19 de noviembre de 2012

Granada 0 - Atleti 1. Imparables.


Sin brillantez, pero con eficacia, oficio y saber estar (menos nuestro amigo Mario Suárez, luego hablaré de él). Un partido que para el que no sea del Atleti o del Graná puede resultar un coñazo supino, pero no se piensen, para los que somos de uno u otro equipo, casi que también, salvo la emoción que da la incertidumbre del resultado y el deseo de que gane tu equipo. Defensas que se imponen a ataques, presiones eficaces de uno y otro equipo, y un primer tiempo para olvidar, sacado solamente del tedio por una gilipollez en forma de taconazo de Miranda que casi nos cuesta un gol, pero que un enorme Courtois salvó el remate final a bocajarro de El Arabi.

Por parte del Atleti, un buen disparo lejano de ese llanero solitario llamado Falcao (mientras no se quite esa  tirita azul de su frente no va a volver a marcar, ya lo verán), medio millón de córners desaprovechados y poca cosa más, ya que Turán estuvo perdido y tristemente también solo, y Adrián pasó como un fantasma durante toda la primera parte. ¿Dónde diablos anda la mente de este buen hombre? De momento, es un misterio sin resolver.

En el segundo periodo, un servidor tenía claro los cambios que había que realizar. Era un partido para el Cebolla, para Diego Costa y para Koke. Dos de los 3 cambios se produjeron (el de Koke y el propio de Diego Costa, que tardó un par de minutos en salir mientras el equipo estaba con 10 por qué sé yo de sus medias, ya saben, las cosas del Atleti). Y se notó. Vaya que si  se notó.

Koke manejó al equipo con criterio, y Diego Costa dio movilidad, profundidad y creó peligro en casi  todas sus acciones, como siempre. Y así, llegó el zarpazo final en una asistencia de Koke sobre Turán, que este convirtió en tanto a puerta vacía. Un 0-1 que parecía ya definitivo, porque era uno de  esos encuentros en los que cada gol se podía multiplicar por tres su valor, dada la escasa profundidad de uno y otro equipo. Solamente puso la emoción la absurda pero justa expulsión de Mario Suárez, que dejó al equipo con diez. Afortunadamente, los del Cholo tienen una colocación impecable dentro del campo, y apenas notaron su ausencia. Así que tres puntos como tres soles de grande, y que tienen su peso en oro, especialmente, porque estamos aguantando ese ritmo absolutamente diabólico e infernal que tiene puesto el Barcelona. Y, créanme, no es nada fácil hacerlo. Pero nada.

EL CRACK DEL ENCUENTRO: Courtois vs. Godín. Los dos estuvieron sencillamente colosales en el trabajo que tuvieron.

LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO: Pues ni fue el día de Adrián, ni el de Raúl García, pero voluntariamente el que se merece estar aquí por méritos propios es el bobo de Mario Suárez. Menos mal que su estupidez al final no nos costó ningún punto, porque si no es muy probable que estas líneas las estuviese en estos momentos escribiendo en un tono bastante diferente, máxime con la mala milk con la que suelo yo andar los putos lunes luneros.

ÁRBITRO: González al cuadrado. Nada reseñable que decir de él.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 10 GRADOS).
Pues si señor. Le subo otros dos  graditos más, porque este partido había que roerlo, que carallo. No está pero que nada mal el cómo está yendo la cosa. Me han comentado que, inclusive, tenemos mejores números que la temporada del doblete. Dichoso Barsapasta.

Y el jueves, partido importantísimo para rematar nuestra clasificación europea a la siguiente ronda. No sería de recibo que todo un doble Campeón de Europa League caiga a las primeras de cambio en su torneo. Ya sabemos que no es la Champions, pero bueno, todo se andará.

12 de noviembre de 2012

Atleti 2 - Getafe 0. El invierno se instala en el Calderón.

El partido fue como la tarde: más bien gélida y fría como un puto demonio. Entre que al Atleti con controlar los encuentros en el centro del campo y tener un poco de paciencia termina siempre liquidando  a sus adversarios, y que el Getafe ayer parecía una selección mundial entrenada por Blancanieves y los siete enanitos (no vi jamás cosa más inofensiva) pues eso, que en la primera parte nos pusimos prácticamente sin despeinarnos con un 2-0, obra el primero de Adrián tras aprovecharse de un despiste monumental de  la zaga getafense (Moya incluido), y el segundo en una brillante acción individual de Arda, que con un simple bailecito de cintura le sirvió para deshacerse con  esa clase majestuosa que Dios le ha dado y batir a placer al guardameta visitante. Una pena que dicha acción viene precedida de una clara mano con la  que el genio turco se sirvió para llevarse el balón. El gol fue una chulada, sí, pero debió de ser anulado.

