29 de noviembre de 2021

Cádiz 1 - Atleti 4. El Cádiz no es el Milán.

Lo reconozco, sigo bastante enfadado tras el partido del miércoles frente al Milán, en el que el equipo dio una imagen sencillamente lamentable, tirando a penosa. Por eso, valoro la gran victoria conseguida ayer, sí, y más o menos vamos teniendo claro que plantilla para danzar en nuestro Campeonato doméstico hay. Por desgracia, Europa es otra cosa. Hemos pasado de ser un equipo inexpugnable en casa a que aquí últimamente saque tajada hasta el Bayer de Madagascar, y ahí residen buena parte de nuestros males. Veremos en el partido de Oporto, qué lado les apetece mostrar a las lindas señoritas.

 

Pero bueno. No es mala cosa llevar este lunes tan cargado de sueño que tengo con una contundente victoria fuera de casa. Y eso que el equipo empezó en su línea de atocinamiento habitual, porque ya en el primer minuto tuvo su primera gran ocasión el Cádiz, en una cabalgada de Lozano en la que Hermoso ni se enteró (prácticamente como todo el partido, vamos). El resto de esta primera parte se convirtió en un toma y daca, en el que siempre daba más sensación de peligro el equipo local.

 

Para colmo (aunque ya no resulte para nada sorprendente, más bien es el pan nuestro de cada día) tuvo que salir Felipe por la enésima molestia, lesión o vaya usted a saber del cristalino Giménez. Reconozco que el uruguayo intimida, es muy pesado en sus marcajes y suele ser bastante contundente tanto en el juego aéreo como defendiendo en sí mismo. Pero con estos continuos a la par que constante cortes de ritmo con sus innumerables lesiones, le impide ocupar un escalafón mucho más alto en el top mundial de defensas. Una pena, porque lo tiene todo para ser un número uno, menos eso: fortaleza muscular física.

 

El resto del primer periodo, un par de buenas ocasiones para ambos equipos, y a la caseta. El partido pintaba a bastante incierto, la verdad.

 

La segunda parte comenzó de nuevo con otro de nuestros peculiares despistes defensivos nada más comenzar las susodichas, hasta que por fin llego el primer susto pero de los de verdad de los colchoneros, en un córner fantásticamente lanzado por Carrasco que Savic cruzó en exceso, saliendo el esférico lamiendo el palo.

 

Y en el 56, nuestras dos mejores bazas ofensivas demostraron que no estaban por la labor de dejar escapar estos  tres puntazos, Carrasco pone un centro fantástico sobre la cabecita de Lemar, y el francés que venía desatado remata a placer ante la no salida de Ledesma. 0-1, y lo más difícil parecía ya conseguido.

 

En teoría, y si todo marchaba sobre el guión previsto, viendo los minutos que quedaban, por un lado, el poder ofensivo colchonero, por otro, y la valentía de Álvaro Cervera, por parte local, lo normal es que, a poquito que estuviésemos finos, marcáramos un buen puñado más, porque el Atleti, con espacios, y gracias a la movilidad de nuestros jugadores atacantes, a nada que se tomasen el tema en serio así lo iban a conseguir.

 

Y esta vez sí se lo tomaron, sí. Lemar, apenas 8 minutos más tarde, y tras una contra endiablada de escuadra y cartabón del Atleti, corroboró la teoría de que, cuando un delantero se queda solo solito solo delante del portero, y le das tiempo para pensar, lo normal es que termine errando el mismo, tal y como así sucedió (una pena, porque su partido fue francamente insuperable, así le pasaba también a nuestro Niño Torres, por cierto).

 

Pero, seis minutos más tarde, nuestro dorsal número ocho confirmó la teoría que os acabo de exponer en el anterior párrafo, pero bajo la otra vertiente de la misma.  Espectacular pared entre Lemar y Llorente (el cual sigue demostrando día a día que como interior es un puñal, mientras que como lateral es, a lo sumo, uno más, que cada cual saque sus propias conclusiones), el madrileño se mete hasta el fondo de la línea, centro medidito y rasito hacia donde andaba el citado dorsal número ocho, y remate seco, ajustado y al primer toque que se convirtió en el 0-2 en el marcador. ¿Ven? No pensó, lo tuvo claro, remató de primeras y acertó. Un tanto muy de él. Muy suyo, las cosas como son.

 

Y ya en plena exhibición rojiblanca, el Cholo introdujo en el terreno de juego a Angelito Correa y Cunha, y ninguno de los dos defraudó, más bien al contrario. Una maravillosa combinación al primer toque entre Angelito, el dorsal número ocho y Cunha, hizo que Correíta definiera a la perfección poniendo el 0-3 en el marcador. La barra libre había dado comienzo al fin.

