28 de febrero de 2013

Sevilla 2 - Atleti 2. Cada uno, en su sitio.


Dicen que con el paso de los años uno va perdiendo ilusión por las cosas que siendo más joven le entusiasmaban, y, obviamente, algo de verdad es, pero hay algo que con el paso del tiempo no puede, y es el amor y la ilusión del bufandero descerebrado por su equipo. Repasemos, ¿Cuántas finales de Copa he visto ya (estando presente, of course)? Así, a vuela pluma, Mallorca, Madrid, Real Sociedad, Barcelona, Espanyol, Valencia, Sevilla, Athletic … Joder, que son unas cuantas. Pues nada. Ayer me levanté con esa cosa que se nos pone a todos en el estómago, y estuve  todo el día con la mente más puesta en Sevilla que otra cosa, imaginándome el partido, joder, que no nos metan rápido un gol, ojito con el Navas … bah, tranki … si Diego Costa está que se sale … y Falcao moja fijo … Joder, a ver el Cata con Negredo … y menuda encerrona nos espera … Bah … Al Atleti le va la marcha, y cuánta más presión tenga, mejor para nosotros ....

La verdad es que durante esas horas previas por la mente de uno pasa absolutamente de todo: hay fases en que te ves eliminado, y otras en las que estás en la final con la gorra. Sinceramente, y sin ánimo de menospreciar al Sevilla, yo tuve más sensaciones del segundo pensamiento que del primero.

Al llegar a casa, dispuesto a mi rutina de hacer la comida para el día siguiente, escucho en la radio que 10-12 Biris apalearon a un pobre desgraciado que salía con la camiseta del Atleti puesta de la estación de San Justo. Son cosas que me encienden, aunque, conociendo las artes de ese grupo Ultra, francamente, no me extrañan en absoluto. De hecho, es su forma más común de actuar. Su hábitat natural. En fin.

A continuación, me centro en lo puramente deportivo, y mi siguiente objetivo es saber la alineación que sacaría el Cholo. Tenía el firme presentimiento que iba a poner a Raúl García. Era un encuentro para él, y como dijo en la previa Simeone que quería fortalecer el centro del campo, el navarrico (uno de mis ojitos derechos,  ya saben) tenía que ser el elegido. Efectivamente, acerté de pleno (y dos besicos que me doy, ay qué niño más listo soy, madree).

Después, escucho toda la parafernalia montada por el Sevilla para el partido. Que sí corteo a los jugadores cuando salgan del hotel, que si cancioncita del Arrebato ese, que si Nervión iba a reventar … Al final, mucho ruido y pocas nueces, ya que ni se llenó el campo, ni los del Arrebato castigaron nuestros oídos (los de los Atléticos, entiéndase) con karaokes previos, ya que, como bien se dice, la lluvia, en Sevilla, es una maravilla.

El escenario, pues, era ideal de la muerte para el Atleti. Saltamos al terreno de juego vestidos de negro malote, presionando bien arriba, y a los 5 minutos, Diego Costa le explicó la lección a Botía y a Fazio, les robó la cartera, las cadenas y las empanadillas, y de soberbio tiro cruzado y ajustado, batió a Beto y enmudeció el Sánchez Pitzjuán, aunque no del todo, que a los 1000 desplazados bien que se les oyó lo suyo. La  cosa estaba encarrilada, y el primer objetivo cumplido: el primer golpe, nuestro.

El Sevilla, por su parte, con más corazón que cabeza, solamente inquietaba por el chaval que creo, debutaba de la cantera, Alberto Moreno, pero era más bien arreones que otra cosa, comandados al son de ese individuo  denominado  Medel. Su juego, pues, no podía ser de otra forma. Así les iba, claro, y así le fue al pobre Tiago, que una terrible coz del homínido en cuestión le rompió el brazo casi de cuajo. Así se las gasta el animalito, compréndanle, si bien es cierto que la gran primera ocasión local vino también por parte de él, que se lanzó como un borrico a un remate de cabeza que casi nos cuesta un disgusto, ya que Courtois, siguiendo con la línea que tuvo el día del Espanyol, continuó un tanto vendimiador en sus  salidas. A ver si se recoge de una puta vez la dichosa cosecha, joder.

