29 de enero de 2018

Atleti 3 - Las Palmas 0. El reencuentro de un viejo amigo.


¿Qué pacha, socio? ¿Cómo te va la vida? Ya era hora que aparecieras, mamonazo. Anda que no llevo tiempo echándote de menos. Llevo casi tanto como prácticamente el que ha transcurrido para ver que el Atleti (tu equipo, te recuerdo, el que, imagino, te sigue pagando, y muy bien, por cierto) haga un primer tiempo medio decente. Y no. Tampoco fue ayer el día, para variar. Si, hombre, sí. Las Palmas dominó este periodo, sí, pero, salvo el carrerón estratosférico que se pegó Correíta para sacarle un balón a Jairo que olía a gol visitante por todos lados, a poco de comenzar dicho periodo, en lo demás estos canarios fueron más inocentes que una aparición de Santa Teresa de Calcuta en el Space de Ibiza (que encima, creo que ya ni existe, mira, otro templo a tomar por culo, como el Calderón).

Lo demás, lo de siempre, miles y millones de correteos de aquí para allá, una genialidad tuya en un taconazo que enviaste a la escuadra, otra buena internada del Niño cuyo remate cruzado salió lamiendo el palo, y de qué vas, puto San Blas. Al descanso … ¡Qué descanso!

La segunda parte la cosa cambió. El Cholo, muy acertadamente esta vez, quitó al apagado y tristón Koke (ánimo, vallecano), sacó a Carrasco (seguid dándole palos a diestro y siniestro, seguid, malditos), y el campo, una vez más, se volvió vertical hacia la portería defendida por Chichizola). Joder … “Chichizola”. ¿de verdad alguien cree que con ese nombre se puede ser un guardameta de garantías? Amos, no me jodas …

Así que bebimos de nuestros orígenes, el espíritu de Luis se impregnó en todos vosotros, y empezaron a funcionar las contras como en nuestros mejores tiempos. Eso sí, Las Palmas, un equipo hermano siempre. Su afición son muy buena gente. Su tierra, altamente colonizada por Atléticos de pura cepa. Y sus jugadores, grandes asistentes para formar nuestros contragolpes. El primero fue tuyo, sí. Juanfran le roba la cartera a Castellanos, te da un fantástico pase, y tu bates picando el balón con maestría al picachichi ese (al final, acabaré esta crónica cachondo de nuevo, verás). Después fue Saúl, que te cedió otro excelente balón, cuyo remate de cuchara tuyo se estrelló también en el palo. Más tarde, entre tu y Correa conseguisteis que, aprovechando otro regalito made in Canarias, ocurriese un flashback  en el tiempo, convirtiendo a Fernando Torres de nuevo en un Red más (probablemente imaginó que el pase se lo dio el gran Steve Gerrard), se deshizo de su marcador adelantándose el balón en velocidad, y remató de primeras un obús flipante que batió al pornoportero ese. Por momentos, Fernando levantó la cabeza, miró hacia el Frente, y se imaginó a la Kop celebrando su tanto con el mismo entusiasmo con que lo celebró la muchachada del Fondo Sur. Mira que siempre te lo digo, Fer. Cuanto menos piensas, más mágico y fantástico eres. ¡Fernando Torres, lololololo!

Y al final llegó otro más, en una muy buena acción de Vitolo (otro regalito de sus ex compis mediante) que Carrasco condujo con su velocidad característica (es decir, como una puta flecha), cediendo el balón a Thomas (y mira que es egoísta y chupón, oyes), para que, con algo de suspense (si llegas a fallar eso te cocino a la brasa, negro), lograse poner el tercer tanto en el marcador. La tarde quedó bonita. Y es que siempre mola el reencontrarte con un viejo amigo. Merci por el regreso, Monsieur Antoine.

EL CRACK DEL PARTIDO:

Al unísono, Torres vs. El Aparecido, sin olvidarnos del buen hacer de Gabi y de Correa,  añadiéndole buenos minutos de Vitolo.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Yo no vi tan mal a Koke, así que dejo esta sección en conjunto vacío esta semana.