 

Pero a este club a veces le pasan cosas muy extrañas, rozando lo paranormal. Así que, en el 86, un extraño balón de playa golpeado por el Choco Lozano, hizo que se elevase  en exceso y cayese como si pesase 200 kilos a una velocidad inusual sobre nuestra escuadra sí … No defendida por el bueno de Jan. Y la pregunta del millón de dólares es, ¿Qué estaba defendiendo Oblak? Pues mire, me di cuenta que una vez conseguido el tanto gaditano, Jan se quedó mirando fijamente al bueno de Savic, que entre perplejo y asombrado, le devolvió la mirada como diciendo “a mi no me mires, macho, que esta vez yo no he tenido nada que ver”. Así que os indico lo mismo: a mi no me miréis, no tengo ni idea de lo que se le pasó por la cabeza a Don Oblak. Y me jode, porque para este equipo es muy importante no encajar goles, pero nada, este año, que no hay manera, oiga.

 

Menos mal que Cunha, tan solo un minuto después, define como un auténtico killer tras un pase delicioso de nuestro dorsal número ocho. Así que así da gusto, se nos pasó al segundo el pequeño mosqueo. ¿Y ahora qué? Pues eso me gustaría saber a mi. ¿Y ahora qué? Habrá que seguir trabajando, tendremos que seguir estando a muerte con el equipo, debemos de mejorar un montón de cosas, y si este año no nos da para defender como antaño por las características de nuestros peloteros, pues igual es hora de plantearse el jugar de otra manera, en la que explotemos lo que sí que parece que suele funcionar estupendamente bien, nuestro arsenal ofensivo. Esto ya es cosa, en todo caso, del Doctor Cholo (al que le estoy viendo últimamente, por momentos, bastante desesperado en el banquillo). Yo confío en que dará con la tecla, claro que sí. Lo que no sé si tendrá la fórmula mágica definitiva para Oporto, así que vayamos a lo que, parece, en teoría más seguro, y ganemos al Mallorca, que también costará lo suyo. Porque, que yo sepa al menos, el Mallorca tampoco es el Milán.

 

 

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Pues buenos minutos de Llorente entrando como un un puñal en el interior, Carrasco sigue de dulce, Cunha sigue aportando cada día un poquito más y entrando mucho mejor a los partidos, pero ayer el que estuvo sencillamente inmenso fue Lemar. Lo comandó todo, estuvo trabajador, omnipresente, rápido, técnico, brillante y desatado. Su mejor partido desde que está en el Atleti. Qué buen rato nos hizo pasar ayer.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

De la puñetera manía de cambiar el Cholo a Lemar yo ya no pienso decir nada más (vamos, que si después del recital que dio ayer va y lo cambia, es que es para morirse). Lo de Oblak voy a pensar como que fue un simple sueño, una cabezada pesada de estas cuando te andas echando una siestaca profunda, sin más. Fijo que no ocurrió en realidad. El que sí que me preocupa un montón es Hermoso, el cual ha pegado un soberano bajonazo. Yo le tengo fe al chaval, pero su banda ayer fue un auténtico disparate. El Choco Lozano ese parecía un reactor adelantando a un tractor, encima, casi siempre mal colocado. Así que, aunque no sea la mejor solución, yo quiero a Lodi en su sitio. Y ya está, por pedir que no quede.

 

ÁRBITRO: Gil Manzano.

Desconocido. Por momentos, pareció hasta un colegiado de verdad.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 1 GRADO).

 

Don Rubio dictó sentencia ayer en el Despacho, cuando claramente expresó en alto: “Partido de obligado cumplimiento”. Y si Míster Rubén es quién lo reclama, no seré yo el que le lleve la contraria, ni muchísimo menos el ponderado, justo, eficiente, correcto, eficaz y realista Gran Termómetro Rojiblanco. Y no se hable más del tema.

 

Bueno. A ver si seguimos superando en esta semana un poco el bajonazo total del miércoles pasado, porque, aún alegrándome un montón la victoria de ayer, no sé que extraño influjo crea en mí la dichosa Champions League esa, no lo puedo evitar. Como dice mi hermano mayor … “para mi esa competición ni existe” … El tema es que él es él, y yo soy yo... “La prensa no me ha tratado bien, y no son quién para exigir derechos”.

 

 

 

 

 

 

 

 

21 de noviembre de 2021

Atleti 1 - Osasuna 0. Carrasquismo.

