26 de septiembre de 2021

Alavés 1 - Atleti 0. Tanto va el cántaro a la fuente ...

Que se acabó rompiendo. La verdad es que este infame horario de las 14 h. de un sábado es de lo más cruel que te puedas echar a la cara. No termina uno de desayunar bien, ni de comer, ni de merendar, ni de cenar, sobre todo si ha perdido tu equipo. Nada de nada. Por más que quieras conseguirlo, no hay forma. Uno se tiene que conformar con lo que vaya picoteando con lo que vaya cayendo con los aperitivos de los cañotes de aquí para allá, y poco más.

 

Después del encuentro, uno intenta seguir con los Hermanos de marcha, pero ya no es lo mismo. Te aparece otra vez ese dichoso cansancio que te hace pensar en volverte a tu casa (lo cual, tampoco es una solución extraordinaria, ni mucho menos). Porque uno lo hace, intenta poner la tele y ver cualquier otro partido, y enseguida lo quitas como si de un nervioso resorte automático tuvieses en tu mano moviendo de canal el mando impunemente. ¿lo intentamos con una serie? Por más que me ande entusiasmando “Vivir sin permiso”, que es con la que estoy a tope últimamente, te cuesta un enorme esfuerzo el concentrarte en la misma. Ni que decir tiene de una película. Tampoco la música me termina de llenar, con lo que empiezo a empezar a desear que sea una hora medio decente para acostarme, y a ver qué tal mañana … “Las 10,16 hMaldita sea. ¿A dónde diablos voy ahora?” A lo que, languideciendo con el mando en la mano y tirado en el sofá, y entre tuit va y viene, termino de finiquitar este maldito sábado del orto.

 

El domingo no es mucho mejor, no se me vayan a pensar. Aún se levanta uno más seriote, más enfadado, con más pocas ganas de hacer nada (de escribir una maldita crónica del orto ni les cuento, si no fuese por unos que yo me sé …). Pero somos Atléticos y tenemos la obligación de ejercer como tal. Y debemos de empezar a buscar argumentos más o menos sólidos para ir recargando pilas para la semana que nos espera.

 

Y empezamos a soñar. Vamos a ver, qué tenemos el mejor portero del mundo, y es así. Y que el año pasado estuvimos 3-4 meses sin Trippier, y lo sacamos adelante, que es como más o menos estamos ahora. No queremos pensar en que Savic vuelva a retomar a ser el Señor de la Uña, sino que volverá a ejercer de ese central potente, imperial y poderoso que todos sabemos que tenemos. De Felipe conocemos que todos los años le cuesta ir pillando la forma, no deberíamos de preocuparnos tanto. Hermoso, más o menos, anda en su línea, confianza ciega en él.

 

¿Llorente? Estoy preocupado con Llorente, cierto es. Empiezo a vislumbrar un nuevo caso “Saúl” en él. Lo siento, Don Diego Pablo, pero no me convence en absoluto la barra libre continua que hay con él ocupando puestos diferentes en el campo a diestro y siniestro. No le veo centrado. Pero su potencial es extraordinario. A ver si vamos acabando ya con tanto experimento. Kondogbia, sin embargo, empieza a ser la confirmación de que, ahora mismo, es nuestro mejor centrocampista, junto con mi añorado Koke, que, probablemente, es la clave de todos los males actuales de este equipo (estamos tan hechos a él, a que nos marque el ritmo, a sus ayudas continuas en todo el campo, a su velocidad mental con la que nos maneja, a su omnipresencia en todas partes, que sin él, hoy por hoy, no somos nada, la cruda realidad así lo confirma). Creemos que De Paul tiene que ir poquito a poquito ir destapando el tarro de sus esencias, y no fallar pases tan triviales como los que erró ayer. Carrasco parece que se empieza a cansar de intentarlo, pero lo del belga es una cuestión del coco, y en eso sabemos que el Cholo es el Maestro de Maestros, se recuperará.

 

Pensamos que el dorsal número 8 ya no puede ir a peor, con lo que, probablemente, empiece a ser el comienzo de la presencia real que esperamos de él porque ojo, que lo hemos visto, que lo  hemos disfrutado, que no ha sido un sueño de una noche de verano. Y, desde luego, no cuenten conmigo para que sea el muñeco de pin-pan-pun en el que voy a cargar ahora toda mi ira culpándole de todos los males del equipo. Odio los linchamientos personales, me resulta nauseabundo el culpar a un individuo de forma  tan personalizada y cruel como andan haciendo ahora mi gente. Entiendo la frustración, el cabreo, el mal rollo, el que nos ha jodido todo el puto finde la derrota de ayer. Pero de eso a cargar con él toda mi ira de forma tan indiscriminada como caprichosa, no. No cuenten conmigo. Yo tampoco quería que viniera, pero como sigan así, van a conseguir hasta que vuelva a nombrarle en cualquier triste crónica de las que me queden por hacer. Determinados grupos de Atléticos somos de una generación que, como veamos a uno con la rojiblanca puesta despedazado sin piedad por la masa social colchonera, nos rebelamos sin piedad. Por mucho que se lo merezca. Y paso de centrarme más en este objetivo.

 

Por último, tenemos la fe ciega de que Suárez está para lo que está, y si no se generan ocasiones de gol, no podemos esperar ya gran cosa de él (que no es poca por otro lado, ojito). Ahora queremos que Correa lo juegue todo, claro. Ahora. Si tiro de hemeroteca de comentarios leídos vs. escuchados de mucha de la afición rojiblanca, hace apenas unos meses, antes debería de haber estado enterrado vivo. Pero claro, ahora … Pues ahora, señores, es nuestro mejor activo en el campo, no tengo ni la más mínima duda al respecto (junto con el mencionado Koke y Oblak), pero no puede jugarlo todo. Tenemos un calendario infernal, para colmo él es internacional argentino, se tiene que cruzar el charco cada “x” tiempo por ese calendario demencial impuesto por la FIFA, jugó Copa América, y, aunque no lo crean, andamos solo en la jornada 7 de liga, a 3 puntos del primero, y con toda la Champions y la Copa por disputar. Así que, mi cuchilla de cortarme las venas, aunque ande siempre afilada, sigue en el cajón más escondido y recóndito de mi habitación. Y la pienso dejar olvidada todo lo que mi corto entender me de por desarrollar.

