“Seguramente la rabia de no poder revivir mi viaje a Lyon en el 86, haya sido el que me ha terminado de bloquear por completo a la hora de escribirles algo, así que le he pedido a mi Amigo Don Pablo Mármol que me escribiese unas líneas por mí, así que … ¡A disfrutar tocan, Señores! (y muchas gracias por su inestimable colaboración, Don Pablo)”
Me pide don Dueño, está el hombre muy mayor y necesita mucho reposo, que junte unas letras para hacer una casicrónica del viaje a Lyon. Así que lo siento por ustedes, sus lectores, pero no me echen la culpa. El verdadero culpable es el haragán del termómetro.
Siempre que nos clasificamos para una final, nos invade inicialmente una sensación de pánico sobrecogedora. Varias son las preocupaciones que nos agobian año tras año, final tras final. ¿Nos llegará la entrada? ¿Tendremos dinero para el avión? ¿Habrá hoteles disponibles y a buen precio? Ahí es donde salimos triunfadores los que no tenemos medios, pero sí años, ya que no debemos preocuparnos por nada de lo anterior. Autobús y manta.
En nuestra Peña nos lanzamos al vacío, sin red, y decidimos poner un autobús, cubriendo unas cuarenta y cinco plazas, para nuestros socios y amigos. Este planteamiento inicial varió un poquillo y nos fuimos a dos buses petados. Vamos, que se nos fue de las manos. Se pudo y se debió poner un tercero (fue mucha la gente que no consiguió entrada hasta el viernes), pero nos asustó la masiva acogida que tuvo el viaje y la poca infraestructura con la que contamos, teniendo que dejar a baste gente fuera de nuestro viaje y derivarlos a otras Peñas. Honor a todas la Peñas Atléticas.
A las 20:00 de la tarde del martes emprendimos camino a Lyon. Nos esperaban 18 horas de viaje. La bodega bien surtida, con 36 cajas de cerveza por cuenta de la Peña, agua (lo juro) y neveras varias, hacía presagiar pocas paradas. Error. Se hicieron las paradas de rigor, ni más ni menos que las necesarias (a pesar de las quejas de los conductores, que decían que no íbamos a llegar nunca), y así fueron pasando tarde, noche, madrugada, mañana y mediodía, hasta que llegamos a las 14:00.
Poco estuvimos en Lyon. Tampoco se nos había perdido nada. Apenas dio tiempo para tomar unas cervezas (¡qué cerveza tan mala tienen los amigos!), saludar a los hermanos, contar las batallitas del viaje y desandar lo andado, para poner rumbo hacía el estadio. Hago aquí un inciso para decir que, visto lo poco que habían preparado en la Place Carnot (ya no pintamos como antes), donde nos ubicaron, casi podían haber preparado unas barras en el estadio y la hubiéramos tomado un par de horas más.
Como suele pasar, todas las medidas que dijeron se iban a tomar no las tomaron; y, a la gran mayoría, ni nos pidieron DNI, quitaron mochilas, mecheros, etc., etc. Ubicados ya en el campo, en una inferioridad de gente (5 à 1) y de medios (decenas de bengalas, banderas, …) abismal, apenas pudimos oponer un tifo emocionante, nuestros colores y nuestra voz. ¡Pero qué voz! Pocas veces hemos animado tanto y tan bien en una final (si el FA está junto, detrás de la portería, es imbatible). El que llegaran las entradas a todo el mundo, hizo que viajara sobre todo gente joven, dispuesta a morir por ti, Atleti de Madrid. Y no sólo se plantó cara, se goleó en las gradas (como en el campo). Defraudaron los marselleses, con mucha bengala, pero con poco ánimo. Honor al Frente Atlético y a todos aquellos que se dejan el alma en la grada.
