31 de diciembre de 2020

El Puto Amo 1 - Getafe 0. Deseos Rojiblancos para el 2021.


 

¡¡Atención, señores, mensaje institucional del Termómetro Rojiblanco para todos mis Hermanos Rojibancos!! ¡¡En pie, por favor!!

 “Es la primera vez que el autor de este cochambroso Bloq, al cual solamente da brillo mi excelsa presencia, me permite dirigiros a todos Ustedes, ¡Oh, Esclavos de mi devoción! Así que espero que utilicen como dogma de fe para el 2021 lo siguiente:

 Les deseo a todos que afronten el año con la tranquilidad y frialdad con la que nos obsequia siempre nuestro Jan Oblak. Aprendamos de su saber estar, de su impasibilidad ante las dificultades, y seamos capaces de crear siempre el clima de paz y sosiego ante los nuestros, tal y como el “esloveno, eslovaco, eslopollas en vinagre” logra siempre transmitirnos. Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 Será un año de volver a empezar para muchos, pero espero les guíe la humildad y el entusiasmo, y consigan su propósito, a imagen y semejanza de como Vraljko (con lo fácil que es decir “Sime”, caramba) terminará consiguiendo el suyo, al menos mientras nuestro adorable Kruppier  (copyright, @AitorAligator) sigue ocupado en otros planes. Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 Los que hayamos terminado el año algo dubitativos entre tanta mascarilla, tanta vacuna y tanto mandrilismo intrínseco, esperemos que el Faro De Oporto que guía nuestro Felipe, nos sirva de inspiración final también para que jamás perdamos ni nuestro rumbo, ni nuestros principios (buenos o malos, pero nuestros). Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 Que nos conquiste el espíritu de superación del gran Savic (otrora, Señor de la Uña, hoy omnipresente defensor de la causa rojiblanca final). No hay maldita alarma de los plastas sin fronteras de “Securitas Direct” que les supere. Ellos nos venden miedo, mientras el montenegrino, protección, seguridad y fidelidad constante. Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 Que nos olvidemos de extraños prejuicios que no nos llevan a nada, y tengamos la capacidad de trabajo y concentración en nuestro laburo que ha tenido Hermoso para hacerse con el puesto de titular indiscutible a la par que incontestable. No nos dejemos amedrantar por la peña que nos discuta: un Atlético jamás se rinde. Y lo saben. Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 A pesar de alimentarse de las pobres plantas de su vecina, de ser capaz de crear extrañas formas alimentarias (que no alimenticias) como hamburguesas de alfalfa, acelgas o jodías verdes y similares (¿Y a quién me recuerda este tipo, por Dios?), que tengamos la capacidad camaleónica de Marcos Llorente, y nos dé la virtud del saber estar en cualquier situación con que la vida nos tenga a bien probarnos. No nos importe el reto, confiemos, porque podemos. Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 Que nos dejemos llevar siempre por las directrices que nos indique nuestro Sagrado Corazón. Nadie lo tiene ni más grande que él (el corazón, capullos), ni más sabio, ni mucho menos tan auténtico como Koke. Que sus latidos siempre sean nuestra respiración asistida en aquellos momentos en donde más nos falte el oxígeno. Él es puro Atleti, y eso no es que sea bueno, es que es lo más grande. Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 Que no nos precipitemos en señalar a nuestro particular Judas mientras nuestro Pastor Cholo siga confiando  en él. Si Don Diego Pablo dice que Lemar va a ser titular incontestable del Atleti, no será este Termómetro el que ose entremeterse en su creencia divina. Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 Que nuestro CRACK DEL PARTIDO siga siendo el gran Carrasco. Que llevemos el año con su velocidad, con su atrevimiento, con su precisión, con su entusiasmo y alegría ante los retos que se nos antepongan. Es una delicia disfrutar de él, hoy por hoy. Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 Que comprendamos que tendremos nuestros altibajos, que sepamos que cuando mejores nos creamos, puede que nos quede aún camino por recorrer, a la par de que cuando pensemos que, sencillamente, esto no es lo nuestro, tengamos la fe infinita en que somos diferentes, especiales, genuinos y excelsos. Todo el mundo tranquilo con Joao Félix. Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 Que respetemos petemos a los quejicas, a los gruñones, a los huraños, a los que andan por la vida enfadados, refunfuñando de aquí para allá, en ocasiones, con todos y por todo. Con los que lo protestan todo siempre. Con los que parece que siempre se han levantado después de una opípara siestaca de más de 2 horas, con la expresión infinita de “buen humor” que siempre eso conlleva. Su inconformismo, su ambición desmedida, su interés y su entrega, se pueden convertir en nuestro mejor valor final. Luisito Suárez, tu a lo tuyo, chicharro va, golazo viene. El cómo lo consigas y lo que te cueste, poco o nada nos importa. Que estés aquí con nosotros, hoy por hoy, es lo importante. Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 Que sepamos apoyar a un Hermano fiel en la dificultad, jamás dudemos de él, seamos capaces de devolverle y valorarle todo lo que él nos dio (y nos seguirá dando) y mantengamos nuestra fe en él, que logremos aguantarle sus malos momentos, por mucho que a lo mejor se prolongue y nos llegue a desesperar. A nosotros nos gustaría que también que lo hiciesen por nosotros. Saúl UNO DI NOI, por y para siempre. Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 Que tengamos la capacidad de resultar por momentos brillantes, geniales, imprevisibles. Que logremos su capacidad de hacernos divertirnos, que Dios nos de el don de la improvisación infinita cuando nos veamos rodeados de nuestros feroces enemigos. Aprendamos todos de Angelito Correa, pues. Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

Que Joselito (copyright, Don Carlos Rey de la Furia Española) Giménez se olvide de su disfraz del criajo cantautor, y vuelva a ser nuestro Comandante en Jefe sideral. Nuestro “Han Solo” del Metropolitano. Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 Líbranos para siempre de niñatos millonarios caprichosos y consentidos. Auténticas DECEPCIONES. Por muy buenos que sean (o hayan sido). Aunque en sus excelsos momentos nos hayan transmitido sobre la grada más vibraciones que una manada de búfalos descontrolados a toda pastilla, nos hayan puesto a cien mil, nos haya metido en mil y unos partidos, no olvidemos sus desdenes posteriores, sus acciones bochornosas, sus caprichosas deserciones de nuestro ejército saludando a su futura afición mientras portaba nuestra sagrada Rojiblanca, desertando sin importarle nada ni nadie. Que se apodere de nosotros su descomunal ignorancia, que no tengamos la desfachatez de mamar de la teta de nuestros padres impunemente cuando estamos en otra de nuestras enésimos bajos momentos, para cuando ya nos creamos y nos levantemos cual fanfarrón rey del Mambo, dejar tirado a todo y a todos (y otra vez más encima, nunca aprendemos). Y, por supuesto, que jamás, JAMÁS, seamos tan sumamente desagradecidos como ha sido el cretino maloliente este del D.C. (ni pienso mentarlo siquiera) frente a su mayor defensor posible, el que le aguantó en las buenas y en las menos buenas. El que le defendió a Capa y a Espada, blandiéndose en duelo con quien resultase menester. Sé que muchos de ustedes le adoraban, y me duele también un montón por vosotros, créanme. En mi caso, ni olvido, ni perdón. A otros por mucho menos les hemos y seguimos crucificando hasta el final. Que en nuestra vida no volvamos a toparnos con un zampabollos semejante. Puede que sea usted historia, pero jamás Leyenda. Ni de puta coña, vamos. Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 Vamos acabando. Que tengamos todos la paciencia, exquisitez y precisión suiza del barbero del Señor Corbalás en este 2021. ¡Qué lucidez, la perfección más excelsa, jamás contemplé exhibición igual! Alabado sea el Termómetro, Alabado óyenos.

 Penúltimo apunte. Venga, todos conmigo, que sé que se la saben a la perfección. Una … Dos y … Tres: ¡¡PARTIDO DE OBLIGADO CUMPLIMIENTO!! ¡¡NO SE TOCA!! + 10 GRADOS, pues.

 Una vez dictada mi sentencia, dejo el párrafo final para el consentido del dueño de este, mi puto bloq (aunque él se piense lo contrario). Sigan creyendo en mí. Jamás les defraudaré”.

 Pues sí, habló el Termómetro, y como siempre, dictó sentencia. Pero este último párrafo es mío, no se lo dejo ni al Tato. Muchísimas gracias a todos y todas mis Hermanas Rojiblancas por confiar siempre en mí, por estar a muerte como lo hacen, por sufrirme en mis paranoias, y apoyarme las más de las veces en seguir escribiendo, en este vuestro mini Calderón. Me hacéis el individuo más afortunado del mundo, y lo sabéis. Os lo debo todo, y, por supuesto, os quiero (frase por primera vez dicha sin estar en mi divergente estado de embriaguez habitual) . Feliz 2021. Gracias, Atleti querido, gracias por las emociones…

23 de diciembre de 2020

Real Sociedad 0 - El Puto Amo 2. La perfección existe.



Háganme caso. Uno es más (como la gran mayoría de mis “seguidores” -por decir algo en mi favor, vamos, jamás en contra vuestra, solo faltaba-) de Cultura de Grada. Todos sabéis a lo que me refiero: (previas, viajes, Camaradería, ilusión, contundencia, cuando lo requiere el tema) pero eso ahora mismo, por desgracia, no lo tenemos, así que nos tenemos que agarrar a lo que hay: Atleti y fútbol. Y ayer, rozaron ambos la perfección.