 

Tenemos un montón de cosas que mejorar. Fíjense lo que es la vida, una de las que ha sido de siempre nuestras mejores armas, se ha convertido en nuestra peor pesadilla: el balón parado. El puto balón parado. Ese que hace que nos saquen un córner a los 3 minutos del partido de ayer, y La Guardia cabecee prácticamente a bocajarro cuando aún apenas me había acomodado en mi silla del Despacho. Y es que, ahora mismo, ni salimos tensos, ni concentrados, ni vivos, ni activos, ni con el cuchillo en los dientes. Y, por mucho Campeón que seamos, sin esto, que suele ser nuestro dogma de fe habitual, lo abandonamos, nos convertimos en un simple equipo más. Timorato, simplón, aburrido y que deja de ser eléctrico para ir con las pilas puestas de los chinos.

 

¿Dónde quedó aquél Atlético Aviación, tan temido en los tiempos de Godín, el propio Giménez, Gabi, Raúl García y compañía? Pues si alguien lo encuentra, razón aquí: en el Metropolitano. Porque esto ha llegado a ser tan sumamente infumable, que ya ni conseguimos rematar jugada alguna. Nos despejan todas, se anticipan a todas, llegamos tarde, estamos fondones, sin chispa, sin energía, sin movilidad y sin vitalidad. Y, este tipo de partidos que se nos pone cuesta arriba por lo que sea, se convierten en una absurda ceremonia de la mediocridad.

 

Debemos de volver a ser lo que fuimos. No podemos dar la imagen de impotencia y mediocridad ofrecida ayer, en la que solamente supimos llegar a 3 cuartas partes de nuestro ataque, y liarnos a quitarnos el balón de encima, sin saber muy bien a dónde ni cómo lo dirigimos, por qué lo hacemos y qué es realmente lo que intentamos conseguir. Ni una pared, ni una combinación en profundidad, ni una internada en banda, ni un desmarque … Así es imposible.

 

Por último, debemos de empezar a tener más imaginación para doblegar a nuestros rivales, porque ahora ellos ya no estudian a un simple Atlético de Madrid.Qué va. Ahora se empapan de ver cómo contrarrestar a  todo un Campeón. Y ayer, sin ir más lejos, el Alavés dio una hermosa lección de cómo conseguirlo a base de orden, tesón, buen hacer en el campo, perfecta ocupación de todos nuestros espacios en acciones ofensivas, y cuidado, que aún nos pudo clavar un par de chicharos sin despeinarse.

 

En los tiempos que hoy corren, en el que este tipo de equipos, como se te pongan por delante, se dedican luego todas las segundas partes a marrullear, a perder tiempo, a cada jugador darle un síncope de sinvergonzonería cada vez que cae al suelo, y a dejar pasar el partido impunemente de forma grotescamente insultante y soez, es un placer sorprendente ver ayer como los alavesistas, a pesar de no tener ni una triste victoria en su casillero, con el agua al cuello, fueron un equipo noble, peleón, sin ninguna sola mala acción, sin protestas absurdas, sin dejarse caer antideportivamente, sin hacer el mamarracho como hace la mayoría de casi cualquier otro equipo en cualquier otro partido de la Liga Española. Por eso su triunfo es tan justo, tan logrado y tan aplaudible. Y yo les doy mi enhorabuena por ello. No hay más.

 

Así que es una derrota. Solo una derrota. Ya sé que la vida es muy puñetera. Cuando más nos creemos que somos los reyes del mambo, más cara de gilipollas se nos queda. Pero es que la puta vida es así. Y se veía venir, no me nieguen que no. Tanto iba el cántaro a la fuente que se terminó rompiendo … Pero solo eso: un simple cántaro. Así que, dejemos de levitar todos en nuestros aires de grandeza, afinemos nuestras gargantas, volvamos a confiar a muerte en la gente que nos ha llevado posible a la gloria, y no nos confundamos, somos el Atlético de Madrid. Para lo grande, y para lo más grande. Nuestra fuerza reside en nuestro tesón, en nuestro convencimiento, en nuestra fe ciega e infinita. Nuestros valores están tan fuertemente edificados que se basan, precisamente, en el que somos conscientes de todo lo que nos cuesta siempre conseguir algo. Nosotros no ganamos ni con árbitros, ni con el poder del escudo, ni con la fuerza de nuestra camiseta, valga lo que valga. Nosotros vencemos cuando demostramos realmente lo que somos, hinchas del Atlético de Madrid. Por favor, comportémonos como tal, que hay mucha gente allá en el tercer anfiteatro que se les fue la vida en ello por inculcarnos estos valores. Prohibido rendirse, pena de muerte por bajada de brazos. Puede haber un pequeño espacio de tiempo para el descorazonamiento, pero nunca para la depresión. Adelante, Atleti, ¡Aplasta con todo y contra todos! Y recuerden a Don Juan Carlos …“Nada ni nadie conseguirá que deje de ser Atlético”.

 

 

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Básicamente, el de siempre, Correa, pero vamos, sin inaugurar las fiestas del barrio tampoco. Y el Deportivo Alavés. Cuando un equipo te gana estando tan sumamente jodidos como estaban, y emplean la honradez y respeto con que lo hicieron, pues chico, que en esta vida ningún equipo gana todo (ni siquiera los que roban) así que, se les aplaude, y cabeza alta, que queda mucho tour todavía.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

No personalizo, todos. Absolutamente todo el resto del Universo Rojiblanco.

 

ÁRBITRO: Mateu.

Sin complicaciones.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 1 GRADO).

 

¡En Negativo! Ya saben cómo funciona esto. El amo de este bloq se guía muchas veces por su desangelado corazón, pero este organismo es fiel redactor de la cruda realidad que hay, con lo que tiene la obligación moral de aportar sensatez y realidad ante tanto desatino expuesto por el imberbe escritor carabanchelero. Imperdonable caer en la casa del colista, sean ustedes serios, consecuentes, veraces  e independientes. Y si no lo son, tranquilos, este Termómetro siempre les aportará fiabilidad, sabiduría, saber estar y racionalidad. Debemos de empezar a espabilar, señores, y más pronto que tarde.

 

Y el martes, la Champions, en Milán. Otra competición, gran rival, mucho en juego (más para la entidad que para nosotros mismos, aunque en el fondo todos vayamos en el mismo barco). De aquí al martes, como motos, ¿me entienden? Como si no hubiese un mañana … “Cantando y animando a su equipo hasta la muerte”

22 de septiembre de 2021

Getafe 1 - Atleti 2. Luis Suárez, el mejor quitamanchas.

