Atleti 1 - Valencia 0. El hijo perfecto.

Ayer el Atleti así se comportó. Como un hijo perfecto, que se arregla convenientemente con su impecable traje de los domingos, va siempre bien peinado, con sus zapatos relucientes, perfectamente afeitado, con su cuerpo perfumado con colonia de Armani. Se comportó de manera seria y responsable durante todo el encuentro, en el que fue muy superior a un impotente a más no poder Valencia.

De hecho, los colchoneros debieron y merecieron más goles, pero se encontraron con la inspiración de ese despojo humano denominado Marie Claire César, que ayer lució unas esperpénticas mallitas azules que le encajan a la perfección con el desequilibrio mental que tiene. Simao, Forlán por tres veces, el Kun ... Todos tuvieron sus goles cantados.

Por parte del Valencia, mucho control de balón, pero nula profundidad. Sin la magia de Silva, los ches son un equipo con encefalograma plano total. Se les ha ido a lesionar en el momento más importante de la temporada. El destino suele ser así de caprichoso, qué le vamos a hacer.

Y sí. Si este equipo juega con el nivel de concentración y de saber estar con el que estuvieron ayer en el abarrotado hasta los topes Calderón, deben, pueden y merecen estar en Champions. Ya hemos hecho lo más difícil. Ahora queda rematar la faena, que ya se sabe que el Atleti suele ser especialista en complicarse la vida, y encima, por Bilbao, con el cariño que nos profesan, no creo que nos regalen ni los Buenos días siquiera, pero bueno, es lo que hay, cosas de no haber hecho los deberes con más tiempo.

El tanto llegó en la primera parte de posible penalti cometido por César sobre el Kun (y digo posible porque no he visto la televisión), que Escándalo Forlán se encargó de transformar tan importante penalti y mantener viva su particular lucha por el balón de oro.

Lo más difícil ya está hecho. Esperemos que el hijo perfecto no le de el próximo finde por ponerse un puto pañuelito palestino y se vaya por ahí de finde a guarrear. Que a veces me le dan unas venas al chaval …

EL CRACK DEL PARTIDO: Domínguez, por parte rojiblanca. Hizo un partido espectacular jugando de central. ¡Dios mío, un canterano jugando de inicio y como los ángeles en nuestro equipo! Es que se me saltan las lágrimas con estas cosas, la verdad. Por parte valenciana, el de los tornillos en el suelo y las mallitas ajustaditas. Tan buen portero como retrasado. No tiene remedio.

LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO: El mano a mano que falló Simao solo solito solo delante del portero. Eso no se puede perdonar jamás de los jamases. Y por parte forastera, yo a Villa apenas le ví, la verdad.

ÁRBITRO: Mejuto. No sé si acierta en el penalti o no, pero ya que lo pita, es absolutamente incomprensible que no expulse al “guardamenta” ese. Yo hay decisiones de los árbitros con las que flipo en colorines, vamos.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: + 3º.

No se toca el termómetro. Otro partido de obligado cumplimiento.

Una última cosa para Abel. Sí. Para mí se ha ganado usted la renovación, lo tengo claro. Pero, dicho esto, no me venda el cuarto puesto como un éxito sin precedentes en nuestra historia, porque, sencillamente, no cuela por ningún lado. Que tengo el trastero que parece un taller mecánico ya y todo, hombre. Y mira que me cabrea que me intenten tomar por tonto, no lo puedo evitar.