 

¿El balompié (palabra tan en desuso como necesaria recordar de vez en cuando)? La primera parte fue un homenaje al susodicho. Un Atleti embalado, vertical, constante, ambicioso, frente a una Real contestona, por momentos también agresiva, con sus conceptos bien claritos, y, aún faltándoles a ellos a su mejor jugador (Oyarzabal) y al más diferente nuestro (Joao y sus amidgalitis) la conclusión que saqué es que fue una delicia de partido, la verdad. Incertidumbre, pocas ocasiones claras de gol (que no situaciones de las mismas), jugadores tan dulces para la vista como Silva (el que tuvo, retuvo), Barrenetxea (empezó siendo un diablo, terminó en aprendiz de cachorrín), una Real más imprevisible, que intentó ser fiel a sus principios (a pesar de la mala racha que les hemos obligado a prolongar) frente a otro equipo más hecho, más constante, más rocoso, más automático en su juego constante de martillo pilón (todo lo controlo, no hay zona del campo que no domine, ya llegará mi momento, ya, no es la perfección del fútbol … pero casi).

 

En la segunda parte, el recital colchonero empezó pronto. Una falta lanzada por el entusiasmante Carrrasco (el Señor Rubio tiene algo que ver en la transformación de este jugador, sigue siendo tan vertical y formidable en ataque, pero con una vena solidaria defensiva digna de todo elogio, algo ha hecho el Sr. Rubio … Lo sé … Lo sabe… Seguiremos investigando ... ¿Posible romance con su madre, quizás? Más vale que Doña Tania …) hace que el jugador que parecía un rémora el año pasado (Hermoso, para los no iniciados) consiga su segundo tanto de la temporada al rematar espléndidamente de cabeza esa falta envenenada lanzada por el belga. Hermoso. Guapo. Resultón (vale, que ya me bajo de la puta cabalgata, joder cómo sois). Tuve la ocasión de escuchar su entrevista al final del partido, y me fijé en un detalle que me pareció la rehostia: su mirada. Yo creo que seguía en el césped el menda. Mirada viva, concentrada, como queriéndose dar la vuelta por si alguno de la Real pululaba todavía por ahí, intentaba un centro, una internada. No se le fue el chip al menda, no. Todo un descubrimiento. Todo una labor de buen hacer, por supuesto, por parte del chaval, pero, principalmente, por el mayor causante de todo esto: la perfección. Más adelante sabrán de lo que les hablo.

 

Seguimos para bingo. Contragolpe fulgurante de Carrasco, (que se desata  tanto en volver a su portería como en misiones atacantes, corre tanto, que no llega ni Dios, pobriño), Felipe, por su parte, que se encarga de volver a ser, poco a poco, el Felipe rocoso, inteligente e infranqueable del año pasado, otra contra posterior de Carrasco que parece que acaba en nada, el mago Koke se inventa una asistencia magistral sobre Luis Suárez, cuando Yannick le cedió el balón al no tener ni puta idea ya de qué hacer con él, el Uruguayo, viejo, cansado, huraño, sí, todo lo que quieran, pero efectivo a la par que eficaz, aguanta el balón con media Erreala subida a su chepa, cede atrás, aparece un tal Gorosabel, y deja un balón muerto para que el cervatillo Llorente siga entusiasmándose a la par que entusiasmando al personal, metiendo el 0-2 definitivo.

 

Paradón final de Oblak en una falta lejana de un menda de la Erreala, y exhibición total del Atleti en plan Líder, en plan equipo total, defendiendo con los ojos cerrados, controlando, imponiendo su ley de Líder, de Puto Amo. Yo no sé cómo concebirán ustedes el fútbol, pero para mi, rozaron la perfección. Poderosos, imperiales, contundentes y con personalidad propia. Con ustedes, el Club Atlético de Madrid. La perfección existe. No sé si la consiguió finalmente, pero …

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

… Don Diego Pablo Simeone. Sí. Existe. Él es la perfección infinita. Gracias por tus nueve años. Gracias por tu capacidad de reinventarte. Por tu paciencia. Por tu sapiencia. Por hacernos tan felices cómo nos haces. 300 victorias ya, su puta madre. Cómo nos representa. Para este Club, no puede haber nadie igual (seguramente, Don Luis Aragonés mediante, no lo habrá). Y como este Club, resulta que juega al fútbol y todo (vamos, que dicen los “entendidos”, antes debería de jugar al mus, o vaya usted a saber el qué), el caso es que, en definitiva, ahora mismo es la perfección de este deporte al que en condiciones normales no le hacemos ni puto caso, pero que ahora (salvo por el embrujo de las rojiblancas canallas) … nos hace ver la conclusión de que … ¡¡OOLEEEE, OLEEEE, OLEEEE, OLEEEE …CHOLOOOOO… CHOLOOOOO!!

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Trippier. Me cago en la puta, con lo bien que estaba jugando. Ahora entiendo todo. Ya sé por qué el Cholo le ha puesto hasta reventar. Sabía lo que le venía encima. Ahora tiene 10 semanas para “descansar”. Y no. No me valen las gilipolleces de que todo el mundo nos persigue y demás. Por favor. A la Federación inglesa le importará entre un bledo y dos quién diablos va de líder en la Liga española. Algo habrá hecho. Supongo que será, en el fondo, un pobre mileurista como el que les escribe, y se las verá putas para llegar a fin de mes. En fin. Eres ya de los nuestros. Yo pienso esperarte, pero ni una más, Hermano. Ni una sola …

 

ÁRBITRO:

De la Cuadra no sé qué. Pues miren, al menos le vi intentando hacer las cosas bien, e intentar ser honrado. Se puso algo nervioso en determinados lances del encuentro, pero me gustó su forma de dialogar con los jugadores, intentarles explicarles su verdad y demás. Técnicamente falló, fijo. Pero no le vi con mala sangre hacia nadie. Y ya es un logro, en los tiempos que vivimos …

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+ 10 GRADOS).

 

El Termómetro anda ya en la Puerta del Sol. Sabe que ha sido un año tan duro para nosotros, tan complicado, tan, por momentos, inverosímilmente cruel, que él nos quiere recompensar por nuestra fidelidad, devoción y cariño por unos colores que tanto nos dan la vida. Él no es menos que nosotros, créanme. Sabe que es tiempo de disfrutar, y no nos pone ningún impedimento, así que … ¡TRES GRADOS MÁS, SEÑORES! ¡TRES!

 

Y la semana que viene, último partido del año frente al Geta. Yo siempre tengo miedo a todo (mi madre me lo enseñó). A la postre, luego se disfrutan mejor las victorias con esta mentalidad. Así que, y aunque no me gustan para nada los mensajes babosiles que se suelen (solemos) mandar en estas fechas, quiero que todos ustedes (todos, sin excepción, Atléticos, y no tanto, pero que se castigan sus ojos igual con mis historias, Amunt Valencia, carallo) disfruten mogollón, sean todo lo felices que puedan debido a las circunstancias que nos han rodeado, sé que muchos pasarán lista y empezarán a ver casillas de su quiniela familiar a las que no pueden poner las equis de rigor, pero muchos llevamos así ya años atrás … Y hay que seguir, Hermanos. Hay que hacerlo. Y conste, me lo han enseñado ustedes, que yo suelo ser poco ejemplo para nada. Así que … ¡¡FELICES FIES … DIGOOOO … FELIZ NAVIDAD!! (Don Maxi dedicated) “Cantemos todos Forza Atleti Campeón”

 

 

20 de diciembre de 2020

El Puto Amo 3 - Elche 1. Suma y sigue.



Copa.

La cosa empezó con el partido de Copa frente al Cardassar. Independientemente de la alegría de pasar de eliminatoria en mi torneo favorito (después de la Liga), personalmente me encanta con la seriedad y el respeto al rival con el que siempre suele afrontar el Cholo este tipo de encuentros. Que los isleños muestren orgullosos las imágenes del vestuario colchonero sencillamente impoluto después de nuestro paso por su campo, me llena de orgullo y de satisfacción (ahora que andamos en épocas navideñas). Que el equipo juegue serio, sin ningún momento para la filigrana absurda y con la misma concentración e importancia con la que afrontaría cualquier partido de Champions, me llena hincha de sentimiento Rojiblanco. Siempre lo digo: en esta vida hay muchas cosas negociables, pero el respeto hacia el rival, jamás. Y de cuánta menor categoría (que no importancia) se trate, mejor que mejor. Bravo, Atleti, bravo.

  Las Niñas.

Jopeeee, lo que ha escocido a la vikingada el palmar dicho encuentro en cuestión. Pero si ustedes están por encima de lo humano y lo divino, hombre. ¿Qué hacen perdiendo su valioso tiempo por tan mundanal mundo, seres divinos y celestiales? Solo vi la primera parte (por desgracia) pero el 0-1 me parece escaso y demasiado generoso ante tal exhibición de superioridad física y mental por parte de mis chichas favoritas. Amanda and company, frente a esta gente, siempre, siempre, hay que hacer sangre. Ocho mejor que siete. Esta peña solo entiende de su propia medicina, y como tal hay que aplicársela. ¿No querían derbi femenino? Ya lo tienen. Una lástima, eso sí, que a los tipejos del Marca se les olvidase el entusiasmo inicial con el que acogieron dicho acontecimiento tras conocer el resultado final. Hay cosas que nunca cambian, y nunca lo harán. Sé que es un año muy difícil para vosotras, Hermanas de sentimiento Rojiblanco, pero se les agradece entusiasmo, dedicación, superación y esfuerzo. ¡Muchas gracias, tías grandes!