Qué partido ayer, mi madre. Qué cosa más agotadora de ver, más martirizante, más insufrible y, por momentos, desquiciante. Como papearte un bocata de chinchetas afiladas. El primer periodo, especialmente, no entiendo cómo puede haber tanto descontrol, tanta pasividad, tanto desorden y tan pocas ideas frente a un Getafe que asumió a la perfección el único papel que podía acometer para vencernos, máxime siendo el colista de la categoría: orden defensivo, lucha hasta la última gota de su sangre, cuchillo entre los dientes, y a esperar su ocasión (que la tuvo, claro, en una jugada de birbibiloque demencial por parte nuestra). Tenemos mucho en qué pensar.

 

Por parte del Atleti en este primer tiempo, nada de nada. Pero nada de nada, con un Lodi en plan “estelar” llevando la batuta ofensiva del Getafe. Resbalones, entregas al contrario, ganadas de espalda … Hubo momentos en que Savic tuvo que andar más tiempo pendiente de las andanzas del brasileño que de sus propias andanzas, porque ayer la defensa, en general, del Atleti, fue lenta, imprecisa, espesa y yo diría que hasta aborregada a la par que torpe.

 

Mata ya avisó a los 30 minutos con un remate cruzado que sacó con una buena mano Oblak. Después, de la nada, el pistolero tuvo una a  bocajarro delante de Soria, pero el guardameta azulón despejó el balón con el pie al más puro estilo Lorenzo Rico, y su rechace Angelito Correa lo remató por encima del larguero tras rechace de un defensa local. Miren por donde, algo hubo, ciertamente.

 

Al borde del descanso, el bueno de Jan se ve que se contagió del naufragio universal, decidió intentar atajar un balón haciendo malabarismos con él fuera de su zona de seguridad, el esférico, obviamente, acabó perdido por nuestra parte, el cual acaba en un centro local hacía nuestra área y Mitrovic cabecea sin piedad, dando el balón en el palo primero, y en el muñón del bueno de Jan que terminó ayudando a que el balón entrase cuando lo intentó sacar. A toda esta colección de despropósitos, le ponemos la cámara rápida y la musiquilla de Benny Hill, y nos queda un sketch de lo más divertido para el espectador. La madre que …

 

En la segunda parte la cosa mejoró, claro está. No es que fuésemos unos virtuosos en nuestro fútbol, pero al menos le echamos el coraje, el empeño, la decisión y la personalidad en el terreno de juego que no tuvimos en el primer periodo. A los diez minutos de este segundo periodo, el dorsal número ocho hizo lo primero medio decente desde su retorno al Atleti, en un gran remate desde fuera del área que se fue lamiendo la escuadra. Este individuo tiene un problema principal: cuando era Don Antoine Griezmann en el Atleti en su triunfal y primera etapa, todo el equipo curraba para él, la francesita se sentía importante y asumía (o solía asumir) su papel como tal. Ahora, sin embargo, las cosas han cambiado, querido. Llegas a un equipo Campeón, que ya ha demostrado todo el mundo su auténtica valía, y en estos momentos eres simplemente eso, muchacho. Un muchachejo imberbe y atolondrado más. El dorsal número ocho. Así que, a trabajar tocan, Campeón. Que ganas mucha pasta.

 

Y el Cholo empezó con los cambios: quitó a los laterales (pésimo Trippier, para cortarse las venas lo de Lodi), y entró Hermoso (imperial, a la par que decisivo) y De Paul, que aportó cordura, algo de sentido común y personalidad al equipo.

 

A los 67, pudo empatar Suárez en un remate de cabeza bombeado que repelió el larguero. La verdad es que el empate se empezaba a mascar por instantes. Para colmo local, Aleñá fue justamente expulsado tras un plantillazo por detrás criminal sobre Cunha (¿han probado a darle un mini de tilas al brasileño antes de que salga al terreno de juego, por cierto? Una cosa es que tenga ganas de comerse el mundo, que está fenomenal, otra bien diferente es que parezca un perrete cachorrín alocado cuando lo sueltas por primera vez en un parque, todo atolondrado y chocándose y quejándose contra todo y por todo, un poquito de tranquilidad, carallo).

 

A los 76, ví chungo cubata el tema, porque si no entró un balón que remató dos veces consecutivas Angelito y otra Luis Suárez, desde el área pequeña, ya me dirán cuando cojones va a entrar un gol en esa portería de una santa y bendita vez.

 

Dos minutos más tarde, al fin respiramos tranquilos, en una antológica asistencia de Hermoso sobre el desmarque del Criminal, control orientado y disparo sobre la portería de Cristóbal Soria (ah, no, que este es el bufón de Nervión, ustedes perdonen, David Soria), dos toques, tac-tac. Golazo de impresión, todo hay que decirlo.

 

La cosa parecía que terminaríamos sentenciándola, pero, hete aquí que como la noche andaba tan divertida a la par que cachonda, con diez y todo, el Getafe reaccionó de puta madre a nuestro tanto, y pudo volver a adelantarse en el marcador por medio de un tal Unal, que despejó a córner Oblak. Minuto 84. Me quiero morir.

 

Hasta que, en el 89, un balón-playa colgado por Sime, Soria duda en la salida, el central tampoco sabe muy bien cómo defender el balón, y Suárez, en el segundo palo, remata de cabeza de forma inapelable poniendo el 1-2 en el marcador de forma definitiva. Y es que, señores, Vrsaljko, o como pollas se escriba, es un jugador tan sumamente desconcertante también que, dentro del caos en el que fue prácticamente todo este partidito, terminó siendo decisiva su entrada por Herrera. Y, ¿Saben lo que les digo? Yo me alegro mucho por él. Pero mucho.

 

Igual que me alegro de la victoria, ojo. El bufanderismo descerebrado tiene siempre que imperar por encima de todo y de todos. Supongo que los del Getafe pensarán que fue una puñetera injusticia (y pueden que lleven razón) pero no voy a pedir perdón por tener a un quitamanchas como Luis Suárez, que, por eliminar, hasta consiguió que nos olvidásemos también de su lamentable partido y acabásemos adorándole como si del mismísimo Don Luis Aragonés se tratase. Tenemos el mejor quitamanchas, desde luego.

