? La verdad es que el Atleti salió a comérselos, pero los de Castellón controlaron bien nuestros primeros embistes, hasta que una perfecta triangulación entre Cazorla (aunque le encontré un extraño parecido con Navas) y Senna (al que parece que su españolización le va emblanqueciendo, porque me pareció bastante a Kanoute, qué cosas que tiene la fiebre), se convirtió en el primer tanto visitante.
Sin embargo, los nuestros no desfallecieron en ningún momento, y lo intentaron de todas formas y de todas las maneras posibles hasta el final. Debido al estado febril que padecí, apenas logré conocer a la chavalería que puso en liza nuestro querido entrenador, pero que placer más grande fue el ver cómo se partían el alma y el corazón por esa preciosidad de camiseta rojiblanca, como transmiten ilusión, fe y esperanza a la afición aunque esté granizando y haga un frío de no menos de dieciocho pares de cojones. Perdimos, sí, 0-1, por el mayor oficio visitante, pero tuvimos 20 minutos en la segunda parte en los que le tuvimos absolutamente embotellados, sin apenas poder salir del área. ¡Qué gozada!
Y ese Calderón. Cómo vibraba ese Calderón, con ese Fondo Sur dejando hasta el último aliento de su garganta en post de la victoria. Sí, no ganamos, pero me acosté muy orgulloso, al fin, de ser del Atleti y ver a esos yogurines dejándose el pecho y la piel en el campo. Con ellos podremos llegar hasta el fin del mundo. Su fe sí que mueve montañas …
Suena el despertador. Sé que tengo que ir a currelar. Tengo en la cabeza un lío de tomo y lomo. No sé muy bien que ha pasado. Déjenme dormir, no me despierten, por favor …
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 16 Grados).
Lo bajo otros 3 grados más. Nuevo récord histérico. Que siga la fies ...
¿Cóncavo o convexo? ¿Medio lleno o medio vacío? ¿El Atleti mejora o sus rivales empeoran? ¿Asenjo se afianza o todavía sigue inseguro? ¿La defensa está más sólida o las delanteras rivales son impotentes? ¿Es sintomático el mantener 2 partidos consecutivos la portería a cero, o es simplemente anecdótico? ¿El centro del campo controla, domina y manda, o, sigue aprovechándose de la inspiración de los de siempre? ¿Reyes empieza a ser Reyes, o contra esos cualquiera? ¿Jurado maneja alguna batuta, o las pasa putas? ¿Assunsao está recuperando el nivel de final de temporada pasada, o es el tuerto en el país de los ciegos? ¿Escándalo Forlán está más atinado, o sigue con su empacho de novelas de Corín Tellado? ¿Valera nos vale como lateral derecho, o preferimos un juvenil? ¿El trabajo de Quique se va notando, o el Cuco Ziganda es un colega por plantear esa defensa Abelina? ¿El Kun vuelve a ser el Kun, o tendrá más la cabeza puesta en el Chelsea? ¿El pase de Reyes a Forlán en el primer tanto, es antológico, o pura chiripa? ¿El gol del Uruguayo, está hecho, o lo remata con maestría? ¿Quién le dio el balón a Agüero en el segundo tanto, Assunsao o Schuster? ¿Y quién remata el mismo con ese majestuoso control y velocidad? ¿Fue el Kun o fue Romario?
Es más, ¿Es Xerez un equipo de Primera, o es que el Atleti demostró que es (o era) un equipo Champions? ¿Es Renan un porterazo como la copa de un pino, o los nuestros rematan al muñeco? ¿El césped de Chapín, es un campo de fútbol, o un pasto porcino? ¿El balón rodaba mal, o es que técnicamente los dos equipos andan justitos, justitos? ¿Perez Lasa es un árbitro de fútbol, o una denominación de origen calificativa de los mismos? ¿Anda en sus cabales, o es un demente armado?
Y yo aún diría más … ¿Empezamos ya a mirar arriba, o al loro con los de abajo? ¿La final de la Copa del Buey está hecha, o mejor ir paso a paso, y ya veremos? ¿El martes, frente al Oporto, titulares o suplentes? ¿Interesa la UEFA League, o no vale un pimiento? ¿Queremos dos títulos, o volcarnos en Liga y ver a dónde llegamos? ¿Empezará a tirar Quique de canteranos, o lo de subir la pasada semana a 7 chavales es un gesto de cara a la galería? ¿Ficharemos en invierno, o naranjas de la china? En Nochevieja, ¿Carne o pescado? (vaya … ya me he vuelto a columpiar).
Sin lugar a dudas, vivo sin vivir en mí …
EL CRACK DEL PARTIDO: Reyes vs. Assunsao. El utrerano está participativo, se empieza a sentir importante, se sacrifica más por el bien del equipo y está muchísimo más centrado. Todavía no es ni mucho menos el del Sevilla o el del primer año del Arsenal, pero parece emperrado en volver a serlo. Assunsao, por su parte, estuvo fantástico durante todo el encuentro. Es importantísimo que él recupere su mejor nivel, ya que es el único escudero auténtico que tenemos.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: ¡Qué gol que falló Jurado! Si lo veo no lo creo …
ÁRBITRO: Pérez Lasa. Pues eso. Denominación de origen “Pérez Lasa”. No es que sea malo, es que es un desequilibrado mental con patas. Se come una roja flagrante delante de sus narices por un auténtico puñetazo de Keita sobre Juradín. Anula un tanto legal a Escándalo Forlán, y, para colmo, se inventa la expulsión de Domínguez por dos infracciones en la que una no era ni falta y la otra es evidente que el balón le va a la mano, y no al revés. Es un tipo peligroso este Pérez Lasa. Muy peligroso.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO ( -13 Grados).
Por ganar al colista que nadie espere que suba un solo grado. Aunque bien es cierto que se me había olvidado la última vez que ganamos a un colista fuera de casa … Nos vamos a acordar mucho del lamentable primer tercio de temporada realizado. Pero mucho.
Un continente paralizado. Dos ciudades enfrentadas. Dos filosofías de ir por la vida hermanadas. Dos formas de no seguir el poder establecido. La rebelión de los rebeldes. Miles de cámaras de televisión y periodistas pendientes. No existe el mundo. Los tertulianos políticos con gafas de pasta se transforman en bufanderos descerebrados. El fútbol es una mierda para parásitos incultos, menos cuando se juega este partido, en el que un país se olvida de todo y de todos. Es algo más que un partido de fútbol. Una constelación de estrellas. Un bota de oro, un futuro balón y bota de todo, no me lo podía perder.
Y mira que estuve dándole vueltas durante el día. Me despierto el domingo. Oigo un jarreo impresionante de agua. Qué pena, con tantas miradas puestas, con tanta expectación creada, y puede que el gran espectáculo de ayer y de hoy quede deslucido. A las 10 no voy. A las 11 sí. A las 12 hablo con mi colega el Capo y digo que no voy definitivo. A las 14 h. salgo a por el pan y veo que el cielo se despeja. A las 15 h. cómo me lo voy a perder. A las 16 que no voy, que hace mucho frío, leñe. A las 17, ronda informativa … ¿Qué harán mis colegas? A las 17,30 decisión final, no me puedo perder el megachupi partido. He dicho que voy, y voy. Y a las 20,30 ya en el estadio. Al final, ni tanto frío, ni tanta lluvia. No me podía perder el megapartido.
Dos equipos que en realidad tendríamos que estar más que hermanados por las circunstancias que vivimos. Dos entidades que, aunque ustedes no lo crean, tenemos vida propia. Nuestra propia idiosincrasia y personalidad.
No se llenó el estadio. Cierto. Más bien lo contrario. Fijo que el debate que hasta llegó a provocarme dolor de cabeza durante todo el dichoso domingo inundó el perolo de mucha gente. 21 h., mañana lunes, hay que currar (puta quiniela del orto que nunca toca), el Plus los da de cine, luego habrá reportajes especiales, entrevistas por doquier, sabremos hasta a qué hora hizo pipí Tamudo o si el nene del Kuncito lloró a las 5,30 o a las 5,37 h. (dato crucial para el derbi del que hablamos). Pero bueno. Estuvieron casi los que estuvieron que estar (hoy, al Capo le perdono, eso sí, mañana) …. Empieza el gran duelo. No abandonen sus asientos.
Y no tuvo mucho color, la verdad. O más bien sí. El mundo, durante hora y media, se tiñó de luces rojiblancas, tal y como ya adornan en mi barrio en el mes de Noviembre celebrando la Navidad (no se corten, señores, en unos años me veo en bañador en la playa comiéndome las uvas, todo sea por el buen vender). Porque el Atleti salió, por una vez y sin que sirva de precedente, disfrazado de equipo medio serio, de equipo medio concentrado, de equipo medio con ganas de hacer las cosas como Dios manda. Consciente de lo que se jugaba, de la responsabilidad que conlleva ese escudo, esa camiseta. Habían demasiados ojos puestos en ellos, no podían defraudar a tanta gente. Y a fe que no lo hicieron.
Fruto de esa seriedad, de esa buena declaración de intenciones, de ese saber estar, vino de lo que, en el fondo, es el quid de tantas y tantas cosas en esta vida: meterla y saber meterla. El Kun Superstar se lo da a Escándalo Forlán. 1-0. El argentino sabía de lo que se trataba, de la responsabilidad que tenía, de los ojos que tenía encima. El camino se empieza a despejar. El frío se torna en brisa. El lunes … ¿Qué importa que mañana sea lunes?
