La semana comenzó con el acto de presentación del jueves pasado, el cual, personalmente, me vino muy bien para pillar un poco de moral después del fiasco de Cornellá. Se inauguró el vídeo marcador ese redondo por todo el campo, a imagen y semejanza del que tienen en la Pocilga (y es muy chulo, la verdad), en la propia presentación solamente se le entendía bien al que menos me interesaba entender, que es al baboso del presentador de turno (a la muchacha no se le pillaba nada de nada), y, qué quieren que les diga, si se aprovecha dicha jornada para hacer un acto más sencillo, tampoco hubiese pasado nada, aunque son tiempos nuevos, y la tradición en esto del mundo del fútbol es un fenómeno ya a extinguir.
Conocí musicalmente al Dani Fernández, el cual me pareció, especialmente, un
fenómeno como Atlético en sí mismo, y pasé un muy buen rato con los chiquillos
de mis Hermanos de grada, que es para quién más va dirigido este tipo de
saraos. Están bien, son tiempos modernos y tal, pero sigo pensando que dicha
jornada se puede aprovechar para hacer el Trofeo Villa de Madrid directamente.
El rival es lo de menos, el Rayo mismo me hubiese valido, ya que jugamos un
partidito contra ellos a puerta cerrada.
Dicho esto, el sábado fui de
nuevo al Metropolitano con una tortícolis de impresión, y salí no sé si
anestesiado por las miles de rulas que me tomé a lo largo del día para poder ir
a ver dicho debut en nuestra casa, o por el juego desplegado tan plano, tan
aburrido y con tan pocas ideas ofensivas como vi desarrollar al equipo. Y es que
sé en qué jornada ando en realidad. La clasificación dice que la segunda. Sin embargo, la sensación real es como si estuviese en la jornada 52. Esto no cambia, no es cuestión de jugadores, es cuestión de impotencia,
encefalograma plano. El equipo no entusiasma, y parece que la muchachada está
empeñada en ir tirando por la borda un buen puñado de puntos de esos que tanto
hacen falta para poder disputar un Campeonato Nacional Liguero. No pinta bien
la perrita.
Y el caso es que el comienzo de
la primera parte fue esperanzador y eléctrico, tal y como ocurrió el otro día
en Barcelona. A los 8 minutos, fenomenal asistencia en profundidad de Hancko,
que vio perfectamente el desmarque de ruptura de Sortloh, el noruego se
aprovecha de la esperpéntica no salida de balón del portero visitante Dituro, y
pone el 1-0 en el marcador cruzando sin mayor complicación el balón a la red.
Parecía que todo esto iba a ser coser y cantar.
En el 14, pudimos sentenciar el
encuentro, en una extraordinaria contra conducida por Almada, tras
espectacular dejada de Julián Álvarez previa. Tres para dos de manual, el
argentino decide probar suerte con el noruego, pero Sorloth ya de primeras hace
el primer control algo defectuoso, y termina rematando al bulto ante la salida
de Dituro. Para matarle, vamos.
Y, lo que es la vida, en la
siguiente jugada, el gol del empate visitante, en una gran contra lanzada por
Valera, excanterano nuestro, sobre Álvaro Rodríguez, este ve el desmarque de
Rafa Mir, y bate a placer ante el inicio de salida de Oblak. Es un golazo, la
verdad. Vuelta a empezar, pero quedaba un mundo de partido aún por delante.
Había que seguir. Y, aparte, el Elche ya no visitaría jamás nuestra área.
En el 26, de nuevo el
omnipresente Almada conduce el balón hacia el área visitante, cede el mismo a
Giuliano, pero su remate al adentrarse en el área es sencillamente desastroso.
Tiene que saber definir mejor este tipo de oportunidades Simeone Junior, porque
si no, parte de su innegable potencial de trabajo y velocidad lo tira por la
borda con resoluciones así.
En el 40, otra ocasión similar a
la narrada, con Giuliano también como protagonista, pero su balón acabó en el
palo, aparte de que andaba en fuera de juego. Con el empate a uno final se llegó al
descanso.
La segunda parte fue un tostón importante. El Atleti dominó, sí, pero sin generar prácticamente nada de juego, los cambios del Cholo siguen sin aportar nada, y el equipo se sumó con la grada en un ejercicio de impotencia imponente. En cuanto se va Almada, ahí ya no organiza nadie nada, nadie le echa imaginación ni verticalidad, pocos se ofrecen, nadie se mueve ..., básicamente, es así, y Simeone sigue emperrado en cambiarle al cuarto de hora de la segunda parte para sacar el inoperante Griezmann. Si jugamos con el nueve, nadie pone un centro en condiciones en el área. Si quitamos al nueve, el Cholo saca a Javi Galán y Molina para poner balones al área. De locos.
Por otro lado, da igual que el nueve esté o no, porque Sorloth a pesar de medir 3 metros, no tiene ni puta idea de cómo dominar el juego aéreo, y como otro nueve al uso no hay … Más de atar todavía.
Se pueden sacar 3 millones de córners,
que no se ve ningún plan específico en los mismos, si no son más bien centros,
a lo que salga. Quiero suponer que estaré equivocado, pero la impresión que
damos es que no somos un equipo nada trabajado en acciones ofensivas ni en
juego a balón parado. Encefalograma plano total, como ya os dije. Salvo una buena ocasión de
Llorente casi a puerta vacía, nada de nada que llevarse a la boca, más que
esa sensación ya indicada de impotencia, rabia, frustración y decepción. Y si. Ya sé que
andamos en la jornada 2, pero sigo teniendo la impresión que ando en la 52 …
ÁRBITRO: Soto Grande.
No le hizo falta sacar su lado más despreciable como ser
humano, vio que el Atleti se metía el solito en sus propios laberintos sin
ayuda de nadie.
EL CRACK DEL PARTIDO:
Me gustó mucho Hancko, jugador
que da la impresión de tener ganas de ser el nuevo y auténtico jefe de la
defensa durante la presente temporada. Sé que son palabras muy mayores aún,
pero puede intentar ser nuestro nuevo Godín.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Muy decepcionante encuentro de
Julián Álvarez. Estuvo perdido, poco determinante y nada influyente en nuestro
juego final. Un mal día como otro cualquiera.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 3 GRADOS).
Bajada de 2 nuevos grados por
este inesperado empate frente a un recién ascendido, y encima en nuestra casa.
No puede haber empezado peor el tema, la verdad.
Y el sábado, a Álava. Otro campo
de esos que hemos convertido en maldito porque nos apetece. Dios quiera que me
equivoque, porque un nuevo tropiezo sería ya muy preocupante, aunque
solamente llevemos 3 jornadas (y no quiero pensar ni en la derrota,
claro) … “Pongan huevos, alcen las banderas y
canten de nuevo” …
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