 

 

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Pues el Criminal al final cumplió y con creces, muy bien Hermoso, bien también de Paul, pero el único que estuvo dando el cayo malayo de verdad durante los 90 minutos, fue nuestro Angelito Correa, jugador que, hoy por hoy, está en la pole-position en nuestra delantera.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

El equipo en sí. O, mejor dicho, esa manera pandillera y suburbial de comportarse en el campo. ¡Virgen del amor hermoso, parecemos una manada de la cárcel de Guantánamo más que otra cosa! Una cosa es que no nos dejemos pisar en el campo, y otra es que lo protestemos todo … Absolutamente todo. Gestos por aquí, brazos levantados por allá, miradas asesinas a la par que perdonavidas … ¿Pero esto qué es? Oigan, como sigan con esta grotesca actitud, más vale que se me cambien todos de acera, que ahí encajan mucho mejor … Vamos a jugar un poquito al fútbol, señores, y dejarnos ya de tanto lloriqueo y protesta absurda, especialmente personalizado en Giménez. Por favor, en la jugada del choque de Mata con Oblak, el getafense logró su propósito, y tu picaste (tu, y unos cuantos más, cierto es) como un puto pardillo. De primeras, a un árbitro no le puedes estar hablando comiéndole la oreja durante 4 minutos de la forma en que lo hiciste. De segundas, no eres el puto capitán del equipo. De terceras, no te expulsó porque el árbitro fue un trocico de pan, vamos, porque te la ganaste a pulso. Y, la más grave de todas …¡VAMOS PALMANDO, RELECHE! ¡Y EL TIEMPO CORRE EN NUESTRA CONTRA! Reitero: más jugar al fútbol, y menos actitudes vikingoidales. Por favor …

 

ÁRBITRO: De la Cuadra Fernández.

No tuvo su mejor noche (tampoco le ayudó ni el tato a ello, claro está), pero en lo gordo, acertó. Este hombre puede estar peor o fatal, pero, al menos, yo no le veo mala intención, ni mucho menos. Debió de expulsar a Mata, eso sí, por sinvergüenza (una cosa es hacer tu partido, otra caerte fuera del campo tras un choque con Hermoso, ponerte de pie, entrar en el mismo y tirarte al suelo, eso delante de tus putas narices ni por asomo, hombre) y también debió echar a Giménez (lo siento, es lo que hay).

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+ 2 GRADOS).

 

No pienso subir ni un puñetero grado por lo de ayer, vamos. Por mucha remontadita, mucha victoria en el último minuto y muchas pollas en vinagre que se les escurran. El Termómetro se niega a permitir determinadas actitudes de nuestra muchachada sobre el terreno de juego… ¿Cómo? ¿Qué? ¿Qué me quieren decir? A que lo bajo y todo …

 

Una última reflexión. ¿Se van dando cuenta de qué dura es la vida sin Koke? Ahí lo dejo …Y el sábado, a Vitoria (otro partidito que tal baila, ya verán). Ayyy, señor, señor … “Viva Viva la Revolución, Viva Viva el Atleti Campeón” …

19 de septiembre de 2021

Atleti 0 - Athletic 0. El precio de ser el Campeón.

De primeras, y como veo que gusta tanto a la gente, hay que repetirlo las veces que hagan falta, hasta quedarnos afónicos si es menester: sí, somos los vigentes CAMPEONES. Y duele tanto. Y la llevan tan adentro. No soy mucho de escuchar ni radios ni indecentes medios manipulados  y sometidos por la escoria de enfrente. De hecho, ayer de vuelta en el coche con mi cachorrín el Capo, nos dio por escuchar la radio (la que sea, qué más da, en este caso salió la Ser) y, nada más acabar el encuentro, nos encontramos con que, el que está hablando, es … ¡Ancelotti! Tócate los pies, hermano. Después de un partido de liga así, entre el CAMPEÓN y un histórico, el protagonista es el entrenador de, iba a decir, otro equipo, pero mejor os cuento … “del otro equipo”. Bien. Nos pusimos la playlist de Motivación Atlética  de Don @Paulmarble, y a otra cosa, mariposa.

 

Llego a casa, pongo de nuevo la puta radio (masoca que es uno, ya perdonarán) y, esta vez sí, están hablando del Atleti, concretamente también en la Ser, solamente para escuchar los escupitajos auditivos de un menda que es indigno su existencia en un medio público (ni lo miento, suele realizar bufonadas varias a la par que pintorescas en el Chinrincirco), supuestamente para todo el mundo (quiero creer que los Atléticos también contamos como tal), para decir que a Joao Félix hay que sancionarle con … ¡4 partidos! (di ya 8, joder, puestos a hacer el retrasado mental públicamente, cuando más justificadamente lo hagamos, mejor que mejor) y con espantapájaros-comentaristas de árbitro denominado “Iturralde, qué hijo puta es, qué hijo puta es, qué hijo puta es” … soltando que es que “los del Atleti es que vamos de Campeones, y claro, ¿Qué nos creemos que somos?” …No, perro malnacido mío, no. Los Atléticos no vamos de nada. Es lo que somos, y te lo repito gustosamente, por si no te has enterado todavía: “CAMPEONES”.

 

Pero no acaba aquí la cosa, qué va. Esta mañana, intentando localizar cómo iba mi entrañable Madrileño (0-1 en Villaverde, fijo que Don Rubio se encargó del resto), escucho a un tipo que, supuestamente, narra siempre nuestros partidos en la Cope (un tal Rubén Martín, o memez análoga) indicar que, al fin, parecía ser que su teléfono había dejado de recibir llantos y más llantos de la afición Atlética. Afortunadamente, no te escuché (ni pienso hacerlo jamás) pero te voy a dar un consejo: tu sigue diciendo y haciendo tus paletadas con el Vila-Real (Club que encaja a la perfección tus cortas aptitudes como periolisto) y deja el Atleti, machote, que te va demasiado grande el narrar los partidos de un equipo CAMPEÓN a un palurdo integral como tu. Cada uno en su puta casa, y Dios en la de todos.

 

Tarde de vuelta tras 2 años sin pisar el Metropolitano en partido liguero significa jornada de reencuentros con tantos y tantos Hermanos de grada, comilona en el Peñón como Dios manda, cubatas y birras engullidas a toda prisa, y al estadio, a ver el partido, y oler de nuevo a césped recién cortado, ese olor tan particular que tanto nos encandila como enamora a todos los bufanderos descerebrados, entre los cuales me siento muy orgulloso de ser uno de ellos.