De todas formas, y a pesar de que merecimos más, nos fuimos con un solitario al descanso. Imágenes del pasado vierten sobre mi memoria. Minutos 93, 94, penaltis tontos, Pablos de la vida … No. Esta vez no. El mundo entero nos contempla. No les podemos fallar.
Y en la segunda parte, sigue el recital. Los suspiros de Abramovich por ese menudo 10 rojiblanco se oyen hasta en mi asiento. Sus estadísticas son mortales de necesidad. Dos lanzamientos de falta, dos goles. Lo que nos hemos perdido. Partido sentenciado, aunque en un clásico de estos, nunca se sabe …
La cosa pinta bien. Al fin un final feliz. A cinco minutos para el final, el tercero. Abramovich firma el cheque. Cuatro minutos después, el Kun se va de uno, y de otro, y de otro … Métela otra vez, Kun. No, que Maxi lleva su fusil. El cuarto. Abramovich añade un cero a su cheque. Ya da igual.
Pedimos perdón por existir. Pedimos perdón por osar jugar el mismo día. Nos flagelamos por tener que autocastigar a periodistas ya que, durante 1 h. h 30’, tuvieron que hablar un poquito de nosotros, aunque sea para decir que el Espanyol no es nada, y que el Atleti gana fácil a la nada, mientras analizaban concienzudamente si CR94 estornudó en el minuto 23 o 24, o si Leo llevaba un cordón más largo que el otro, y claro, así cualquiera …
Que no se repita más. El monopolio no se debe de romper jamás de los jamases. ¿Quién coño nos hemos creído que somos? Pedimos perdón por existir …
EL CRACK DEL PARTIDO: Kun Agüero. Y mensaje para que quien lo quiera entender, lo entienda. “Esta temporada no me muevo de aquí”. “En Junio, ya veremos, si ME QUIEREN TRASPASAR, ME TENDRÉ QUE IR”. A mi me sobra … Y sería injusto no mentar a Reyes. Sensacional. Le falta la guinda del gol. Pero llegará. Así, sí.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: El Espanyol más flojo de las últimas temporadas. Con todos los líos que siempre nos han buscado …
ÁRBITRO: Ni fu ni fá, sino todo lo contrario.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: -13 GRADOS.
Partido de obligadísimo cumplimiento. Al menos esta semana no ha bajado. Que corra el champlán …
¡Ostras! ¿Cómo? ¿Qué están decepcionados? ¿Y eso? ¿Qué no era de éste del partido que esperaban crónica? Jo, ya perdonarán …
No esperéis un sesudo y concienzudo análisis del partido de ayer porque no lo vi. Es una cuestión de principios: no me quiero abonar a ninguna plataforma para ser un número más de seguidor del Madrid o del Barsapasta, y así engordar su “fantástica” idea de esta temporada, otorgándoles (como si no tuviesen ya bastantes privilegios y ventajas ambos-dos) una tarifa plana a sus seguidores mientras los demás tenemos que estar mendigando para ver a nuestro equipo. Lo siento, pero no pienso picar. Yo solo pago por ver al Atleti. Ni más, ni menos. Otra vez será.
De todas formas, yo creo que, sinceramente, releyendo cualquier otra crónica de esta temporada hubiese valido para analizar el partido de ayer. El Kun contra el mundo, individuos que no tienen categoría para jugar en Primera División, como si de un Pablo (cometer ese penalti en el 93 sobre Lopo, gran interior donde los haya, lo dice todo) o de un Perea (cada control suyo es una ocasión de gol del contrario, este tío juega con patas de palo, que os lo digo yo) se tratase, centro del campo inexistente, jugadores desaparecidos en combate como Jurado, esperpentos sobre un terreno de juego como Sinama … En fin. Qué queréis que os cuente que no os haya dicho ya. De donde no hay, no se puede sacar.
Es tiempo, eso sí, de reflexión y de fijar objetivos reales. A la mierda la Champions y quedar antes de Navidad entre los 8 primeros. El auténtico objetivo que hay es salvar la categoría, que esta peli ya la he visto yo ya. Todo lo demás es vender milongas y gilipolleces varias. Hay que intentar ganar todo en casa, y fuera, pues ver la vida venir, como diría mi gran amigo … Y si queremos salvar el orgullo del Club e intentar aspirar a algo, pues darlo todo en la UEFA League (cuya clasificación, reitero, está pero que muy por ver) y en la Copa. Esta debe de ser nuestra línea real, y no otra. Y, por supuesto, prepárense para pasarlo mal, francamente mal. Nos espera una buena.
Y, para conseguir todo esto que digo, claro está, hay que fichar en invierno. Si no tienen pelas, que las pinten, me la suda. Pero hace falta 2 laterales, un centrocampista y un delantero con mínimas garantías para suplir al Kun y a Escándalo Forlán, si es que algún día le da por volver a sus fueros. Ya que no se quiere mirar al filial (donde hay gente que podría perfectamente aprovecharse), pues a ver si en uno de esos viajecitos fantasmas del Sr. Pitarch, nos sorprende con un Gallego de la vida (que parece que ha acertado con ese chaval, eso sí, tendrá 27 tacos y seguirá en el filial, como todos).
¿Qué cómo estoy? Así, literalmente ACOJONADO. Pero acojonado perdido. Y sí, sigo confiando en Quique. Pero si tras 2 semanas de entreno demuestra su equipo la ambición, el saber estar y la organización sobre un terreno de juego que, parece ser, exhibió ayer, debe de ser que, sencillamente, lo que falla es la materia prima. Sr. Cerezo, Sr. Gil. Fichajes o desempolven el póster de Kiko en llamas. Ustedes eligen.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: - 13 Grados.
Nuevo récord histórico-histérico, otros 3 grados menos. Lo malo es que no termino de tener la sensación de tocar fondo y que esto haya llegado a su límite. Tengo un desasosiego por todo el cuerpo que no me deja ni dormir. Decididamente, me estoy dando cuenta de que las heridas que me produjo el Tartiere no me han cicatrizado. Más bien al contrario, ahora mismo mi sangre brota de nuevo a borbotones. Una victoria en 13 partidos, ustedes ya me contarán …
Ver un partido solo, tranquilito, a mi bola. Poniéndome en mi auténtico sitio favorito del campo (justo encima del palco presidencial). En todo el centro. Con ese olor a césped mojado que tanto me encandila.
Sí. Me hacía falta ver algo como lo de ayer. Un partido bien jugado de principio al fin. Sin grandes alardes, pero con juego directo, vertical, presionando como Dios manda, con combinaciones, triangulando, a veces hasta al primer toque, con agresividad, con ganas, con buena predisposición desde el minuto 1 hasta el 90, con ganas de agradar a los 7.000 pibes que ayer acudimos al Calderón.
No. No me he vuelto loco. Sé quién era el rival y la debilidad del mismo. No estoy en Neptuno bañándome ni nada parecido. Pero fijaros cómo les ha ido a otros por ahí. Al fin y al cabo, era un partido trampa, y se jugó como hay que jugar este tipo de encuentros: sin concesiones.
Pero no creo que solo me viniese a mi bien lo de ayer. Imagino que a Quique también, que pudo disfrutar del encuentro más o menos plácidamente (salvo el primer minuto inicial, en el que Pableras hizo una cesión a Asenjo que plantó solo solito solo a un delantero marbellí delante de Asenjo, lento de nuevo en su salida, y que al final afortunadamente tiró el balón incomprensiblemente fuera). El pobre Quique intentaba explicar al central manchego que ese balón había que cederlo con el interior del pie, nunca con el empeine. Probablemente, el central esté todavía preguntando en qué consiste eso del interior de su pezuña, y para qué vale. Como se lo haya consultado al desastroso de nuevo ayer Perea, mal vamos …
También supongo que le vendría bien a Maxi, que ayer jugó uno de los mejores encuentros que uno le recuerda hace tiempo. Cuatro goles como cuatro soles. Estuvo espléndido, motivado y con hambre de fútbol y gol. Le ví más enchufado que nunca. A ver lo que nos dura.
Tampoco le vendría mal del todo al intermitente Jurado. Ayer apareció algo más, y lo que hizo lo hizo espléndidamente bien. Le sigue faltando continuidad en su juego, pero cuando encara a un defensor en velocidad, es letal de necesidad. Y tira con sentido y sabiendo hacía dónde lo hace. Un jugador diferente, para lo bueno y para lo malo. Sin más.
Aprobados generales para Reyes, al que le sigue faltando la guinda del gol, y Domínguez, jugador al que sigo viendo sencillamente incompresible su suplencia en un terreno de juego. En cuanto Quique lo conozca bien, no dudo de que lo empleará tal y como merece.
Y hasta le vino bien también a nuestro Macho Camacho, olvidado y defenestrado miserablemente durante la presente campaña, que, al menos, disputó sus primeros minutos con él.
Por gustarme, me encantó hasta el horario (y eso que llegué con el partido a punto de comenzar), porque vi un montón de chavalería revoloteando por las gradas. Con sus padres de la mano. Como yo fui un tiempo al Calderón agarrado de la mano de mi madre. Así se empieza la afición a esto del fútbol, y no con esos infames horarios chulo-putas de las 22 h. Por una vez, que ellos hayan sido los grandes beneficiados me congratula plenamente.