ÁRBITRO:

Álvarez Izquierdo. Para una vez que no me desquicia el susodicho, va y lo hace un linier infame que tuvimos, especialmente en la primera parte. Nos quitó al menos 3-4 manos a mano, uno de ellos, especialmente sangrante, al encontrarse ¡2 jugadores canarios! Casi ¡Un metro más atrasados que nuestro Griezmann! Ver para creer …

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (2 GRADOS).

Ni de puta coña lo voy a subir por esta victoria, vamos … Dense una ducha fría los que piensen en ello.

Y, el domingo, el Valencia. Pero hoy paso de los ches, que estoy muy contento. Ayer, se demostró que a la quinta va la vencida. Uno, que ha sido muy del mítico Magariños. Uno, que también fue del antiguo palacio de deportes de Madrid, y que vivió en situ el mayor y más grande ambiente jamás visto en favor del Atleti, siendo precisamente en un partido de balonmano, palmando contra esa máquina supersónica denominada Metaloplástica. Uno, que también fue de Vista Alegre, con aquel extraño sucedáneo con que nuestros delincuentes quisieron hacer negocio tras apoderarse del Ciudad Real. Uno, en definitiva, que ha sido de Cecilio Alonso, de Lorenzo Rico, de Urdiales, de Juanón, de Luisón, de Aguinagalde, de Juan de Dios Román, de Chechu, de tantos y tantos otros que tanta gloria nos ha dado a los Atléticos, que ama a este deporte tanto o más que al propio fútbol, deporte noble, sano, de hombres de verdad, de tíos como camiones que se respetan aunque se den unos mamporrazos impresionantes, peña que no se tapa la cara para hablar ni con sus compañeros, que dejan que graben las instrucciones de los entrenadores en los tiempos muertos sin tanta papanata ni tana ceremonia, ayer disfrutó como un puto enano con la aplastante victoria de los HISPANOS. ¡LARGA VIDA A LOS HISPANOS! ¡LARGA VIDA AL BALONMANO!

24 de enero de 2018

Sevilla 3 - Atleti 1. Frena velocidad, que no lo entiendo.


De primeras, felicitar al rival por su pase a semifinales. Ha sido superior, ha pasado justamente. Tácticamente ha realizado una eliminatoria impoluta, ha jugado con mucha inteligencia en ambos encuentros y, especialmente, nos ha superado en algo que nunca nadie debería hacerlo: en entusiasmo.

Desde el primer instante del comienzo de la misma, desde que les vi conjurarse en la grada del Metropolitano en el partido de ida, he tenido todo el rato la impresión de que al Sevilla le apetecía más la eliminatoria que a nosotros. Eso, por un lado, me mola. Da magnitud a todo lo conseguido por el Cholo. Para ellos ha sido la eliminatoria de su vida, que es como hay que afrontar este tipo de partidos, por otro lado. No hay más que ver cómo estaba ayer el campo y el ambientazo que había. No sé hasta dónde llegarán y me importa una mierda, dicho sea de paso, pero la realidad es la que es. Dicho todo esto, me produce una enorme tristeza y decepción que no seamos capaces de conseguir y, ni siquiera, igualar, ese entusiasmo. Porque, señores, que nadie se engañe, el Atleti sin entusiasmo, no es nada. Por muchos jugadores que manguemos a los rivales. Sencillamente nada. Y así se está demostrando este año.

