30 de noviembre de 2017

Atleti 3 - Elche 0. Sin concesiones.


No tengo mucho tiempo para escribiros hoy, así que voy al grano directamente:

           No hubo más que ver cómo salió, literalmente, a comerse al rival como si del mismísimo Bayer de Munich fuese, el Atleti, para comprobar que la Copa, nos gusta, y mucho, a todos los Atléticos (tanto a los seguidores, como al cuerpo técnico y los jugadores). Siempre lo he dicho: no hay mejor respeto al rival que no tener piedad de él. Ni Segunda B ni leches. A la yugular directamente.

          Aunque para piedad, la de Vietto. Me está empezando a tocar la polla el tema, porque el chaval está jugando bastante requetebién, no se esconde jamás, tira buenos demarques, combina casi a la perfección con su compañera de baile, cae bien también por banda, pero … En cuanto tiene una ocasión de gol, o tiene mala suerte (la primera que tuvo su remate fue genial, aunque se fuese lamiendo el segundo palo), o al portero le sale el partido de su vida (o no, buen cancerbero el tal Guillermo ese, que a Torres también le sacó unas cuantas manos escalofriantes), o se duerme en los laureles, o qué se yo … Sinceramente, y aunque no me gusta un pimiento la frase en cuestión, “el fútbol no está siendo justo con él últimamente”. Mala leche, coña.


        Giménez. Pelotero descomunal. Es puro Atleti. Uno de los jugadores que más transmite a todo el mundo. Lo sabéis, me encanta. Y cada día que pasa, más. Aplíquese la misma fórmula para Lucas, por favor.

        Torres. Dos  goles. El segundo, en su más puro y genuino estilo, a saber: pésimo control, brutal remate a la escuadra sin ángulo. Nuestro Niño es así, no le den más vueltas.


        Afición. Yo no pude ir, pero en la tele, se palpaba un gran ambiente, la verdad. Y meter a casi 50.000 tíos en el campo, un miércoles, a esas horas, y frente a un segunda B, es un dato francamente ilusionante. Y no se olviden del frío gélido que hacía ayer en Madrid. Y si no, pregúntenle a  Don Pablo. Pregúntenle.
     
     El Elche. Un digno rival, si señor. Le sobró alguna tarascada al final con nuestro ínclito personaje de mujeres, hombres y viceversa (al que, a su vez, le sobró algún que otro regate tribunero-burlesco con el 3-0 en el marcador, dicho sea de paso, ayyy, Carrasquito, Carrasquito) pero les deseo que suban. Son buena gente.


          Poco más. Que sigamos así. Como esta crónica. Directamente al grano. Sin concesiones. Sé, que no hay distancia que nos pueda separar …

26 de noviembre de 2017

Levante 0 - Atleti 5. El Atleti se emborracha de fútbol.


Y de goles. Y de presión. Y de ocasiones de gol. Y de autoestima. Y de Griezmann. Y de Correa. Y de Gameiro. Y de todos. Porque, sin lugar a dudas, el Atleti, a pesar de esa esperpéntica casaca amarilla, tiró de corazón, de autoestima, de identidad en su fútbol y de calidad, para arrasar en el maldito Ciudat de Valencia. Maldito para nosotros deportivamente, entiéndaseme. Nunca lo será para su fiel y extraordinaria afición.

¿La clave? De primeras, aprovecharnos de los regalitos locales, sí. En el 4, Roger se aprovechaba de una extraordinaria inclusión de Gameiro por banda, y remachó, incomprensiblemente, el balón dentro de su portería. Y digo incomprensible, porque si resulta que el que esperaba el centro era el tan genial como imprevisible Correa, todos sabemos que cualquier cosa podría haber pasado en realidad.

¿Otra clave? Esta vez no se dio ni un triste paso atrás. Se defendió con un orden admirable, se presionó mucho y bien, el equipo anduvo fresco de ideas, y de piernas. Hasta el pobre Thomas, que, una vez más sufrió de lo lindo en esa absurda a más no poder decisión del Cholo de castigarle de lateral derecho, SuperSavic siempre estuvo atento a las limitaciones defensivas del ghanés y se bastó y se sobró para anular cualquier intento de peligro granota.