Y pudieron ser más, que el árbitro se comió 2 penaltis de libro sobre Reyes, cuando no se llevaba ni un minuto de encuentro, y sobre Maxi, ya en el segundo periodo. Da igual. Que ya sé que es el Marbella. Que tampoco hay que pasarse. No nos convirtamos en un Alcorcón de la vida, que va degollando a sus rivales sin piedad. Me hacía falta, sí … ¡Qué bien que me vino el partido de ayer!
Una vez más, se disputó el pasado sábado en el Vicente Calderón otro entrañable derbi de ayer y de hoy, en el que se cumplieron absolutamente todos los topicazos habidos y por haber. Y es que las tradiciones están para cumplirse.
Al igual que cuando llegan las Navidades la gente se llena de buenas intenciones y mejores deseos, devoramos sin piedad el tradicional turroncito o el pavo de rigor, en el Calderón, cuando llega nuestro entrañable y amigable vecinito de marras, todo se convierte en una auténtica fiesta para gozo y disfrute del madridismo en general. Porque si ya de por sí es una entidad que tiene a todo un País volcado, con la prensa al completo a su favor y con millones y millones de seguidores en todo el mundo, nosotros no es que tenemos, es que debemos de facilitarles su estancia en nuestra casa de la mejor forma posible para que, cumpliendo con la tradición de todos las temporadas, se terminen llevando el mejor de los recuerdos posibles de nuestro campo.
Así, todo empieza en el pre-partido, en el que nuestros amigos los ACAB, con el fin de facilitarles el acceso a nuestro campo a todos y cada uno de sus seguidores, se dedican a cargar en 10 kilómetros a la redonda contra todo bicho viviente que ose portar con la rojiblanca puesta. Da igual que haya personas mayores, niños, mujeres o Ultras. Todo Dios pilla por igual. El pasado sábado, como no podía ser de otra forma, un servidor se encontraba tranquilamente en un parquecito haciendo su correspondiente botellón de rigor. Viendo que nuestros amigos empezaron a desplegar todo su potencial intimidatorio, decidió pasar de continuar estando en el parquecito y pirarse a un bareto bastante más desplazado de la movida. Dio exactamente igual. A la media hora, ya estaban todos los cuerpos de inseguridad nacional repartiendo estopa a diestro y siniestro, y, lo que me resulta aún más inaudito si cabe, entrando a cargar impunemente al bar donde se encontraba un servidor con sus amigos. Yo me libré de sus porrazos, pero otro amiguete mío no. Y sus gafas de ver creo que tampoco. ¿Y ahora a quién se piden cuentas? Al maestro armero, claro está.
Sigamos con las tradiciones. Centrándome ya en lo deportivo propiamente dicho, hay algo que tampoco puede fallar, y es permitir a nuestro rival vestido de blanco impoluto que se adelante en el marcador sin ni siquiera tener que mancharse de ni una mota de polvo en su traje, y a ser posible rapidito, que no están los tiempos para demasiados sobresaltos. Pues nada. Dicho y hecho. A los 4 minutos Kaká se puso por delante en el marcador, si bien es cierto que dicho tanto jamás tendría que haber subido al mismo, ya que hay una falta previa de un atacante madridista sencillamente flagrante, pero bueno, no pasa nada. Dicha circunstancia se puede considerar dentro también de las tradiciones. Y el que Asenjo no tenga muy claro el cómo debe de estar situado un guardameta en su portería, también.
Para que la cosa siga por su cauce habitual, lo suyo es que los lindos muchachos de rojiblanco permitan que en menos de media hora la cosa empiece a estar medio sentenciada. Así podemos permitirnos el lujo de que ese jugador esperpéntico denominado Marcelo, o expresión chimpanzoidal similar, consiga el segundo tanto en, cómo no, otro balón que se traga nuestro inefable Asenjo de forma lastimosa, o lamentable, o ambas cosas a la vez.
Mientras, claro está, algo hay que disimular, y algún escarceo tenemos que hacer, aunque solo sea para que al día siguiente la gente nos bombardee con las excelencias del portero visitante hasta la saciedad. Forlán y Simao se encargaron, respectivamente, de tomar como suyo ese papel. Y a fe que lo consiguieron.
Para que ya la fiesta sea completa, tiene que venir pronto el tercero, aunque ya sea en la segunda parte, y a ser posible del señorito Higuaín, que el hombre, si jugase más contra nosotros, probablemente sería pichichi e inclusive bota de oro sin despeinarse. Y para eso se encarga nuestro piernas de seda favorito, que no es otro que Perea. Qué manera de controlar el balón y manejarlo. Qué velocidad luego en la persecución posterior tras el argentino. Qué salida de Asenjo dejándole tres cuartas partes de la portería para que remate a placer. El pipita debería de besar por donde pisa el colombiano. Fijo que ya tiene un póster de él y todo. Y firmado. Asenjo se encargó del cuadro y de ponerle luego el cristal.
Y poca historia más. Menos mal que salió nuestro Kun, probablemente, el único jugador de los míos que sabe lo que significa un derbi, y puso las cosas un poco apretadas tras su presencia en el campo. Así llegaron los goles del uruguayo y del propio Kun, que aún inclusive pudo empatar y todo al final, al igual que Simao. Probablemente, hubiese sido ya demasié. Y es que, claro está, lo que ya digo: las tradiciones están para cumplirse. Solo faltaba, vamos …
EL CRACK DEL PARTIDO: Obviamente el Kun por parte nuestra. De los otros paso. Jugaron sin apenas despeinarse. No merece la pena destacar a nadie.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO. Obviamente también, el colega de las piernas de seda. Si tuviera algo de vergüenza dejaría de vestir no solo nuestra camiseta, sino la cualquier equipo de la Primera División española, y con carácter de urgencia. Es un bochorno y una auténtica obscenidad el que un individuo así lleve la rojiblanca puesta. Y ojito con Asenjo, que ya me está empezando a tocar un poco las narices también. Que para detener las previsibles vale cualquiera, y se supone que él es un menda que iba a marcar las diferencias. De momento lo está consiguiendo, pero no el sentido deseado. Que alguien le explique el tema, por favor.
ÁRBITRO: Clos Gómez. Gol del Madrid ilegal (el primero), y para mí expulsión rigurosa del Sergio Gramos (por no decir injusta). Otro que se junta con las tradiciones.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 10 grados).
¿Para qué lo voy a bajar? Lo suyo era regalar el partido, ¿No? Pues nada, ahí lo tienen ustedes en bandeja.
Un último deseo: a ver si es verdad y la prensa madridista consigue cerrarnos el campo por el supuesto mecherazo a Kaká y el desmayo repentino de Pellegrini (que alguien me expliqué con qué fue golpeado o cómo se aventuran a decir dónde está la piedra, por favor). La verdad es que para los ridículos que hacemos en el Manzanares, mejor que se los lleven lejos de aquí. Al menos, ese estadio volvería a recuperar su tradicional orgullo, aunque solamente fuese por unas semanas.
Sentimiento de contradicción siento hoy. Estoy triste, muy triste, porque nos hemos quedado fuera de la Champions, de manera bastante estúpida, por cierto. Porque es increíble que el equipo que vi ayer de rojiblanco fuese incapaz de hacerle un gol al tal Apoel de Nicosia ese (la auténtica clave de nuestro adiós). Pero estoy contento por la imagen dada frente al probablemente junto con el Barcelona, mejor equipo que pisa ahora mismo un terreno de juego en Europa, por no decir del mundo.
Eso sí, su afición, de lo más decepcionante que ha pasado por el Calderón. ¿Qué quedó de aquella mitología sobre las hinchadas inglesas? Ver para creer.
Fue un partido de los típicos. De los típicos que mereciste ganar, pudiste palmar y al final empatas. Pero está claro que el equipo está mejorando en todo. Está mejorando en orden, en colocación sobre el terreno de juego, en ambición, en intensidad, en confianza (poco a poco, pero va mejorando también en esa faceta).
El Chelsea llegó tres veces, y consiguió dos tantos. Como los grandes, vamos. Uno, en el enésimo balón al segundo palo que nos cuelgan y que un delantero (el estúpido Drogba, tan buen jugador como fiel reflejo de la estupidez humana en su más puro estado, su forma de celebrar los goles así lo confirman) remata a placer. Otro, en un balón que se lleva a trompicones, favoreciéndole todos los putos rebotes (Churrigoles Raúl style). Y otro, que fue al palo tras una falta lanzada, creo que por el marfileño, en una rara parada de nuestro Asenjo, que, a su vez, se encuentra en un extraño momento de forma. Las cosas de Santi, vamos.
¿Y el Atleti? Pues el Atleti jugó bien, bastante bien. Y cuando decidió Quique sacar a un crack de verdad como el Kun por ese atolondramiento continuo y constante de jugador denominado Sinnada Pongolle, enseñamos de verdad nuestras verdaderas uñas. Dos goles como dos soles. Uno de ellos, de una volea inapelable e incontestable que el bueno de Chesc todavía está preguntándose por dónde entró. El segundo, de un saque de falta directo lanzado impecablemente.
Y el caso es que uno recuerda que, una vez no muy lejana en el tiempo, vio en un mundial sub-20 a un menudito jugador, que fue, por cierto, elegido mejor jugador del torneo y creo que máximo goleador del mundo también, así como que salió campeón y todo, lanzando una pedazo de falta que terminó en gol y otra que acabó en un palo. Y se preguntó el por qué extraña razón jamás las lanzaba en su equipo. Pasó el tiempo, y ahí siguió la cosa, en el aire (como tantas y tantas cosas en este bendito Club). Ese jugador es, como no podía ser de otra forma, nuestro Kun, y el que se sigue haciendo esa pregunta continúo siendo yo. A lo mejor Quique se da cuenta también de dicha circunstancia tras lo de ayer. Es un entrenador bastante inteligente, así lo espero.