Sin embargo, una contra iniciada por Falcao, que pone un pase semibombeado y algo lejano sobre Diego Costa, el brasileiro por arte de magia lo convierte en un balón fácilmente controlable, reta a Fazio, se va de él en velocidad, Radamel lo observa, ve que Diego le va a centrar a él, se anticipa el colombiano al pobre Botía, y bate sin remisión de nuevo a Beto. 0-2, minuto 29, golazo total y el Atleti golpea de nuevo, y ya de forma mortal de necesidad. Porque, entiéndanme, meterle al Atleti 4 goles en ya poco más de 60 minutos, hoy en día, por mucho Pitzjúan y mucha presión que se precie, es una auténtica utopía, permítanme la inmodestia, pero es así.

Una genialidad de Navas, sin embargo, hizo que el Sevilla no se marchase del partido del todo, y con un tanto espléndido puso el 1-2 en el marcador a falta de 6 minutos para el descanso. Y con este resultado nos fuimos al mismo.

La segunda parte se convirtió en un carrusel de oportunidades para uno y otro equipo. Negredo falló un cabezazo increíble desde casi el área pequeña. Falcao desperdició el suyo, tras un pasote de pase de Raúl García. Diego Costa tuvo el 1-3 en sus botas, tras una genial asistencia de Fazio, que era ver el careto suyo o el del  Falcao cerca, y temblaba sudoroso como si de un preso en el corredor de la muerte se tratase. Rakitic, por su parte, también tuvo la suya, y así fueron pasando los minutos, hasta que al final de los locales se terminó apoderando la impotencia y cayeron las expulsiones, cómo no, del gran Medel (obligado cumplimiento) y de Kondogbia, que centraron el punto de mira de sus iras en, cómo no también, el genuino e inefable Diego Costa, no te marches nunca de aquí, por favor.

Y colorín, colorado, a otra final más hemos llegado. Pasó el que, hoy por hoy, es mucho mejor, y terminó cada uno en el sitio que le corresponde. Como debe de ser.

Ahora, la final contra el Madrid. Casi nada al aparato. Ya empieza el follón de que si la sede (que sea el Bernabéu, por todos los clavos de Cristo), que si el  Calderón (¡ni hablar!) que si el Camp Nou, que si Valencia, que si la Cartuja,  que si las entradas, que si me puedes conseguir una, que si mira que yo soy Atlético de toda de la vida, de los buenos, ¿Eh? De los genuinos, de los que nunca abandona, que si Ronaldo, que si os vamos a machachar, que si otro derbi más, que si … En fin. Bendita confusión nos de Dios. Ya tendremos tiempo de hablar de todo lo habido y por haber, pero, mientras tanto, nos toca disfrutar, una vez más (sé que jode mucho por ahí, lo siento, qué le vamos a hacer, así es la vida, chavales). ¡Aúpa Atleti!

25 de febrero de 2013

Atleti 1 - Espanyol 0. XXXIII Edición Premios Poya 2013.



Siiii. Dejen ya de rebuznar utópicos y demagogos eslóganes de ayer de hoy, Sra. Maribel Felpú, Bardenes y miniBardenes varios, Guillermos Segovianos and company, que la gala de los Premios Poya va a empezar, presentada por nuestra queridísima y nunca bien ponderada … ¡¡¡Cristina F.!!! … Señorita Cris, por favor, recoja la chuta que se le ha caído del brazo, muchas gracias. Comencemos, pues, la función:

Premio Poya al mejor Portero de Salas de Cine a Courtois, por “MI loco Erasmus”. Y eso que el chaval ayer estuvo un tanto vendimiador en sus salidas, pero se le quiere un montón, y se le va a echar aún más de menos, máxime si el que le tiene que suplir en la portería es “Ascensores Asenjo: no todo lo que  sube tiene necesariamente el por qué bajar”. Para echarse a temblar, oigan.

Premio Poya al mejor maquillaje para peli de terror a Juanfran, por “The Walking Dead”. Mira que salen personajes feos y repelentes en dicha serie, pero la actuación estelar de nuestro Juanfran supera lo inimaginable. Muy recomendable enseñar su foto a los niños que se porten mal. El hombre del saco pasó a la  historia, señores. Dejen paso a los nuevos talentos. Por cierto, ayer estuvo algo más entonadillo, ¿Será por Manquillo? (Qué bonito pareado  me ha quedao, madre).

Premio Poya Humprhey Bogart al  actor más fino y elegante, a Luis Filipe, por “El príncipe del Manzanares”. Ayer dejó todo un lujo de detalles técnicos  dignos del jugador que es, y demostró  ser un estilete cada vez  más mortal cuando  sube arriba y le da por combinar con Arda&Tonic.