La segunda parte fue aún más soporífera que la primera, con un Atleti obsesionado en darle un gol a Falcao para que homenajease al montonazo de colombianos que había ayer en las gradas del Calderón (magnífica entrada para la tardecita-noche infernal que hacía ayer por el Manzanares, si bien, obviamente, las ha  habido aún mucho peores), y que lo tuvo en un brillante pase del omnipresente Arda que Radamel intentó adornar en exceso el remate dándolo con el tacón (o, mejor dicho, intentando darlo). Y mientras, sin noticias del Getafe, que ayer demostró sobre el césped del Manzanares que tiene tan poca presión por hacer ni nada bueno ni nada malo que eso … salen a ver cómo está el tiempo, y si les apetece, pues igual te arman el taco y todo, pero si está la noche como ayer, mejor que pase cuanto antes el trago, y a otra cosa, mariposa. Eso sí, disimulan de vez en cuando, especialmente en la peligrosa moda que se ha  impuesto de cómo marcar a Falcao y no morir en el intento. Le puedes agarrar hasta que desfallezca, darle coces, saltar encima de su chepa. Solo falta la penetración anal, pero algún colgao por ahí fijo que lo intentará en próximas semanas. Este tipo de acciones, y las del pendenciero del Juan Rodríguez ese recordaban que, al menos, algo de rival había. Eso, y un medido centro de Diego Castro que Lafita perdonó por lo buen Atlético que sabemos todos que es en realidad.  El resto, un continuo homenaje a la nada.

Para colmo de males, se quedaron con 10 por lesión de Rafa, y ahí se acabó todo lo contable. Un partido cómodo, frío, de ver en el salón de tu casa calentito con una buena manta del Atleti encima, o verte en el Calderón con la manta y unos buenos chupitos de copas de coñac. El entrañable invierno ya está en el Calderón, y siempre al mismo de siempre se le olvida cerrar la maldita puerta, leche.

EL CRACK DEL PARTIDO: Arda, sin ningún género de dudas. Y mira que empezó el pobre el partido tiritando de frío, pero debió de pensar el turco que qué mejor manera de entrar en juego que ponerse a jugar al fútbol como él sabe, es decir, como los ángeles. Partidazo completo el suyo donde los haya.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: El Getafe. Por culpa del vikingo de su presidente, es un equipo absolutamente impersonal, sin alma, sin afición y sin identificación propia. Puede que el reunir cada temporada a un buen puñado de buenos peloteros le permita al Geta permanecer con la punta del capullo en primera división, pero chico, no sé, yo creo que a un equipo hay que exigirle o, mejor dicho, tiene que transmitirte algo más. Mucho más.

ÁRBITRO: Paradas Romero. Se come un penalti de enciclopedia de Valera sobre Falcao, y permite a Turán llevarse el balón con la mano en el segundo gol. A pesar de estos dos fallos, no estuvo mal del todo.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 8 GRADOS).

Encuentro de obligado cumplimiento. No se puede mover. Aunque ojito, que tras nuestras dos derrotas en Valencia y en Coimbra (mira que quitarnos ese equipo nuestro récord, hay que joderse), el partido era importante de cojones. Seguimos ahí, seguimos en la brecha, seguimos molestando. Ole, Cholo, ole.

Y la semana que viene, a Granada. Este partido sí que no se puede perdonar. Este encuentro sí que vale sus puntos en oro puro macizo. Esperemos que las putas selecciones nos traigan a los nuestros vivos y salvos. Podemos y debemos seguir en la brecha.

6 de noviembre de 2012

Valencia 2 - Atleti 0. Crónica tardía del primer cabreo de la temporada.


Que no disgusto, ya que no puedo estar mosqueado cuando veo que mi equipo lo da y lo intenta todo  por vencer un encuentro que terminó, por qué no decirlo también, palmando  merecidamente.

Y no. No es odio el que tengo  por el Valencia (aunque me consta  que muchos de sus seguidores sí que lo  tienen por nuestros colores, su problema, obviamente), pero sí que el término “rivalidad” (creo que bien entendida) siempre lo tengo a  flor de piel cada vez  que me enfrento a ellos. Viene de lejos, probablemente, por la gran cantidad de amiguetes que tengo por allí y que  siempre tan bien me han tratado. Esas cosas siempre marcan, está claro. Y los piques y demás me gustan más que a Paula Vázquez  dar su teléfono móvil a todo quisqui, qué le vamos a hacer.