 

Que el Atleti anda más espeso que un puré de albóndigas es una realidad incuestionable. Sigo insistiendo: andamos jugando pretemporada mientras lo que en realidad hacemos es arrancar la misma, y ojito, con rivales tan complicados como pueden ser el citado Paleto-Real, el Porto o el mismísimo Athletic, que, al loro,  ayer bien pudo llevarse el encuentro gracias a su orden defensivo, disponibilidad táctica en el campo y buen hacer contragolpeadora. Marcelino anda en su segunda temporada allí, creo, y seguirá cosechando buenos resultados. Su disparo en el pie suele llegar siempre en su tercer año.

 

Nada más comenzar, eléctrica salida colchonera, gran internada de Llorente, y el dorsal número 8 remata lamiendo el palo. Todo lo demás del primer periodo fue más para echarse la cabezadita de rigor en el sofá, echar la persiana de vez en cuando, y saborear tranquilamente un buen copazo de Licor Café. La siesta está servida … ¡Viva la siesta!

 

En la segunda parte el Atleti sí que me gustó. Y hasta con diez jugadores, demostramos ambición de ir a por el encuentro de verdad. La cosa comenzó con una iternada de Lodi que Correa remató en plancha y el balón se marchó cerca del palo. El Athletic de manzana verde contrarrestó con una ocasión pintiparada de Willians delante de Oblak, que cruzó rematadamente mal cuando era algo más que una ocasión de gol cantada. Ahí está la clave de por qué Iñaki no termina de dar el salto entre el gran jugador que puede ser y el correcto pelotero que es. Y empiezan los cambios. Y, especialmente Carrasco, empieza mover la coctelera de verdad. Y Don Diego Pablo mete a Joao Félix. Y el chaval toma galones y se empieza a echar al equipo encima, mientras lo va moviendo con velocidad e inteligencia. Y se nos va Don Raúl García del campo, y el Metropolitano (como debe de ser) le despide en pie y coreando su nombre. Y en el 70, Luis Suárez  tiene una contra en la que se va solo desde el centro del campo para encarar a Unai (jugada muy similar a la de su tanto en Pucela el año pasado), pero el uruguayo no confía en su punta de velocidad, le cede el balón a Carrasco, y Yannick se termina perdiendo en su mundo.

 

Y a falta de un cuarto de hora, Llorente lanza un chut cruzado maravilloso desde la frontal del área, pero entre la gran parada de Unai y el poste, desbaratan nuestro estallido de júbilo y desenfreno. Y tres minutos más tarde, el mejor jugador en la historia del Athletic Club de Bilbao, el Sr. Gil Manzano, expulsa en 30 segundos a Joao Félix por recibir un agarrón continuado y verse obsequiado, como premio, por una tarjeta amarilla cuando intenta zafarse del rival en cuestión (la basura consiguió su propósito de protagonismo, mientras que el camión de la susodicha continuaba sin pasar). Y en el 81 un tal Nico Willians casi se nos lleva por delante al bueno de Jan Oblak, pero ya hay barra libre, y el jugador no ve la más que merecida expulsión. Y al final pudimos hasta palmar si el soldadito trompetero del Villalibre le hubiese dado por realizar un solo que ni Louis Amstrong. Y el árbitro (bueno, árbitro … el puto espantapájaros fulero ese) pita el final cuando Carrasco se marcha solo delante de Simón en el 96. Y así todo …

 

Y es un empate. El tercero consecutivo en casa, sobra comentar. Y la vida no se acaba aquí. Y tendremos que soportar el que ahora nos quieran convencer a todos de que andamos en una crisis galopante, de que los blancos ganan-roban más y mejor, de que el Cholo anda desperdiciando la mejor plantilla de la historia del fútbol, y que nosotros lo que tenemos que hacer es agachar la cabecita, decir al Papi blanco que “si, buana”, y dar gracias a Dios por compartir con ellos su existencia. Ya. Lo llevan ustedes de un enfocado que, por momentos, hasta asusta y todo. No me pierda nadie ni la esperanza, ni la fe, ni el convencimiento, háganme el favor. Estamos, simplemente, pagando el precio de nuestra osadía conseguida la temporada pasada. Pero ni nos conocen bien, ni falta que nos hace. Sabemos cuál es nuestro precio, y no es otro que ese: el precio del CAMPEÓN.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Pues De Paul tiene pintaza de que terminará triunfando por todo lo alto, pero hoy se lo doy al menino. ¿Qué no se puede llamar loco a un árbitro? Ea. Si fuese un árbitro, lo entendería, pero es que el pestilente ese no se puede considerar como tal. Me gustaron mucho sus minutos, su protagonismo y sus ganas de empezar a crecer de verdad, así que, nada que reprocharte, Joao. De verdad que no.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Que mi cachorrín no me llevase a la vuelta a queli al templo de las pastelerías a quitarme el amargo sabor de boca a por mi palmera favorita de chocolate blanco, sencillamente imperdonable. Dos años esperando este inolvidable momento de nuevo, y tampoco pudo ser. País … Dicho esto, no viene mal el recordaros que, con un 10% solo de Koke en el terreno de juego, nos hubiésemos terminado llevando este encuentro de calle. Con un diez por ciento solo. Grande, grande, mi Capitán.

 

 

 

 

 

 

ÁRBITRO: Gil Manzano.

La verdad es que no es árbitro, porque dicha figura como tal lo que intenta es impartir justicia, saber interpretar el reglamento (no cabe en ninguna cabeza expulsar a un jugador por recibir faltas y más faltas en el simple intervalo de 30 segundos, salvo el que tienes entre ceja y ceja, claro, que no es otro que masacrarnos sin piedad). Es un fulero más, y ya está. Lo único que le pido a Dios es que todos esos mendas que te tiraron botellas de agua al final del encuentro, afinen su puntería más. Mucho más. En otros tiempos, usted hubiese salido en furgonas policiales, escoltado por los maderos, y en medio de un escándalo sin precedentes. Así que ya puede ir dando gracias a su suerte. Dicho esto, no debería de jugar tanto con la misma. No todos los días es Navidad en Cortilandia.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+ 2 GRADOS).

 

Bajada de dos grados de nuevo. Por favor, en nuestro templo no podemos ir regalando puntos sin ton ni son. ¿A dónde diablos pensamos llegar? El Termómetro se muestra estajanovista, desea que nuestro trabajo se vea recompensado, y se ve en la obligación de exigir más, mucho más, a la muchachada en cuestión. NI un solo punto más cedido en el Metropolitano. Ni uno solo.

