Valencia 3 – Atleti 0. Enhorabuena a los Chés.
Viernes 25 de Junio. 12 de la noche. Estamos en el Chirla, sede social de la “Vieri”, peña con la que hicimos el viaje. Me mola el rollo de esta peña. Son todos peña del frente, vieja guardia, algunos. Peña con huevos, ultras de verdad. No crean broncas, pero tienen huevos. Como debe de ser.
¿El viaje? Muy largo, interminable, diría yo, pero tope. El alcohol y las rayas se intercambiaban por todo el autobús. De vez en cuando, paradita al canto, se mangaba alguna cosa que otra, y a seguir. Llegamos a Sevilla a las 7 de la mañana. Sevilla estaba dormida. Nosotros la despertamos.
A partir de ahí, y hasta la hora del partido, juerga, cachondeo, buen rollo general, y litros de cerveza que cayeron por doquier. ¿Movidas? Que yo viera, 3:
Una, de un colega mío, que se encaprichó de unas gafas de un valenciano, y al final se las pilló. Ya le advertí de que la próxima movida rara en que se metiera, esas gafas tendrían nuevo dueño, yo mismo. No debe de haber nada más triste que ver una final de copa en comisaría. Hay que ser gilipollas, vamos. Y, encima, por unas putas gafas de sol (para colmo, yo perdí las mías, y van 26, señores ....).
Otra, de unos medio-nazis del Atleti que nos encontramos por allí. Venían de no sé que pueblo de Madrid. Nos dimos un rulo con ellos en un principio, hasta que vieron a un yonqui. Previendo lo que podía pasar, advertí al yonqui que pusiera tierra de por medio. No me hizo caso. ¿Conclusión? Jartá de hostias p’al yonqui, y toda la sección esa a Comisaría.
¿La tercera? En un bar de Sevilla. Convivían valencianos y atletistas. Había buen rollo y cachondeo generalizado. A uno se le ocurrió empezar a cantar: ¡Que pague Don Manuel, Que pague Don Manuel! No saben que hay buen rollo con los Ultras del Betis. Y, desgraciadamente para ellos, había unos 4 rapados béticos en las puertas del bar tomando birras con nosotros. Aguantaron 4 veces. A la quinta entraron y pusieron orden. Como ya les expliqué, el canto no iba con mal rollo, si bien también les entiendo a ellos. No venía para nada a cuento ese puto cántico.
¿Lo demás? Muy buen rollo entre ambas aficiones. No veas si molaba. Cualquier valenciano que veíamos, le pedíamos petardos, que, gustosamente, nos daban. Por cierto, vikis, cada día sois más odiados en toda España. En Valencia, desde luego, no caéis muy bien. Por no deciros que caéis de puta pena. Son tan antimadridistas o más que nosotros. Y ya es tela, hermano.
Total, que a eso de las 19;30 h., y sin apenas haber comido nada (con el zumo de cebada nos bastaba, más algún que otro complemento “vitamínico”), nos fuimos hacia el campo. Por cierto, campo que está, sencillamente ... ¡a tomar por el mismísimo culo de Sevilla!). Yo creo que tuve que pillar 2 buses y todo para llegar. La hostia.
¿El campo? Los alrededores están sin acabar, pero el campo es una pasada. A mí me encantó. A pesar de tener una pista de atletismo, y a pesar de verlo desde el segundo anfiteatro, tiene una visión acojonante. Yo vi el partido de puta madre. Muy chulo, sí señor.
¿El partido? Pues qué queréis que os diga. Baño total valenciano. Nos dio mil vueltas en todo. En colocación, en presión, en anticipación, en fútbol, ... Muy pronto se adelantaron, en una jugada de Mendieta (vaya partidito se marcó el tío, 24 años le contemplan, me alegro de que haya renovado por los chés), que cedió el balón al Piojo (es un magnífico jugador, me encanta) que, ante, eso sí, la pasividad total de mi ¿defensa? (qué harto estoy de ver a Aguilera por allí deambulando, de verdad ¿No hay nadie que quiera a este tío?) batió de forma inapelable a Molina.
A la media hora del primer tiempo, Mendieta, en una brillantísima acción individual, sombrero incluido, puso en ridículo a nuestra supuesta zaga y batió de nuevo a Molina. 2-0, y la final perdida.
Al comenzar el segundo periodo anularon un gol a Santi. Supongo que estaría bien anulado, aunque a mí me pilló el tema en el otro fondo. Y en pleno recital colchonero de impotencia, llegó el tercero, en un balón en el que Molina hace el ridículo (no sé ni a dónde salió ni a qué salió), el Piojo se va como se le pone en la polla de todo el Atleti, y, con frialdad, hace el tercero.
En definitiva, justo campeón, delirio valenciano, y EJEMPLAR COMPORTAMIENTO DE LOS MÍOS. Agradecimos a Radomir los servicios prestados cantando durante más de 8 minutos consecutivos el “Radomir, Te quiero”.
Yo, personalmente, no quiero que siga Antic. No soy partidario de segundas partes, ni con él, ni con nadie. Pero eso no da lugar para que el Gordo hiciera de las suyas, y le echara de forma tan lamentable como le echó. Ranieri me parece un magnífico entrenador. Su elección es más que acertada. Pero, con la forma que ha actuado el Gordo, lo único que ha conseguido es que, al mínimo tropiezo del equipo, empiece a sonar de nuevo en el Calderón el Radomir te quiero. Al tiempo.
Después de los 8 minutos, el himno del Atleti sonó en todo lo alto del cielo sevillano. Kiko y José Mari eran un mar de lágrimas. Sencillamente, fue emocionante. Y se le aplaudió al Valencia cuando dio la vuelta de honor. Como debe de ser.
¿La vuelta? Muy cansados, apenados, pero no tristes. Al menos, nos queda la afición.
Un saludo,
Tomi. Frente Atlético. Red Stars
¡¡¡ ESTOY CONTENTO SOLO SI,
VEO GANAR AL ATLETI,
VAMOS DALE CAMPEÓN,
CANTEMOS EL ALIRÓN !!!