El partido fue más o menos bastante calcado a si hubiésemos escrito un guion preestablecido del mismo: más garra que fútbol, más centrocuentismo que centrocampismo, trabado, a veces sucio, guerrillero, de los del con el machete en la boca. Y emocionante. Por supuesto, bastante emocionante.

Se adelantaron los chés prontito, con  un golazo fabuloso del desquiciado a la par que desquiciante Soldado, individuo que, por cierto, debió de ver la roja por reventarle la cabeza a Falcao cuando, a  su vez,  le habían cometido penalti por Pereira. Vamos, que solo faltó que apareciese ese adalid del juego noble y sano que es Albelda, para terminar de rematar la fies. Tranquilos, el colombiano aún respira. No pasa nada.

El tanto, sin embargo, no desanimó a los míos, comandados  por un omnipresente (en lo bueno   y también en lo malo) Arda Turán,  otro que debió de irse a la caseta por devolverle el pisotón, esta  vez sobre Pereira, tan claro como innecesario, ya en la segunda parte. Daba igual. Teixeira seguía a  lo suyo:  despropósito va, penalti a Falcao que me como viene. Y encima  expulsa a Pellegrino, a pesar de que el Cholo intentó echarle un cable. Cuidadito, Diego, que te faltó el canto de un duro  para pirarte tu también. Esta fauna  es así. Aún así, mi aplauso por tu gesto, al igual  que  el del otro día de  nuestro capitán, Gabi, en Jaén. Cosas así dignifican este escudo, esta institución y a esta afición.

El segundo tanto local vino ya en las postrimerías del encuentro, anotado por el golfista Valdés (¿recuerdan Werder Bremen en Champions, valencianistas? Uno que estaba aquel día en Mestalla, fíjense ustedes por dónde, sí, ¿Dónde se encuentra vuestro orgullo? ¿Y vuestra dignidad? Ya se lo digo yo, no se preocupen. Les pasa como a nosotros: en manos de dirigentes-delincuentes).

Y el Atleti pues lo intentó, de mil maneras distintas, de mil formas diferentes, pero no  hubo forma humana de batir a Diego Alves. Qué le vamos a hacer. Muchos  nos esperaban con los tanques ya preparados para verter toneladas de mierda sobre nosotros. Me la suda, que escupan lo que quieran. No seré yo quienes  les siga  el juego. Ya saben, vomitan, luego papeamos.

EL CRACK DEL PARTIDO: Sin destacar a nadie así en exceso, pero se lo podíamos dar quizás a Adrián, pero vamos, sin fuegos  artificiales ni nada parecido. Por parte local me gustó bastante Rami.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Simeone, por sacar a Tiago en vez de a  Mario Suárez (realmente incomprensible que siga contando con el puto portugués ese, anda y que no le eché de menos el sábado al gominolas) y Emre (al que ni se le vio, y del que esperaba mucho más). Por parte del Valencia, el desequilibrado mental de siempre, por mucho golazo que marcase. La mayor de mi repulsa y desprecio hacia su persona. Personaje nauseabundo y apestoso donde los haya, y mira que por la Liga Española pululan unos cuantos miserables de estos.

ÁRBITRO: Teixeira. Como hay dos hermanos Teixeiras Vitienes en Primera, siempre distinguía el tonto del listo. Ahora ya lo tengo que hacer del tonto y del más tonto. Probablemente, la temporada  que viene, ya no logre distinguir a ambos. Se zampa dos penaltis (el primero, un triple penalti prácticamente) sobre Falcao, debió de  expulsar por agresión del vikingay del “Soldadito Español” sobre Falcao ya mencionada antes, y también debió de mandar a la ducha a Turán por la subnormalidad que hizo sobre Pereira, también mencionada ya antes. Pero vamos, es que no dio prácticamente una a derechas durante todo el encuentro. Malo hasta decir basta.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 8 GRADOS).
No seré yo quién le baje de esa temperatura. Mestalla, se ponga como se ponga la peña, es un sitio en el que se puede palmar. Y a toda la legión de demagogos que me van a venir ahora con  que si es  que siempre que nos enfrentamos a un grande que palmamos, y que patatín y que patatán, que me la coman, y me la vuelvan a comer. O es que hace falta recordar títulos bastantes recientes para que nos demos cuenta de lo que hemos hecho, hombre …

Un último apunte: los  pobres Yomus, hartos de salir siempre escaldados de su propia guarida, decidieron salir de caza y pillaron a un grupo de pobres peñistas a los  que agredieron cobardemente, como solamente ellos pueden hacer. Bueno, eso, y correr, que también saben un rato  de ello.  No pasa nada. Lo digo como apunte para futuros enfrentamientos, sin más. Ya saben lo que suele pasar: donde las dan, las toman.

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