Carrasquismo es Atleti, no lo duden. Es falta de reconocimiento ante un jugadorazo espectacular, diferente, genuino, genial. Carrasquismo es que no te salga un regate, pero vuelvas a intentarlo. Carrasquismo es personalidad. Carrasquismo es protagonismo, en bien de todos y por todos. Por el Carrasquismo merece la pena sacarse una entrada para ver un partido de fútbol. Carrrasquismo es pisar un balón ( de esa forma que él solo lo mima, lo acaricia), tener una clase descomunal, intentar regates imposibles, giros con el balón descomunales, goles bestiales. Al Carrasquismo solo le faltaba Cholismo, pero, y con creces, después de su extraña alucinación perdida por China, lo tiene también. Carrasquismo es fidelidad, sacrificio, el talento al servicio de la comunidad, pero sin renunciar al mismo. Carrasquismo es tu descomunal vieja, compadre. Carrasquismo eres tu.

 

Y luego que me vengan con memes absurdos como el tal Ficticius y demás. Porque Carrasquismo también es no hacer el subnormal, y no morir en el intento, y, encima, no creértelo cuando no eres más que una mierda inflada por los de siempre. A vos no le van a reconocer nada, Hermano, pero no te importe en absoluto. Ni falta que te hace. Aquí andamos nosotros. ¡En pie el Metropolitano, vive Dios!

 

Partidito duro dónde los haya. Osasuna nunca será santo de mi corazón, pero si de mi reconocimiento. Es un equipo que me mola cantidad. Es una afición (indargorinismo aparte) que les he visto saltar como peperos poseídos ante un striptease de Ayuso, animando sin cesar, a pesar de ir 0-4 frente a nosotros, sí, en el Sadar). Es nobleza, es trabajo, es devoción, es defender como nadie lo hace en primera división, hoy en día. Es profesionalidad (mal entendida por muchos de los míos cuando nos las pusieron putas el año pasado cuando conseguimos la liga, y yo os pregunto, ¿Y qué se suponen que tendrían que hacer? ¿Salir a coger amapolas? Si estuviésemos en la condición inversa.. ¿Qué pensaríamos de ellos? De verdad, hay debates que me aburren sobremanera). A los Atléticos nos gusta ganar las ligas así, frente a la mejor versión de un rival que, encima, se comporta con todos por igual (pregunten por Concha Espina este año, si eso). Pasarán los años, y tendré que seguir explicando lo mismo. País.

 

La primera parte fue como un lunes cualquiera. Imagino que a ustedes les pasará lo mismo. Llegas a la oficina, careto de sueño hasta el suelo, con pocas ganas ni de verte a ti mismo, y cogen y te preguntan, curiosamente, el dicho día cómo vos. “¿Qué tal?” y yo respondo “De lunes”.

 

Ese “de lunes” implica que estás, pero sin estar del todo. Que necesitas un periodo de tiempo para ir asimilando la puta cuesta arriba  que te queda de semana. Que no quieres ni alborotos, ni ruidos, sino que sea un proceso silencioso, afable, y tranquilo. Y, poco a poco, seguiremos siguiendo.

 

Así salió el Atleti ayer. Un poquito porque había que salir, no queríamos complicaciones, tampoco teníamos demasiadas ganas de hacérselas al contrario, y vamos tranquilamente, a ver si nos vamos despertando.

 

El más alborotadillo fue el dorsal número ocho, con un par de buenas ocasiones, y Osasuna, por su parte, que le recordó a Oblak un tal Torró que no había fichado en el currele todavía, y desde un disparo desde Pamplona, no menos, le hizo lucirse con un paradón de los suyos. Es una gran noticia que el bueno de Oblak nos siga malacostumbrando a su nivelazo habitual (salida vendimiera fuera de tiempo aparte).

 

La segunda parte ya empezó a ser martes para el Atleti. Fuimos otra cosa. Hay  que ir a muerte para estar a tope a por el viernes. Y fue un Atleti decidido, constante, vertical y ambicioso. Y sin crear ocasiones de gol flagrantes, pero sí que se mascaba que el tema finalmente podía llegar a buen puerto, a pesar del imperial David García. Y Carrasco se inventó una jugada de esas de las que no conduce, acaricia el balón, no controla, hace de él a su antojo, se va por un lado, amaga por otro, se saca una ruleta de la chistera, y termina rematando al lateral de la red. Imaginación, creatividad, verticalidad, genialidad, descaro. En definitiva, Yannick.

 

Y cuando, seguro que los cagaprisas de siempre tenían una enorme deseo de pirarse sobre las 20 h. de un sábado, Don Yannick puso el primer córner en condiciones desde hace ya demasiado tiempo, y Felipe, imperial, esplendoroso y demostrando que si algunos creemos en la vuelta de Godín, nos parece perfecto, pero que no nos olvidemos de él, por favor, de espléndido testarazo cruzado, pone el 1-0 en el marcador.

 

Por desgracia, el tema no se acabó ahí. Roberto Torres casi nos puso el disgusto del año en un remate seco y cruzado, pero Oblak hizo todo lo demás. Y es que, con ese apellido, jamás nadie puede empañar nuestra rica historia.