 

Y el martes, frente al Geta, supongo que ya no de Míchel Maricón. Este no se puede fallar, ni por lo civil, ni por lo criminal, ni por ná, carallo, claro que … ¿Quién arbitra, por cierto? … “Y yo nací, Enamorado del Atleti de Madrid”

 

13 de septiembre de 2021

Espanyol 1 - Atleti 2. Nombres vs. Hombres.

Maratoniana sesionaca la que nos marcamos ayer la Sección geriátrica on tacataca Tour. La cosa comenzó con un espléndido desayuno castizo de cafetito con porras (pedí 3 por cabeza, solo nos sirvieron dos, bien sabía que mejor eran 3 porque, como me temía, con solo eso íbamos a pasar el resto de la jornada dominical en concepto de producto sólido, que de líquido ya andamos bien satisfechos, bien, que hasta el café de esta mañana me ha sabido todavía a birra espumeante, por Dios), en la Cafetería perteneciente a Don Juan José Rubio (tenía la intención de toparme con mi ídolo de la niñez y persona que me hizo entrega de mi insignia de plata del Club, lástima que andaba descansado en la Sierra, otra vez será), por lo que departimos un poco con su hijo (clavadito a él, a pesar del puto bozal) el cual nos confesó que era mejor extremo que aún su padre, pero por la parte derecha, no por la zurda.  A continuación, y tras paseíto mañanero para bajar las susodichas porrejas en cuestión, nos dispusimos a ver el derbi de las Niñas.

 

Partido, por cierto, sin mucho color (más que el de nuestras negritas, claro, por cierto, la nuestra del pelo azul … En fin. Me voy a callar). La superioridad rojiblanca fue evidente en el primer tiempo, aplastante en el segundo. Las niñatas del Tacón, por más que echaban espuma por la boca, jamás pudieron con la evidente superioridad colchonera. Don Pablium IV el Sabium me indicaba que el esfuerzo cervatil del día del Manchester en la Champions las iba a pasar factura a base de bien. Y con la tarde de inspiración supina que tuvo el menda (terminó levitando literalmente por todo el Despacho, dando vueltas sin cesar) tengo que reconocer que, fijo que llevaba toda la razón. Fuera como fuese, a shuparla tocan, vikingas repugnantes.

 

Así que con una sonrisa de oreja a oreja, nos dispusimos a ver el siguiente encuentro, nuestro Atleti. Contemplamos embelesados la alineación: “Oblak, Llorente, Koke, Correa, Carrasco, el dorsal número ocho, Suárez” … Por momentos, un servidor y el señor Javier, babeábamos sin cesar. Pero no, Don Pablium IV el Sabium se olió el percal, y comentó que no le hacía ni puñetera gracia dicha alineación, que quién iba a defender … Frunció el ceño en demasía. Yo le contesté que para qué defender, si íbamos a ser una puta máquina de hacer goles … Ayyy, Señor, Señor …

 

Y así comenzó el partido. Con un Espanyol con las ideas clarísimas, contragolpeando, por momentos, de auténtico manual, frente a un Atlético rimbombante, excesivamente perfumado, atolondrado, desordenado, ineficaz y, por momentos, hasta torpe.

 

A los 3 minutos, pronto se empezó a ver que la cosa no pintaba bien, en una absurda cesión de Hermoso, en la que Savic le indica al pobre Oblak que era suya, cuando andaba el hombre en Eslovaquia, por lo menos, y tal despiste lo aprovechó el insecticida ese del RDT para robarnos la cartera, rematar más solo que la una y obligando al bueno de Jan a realizar una parada escalofriante. Chungo cubata el tema.

 

El único jugador rojiblanco que realmente estaba sobre el terreno de juego en este primer tiempo fue Llorente, que se multiplicó ante las contras pericas, y Oblak. Los demás, un auténtico desastre.  Tuvimos una media ocasión extraña en la que ni un tal Pedrosa (¿Pero este no era un puto motorista?) no acertó a despejar bien el balón, Luis Suárez lo intentó controlar en un par de ocasiones, pero, pobre de él, el esférico más bien se le convirtió en un puñetero globo travieso a la par que revoltoso y juguetón, Diego López que tampoco se enteraba ni del nodo, y finalmente el dorsal número 8 rojiblanco remataba de forma inocente fuera el balón, o el globo, o lo qué diablos fuese eso. ¡Qué prodigio de acción, por Dios, llena de virtuosismo y plasticidad! (minuto 16).

 

Apenas dos minutos más tarde, el insecticida ataca de nuevo, se va de Oblak y remata a puerta. Menos mal que Felipe logró despejar el balón sobre la línea de meta, que si no …

 

Poco después, un buen balón de Correa sobre Luis Suárez dentro del área, fue rematado por el uruguayo de nuevo como si del dichoso globito se tratase, y tras la pausa de hidratación, llegó el gol … perico, que ni eso nos funcionó ayer en el primer tiempo .Ya avisó el ex jugador del Carabanchel Embarba con un brutal remate que despejó como pudo Oblak desde fuera del área, y tras el saque de esquina correspondiente, el citado Embarba se la pone de nuevo al dichoso insecticida de rigor, y RDT remata a placer espléndidamente para batir a nuestro portero cruzándole el balón de cabeza. 1-0 más que justo. El filial cumplió a la perfección su cometido de todos los años. El Atleti se fue hacia el banco completamente despeinado, con las joyas cayéndoselas por todos lados y en perfecto estado de destartalamiento total.

 

Algo había que cambiar, y Don Pablium IV el Sabium tiró de nuevo de la tabla de su infinita sapiencia, y sentenció: “tiene que sacar a Lodi por Hermoso (y eso que el brasileño no es precisamente santo de su devoción) y a Kondogbia por quién sea. Hay que recuperar el centro de campo de la forma que fuere, y dejarse de gilipolleces glamurosas”. Y efectivamente, acertó: hombres por nombres.