Premio Poya musical, sección mejor coreografía a  Miranda por “El Cisne Negro”. No, obviamente no es Natalie Portman (que más quisiera él, yo, vosotros, ellos …), pero su elegancia y su prestancia a la hora de sacar el balón es digna del mejor bailarín de danza del grandioso coro de danzas ruso. Aunque a veces nos los ponga en la garganta … (Luis Pereira reloaded).

Premio Poya al mejor extra para acciones especiales a Godín por “Taxi driver”. No es que se haya dejado cresta, pero esos arrebatos que le dan cuando sube sortando rivales con el  balón controlado son una auténtica bendición para el espectador. Además, tengo un colega que es taxista y es clavado a él, joder, ¿Qué pasa? ¿Verdad, Capo?

Premio Poya a la mejor producción extranjera a Arda Turán por “La pasión Turca”. No es que luciese ayer en exceso su indudable calidad técnica, pero nuestro querido culongo debe de estar siempre en nuestras más pasionales erecciones. Aunque la co-protagonista sea Ana Belén (bajonazo total, se chapa el telón).

Premio Poya dubitativo a la par que reflexivo a Tiago por “Renovar o no Renovar: he aquí la cuestión”. Obviamente, el portugués está haciendo méritos últimamente para seguir en nuestra compañía una temporada más, pero témome mucho que después le entre una de sus  extrañas hibernaciones relajatorias tras conseguir su objetivo. Tendremos que pensar, y pensar, y volver a pensar.

Premio Poya honorífico y con los mayores honores posibles a Gabi, por “El Gran Capitán”. Un Atlético de los pies a la cabeza. Nuestro auténtico pulmón en el centro del campo. Ayer fue muy rigurosamente expulsado por el árbitro de turno. Cada día que pasa estoy más orgulloso de él. Un hombre que firma por otro equipo con una cláusula que si le llama el Atleti tienen que escuchar la oferta, sobra más comentarios al respecto. Y de su rendimiento futbolístico tampoco  hay mayor duda.

Premio Poya al mejor actor novel a Koke por “La Resurrección de la cantera”. Él será el ejemplo a seguir por todos los que  desde abajo llaman a  nuestra puerta (si  es que ese pésimo director denominado Alfredo SantaTeresadeCalcuta no hace recluirles en un convento a todos antes, claro). El empleo de la fotografía a balón parado es su mayor y más grande virtud.

Premio Poya a la triple interpretación en un solo film a Diego Costa por “El bueno, el feo y el malo”. El bueno no, más bien el mejor. Ayer dio un auténtico recital de verticalidad, de lucha,  de entrega, de movilidad. Trajo en Jarque (siempre presente) a toda las defensa españolista. ¿El feo? Hombre,  Marlon Brandon más bien no es el vizconde con semblante taraillo, que quieren que les diga ... ¿El malo? Pero malo, malote de los de verdad. No hay más que verle el careto cuando hubo la tangana entre Gabi y Stuani para ver la envidia que tenía el pibe por no ser el protagonista. Aunque lo que es realmente es pesadilla. Los defensas rivales sueñan con él, no viven, no descansan. Le tienen auténtico pavor. Sin lugar a dudas, el héroe de la noche. Don Diego Costa.

Premio Poya a la constancia y a la regularidad suprema a Falcao por “Oro colombiano”. Empieza de nuevo a ponerse las pilas nuestro querido Radamel, no me dejes sin pastel. Ayer sumó otro tanto (21 oscar me lleva ya el menda), y supo asumir el papel que le tocó de actor secundario, se puso el mono de trabajo y montó y desmontó el escenario currelando como el que más. Su humildad, nuestro mayor tesoro.

Premio Poya al mejor director a Diego Pablo Simeone por “El alma del Calderón”. No hay nadie que nos comprenda mejor, con que nos identifiquemos más,  que refleje mejor en su metraje todo lo que es  y seguirá siendo, espero que por muchísimos  años  (siempre y cuando los dos pésimos productores denominados Cerezo&Caratorcida corporations lo permitan, que tampoco tengo yo todas conmigo, no se vayan a creer), esta bendita y tan amada productora denominada Club Atlético de Madrid. ¿Cuatro años? Y pocos son …
 
Premio Poya al rival más bullanguero a la par que inocente al Espanyol por “Los periquitos sin alas”. Y eso que ayer jugaron con un tío más durante más de 45 minutos, pero aunque nos crearon mucha incertidumbre y desasosiego, la realidad  es que de ocasiones claras, nada, monada.