Sin embargo, Gabi se disfrazó de emperador Imperial. Saúl, de mediocentro superdefensivo. Koke dio un recital descomunal, y, para todo lo demás, Griezmann. Encontró su sitio en el mundo: detrás de sus 2 puntas favoritos, tanto Gameiro como Correa. Y disfrutó y nos hizo disfrutar de lo lindo a todos los colchoneros de bien (y, me atrevería a decir, a todos lo que no lo son tanto, también). Gameiro tuvo 2 ocasiones de libro que le sacó muy bien Oier (algo precipitado en sus remates, ciertamente), con posterior remate de Saúl lamiendo el palo en la última de ellas. Pero en el 29, otra maravillosa asistencia del brutal Koke, Correa aprovechó para destrozar, una vez más, a la defensa levantina con una facilidad insultante, remató con suavidad a puerta. Todos, y cuando digo todos, es todos, sabíamos que ese balón no entraba, pero Chema dejó el balón muerto con una facilidad insultante a Kevin Gameiro, y éste, con una sencillez yo diría que hasta escandalosa, anotó el gol que bien pudiese haber conseguido cualesquiera de nosotros. Partido visto para sentencia.

¿Por qué? Porque el Atleti defendió como hay que hacerlo, a saber: defensa adelantada, inteligente presión, y posesiones largas, rápidas y precisas. Es decir: no dio ni una puñetera opción al rival, más que de no salir goleado, cosa que, obviamente, no terminó consiguiendo.

Así que, la segunda parte pintaba a lo que ocurrió: goleada total. En el 58, Gameiro (otra vez absurdamente cambiado por nuestro entrenador, cuando a un jugador de fútbol se le ve disfrutar así, hombre, por Diossss) remató en un excelente remate al primer toque otro maravilloso pase de Griezmann entre líneas. En el 64, Griezmann se aprovechaba de otra genial asistencia de Kevin para poner en el 0-4 en el marcador. Tres minutos después, Griezmann aprovechó un remache de Oriol a remate seco y duro de Gameiro  y puso el quinto. Y pudieron ser más, pero salió Torres, y claro … La cosa se difulminó, a pesar de que Antoine estaba emperrado en que él también disfrutase de la fies.

Buenos son estos puntos. Excelentes las sensaciones. La línea a seguir, lo tengo claro. Por fin, acabé a gatas en el salón de mi casa. ¡Qué borrachera de fútbol!

EL CRACK DEL PARTIDO: Antoine, que, por fin, como me ha hecho caso, y se cortó el pelo asqueroso ese que portaba, empieza a ser el que fue. Pero Kevin Gameiro estuvo extraordinario. Savic, completísimo. Koke, extraordinario. Gabi, inconmensurable. Correa, brutal. Un señor partidazo. De todos.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO. Mira que le quiero, pero Torres y esos controles imposibles, esos remates absurdos, esas conducciones esperpénticas…. Ufff. Me mata el Niño. Sencillamente, me mata. Me mata de fútbol, me consume de amor.

ÁRBITRO: Un tal Trujillo. No me voy a meter mucho con él, pero esa tarjeta que le saca a Koke en el 93 por una falta en el centro del campo, con 0-5 en el marcador …Chico, tardaré tiempo en olvidarla. Os lo juró. ¿Pero qué les pasa a estos hombres, Díos mío?

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 3 GRADOS).

Se que es un rival que se nos ha dado horrible, pero este partido sí que era de obligado cumplimiento, sí o  también. Así que déjense de lloros y de lamentaciones, y respondan como hombres hechos y derechos, leñe. ¡Quiero Atléticos como robles en mis filas!

Y, el miércoles, el Elche. Resultado incierto, y ya sabemos todos lo caprichosa que resulta a veces la Copa. Ojo avizor … “Cuando más los necesites” …


23 de noviembre de 2017

Atleti 2 - Roma 0. El Atleti está por medio.



Sí. Es así. Pero, antes de que nadie se me emocione en exceso, os voy a dar un ataque de realidad: Chelsea 5 (o 6, no recuerdo bien) – Carabag 0. Carabag 0 – Chelsea 4. Hay poco más que decir. Con este resultado, se explica todo.