¿Y ahora qué? Pues después de tanta contradicción, toca el turno de las estupideces varias, a saber:
- Lo mejor que le podía haber pasado al Atleti es caer de la Champions.
- La Europa League no interesa, es mejor que se centren en la Liga y en la Copa del Rey.
- Tras la actuación del Kun ayer frente al Chelsea, Abramovich está completamente enamorado de él y no quiere ni esperar al año que viene, en enero estará jugando en Londres.
Con todas estas bobadas nos van a adornar estos días los periolistos, sin darse cuenta de que:
- Lo peor que le podía haber pasado al Atleti es caer de la Champions. Y lo más triste, añado. Todo un año luchando como un poseso por estar ahí, entre los más grandes, para caer de esta manera tan estúpida como lo hemos hecho. Es para darse de coscorrones contra la pared hasta llegar a medir como Thachkenko, lo menos.
- La Europa League interesa, y mucho. El Club debe de seguir proyectándose por Europa e ir acumulando puntos, por un lado (para luego no llegar a los sorteos con menos puntuación que Belén Esteban en un Master de Economía Empresarial), y tiene la obligación de intentar disputar los mismos hasta el final. Que para eso es el Atleti.
- Llevan traspasándonos al Kun, a Escándalo Forlán o a cualquier bicho viviente que ose destacar en nuestro equipo durante tanto tiempo, que ya cansa y huele el tema. Pasando de mili, pasando de Pili, pasándolo bien.
Así que bueno. Esperemos que se siga confirmando la evidente mejoría del equipo. Que Reyes se siga mereciendo ovaciones (la de ayer, un tanto exagerada, pero es que hay tanta hambre por el Calderón…). Que Forlán, aunque esté tan sumamente deprimente como anda el hombre, al menos siga estando, porque le seguiremos esperando. Que el Kun vuelva a sonreír como ayer y a demostrarnos todo lo que lleva dentro, que es mucho y puede dejarnos en paños menores a nuestra imaginación. Que la defensa siga así, con esa intensidad y esa concentración (eso sí, a ser posible durante 90 minutos, no solamente durante 85). Que la suerte nos cambie un poco, que tampoco andamos sobrados de ellos. Y que ganemos el derbi el sábado, joder. Que ya toca, ya …
PD.- Está crónica se la dedico al perro malnacido que pone los resultados al final del partido en el videomarcador del Calderón. Al menos me hizo feliz durante unos 20 minutos echando cuentas con los colegas como un descosido después del encuentro al indicar que el resultado del Oporto había sido de empate a cero. Espero que le devoren sus sucias manos una manada de hienas hambrientas.
El fútbol es como la vida. Uno no para de recibir palos. Según se levanta de uno, ya va asomando por el horizonte el siguiente. Así de duro puede llegar a ser esto.
El partido de ayer fue buena prueba de ello. Toda una consecución de palos. Primeros 20 minutos fenomenales de mi equipo, con una aptitud y disciplina no vista durante toda la temporada, Maxi que estrella su primer palo en un dificilísimo remate de cabeza, y la siguiente jugada, cómo no, a balón parado, balón a ese agujero negro que tiene mi equipo denominado segundo palo, Javi Martínez se anticipa fenomenal a Raúl García, y gol que te crió. Primer acercamiento con peligro, primer tanto. El palo nuestro de todos los días.
A partir de ahí, mi equipo se descompuso, perdió el norte, aunque estuviese en él, se atolondró, y pasó 10-15 minutos que fueron un auténtico calvario para nosotros, con los jugadores del Athletic que parecían concordes al lado de nuestros tractorcillos. No deja de ser un palo ver a tu equipo cómo por un simple gol encajado puede llegar a transformarse en ese estado de descomposición permanente. Es un auténtico palo.
Se arreglan un poco los muebles, y nos vamos al descanso palmando. Queda tiempo.
Comienza la segunda parte con la misma actitud que la primera. Embotellamos literalmente al Athletic. El balón es nuestro, la posesión del mismo también, desbordamos con Simao, pero no hay nada que hacer, nuestros disparos a puerta tienen la misma intención que la de una monjita haciendo unas yemas de santo. Iraizoz casi pilla un empacho.
Sin embargo, Forlán estaba por la labor. Se inventa un fantástico disparo desde fuera del área. ¿Dónde iba a ir si no? Al palo.
Trankis, no abandonen sus asientos. El Kun también quería lo suyo. Desde fuera del área lanza un zambombazo sencillamente de ponerle a uno los pelos de punta, y, no, está vez no acertasteis. No fue al palo. Fue a la cruceta. Lo que no deja de ser un palo.
El Atleti lo intenta todo, de todas las maneras, de todas las posturas, pero no hay forma de introducirla. ¿Problemas de erección? ¿Eyaculación precoz? Coño, que se me va la polla. Digo la olla. Esto no iba aquí.
Y fin del encuentro. Fin del partido. Otra nueva derrota. Con mejor cara. Con mucha mejor actitud. Con mejoría notable en nuestros defensas. Con movilidad y ganas en nuestros delanteros. Con cierto empaque de nuestros centrocampistas. Quique, tenemos trabajo. Mucho trabajo. Pero confío plenamente en ti. Porque, digo yo que algún día lograremos meterla, ¿No? El caso es que ahora mismo follamos menos que Torrente en un Congreso de Top-Models. Pero nuestra suerte ha de cambiar. Convencido estoy de ello. Aunque sea pagando, joder. Pero nuestra suerte cambiará.
EL CRACK DEL PARTIDO: Pues a mi me gustaron ambas parejas de centrales de los dos equipos. Juanito-Pablo por parte nuestra (los denostados Juanito-Pablo), y Amorrebieta especialmente por parte local. El chaval hizo un auténtico partidazo.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Antonio López está el hombre para los leones (y nunca mejor dicho, sea ya de paso). Su banda es Preciados víspera de Reyes (más minutos para el utrerano, inquiero).
EL ATHLETIC: Mientras les dura la gasofa, y con la motivación especial que tienen siempre contra nosotros (la cual me parece de putísima madre, dicho sea de paso), son jodidos, muy jodidos allí. Eso sí, cuando el fondo físico se les va acabando, sacan todas sus carencias a flor de luz. Y, creedme, son mogollón. Por mucho que diga ahora mismo la clasificación, lo pueden pasar mal.
ÁRBITRO: Ramírez Domínguez. Para mi se come un penalti de libro del dubitativo Asenjo en sus salidas sobre el noble anciano Toquero. Por lo demás, sin complicaciones. No anduvo mal del todo.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: - 10 Grados.
Lo bajo 3 grados más, porque San Mamés era cita de obligadísimo cumplimiento. El termómetro no entiende de sensaciones (que fueron buenas) ni cree o deja de creer en nuestro entrenador. Sinceramente, nunca pensé que llegaría a estar en estas temperaturas puramente Siberianas, pero es lo que hay, es lo que marca, y, por lo tanto, es lo que debo de poner. Hoy seguramente acabemos en descenso. Como no puede ser de otra forma. Recuerden: el termómetro nunca engaña.
En fin. Que el fútbol a base de palos dicen que entra. Pero tranquilos, los Atléticos tenemos las espaldas anchas y duras. Sobreviviremos.
Escribo estas líneas simplemente porque todavía me queda algo de orgullo y de vergüenza torera, cosa que no les pasa a los estúpidos mercenarios que portan la camiseta esa que dicen que es del Atleti. Ya ni siquiera tengo fuerzas para meterme con el Cerezo. De hecho, y aunque os parezca mentira, no le considero a él culpable de que un equipo nos empate con nueve tíos. Le podemos reprochar mogollón de cosas más, es cierto. Pero no lo del pasado sábado. No tiene nombre lo ocurrido ese día. Y con un tal Santi Denia de entrenador. ¿Quién ha dicho que no hay nada imposible en esta vida?
Eso sí, imagino que los “atléticos de verdad” se alegrarían enormemente del fiasco de ayer. Esos que son incapaces de ver más allá de sus narices. Esos que tanto hablan en foros histéricos de la vida, pero que luego no hacen nada más que insultar y señalar. Esos talibanes rojiblancos que han convertido el Calderón en un estadio en el que no se puede animar a tu equipo, porque te tachan de vendido. Esos mismos que no paran de insultar y maldecir al Frente Atlético por si protestan, por si no protestan, por si animan, por si dejan de animar. Ahora están indignados porque fueran al entrenamiento de ayer a pedirles compromiso a nuestros jugadores. Cosa que ellos no han tenido ni tienen cojones de hacer, por cierto. Supongo que por su propia frustración actúan así.
Así que nada. Desearle mucha suerte a Quique (el cual me parece un magnífico entrenador), porque le va a hacer falta. Mucha falta. Y que no le tiemble el pulso con nadie.
Este equipo mío de mis entretelas está compuesto de dos caras, son dos conceptos, dos formas de mirarse al espejo. Una, de frente, recto y en pie. Es decir, cuando tiene el balón controlado. Más o menos combina bien, más o menos crea ocasiones, más o menos domina al rival, y más o menos parece un equipo de fútbol con algo de garantías. Otra cosa es que esté completamente negado al gol. Pero eso es lo que menos me preocupa: puede cambiar.
