Deportivo 2 - Manchester 1. 90 minutos en Riazor son "molto longos".
Que diría el Boskov ese, pero trasladado ya, clarísimamente, a Riazor. Porque estas remontadas que viene protagonizando el Depor en su casa no pasan inadvertidas en Europa. Y menos si se la haces al Manchester, claro está. De primeras, magnífico ambiente. El público de Riazor estuvo volcado los 90 minutos con su equipo. Esta vez se tuvo paciencia, se animó sin parar y, lógicamente, se extasiaron al final con el triunfo de su equipo. Pero no solo ellos. Mi madre y yo, en nuestro sofá de queli, también nos la gozamos (otra cosa será el domingo, je, je).
El partido comenzó con mucho miedo por ambos lados. El Manchester, pues como todos los equipos ingleses fuera de casa. Mezquín, ruín, oportunista . Eso sí. La tocan que te cagas. Pero como no quieren dominar, sino que solamente quieren contragolpear, y, de peras a brevas, oiga, pues al final pasa lo que pasa. Mientras tanto, el Deportivo empezó poco a poco. Como el panadero que va amasando el pan antes de cocerlo. Tuvo sus pequeñas oportunidades, se fue echando hacia delante muy poquito a poquito. Demostró 10.000 veces más ambición que el equipo inglés. Tristán hizo un par de genialidades de las suyas que preveía que podría ser su partido. Pero fueron pasando los minutos, y en una contra lanzada con Giggs, el Scholes (tiene una pinta de haber sido el Jaimito de su clase que te cagas este pibe), tras una contra fulgurante de los diablos cojos, puso el 0-1 en el marcador de forma inapelable, tras una buena dejada de Van Nistelroy. Era el minuto 40, y la cosa se ponía jodía, hermano. Fue la única puta vez que llegaron a puerta en la primera parte (2 llegaron en todo el partido).
Tras el descanso, Irureta sacó al vendedor de Biblias falsas (Valerón) sustituyendo a Emerson. Por cierto, que hablando de mediocentros, me fijé un poquito en Sergio. Apunta buenas maneras, tiene regate, tiene desparpajo para hacerlos, para pedir el balón, para no esconderse, pero le sobra en casi todas sus acciones siempre un regatito. Jabo le tendrá que corregir ese error. Y el Depor dominó, y dominó, y dominó . pero sin profundidad ninguna. Tristán tuvo que haber retrasado, en mi humilde opinión, un poquito más su posición, y demostrar al mundo entero lo que yo vengo diciendo: que tiene un latigazo impresionante desde 20-25 metros, única forma de superar a los Blanc (¡qué pedazo de jugador!, ¿Cómo este tío no triunfó en el Barsa?) y al imbécil del Barthez, que me cae como una patada en los mismísimos. Mientras, el Manchester jugaba con una pasividad realmente insultante, como si el partido estuviese ganado tranquilamente, como despreciando al Deportivo y a su público, y esto le costó caro. Irureta sacó a Pandiani (¡qué queréis que os diga, es el tipo de jugador que me gusta: lucha, brega, mete goles, contagia, pone patas arriba Riazor cada vez que sale!).
Y ya se sabe: cada vez que sale Pandiani, algo va a pasar. Todo el mundo lo sabe. Y algo pasó. Minuto 86, a Valerón le da por hacer un gran pase de cuchara hacia Pandiani, que busca el desmarque perfectamente. Éste para el balón con el pecho, lo mata hacia abajo y bate sin remisión a Barthez. ¿La defensa del Manchester? Como todo su equipo, confiada completamente en que el Deportivo sería siquiera incapaz de marcarles un solo tanto. Y claro, a partir de aquí, la locura, el éxtasis, el desenfreno . Os lo juro, que sabía que el Depor metía el 2º. Tres minutos tardó mi vieja en darme la razón. Valerón se interna en el área, da el pase de la muerte, y Naybet (el mejor del Depor ayer con diferencia, hizo un partido inconmensurable, atrás, adelante, en medio, de cabeza, despejando, atacando .), como premio justo a su ENORME PARTIDAZO que se marcó, anotó el tanto de la victoria, justa no, justísima, y que pone al Depor como Líder de su grupo. Así es la vida, así es Riazor, así es el Depor.