No creo que sea momento tampoco de crucificar a nadie, aunque va a ser muy jodido llevar el resto de temporada. El invierno va a ser duro de pelotas, ya les anticipo. Por eso, nuestra motivación debe ser la de que somos del Atleti, y no le podemos abandonar. Entre el nuevo campito y la escoria del palco nos va a costar, pero es lo que hay. Nunca ha sido fácil ser colchonero, y nunca lo va a ser (menos, para los que hemos mamado otro Atleti mucho más humano, mucho más auténtico y, sobre todo y principalmente, NUESTRO), así que toca tirar de fibra propia. Cada uno que investigue dentro de su corazón y encuentre la razón de seguir apoyando a este equipo. Que busque en la ilusión con la que iba cuando marchaba hacia el Calderón con toda su familia y su mamá de la mano. Que bucee y recuerde con cariño todos esos primeros rostros que respiraban Atleti por los cuatro costados. Que recuerde viajes, anécdotas, alegrías, tristezas. Que piensen en todas las personas que hemos podido conocer, en las amistades logradas, en el concepto de camaradería que se hemos conseguido engrandecer cada uno de nosotros … Que tiren de sentimiento, vamos. Si son auténticos colchoneros, saldrán adelante.

Del partido no voy a hablaros tampoco en exceso, salvo que, a un equipo serio y demás, no te pueden clavar un gol (golazo) a los 24 segundos de juego de la primera parte, y anotar otro a los 2 minutos de la segunda parte, aunque sea de un penalti, cuanto menos, discutible. En una eliminatoria de Copa, no. Sencillamente no. Cuando te juegas todo a una carta, ni de puta coña. Eso sí, al menos, el resto de la primera parte se jugó con valentía y competitividad (golazo antológico de Griezmann incluido, única aparición del francés en toda esta competición, dicho sea de paso). Se tuvieron ocasiones, se lució orgullo y se demostraron hechuras de lo que somos, equipo grande.

La segunda fue un desastre total, una auténtica exhibición de impotencia, gol cantado fallado por Correa incluido (aunque, con el argentino, nunca se sabe realmente hasta qué límite puede llegar a expresarse dicha definición de “gol cantado”, tengo la impresión de cada vez puede lograr escalar un peldaño más). El Atleti que siempre detesto ver, hasta el punto de que, con el tercer tanto, no aguanté más y me piré a acostar. No estoy orgulloso de lo que hice, pero es lo que me pidió el cuerpo en ese momento.

Así que llega tiempo de reflexión. Repito, tengo un montón de críticas (deportivas, sociales, estructurales) y de muchas cosas que considero que no se están realizando bien, pero no creo que sea el momento de encender el ventilador e ir soltando mierda de aquí para allá. La forma en que se está llevando este Club, desde todas las instancias del mismo, hace que se me escapen demasiadas cosas, no comprenda demasiadas historias, y, aparte, ya no voy teniendo edad para este tipo de disgustos. Demasiado vértigo. Frena velocidad, que no lo entiendo.

21 de enero de 2018

Atleti 1 - Girona 1. Nuestra especialidad, nuestra pesadilla.


De primeras, agradecer y dar la enhorabuena a todos aquellos que, durante el primer minuto de juego, brindaron el más que merecido homenaje a Don Panadero Díaz levantando su bufanda al cielo, y guardando el respetuoso minuto de silencio que merecía nuestra Leyenda. Mientras haya uno solo de ustedes que sea capaz y tenga la sensibilidad y el sentimiento Atlético a flor de piel de conocer y respetar nuestra historia y a nuestros héroes de la forma y manera que merecen, el Atleti siempre seguirá vivo. Nosotros somos el Atleti, y lo sabemos.

De segundas. Pues vaya tela, oyes. Dice la leyenda que a un equipo del Cholo (o, mejor dicho, al equipo del Cholo, su Atleti, nuestro Atleti), cuando se adelantaba en el marcador, prácticamente era sinónimo de victoria segura. Así lo atestiguan los más viejos del lugar, y, por supuesto, nuestros números. Pero, en verdad os digo, este año parece que la leyenda anda quedándose marchita.

Primer tiempo que ni fú ni fa (siempre FA). Un Atleti relativamente tranquilo y controlador de la situación, un Girona ordenadito y poco más, una de Correa solo ante Bono que el vocalista de U2 sacó con maestría, ante la desesperación de nuestro entrañable Guzmán (que sí, coleguita, que sí, que eso no se puede fallar) hasta que a la media hora de juego, un balón que pone Thomas hacia Diego Costa hace que nos demos todos cuenta de que nuestro Ogro andaba en el campo, Bono pilló su micrófono y se puso en plan solista, y Griezmann aprovechó para anotar a puerta vacía el 1-0 en el marcador. Con esto, y con las apasionantes historias de las amistades que hace mi colega el Capo con los camioneros que trabajan por el engendro tortuguil éste que tenemos por campo, llegamos con la clara ventaja en el marcador. O así, al menos, lo pensaba el Cholo.