Otra, , boca abajo, recién salido de la cama, completamente despeinado y lleno de legañas. Es cuando defiende. Es un equipo sin mentalidad defensiva, sin colocación, sin orden, sin concierto. Un auténtico desbarajuste total. No hay por donde agarrarlo. Ni pies, ni cabeza.
¿Cómo explicar que Osasuna, en media hora escasa de juego, nos vaya ganando ya 3-0? Pues es muy sencillo. La primera vez que llegaron a puerta, gol (esto suele ser norma de la casa, a nadie puede extrañar). Camuñas (tipo al que Ufaljusi sabe que existir, existe, aunque ayer no terminó de verle en ningún momento), realiza una buena internada por banda, se saca un centro de esos que, según salen de la bota, sabes que tiene un alto porcentaje de terminar en gol, Juanito ensaya, mientras, un extraño pase de ballet a la hora de intentar despejar el mismo, y Pandiani remacha al segundo palo de cabeza sin piedad posible. Ni tres minutos de partido.
Después pudo empatar el Kun, pero en el fútbol lo peor que puedes hacer cuando te quedas delante del portero es no tener muy claro lo que vas a hacer, porque, mientras lo terminas de decidir, te llega un Azpilicueta de la vida y te roba el balón sin mayor complicación.
Para que podáis entender bien lo que pasó ayer, me voy a cambiar de deporte, y voy a hablaros de baloncesto. El Atleti supuestamente las jugadas a balón parado las defiende en zona. Es lo que yo llamo zona fotográfica. ¿En qué consiste, pues? Sencillo. Los lindos muchachos de rojiblanco se encargar de ocupar cualquier zona en la que no haya un rival a no menos de 3 m. Es decir, efectividad defensiva, nula, pero chico, en la foto aérea previa al lanzamiento de la falta queda todo de lo más aparente. Todos los huequecitos del área están bien cubiertos, por los unos y por los otros.
Sigamos con el basket. Imaginaros a un equipo que utiliza mucho el juego exterior. Si el balón da en el aro, mientras que sus pivots vayan pillando rebote tras rebote, da igual. Consiguen tener hasta tres o cuatro nuevas situaciones de ataque, y terminan encestando.
El partido de ayer fue un claro ejemplo de esto que os digo. Osasuna pone balón tras balón en saques de falta, y, si no acaba en un ale-hop de esos directamente, los delanteros navarros parece que sacan 2 m. a nuestras defensas, no paran de pillar rebote tras rebote, hasta que acaban encestando. De hecho, ayer cada falta pamplonica fue un auténtico suplicio, porque duraba su asedio más de cinco minutos, lo menos. Absolutamente todos los rebotes iban para ellos, mientras los nuestros, eran patos mareados de un lado a otro de la cancha.
Y así van cayendo los goles. Un centro al segundo palo, Josetxo cede sobre el primero, y allí, completamente solo, Pandiani remacha sin piedad. Pero es que, si Pandiani no hubiese llegado, había otros ¡3 jugadores completamente solos para hacerlo! Camacho se debe de creer Einstein con sus jugadas ensayadas después de lo ayer. Les salieron todas.
El tercero, Asenjo salva por dos veces nuevos ale-hop de los pivots osasunistas, hasta que su tercera parada se queda muerta para que (remata tu, Aranda, no tu, Pandiani, que a mi ya me da palo) batan sin concesión posible al bueno de Sergio. Por supuesto, ni un solo jugador atlético para encimarles en un kilómetro a la redonda.
Y no. No es un problema exclusivamente de nuestra línea defensiva. Lo he dicho ya cienes y cienes de veces. El tema reside en que somos un equipo que no tiene ni papa de defender. Absolutamente ni idea.
La segunda parte fue otra cosa. El Atleti tuvo más el balón y creó bastantes ocasiones. El Kun ayer pudo ponerse pichichi. 235 remates se fueron lamiendo el palo. Y el equipo, al menos, tuvo algo de vergüenza torera e intentó maquillar algo el espectáculo. Mientras, Perea se bastaba para mantener más o menos a raya a los delanteros pamplonicas, que, dicho sea de paso, bajaron bastante el pistón a la hora de presionar. Pero demostraron ser infinitamente más equipo que nosotros. Quizás tengamos mejores individualidades (cosa que estaría por ver, pero bueno), pero un equipo es un grupo de peña que se ayudan unos a otros, que son solidarios en el esfuerzo, tanto defensivo como de despliegue ofensivo, que juegan todos con una misma mentalidad y que intentan, como grupo, llevar una armonía y un orden sobre el terreno de juego. Todos ellos conceptos completamente desconocidos por el Atleti. Así, en el fútbol de hoy en día, no vamos a ningún lado. Bueno, sí, miento. Vamos a uno. A Segunda. Y cuesta abajo y sin frenos. Avisados quedamos todos.
EL CRACK DEL PARTIDO: Camuñas (un chaval al que yo ya tenía echado el ojo de cuando estaba en el Recre, fijo que costó dos duros a los navarricos, demasiado pocos talegos para el bueno de Pitarch, ¿a dónde vamos hoy en día con una comisión tan baja?), por parte navarra, y el Kun, por su vergüenza torera, por parte rojiblanca, así como los detalles que nos sigue dejando Reyes cada vez que el Sr. Abel se digna a sacarle al terreno de juego. Visto como están Simao o Maxi, merece, al menos, que le den alguna oportunidad, pero ¡ah! Con Abelino el miserable hemos topado ....
LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO: Consençao, por parte colchonera (porque según el narrador Carlos Martínez, Assunsao no jugó, y en su lugar lo hizo un tal Consençao, y era malo como la carne del pescuezo, el colega), y el propio Kun, porque un delantero vive de sus goles, y anda horroroso a la hora de definir. El año pasado, con las que tuvo ayer, mínimo hubiese conseguido dos chicharritos. Este año, necesita ochenta ocasiones, y ni aún así … Claro que el partidito del desquiciado Ufaljusi tampoco es para perderse de vista. Y el de desapariciones espontáneas Juradín también merece estar en este podio.
ÁRBITRO: Fernández Borbalán. Se comió un penalti de libro sobre el Kun (íbamos ya 3-0 palmando, así que tranki todo el mundo). El problema de algunos colegiados es que, como no han jugado al fútbol en su puta existencia, no saben que si, cuando te dispones a disparar a puerta un balón, a uno le empujan, aunque sea levemente, le desequilibran lo suficiente como para no poder rematar con libertad. Y como nuestro argentino no sabe tirarse, pues eso que salimos perdiendo. Luego se quejará el personal de que la peña se tira en el área, claro. En fin. Por todo lo demás, buen arbitraje en líneas generales el suyo.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 5º grados).
Lo bajo solo un gradito, por tratarse del campo que es, pero volvemos de nuevo a igualar nuestra peor marca desde que inauguré esta puta sección. A este paso, vamos a pillar la Gripe A, la B, y la del todo el maldito abecedario por completo.
Dos últimos apuntes más:
a) ¿Qué hacemos con Abel? Ayer volvió a demostrar que el equipo está fatalmente preparado en labores defensivas. Todos los rechaces absolutamente siempre van al contrario. Es algo que debería de estudiar. Así como su puto miedo a sacar a dos puntas cuando el Kun o Forlán están ausentes. Con la puta mierda de juego que realiza sacando el patadón hacia la cabeza de Agüero (que, como todos sabemos, desde los tiempos de Santillana no se recuerda a alguien igual), es mucho mejor que le acompañara Sinama, que, al menos, suele ganar los saltos y prolongar el balón con algo de sentido. Pero claro, eso es arriesgar demasiado.
Aparte, está su actitud a la hora de dirigir al equipo desde el banquillo. Un entrenador no puede transmitir nunca desde dicho lugar el haber bajado los brazos como ayer hizo el de Velada. Claro que, más que un banquillo, eso parecen tres tipos que han salido de una boda y que están ahí aguantando el resacón. No saben llevar bien ni el traje.
b) Me encanta cómo se sabe la afición del Sadar nuestro himno de memoria. Es más, lo entonan de maravilla. Y yo me pregunto: ¿Alguno de ustedes sabe siquiera de la existencia del himno pamplonés? Yo, la verdad, es que no tengo ni idea. Probablemente, sea la lógica consecuencia de haber sido un grande en tu vida frente al ser un mediocre permanente. Por mucho que nos metan tres goles.
Capdevila.. Nunca falla. Albiol.. Seguro. Piqué. . Pichichi.
Xavi Alonso.. Cómodo y seguro.
Busquets.. No tuvo su día, y debió ser expulsado.
Silva. . Recital.
Iniesta.. ¡En pie todo el mundo!
Negredo.. Mucho más que un nueve.
Riera.. Activo, aunque sin gol. Sergio Ramos. Sin calificar. Senna. Sin calificar. Mata.. Goles son amores. Del Bosque. . Impecable.
Bosnia.. No creo que vaya al Mundial.
Árbitro.. Sin complicaciones.
MULETAZOS:
- Todo el mundo habla de lo mismo. Diez de diez. La verdad es que, en el fútbol de hoy en día, si bien es cierto que nuestro grupo era relativamente fácil, es pero que muy difícil que nadie consiga un pleno como el que ha conseguido España. Ha sido un auténtico paseo Imperial.