Premio Poya honoris causa a la alopecia galopante a Petardov (Petrov, por sus amigos) por “Qué bueno que volviste … con esa camiseta, claro”. Al ver esa  expresión de su cara y esa mirada fría y desafiante volví a sufrir viejas pesadillas que creía otrora olvidadas. Un sudor frío se apoderó de mi cuerpo. Naúseas, mareos, temblores varios se apoderaron de mi ser. Al mirar el  escudo que portaba su camiseta, respiré, al fin, tranquilo. Nada malo nos podía volver a pasar.

Premio Poya al mejor comediante del año a Clos Gómez por “Charlot, árbitro”. Aunque estoy convencido de que el mismísimo Chaplin hubiese tenido más personalidad y coherencia en sus decisiones a la hora de arbitrar ayer. Del penalti a Diego Costa que señaló, aunque creo que lo es finalmente, estoy convencido de que a Madrid o Barsapasta no se lo pita (en contra, claro). La expulsión de Gabi, pues bueno, pues fale, pues me alegro. El perdón de la de Forlín, de descojone vivo (hasta el Cagón Aguirre se dio cuenta de que se iba a la puta calle y a la siguiente jugada quitó al primo pequeño de nuestro Escándalo Forlán).  ¿Hace falta que siga?

Premio Poya a la mejor y más inexpugnable decoración al  Estadio Vicente Calderón por “El Fortín”. Entre todos hemos logrado que aquí no salga vivo ni el Tato en Liga, y si alguna vez  logran derribarnos, que toda la people lo tenga claro, moriremos con las botas puestas.
  
Premio Poya a la mejor escenificación de la  temperatura ambiente a nuestro termómetro rojiblanco por “15 grados”. Que no, señores, que no. Que por lo de ayer no se sube.

Premio Poya al proyecto más relevante de cara al futuro a los sevillistas vs. Atléticos por “La conquista del Nervión”. Por mucho que se empeñen, señores, los Atléticos no tememos a nada ni a nadie. Podremos caer, podremos pasar, pero, hoy en día, siempre terminaremos en pie, y mirando hacia al Frente (forever). La doctrina del Cholo es lo que tiene.

18 de febrero de 2013

Valladolid 0 - Atleti 3. Vuelta a la rutina.


Tras la tempestad acaecida el pasado jueves frente al Rubin, al final se ha vuelto de nuevo a la dulce rutina de la victoria. Un triunfo conseguido en el mini Vicente Calderón pucelano con autoridad, eficacia, fiabilidad y sin pasar apenas apuros en defensa, hasta el punto de que si tuviese que puntuar a los jugadores uno por uno, a Courtois no le pondría calificación por falta de trabajo. Con eso está dicho todo.

Sin las dichosas rotaciones, el equipo funciona como una máquina de precisión suiza. A los diez minutos, falta que saca Gabi, fusila Godín y Falcao, a bocajarro, consigue anotar el tanto. Dicen los hombres sabios del Asqueroso que el colombiano tenía una rodilla en fuera de juego. Joder, una rodilla. Y se quedan tan panchos los  colegas. Menos mal que el linier supo apreciar la jugada realmente como fue, gol legal al estar en línea con el defensor. Por cierto, que estando bajo de forma, pero Falcao sigue anotando goles. Qué máquina de pibe. Lo lleva en la sangre.

A partir de esos momentos, y con la batuta del incansable Gabi, el Atleti se hizo amo y señor de todas las parcelas del terreno de juego. Diego Costa no paró de desmarcarse y fue, una vez más, una auténtica pesadilla para la defensa local. Un fantástico pase de Gabi le dejó solo frente al portero local, pero el bueno de Diego intentó una vaselina con poquísima fuerza y el balón lo atrapó sin mayores complicaciones Dani Hernández.

La única ocasión que generaron los locales fue en un despeje suicida de Tiago, que no acabó en tanto en propia meta de milagro. De todo lo demás se encargó prácticamente Diego Costa, hasta que obtuvo su justa recompensa aprovechando un magnífico servicio de Koke de cabeza para fusilar a placer y poner así el 0-2 en el marcador.

El 0-3 definitivo tuvo lugar ya en el último minuto, tanto conseguido por el Cebolla, y puso la guinda a un partido que fue coser y cantar con la misma fuerza  que lo hicieron los desplazados a la ciudad  pucelana. ¿Quién dice que la rutina es aburrida?

Y hala, ya pueden descansar los putos periolistos con que no ganamos fuera desde hace no sé cuanto tiempo.  A ver qué nueva gilipollez  se inventan ahora para darnos la barrila, porque lo de la rodilla de Falcao, señores, no cuela.