 El partido.

Un trámite, jugado a medio gas, frente a un digno rival, que achuchó muy poquito, y que se veía que todo era una simple cuestión de tiempo, de abrir la lata. Tras una buena acción a balón parado rematada por Llorente, transcurrió el partido por esa extraña hora en la que uno no sabe si comer antes, o después (siempre mejor antes, que luego los disgustos nos pueden llegar a poner a un régimen no deseado) y un pase de escuadra y cartabón de Trippier, lo transformó con un leve pero preciso toque Luisito Suárez para poner el tranquilizador 1-0 en el marcador, casi al borde del descanso.

 

A continuación, otra maravillosa asistencia de mi idolatrado Carrasco hacia el propio Luisito Suárez, hizo que este demostrase quién es el puto rey en lo que al área se refiere, poniendo el 2-0 en el marcador. La cosa parecía vista para sentencia, pero, y mientras uno andaba haciendo el lerdo mandando mensajitos de aquí para allá con ese puto cáncer llamado móvil (me está bien empleado, por gil, y perder el respeto a mi rival) resulta que los ilicitanos pusieron el 2-1 de un tal Lucas Boyé tras cabezazo a la salida de un córner. Bien es cierto que los visitantes apenas habían llegado a nuestro área. Tan verídico como que el próximo partido, el móvil, no menos a una distancia de 20 metros sobre mi ubicación final. Y es que, señores y señoras, hay que estar a lo que hay que estar.

 Afortunadamente, apareció Don Diego Costa y puso el 3-1 de la tranquilidad tras psicodélico penal a favor (en mi humilde opinión, claro está) que no por extraño dejó de ser justo en el tanteador final. Me alegro un montón por él, y, sobre todo, por la gran cantidad de Camaradas de grada que le siguen teniendo una fe ciega. Nunca me escondo, no me encuentro entre tal selecto grupo, pero oigan, jamás leerán de mi algo que les contradigan si lo considero justo. Es más: si él no se rinde, no seré yo quién le desanime. Más bien al contrario. Así que, coser y cantar, suma y sigue.

 EL CRACK DEL PARTIDO:

Trippier vs. Luis Suárez. Ayer escuché (está claro que los Atléticos somos demasiado inquietos y siempre queremos encontrar respuestas a debates sencillamente, por momentos, absurdos) en determinados medios de incomunicación empezar a comparar a JuanFran con nuestro Peaky Blinder favorito. Pues no entiendo la susodicha, qué quieren que les diga. Aparte, si hay que hacerla, hagámosla al final, nunca antes. JuanFran está en mi corazón, y en uno de los múltiples pedestales que, afortunadamente, cualquier Atlético de bien debe de tener a tanta y tanta gente que ha dignificado tanto y tan bien la defensa de nuestro escudo. El inglés, pues tiene muy buena pinta también, por qué negarlo. Esfuerzo, dedicación y entrega, no le falta. Y es un excelente pelotero (aunque a veces le ganen la espalda con facilidad, ojito, que esto también le pasaba a JuanFran). Es lo que tiene jugar de la forma con que lo hacen. Pero no seré yo ahora quién entre en tan banales debates. Cómo odio las comparaciones, por Dios.

En relación a nuestro Rojiguayo, es un personaje que a mí, personalmente, me tiene completamente obnubilado. Fíjense con atención: uno le ve en los partidos con una mueca de sufrimiento constante, casi de dolor continuo, de lamento, de tragedia, de no poder más. Y, con cada minuto que pasa, su gesto se enfervoriza más y más. Él sabe cuál es un vacuna (ahora que, por desgracia, tan de moda anda dicho término). Yo empiezo también a comprenderle. El gol. Miren que he visto nueves apoteósicos (brevemente a Gárate, O Rei Baltazar, Vieri, Escándalo Forlán, Falcao maravillao, Jimmy Pichichi Hasselbaink … seguro que me dejo alguno más por ahí), pero ninguno padecía tanto como él jugando en un terreno de juego. Él hasta que no consigue marcar, es un suplicio, una tortura china, como si te clavasen alfileres en las plantas de los pies, un par de ellos, según cada minuto que pasa. Eso sí, es conseguir su tanto, y su semblanza cambia totalmente. Aparece un tipo afable, simpático, dichachachero … Hasta no le importa ya que le cambien. Mira el suelo, silba “cantando bajo la lluvia”, y se resigna como cualquier otro peón a las órdenes de Don Diego Pablo.

Un amigo (un Hermano) blaugrana (con perdón) ayer me escribió tras su primer tanto “pero qué bueno es Luisito, y cuánto le echamos de menos”. Sobran más comentarios.

 LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Pues casi que vacío, ¿Qué no? Por cierto, ¿Sigue jugando el puto Nino? Joder, la cantidad de disgustos que me ha dado siempre el menda ese. Ese 5-1 en Segunda … Escalofríos de la muerte tuve con su sola presencia en el campo, vive Dios …

 ARBITRO: Estrada.

 Venga, vamos a jugar un poquito. A ver:

 

  1. Si, tras el penalti que nos señalaron a favor ayer, los que anden a favor sigan pensando lo mismo, aún haciendo un intercambio de cromos, sustituyendo al defensor del Elche por Savic, por poner un ejemplo, y al de Lagarto por el nueve subsahariano que trafica con sustancias estupefacientes de cierto equipucho de la Capital de España, por otro, y lo hubiesen señalizado igual, pues sí,  es un penalti de libro. En pie todo el mundo.
  2. Si, por el contrario (por supuesto, entre los que me incluyo) si pensamos que si esa jugada nos la pitan en contra, tal y como les he comentado en el ejemplo “a)”, hubiésemos quemado a Dios por los pies, indicando el ya tan manido “¡qué vergüenza! ¡siempre igual! ¡Así es imposible!” Y demás lindezas, los que creemos que eso es un simple lance del fútbol, sin más, levantamos la mano, la tenemos levantada hacia el Señor.

 Por supuesto, cualquiera de las dos soluciones, es válida.

 TERMÓMETRO ROJIBLANCO ( + 7 GRADOS).

 JUAS JUAS JUAS … Ayyy que me parto, Lagarto. Qué pena. Qué poco le comprenden. Cuánto desconocen su magnanimidad infinita. Ante la poca fe del clan de los Rasos. Ante la desconfianza del Sr. Patriota y Adláteres agradecidos … Él, sin embargo, puñetazo en la mesa, desconcertando a nuestros rivales. Siempre un paso por delante. Mirando celestialmente por el retrovisor. Genial, imprevisible, magnánimo, pero entusiasta. Generoso, a la par que imparcial. Rudo, serio, pero noble y generoso. ¡Dos grados, más, señores! ¡DOS! Vayan buscando su rastro, y besen … No dejen de besar por dónde suele levitar. Y es que, señores, la vida puede ser, rojiblancamente maravillosa …

 Y el próximo partido, el martes, frente a la Real. Deportivamente, rival más que respetado. Andan haciendo un temporadón, juegan al fútbol, por momentos, mucho y bien, y no seré yo quien, en este aspecto, les niegue el pan y la sal.

 Dicho esto (y no entiendo muy bien el por qué, la verdad) el Sr. Youtube últimamente no para de mostrarme vídeos al respecto del famoso partido de UEFA, en el que pasó lo de Zabaleta (vídeos, por supuesto, realizados con su imparcialidad habitual por ETB). Me llama mucho la atención el cinismo insultante de los seguidores donostiarras, la verdad, cuando hablan de tal circunstancia. Hombre, no seré yo quién defienda un acto tan deleznable como el matar a un menda que va a ver un partido de fútbol, sin más. Sería un miserable despreciable si lo hiciese, y espero nunca llegar a tal nivel. Pero sí que me resulta curioso el escuchar a determinados seguidores de la Erreala denunciando el “criminal” ambiente que había en contra de ellos dicho día. Sí. Estuve presente en tal encuentro (¡cómo olvidar el tanto de Jugovic de tijera!). Recuerdo el biruji que hacía, esa niebla en la que se te cala hasta los huesos de los nudillos de lo fría que era a ribera del Manzanares. Sé que ellos (cuando les interesa, obviamente) representan a la perfección el tal manido papel de “hintxas simpáticos, de los que van a beber, y el resultado les da igual”. Son enternecedores, la verdad. Y tienen los santos bemoles de sorprenderles el ambiente hostil que puedan vivir en Madrid, o en Zaragoza, por poner otro ejemplo (ciudad la que señalan también con un ensañamiento sorprendente, se ve que la palabra “Hipercor” solo significa para ellos una simple gran superficie de venta de alimentos, sin más).