Se explica el nerviosismo (lógico) con el que salió el Atleti. Se explica el nefasto experimento de Thomas en el lateral derecho. (Reflexión peñazun habemus: joder … para jugar de un puto lateral, con que sea rápido, sepa defender y tal, me sobra. Un chavalito del Madrileño cumple con creces. Un tal Theo ni os cuento). ¿Thomas? Qué manera tan absurda de poner a un jugador cuya máxima virtud es una técnica exquisita, una presencia en el campo, por momentos, Imperial,  y cuyo mayor defecto es su falta de velocidad en distancias cortas (que, no tiene, ni mucho menos, ser su mejor virtud), a sufrir de esa manera con un tal Perotti, un tal Kolarov … Fue una imprudencia completamente evitable. Menos mal que estaban un tal Lukas, y un tal Giménez, que, una vez más, dio un recital impresionante de lo que es un, ya no digo central … UN DEFENSA IMPRESIONANTE. ASÍ, CON MAYÚSCULAS.

Así que la primera parte, sí … Se pasó mal. La segunda cambió. El Cholo sacó a Sabitas Corrrea, y revolucionó el mundo. Griezmann empezó a calzarse las botas del jugadorazo que presumíamos. Don Diego Pablo sacó también a Gameiro,  cambió que entusiasmó entre poco y nada a la grada. Da igual. El Atleti se puso el disfraz de Kamikaze, el disfraz de Gárate, el de Luis, el de Futre … Y la cosa, está vez funcionó.

En el 68, Correa sacó un centro imposible sobre Griezmann, que el propio Antoine remachó un remate no menos imposible de chilena que se puso en el 1-0. Era del todo improbable, sí, pero sucedió. 20 minutos más tarde, el propio Griezmann (mucho más digno con este corte de pelo, qué duda cabe) asistió de forma magistral a Gameiro para poner el 2-0. (sí, otro gol magistral, aunque pareciese inverosímil, ese regate sin espacio, ese disparo sin ángulo… no era fácil, créanme). Y 2-0, frente a una Roma que parece inaudito que se vaya a clasificar por delante de nosotros. Igual de sorprendente que el Atleti no ganase en la propia Roma, después de un partido sencillamente espectacular. Impossible is nothing, sí. Pero … 6-0, 0-4, frente a un equipo que nosotros, no fuimos capaces de ganarles, a pesar de jugar entre los 2 encuentros casi 1 hora en inferioridad. 6-0. 0-4. ¿es imposible? Seguro. Pero cuidado … El Atleti está por medio … Roma, Roma … ¿?

  

19 de noviembre de 2017

Atleti 0 - Madrid 0. Derbi ... ¿Qué derbi?


De primeras … Un derbi sin tifo, no es un derbi. Un derbi sin bengalas, tampoco. Un derbi sin corteos, sin carreras, sin el consiguiente subidón de adrenalinas, menos. Un derbi sin perder la cartera … ¿Habrase visto?

Un derbi sin fútbol. Un derbi con apenas ocasiones. Un derbi que Correa debió rematar a los 3 minutos, pero, su picadita, salió fuera incomprensiblemente. Un derbi en el que solo reconocí a mi Atleti durante media hora esperanzadora de juego. Un derbi en el que el rival dominó (a ratos) pero ocasiones, lo que se dice ocasiones gol, manda huevos, construimos más nosotros que ellos. Un derbi con el mejor ambiente que ha habido hasta ahora en el Metropolitano, pero a una eterna eternidad de los que se jugaban en el Calderón. Un derbi en el que, sorprendentemente, hasta nos pudieron ayudar un poquito los árbitros (un poquito, no se me emocionen). Un derbi lleno de chinos, de golfos, de corruptos peperos y, como gran novedad, de un perro judío y todo.