En la segunda parte mi personaje de hombres, mujeres y viceversa favorito, el gran Carrasco, falló al poco de comenzar un mano a mano ante Iraizoz, que resulta que hoy me entero de que salió en la segunda parte supliendo a “la culpa de todo, es de Yoko Bono). Y el Atleti empezó a sestear, a dejarse llevar por la brisa marina, por las ganas de siesta, o qué se yo … Para colmo, el Mister le dio también por pensar en que el Sevilla ya anda cerca, se cepilló a nuestra primera línea atacante, y la cosa se puso de un feo de la hostia. Feo, porque el equipo visitante, que sabe lo que tiene que hacer con un balón en sus pies, le dio por seguir a lo suyo, empezar a achuchar de verdad y dominar de cabo a rabo el centro del campo. Y, lo inevitable, llegó, en un psicodélico despeje de Koke quién sabe dónde (especialmente grosera la forma de golpear el balón, añado), un tal Bernardo cabeceó y se le quedó muerto al Portu (que, manda huevos que también nos tenga que empatar un pibe con este nombre, siempre en mi memoria, Camarada), que, remachó sin piedad el empate en el marcador. Faltaban ya solo 17 minutos para acabar el encuentro, aunque me dio la impresión de que se acabó ahí, en ese justo momento. Y yo creo que para el resto de la peña también andaba pensando lo mismo. Que ni de coña. Claro, uno mira adelante y no ve a sus delanteros titulares, y es lo que tiene. Y ojito, que si no es por la salida milagrera de turno de Oblak ante Olunga en el 90, no sé yo (y no, no es roja) … Conclusión: que lo que antes hacíamos con maestría y tremenda seguridad, que es cerrar nuestras ventajas no permitiendo ni estornudar al rival, ahora se ha convertido en nuestra peor pesadilla, que hasta el Cara sería capaz de remontarnos si se lo plantea. Así que nada, habrá que seguir adaptándonos a estos nuevos tiempos que corren: nuestra especialidad, nuestra peor pesadilla.

EL CRACK DEL PARTIDO:
Thomas, siempre y cuando el Cholo lo ponga justo por detrás de los delanteros, que de cinco no me fío.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
De primeras, un apunte, y es la añoranza que tengo de Tiago cada vez que veo este año al Atleti. Ese temple en el juego, esa salida limpia e impoluta del balón, esa claridad de ideas, esa frescura en su forma de pelotear … Joder, cómo te echo de menos, tronko. ¿De verdad que no podrías salir, aunque fuese un ratito, aunque fuese solo para jugar estos últimos minutos del demonio que últimamente andamos padeciendo? Jooo …. Koke, por su parte, sigue en estado de simbiosis. Lo que no tengo claro es en qué se está transformando. ¿Una planta? ¿Un cáctus, quizás? ¿Un amapolo? Uff, cómo andas, compi … Diego Costa y sus lesiones … Esto ya me lo temía yo también. No me mola nada acostumbrarme a la idea de que de mi mejor jugador tengo que prescindir de él no menos de 3 meses por temporada. No sé. No termino de ver tampoco nada claro el tema. Aunque me guste tanto como el Ogro Costa. Pero, la palma se la lleva el Cholo, claro. Eso de decidir cerrar un partido cuando no lo está, tiene estas cosas. Adiós dos puntos, adiós Costa para una semana, quién te dice que no adiós también Copa … Don Diego Pablo, desde el cariño y la admiración que le proferimos todos por este bloq … ¿Ha merecido la pena?