 

 

 

Y, añadiendo a la pareja al estupendo Lemar, la cosa cambió. Vaya que si lo hizo. Apareció un Atleti mandón, agresivo, con el cuchillo entre los dientes, voraz, directo y machaconamente presionante. Añadan a estos tres a Carrasco, y la furia rojiblanca se desató por completo en Cornellá. Y las ocasiones empezaron a llegar una tras otra. El colosal Kondogbia, Lemar I de Francia … Y a los diez minutos, se empató tras internada de Llorente con asistencia, a la que Suárez no llegó (como toda la tarde, siempre tarde, lento o despistado para todo, y encima dándose paseítos absurdos en su sustitución, cuando el equipo va palmando … Humm …) pero el que sí que lo hizo fue Lemar, anotando de violento remate a la escuadra de Diego López. Y, en esta ocasión, el que tuvo que tirar de sabiduría fui yo, porque nadie me quería creer que el Sr. Munuera iba a anular el tanto. Y sí. Nadie lo hizo, pero todo Cristo me terminó dando la razón (y ojito que no estoy diciendo que esté correctamente anulado, nada más lejos de la realidad, pero conozco bien al interfecto en cuestión, más adelante les cuento más detalles).

 

Pero el Atleti no era el Atleti de relumbrón del primer periodo, sino era nuestro auténtico Atleti Campeón. Hasta que allá ya por el 78, Carrasco peleó un balón imposible, se lo llevó de forma cabezona con  tres rivales encima atosigándole sin piedad, y finalmente logró cruzar con violencia batiendo a Diego López. Un gol de coraje. Un tanto de corazón. Pero, sobre todo, y por encima de todo, un tanto de bemoles, de rabia, de tesón. Quién le ha visto y quién le ve al bueno de Yannick.

 

El Espanyol que no podía ni con su alma tras la terrible exigencia física que le andaba proponiendo el Atléti, la pausa de hidratación, los 500 cambios producidos por ambos bandos, la lesión de Felipe, las pérdidas de tiempo locales, todo ello dio a lugar a 10 minutos de descuento. No debía de tener Munuera su conciencia muy tranquila, de todas formas. Carrasco la tuvo de nuevo en el 93, pero cruzó en exceso.

 

Y en el 99, Lemar tiró de clase, de pundonor, de saber hacer, de velocidad, y, en individual acción, se logró internar en el área y rematar batiendo a las de por sí blanditas manos de Diego López. Y también tiró, como Carrasco, de Coraje, de Corazón, de pelotas, y de viva la madre que le parió. Don Diego, usted y yo, cogiditos de la mano, espero que hayamos aprendido la lección que tan clara tenía Don Pablium IV el Sabium. Los “nombres” ya irán entrando poco a poco, pero, ante todo y por encima todo, equipo, colectivo … En definitiva, Hombres.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Llorente mantuvo la dignidad del equipo en el primer tiempo junto con Oblak, Carrasco despertó tras la revolución del descanso, Lodi fue un puñal que no paró de internarse sin parar por su banda izquierda, Kondogbia fue el gigante que nos tiene acostumbrados durante esta temporada, pero el premio mayor se lo lleva el entusiasmante Lemar. Jamás le vi tan encendido, enchufado a la par que voraz. ¡Daba miedo su mirada y todo! Grande, muy grande, don Thomas Lemar.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Don Diego Pablo, por haber leído tan extrañamente en él mal este partido. Los kilates de los diamantes probablemente le deslumbraron en exceso. Menos mal que reaccionó a tiempo.

 

ÁRBITRO:

El gran Munuera. Aparte de alguna que otra tarjeta estúpida marca de la casa, estaba claro que, en cuanto el malnacido del VAR le mandó a ver el mismo a la pequeña tontalla, éste se iba a agarrar al primer clavo ardiendo que tuviese para anularnos finalmente dicho tanto del empate. Ya les dije que con este hombre toda la temporada va a ser así. No le den más vueltas ni se desesperen en exceso. Un aliciente más para nosotros. Ya sabe todo el mundo que nos va la marcha cantidad.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 4 GRADOS).

Ganar al repelente filial siempre es algo sumamente gratificante, a la par que complicado, así que el Termómetro tiene a bien en valorar dicho triunfo en su justa medida y da un soberano golpe sobre la mesa subiendo 3 gradotes más. La magnanimidad, generosidad, sapiencia y saber estar de dicho Ente, vuelve de nuevo a guiar a  nuestros corazones a la más profunda de nuestra felicidad posible. ¡Alabado sea el Termómetro, Alabado, óyelo!

 

Y el miércoles, la Champions, con un hueso bastante duro de roer, el Porto. El grupo es precioso, y lo que tenemos que hacer es, principalmente, disfrutarlo lo más que podamos, que para eso nos lo hemos ganado, como buenos Campeones que somos …. “Antic, Leivinha, Adelardo, Toni, Simeone, Griffa, Pereira” …

 

 

4 de septiembre de 2021

Arias4ever. Mi Hermano.

Todo empezó en el siglo pasado (la hostia, nunca pensé que llegaría a escribir algo así), en un grupo denominado es.rec.deportes.futbol (donde he conocido a la gente, de todos los equipos y de todas las índoles habidas y por haber, más pintorescas a la par que más felices me han hecho en este mundo). Yo era un imberbe, tan descerebrado como apasionado hincha del Atleti y de mi FAmilia. Hace ya demasiado tiempo. Ya por aquel entonces emborronaba ordenadores con las gilipolleces que escribía, pero de una forma mucho menos pausada, cerebral (si es que me queda algo de cerebro, que anda el tema por ver) y, eso sí, con plena libertad. Me sudaba la verga a quién ofendía o no. Era un Tomi salvaje, noble, que contaba todo de su vida y de su Atleti, y que no permitía que nadie se le subiese a la barba poniendo algo en duda de lo que escribía. Afortunadamente, me enseñaste a cambiar de parecer

 

Apareció él, el puñetero @Arias4Ever. Y todo cambió. Nos tenía un gato impresionante (a los Atléticos, me refiero) porque, en el fondo, era el espejo en el que él comparaba a su Valencia. Y nos daba una caña impresionante, claro. Encima, era un menda altamente complicado de rebatir, porque, lo normal (y más en los tiempos que hoy corren) era contestar a un argumento que no te molaba en exceso con un insulto, un menosprecio o cualquier barbaridad que se te ocurriese (sí, ese era yo).

 

Y, a todo esto, un día me infló demasiado las pelotas, y, después de vomitar exabruptos sin ton ni son, con todo lo que se ocurrió expresar en mi neurona de reserva y tal, me contestó con lo siguiente: “Tomi … Dime lo que quieras, insúltame lo que te plazca, pero, por favor, jamás dejes de escribir tus crónicas, me lo paso de la hostia con ellas”.

 

Así era él. Te dejaba literalmente planchado, almidonado y colgado impolutamente en el mejor de tus armarios, sin emplear jamás el recurso fácil y de los mediocres, que no es otro que ese: el improperio gratuito.