 

Al final, Carrasco se inventó en un córner pamplonica en el que había subido Herrera (guardameta visitante), un remate a puerta vacía a la contra que, mansamente, repelió el palo. Casi mejor. Es más sui generis, más nuestro. Carrasquismo demostró que es un fenómeno de vida, incertidumbre, pasión, genialidad, imaginación. En definitiva … Atleti.

 

Un partido muy currado, en el que nos enfrentamos al equipo que mejor defiende del Campeonato, y con diferencia. Pero los puntos son de oro. Así que a disfrutarlos tocan. Y un solo consejo les doy: a mi el Carrasquismo me mola cantidad y me afilié a él desde ya su primera época (los que me conocen, bien lo saben). Admito sus errores erráticos de China (esa forma de ser, en el fondo, es muy de nuestra idiosincrasia, para bien, y para mal). Pero como soy del Atleti, soy Carrasquista. Hay plazas todavía libre en el barco. ¿Alguien más se me apunta?

 

EL CRACK DEL PARTIDO.

Yo creo que no hace falta más que os diga quién lo ha sido en realidad. Pero también me quiero quedar con Felipe, ese absurdo, ridículo, por momentos, soez, saco de las hostias de buena parte de los Atléticos últimamente. De primeras, a mi me da siempre mucho apuro señalar a alguien tan burlescamente como se ha hecho con el brasileiro. Y, de segundas, me encanta como el menda se ha empapado realmente de lo que es este Club.

Cuando los de la guadaña 24x7 le estaban masacrando sin piedad tras lo del “Fuck Liverpool”, el chaval dio la cara, y dijo que no era una cuestión de que él estuviese mal, sino que formaba parte de un colectivo, y daba igual quién fallara, era una cosa de todos por igual, porque todos eran uno solo. Pues bien, ayer que se podría haber cubierto de gloria, y haberse reivindicado como el gran protagonista del encuentro, el chaval dijo exactamente lo mismo. “yo no he conseguido ningún gol, es el equipo el que lo ha logrado, somos así, es lucha, sufrimiento, Atleti”. Eso significa, equipo, Cholismo, en definitiva, y como el bien dijo … ATLETI. Así que, ya me perdonarán, pero Felipe, esté bien, mal o regular, siempre en mi escuadra. Porque es muy complicado en tan poco tiempo de estancia en nuestro Club, empaparse tanto de nuestra personalidad como él lo ha hecho. Y saben que nunca destaco a casi nadie del equipo rival, pero oigan, hay que hacer un receso con el pibe ese llamado David García. ¡Qué central! ¡Lo tiene todo! Gallardía, poderío, imperial en el juego aéreo, juventud, sencillez, saber estar … De verdad. Si nadie le engaña, ese chaval está llamado a marcar una época como central.

 

 

ÁRBITRO:  César Soto.

 

Pues no le hubiera mentado siquiera, pero oigan, es que las tarjetas amarillas que nos sacan últimamente, son de ir hasta el culo de rulas en la fiesta de Nochevieja del Fabrik, no me jodas. La del dorsal número ocho, en un balón que le centra Llorente desde el fondo del área, el francés se anticipa a todos, remata, y el balón se va fuera, lógicamente, chocando ante la salida del guardameta visitante. Oigan, que el fútbol es así. Es choque. Es decisión. Es remate. Es salir a cubrir el susodicho. Pues nada. Tarjeta psicodélica para el gabachín de turno.

 

Y luego la del chaval (que me gustó para lo poco que hizo, un montón, personalidad, si señor, es lo que más valoro en un canterano que debuta, y el criejo imberbe la tuvo) Carlos Martín. Bien. Le saca una amarilla por una acción en la que mi Madrileñín se anticipa al contrario y levanta un poquito al pie. Venga, va, que no es ni falta,  pero te medio compro juego peligroso. ¿Pero amarilla, a un crío que lleva apenas 3 minutos en el campo por eso? Se tiene uno que reír …

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (-1 GRADO).

Obligado cumplimiento, solo faltaba. No se sean descerebrados sin escrúpulos. Hicimos lo que teníamos que hacer, y fuera. La situación no es para nada dramática, pero hay que seguir vigilándola.  Y los que estén en Neptuno celebrando lo de ayer, pues oigan, no se olviden ni su bañador, ni su patito de goma, ni sus aromáticas colonias de “Chispas”. Los Atléticos serios, recios y responsables, mientras tanto, seguiremos al pie de la letra lo que nos guía nuestro Termómetro esencial. Baron Dandy forever.

 

Y el miércoles, Milán. ¡Qué partido! Denlo todo en la grada, den un tajo a su corazón, desángrense vivo, cantando sin parar … “¡¡¡EL FRENTE YA ESTÁ AQUÍ!!!”