ÁRBITRO: Burgos Bengoetxea. Paso. NI me fijé, la verdad.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 2 GRADOS).
Tengo que bajarlo, señores. No me queda más remedio. Dos graditos menos, con lo bien y agustito que andábamos. Encima es que vamos regalando todo en nuestra casa. Manda carallo …

Y el martes, la Copa, que, con la ya mencionada baja de Costa, pasa de dejar de estar en chino filipino, y se transforma en chino mandarín. Pero bueno, nunca dejemos de creer … “Cuando vas perdiendo, es cuanto más te aliento” …

18 de enero de 2018

Atleti 1 - Sevilla 2. ¡Panadero, saca el hacha!



De primeras, ¿Alguien me puede indicar el tiempo que dura un minuto? A mi me han enseñado desde pequeñito que 1 minuto son 60 segundos. Sin embargo, no sé si será cosa de estos tiempos nuevos que corren, del ínclito Tebas, de los árbitros, de las putas televisiones o de este bendito Club que considera más una Leyenda a un tipo como Luccin, o como Jurado, o como una sucia rata mejicana que, por no ser, no es ni seguidor de nuestro equipo, que a otro que ha ganado una Liga, una Intercontinental y una Copa del Rey, y que, durante toda su carrera deportiva, dio y representó como pocos eso que dice nuestro himno y que tanto nos representa como es el manido “Coraje y Corazón”, que tan lozanos lucimos en el descampado que siguen siendo los exteriores de nuestro nuevo campo chachi piruli. Coraje, creo que es la palabra que mejor define mi estado en toda esta puta mierda. Tengo un coraje de cojones.

De segundas, estos ambientes de euforias desmedidas … ¿Desde cuándo? ¿Desde cuándo somos así? “Que si llevan 10 años sin ganarnos aquí, que si ahora con Costa y Vitolo somos invencibles, que si vamos a pasarles por encima, que si hubiesen estado en la primera vuelta el Barsa estaría a tiro de piedra, que si el Sevilla está de pena” (debo de haber soñado que ellos siguen en Champions y nosotros, no, pero no me hagan demasiado caso) … 8 les íbamos a meter, sí. Ya se vió ayer. El cambio de “mentalidad” de esta afición, o, mejor dicho, la carencia que tenemos de la misma, empieza a ser sencillamente preocupante. Sígamos metiendo 8 a los rivales, sigamos … Sin bajarnos del autobús, vamos …

Así que, entre el bochornoso “homenaje”y los estúpidos comentarios que escuchaba en nuestro entorno, comenzó un partido bastante potable y genuino de Copa, con 20 primeros minutos buenos del Atleti, con un gol anulado a Costa de forma incomprensible (todo lo que os escribo son impresiones desde el campo, conste, no he visto la tele, ni putas ganas que tengo, la verdad), con dos remates sevillistas de estos que parecen que entran y que te dan un vuelco al corazón del Mudo Vázquez y de Sanabria, con respuesta colchonera en otro remate de cabeza del Ogro Costa que respondió no menos espléndidamente Sergio Rico con un estupendo paradón, y con un Sevilla que, como me suele pasar con cada rival que veo en directo desde el Metropolitano, tengo la impresión de que termina situándose mucho mejor en el campo y nos termina embotellando por momentos, tal y cómo pasó ayer con nuestro rival de turno, anticipándose siempre a nuestra presión precisamente por eso … Por estar mejor situados sobre el terreno de juego. Los de Nervión ya se pudieron adelantar con un mano a mano de Correa que salvó espléndidamente el bueno de Moya, o con un zambombazo impresionante de Escudero que tuvo que volar hasta la misma escuadra de nuevo nuestro guardameta para sacar una mano milagrosa. Saúl y Koke, por su parte, a pesar de su enorme trabajo, fueron incapaces de hacerse con el control del partido durante este preocupante final de periodo.