 

 

Y me caló. Y ando intentando seguir su lección. Y le conocí personalmente. Y no sabéis hasta qué punto. Quemamos juntos Logroño. Y Zaragoza en infinidad de veces. Ni que decir tiene que Valencia (Oasis, Barraca, y vaya usted a saber en qué lúgubres garitos más, éramos así, cuánto más mugriento y siniestro era el antro, más nos molaba entrar a la puta aventura). Y Castellón (ese Kal-Kat de moda). Madrid, claro está. Y Talavera. Y hasta esa puta aldea infumable como Villarreal (o, mejor dicho, el palco de dicho campo, ciegos de Cardhu hasta las cejas, que la aldea esa poco o nada tiene que ver). ¡Y Alicante también, que ya se me olvidaba! Y Toledo (virgen del amor hermoso, las que montamos allí también). Y, por supuesto, Ibiza, lo que más nos encantó de todo. Y toda la ropa de Todagrés que aún tengo.

 

Yo no sé si os pasa a vosotros lo mismo, pero a mi cuando se me va alguien al que adoro tanto, lo primero que se me viene la cabeza es que lo le dije que íbamos a hacer y al final no hicimos. La sensación de impotencia, culpabilidad y descorazonamiento es infinita. Y mira que di mi vida por él. Pero siempre estas historias te pasan lista, y algo me falta. Algo no hice bien. Me quedan tantas cosas que quería haber hecho y que, por vagueza, pereza, gilipollez, pelas o vaya usted a saber por qué, al final las terminas procastinando y no las terminas realizando. Hacedme caso: hay que realizarlas. Cuando luego nos falta nuestra gente que realmente queremos, son una losa infranqueable, y te atormentan tanto como lo andan haciendo conmigo ahora. Da igual lo que hayas hecho anteriormente. Te atormenta hasta ni dejarte dormir (como llevo ya casi 48 horas) de una forma desquiciante.

 

Si. He leído antes a @Drakul que Arias (Jose) era, ante todo, inteligente. Pero muchísimo, diría yo. Infinitamente más que yo. Y culto. Y mordaz. Y ácido. Y con un sentido del humor sátiro, original, mordaz. Pero, en el fondo de todo eso, solo había una cosa: un corazón inmenso.

 

Cuando yo le conocí, mi situación económica era paupérrima. Jamás me dejó pagar nada. Siempre me invitó a todo (y cuando digo todo, es todo). Aún más: en Navidades, nos mandaba siempre una cesta a mi casa, llena de cosas de comer (no me avergüenzo de ello, más bien me enorgullezco de un menda como él, aunque, afortunadamente, tengo unos cuantos más que me han ayudado siempre cuando he estado al filo del abismo, que son las más de las veces que yo hubiese querido). Pero tal como se ha ido, tal te las enviaba. Anonimato  total. Sin decir ni mú: nos os creáis que me llamaba para decirme …”Tomi, que te voy a enviar esto”. Ni de puta coña. No quería medallas, más bien, le avergonzaban. El resultado era que el Tomi subía a casa, y mi adoraba vieja me contaba “mira lo que nos han enviado, tu hermano”). Y yo no tenía palabras.

 

Y así se ha ido él. Nos mandó un mensaje a todos los que teníamos su móvil. Nunca (o muy rara vez) se cambiaba su avatar. Hasta que, hace unos días, se puso un siniestro a la par que bello escudo del Valencia en blanco, sobre un fondo negro. Fue su mensaje. Pero no lo supimos entender. Torpe de mí.

 

Por eso es, ha sido siempre y será mi Hermano. Mi ángel de la guardia. Al final, ambos aprendimos de ambos. Yo de él, intentar recuperar algo de mi inteligencia perdida, respetar a la peña, sea de dónde sea, ser más independiente, y, por qué no decirlo, querer un poquito a su maldito Valencia (y eso que él jamás demostró cariño alguno por mi Atleti, ojo, que por mí sí, y como yo soy parte del Atleti, pues igual hasta nos quería un poco y todo). Él de mi aprendió lo peor, pero, por desgracia, seguramente, necesario también en esta vida: ver el lado obscuro de la vida, el pendenciero, el siniestro, el suburbial, el lúgubre.

 

Amante de los animales (especialmente de los gatos, que son muy, en el fondo, como, él, mola tenerlos cerca, pero hay que dejarles su espacio, si no se queman y se piran, así de claro), sentimental como pocos (ahí donde le veis, era de los míos, los dos nos hemos puesto a llorar como gilipollas perdido escuchando tal o cual canción que nos recordaba no sé qué ciego). En definitiva, mi Hermano.

 

Yo he perdido parte, probablemente, del espacio de tiempo en la que mejor me lo he pasado de mi vida. Pero hay más gente que andamos así, hay mucha más peña que te vamos a recordar siempre con un cariño enorme. Había que conocerte, sin más. Unos pocos privilegiados lo conseguimos, de hecho. Y doy muchas gracias a Dios por ello.

 

No me gustaría despedirme sin que sepas que eres un capullo. Que no cogías el puto móvil ni al tato. De que no era jodido quererte, sino demostrarte a veces que lo hacíamos. Y que dejas un mundo peor. Mucho peor.

 

Ahora que tu Valencia va como un tiro, dejas al valencianismo tirado. Y me acuerdo de tus historias que me contabas cuando ibas de tu papá de la mano. Valencianistas, poca gente, vaya o no vaya al campo, siente y entiende a vuestro equipo como él. Seguid sus directrices: ser inteligentes, ácidos, locuaces y, sobre todo, no perdáis ese punto por ahí perdido que tenía de optimismo. Porque era suyo, muy suyo. En las malas, y en las peores. En serio que lo tenía. Respetar la historia de los que, honradamente, la hemos conseguido (que vosotros también tenéis la vuestra), y, eso sí, rivalidad a tope, que, en el fondo, esto va de todo eso.

 

A mi, personalmente, se ha pirado a tomar por el puto culo un trozo muy tocho de mi corazón. Siempre estuvo en mis momentos difíciles, siempre. En el hospital, con lo de mi madre, en mis depresiones más bajas … Lástima de que yo no supe adivinar los suyos (o los últimos, más bien). Y eso me remuerde ahora la conciencia cantidad. Lo estoy pasando fatal. Te quiero, Hermano. Siempre, siempre, en mi corazón.

 

 

 

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