8 de noviembre de 2021

Valencia 3 - Atleti 3. ¿Quién os gusta más, Gary Cooper o John Travolta?

Don Gary Cooper siempre me ha parecido un tipo rudo, seriote, formal, sin grandes extravagancias,  tímido, alto (a veces lánguido). No suele contar chistes, no parece un tipo estridente, es muy cabezón , un tipo de ideas fijas, claras y que no vende sus principios por nada ni por nadie. Uno de los mejores actores que ha pisado la tierra. Así era él, y así era este equipo denominado Atlético de Madrid no hace demasiado tiempo. Era un equipo que mordía, que estaba siempre altamente concentrado, que le importaba un bledo si jugaba más o menos vistoso. Tenía las ideas claras, cómo ejecutarlas, y, cuando se ponía por delante en el marcador, uno ya podía respirar tranquilo y comentar con tu colega de grada qué hiciste el sábado, que buena está la del quinto, puedes hasta echar un pequeño vistazo al periódico o irte a la nevera a por otra cerveceja de la manera más tranquila posible. Las posibilidades de que el rival siquiera nos inquietase eran, sencillamente, ínfimas, al menos aquí, en la Liga Española.  El auténtico Gary Cooper del fútbol español.

 

Travolta, sin embargo, es otra cosa. Conste que a mi como actor también me gusta (ha ido claramente de menos a más) pero es de un estilo mucho más chabacano, más de postureo, mucho más estrafalario, resultón, sí, pero de imagen algo frágil y, por momentos, desequilibrada. Puede que divierta más que Don Gary Cooper o sus interpretaciones entretengan más, pero también puede llegar a exasperar en algún que otro papel de moñas total. Y esto es en lo que se anda transformando el Atleti ahora. Básicamente, somos un equipo moñas. Ahora mismo ni somos un equipo serio, ni, por momentos, siquiera medio decente. Es correcto que atacamos muy bien (cuando nos da por hacerlo, claro) pero no tenemos luego la frialdad de cerrar un partido, y más bien nos comportamos como una banda de chiquillos disputando un partido de fútbol en el recreo. Y, claro, así pasa lo que pasa, que empezamos ya a llevar bastantes encuentros en esta temporada en que terminamos los mismos con una cara máxima de gilipollas integral, elevada ayer al grado de máxima expresión.

 

El partido comenzó más o menos como esperábamos. El Valencia iba a plantear un encuentro rocoso y disputado, y el Atleti lo intentaría ir mascando según fuese pudiendo. Hasta que, a los 35 minutos, llegó el tanto de Luis Suárez, tras gran combinación con Correíta. Con este 0-1 los Atléticos de Gary Cooper ya éramos hombres confiados, tranquilos, sosegados, mirábamos admirados el buen hacer y la disciplina espartana del equipo para no conceder ni una sola ocasión más de gol. Closed. Cerrado. Campana y se acabó.

 

Pero son otros, tiempos, y ahora estamos con el Atleti de Travolta. Ese Atleti que sigue atacando medio a lo loco en la segunda parte, es capaz de tener una buena ocasión nada más comenzar la misma en un buen cabezazo del dorsal número ocho tras otra buena asistencia de Don Ángel Correa. Ese Atlético de chici-nabo, que permite que empate el Valencia en el típico gol burlesco que nos suelen meter de vez en cuando. Costa centra y el balón se pasea por el área plácidamente, hasta que llega a Guedes, el portugués vuelve a centrar de nuevo, que la da Oblak, que si rebota en la barriga de no se quién, que si Pichichi Savic vuelve a aspirar a la bota de oro. En fin. Empate de nuevo. Otra vez vuelta a empezar. La historia de nuestra vida en esta temporada.

 

Y claro, el Valencia se desmelena. Y Foulquier obliga a lucirse a Oblak. Pero esta vez tenemos suerte, porque en ataque, cuando nos da la inspiración, somos mortales de necesidad. Y el dorsal número ocho se cruza casi todo el campo llevando una contra de bandera y termina rematando inapelablemente a la escuadra. Un golazo de Campeonato. Un gol que indignó a Don  Rubio, claro. “¿Qué es eso de meter un gol así el Atleti, hombre? ¿No ha rebotado en nadie ni en nada? No me gusta, no es nuestro estilo”. Y encima tenemos suerte y todo, porque, tan solo 2 minutos más tarde, esta vez sí que se produjo un gol del gusto del citado Caballero del Honor Rojiblanco. Centro de no se quién, Luis Suárez parece que se la lleva o no con la mano, o con la barriga, o con qué se yo, termina rematando como La Tacones, el balón le llega a Vrsaljko, y tampoco se sabe muy bien cómo ni por qué, pero la termina impulsando al fondo de la malla. 1-3, y la cosa parecía sentenciada. Si. Sentenciada. Ja.