Y la cosa no comenzó mucho mejor en el segundo, salvo que Correa entró por el inofensivo Vitolo, y, con su atolondrado juego (nuestro coche de choque favorito, ya saben), pero acompañado por un encomiable Juanfran, empezó a crear buenas ocasiones en sus internadas por su banda derecha, a los que, siempre, no llegaba por un pelo Costa en el segundo palo tras sus centros, o los de Juanfran. Mientras tanto, un tal Lenglet remató al palo (a su propio palo) como queriéndonos enseñar el camino por el que lleva al triunfo el camino del Señor … Y llegó el gol, apenas a falta de cuarto de hora para el final del partido, tras una falta lateral que remató Carrasco (buenos minutos del belga) que sustituyó al inoperante a más no poder Griezmann, y que fusiló con un misil impresionante el Ogro Diegol Costa anotando un chicharrazo fabuloso. Parecía que la cosa, al fin, se encarrilaba. Por cierto, Griezmann, que no se me olvide. Lo malo no es lo exasperante que está. Lo peor es que empieza a ser ya algo habitual en él. No es ni la sombra de lo que fue, ni la centésima parte de lo que uno espera de él. Carne de banquillo, Cholo. Carne de banquillo, de seguir en este plan.

Y, justo cuando mejor estábamos, justo cuando Diego Costa seguía estando a punto de llegar en el segundo palo a centros maravillosos de Correa y del propio Carrasco, justo cuando Correa realizó otro jugadón, pero no quiso dar el gol hecho a Yannick, rematando él mismo a puerta, creo recordar, llegó un estúpido a la par que aislado centro de Navas quién sabe dónde, que repelió en Lucas (el mejor, en mi humilde opinión) y que Moya, en su intento de despejar el balón, se lo terminó metiendo en su propia portería. Apenas 6 minutos después de nuestro tanto. Me jodió un montón, porque esta acción emborronó por completo el partidazo que se marcó nuestro guardameta.

Así que el Atleti perdió el orden, el Cholo lo terminó de arreglar al quitar a Koke y sacar a Torres sin pensar que quedaba todavía otro partido que disputar en la eliminatoria, el equipo se terminó de desordenar por completo, y entre Godín y el exasperante Savic, hicieron el resto, dejando solo, solito, solo a Correa (el otro, no el coche de choque) para poner el 1-2 en el marcador que nos pone la eliminatoria en chino no, lo siguiente. Pero bueno. También os digo una cosa: que nadie nos de por muertos, que aquí queda mucha tela por cortar. Se lo dice uno que vio a Panadero Díaz jugar sobre un terreno de juego (a una edad imberbe, pero lo disfrutó, al fin y al cabo). Ese mítico 3 colchonero.  Ese golazo al Madrid de falta. Esa batalla de Glasglow, esa melena al viento … Así que, en Sevilla, no queda otra, Leyenda: ¡Panadero, saca el hacha!

7 de enero de 2018

Atleti 2 - Getafe 0. El Atleti gana, y bien, pero no se sabe la lección.


De primeras, y como era de esperar, la peor entrada de la temporada en el Metropolitano. La peor entrada en el Molinón. La peor entrada en Mestalla. Tres de las hinchadas más fieles que existen en el fútbol español. De las que aguantan todo, y están por encima de todo. Menos de una cosa, la familia. Su otra familia. Su verdadera familia. Un día de Reyes esto no se puede hacer. De verdad que no. Enhorabuena una vez más, señor Tebas. Su leyenda de personaje despreciable donde los haya, se alimenta cada día más y más. No se cansen de cantarlo: Tebas vete ya.

Primer cuarto de hora cojonudo de ambos equipos. El Getafe, por primera vez que les recuerdo desde que están en primera, me pareció un equipo canchero de verdad. Irritante, desagradable para el contrario y para el público rival … Humm … De qué me suena esta canción.

Ángel avisó con una vaselina light ante el impertérrito Oblak. Mister Costa respondió con un latigazo impresionante desde fuera del área que salió lamiendo la escuadra de un tal Damián Martínez. Poco después, Amat regaló un par de remates al bueno de Jank. Sonreía el esloveno ante la timidez de nuestro ex. Impone mucho nuestro Oblak, qué duda cabe.