 No sé. Era otra época, evidentemente. Pero muy dura para todos los que sufríamos la barbarie permanente, caprichosa y cobarde de ETA. Uno hizo el servicio militar en tales años, y le tocó hacer escoltas, con la “Z” en mano, y con el corazón latiéndole a cien mil por hora cada vez que una simple motocicleta se acercaba hasta el coche  del mando que me tocaba ese día proteger. Uno vive cerca de Aluche, en donde a la pobre Irene le pasó lo que le pasó. Uno estaba en el Calderón, el día del Logroñés, con su hermano Juan, cuando un coche bomba explotó mientras me tomaba una simple copa y nos levantamos cubiertos de un interminable manto de cristalitos. Uno estuvo en Zaragoza, en aquella final que nos robaron (miserable Ramos Marcos y el penalti que se zampó a Julio Prieto), cuando fue apedreado su bus, siendo un crío, en compañía de su madre y de los miembros tan mundialmente violentos conocidos con la Peña Don Luis Aragonés, después de una final de Copa en la que, encima, palmamos. Uno siempre esperó que, con cada víctima de ETA, se guardase un simple minuto de silencio en señal de duelo y respeto en cualquier campo de Euskadi (JAMÁS SE HIZO, JAMÁS, entre las casi más de 900 veces en las que tuvieron ocasión de hacerlo).

 Así que, permítanme que les diga a todos ellos que, salvo al Sr. Padre de  Aitor Zabaleta (que este sí que tiene derecho a no atender ni excusas ni razones, comprendo su odio infinito hacia nosotros y jamás le pediré ni la más mínima cuenta a cambio, el dolor de un padre al perder un hijo de esa forma es infernal, no puede recibir mayor castigo posible un ser humano), les comente que no se hagan tanto los sorprendidos, y sean capaces un poquito de analizar dicha época, ver lo que hacía determinado grupo criminal escudándose en la “Libertad del Pueblo Vasco (oséase, de ustedes, sorprendentes espectadores)” y actuar en consecuencia. No se me hagan los inocentes ni los dicharacheros, por favor. Que cada cual asuma lo suyo, como nosotros tendremos que hacer con lo nuestro, evidentemente.

 No suelo hablar de política (entre otras cosas, porque odio a todos por igual, me da igual del palo que cojeen) pero cuando se analiza una cosa, hay que ver, leer, escuchar, al menos, a todos los “bandos” (si es que cualquier español de bien se encontraba en alguno de ellos en aquel momento, que, la verdad, lo dudo mucho). Así que, el ejercicio de “buenismo”, se me lo ahorren, por favor … Dicho esto: “El Frente ya está aquí, voy a morir por ti, Atleti de Madrid” …

 

 

 

13 de diciembre de 2020

Decálogo para superar un derbi palmado.

1.- Champions.

¿Estamos entre los 16 mejores de Europa, un año más, no? Ni siquiera el atajo de dopados esos del Salzburgo, con el malnacido ese del árbitro inglés al frente, pudo con nosotros, así que, construyamos sobre eso. ¿Qué nos va tocar un rival jodido? Es lo que hay. Pero un par de partidazos más, nos quedan, mínimo. Y hasta Febrero, a disfrutarlo tocan, carallo. ¡Arriba los corazones!

  2.- Copa del Buey.

¡Empieza la semana que viene! ¡Y es a muerte súbita! Un trofeo que adoramos todos los Atléticos de bien, que disfrutamos como pocos, y que llevamos ya demasiado tiempo sin disputarla como Dios manda. No quiero excusas ni perdón. Queremos la Copa, llena de Farlopa. Y no hay más.

 3.- Escenario.

Hizo bien EL LÍDER de la Competición Española (me la suda lo que haga la Real hoy, mientras tengamos nuestras dos bolas extras pendientes de gastar, para mi es lo que somos, el puto amo, es lo que hay) en no comparecer ayer en el campucho ese de entrenamiento que emplean los de la aldea de Valdeberzas esa para pastar a sus anchas. Por favor. Todo un LÍDER tiene que jugar en un Campo en condiciones. Y si no lo tienen, por el enésimo ataque de prepotencia de su presidente al contemplar que el Metropolitano es, hoy por hoy, un estadio Top en el Mundo entero (y eso que no le llega ni a la suela del zapato a nuestro Calderón del alma) pues que se juegue en nuestra propia casa, y ya está. ¡Basta ya que equipos de Champions y líderes de Competiciones nacionales arrastrándose por sitios en donde juegan/roban equipuchos juveniles, cadetes y demás cervatillos silvestres! ¡Eso ni es derbi ni es ná! ¡BOICOT A VALDEBERZAS, YA! Por lo tanto, reitero: correcta nuestra actitud de no comparecer sobre dicho terreno de juego. Hay margen de error, no problem.

 4.- Secciones.

Cuando el grande pierde, todo Dios se solidariza con él y lo hace también. Especial mención al Madrileño, palmando contra el filial de dicha escoria, en el minuto 94, y de Penaldo ¡Cómo no! Las tradiciones hay que mantenerlas. Y muy bien también las chicas, qué diablos. O aquí ganamos todos, o no gana ni Dios.

 5.- Música clásica.

Hoy es un día de meditación, de estar en casa en pijama, de no quitarse siquiera las legañas. Días de carta de ajuste sonando música clásica durante todo el tiempo. Stop fútbol. Como mucho, les dejo ver una peli, pero ojo, tristona, o de guerra, jamás una puta comedia. Nada de radios, por favor. Que hoy se les ha olvidado que andamos de pandemia, y nos quieren inculcar que qué bonita es la Navidad, qué bello es vivir o que hace un día maravilloso. No nos engañan, señores. No pensamos caer en su juego. Ni un solo buen Atlético debe de esbozar siquiera ni una media sonrisa. Eso sí, mañana, nos comemos al mundo entero por todas las esquinas del Universo. Somos así. Nos lamemos las heridas, para levantarnos más orgullosos y fuertes que nunca. Que no se diga, leches, que les caneo.

 6.- No mires a los ojos de la gente.

Que me da miedo, siempre mienten (grandes Golpes Bajos). No se crucen con nadie. Si por desgracia tienen que salir a la calle a por el pan, o a por tabaco, o a por la puta botella de leche que pensaba que había, pero no queda ni gota, huyan despavoridos de muescas ficticias de sonrisas bobaliconas con personajes que se puedan cruzar en la rúa. No lo duden, son vikingos. Si. Esos mismos que si palman dicen el ya manido “no vi el partido”, “si a mi el fútbol me la sopla” o  “donde esté el Madrid de baloncesto”. No merecen ni nuestro tiempo, ni nuestro dinero, ni nuestra categoría. Mañana volverán a su rutina habitual, mientras nosotros le daremos gracias a la vida por ser del Atleti. Somos así, ya saben: no lo pueden entender.

 7.- Desahóguense.

Esta muy bien el criticar al equipo. Leches, si hicieron un partido de mierda, pues es que lo hicieron. Lo demás es engañarse estúpidamente. Y es lógico el mosqueo del populacho, máxime si es contra el rival que fue. No hay más. Tampoco crucifiquemos a la peña estúpidamente. Están en su derecho de expresar su impotencia, porque, precisamente, ayer fue eso y nada más que eso: un auténtico homenaje al quiero y no puedo. Quien bien te ama, bien te hará sufrir. Y hasta le podrás maldecir y todo. Pero esto es pasajero. Y es bueno soltar el demonio a darse un rulo que tenemos dentro de vez en cuando.

Hablando de demonios, espero que no se ande poniendo de moda en la muchachada del Cholo el llevar a cabo el numerito del gitano, con el organillo y la cabra subida encima de un taburete, cada vez que uno sea sustituido. Que lo haga el cervatillo del Llorente bueno está, viene de donde viene, y nos queda mucha labor social con él todavía por realizar. Que lo haga Luis Suárez, pues no, machote, aunque también vienes de un sitio fino filipino. Que lo haga Saúl, que éste sí que ha mamado aquí, es sencillamente imperdonable. Y lo que lo haga un crío que es un proyecto de jugador, por momentos, entusiasmante, sí, pero, que hasta el día de hoy, no me parece aún que se pueda comparar a Diego Armando Maradona, precisamente, pues como que no. Ahora nos ha dado por esta gilipollez, y oyes, todo dios se cree con derecho a hacer el canelo sin ton ni son. Al que no le guste que le cambien, que juegue mejor y ya verás cómo no lo hacen más, no  te jodes … ¡Pero qué cojones de cachondeo es esto! Aparte de la falta de respeto que supone por el compañero que entra, que esa es otra. Próximo menda que me haga el papanato, siguiente partido ni convocado, y fuera. Hágame caso en esto, Don Diego Pablo. Tanta tontería ya, hombre …

 8.- Derbi.

Últimamente ando hasta el guano de oír que “este partido es una final”, “éste otro también”, “el de mañana ni te cuento” … Venga hombre, por Dios. Un poquito de respeto a las competiciones. Una final solo se llega una vez. Solo la consiguen dos. Y es un camino largo, tortuoso y casi imposible de lograr. Solo hay una categoría de partidos que sí que se pueden catalogar como una puta final, aunque no lo sean: los derbis. Ahí sí que da igual todo. Tiro de topicazo, si, pero es que es así: los derbis ni se disputan ni se juegan: los derbis se ganan. Esté cada uno como esté, eso importa un bledo. Y ayer la muchachada, por lo que sea, o no tenía muy claro dicho concepto, o, al revés, lo tenía tan impregnado, que le pudo la ansiedad y la presión psicológica del tener que vencer por nosotros, sí o también (mi voto personal es por esto último, conste). Pero ya llegará otro, y lo afrontaremos con la misma ilusión a la par que desesperanza con la que los solemos afrontar. Dentro de todo Atlético, hay un optimista desenfrenado luchando a brazo partido con el mayor de los pesimistas derrotados. Ha sido así y así siempre será. Por los siglos de los siglos, Amén.