EL CRACK DEL PARTIDO: Diego Costa vs. Gabi. Curiosamente, ninguno de los dos jugó el jueves pasado. Sin comentarios.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: El Valladolid. Esperaba muchísima más resistencia por parte del equipo pucelano. Dukic tenía un mosqueo de 15 pares de cojones, y con razón, ciertamente. Sinceramente, no tengo ni puta idea de a qué cojones jugaron.

ÁRBITRO: El doble de Don Pablo Mármol, Iglesias Villanueva. Perfecto.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 15 GRADOS).

Lo vuelvo a subir 2 grados más, porque era un partido vital para nuestras aspiraciones tras el batacazo del otro día en el Calderón. Ya saben, si nos caemos,  combato y me levanto.

Y el jueves, la vuelta de la Europa League en Rusia. Poder, se puede. Pero hay que tomárselo en serio, claro que, si juega esa broma pesada de portero que es Asenjo, mal empezamos. Con él, ya saben, el ridículo suele estar garantizado.

15 de febrero de 2013

Atleti 0 - Rubín Kazan 2. Se cortó la mayonesa.


Y se nos atragantó la puta ensaladilla rusa, qué le vamos a hacer. Pronto empezó el suplicio, en un remate de Rondón a los cinco minutos que Asenjo dejó blandita a placer para que rematase un tal Karadeniz. Me juego con quien quiera, cuando quiera y cómo quiera que ese gol jamás se lo hubiesen clavado al bueno de Thibaut. ¿Algún  valiente en la sala?

A partir de ese momento, se vio a un Atlético opaco, grisáceo, obscuro e impotente, lo cual convirtió la primera parte en todo un auténtico suplicio para aguantar. Si encima, los del Rubin este no son la alegría de la Macarena precisamente, pues qué quieren que les cuente … Para colmo, expulsó por doble amarilla al borde del descanso a un tal Sharonov, lo cual hizo que el conjunto ruso pasase ya completamente de todo lo que fuese defender el 0-1, y convirtió la segunda parte en un acoso y derribo permanente por parte del Atleti ante la triple muralla rusa, que ya os cuento, decidió defenderse cual gato panza arriba.

En esta segunda parte al menos, el Atleti sí, lo intentó con algo más de sentido y verticalidad, pero ayer estaba claro que no hacíamos gol ni aunque hubiese estado enfrente el Escalerillas. Ocasiones de gol clarísimas por parte de Adrián (que ya de forma definitiva se ha vuelto a convertir en aquel jugador que tan poco me gustaba en el Depor y por el cual me disgustó tanto su fichaje en su momento), del Cebolla, un larguero de Falcao, paradas afortunadas de Ryzhikov, remates casi todos a bocajarro desde dentro del área … Nada, que no había manera. Pues nada, hombre, que un día tonto lo tiene cualquiera, y ya está. Lo que estaba claro es que el gol, si no llegaba hoy, llegaría en la vuelta. Lo que no se puede hacer bajo ningún concepto es lo que les voy a relatar a continuación.

Minuto 94. Córner a favor del Atleti. Recuerdo, partido de IDA, es decir, quedan más de 90 minutos para decidir la eliminatoria. El rival está con DIEZ, es decir, ya tenemos un tío de más para rematar. El rival no es el Bayer de Munich ni el Barcelona precisamente, es decir, se puede intentar perfectamente ganar en Rusia y ya está. Pues no. Hay que hacer el puto subnormal y realizar uno de los ridículos más bochornosos que uno recuerda en el Calderón (y mira que tengo, hostia), obra y gracia del Cholo (al cual le hubiese renovado nada más acabar el encuentro, conste también para los vertederos de mierda, auténticos despojos humanos, que le estaban esperando agazapados, como hienas cobardes que son), que manda subir a Asenjo, el cual precisamente no es que sea un tipo de 1,90, sino que mide más bien menos que una chapa del Mahou, a rematar un córner absurdamente sacado, y que se convirtió en una contra mortal (pero mortal, de  la risa, más bien, vamos), con un tal Emerenko, que se lleva el balón ante la plácida y atenta mirada de Juanfran (¿Pero a ti qué pollas te pasa, chico? ¿NO VES, HOSTIA PUTA, QUÉ NO HAY PORTERO? ¿CÓMO LEÑES NO SE TE OCURRE HACERLE UNA FALTA CÓMO SEA, EN VEZ DE AGUANTARLE? Es que no doy crédito …), éste centra sobre el retrasado de Orbaiz, Asenjo se da cuenta de que no hay portero ni ni Dios que esté cerrando la jugada (claro, como el chaval es que es extremo izquierdo, porque portero, lo que se dice portero, no es, eso lo tengo claro …), intenta acelerar de forma esperpéntica para dar caza a Orbaiz, al final se tira cual damisela grácil posa sobre un pajar lleno de plumas blancas de ganso, intentando hacerle falta, y el puto vasco termina marcando a placer y poniendo el 0-2 en el marcador. Inaudito, pero cierto.