El Atleti, a responder con un remate que se fue lamiendo el palo de Griezmann tras dejada del Ogro Diego Gosta, mientras tenía a medio Getafe encima de su espalda. A los 17 minutos, gol que te crió, en una extraordinaria acción individual de Antoine, que cedió a Correa, y el argentino, con una clase admirable, al primer toque y con el exterior del pie, batió al guardameta getafense. Está clarísimo, nunca me dejará de sorprenderme el bueno de Angelito, capaz de exasperarme y enamorarme casi en el mismo instante.

De aquí hasta el final del primer tiempo, el guión del mismo fue escrito por Sergio Leone. Tipos duros, recios, desafiantes, sin afeitar, que se dieron estopa para dar y tomar. El árbitro, como no se enteró de nada, se ve que lo rojiblanco destacaba más que lo amarillo chillón, y nos frió a tarjetas, algunas que ni siquiera eran falta. Pregúntenle, sino, al bueno de Griezmann. Una desesperación, y nada de fútbol hasta el final del primer tiempo, en lo que lo más bueno fue el duelo de Cala contra el mundo. Entre disparos, desafíos y miradas cortantes entre el sevillano y nuestro ogro favorito, al descanso, que el árbitro tiene agujetas de tirar de tarjetas sin ton ni son a todo bicho rojiblanco que se moviese (hasta a mis hermanos y a mi nos sacó tarjeta amarilla el coleguita en cuestión. País).

La segunda parte comenzó con más de lo mismo, tarjeta para Costa (esta sí que justa, conste) por codazo a un negrata de los del Geta. Hasta que, sobre el 17 de la segunda parte, otra nueva asistencia de Sime sobre Diego Costa se convirtió en el 2-0 en el marcador, y en la tan ridícula como justa segunda tarjeta para nuestro killer favorito (ya hablaremos de esto más adelante). El Atleti se quedó con 10, pero aguantó, entre otras cosas, porque Gabi defiende como dos (o como tres, ya puestos) en estas circunstancias. Fue una buena victoria, a mi me gustó un montón el partido, pero lo que me parece inadmisible es que desconozcamos, a estas alturas, las instrucciones del juego. El Atleti ganó, sí. Pero hay que saberse la lección. Estudien un poquito, por favor.

EL CRACK DEL PARTIDO: Muy seguro Oblak, que sigue atajando todo y haciendo fácil lo difícil, que es no conceder nunca segundas jugadas, bien Lucas (aunque muy impreciso en el pase final), muy buenos minutos de Thomas, que entendió a la perfección lo que el Cholo le pidió, al igual que Torres, y grande Diego Costa. Ha mejorado, y mucho, en su juego (especialmente en el aspecto técnico). Su fuerza y potencia sigue impoluta. Tácticamente excelente, es una delicia verle jugar, y me encanta como maneja el límite del desquiciamiento del contrario. Y, por cierto, ya dos de dos.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO. Diego Costa, por no saberse el reglamento. Y Koke, por animarle a subirse a la grada dándole palmaditas (otro que parece que no tiene ni guarra). Y Correa, aún peor, por reconocer públicamente el desconocimiento de dicha norma. Para colmo, el Cholo tampoco tenía muy claro en su rueda de prensa posterior que esta acción era tarjeta. Es decir, me están contando que los que cobran un pastizal por esto, no tienen ni pajolera idea de lo que el manual de instrucciones de este bendito juego, y uno, al que le cuesta también un pastizal todo esto, sabía perfectamente que dicha acción significaba la segunda amarilla y expulsión. Cojonudo, vamos. Que no se me olvide, el señorito Carrrasco rehuyó siempre los balones divididos. Pupa, Geta, pupa.

ÁRBITRO: Munuera Montero. ¿Se imaginan a este buen hombre pitando una semifinal de la Libertadores? Virgen del amor hermoso. No se enteró de nada, no supo manejar nada, no mantuvo ningún criterio medio decente a la hora de tarjetear, no tiene ni puta idea de lo que significa la reiteración de faltas … En fin. Qué nivel, Maribel. Un personaje, el colega.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 4 GRADOS).

