23 de septiembre de 2024

Rayo 1 - Atleti 1. Rotaciones indigestas.

 

Intensa semana pasada futbolística la vivida, aunque, en realidad, siempre son intensas todas las semanas, porque como bien indica un gran Hermano mío … El Atleti juega todos los días, no solo los días de partido (y a ver si así logro ya que no me regaña más, caramba).

La cosa comenzó el jueves, con un estupendo partido de Champions disputado por ambos equipos, en que una genialidad como otra cualquiera en forma de pase de Diosito Griezmman hizo que el Comandante Giménez sobrevolase sobre el cielo del Páramo en el minuto 90 para convertir al Metropolitano en ese estado de adorable locura que suele alcanzar en este tipo de encuentros y situaciones.

 

El sábado, sin embargo, me tocó bajar pulsaciones y me fui a ver el partido del Madrileño, el cual, y una vez más con mi presencia en el descampado del Espino ese, se convirtió en otro apasionante 0-0 en el marcador, en un partido que bien pudimos palmar, a pesar de ser muy disputado, sin gustarme en exceso lo que vi de los chavales (creo que también hubo rotaciones a go-go debido a nuestra fantástica victoria previa en la Youth League), y en el que lo más destacado fue la esperpéntica expulsión de Torres, en un solo minuto, nada más comenzar el encuentro, quedándonos todos ojipláticos ante tal situación. Y es que, como bien sabemos, nuestro Niño favorito ha coleccionado las mismas allá por dónde ha ido, con lo que ese carácter tan irascible e indeportivo suyo le jugó de nuevo una mala pasada y nos dejó sin ver su personal dirección sobre la banda de la Muchachada. Me da que alguien quiso tener su minuto de gloria y lo consiguió, que ser el primer árbitro en expulsar al Niño como entrenador del Madrileño, no es moco de pavo, no se vayan a pensar.


Y tras esto, vino el partido de ayer. Importante, como todos, trampa dónde los haya, y, encima,  aderezado con un buen puñado de rotaciones en nuestras filas las cuales, personalmente, tanto me desquician. Y sé que son necesarias, ojo, máxime en esta infernal locura de partidos en las que estamos inmiscuidos. Pero hombre, no sé, dicen que la moderación suele ser la mejor de las virtudes. Desde luego, cepillarte 6 tíos de golpe de un 11 inicial a mi me parece una pasada. Aparte, considero que hay puestos que son como más “sensibles” para realizar dichas rotaciones tan alegremente. Por ejemplo, para mi una línea defensiva debe de ser siempre sagrada. Cuando más automatismos tengan todos sus componentes tanto con el portero, como entre ellos, miel sobre hojuelas. Si encima, tenemos 2 centrales de una considerable categoría titulares, que lo están haciendo en este comienzo de temporada juntos por primera vez (y bastante bien, ya puestos), creo que es mejor que, ya que el término “pretemporada” pasó a la historia en este bendito Club, y aquí se pasa de la misma más que de que cualquier árbitro no le pite un penalti a favor del Madrid bajo cualquier pintoresca ya circunstancia (meteorológica inclusive), pues, de primeras, creo que cuanto mejor vayas consolidando a la gente y un equipo, mejor que mejor. Que andamos en Septiembre, carallo, y no en Abril-Mayo precisamente.

 

Pero claro, si andamos utilizando partidos de Competición oficial como de ensayos forzados en sí mismo ( que es lo que le pasa al bueno de Simeone, entre otras cosas), va todo de corre-prisa corriendo  y nos pasan o nos pueden pasar las cosas que nos están ocurriendo, y es que, una vez más, podemos acabar Septiembre casi despedidos de competir el título liguero.

 

Y digo yo, ¿No es mejor, vistas las circunstancias, no rotar a 6 pibes de golpe, y sí, por ejemplo, a 3? (uno por línea). ¿No es más óptimo, si ves que el desarrollo del encuentro va encaminado, aprovechar el resto del mismo para, por ejemplo, ir dando descanso a otros jugadores, ojo, de forma escalonada, y no quitando a 3 tíos de golpe? ¿consideramos menos valiosos los puntos del Rayo que los del Celta, o frente a los putos ciervos? ¿Y si no los sacamos, qué? (como ha sido el caso). Pues eso. Toma rotaciones.

