Athletic 1 - Atleti 4. Los gritos del silencio.

No ví el partido, debido a que tenía un cumpleaños salvaje de uno de mis mejores colegas, pero el alegrón que me llevé el sábado es de los de aúpa, cuando en medio de dicha celebración, se me acercó Carlitos a indicarme que el Atleti iba ganado por 1-4 y con 3 chicharros de Forlán. Así que lo único que os puedo comentar es lo que he visto a través de los resúmenes.

Por lo que cuentan, además, aunque hubiese querido verlo … tampoco hubiese podido, debido a la esperpéntica retransmisión de la puta SEXta. Cuando se enteraran estos subnormales de que a mi me importan un carajo el resto del mundo cuando el que está en juego en mi equipo (como, imagino, le pasará al resto de los mortales). Pues nada, en mi casa tampoco ni mi vieja ni mi hermano pudieron ver nada. Sencillamente cojonudo.

Eso sí, yo no sé si el resumen de Telemandril que ví ayer estaba manipulado o que a mi todavía me duraban los efectos de la capea-cumpleaños, pero juraría que contemplé fallar al Kun un par de ocasiones bastante claras, una de ellas tras un fenomenal pase de … ¡Pernía! Sin lugar a dudas, me debí de pasar con las dosis alcohólicas el sábado. Porque el resto de las cosas que observé más o menos me encajan:

- Recital por todo lo alto de Escándalo Forlán, consiguiendo un hat-trick de los auténticos, de los buenos, de los conseguidos en un solo tiempo. Nuestro Uruguayo es como un ciclón que arrasa allá por donde va, no hace prisioneros. Sencillamente brutal su temporadón.

- Al comienzo de la segunda parte pasamos nuestros minutos de agilipollamiento sumun. Menos mal que Raúl todo lo que haces siempre lo haces bien García logró adelantarnos antes que Llorente, que si no.

- Leo Franco que estás en los cielos, mezclando paradones antológicos con salidas rocieras. Pero qué arte que tiene.

- El Atleti es el rey del caos. Cuando un partido se vuelve loco, somos los que mejor nos manejamos en tales circunstancias, no me cabe la menor duda. ¡Barra libre de camisas de fuerza para toda la peña!

Quién me iba a decir a mí que íbamos a estar en esta situación después del partido de Santander. Está claro que la reacción del equipo ha coincidido con la bronca del día del Sporting. Más vale tarde que nunca.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+3 º).

No lo subo. Era otro partido de obligado cumplimiento. Había que ganar allí sí o sí. Y si encima se hace con la contundencia que se hizo el sábado, miel sobre hojuelas, porque así saben nuestros rivales cómo nos las gastamos.

Y, el domingo, el último paso final: rematar al Almería. Tenemos prácticamente hecho el cuarto puesto, pero, por si las moscas, mejor que no cantemos victoria antes de tiempo. Aunque, francamente, a mí un cuarto puesto nunca me suena a demasiada victoria, la verdad. Me suena al mínimo deber cumplido exigido, sin más. Y que no cambie jamás mi mentalidad, porque no me gustaría convertirme en un Valladolid de la vida.