 

También me gustaría recordarles que nosotros, por suerte o por desgracia, disputamos este tipo de encuentros frente a quién lo hacemos. Otros tienen su partido del año frente al Levante, el Omiedo, el Betis e, inclusive, frente al Celta B, que ya manda bemoles el tema. Sé que son inteligentes, saquen sus propias conclusiones. Pero siempre siéntanse orgullosos de ser protagonista del derbi más complicado del mundo (y ya no solo deportivamente, que también, sino mediáticamente, socialmente, arbitralmente, etc, etc). Si no les gusta, háganse de otro equipo. Y si les mola, jamás pierdan de vista la circunstancia que nos rodea. Yo no me cambio por nadie, lo tengo claro. ¿Y ustedes?

 9.- Termómetro Rojiblanco (+ 5 GRADOS).

El Termómetro no se rebaja por perder dicho partido ni de puñetera coña, vamos. De hecho, el Termómetro hace acto de presencia, simplemente, por respeto a todos, saludarles y nada más. En condiciones normales, ni aparecería. A nuestro guía espiritual, se la suda por completo tal encuentro. No quiere ni saber de él. Él está a lo que está. Así que, háganle caso, y a nuestra bola.

 10.- Todo a Pulmón.

Qué difícil se me hace, mantenerme en este viaje, sin saber a dónde voy en realidad. Si es de ida o de vuelta, si el furgón es la primera, si volver es una forma de llegar... Llevo todo el día con la canción de Miguel Ríos sonándome en la cabeza sin parar (un temazo maravilloso, por cierto). Todos tenemos temas que, de una forma u otra nos marcan en esta vida, y ésta es una de las que tomo en mis momentos bajos como dogma de fe. Así que, cuando nos encontremos así, no se preocupen, siempre hallaremos un Atlético en la carrera, una luz y una escalera, y la fuerza de hacer todo a pulmón … Todo a pulmón¡¡FORZA ATLETI, FORZA ATLETI, TODO EL FONDO CANTARÁ!!

6 de diciembre de 2020

Atleti 2 - Valladolid 0. No es el que lava más blanco.


¡Puaj! NI de coña. Nunca será el más limpio. Es el que lava mejor. Ese es el mejor detergente. El blanco, por las huestes del Manzanares, jamás será el color más impoluto, ni el más puro. Es sinónimo más bien de putrefacción, de excrementos, en definitiva, de lo que son. Pero tranki, tiempo habrá ...

 

Amaneció el Metropolitano con un  tono azul-morado de lo más preocupante. Parecía difuminado, fácil de limpiar, pero era un tono constante, continuo, difícil de pulir. Muy esparcido por todo el terreno de juego. Sin demasiada intensidad, pero abarcando hasta el último rincón del mismo.

 

Traduciendo, que es gerundio: el primer tiempo, de hecho, fue un tostón sumun. Uno de esos tantos partidos que hemos contemplado a las huestes del Cholo temporada va, años anteriores padecimos. Fútbol control, sin tener muy claro sin saber ni a dónde va uno, ni hasta qué punto quiere llegar. Añádanle que, servidor de Dios y de Don Luis Aragonés, venía de degustar un delicioso cuchifrito de cabrito (ya saben, de lo que se come, se cría), con su hermano carnal en el homenaje que cada vez hace a su Santa Madre mensualmente (me da igual el tiempo que pase, cada día te echo más y más de menos, siempre, siempre en mi corazón) tiene como consecuencia que agradeció enormemente el horario en la disputa del match en cuestión. Al menos, me dio margen para dar 2 cabezadas en condiciones, caramba.  Probablemente, si hubiese sido a las 16 h., a duras penas le hubiese costado mantener las pestañas despegadas viendo semejante espectáculo. Sin pasar apuros en exceso, cierto, pero la muchachada del Cholo y frotaba, y frotaba, y frotaba sin cesar, sin conseguir que el dichoso tono blanquivioleta se fuese de su magnánimo tapiz cuidado hasta el más ínfimo detalle. El objetivo era claro: disolver de la manera que fuese dicha tonalidad en cuestión.

 

En la segunda parte, sin embargo, Don Diego Pablo Simeone encontró su VIP Express en cuestión: un buen chorro del mejor detergente (Koke), un toque perfumado de suavizante incorporado (Joao Félix), y el mejor disolvente posible, el más directo, el mejor desequilibrante: Llorente. ¿Conclusión? La fórmula funcionó.

 

Dicho y hecho. Majestuoso pase de escuadra, compás y cartabón de Marquitos Llorente sobre la profundidad del inagotable al desaliento Trippier, no menos precisa asistencia del Peaky Blinders delineante de San Blas sobre el área pucelana, Luis Suárez que no llega por un mate, pero el desconcertante Lemar, ese sujeto que no sabe uno si va o si viene, esta vez, sí, llegó,  consiguiendo adelantarnos en el marcador y logrando quitarnos ese medio estado de ansiedad en el que nos encontrábamos al frotar sin cesar con el ánimo de que el césped quedase con su tono original: el brillante e impoluto rojiblanco en cuestión. No era fácil ese tanto, no. Pero Lemar frotó muy bien.

 

Poco después, otra fenomenal asistencia de Trippi, transformó en el tanto definitivo Llorente, en un gol lleno de talento, fuerza, velocidad y desequilibrio. Otro sensacional chicharro, para qué nos vamos a engañar.

 

El propio Llorente se encargó de demostrar el cuchillo afilado en el que se ha convertido para la muchachada poco después, en un posible tanto que lamió el palo, el Atleti terminó de dar brillo al encerado, y al final nos quedó un escenario imputo, brillante y resplandeciente rojiblanco. El Vip Express del Cholo funcionó. No hagan caso a imitaciones. El que lava más blanco, no es el mejor. Vean, si no, lo resplandeciéntemente rojiblanco que quedó el tapiz del Metropolitano en la mañana de hoy. ¡Qué bello es vivir!

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Hermoso ha pasado de ser el niño bonito venido de Sarriá, a convertirse en un auténtico guerrero del Cholo. Su mirada antes era angelical, casi de postal Navideña. Ahora ya no hace prisioneros. El menda sale concentrado, no conoce amigos ni enemigos. Es un espartano del Cholo, y cada día va creciendo más y más. Savic le aconseja con su firmeza y buen hacer. Trippier no se cansa de correr y correr (hay peña que me dice que aún lo sigue haciendo en el césped del Metropolitano, párenlo ya, por favor), a Lemar se le está quitando el careto de fumeta jamaicano para convertirse en fundamentalista Choliano. Pero lo de Llorente es brutal. Lo tiene todo: entusiasmo, velocidad, fuerza, preparación, gol, dedicación y garra. Dicho esto, cuidadín, no se me haga ilusiones nadie. Ya conocí y sufrí en primera persona la traición de su padre, y dicen que, de tal palo, tal astilla. Ojo avizor, pues. Pero ya comentado lo expuesto, un hijo no tiene el por qué seguir la senda del viejo. Por mucho que su entorno vikingoidal sea peligroso (que lo es). No soy nadie para recomendar nada. Reitero, no se me entusiasmen con él. De momento, es hora de disfrutarle, y aguardemos acontecimientos …

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Vitolenco, Vitolenco, vete a tocar el violochelenco. Por favor …

 

ÁRBITRO:

González Fuertes (¿Y éste quién coño es?). Le sacó una tarjeta psicodélica a Vitolonchelenco, lo cual, francamente, no sé si es beneficioso o perjudicial para nuestros intereses hoy en día. Bah … Corramos un estúpido velo.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+ 5 GRADOS).

 

Ayer, casi a horas intempestivas de la noche,  recibí ciertas recomendaciones de parte del portavoz del temido, a la par que temible, Clan de los Rasos, de que debería de subir dicho parámetro sí o sí. Afortunadamente, no lo voy a negar, el Termómetro atendió tal recomendación, cierto es, la masculló, analizó con el rigor e independencia con el que le caracteriza, tal atropello, tuvo a bien consideración de la misma, pero, con la misma pulcritud, claridad de exposición de ideas y de fundamentos rojiblancos, dictó la siguiente tendencia: “Ganar en casa al penúltimo de la Liga no merece ni siquiera reunión posible por tan excelsos miembros de dicho Comité, por lo que rogamos tengan a bien no volver a molestar jamás en pintorescas circunstancias, a saber, partido de obligado cumplimiento, NO-SE-TO-CA”.

 

Y el miércoles, no es una final, que va … Esa es una majadería inventada por perdedores y que, aparte, nunca sale como quieren. Una final es otra cosa. Hay que hacer mucho  tour para conseguirla. El miércoles, eso sí, es el todo y nada en post de seguir haciendo el Camino de Santiago para conseguir eso que realmente puede llegar a serlo. Por juego y por ocasiones, en esta Champions, nos merecemos esta oportunidad. Pero, dicho esto, si no somos capaces de empatar siquiera con el Salzburgo (y ojito, que el partido nos va a costar sangre, sudor y, probablemente, lágrimas), pues no pasará nada, porque, a diferencia de otras temporadas, no andamos ahora mismo a 12 puntos de los de siempre. Inclusive, yo  diría más, con alguno que otro, es más que al revés. Así que a tope, Hermanos. Siempre a tope. La Champions está muy bien, sí, pero la Liga es la vida … “Siempre estaremos, tu eres mi vida, lo que más quiero” ….

               

29 de noviembre de 2020

Valencia 0 - Atleti 1. Despidiendo a los Dioses.