 

Tan solo 4 minutos más tarde Wass ya avisó que el equipo ché no estaba por la labor de dejarse llevar, rematando (más solo que la una, por cierto) un fenomenal remate a la media vuelta que se estrelló en el larguero.

Y en el 84, volvió a avisar Guedes, pero Oblak  atajó de nuevo un balón más que peligroso. Y el Cholo quita a De Paul, y me saca a Herrera. Y este muchacho es un auténtico desastre, la verdad. Y se da un sorprendente descuento de 7 minutos, que no termino de saber de dónde salen. Y en esos siete minutos hacemos uno de los mayores ridículos futbolísticos que jamás recuerdo a un equipo. De primeras, otra cosa no, pero el Valencia, por muy debilitado que esté, deberíamos de saber ya que son peña que no se suele rendir fácilmente, y que han remontado ya un buen puñado de partidos en esos últimos cruciales minutos. Precedentes hay a montones, y por todos lados.

 

Aparte, se está demostrando que esta temporada, a nivel general en gran parte de los encuentros, los descuentos están siendo altamente desequilibrantes en un buen número de partidos que se van disputando jornada tras jornada. Y hay que saber dormir este tipo de situaciones, y tocar el balón con tranquilidad, con pausa, y llevar el control siempre del mismo.

 

¿A dónde cojones iba Kondogbia en el 92, como un poseso, solo a llevar una contra frente al mundo entero? (la cual, por cierto, la corta el Valencia con una flagrante falta sobre el negrata zumbón, aunque esa no es la cuestión). De ahí nace la vertiginosa combinación local para que Hugo Duro remate a placer el 2-3. Y ya está el lío montado.

 

Y ya el pánico se apodera de todo el mundo. Y ya los locales juegan como poseídos. Y ya el árbitro pita una piscodélica falta Antoine sobre Guedes (tarjeta amarilla incluida, ver para creer) cuando es justo al revés. Y la pone el portugués, y como el Hugo Duro este hacía apenas 2 minutos que ya nos había avisado de lo peligroso que era, anotando un tanto de forma parecida, pues vuelve a rematar otra vez a placer, sin ni la más mínima oposición ni del Tato, y consigue el empate a tres. Y a uno se le queda una cara de gilipollas de impresión. Y se va a casa con un cabreo monumental. Y discute con todo Dios. Y me imagino al cabrobazo de mi hermano @ARIAS4EVER descojonándose vivo de mi persona. Y me llevan los siete mil muertos por mis venas. Y estoy hasta los cojones de ir haciendo el Travolta por la vida. Quiero volver a ser feliz. Quiero mi puta puerta a cero durante 10 partidos consecutivos, lo menos. Y me importa una mierda jugar bien, regular o medio mal. Y me la suda que aburramos o que dejemos de hacerlo. Los mea colonias que vean lo que quieran. Yo quiero que vuelva mi olor a fragancia de Floid. Necesito volver a sentirme Don Gary Cooper. Y de esta forma, estaré con él también en el cielo.

 

 

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Hugo Duro, evidentemente. Y nuestro dorsal número 8, que cada está jugando más,  y mejor.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Yo. Tras el primer Gin-Tonic, debí de volver a mi cervecita, que nunca me falla. No hice caso a mi instinto, y así acabamos. Ando sencillamente desolado.

 

ÁRBITRO: Soto no sé qué.

¿7 minutos de descuento? Venga, ya, hombre. Da 12, si eso ... Tampoco me puedo explicar cómo puede pitar la falta de Griezmann sobre Guedes, cuando es justamente al revés. Que le saque ya la amarilla entra dentro del fenómeno de la paranoia más desquiciante. Eso por no hablar de falta a Kondogbia en la contra que propicia uno de los tantos, claro. Lo que pasa es que aún así, todo esto es tan grotescamente esperpéntico, que ni le da a uno más ganas de ponerse a lloriquear por nada, la verdad. Para qué …

 

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (-1 GRADO).

 

El Termómetro no entiende ni de pasiones, ni de  gavilanes, ni de corazones rotos, ni de lágrimas con rostros desencajados. Él está por encima de todo eso, y considera el punto conseguido en Mestalla como aceptable (fríamente hablando), por lo que decide, de una forma tan espléndida como espartana, no tocar el mismo, y dejarlo con la temperatura con la que se encontraba. A mi ya me ha dado algo de moral y todo, joder …

 

Y ahora, paroncito de selecciones. Pues yo lo agradezco, qué quieren que les diga. Un poquito de desintoxicación de fútbol tras lo de ayer a mi me viene de cine. Puta cara de gilipollas que aún tengo, joder …”Llegó el uruguayo, para meter goles, lucha por nosotros, échale cojones”…

1 de noviembre de 2021

Atleti 3 - Betis 0 . Sin previa no hay paraíso.