Un derbi de Lucas (y ya hablo en serio, como este chaval no tenga la TITULARIDAD INDISCUTIBLE MÁS, no respondo, señores, no respondo). Un derbi de un épico Savic (ver para creer). Un derbi del CRetrasado dando su habitual pose de gestos, caritas y demás, pero de fútbol, ya si eso, mañana hablamos. Un derbi del Benzema en su mundo de fumeta. Un derbi apenas de Oblak. Un derbi de Varane, que sacó una que era gol, sí o sí, en una picadita de Gameiro, que, parece (y digo solo parece) igual es hasta un jugador de fútbol y todo.

Un derbi con menos fútbol. El uno, porque tras su media hora esperanzadora se sumió en su crisis de personalidad habitual. El otro, por su parte, dominaba el cotarro, si, pero con una lentitud exasperante. Y, para todo lo demás, Lucas, Savic y Juanfran. Un derbi malo. Un derbi que sirve para poco. Un derbi para Puigdemont. Un derbi, también hay que decirlo, que aumenta nuestro número de jornadas invicto en Liga hasta una cifra que empieza a ser algo más que considerable. Un derbi en el que Griezmann sigue viviendo en su mundo (se ha cortado el pelo de muñeca chochona, es un principio). Un derbi que no fue ni de Arteche, ni por asomo de Rubén Cano, ni a la suela de los zapatos de los que disputaba Paolo Jorge Do Santos Futre. Hasta José Maricón disputó mejores derbi que éste. O nuestro entrañable Jordi Baccardi Lardín. O su Majestad Albertini. Un derbi … ¿Qué derbi?

EL CRACK DEL PARTIDO: Lucas y Savic, al alimón. El uno, reitero, o es titular, o me dedico a hacer en mi próxima vida el noble artes de hacer magdalenas rellenas de cabello de ángel (Cuidado, que la idea me pone). De parte visitante, referencias, Epi, Marca, blAS y los demás.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Tanto el propio Antoine Griezmann como todos los retrasados que le pitan. Probablemente, de la manita os tendríais que ir todos de aquí. Qué cruz, Dios mío.

ÁRBITRO:            Estrada. Se come una roja a Savic, por durísima entrada sobre el neonazi del Kross, creo recodar. También pudo pitar un penal de Godín por mano. Eso sí, la falta del Lucas a Caraponi, ni en broma, chavales. El gitanillo rebuzna cabeza abajo buscando el balón (o alfalfa, o vaya usted a saber). Que le follen.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 3 GRADOS).

Don Luis, chúpese esa. El punto es bueno, y así lo vamos a demostrar. Así que no me cuenten historias. Y recuerden, el termómetro está por encima de bien y del más. Supergradazo más que lo subimos pues.

Y, el miércoles, la Mítica Roma (Don Pablo, su turno, nos tenemos que ver sí o sí). Moriremos con las botas puestas. “Honrando tus colores, por toda la ciudad” …

6 de noviembre de 2017

Deportivo 0 - Atleti 1. El fútbol nos da de lado.


Es jodido intentar hacer una crónica de un partido de fútbol cuando, precisamente, lo que llevas sin ver últimamente es eso … “fútbol” mínimamente en condiciones, que no sea salvo un auténtico manojo despropósitos, tensiones, imprecisiones y continúo a la par que constante maltrato al balón. Así que como esto siga así igual les empiezo a hablar de recetas de cocina, de musikote o de balonmano (no, del Puigdemón ese tampoco, ¿Eh? No se me pasen, por favor). Hasta ayer Oblak le dio también por hacer alguna que otra gilipollez impropia de él. Así que, os voy a contar lo positivo de nuestra segura eliminación de Champions, por hablar de algo. Porque sí, nos hemos quedado fuera frente a un Qarabag que, por momentos, en la primera parte del otro día parecía el Chelsea (recuerden que estos dos partidos, si hubiesen sido de eliminatoria directa, hubiésemos caído eliminados). Tocaban y tocaban el balón de cine (especialmente en el primer tiempo), y nuestra muchachada rojiblanca corría tras el balón dando una imagen de impotencia sencillamente desconocida desde que está el Cholo con nosotros. El Cholo, si, este hombre que le gusta quitar a un tío como Thomas (que estaba, como todos, haciendo un partido esperpéntico, la verdad), pero coña, que le sustituyas justo cuando ha metido el gol … Igual el chico habría pillado algo de moral y todo. Los goles, principalmente, dan eso: confianza. Y este equipo necesita toneladas de la misma.