Del partido, poco que comentar que no hayan visto. Diez primeros minutos de apuros, sabedores los franceses que de no adelantarse no tendrían nada que hacer; y, a partir de ahí, en plan tractor, se fue barriendo a los franceses del césped. El partido del Atlético fue un partido gigante, sin concesiones a la galería, pero sin piedad con el rival, que sólo pudo oponer las patadas que el árbitro les permitió. Con Gabi al mando, Griezmann de ejecutor y el resto a un nivel magnífico, vivimos una plácida tarde-noche.
Tras el pitido final estalló la merecida fiesta atlética. Una fiesta que se vivió con la pasión y la emoción que exige un título. Faltaba mucho morrofino para poner peros a la celebración, pero los chavales estuvieron enormes. Gente con abonos por encima del 60.000 pudo viajar y disfrutar. ¡Ojalá, al año que viene, por estas fechas, puedan conseguir entrada! Honor a los cachorros.
Ya sólo quedaba volver a Madrid, pero los que subimos por carretera no teníamos mucha prisa por enjaularnos nuevamente. Esa cerveza post-partido, después de un título, es el momento más salvaje que hay durante la temporada. Peeeeeero, había que montarse en los bus, y como siempre buscamos superarnos, conseguimos establecer una nueva marca a la vuelta: ¡19 horas! A las 19:30 del jueves (casi 48 horas después, 37 en bus) llegábamos a Madrid con mucho cansancio, mucha resaca, pero con la satisfacción del deber cumplido.
ATLETI FOREVER.
2 comentarios:
Buenas tardes Atléticos de bien, lo primero felicitarnos a todo por un titulo más que merecido, fuímos los mejores de la competición sin paños calientes.
Tenía mis dudas de como se iba a celebrar si se conseguía, que si esta competición no ilusiona, el tema de las entradas, nos hemos aburguesado y etc etc etc, pues no señores, se celebró como se debe hacer cuando se gana un titulo y más si es europeo, que no precisamente abundan en nuestras vitrinas.
Brutal partido de los nuestros, eramos favoritos y se demostró, el aplomo y el buen hacer de este grupo de jugadores y técnicos y gritando bien alto que a nosotros nadie nos ha regalado nada, todo se ha conseguido con humildad, trabajo, coraje, corazón y buen fútbol en muchos momentos. GRACIAS CHOLO.
Honor para todos los desplazados y más si se hizo en bus como cuenta Don Pablo, y más si pintamos canas, que los cuerpos ya no son los mismo que cuando teníamos 20 años.
Recital en la grada, que orgullo y alegría de ver como con menos se puede conseguir más, si señor con cojones, a ver si podemos conseguir que el cc wanda poco a poco se convierta en un estadio de fútbol.
Don Tomi me tenía usted preocupado, todo los días entrando a ver si había cronica, final, campeonar, despedida de Torres y notas final temporada, tenía usted mucho trabajo acumulado y me sorprende una vez más con Don Pablo, que se ha marcado una cronica espectacular, felicitaciones.
Yo también al igual que usted, estuve presente en el 86 y por curro y pasta en esta ocasión no tocaba, la primera final que me pierdo en mi vida, me encontraba raro raro viviendo lo en la tele y sereno, bueno así también lo vi con mis críos por lo cual lo disfrute de otra manera.
Gracias Don Tomi una temporada más por compartir con nosotros el día a día de esta nuestra pasión, en agosto volveremos, descansen lo que les dejen y buen verano.
Un saludo.
Es un privilegio para cualquier atlético leer una crónica a pie de grada en una final como ésta, con tanto componente histórico. El tifo me emocionó una barbaridad sobre todo tras haber visto la final del 86 días antes. Así que gracias compañero por el testimonio. Aunque Tomi... me tenías preocupado también. ¿No será que en breve vas a anunciar que te vas al Barsapasta no? No pierdo la esperanza de encontrarme nuevas entradas por aquí antes de que empiece a girar de nuevo la rueda, de lo contrario siempre nos quedarán las fases de ascenso y el mundial de propina.
Atleti Forever
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