Así que nada, a acostarse uno con un cabreo de 15 pares de pelotas, y a aguantarse tocan. Por el Cholo no tengo problemas, es inteligente y estoy convencido de que ha aprendido la lección. Lo que me  jode es que todo un doble Campeón de la Europa League y doble Campeón de la Supercopa de Europa sea hoy la comidilla del mundo entero por una jugada tan absurda, tan estúpida, tan ridícula, y que alimenta aún más la leyenda que creíamos haber aparcado definitivamente con la llegada de Simeone.

¿La  eliminatoria? Prácticamente sentenciada. Pero igual que tenemos “leyenda” de esperpentos como ayer, también la tenemos, y mucho más grande y más brillante, de crecernos ante la adversidad como  nadie y ser capaces de realizar lo que nadie más puede hacer. Así que, señores, demostremos que somos el Atleti, joder. O, al menos, intentémoslo.

11 de febrero de 2013

Rayo 2 - Atleti 1. Mirando por el retrovisor.


Mientras ayer contemplaba el ¡ejem! “encuentro” que ¡ejem, ejem! “disputó” mi equipo en Vallekas, tuve la impresión de fue como si estuviese montado en un viejo Cadillac, completamente borracho y mirando por el retrovisor viendo el partido, que diría Loquillo. Viejos tiempos, vicios que creía ya olvidados, ridículos que pensé había enterrado por completo.

Dos minutos. Dos minutos bastaron para ver la primera jugada cirquense de la noche. Piti centra desde la derecha, el balón pasa por delante del Cata, y en vez de despejarlo, decide dejarlo pasar (seguramente temiendo que  se lo metiese en propia meta, ese es el nivel técnico que él mismo cree poseer, para morirse) y Lass, que seguramente alguien confundió y les dijo que ya era jugador del Atleti, y por eso ni Cristo bendito decidió marcarle durante toda la puta noche, qué cosas), remató a placer y puso el 1-0 en el marcador. Ocurrió lo que más odio en este mundo: gol en contra nada más empezar el partido, oséase: falta de intensidad, falta de concentración y falta de ambición.

Porque me da a mi que con el rollo de que tenemos la Champions medio asegurada, el conformismo se está apoderando de este equipo lamentablemente. Ayer hizo una primera parte deleznable, dantesca, insultante. Claro que, no le quitemos los méritos al Rayo, que también los tuvieron: ellos estuvieron pletóricos, verticales, portentosos. Nos superaron absolutamente en todo. Y hay en algo en lo que no permito en que nos supere nadie: en ganas, coño, en ganas. No nos puede superar nadie ahí. El secreto de nuestro temporadón reside precisamente ahí, en el hambre que ha demostrado tener este equipo. Y ayer salieron empachados perdidos.

No es de extrañar, pues, que a la media hora Leo Baptistao (dicen que futuro jugador nuestro, de momento, las gilipolleces en las celebraciones sobran si quieres vestir la rojiblanca, majete, para eso usted pille mejor la acera de enfrente) se aprovechase del enésimo pase completamente solo que dio Lass, y entre el inefable Cata y Luis Filipe les papease la tostada a ambos pero bien pillada. 2-0, y ya se sabía que este partido lo había perdido por completo el Atleti.

Porque fuimos un Atleti ramplón, vulgar, perezoso. Y no tenía la cosa pinta de que fuésemos a cambiar en la segunda parte. El caso es que algo mejoramos con la salida de Arda, mientras que Oliver, en los diez minutos que le dieron, demostró (y lo vengo diciendo hace ya más de 6 meses) que es el centrocampista de más calidad que tiene el Atleti. Me suda la polla que tenga físico o deje de tenerlo. Es un claro y evidente ejemplo de jugador infravalorado y que, lo más cojonudo, ¡no tenemos otro igual, joder!

