Escuchaba rumores sobre tu
marcha, pero no quise hacer demasiado caso. La verdad es que este final de
temporada tan decepcionante me tiene un poco desconectado de todo lo referente
al Atleti. No es que no quiera seguir la actualidad del equipo, es que no
quiero querer. Hay bastantes cosas que no entiendo, y lo que no suele comprender
uno tiende a la desesperación, y tampoco me va ya el tema, que son muchos años.
Pero sí, si lo hubiese sabido, por supuesto que hubiese hecho lo posible y lo
imposible por acudir a despedirte al Metropolitano. A darte esa ovación que te
merecías con este último gol tuyo, y ese homenaje al final del partido
que tanto te ganaste, viejo. Quién sabe. Igual es mejor así, porque de esta forma,
más parece un hasta luego que no un hasta siempre. Aparte, entiendo que el Club
te dará en próximas fechas el auténtico reconocimiento que te mereces, con una
despedida a tu medida, aunque me parece que ya, con la gente, con la grada, esa
ya no sé si la tendrás. Ni siquiera el Frente pudo despedirse de ti como
nos hubiese gustado el día del Betis, ya que a los ACAB les dio por hacer de las suyas en
el último partido. A veces en esta vida la dignidad está por encima hasta del
cariño, Angelito. Estoy convencido de que lo entenderás.
De profesión gambeteador, de
formación canchera, jugador de poco espacio, goleador, capaz de lo más grande y
de lo más exasperante. Hombre de momentos, de goles decisivos, de chicharros de
auténtico vértigo, cuando Angelito coge siempre el balón, uno sabe que va a
pasar algo. Temido como pocos por los rivales, cuando aparecías en tu papel de
jugador “número 12” a la espalda (probablemente, esos mismos rivales han
valorado mejor tu auténtica valía real que desde algunos sectores de tu propia grada). No te
preocupes, Marginal, los genios siempre han tenido un punto de incomprendidos
también.
Ese reverso tuyo, ese giro
inesperado (con el balón cosido a la bota y, en ocasiones, hasta sin tener
controlado el mismo), esa jugada, Amigo, no la tiene nadie, no se la he visto a
nadie más, y, probablemente, no se la veremos ya a ningún otro jugador tampoco.
Eso solo es propiedad made in Correa. Esos goles de punterita para campeonar, esos disparos
desde fuera del área que se colaban como misiles, por qué no decirlo, algún que
otro gol fallado a puerta vacía, ese gol desde el centro del campo, ese último gol del Calderón … Nos has dado tanto, que eso no implica más
que otra muesca intrínseca de tu grandeza. Enamora y desespera. Simbiosis total
colchonera, no hay duda alguna.
Llevo ya casi 50 años de socio de
este bendito Club. Te puedes imaginar, he visto de todo, imaginable e
inimaginable. Jugadores excepcionales, auténticas estafas con patas. Gente con
clase para dar y tomar, que no se enteró al final de nada. Otros muchos que lo
intentaron, pero desvanecieron en el intento. Y esto creo que es lo más grande
que te puedo decir, Marginal. Te enteraste de todo, te empapaste de sentimiento
Atlético por los 4 costados. Porque no solo eres un ejemplo para cualquier
foráneo que venga aquí. Qué va. Eres el espejo para cualquier canterano
también, por qué no admitirlo. Tienes tal simbiosis con lo que representa y es
el Atleti, que eres un trozo andante de lo que somos, y por qué lo somos.
Muchos decimos ser del Atleti, pocos pueden, sin embargo, ser Atleti. Tu lo
eres. Por valores, por compromiso, por lucha (tanto deportiva como en vida,
superando obstáculos inimaginables), siempre sin levantar la mano, sin reclamar
nada, sin pedir nada a cambio. Siempre con nosotros, y nosotros, por supuesto,
contigo. Eres un trozo inmenso de nuestros valores, y a tu corazón habría que
depositarlo en nuestro Museo como una de la mayor muestra física de los mismos.
Así que muchas gracias por todo, Angelito. Te vas en el
momento perfecto, sin mendigar nada ni tener que arrastrarte en el campo.
Disfruta mucho en “Viva México Cabrones”, y recuerda siempre que aquí tienes tu casa, tu gente, tu Fondo. Angelito Correa, Marginal como pocos, el
mejor jugador número “12” de nuestra Historia.
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