28 de octubre de 2018

Atleti 2 - Real Sociedad 0. Este es mi Atleti.


En un encuentro disputado ya en plena Bundesliga Alemana, según quién les escribe (liga ecuatoriana, seguramente para Don Pablo, no nos queda por pasar frío aquí ni ná, sus muertos), me dio por recapacitar en lo siguiente: tenemos tantas cosas que le debemos al Cholo, que necesitaría un papiro de 2 km. para poder relatarlas. Pero, de todas ellas, hay una que es mi favorita (alguna vez yo creo que ya les he aburrido con lo mismo, da igual, nunca está de más recordarlo). Tiren de memoria: hubo un tiempo que ya empieza a ser lejano (desde la llegada de Don Diego Pablo, concretamente), en el que, el equipo, tras un tropiezo, siempre se hundía, se dejaba llevar como alma en pena, se convertía en una sombra de sí mismo, por más esfuerzos que hiciésemos desde la grada por intentar recuperarles el orgullo perdido. Eso, desde la llegada del Simeone, es historia. Siempre es historia.

No recuerdo un encuentro que el Atleti haya palmado, y no haya respondido con una victoria, desde que él anda dándose un rulo por aquí. Por muy aparatosa que fuese su derrota (la del miércoles, sinceramente, fue más ruidosa que efectista, a la par que, probablemente, injusta, primero, por nivel de juego exhibido por el equipo, que no fue ni mucho menos malo, segundo, por consecuencias reales en nuestra futura clasificación para la siguiente fase de Champions, si no hacemos el lelo, está prácticamente hecho, y ni siquiera descarto ser primero, por mucho que el Dortmund el miércoles me molase cantidad). Eso no es que sea importante … Es que es lo más importante. Lo dice el Frente, y a ver quién tiene bemoles a arrebatar a la muchachada: “Si nos caemos, combato y me levanto”.

Y ayer, una vez más, el Atleti lo hizo. Hubo poca diferencia entre la Real y el Leganés (sin que sirva como desprecio ni mucho menos al simpático equipo vecinal). Mismo uniforme, mismo entrenador, y mismo poder ofensivo. ¿Quién jugó en nuestra portería? ¿Seguro que fue Jan?

Mientras tanto, el Atleti fue lo que suele ser: equipo ultra ordenado, siempre sabiendo lo qué hacía y por qué lo ejecutaba. Un Atleti muy reconocible. El Atleti del Cholo.

Eso sí, nuestros delanteros siguen sin ver puerta … Pues oiga, que los metan otros, qué quieren que les diga. ¿No se mata Diego Costa en la presión a las defensas rivales? ¿No ven a Antoine desatado muchas veces en defensa echando una mano por aquí y por allá? Pues ese es el concepto principal: EQUIPO.

Para todo lo demás, nuestro coche de choque favorito, don Ángel Correa. Dejen de tirarse de los pelos. No le pidan regularidad. No  le exijan demasiado equilibrio en sus acciones. Déjenle volar libre. Él es así. Cada día me gusta más, y me cae mejor. Y, ¿Saben qué les digo? Quiero que siga siendo igual.

Porque siempre, estando él en el campo, esperaré, por mucho que a veces falle el pase más fácil, haga la falta más tonta, o pierda la posición de la manera más absurda, la imprevisibilidad que ningún otro tiene. Lo diferente. Lo genial. Lo que a nadie se le ocurre. Ese giro imposible. Ese regate inverosímil. Esa media asistencia a Godín en gol, al borde del descanso … que el uruguayo remató como si de un Borja Garcés se tratase. Remate de puro nueve, y con el pie. ¿Increíble, no? Qué va. Con don Ángel Correa no hay nada imposible. Ni para bien, ni para mal.

En la segunda parte, fue todo coser y cantar. Y jugar bien al fútbol. Y ver a Rodrigo dar una exhibición. Y ver la notable mejoría de Diego Costa. Y flipar con el golazo que se sacó, con su pierna mala (sus neuronas, sin embargo, siguen a su bola, pena), el dorsal número 3, que puso el 2-0 en el marcador, y, más que sentenciar, constató que, este equipo, nunca cae en lo fácil, nunca se deja llevar, siempre pasa de la desidia y del hastío. Así que, tampoco está de más volver a decirlo: gracias por todo, Don Diego Pablo. Este … Este es mi Atleti.