Debería de estar contento, pero no lo estoy. Desde luego, emocionalmente hablando, no ha sido una buena semana, por mucho que el Atleti consiguiese 3 puntos de oro (que lo son, vaya que si lo son). Pero nada es fácil en la vida, y mucho menos en este maldito año, en el que el bastardo 2020 se quiere despedir como lleva haciéndolo todo el año: matando. Morir matando.

 

Champions.

 
Aunque el equipo está bien, y claro que puede ganar al Bayern (que es el auténtico partido clave de los que nos queda), este año, no veo nuestra clasificación para los dieciseivaos. La verdad que no. Demasiadas cosas que me recuerdan al Carabaq. Y es que cuando algo se nos atraganta, no hay forma de que lo superemos, ni aunque nos tiremos 15 días jugando frente a ellos, que fue lo que nos pasó frente al Lokomotiv. Sin hacerlo mal, ni mucho menos, es verdad que en Ruisa se hizo aún mejor (aún con idéntico resultado). Lo bueno es que no paramos de intentarlo. Lo malo, son las carencias que tenemos, especialmente en el balón parado. No se pueden tirar casi 20 córners y no sacar ni el más mínimo rédito a ninguno de ellos. De verdad que no (me desespero, no lo puedo evitar). En fin, esperemos al martes próximo. No adelantemos acontecimientos.

 

AD10s.

No he visto a nadie igual, no lo veré jamás. Los que me van a venir con las pamplinas de es que su vida personal y demás, “ejemplo para los niños” (ni que hubiese sido presentador de Barrio Sésamo, no te jodes), la droga, sus juegas y demás desmanes … Como que no. No me aburran ni me den la plasta, por favor. ¿Acaso se le juzga a la Janis, al Hendrix, al Bowie, a Elton John, a Lennon, a los Galagher, por su vida social (mejor dicho, personal) o se les juzga por sus obras, por su música?

 

En una escena del Padrino II, creo recordar, Michael se reune en la boda de Connie con un senador, al que necesita tener en el bolsillo para que le de una licencia que le hace falta para construir un casino en Nevada. Dicho senador, en un ataque de soberbia ruin y falaz, le pone verde, indicándole que no aguanta a los italianos, con esos pelos aceitosos y demás insultos, diciendo que los mafiosos no podrán con él (más o menos es lo que viene a indicar). Pero claro, el señor “impoluto”, al final termina poniéndose un precio (“algo elevado”, según palabras del propio Michael). A continuación, y viendo el ataque de “dignidad” que le entra al susudicho politicastro, el propio Mike le comenta lo siguiente: “no se confunda, los dos protagonizamos la misma farsa”. Pues eso. Quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

 

A Diego Armando Pelusa Maradona yo le juzgo por su fútbol, por esa zurda mágica que tuvo, por ser un jugador incomparable, diferente, genial, por abordar retos imposibles, como fue Napoli, por ser un menda con el que cualquiera de nosotros pudo coincidir en cualquier equipo de barrio, de esos que hacíamos cuando echábamos pies, y con dos pedrolos hacíamos las porterías, un mínimo descampado, una pelota de cuero y unas botas de fútbol que como jugases en el barro te terminaban pesando 10 toneladas cada una. Un potrero en su máxima expresión, que logró representar el sueño hecho realidad de cualquiera de los pendejos que en aquella época nos daba por jugar al balón en cualquier lado, por recóndito e inhóspito que fuese.

 

Por recuperar el orgullo de un país entero en ese mágico partido de un mundial frente a la soberbia y rimbombante Inglaterra. Por sus jugadas imposibles, regates inverosímiles. Por hacer que el Cuernabéu entero se tragase, por una vez y sin que sirva de precedente, todo su orgullo y le aplaudiese a rabiar una vez consiguió un tanto en su propio atracódromo, representando ni más ni menos que al mismísimo Barcelona. Por hacerme ver un partido, sea cual fuese rival en el que estuviese, contrario al que se enfrentase, solamente por el placer de degustarle a él. Me da mucha pena que se haya ido así, sí, pero al final ha sido reflejo de su propia persona: tan caótica como auténtica.

 

Solo le faltó una cosa en la vida, y es haber jugado en el Atleti. Me lo imagino aquí, y fijo que, en más de una ocasión, hubiese tenido que ser levantado de nuevo el Calderón tras un partido que hubiese disputado con nosotros (y en más de dos). No me lo puedo ni imaginar. Has vivido como has sabido (que a veces tampoco es una cuestión de querer, sino de saber (o no), máxime en determinadas circunstancias y viniendo uno de dónde viene) y Dios te ha llevado ya en su compañía. Gracias por hacer del “10” el número especial, diferente, el del crack. Fuiste el diez por naturaleza. Y por los siglos de los siglos, lo serás. Hasta siempre, Don Diego Armando.

 


EL PARTIDO.

 

Solo hubo un equipo que quiso realmente ganar el partido, y fue el Atleti. Con momentos de más o menos profundidad, con ratos en el que agobiamos, con otros de paciencia, con más o menos brillantez, más o menos espesura ... pero todo con un solo fin: la victoria final. Intentándolo por banda (bien) otras con centros precipitados al área (mal). Frente a un rival bien plantado en el campo, pero con nula ambición ofensiva. Un rival que sufre los estragos del maldito fútbol moderno este en el andamos inmersos, dejándose llevar a su suerte por un caprichoso magnate chino (dichosos chinos) que hace y deshace a su antojo. Un Valencia desconocido, obviamente, y más aún en Mestalla. Un partido fiel reflejo de la situación deportiva actual de ambas escuadras.

 

Un Atlético que tampoco deja que el rival se aproxime en exceso, no se crean. Este equipo tiene unos automatismos defensivos primorosos, son capaces de hacerlo con los ojos cerrados. Es todo un arte verles sufrir tan poco en dichas labores. Se saben todos la lección de “p” a “pa”.  Un Atleti que echa mucho de menos a Suárez (especialmente Joao Félix) no ya por su capacidad goleadora en sí (que también) sino por la cantidad de variantes ofensivas que generan sus desmarques, sus paredes, sus continúos movimientos en el campo. Hoy por hoy, y especialmente para este tipo de encuentros en sí, se me antoja francamente imprescindible la presencia del charrúa en el campo.

 

Un Lemar que parece empieza a despertar. Con personalidad, con libertad en el campo, soltando dos grandes peligrosos latigazos desde fuera del área espléndidamente respondidos por Domenech (uno en cada periodo). Y yo me pregunto: ¿de verdad seremos capaces de recuperar el talento de este jugador? (cri cri cri … canta el grillo sin cesar). Eso sí, les doy una pista: el Cholo anda detrás de ello. Vayan atándose los machos.

 

Del Valencia, ofensivamente hablando, solo recuerdo un disparo (que no era ni eso, si no más bien centro, pero en fìn) dentro del área colchonera, de un rubiales que tienen por ahí,  allá en la primera parte, que Oblak mando a córner en estupenda intervención (en descarga del equipo ché, la ausencia de Gayá la notan un huevo, y parte del otro, las cosas como son, y con la plantilla que tienen, pues ya me contarán) ...

 

Un Hermoso en claro crecimiento, el trabajo infatigable de Llorente, un Lodi, que tiene que espabilar y mucho, porque le andan ya comiendo la tostada por momentos. Una falta al borde del área esperpénticamente lanzada por el Atleti, ya bien entrada la segunda parte, la cual ejecutaron colgando un extrañó balón bombeado como si fuese un balón de playa de Koke sobre Giménez, cuando era una acción de tirar a puerta sí o también (Dios mío, ¿De verdad que no hay nadie que se atreva a lanzar una falta así? Me quiero morir...).

 

Menos mal que, a falta de 11 minutos para el final, el bullicioso y valiente Carrasco, se interna por banda, sortea a su contario, lanza un centro de esos con la fuerza suficiente como para el que tenga a bien rebotar el esférico en sí mismo, consiga el ansiado tanto, Vitolenco que se dejó la sotana en el Convento de la Clínica Fraternidad, y al final paga el plato Lato, y chicharro que te crió. Tan desafortunado como justo.

 

Así que sigamos así. Llenemos la buchaca de puntos hasta rebosar, ahora que es el momento de hacerlo, que ya vendrán peores, y bien que tendremos que tirar de fondo de armario. Y ojito, que aún disponemos de nuestro par de bolas extras intactas que, aunque no debemos de contar con ellas, estar, están. Como el Atleti: en lo más alto, vivito y coleando.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

 

Juan De DIOS Román. Puede que el que apenas haya disfrutado en mi vida de la figura paternal, hace que identifique tal papel en gente a la que admiro y que termino queriendo casi como si fuesen mi auténtico padre. Me pasó mucho con Calderón, que, cada vez que hablaba, me imponía un respeto acojonante. Tengo alguna que otra figura más por ahí con la que tengo tal sentimiento, pero, indudablemente, Juan de Dios Román fue otro “padre” para mí. Un tipo que me enseñó a amar al balonmano como nadie. Que me mostró cómo debe de ser y comportarse un buen y genuino Atlético. Un hombre que me hizo soñar, disfrutar en aquellas frías mañanas del Magariños como nadie, y, por ende, del deporte que él amaba tanto como a su propio Atleti: el balonmano.