Debido a circunstancias familiares que, por otro lado, realicé encantado, las cosas como son, ayer tuve que irme al final pitando de casa con la hora pegada al culo. En estas ocasiones, en las que mi cachorrín el Capo no cumple con sus obligaciones contractuales y no me lleva por haberse ido de puente a la playita con su mediabufanda, a 30 grados bajo el sol (sencillamente inadmisible, como es fácil de entender), suelo pillarme el metro tranquilamente hasta Canillejas, y después darme un paseo hasta los bares del campo, para ver a toda mi gente. Tiene su encanto, qué duda cabe.

 

Pero ayer tuve que hacer el transbordo, después de chuparme casi toda la línea 5 desde Carabanchel hasta Pueblo Nuevo, hasta el Metropolitano, y una y no más, Santo Tomás. Primero, me chupé una cantidad de estaciones indecente para tan corta distancia de espacio. Segundo, se me revolvieron todas las tripas ante  tal cantidad de gente. Y tercero, me situé como pude en el vagón, de esos metros que están unidos los susodichos por gomas de esas que no paran de moverse, y me sentí peor que si estuviese de marcha dentro de una lavadora centrifugando.

 

Así que, escapé de allí como buenamente pude, y me dio tiempo a pillarme un mini de agua (con hielo) vitaminada, mineralizada, de fácil asimilación, y pude compartir un pequeño rato con Don “Pasión de Gavilanes” Tete y Don Maxi, al que contemplé más esplendoroso y fantástico que nunca, y, cómo no, a Don Pablo, que me dio la solución perfecta para no volver en semejante cacharro de hierros desquiciantes, y hacerlo plácidamente con el bus de la peña hasta el Despacho. Y aún así, me tocó después al lado a un jovenzuelo con las 34 cervezas de más que no paró de soltarme la brasa sin parar. Daba igual, aparte, ¿Quién no ha tenido su edad y ha hecho lo mismo?

 

Una vez dentro del campo, resultó que ni el puente, ni la inmensa y copiosa lluvia durante toda la tarde amedrentó ni mucho menos ni a la afición Atlética, ni la ingente cantidad de béticos, que, por mucho que pierdan y pierdan año tras año en sus visitas nuestros diferentes estadios, no dejan de acudir, lo cual es, cuanto menos, aplaudible.

 

Y un Betis-Atleti bajo la lluvia es una auténtica gozada. Y trae recuerdos imborrables de aquel 4-3 mítico con doblete final de Arteche. Y el Atleti disputó un estupendo partido de fútbol. Y eso que el arreón inicial fue visitante, cuando Carvalho disparó a puerta obligando a Oblak a realizar una gran parada, nada más comenzar el mismo.

 

Pero el engranaje ofensivo colchonero ayer rozó la perfección. Y a los 19 minutos, una gran jugada con asistencia final de Correa sobre el dorsal número 8 (estoy a puntito de empezar a llamarle por su nombre, ya me vayan empezando a perdonar) hizo que Bravo se luciese con una espectacular parada tras gran remate del francés. Ocho minutos más tarde, el bullicioso Carrasco manda a Montoya al traumatólogo por doble rotura de cintura y respectivas caderas dentro del área tras excelsa conducción, y con un remate tan inesperado como seco y potente, bate con ese zurdazo que le ha dado dios al guardameta chileno. Golazo de bandera.

 

Poco después, un más entonado Hermoso la tuvo también. Ayer el equipo, en líneas generales, defensivamente estuvo en su nivel. Oblak ejerció de Oblak, Trippier fue un coloso en su banda, Giménez estuvo sumamente concentrado, y el ya citado Hermoso mejoró un montón. Y es que el jefe Savic volvió a la oficina. Y entre sus grandes virtudes está la de hacer mejor a sus compañeros. ¡Qué bueno que volviste, Stefan! Con el 1-0 nos fuimos al descanso.

 

Al poco de comenzar, vimos que el diluvio meteorológico de agua se correspondía con el futbolístico  rojiblanco sobre el césped. Cuanto con más tesón no paraba de pluvial,  más desatado y vertical se desarrollaba el fútbol del Atleti. Luis Suárez la tuvo primero de cabeza, tras fantástica asistencia de De Paul, y luego un mano a mano con Bravo de los que no suele fallar nunca, tras mágica asistencia de Ant … estooo el dorsal número 8. Antes había marcado Mario Hermoso en fuera de juego.