 

Dicho todo esto, luego hay que ver todo en su entorno real, claro, que esa es otra. “¿Es que el Barcelona ha ganado 1-5, y mira nosotros?”. Cierto. Pero es que el Barcelona empezó perdiendo el partido de Champions, y nosotros ganándolo, y si me dan a escoger entre la trascendencia del uno y del otro, me quedo con el primero, que hay menos margen de error todavía que en la propia Liga. ¿Qué no se puede empatar en casa del Rayo? Yo diría que no se debe, más bien. Pero también les recuerdo que el propio Rayo empató el año pasado a cero en el Hipercor flotante ese de la Castellana, y al final los "penaltitos a go-go boys" fueron campeones igual. Así que, con todo este divertido galimatías, vayamos a describir un poco más lo que ha sido el partido en sí.

 

Lo de los primeros tiempos del Atleti ya los empiezo a ver con una mezcla de indiferencia y “naturalidad” insultante.. Creo que tengo asumido que fuera de casa son así, y cómo tampoco doy con la tecla exacta de a qué es debido esto mismo (falta de aptitud, actitud, ese maldito paso atrás de siempre, esperamos a que se desgaste el rival, o los propios rivales en sí mismo, porque ayer el Rayo jugó una más que aceptable primera parte), el caso es que todo es una sucesión de consecución de dichos hechos constantes, con momentos de agobio total incluido, en que somos incapaces siquiera de sacar el balón de nuestro área, ya que nuestro contrincante tiene todos los espacios controlados y nos acecha sin cesar.

 

Y el caso es que tuvimos, a pesar de esa situación caótica de ayer y de hoy que anteriormente les mencionaba, buenas ocasiones que llevarnos a la boca, como la de un completamente obcecado Lino en un buen remate a puerta que despejó brillantemente Batalla, a los 3 minutos de partido.

 

Sin embargo, dos minutos más tarde, fue el Carabanchelero Embarba quién desde el borde del área hizo lucirse a Oblak con una manopla sideral de las suyas.

 

A los 16 minutos del juego, otra gran ocasión para nosotros, tras una gran asistencia de Sorloth que dejó completamente solo a Julián Álvarez ante Batalla, pero desperdiciamos la misma tras un pésimo control previo del jugador argentino. Cinco minutos más tarde, de nuevo la Araña se sacó un zambombazo desde fuera del área escalofriante que repelió el larguero (y digo yo, hasta que el susodicho se vaya enterando de que va la vaina de jugar con nosotros realmente, lo que sí que podría ir haciendo ya es explotar una de sus grandes virtudes, como es ese tipo de remates desde fuera del área con más asiduidad, ¿Qué no?).

 

De aquí hasta el final de dicha primera parte, fue un auténtico martirio vallecano para nosotros. En la banda de Molina había la habitual barra libre de clientes paseando de aquí para allá, tampoco Azpilicueta es que tuviese un partido medio decente siquiera, Witsel achicaba aguas como podía, Oblak despejaba también como Dios le dio a entender, y venga embotellamiento del Rayo, y venga impotencia por parte nuestra. Hasta que lo que tuvo que pasar, pasó. Minuto 35, buena combinación De Frutos viendo el desmarque más solo que la una de Ratiu, centro de este el Isidisi ese remata a placer el 1-0 a puerta vacía directamente. Independientemente de que, reitero, el Rayo en este tramo final del primer periodo lo hizo de cine, es deleznable el ver de esta forma tan entregada a su suerte a las huestes de Don Diego Pablo. Para colmo de males (aunque yo diría que de bienes, en este caso en concreto) se lesiona Azpilicueta (el cual seguramente jugó para que, a su vez, no se lesionase el Uruguayo) y fue sustituido por Giménez, al borde del descanso. De locos, ¿No? Nuestras cosas, ustedes saben …

 

El segundo tiempo mejoró la imagen del equipo bastante, dominó, lo intentó prácticamente en todo momento, pero esta vez fue la pelotita la que solo quiso entrar en una ocasión. Ya saben lo que se dice por ahí: las prisas son para los delincuentes, los malos toreros, y, añado, para los del Atleti fuera de casa en las segundas partes. Entró Correa (que está en un espléndido estado de forma, y deberíamos de aprovecharle más, puesto que, este sí que no es un titular indiscutible) y Griezmann (que casi fue como si entrase yo, en esta ocasión) y se fue el atolondrado Lino y Llorente, otro que anda en un espléndido estado de forma y digo yo que, perdiendo, igual hubiese sido mejor dejarle en el campo, pero bueno.