 

15 años que estuvo con nosotros …¡15! Se dicen pronto. 5 ligas, 5 Copas, aquel Subcampeonato de Europa frente a la Metaloplástica, en el que tuve la fortuna de estar presente con mi hermano, en medio de un ambiente ensordecedor, efervescente a más no poder. Lo más rojiblanco que he visto en mi vida. Lo exhaltación más elevada que he contemplado de un partido de balonmano en sí, y con nuestro (su) Atleti como protagonista principal (el resultado ya fue lo de menos, ¡menudo equipo era la Metaloplástica esa, mamma mía!).

 

Luego el tío como seleccionador lo bordó, en el Ciudad Real no paró de conquistar, como presidente de la Federación fuimos campeones de un Mundial por primera vez en nuestra Historia. ¿Qué más se le puede pedir?

 

Tengo pocos dones en esta vida, pero bueno, más que un don … Vamos a considerarlo un sexto sentido. Con ver los rasgos faciales de un individuo, obviamente, no sé de qué equipo es con exactitud, pero sí que suelo acertar casi siempre si ese alguien es de los míos o no. No me digáis por qué, pero lo sé. Calderón tenía cara de Atlético. Carlos Peña es que tiene el escudo del Atleti reflejado en su cara en cada momento. Mi hermano carnal también lo tiene. El papi de mi primera compi de grada Doña Hele tenía esa cara también. Luis Aragonés, por Dios … Qué más les puedo decir. Y, por supuesto, Don Juan de Dios Román, que nadie lo dude un momento. Véanle fíjamente su rostro, y verán reflejados en él Neptuno, el Magariños, el Calderón, a Cecilio, a Chechu, a Luisón, a Juanón, a Papitu, a Hombrados, a Urdiales … Esos duelos fraticidas frente al Barsapasta. Tiempos de Calpisa, del Elgorriaga Bidasoa, del Granollers … Tiempos de ilusión, de ser un grande de verdad, de orgullo por unos colores y de un sentimiento. Hecho de menos muchísimo el balomano (aunque como la Selección juegue, sigo sin perderme ni un solo partido siempre que puedo). A partir de ahora, también, por desgracia, voy a echar mucho más de menos al hombre que me hizo amar con locura ese deporte, y que me enseñó como pocos a ser y cómo debe de ir un Atlético por la vida: con el objetivo de ganar siempre, viviendo a tope cada instante de cualquier encuentro,disfrutándolo, sintiéndolo, no dándolo jamás ni por perdido, ni por ganado, y todo, todo, siempre con esos valores de respeto, trabajo y humildad con el que todo buen colchonero debe siempre de tener como dogma de fe. Gracias por todo, JuanDe. Gracias por tanto. Hasta siempre, Juan de DIOS ABSOLUTO DEL BALONMANO ATLÉTICO Y ESPAÑOL, Román.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

¡Vete ya, 2020! ¡Vete ya, por favor!

 

ÁRBITRO:

De Burgos Bengoetxea.  Que se vaya también con el puto 2020, joder …

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 5 GRADOS).

 

Menos mal que el termómetro va a su puta bola, y como nos ve a los Atléticos algo alicaídos por lo de JuanDe, ha decidido darnos un subidón de …¡2 GRADAZOS! Nada más y nada menos, porque nos los merecemos, sí. Qué carallo. Y ahora, que se pongan en fila todos aquellos personajes, individuos, pintorescos tipejos de ayer y de hoy de poca fe, que le han criticado y denostado hasta decir basta. Se me vayan enumerando, bien ordenaditos, y sin crear demasiado alboroto, por favor … Que les voy a canear a base de bien, carallo.

 

Nada más. El martes hay pocas vueltas de hoja que darles al asunto. Ganar o vencer. Juan de DIOS no se lo va a perder. Y se lo merece. Qué mejor homenaje que una victoria. Esta victoria … “Maneras de Vivir”.

 

 

22 de noviembre de 2020

Atleti 1 - Barcelona 0. Con la sonrisa de un niño.


Con esa felicidad reflejada en el rostro de cuando uno va a pasárselo bien, a ver a un grupo de jugadores en los que todo dan todo por todos, en los que se cubren los unos a los otros. Que Trippi sube, Llorente le cubre. Que Hermoso tuvo más que problemas iniciales con la velocidad de Dembele, Carrasco le ayuda … Carrasco. Primer nombre propio del encuentro.

 

El belga siempre ha sido una de mis debilidades. Me encanta los jugadores verticales, que encaran, que finalizan, que tienen gol, que driblan, que no les importa si no les sale el primero de ellos. Que no paran y siguen buscándolo una vez sí, otra también. Yannick era así antes, lo sigue siendo ahora.

 

Sin embargo, en esta vida siempre uno tiene que exigirse un punto más, superarse a sí mismo cuando cree que no le hace falta, darse cuenta de lo que el entorno, el Club y la afición te pide añadido, y actuar en consecuencia. Y Carrasco lo ha hecho.

 

Ha visto que con el talento no vale. Sin perderlo de vista, pero uno tiene que dar ese plus de sacrificio y esfuerzo en beneficio del equipo. Aunque no le mole, o no lo crea necesario. Aunque considere que no es su mejor virtud. Y, ahora mismo, Don Yannick lo da. Esperemos que no le suba a la cabeza el éxito (hoy por hoy, se lo merece, sin duda) ni el mismísimo reconocimiento de sus haters más encarnizados. No es que sea el camino a seguir, es que es el único posible. Si quiere estar aquí, al menos. No hay más.

 

Un primer tiempo muy bonito, la verdad, entre 2 rivales que, cada uno, a su manera, fue a la yugular del otro. Empezó la cosa con un bullicioso Dembelé dándonos más dolores de cabeza de los previstos, como ya he comentado inicialmente. Griezmann tuvo la primera (3 minutos de juego), pero su excelente remate se fue por encima del larguero. Griezmann. Segundo nombre propio. Yo no soy de los que les desea mal a casi nadie. Pienso que es un esfuerzo innecesario, por mi parte, una atención absurda, ya que el tiempo termina poniendo a cada uno en su sitio. Si ustedes ven al Antoine rojiblanco, le veían un chico feliz, con una sonrisa casi permanente en la boca, atesorando, por supuesto, su calidad incontestable, con un sacrificio enorme en defensa.

 

El Griezmann de hoy en día es un tipo serio, con muesca facial casi de amargado. Un tipo, que sí, pero no. Un individuo que vive más pendiente de agradar a un compañero, que de ser feliz él mismo aportando lo que sabe hacer en beneficio de su equipo. Tu lo quisiste así, machote. Yo no te puedo decir nada más.

 

Volvamos al partido. Un solo minuto después, este Atleti, respondón, con personalidad, que no se deja amedrentar por nadie, que juega al fútbol, por instantes, como los putos ángeles, que sabe sufrir, que sabe replegarse, que no necesita correr tanto, porque ahora el que lo hace es el balón en su poder, más que ellos mismos detrás de él, respondió con una gran jugada ofensiva rematada espléndidamente por Saúl (el enfermo progresa adecuadamente, tercer nombre propio) y atajada por un paradón de manual de Ter Stegen (Brazo extendido, mano de hierro, no hay misil que lo doblegue). El partido prometía.

 

A los 12, seguimos con otro de los nombres propios, Marcos Llorente. Ayer ví, una vez más, en la que tiene camino de convertirse ya (si no lo es) en mi segunda casa: el Despachum Calderoriarum, un fenómeno curioso. A los Atléticos más veteranos, nos gusta sus acciones, sí, pero siempre andamos con el freno de mano echado a la hora de terminar valorando su indudable aportación. Sin embargo, la muchachada más joven, los críos que no entienden demasiado de dónde viene, o a dónde va, sino que, simplemente, ven a un imberbe rubito un poco mayor que ellos, defendiendo su rojiblanca, les puedo asegurar que andan enamorados de él. Corean su nombre sin importarles un bledo ni su pasado ni su futuro. Ellos viven el instante, el momento, y fuera. Y, ¿saben lo que les digo? Les envidio cantidad. Qué bonito debe de ser disfrutar el fútbol así, sin cuentas pendientes, sin rencores que no le terminan llevando a ninguno tampoco a ningún lado. Tiempo de odiar siempre hay. Tiempo de disfrutar, cada día que no lo terminamos de hacer por nuestras extrañas cuentas siempre pendientes, es un día que, en el fondo, desperdiciamos de nuestra existencia. Los niños tienen mucho que aprender de nosotros, es obvio. Pero los mayores … Los mayores, también de ellos.

 

Llorente es, hoy por hoy, un jugador que nos da un sinfín de variantes ofensivas cuando, sencillamente, la cosa no la vemos clara en ataque. Esos desmarques endiablados, esos cambios de ritmo, siempre con la cabecita elevada. En uno de tantos, el chaval envió al larguero una (la primera,  que no la última) asistencia mágica del entusiasmante Correa (seguimos con nombres propios, venga).

 

El argentino este año está descomunal. Sigue tan imprevisible como siempre, pero ya no para los aficionados propios, no, sino para los contrarios. A sus controles orientados imposibles, su velocidad, su sacrificio (con cabeza, no como el antaño Choque de Choque que era, que tanto nos desesperaba) ha añadido en su repertorio una cualidad desconocida en él: una visión de juego y un toque de balón al hueco hacia su compañero sencillamente delicioso, y letal.