 

Por su parte, los de Heliópolis tuvieron un buen remate de cabeza de William José que salió lamiendo la escuadra de Jan. Pero en el 62, y tras ese mano a mano errado por nuestro Luisito favorito, córner muy bien lanzado de nuevo por Antoi … digooo, el dorsal número 8, al cual Pezella decide que ya está bien de la sequía galopante del Atleti a balón parado, rematando de forma inapelable ajustando el balón al palo ante la mirada atónita del incrédulo portero bético. Hasta el mismísimo Don Eulogio Gárate hubiese firmado un tanto así. 2-0, y, al fin, la palabra tranquilidad se unía con el  termino Atleti para terminar presenciando a la par que degustando un exquisito y plácido partido rojiblanco.

 

Ya a falta de diez minutos para el final del encuentro, se produjo una de las noticias más esperadas por el que esto os escribe. Gol de Joao Félix tras solitaria galopada por el campo. Disparo seco, duro y cruzado ante Bravo, que, a pesar del tic neuronal de nuestro linier en levantar el banderín por todo y a loco, el VAR, esta vez sí, demostró que, utilizándose con lógica y sentido común (términos en especie de extinción en esto del mundo del arbitraje español), puede servir para impartir justicia, tal y como fue el 3-0 final con que acabó el partido.

 

Así que, broche de oro a una buena tarde de fútbol, y a otra cosa, mariposa. El paraíso hubiese sido total con mi previa como Dios manda, pero uno, en esta vida, está claro que siempre anda aprendiendo, por más que se piense que sabe lo sabido y lo desconocido. Así que háganme caso, y disfruten de lo que es  un partido de fútbol con su gente en todo su esplendor. Y es que, sin previa, no hay paraíso.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Inmenso alegrón de volver a Savic poniendo orden y firme al más pintado, gran mejoría de Trippier con respecto a una temporada que no está especialmente fino, muy buen partido de Angelito Correa, infatigable en todo el terreno de juego y jugando con sentido y verticalidad, brutal Carrasco, excelso Don Antoin … dorsal número 8, moviéndose por todo el campo y dando siempre soluciones ofensivas al resto de sus compañeros, pero el que estuvo sencillamente imperial, descomunal, todopoderoso, fue De Paul. Omnipresente en todas partes, exquisita visión de juego, personalidad a raudales, claro ejemplo de que un jugador técnico no debe de estar reñido con uno recio, contundente y sacrificado al mismo tiempo. Cómo siga así, vaya jugador de fútbol nos espera, vive Dios.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Deportivamente nada, pero sí que me gustaría una cosa, y es que alguien se posicionase definitivamente sobre lo que se puede o no se puede hacer viendo el puñetero fútbol de mis entretelas. Unos quieren fumar, otros no quieren que lo hagan, pero sin embargo comen y beben a destajo, lo cual irrita a los fumadores y les sirve de excusa para realizarlo. Ayer no llegaron dos en mi zona a algo más que palabras porque le terminé convenciendo al fumador, de que por lo que andaba consumiendo, preparase las 3000 del  ala de rigor. Pero esto es que no debe de ser así. ¿No hay ya una zona de no fumadores definida en el campo? ¿Por qué entonces sí que se permite fumar en los descansillos? ¿Se puede comer? ¿No? ¿Se puede privar? ¿No? Urge solución claramente explicativa de las normas al respecto. Si no esto acabará como en el lejano Oeste. Vayan tomando nota.

 

ÁRBITRO:

Alberola Musculitos Rojas. Al menos hemos acabado un partido sin amonestados. Ver para creer.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 1 GRADO).

 

Partido de obligado cumplimiento. El  Termómetro hasta que no vea una regularidad manifiesta, no piensa regalar nada a la muchachada, ni a ustedes, ansiosos devoradores de gramos, digoooo … de grados. Necesita ver una continuidad real a si lo de ayer fue solo un espejismo, o el auténtico sustento de lo que va a ser en esta temporada el Atleti. Así que séanme disciplinados, y hagan caso ante la sapiencia infinita de vuestra sección favorita.

 

 

 

No podía acabar esta crónica sin dar las gracias a todos los que hemos hecho posible el sueño de tener una estatua en nuestro campo dedicada a Don Luis Aragonés. Gracias a todos los que hemos participado aportando los 15 leuros por banda para que se cumpliese, gracias a la escultora Alicia Huertas por todo el cariño que se ve que ha puesto en la realización de tan complicada tarea, y muy especialmente, gracias los auténticos partícipes que, gracias a su imaginación, trabajo desinteresado y dedicación plena en la defensa de nuestros valores y nuestros colores, han hecho posible que todo esto se hiciese realidad. En pie todo el mundo ante la muchachada del Frente Atlético …”Los años han pasado, el FRENTE sigue igual" …

 

 

 

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