- La verdad es que ayer disfruté como un enano viendo jugar a España de nuevo. Es cierto que al principio pasamos apuros, y que los dos goles a Bosnia tan seguido les hundieron en la miseria a los locales, pero fue un auténtico placer el ver cómo tocan de un lado a otro el balón los nuestros, con qué precisión (en un campo que no era precisamente una alfombra) y qué pedazo de profesionales que son, porque en un partido así, sin jugarte nada, y en una concentración tan larga y pesada como ha sido esta, es digno de cerrada ovación y vuelta al ruedo el que salieran a disputar el encuentro con esa predisposición que lo hicieron ayer. Bravo, bravo y bravo.
- Negredo. No es un tipo excesivamente elegante en carrera con el balón controlado, pero tiene muy buena técnica individual (el pase que le pega a Mata ayer en el tercer tanto es sencillamente escalofriante), visión de juego (el pase que le da a Silva en el segundo gol es buena prueba de ello), y gol (su tanto dándose la vuelta y clavándosela al portero justamente por el lado que nadie esperábamos es también buena prueba de ello). Y yo me pregunto: ¿Realmente Benzema es mejor que este pibe?
- Iniesta. Me empiezo a quedar sin calificativos para describir a este jugador. Tiene un control de balón que me recuerda muchísimo al mejor Zidane. Ayer se rindió todo el campo ante él, y le despidió con una soberana ovación. España entera hace mucho que está a sus pies.
- Silva. Qué nervioso que se puso el chaval cuando encaró al portero en el gol que le clavó por debajo de las piernas (estoy convencido de que lo hizo aposta). De un solo toque. Sin mayores complicaciones. Se entiende de maravilla con Iniesta. Ver al canario es como, después de una buena comilona, disfrutar de un delicioso brandy. Solo para elegidos.
- Casillas. Su secreto es muy sencillo: su colocación. Es cierto que muchas veces da la impresión de que le tiran a él, que tiene suerte. Pero es un portero que, en distancias cortas, posee unos extraordinarios reflejos. Si lo complementamos con su siempre impecable saber en dónde está en referencia a la portería, nos dará el secreto final de su pócima mágica.
- Suena el himno español, y todo el estadio lo ovaciona. Otra lección más. ¿Cuántas más nos tienen que dar? Supongo que buena parte de la misma fue debida a la actuación de nuestros militares. Aún así, fue un detalle emocionante. A ver cuántas veces más nos tienen que poner la cara colorada por ahí.
Pues que resulta que ya ha venido Asenjo de sus ¿más que merecidas? vacaciones por Egipto, con su amiguete Domínguez de acompañante (que, creo que, tras su decisiva participación en el Mundial Sub-20, supongo que al chaval se lo habrán llevado de intérprete para explicar el misterio de sus pirámides al resto de la expedición, porque, ya me contarán) de la mano, y ahora nace de nuevo el enésimo debate existencial en el Calderón, es decir, quién debe de ocupar nuestra portería. Visto el nivelazo defensivo del equipo, ¿No pueden ser los tres? inquiero ...
El debate cuenta con estos antecedentes: Sergio Asenjo tiene la titularidad más o menos adjudicada, al ser el fichaje estrella de esta temporada (y sí, aparte de su indudable aval de dos años jugando de titular en el Pucela, rayando a un fantástico nivel, y su buena pretemporada realizada con el equipo colchonero). Está claro que Sergio tiene todas las papeletas en esta rifa.
Sin embargo, ha surgido la irrupción del sorprendente David. David de Gea. Nadie contaba con él, se le ha querido ceder hasta el Pernambuco F.C., y un par de buenos encuentros con la rojiblanca (más que por la espectacularidad de sus intervenciones en sí, por la sobriedad y seguridad que el chaval nos ha transmitido, paradón de penalti el pasado sábado incluido) hace que su figura irrumpa con fuerza.
Además, es de la cantera, y eso siempre gusta. Y la prensa, que disfruta más que un gorrino en un lodazal con este tipo de circunstancias, y parte del público en general, parece que nos hemos puesto claramente a su favor en dicho debate. Algunos, los más osados, hasta han comentado que ha nacido el nuevo Fernando Torres. Ver para creer. Pues no le queda nada al bueno de David .
No me gustan para nada este tipo de artificiales euforias. Al final son perjudiciales para todos. Aficionados, que muchas veces nos gusta leer lo que en realidad queríamos ver, somos los primeros que se nos queda expresión bobalical cuando contemplamos sobre el terreno de juego que la cosa no es para tanto, ni mucho menos.
Y, por supuesto, tampoco es para nada favorable en la carrera de un chaval tan joven como David. Si no tienes la cabeza muy bien amueblada y un entorno a prueba de bombas, lo que parece una luz fulgurante en el universo se queda en unos simples fuegos artificiales de fin de fiesta de pueblo.
Está bien que apoyemos a nuestros chavales. Son nuestro futuro (o deberían de serlo, pero esa es otra historia). Pero, por favor, no les idolatremos en exceso por el simple hecho de ser uno de los nuestros, y, mucho menos, empecemos por un par de buenos partidos y un penalti parado, lanzado muy fuerte, cierto, pero prácticamente al centro, a ver en él a nuestro Niño Torres. El que tenga que venir a sustituirle en nuestros corazones, que se lo gane en el campo. Ni más ni menos que como él lo hizo.
¿Y Roberto, qué? Yo me pregunto. Roberto también es uno de los nuestros. Roberto también ha sido internacional desde que su padre y su madre eran novios. Roberto, poquito a poco, estaba yendo a más, y tras un debut discreto frente al Barsapasta, frente al Almería mejoró y en Valencia cuajó un muy buen encuentro.
Nuestro Rober, además, se lo ha currado con cesiones en esos equipos de Dios como Nastic y Recre. Roberto también es colchonero desde pequeñito. Roberto se lesionó sacando de puerta debido a la inutilidad de un equipo en conseguir sacar un triste balón en condiciones jugado desde atrás, o por el empecinamiento de nuestro entrenador en ese tipo de fútbol dañino para los ojos y menos práctico que poner a Reyes en una tertulia política comentando el discurso de la Nación.
Yo todavía tengo la imagen grabada de Oporto con sus lágrimas retirándose al vestuario. El chaval sabía que había perdido su gran oportunidad, lo que tanto había esperado. Su sueño. Y, al menos, considero que merece todo nuestro apoyo y reconocimiento. Aunque ya todo el mundo parece que le haya enterrado … ¡Ánimo, Rober! Porque tu también eres uno de los nuestros …
Llegó la cosecha hermano. Que ya parieron sus frutos, regadíos y secanos. Al fin llegó la cosecha, venga alegría, vente a la fiesta … ¿Era de Jarcha esta canción? Pues no lo sé, pero da igual. Ya sé que el tema no es para tanto, pero chicos, después de 7 partiditos sin oler bola, moló saborear nuestra primera victoria frente al cuerpo de policías municipales de Alcobendas.
¿Cómo? ¿Qué era el Zaragoza? Pues quién lo diría, macho. Mira que he visto trajes feos en mi vida, pero lo de los maños el pasado sábado ya rozó el auténtico ridículo. Que me avisen la próxima vez para traerme unas gafas de sol.
Prontito llegó la primera alegría de la noche producto del gol de Jurado, ese chaval tímido, no muy inspirado a la hora de realizar declaraciones para ganarse a la afición, intermitente en su juego, pero que cuando aparece, pese a quien pese, joda a quien joda, y duela a quien duela, es de-ci-si-vo. Y con la baja forma en que se encuentran nuestras dos obras de arte, no está la cosa para ir desperdiciando talento por ahí. Porque el chaval lo tiene a raudales. Siempre puedes esperar algo diferente de él. Sé que a veces se excede en el adorno, pero es un placer, un auténtico placer para que el esto escribe, el contemplar a alguien intentando realizar algo distinto con el balón en los pies.
Poco después, llegó la segunda buena nueva. David de Gea. En apenas dos minutos, mostró todos sus defectos y sus virtudes. Sí. Pecó de pardillo en el penalti, es incontestable. Pero luego lo arregló parándolo de forma prodigiosa. Si Abel es justo (que sabiendo lo sumamente cagón que es, lo dudo mucho), Asenjo tiene un serio problema. A mi me han enseñado en esta vida a que, quién se gana una cosa sobre el terreno de juego, es justo que tenga su recompensa. Y David, hasta el momento, lo está consiguiendo, porque, entre otras cosas, tiene personalidad pese a su juventud, y transmite seguridad. Mucha seguridad.
Y el Zaragoza lo intentó, no se vayan ustedes a pensar. Dominó fases del encuentro, estuvo bien plantado en el terreno de juego, aunque le faltó algo imprescindible en este rollo del fútbol: profundidad. ¿Qué es profundidad? Pues es lo que aportó Reyes cuando salió al terreno de juego, por poner un ejemplo. Ya lo sé, hoy me van a llover palos por mi crónica. Los talibanes rojiblancos no me van a perdonar que alabe a dos exmadridistas. Qué le vamos a hacer, uno escribe lo que ve, y como voy sin complejos por la vida, pues no me importa para nada el opinar lo que se me venga en gana sobre tal o cual jugador. Ya sabéis, al que no le guste … que se muera.
Tranquilidad. Palabra prohibida en el Calderón. Tuvimos apenas 5 minutos de tranquilidad. Fue el tiempo que transcurrió entre el zurdazo de Antonio López y el segundo penalti que nos pitaron en contra. Parar dos penaltis en un mismo partido es solo para elegidos. En pie todo el mundo, estamos hablando de Don Leo Franco que estás en los Cielos.