 

Antes de seguir con Angelito, vamos a pararnos un poquito en Leo Messi (al cual, por cierto, alguien debió de ajustarle alguna cuenta pendiente, visto el estado de su labio). Nuevo nombre propio. Ni me importa ni sigo mucho la actualidad de mis rivales, pero voy a hacer un punto y aparte con Leo. ¿Qué sentido tiene seguir con un menda que, te ha dado toda clase de títulos, jugadas mágicas, victorias históricas aquí y allá, más de 500 goles (o yo qué se), minutos de gloria a raudales, si, con 33 palos, se quiere ir? Déjalo marchar, hombre. ¿Qué no pillas traspaso? Te ahorras 100 kilos de ficha. ¿Te parece poco traspaso? Ese hombre no tiene la cabeza dónde la tiene que tener, sin más. Y, sinceramente, no creo que se merezca ese trato por parte de su Club, y esos insultos gratuitos por parte de algunos de sus “aficionados”. De verdad, el día en que los Atléticos seamos así (y algunos, parecen, camino de), paren en la próxima, que el menda se baja. Esto es absolutamente innegociable.

 

Al borde del descanso, el citado Messi se internó en el área, buscó a un compi, no lo encontró, y remató a bocajarro sobre la meta de Oblak. Por supuesto, nuestro eslovaco (es decir, esloveno) atajó como siempre, sin conceder segunda oportunidad alguna, el balón es mío sí  o sí.

 

Y cuando ya parecía que todo se acababa así en este primer periodo, apareció Hermoso, sacó el balón desde atrás con un regate lleno de clase ante la presión de un rival, Piqué no supo despejarlo bien, y, (volvemos a nuestro Correita), el argentino suburbial, mágicamente vio el desmarque de Carrasco, sirviéndole un pase en profundidad excelso, y el belga puso el resto: maravilloso control con espuela, caño incluido a Ter Stegen (que andaba por La Previa pidiéndose un botijo para el descanso) se lleva el balón con esa clase que Dios le ha dado, y, desde fuera del área, no se complica y consigue el tanto sin piedad. Parece un gol fácil, pero no lo es. Muchas veces perdemos ocasiones así por intentar asegurar lo que ya tienes, lo que no tiene más vueltas que dar: era un gol sí o sí. Pues mételo, coño, que esto es así de sencillo, en serio. Bien, Yannick, muy bien.

 

En la segunda parte, solo hubo un equipo, el Atleti, en la que, por momentos, sometió a un baile espectacular a un Barcelona que corría desesperadamente detrás del balón. Hubo como un cuarto de hora en la que la muchachada del Cholo sometió a una humillación bárbara al mismísimo Barsapasta, curiosamente, con sus propias armas que suelen alardear (en épocas Guardiolísticas, al menos). Circulación endiablada del balón, todo a un toque, con un solo punto de vista: la portería rival. No es sobar el balón por que sí, no. Todo es con una intención: no parar hasta conquistar. Una auténtica delicia para el que le guste este rollo del fútbol, y, ni que decir tiene, para los propios seguidores rojiblancos (entre los que, juraría, creo que me incluyo).

 

Y eso que la cosa comenzó con un susto morrocotudo en un remate a bocajarro de cabeza de Lenglet, que atajó, como siempre, Oblak. Su colocación y lectura del fútbol, es su mayor virtud. Y no para de demostrarlo.

 

Después se lesionó Pique, en “una dura entrada” por parte de Correa. De verdad, el cinismo y la caradura por parte del periolismo español no tiene límites. El señor Piqué (del cual, por supuesto, no me alegro para nada del tiempo que se va a tirar fuera del campo, es un menda que, aunque no comparto casi nada con él, tiene algo que me atrae, una forma de ser diferente, que me parece, cuanto menos, interesante) si quiere buscar algún culpable de su percance, que hable con su compi Jordi Alba y le pregunté por la entrada justamente anterior que le hace a Angelito Correa, por detrás (no pitó el árbitro ni falta, de este sucio pájaro hablaremos más adelante), que era una falta como el Calderón de grande, y que implicó la posterior y desafortunada caída del argentino sobre la rodilla de Gerard. Pero ya saben como funciona todo esto aquí: intoxiquen, que algo queda.

 

Poco después, pudo empatar al fin Antoine, en un buen remate de cabeza que se topó de nuevo con Jan.

 

Al final, sufrimos más de lo necesario, pero buena culpa fue por los obligados cambios que tuvo que hacer el Cholo, teniendo en cuenta que el miércoles, de nuevo, nos jugamos la vida.

 

La victoria fue justa, corta, en un magnífico partido del Atleti (y ya van unos cuantos). Llegué al borde del toque de las doce de la noche a casa (ojito con ellos, por cierto, que al bajar del Metro mi barrio parecía en estado de queda, pero como en la guerra, lleno de maderos a diestro y siniestro). Me costó dormir, sí, pero lo hice finalmente con esa sonrisa en la boca que tiene un niño cuando ha estado todo el día feliz, sintiéndose querido entre hermanos, y disfrutando a tope de lo que más le gusta en esta vida (que, en mi caso, no es otra cosa que, mi Atleti, y mi gente.) Que no se nos vaya en toda la temporada dicha sonrisa: la sonrisa de un niño.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

 

Brutal Oblak, muchísimo mejor nivel de Trippi, Hermoso de menos a mucho más, Savic (aún con algún despiste que otro) sencillamente inabordable, imperial Giménez, de Llorente ya hemos hablado, delicatessen Joao, excepcional Correa, grande Yannick, pero para grande, grande verdad … Don Koke Resurreción. No tengo la menor duda al respecto: hoy por hoy, no pisa un campo de fútbol ningún centrocampista mejor que él. Y, el que tenga dudas, que admire la magistral clase que impartió ayer (y lleva también toda la temporada así) en el Metropolitano. Calidad, sacrificio, presencia, personalidad … Una auténtica delicia.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

 

Diego ya no … Bueno, va. Desierto, joder Tomi. Hoy, desierto.

 

ÁRBITRO:

Munuera Montero. Arbitraje erosivo donde los haya, me explico.

Si ustedes echan un cubo de agua sobre una roca, esta acaba empapada, ciertamente, pero no termina de sufrir más daño que el chapuzón inicial.

Sin embargo, si ustedes dejan caer fijo, una gota continua y constante, día sí, año también, siempre sobre el mismo punto de mira, en la susodicha dicha roca, al final termina haciéndose un agujero irremediablemente. Así fue el arbitraje del espantapájaros este. Te amedrento a base de tarjetas ridículas, te buscó y provocó para expulsarte, se inventó faltas donde no las hay, ignoró, por supuesto, las del contrincante, y te intentó sacar del partido de forma sibilina, pero cargada de mala intención. Sinceramente, un ser despreciable como otro cualquiera.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+3 GRADOS).

 

¡¡Redoblan las campanas de toda España!! ¡¡El pueblo se ha lanzado a la calle enfervorecido!! ¡¡La locura infinita se ha apoderado del mundo entero!! El termómetro, en un ataque de efusividad sin precedentes, sube ¡¡3 gradazos!! Nada menos. Pero qué justo es, ecuánime como pocos, equilibrado, elegante, señorial ... Nuestro faro, nuestro guía. Nuestro amigo más fiel. Nos dice siempre no lo que queremos leer, si no lo que es en realidad. Roguemos al Termómetro, te rogamos óyenos.

 

Voy a acabar esta infumable parrafada con un consejo para el triste lector que haya llegado hasta aquí. No hay diferencia, no, entre los unos y los otros. No saben lo simple que es y comportarse en la vida. Es algo tan sencillo como: “has sido mejor, enhorabuena”, y fuera. No señor, no. Ellos siempre tienen que apuntillar con su punto de soberbia  en el cual denotan el desprecio y el mal perder que tienen, por encima de todo. Son así. Viven en su mundo permanente (apoyados, por supuesto, por su amada prensa, en la que leen y escuchan exactamente lo que quieren leer y escuchar), mirándose continuamente al ombligo, sin tener jamás en cuenta mérito alguno de nadie que no sea su propio ego. Por supuesto, “somos favoritos” porque como ellos están tan mal, y el otro anda peor, pues, como que te perdonan la vida, como que te dan un toque en el hombro y te dicen… “venga, va, que esta te lo dejo”.

Había una escena genial en la brutal peli “La lista de Schlinder”, en la que, el colgao jefe del campo de concentración Nazi, cuando se despertaba por las mañanas, cogía su fusil y se liaba a tiros contra el primer desgraciado que viese desde su balcón. A todo esto, Shclinder (inteligente donde los haya) le hace ver que demuestra mucho más poder perdonando al “enemigo” (por decir algo) que demostrando su superioridad matando a peña sin ton ni son.

 

Total, que, en uno de sus cruces de olla de cada día, este “emperador” nazi, está a punto de cargarse a otro individuo. Sin embargo, finalmente piensa en lo que le dijo Schlinder y, poniendo 2 de sus dedos sobre la cabeza de su futura víctima, dice eso tal como … “Te perdono”. Así son ellos. No son capaces de ver ninguna virtud ajena. Son ellos, solo ellos y solamente ellos. La mala bilis es lo que tiene. Anden con cuidado, que somo la sigan vertiendo en tales cantidades, es probable que se terminen ahogando sin remisión.

 

Nosotros, a lo nuestro, el miércoles, de nuevo nos jugamos la vida en Champions. No nos interesan ni favoritismos, ni “reconocimientos” de nadie. Poseemos identidad y personalidad incontestable. Sí, se siente. Somos del Atleti, ya perdonarán… “Atleti tu eres mi vida, tu eres mi pasión” …

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