Otra cosa. No vuelvan a celebrar jamás que un rival nuestro se quede en inferioridad numérica. Yo prometo haber aprendido de una puñetera vez la lección.

Fue, eso sí, dentro del esperpento de encuentro, bonito como ves morir a Godín intentándolo en todas las posiciones de ataque habidas y por haber (recuerdo, es defensa) en esa  tromba final de indios rodeando a vaqueros dentro de su rancho. También dio una lección fabulosa Gabi de cómo un Capitán no esconde nunca y da la cara, tanto dentro como fuera del campo. Y Juanfran, el hombre, si …. No acierta un pase ni aquí a 2 metros. Pero no es esconde nunca. Son nuestra gente, y siempre lo serán. Por eso precisamente quiero que les vaya relevando de forma continuada ya. Sin prisa, sí. Pero sin pausa. Es como realmente merecen que vayan saliendo.

El que, sin embargo, está completamente fundido en el fango es el señorito Antoine, con esa esperpéntica mata de pelo de muñeca chochona que lleva el pajarraco en su cabecita de chorlito puesta. Algo me huele a podrido en el Metropolitano. Y no. No me refiero solamente a la placa de Hugo Sánchez.

De Coruña poco os puedo decir. La primera parte fue una colección de cabezadas sin sentido intentando mantenerme despierto, con muy poco éxito. La segunda algo espabilé, gracias a alguna cosa buena de Lucas, por un lado, y al tanto final de Thomas, por otro (con la inestimable colaboración del Pantilimón ese …. Rumano … el minuto que era … uyy, cómo huele el tema a apuestas). Y, como, afortunadamente, no había tiempo para quitarle luego al africano, pues un cabreo menos con el Cholo que me ahorré.

El año va a ser duro de pelotas. Pero en Liga, sorprendentemente, estamos perfectamente escalonados. De la Champions yo ya me he olvidado. Hay que acabar con dignidad, eso sí, y fuera. Y estoy con Gabi, la Europa League, no me suena absolutamente a nada (y no debería de ser así, lo reconozco) así que la ilusión tendré que buscármela encontrándome de nuevo con mi gente, animando lo que pueda a mi Godín, a mi Juafran, a mi Gabi …. Confiando en que produzca el ascenso definitivo de Lucas y de Thomas, y sí … Ya sigue quedando un día menos. Seguiremos también con el Cholo, eso es lo único realmente innegociable de todo esto. Y, por supuesto, como siempre, con mi Atleti. ¿Y de fútbol? Pero si es muy aburrido hablar tanto de fútbol, hombre … El fútbol está pasando millas de nosotros. Nos ha apartado. Sencillamente, nos da de lado.

EL CRACK DEL PARTIDO:
Thomas y Lucas, pero vamos, sin exhibiciones de fuegos artificiales, ¿Eh? Que no se me emocione nadie.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
El Deportivo en sí mismo, y el estado  tan deprimente que se encuentra Griezmann. Dicen que cobra 14 kilos limpios, ahora no se merecía ganar ni 14 sugus de esos que tanto me gustan …

ÁRBITRO: Álvarez Izquierdo. Le temo siempre como a un nublado, pero no le recuerdo que armase así alguna especial.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO ( +2 GRADOS).

¿Qué les parece? Le subo dos gradazos porque el termómetro es así de grande. Y es que, en Liga, milagrosamente, lo que queráis, pero estamos ahí. Así que descúbranse de nuevo ante tan sabia decisión de nuestro cacharro favorito. Sencillamente brutal.

Y ahora, paroncito asquerosito de las putas Selecciones de nuevo, y después el “partidito” del año. Ya estoy leyendo por ahí gilipolleces de peña intercambiándose la camiseta y tal. Ja. Espérenme todos sentados. Baboserías, las justas. Precisamente opino todo lo contrario: mi mayor respeto por esa camiseta es no portarla jamás. Respeto para ellos, que así se libran de una tan desagradable visión, y respeto, sobre todo para mis valores, para mi persona, para mi gente, y para mi equipo. “No lo pueden entender” …

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