Y al final, pues a sufrir tocan. El rival acecha, los nervios afloran, en todos, menos en David de Gea, que realizó otra intervención prodigiosa antes del final del encuentro. Claro que también pudo sentenciar el Atleti antes. Y sí, el resultado es justo, porque el Atleti ganó bien. Pero no me disgustó para nada tampoco el juego de los mañós. Es lo que tiene el tener un entrenador en condiciones. Nosotros …. Quizás algún día.
EL CRACK DEL PARTIDO: No creo que nadie me discuta los 3 puntos para el chaval de De Gea. Si, ese chaval que nuestro ínclito Pitarch quiso ceder hasta a un segunda división inglesa. Qué ojo que tienes, Suso. Los dos puntos se los voy a dar Ufaljusi, porque es un defensor como la copa de un pino. A este le da igual jugar de central que de lateral. El pibe lo borda. Y un punto se lo voy a dar Reyes. Sí, a Reyes. Cuando no se le pita ni se le desea su muerte, el chaval se encarga de demostrar que puede utilizarse para algo más que para muñequito de trapo en el que desahogar todas nuestras frustraciones. Aparte de que lleva un escudo en el pecho que debería de protegerle de todo. En fin, Serafín.
LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO: Abel y sus cambios. Somos la repera. Resulta que ahora en dos semanas no hay liga, y en vez de exprimir al máximo a nuestros cracks, Abelino decide reservarlos para que vayan fresquitos con su selección. Hay que ser memo, tonto, lelo, pringao, pardillo y bachi-bozouk al mismo tiempo. Nuestro mister, a fe que lo consigue.
EL ZARAGOZA: Me gustó. Me gustó el Zaragoza. Le faltan cosas, juego de banda, y para mi su entrenador se equivocó el dejando en el banquillo a Everthon, jugador que con su velocidad nos causó bastantes problemas en el rato que estuvo sobre el terreno de juego. Pero se le vieron hechuras de que sabían lo que hacían y cómo lo hacían. Tiene buena pinta este Zaragoza.
ÁRBITRO: No sé quién era, pero en los dos penaltis que nos pitó en contra acertó, así que dejémoslo estar …
TERMÓMETRO ROJIBLANCO ( - 4 grados).
No lo subo, obviamente. Era un partido de obligado cumplimiento. Esperemos, eso sí, que sea nuestro punto de partida hacia … quién sabe. Dios y Abel decidirán. Casi que más bien el primero …
… Que ya llegó la cosecha. Que ya llegó la cosecha … ¿Qué hago yo un lunes cantando? Dichosas resacas …
Al menos, hay ratos en que así lo parece, que no es poco para lo que se venía observando últimamente por el Manzanares. El partido del pasado sábado fue el típico encuentro que, al aficionado neutral, supongo que entretuvo de lo lindo, pero al aficionado de uno y otro equipo disfrutó/desquició a partes iguales.
Mereció ganar el Atleti (especialmente por ocasiones de gol), debió de ganar el Valencia (encajó el empate en el 92) y, como es de esperar en estos casos, terminó en tablas en el marcador, con un punto que exaspera un poquito más a los ches, y puede (y digo puede) que sirva para empezar el definitivo impulso hacia arriba para los colchoneros.
Los primeros 20 minutos fueron modélicos de los rojiblancos. Por una vez y sin que sirva de precedente, salieron enchufados al campo y con las ideas muy claras sobre lo que hacer para llevarse el encuentro. Así a los 7 minutos, en una excelente contra iniciada por Escándalo Forlán, perfectamente combinada a través de Jurado y finalmente remachada por el Kun, sirvió para adelantarnos en el marcador. Y parecía que la cosa iría a más, porque un error de la zaga valencianista (las dos defensas de ambos equipos son sencillamente esperpénticas a más no poder), hizo que Agüero se plantase solo solito solo ante Moyá pero cruzó en exceso el balón. La verdad es que se había metido un carrerón desde el centro del campo, pero …
Ciertamente, ambas escuadras presentan varias similitudes: porteros sin afianzar (no me transmitió demasiada seguridad Moya, y en cuanto a Roberto, aunque va mejorando poco a poco, tiene todavía que aprender a que su palo es sagrado, y por ahí no debería de poder encajar goles), defensas verbeneras a más no poder (con Alexis por parte valenciana y nuestros laterales por parte rojiblanca como fiel exponente de lo dicho), peligrosos ataques, aunque sus delanteros no terminen de estar en su mejor momento (Escándalo Forlán sigue sin atinar, aunque no le falta compromiso, y Mata estuvo más apagado que de costumbre), y dos aficiones hasta los mismísimos de prácticamente todo. Dos equipos capaces de lo peor y de lo mejor. Y, como no podía ser de otra manera, el encuentro del sábado fue fiel reflejo de ello.
Con el 0-1, parecía todo controlado por parte nuestra. Craso error. Para el Atleti no existe la palabra “control”. A los 24 minutos, Pablo Hernández empató. La verdad es que pilló el balón, hizo malabarismos con él dentro del área, burló cómo y cuando quiso a Antonio López y fusiló sin piedad a Roberto, por el palo que tiene que tener siempre cubierto, por cierto. Vamos, que no echó mano del hula-hop mientras realizaba la jugada porque se lo había dejado en casa, sino, también lo hubiese hecho. Sin problemas, que viva el espectáculo.
Y el Atleti, cuando encaja un gol, sus minutos posteriores servirían perfectamente para realizar un video clip de Parálisis Permanente. Terror y honor al nombre del grupo en su más puro estado. Un minuto después, Silva ve el desmarque de Villa (que aparte de ser un delantero excelente, colabora decisivamente en el regadío del césped, qué tío más desagradable de ver, por Dios), y anota sin problemas ante la un tanto atolondrada salida de nuestro guardameta. De ahí al final del descanso, desconcierto total por parte colchonera, y Clos que nos echa una mano pitando de una vez el descanso.
Uno de los problemas que tiene el Valencia es que no tiene muy claro a qué debe de jugar. No sabe si atacar o defender. Si contragolpear o volcarse. Eso sí, ver a Emery en el banquillo es como contemplar una peli muda del Charlot. Le pones la musiquilla esa de fondo y a descojonarse tocan. El Atleti, sin embargo, en la segunda parte sí que tuvo claro lo que debía de hacer: morir matando. Y a fe que lo intentó. Cléber (el mejor de los rojiblancos, en mi modesta opinión, y mira que me cuesta tener que escribir esto de mi querido Espantapájaros), Maxi en dos ocasiones, el Kun, Forlán … Ocasiones a go-gó. Pero no había forma humana.
Eso sí, los valencianos tampoco se quedaron mancos, y tuvieron sus opciones de finiquitar el encuentro en su totalidad (si es que la palabra “finiquitar” existe en el diccionario de ambos equipos): Villa tuvo un taconazo al palo genial, otra que le sacó Roberto, otra de Silva que también atajó nuestro portero …
La gran virtud que tuvo el Atleti es que, esta vez, al menos, no bajó los brazos en ningún momento y tuvo fe en su trabajo. Por eso me mantuve fijo, esta vez sí, ante el televisor sin moverme ni un instante. Y por eso le llegó el más que justo premio en el 92, en un centro de Antonio López, que peina hacia atrás el penoso Alexis, y Maxi, de un toque sutil con el interior del pie (era mucho más sencillo la ocasión que tuvo poco antes, en la que se llenó de balón), fusila sin piedad a Moyá. Por cierto, también por el palo que siempre tiene que tener cubierto el portero. Como dos gotas de agua, vamos.
¿Servirá este punto para echar hacia delante? A mí, al menos, sí que me insufló algo de moral, aunque, obviamente, empezamos ya a ir en el Campeonato liguero un tanto contra el reloj. A ver qué tal nos sienta el Oporto el miércoles …
EL CRACK DEL PARTIDO: 3 puntos al Espant… venga, a Cléber, sí. Dos puntos a Juanito, que aportó algo de serenidad en la pandilla de atrás, y un punto a Roberto, por sus dos buenas intervenciones.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: - 3 puntos a Antonio López (hizo con él lo que quiso Pablo), - 2 a Jurado (empezó fenomenal pero se fue diluyendo como un azucarillo hasta quedar en nada, si me llegan a contar que le hubiesen sustituido, me lo hubiese creído a pies puntillas), y – 1 a Valera (afortunadamente, sus lesiones son un alivio para el que esto les escribe).
ÁRBITRO: Clos. A pesar del histerismo típico de la grada local, no me pareció a mí que estuviese tan mal, aunque os tengo que reconocer que cada día paso más de los árbitros, la verdad.
EL VALENCIA: Cuando aclare su debate interno sobre su forma de jugar, irá para adelante. Tiene a Banega enchufado (si, ese jugador al que me harté de alabar la temporada pasada ante la indiferencia de todo Cristo), su delantera es formidable, Silva es un peligro constante, y su talón de Aquiles es la defensa. Al menos ellos tienen un centrocampista en condiciones …
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: ( - 4 grados).