Pues nada. A saber cuándo volverá a rascar bola al final. En fin. El tanto nuestro fue una mera anécdota (metido en el último suspiro del encuentro y hasta también como sin ganas) por Falcao. Enhorabuena al Rayo, que fue un auténtico  terremoto. Y a ver si quemo el  Cadillac de una santa vez, que ando hasta las narices. Cuando pensé que ya lo había aparcado para siempre …

EL CRACK DEL PARTIDO: Cualquier jugador del Rayo (yo tengo debilidad por Piti).

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:  Menos Courtois, cualquier jugador del Atleti. Especial mención, por supuesto, al Cata Díaz, que le ha dado por ponerse el disfraz de Perea en sus mejores momentos (dichosos carnavales), a Adrián, que no es que esté en las nubes, es que está como las compresas: ni se le nota, ni se le siente, ni se traspasa. Y Falcao, virgen del amor hermoso, parece que ha estado lesionado 15 años, lo menos. Qué barbaridad. Sin chispa, sin fe, sin ná. Un absoluto extraño para mí. Los del centro del campo también penosos, en fin. Que así, señores, no vamos a ningún puto lado. Y es una pena, pero o nos volvemos a poner las pilas y a jugar los partidos como hay que jugarlos, o me temo que voy a tener que seguir pillando el Cadillac y, al menos, emborracharme mientras les contemplo por el retrovisor.

ÁRBITRO: Estrada. Expulsó a Paco Jémez porque se le puso en los mismísimos, pero, por lo demás, correcto.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 13 GRADOS).
Primera vez  que lo bajo esta temporada, pero es que lo de ayer, y seguro que me comprenden, es muy difícil de  digerir.

Y el Jueves, otro partido chicha de la buena. No tengo muy claro si al Cholo le interesa mucho Europa este año. Aunque, tras el partidazo de ayer, hay que pensar que sí. En fin. También hay una cosa clara: este equipo se merece bastante más crédito del que yo pueda estar transmitiendo desde esta crónica. Y entiendo que se puedan perder partidos. Pero, reitero. En ganas no nos puede ganar ni el Tato, joder. Ni el Tato.

4 de febrero de 2013

Atleti 1 - Betis 0. Diego Costa, arma letal.


Andaba el partido bastante jodido a la par de anodino para poder  conseguir batir a Adrián (gran partido el suyo, en el primer cuarto de hora salvó al Betis con dos paradones a Arda y otro en remate a bocajarro a Gabi respectivamente), hasta que al Cholo le dio por animar el cotarro y sacar al campo a Diego Costa, que dio en el tiempo que  estuvo  todo un recital de lo que él es (para lo bueno y para lo malo). Cinco minutos llevaba apenas en el campo y ya consiguió el ansiado  gol tras un saque de esquina y ganarle la tostada a Beñat en el segundo palo, aparte de liarse a ajustar viejas  cuentas pendientes que tiene con media plantilla verdiblanca. Debió de ser expulsado por una brutal entrada  sobre Rubén Pérez, y consiguió sacar por completo del partido al Betis porque otra cosa no tendrá pero el  chaval da siempre la cara como un jabato, y no se deja amedrentar por nadie (escupitajo en la cara de Amaya incluido).

Total, que con esa forma de  ser que le ha dado Dios va camino de convertirse en todo un ídolo por el Manzanares a la par de ser uno de los jugadores más odiados por nuestros rivales. Desde ya, en los partidos Betis-Atleti que participe él, la diversión estará garantizada, ya lo verán .

Por todo lo demás, pues nada, que llevamos 20 victorias consecutivas en el Calderón (que se dice pronto el tema, la leche la Toñi), y hemos reducido en un par de puntos la distancia que nos  sacaba el Barsapasta, aumentando a siete la distancia con el Mandril (no va mal la cosa, no). Jugó Cisma de titular (como siempre, bastante bien) ya que Insúa se encontraba lesionado (pronto empezamos) y la sorpresa de la jornada fue la internacionalidad de Mario Suárez, que le hizo si cabe jugar aún mejor y con más seguridad  y fe en sí mismo.

¿Del Betis? Lo dicho, correoso pero apenas tiró a puerta, especialmente desde la entrada del desquiciante Costa, que lleva camino de convertirse en el mejor (por no decir el único) legado que nos dejó el Sr. Pitarch (ese hombre que está  hundiendo al Hércules en estos momentos, acertaron).

EL CRACK DEL PARTIDO: Diego Costa por parte local (decisivo para todo, en la salud y en la enfermedad) y Adrián por parte visitante (buen portero, y queda libre para el año que viene, al loro).

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Diego Costa por su sucia entrada sobre Rubén Perez. Está visto que este hombre me lo acapara todo, y Amaya por su desagradable  escupitajo sobre el propio Diego.