Bayer Leverkusen 2 - Barsapasta 1. ¡Rivaldo, cómo te necesito!
Debió de pensar Charly tras acabar el encuentro. Y le necesita porque, como el Barsa no juega ni a la taba (yo es que no me entero de nada con este equipo, os lo juro, no sé si juega a dominar, a la contra, al ataque, de verdad, ni idea), los únicos que le pueden sacar las castañas del fuego son los cracks, las individualidades. Y como Rivaldo está lesionado, y el otro está en el banquillo, pues así nos luce el pelo, señores míos.
Pero el Barsa no jugó bien ayer. Ni de coña. Ni siquiera en la primera mitad, en la que se fue con ventaja en el marcador tras el genial golazo de Luis Enrique (magnífico control, magnífico regate al defensa, magnífica definición en vaselina, y magnífica asistencia del linier, que no vio cómo estaba claramente en fuera de juego) se puede decir que el Barsa hizo algo. Bueno sí. Otra contra, en un genial pase de Cocú a Luis Enrique (¿Qué le pasa a Cocú? ¿Dónde esta ese jugadorazo que yo admiraba?) que el asturiano, por no haber tirado con la zurda y fuese lo que Dios quisiese, se complicó en exceso y terminó perdiendo el balón. Los alemanes, mientras tanto, estaban acojonados (el Barsa sigue teniendo muchísimo nombre en Europa, que nadie lo dude). Ni siquiera fueron capaces de empatar el partido en un penalty que el árbitro se inventó a favor de ellos al poco de la jugada que he mentado antes con el Tabiques (vaya penalty tiró el portero . sin comentarios). Y así, con esta tónica de un equipo que no juega a nada, y otro que está acojonado, nos marchamos al descanso.
Pero en la segunda parte, las tornas se cambiaron. Los alemanes dejaron de ser un equipo de Ankara, y se comportaron como suelen ser los alemanes cuando juegan en casa. Cabezotas, machacones, insistentes, presionantes hasta la extenuación. Además, como ellos sí que tienen un trainer que conoce a sus jugadores y que sabe lo que tiene que hacer con cada uno de ellos (al menos en el día de ayer) acertó en los cambios clarísimamente. Se sacó el tío de la manga a un turco en el descanso (Basturk) que se encargó de un disparo duro, seco y ajustado al palo, de anotar el empate en el marcador, ante, eso sí, la atenta mirada de Clint Eastwood Bonano (alguien le tiene que explicar al argentino que en Europa, para atajar un esférico, no basta con mirar fijamente el balón y poner cara de malote, que el balón no se acojona, hombre, y que te da un corte de mangas y te dice: "toma, pin-pin, chicharrito que te crió, por lelo"). A partir de aquí, desconcierto blaugrana a tuti-plane, y recital alemán que, faltando 20 minutos todavía, da la vuelta en el marcador, tras un centro de Schneider (cada vez que se lo oía al tío del Plus, parecía que decía Esnaider, por cierto, ¿Qué ha sido de él, alguien lo sabe?), que ve como Neuville viene más solo que yo en una ópera si les digo a mis colegas que me acompañen, y bate a bocajarro a Bonano, que, justo es reconocerlo, después se marcó un paradón antológico a un disparo no menos antológico de Ballack (¿Este tío no le querían los vikis? Me gustó) desde el Polo Norte. Quedaban 20 minutos, sí, pero el Barsa no tiene poder de reacción (o, al menos, ayer no lo tuvo) y se fue hacia el Camp Nou con una derrota merecida.
No es que el Leverkusen sea gran cosa (no lo es, y menos lo será en Barcelona). No es que sean un prodigio tácticamente ni técnicamente. Es que el Barsa, ahora mismo, no es nada, que es diferente.
-- Un saludo.
Tomi. Frente Atlético. Vieja Guardia
Comite promotor de la III trobada-kedada. Madrid 2001. Os esperamos a todos.
PATIS SIEMPRE PRESENTE
PATIS SIEMPRE PRESENTE
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