Subo un grado, aunque la situación, obviamente, sigue siendo bastante preocupante. Veremos a ver cómo salimos de esta. Los próximos dos encuentros son claves para nuestro futuro. Oporto, para ver si pasamos ya de la Champions en la segunda jornada o no, y Zaragoza, para saber si el punto conseguido nos permite pillar el impulso definitivo o, por el contrario, nos tenemos que poner el traje de luchador de barro para el resto de la temporada. Y, ya anticipo, ese traje no nos queda pero que nada bien …
Cada vez que estoy yendo últimamente por el Calderón, hay un nuevo virus que está afectando seriamente a mis colegas y al que esto os escribe. Se le conoce por la maldición del Chiscón, y sus efectos son devastadores. Pueden afectar gravemente a tu estómago. Por supuesto, afecta a tu bolsillo y, si al día siguiente eres uno de los gilipollitas que te tienes que levantar más bien temprano para ir al dichoso trabajo, puede ocasionar dolores de cabeza, malhumor general, boca pastosa y toneladas de sueño. Muchas toneladas de sueño.
Es cierto. De momento, no he sido contagiado. Pero noto como el virus se va acercando una y otra vez más. Lo que es peor, cada día está más acecho, me ataca con más virulencia, y no sé si terminaré cayendo.
Ayer era un día ideal de la muerte para caer en sus garras, de hecho. De primeras, un rival con no demasiado gancho, como es el Almería. Un rival, por cierto, que nos dio un baño en el sentido táctico y de saber estar sobre un terreno de juego bastante considerable, que quede dicho todo. De segundas, el Atleti. Este Atleti. Un equipo sin alma, sin esquema definido de juego, sin garra, sin ilusión. Lo que siempre os cuento: ni se les ve, ni, lo que es peor, se les espera.
También es un atenuante para dicho virus las rotaciones de Abel, porque somos el único club del mundo que rota para perder o no ganar el siguiente encuentro. Que tiene bemoles el asunto, vamos. Es decir, dejamos a los buenos (o ex - buenos, en el caso del Simao), palmamos, pero les seguimos reservando para el siguiente encuentro, con el fin de, efectivamente, no ganar también. Sencillamente acojonante. Y el Chiscón ahí. Con su cervecita, con sus cubatitas, con sus aperitivejos, con su tele, por si quieres de vez en cuando fustigarte viendo a esta peña. Pero nada. A pesar de que me tengo que subir casi al Himalaya para ver el puto partido, arriba que voy. Con la mochila, con la tartera de la comida del curro, con el sueño, con el cansancio. Da igual. Démosles otra oportunidad.
Y empieza el partido. Más gente de la esperada en las gradas. Bastante más, desde luego. Pero da igual. A estos no les motiva nada. El Almería, para no perder la costumbre de cualquier equipo que se precie visitarnos, nos domina y nos crea ocasiones. “Chiscón … Chiscón …” empieza a resonar en mi mente. Agito la cabeza y me vuelvo a quitar la absurda idea del perolo.
¡Coño, qué ven mis ojos! Iturralde nos pita un penalti a favor. Joder, jódete, Chiscón, que estos van a pillar ya la recta. Lo tira Forlán. Es como si vas por la calle, te encuentras con un vagabundo sobao tirao en un banco, y le dices que si le apetece tirar un penalti. Más o menos esa fue el interés que tuvo el Uruguayo al lanzarlo. Fallar un penalti es jodido. Pero que no vaya ni a puerta, es sumamente jodido. Así nos luce el pelo.
¡Chiscón … Chiscón … Chiscón …! El puto virus ataca de nuevo. La primera víctima, de hecho, ha caído. Mi colega el Charlie no aguanta más y se pira del campo. El Chiscón se ha adueñado de él. Ya no tiene salvación posible. Yo aguanto. Me agarro a mi asiento. Estoicamente. “No vayas, Tomi. No vayas”. Me digo una y otra vez. Aguanto la primera embestida.
Pero, como bien sabéis, en el caso de este bendito Club, todo lo que va mal, puede ir siempre un poco peor. Y claro, lo que tiene que pasar pacha: el Almería se adelanta en el marcador con gol de Piatti. El mamón este le pillé el año pasado en un juego parecido al de la Liga Fantástica Marca que juego con la peña del grupo de fútbol en donde suelo escribir, y no metía un gol ni al Acueducto de Segovia. Don’t worry. El Calderón es mágico. Quedas convertido por arte de magia en un goleador que los mete a pares. Y a todo esto, que el virus ataca de nuevo sin piedad: ¡CHISCÓN! ¡CHISCÓN! ¡CHISCÓN! Cada vez suena más y más fuerte. Apunto está de apoderarse de mí, cuando, zas …¡Pero coño, si ha metido un chicharro el Espantapájaros del Santana! ¡Virgen del amor hermoso! ¡Y no ha sido ni en propia meta ni nada! ¡Lo ha hecho en la otra, vamos, en la suya, joder, en la que lo tiene que meter, vosotros me entendéis! ¡Toma, Chiscón! ¡Toma y toma!
Y con dicho resultado, nos vamos al descanso. Qué vamos a hacer ahora. Menudo coñazo. El Charlie me llama. Le digo que si va a subir a ver la Segunda Parte con nosotros. No hay nada que hacer. El virus Chiscón es su nuevo amo y señor. Dios mío. No, no puede ser. Otra baja en nuestras filas. Rafita no aguanta tampoco, Rafita también se pira. Ha sido también contagiado. Y de nuevo vuelve a retumbar mi cabeza. Es una presión insoportable. “Chiscón”, “Chiscón”, “Chiscón”, “Chiscón”. Ahora suena así, a toda hostia repetida y consecutivamente en mi cabeza. Me voy al baño. Me mojo la cara y la cabeza. Tengo que aguantarlo como sea.
Bueno. Venga. Que empieza la segunda parte. Joder, qué puto coñazo otra vez. Ni juego, ni ocasiones, ni nada. Aburrimiento y más aburrimiento. Espera. Joder, qué regalo. Vamos, Forlán. Quítate el puto disfraz de vagabundo. Goooooooooooooooolllllll. Joder, coño ya, me cago en mi puta vida. A tomar por culo todo, ahora sí que ya no se nos escapa nuestra primera victoria. Mi mente queda lúcida y despejada.
Sin embargo, el virus del Chiscón este es listo. Muy listo. Y sabe perfectamente cómo utilizar sus armas. Ahora emplea como sujeto pasivo a “Morros de choto viejo”, más conocido por Abel. Por Dios, qué cambios. Mira cómo mola, que va a quitar a Maxi. Ya verás como saca a Keko. Me cago en mi estampa. ¡Pero si me saca al Simao! ¡Pero si está de pena! ¿Qué pollas pacha con la cantera? “Chiscón, chiscón, chiscón”. Dioss, qué dolor de cabeza. Espera, que ahí va otro cambio. Coño, va a sacar al Kun. Bueno, y me quita al Sinama. Para un día que estaba medio haciendo algo. Espera, que va el tercero. Quita a Forlán, y saca a Koke. ¿Para qué queremos tres mediocentros, Dios mío? ¡Pero si estamos jugando contra el Almería! ¿Acaso nos vamos a poner a defender en las trincheras, con esos baluartes denominados Juanito Valderrama, Pableras y Piernas de Seda Perea? Me quiero morir. “Chiscón, chiscón, Chiscón, Chiscón, Chiscón”. Otro ataque como el del descanso. Me sujeto a mi silla y a mi compañero el Capo. ¡No caigamos ahora, Capo! ¡No caigamos!
Minuto 89. Lo que tiene que pasar, pasó. Empate de Piatti. A tomar por culo bicicleta. Cara de gilipollas habemus. ¿Chiscón? Pues sí. Es lo que debería de haber hecho. Haberme dejado contagiar, joder. Larga vida al Chiscón.
EL CRACK DEL PARTIDO: Le doy 3 puntos a Jurado, que es lo único que me viene ahora como jugador de fútbol en el Atleti, 2 para Sinama, a pesar de su incomprensible amor a la deportividad (que sí, Sinama, que no importa si la próxima vez que te vayas a quedar solo delante del portero le sacas ventaja a tu defensa, hombre, no tienes el por qué esperarle dentro del área para volver a salir juntos de nuevo, de verdad, colega, que Dios no te va a castigar por ello, créeme) y uno al Espantapájaros Santana, porque, más o menos, los pases de 2-3 m. los dio medio en condiciones (no pidamos más distancia todavía, por favor, vayamos poco a poco).
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: - 3 a Morros de Choto Viejo, por el auténtico recital que dio el colega con esos cambios que introdujo, , - 2 a elegir entre la terna formada por Pableras, Juanita la Vendimiadora o Perlán Perea, y -1 a Assunsao el atontao, aunque, en realidad, podéis poner a cualquier jugador del Atleti en esta sección, y en cualquier orden. Siempre acertaréis. Hasta sin ver el partido. Os puedo asegurar que no es en absoluto un requisito indispensable.
EL ALMERÍA: Muy bien. A mi me gustó bastante. Saben a lo que juegan, que a mi ya con eso me ponen cachondo y todo …
ÁRBITRO: Partiendo de la base que era el Itu, no estuvo mal del todo. El penalti fue de libro.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 5º grados).
Récord histórico desde que cree esta sección, aunque, más bien ,debería de decir, récord histérico … Porque cinco grados bajo cero en tan solo 4 jornadas disputadas y frente a los rivales que nos hemos enfrentado, es eso, una ceremonia al histerismo en su más puro estado.
Y encima, este año, con el rollo del Mundial, no tengo bastante con mis cabreos luneros, sino que ahora también los tengo aderezados entre semana, me cago en mi puta calavera. CHISCÓN, CHISCÓN, CHISCÓN, CHISCÓN, CHISCÓN …