ARBITRO: Undiano. Se come las expulsiones de plantillazos Diego Costa y de regadíos Amaya.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 16 GRADOS).

Esta  vez  sí que sí, le subo nada más y nada menos que 3 grados de golpe. Eran 3 puntos  vitales tras el tropiezo de nuestros rivales. Así que vayan sacando las bermudas (ahora sí, Don Pablo).

Y el domingo, derbi con el Rayo en Vallecas. ¿Tendrá piedad Diego Costa con sus excompañeros? Me da a mi que no, que este no es de los que hace prisioneros. El pistolero ha llegado  ya  a la ciudad. Que sería de nuestras vidas sin nuestro taradillo preferido.

1 de febrero de 2013

Copa del Buey. Atleti 2 - Sevilla 1. Sobredosis.


¿No queríamos Copa? Pues ahí la tienen. En su más puro estado. Alternativas, expulsiones, penaltis, goles fallados, ambientazo, sobredosis de fútbol en vena en su más puro estado. Así fue este partido de ida jugado en el Calderón, en el que el Atleti mereció más, pero el resultado es el que es, una victoria, al fin y al cabo (que no es poco, que esto es una semifinal  de Copa, joder, aunque no sea “la semifinal”, qué le vamos a hacer, ya perdonarán).

Inicio de primera parte: dos equipos enloquecidos en la tarea de presionar, hasta el punto de que a veces parecía que estaban más deseando perder el balón para poder agobiar al contrario, que poseerlo. A los dos les duraba menos el esférico que a mi un Gin-Tonic en pleno verano después de comer. Tras este cuarto de hora de bendita locura inicial, el Atleti tomó las riendas, y llegaron las ocasiones.

Ardá sacó la varita de Harry-Potter, y lanzó un pase mágico hacia la posición de Adrián (gran partido del asturiano, aunque el gol siga siendo una utopía para él), éste cede el balón a Koke, y cuando se cantaba el gol, el canterano lanzó con tal suavidad y sencillez que más parecía un anuncio de Perlán que otra cosa. Beto le estará eternamente agradecido.

Posteriormente, y tras un control digno de lo que es, un superclase en pleno estado de hibernación, Adrián de nuevo (yo no loe hubiese cambiado ayer, conste en Acta) remató a las nubes como si estuviese cabreado con el balón, con la portería, con su novia, con su portera, con su suegra y con la vecina  del quinto: cuando lo más fácil era precisamente lo contrario. La última, al borde del descanso, un fantástico pase de Gabi que Diego Costa no remató porque se llama Diego y no Radamel. Con ese aire de nostalgia colombiana nos fuimos al descanso, porque del Sevilla, en ataque, lo único que destacaba es la pinta del tal Medel. Si ya sin casco parece un eslabón perdido de la humanidad, con ese modelito puesto negro que lució ayer el colega confirmaba lo que todos sospechábamos: su procedencia es un misterio sin resolver.

La segunda parte comenzó con un Sevilla con más personalidad en el campo, aunque esa mosca cojonera que es nuestro inefable Diego Costa provocó que Spahic hiciese una mano dentro del área tan absurda como clara. El brasileño transformó el penalti con una tranquilidad inquietante. 1-0, delirio en el Calderón.

Con el Manzanares en plena revolución milenaria, pase magistral de Navas sobre Negredo, este pica sobre la salida de Courtois y Godín (último jugador) da el balón con la mano evitando el gol. ¿Voluntaria? ¿Involuntaria? Ni puta idea, pero para mi es lo que fue: penalti y expulsión. El propio levantador de pesas se encargó de transformarlo (Courtois, no hueles un penalti  ni en pintura, hermano).

Mazazo total. Pero este Atleti que Dios nos está dando en estos momentos no arroja la toalla fácilmente y es complicado sacarle de los encuentros, máxime jugando en casa. Antes, susto de Rakitic en un disparo que salió lamiendo el palo. Después, otra mano absurda de Navarro acabó convirtiéndose en el segundo penalti que lanza de nuevo  Diego  Costa. Personalidad y huevos no le faltan, está claro. Otra vez  transformó con una tranquilidad aún más inquietante que la primera.

El Sevilla, con nueve. El Atleti, con diez. Ya no se movió el marcador más. El partido de vuelta va a ser de aúpa. Pero la ventaja es nuestra. Queremos y podemos. Adelante, adelante, adelante, Campeón …

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MAREANDO LA PERDIZ: "Desesperado"

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