Obviamente, se queda como está. Partido de obligado cumplimiento no, lo siguiente.

Y el martes, a superar con dignidad el trámite frente al Lleida, que algunos hasta pensamos acudir y todo al campo. ahora Betis, ahora porque el gol ya va a llegar” …

4 de enero de 2018

Lleida 0 - Atleti 4. Godín y Moya acaban con el Lleida.


Un partido con estupendas noticias, aunque no resultó tan sencillo como marca el tanteador. Porque el entusiasta equipo local salió a comerse el mundo, empleándose a veces con excesiva dureza, permitida por el exasperantemente impasible árbitro (en faltas meridianamente claras provocadas por el empuje del Lleida), aunque eso nos óbice para que reconocer que jugaron una estupenda media primera hora los de Albadalejo, consiguiendo que el Atleti se tuviese que poner el mono de currelar pero de verdad (cosa bastante usual en las eliminatorias de los equipos del Cholo, sea quien sea el rival,  bien es cierto también). Moyá hizo un par de buenas intervenciones, y una última magistral sacada a Iván Angulo, en un espectacular mano a mano tras una no menos excelente contra local, hasta que poco después, Carrasco se limpió su bota mágica sacando una falta maravillosamente templada, para que el imperial Godín pusiese el 0-1 sobre la media hora de juego. Campana y se acabó.

Hasta ese momento, reitero, nos tuvimos que atar los machos, pero de verdad. A partir de ahí, otra vez Carrasco, unos 5 minutos después, se inventó un mágico pase sobre Gameiro, que asistió al más puro Sime sobre Fernando Torres en el segundo palo, y nuestro Niño, eso sí, en claro fuera de juego, terminó de sentenciar la cosa poniendo el 0-2 en el marcador. Y sin necesidad de tirar de nadie más. Así es este Atleti.

La segunda parte no se la hubiese tragado ni San Apapucio, pero había que ver a Vitolo (discreto, pero interesante) y especialmente a nuestro ogro más entrañable, Don Diego Costa. Del canario uno espera mucho. Es muy buen pelotero, aunque su manera de fichar por nuestro Club no me haya gustado un pelo. Si a nuestro querido personaje favorito de “hombres, mujeres y viceversa” (Carrasco, para los no iniciados) le da por motivarse, podemos sacar mogollón de jugo de la durísima competencia que van a tener ambos en jugar.

Por otro lado, del Ogro, uno espera lo que le vio. A por todas. Da igual competición, rival, motivación … Su motivación se denomina “Diego Costa”, punto. Le da igual echar un pachanga en su querido Lagarto que jugarse una puta final de Champions que terminará jugando, pero de verdad. En sus 5 primeros minutos, asistencia de Juanfran, él se lanza a por un balón imposible, y gol que te crio. Ahí radica la diferencia con Vietto, con Gameiro, con Torres … Ese gol solo le busca él. Solo lo mete él. Por eso le añoramos tanto.

Después, sustito muscular del lagarteño, que, por momentos, fue algo más que sustito, pero uno, que le recuerda dejarse una pierna en Getafe contra un palo por anotar otro tanto esos imposibles de los suyos, sabía que si se levantaba, de ahí no le sacaba ya ni Dios. No tenemos que tener ansiedad con él (y él, el que menos la tiene que tener, de hecho). Lo de este jugador vendrá todo rodado, con la naturalidad del que nunca se ha ido. Diego Costa reloaded.

Finalmente, golito afortunado de Antoine (que, me da, nos va a hacer gozar cantidad jugando de media punta con el ogro más adelantado) de falta, y eliminatoria sentenciada. Y sí, está muy bien resaltar a Costa, y a Vitolo. Pero ayer, los que realmente sentenciaron la cosa fue Obla… digo Moyá (apenas les diferencié) y el Imperator Godín. Ellos fueron los que realmente se merendaron la eliminatoria. Que vaya pasando el siguiente, pues.

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