 

Afortunadamente, el gol llegó pronto, en un despeje de Witsel que dejó solo a Sorloth ante Batalla, se escoró el noruego demasiado en banda sin poder tener ángulo para rematar bien la jugada, continuo la misma sorteando contrarios hasta que se topó con la opción de Gallagher, cediendo el balón al inglés al borde del área, cuyo remate final lleno de clase, colocación, precisión y fuerza sirvió para poner el empate en el marcador. Un golazo como otro cualquiera, no lo duden un solo instante.

 

Y, a partir de ahí, dominio más o menos continuo del Atleti, que fue creando buenas situaciones de gol (que no necesariamente se convierten en ocasiones de tanto), otro gran disparo de Julián Álvarez por el 75 de partido, al cual respondió de nuevo Batalla con otra gran parada (por cierto, ¿De qué jugó Julianito en la segunda parte? ¿De carrilero izquierdo, acaso? Me quiero morir), más dominio y más intensidad por parte nuestra, pero el Rayo mantuvo el tipo y el orden defensivo y fue desbaratando todo poco a poco hasta el final de encuentro.

 

¿Conclusión? dos puntos más que se nos van de los que se supone que uno anda en derecho de poder contar con ellos. Así que, con el estómago un tanto revuelto y molesto, me fui para casa desde el Despacho, en donde tuve la suerte esta vez de ver el partido con mis grandes compañeros de Peña. Rotaciones indigestas.

  

Árbitro. Melero López. Sin complicaciones.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

A pesar de que siga sin gol, estupendo partido de nuevo de Sorloth (ya caerán, no tengo dudas tampoco de ello), pero el mejor fue Gallagher, y con diferencia. Cada partido que le voy viendo al inglés me va gustando más que el anterior. Ayer abarcó (especialmente en la segunda parte) prácticamente todo el centro del campo él, se mueve en el borde del área con una inteligencia asombrosa, y tiene un disparo seco y ajustado más que interesante. Me da que esto sí que va a ser el comienzo de una gran amistad.

 


LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Pues me da rabia ponerle, porque le tengo un montón de estima, pero Lino está en modo exasperante especialmente. Y no es una cuestión ni de trabajo, ni de voluntad, es que no le sale nada, y nada le sale. Y ya está. Y ojo, hasta cierto punto es normal, porque un menda que anda corriendo banda arriba, banda abajo, prácticamente sin parar, es normal que cuando llegue a la hora de definir no tenga la claridad de ideas necesaria por agotamiento, tanto físico como mental. Por eso a mi me gusta mucho más el 4-4-2 (con los laterales ocupando sus espacios naturales, y los interiores, el suyo propio) que el 3-5-2 actual, pero bueno, también les comento, que yo en lides tácticas, estoy más perdido que Cerezo en un Congreso de batidos de vainilla, así que no me hagan demasiado caso al respecto.

  

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 3 GRADOS).

Se resiente el termómetro, el cual nos sitúa en la poca alentadora temperatura de – 3 grados, tras la nueva bajada de 2 grados debida al empate ayer en Vallecas.

 

Y el jueves, a Vigo, en otro de nuestros estadios fetiche. Conste que la ilusión sigue intacta, a pesar de lo de ayer, y ni mucho menos veo nada perdido todavía. La cuestión es, ¿Rotamos? ¿No rotamos? Paso, que me voy a acostar … .”Y más te aliento, si vas perdiendo, un sentimiento, no traten de entenderlo” …


PASEO MELANCÓLICOS, MANZANARES ... ¡CUÁNTO TE QUIERO!




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