EL CRACK DEL PARTIDO:
Pues me gustó un montón Arias, también me pareció un muy buen partido del siempre notable Koke (absurdamente eterno perseguido por parte de un buen sector de nuestra amada afición), excelente Rodrigo, notable mejoría de Diego Costa, acción genial de Griezmann a la media vuelta que, si acaba en gol, como si no quiere hacer más en lo que resta de temporada, de Angelito Correa ya les he dicho todo … En definitiva, el crack ,el equipo. La palabra equipo. El concepto equipo. Todos para una, y unos para el Cholo.

LA DECEPCIÓN DEL EQUIPO:
Ver al señor de la Uña vistiendo esos colores … Siempre será una decepción.

ÁRBITRO: Mateu Lahoz.
En su mundo. Sus reglas son suyas, son flexibles, y no necesariamente las mismas según sea el partido o el jugador que se tope enfrente. Nada nuevo sobre el horizonte, vamos. Perjudicó gravísimamente al Atlético por no haber expulsado del campo al tal Savic, o memez análoga, tras mostrar todas sus carencias en una incalificable entrada, no sé muy bien si de Karate o de qué tipo de nuevo arte marcial, sobre un pobre jugador donostiarra. A veces, la vida puede ser más bella con diez.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (0 GRADOS).
Partido de obligado cumplimiento. Y no hay más.

Y, el martes, a ilusionarnos de nuevo con la Copa, que hace tiempo ya que ni la olemos, joder. Quiero Copa. Tengo mono de Copa. No hay que ponerse límites. “No importa lo que pase, no nos separarán” …

21 de octubre de 2018

Vila-Real 1 - Atleti 1.El lío es gordo.


Ojalá y no me equivoque, porque en esta liga creo que nos vamos a divertir todos cantidad. De momento, cada punto cuesta sangre, sudor y lágrimas …pero para cualquiera, oiga. No se vayan a pensar.

La siempre incómoda visita al estado azulejeril (esta vez con mejos parajarracos de esos sobrevolando de un lado a otro, el homenaje a Hitchcock quedó aplazado para mejor ocasión) no defraudó en las expectativas, para desesperación de todo buen Atlético que se precie. Y conste que para mi el equipo no me disgustó en exceso en el primer tiempo. Probablemente sería porque me costó un huevo y parte del otro darme cuenta de que ese equipo con esos colores, no, no era el Málaga. No. No era el Deportivo. Era (válgame Dios) el Atleti, sí. Nuestro Atleti.

Fue un primer tiempo intenso, disputado por ambos bandos, pero con escasas ocasiones de gol. Es decir, interesante para los que somos aficionados de ambos equipos, un coñazo sumun para el resto del universo.

La segunda se nos puso a huevo (a pesar de la precipitación que tuvo el Cholo con sus dos cambios nada más comenzar la segunda parte). A Lemar probablemente sí que le estaba echando de menos. Rodrigo, sin embargo, no estaba estorbando para nada. Y, si me apuran, tampoco Kalinic. Si queremos que este hombre vaya pillando algo de confianza y tal, dándole ratos sueltos no lo vamos a conseguir ni de cachondeo. Lo malo es que va a tener que jugar bastante más de lo que probablemente deseemos, hoy por hoy, en el fondo todos.  No sé. Eso de dos cambios así de golpe, en el descanso, en un partido igualado y que más o menos andas controlando, como que no lo veo.

Aun así, a los 5 de la segunda parte nos adelantamos en el marcador, gracias a un cabezazo del dorsal número 3 del Atleti, a su par, extrañamente sustituido por Godín a falta de un cuarto de hora de la finalización del encuentro. ¿Qué buscaba el Cholo con el cambio? Igual le entró la fiebre de la búsqueda del oro, vaya usted a saber.

El caso es que, a raíz del tanto, el Vila-Real apretó lo suyo, terminó empatando, al poco de nuestro tanto, en una acción de esas que si ponéis la musiquilla de Benny Hill de fondo y dais más revoluciones a las imágenes de la misma, os queda un sketch trágico-cómico sencillamente inigualable. Que si centro para atrás, que si yo no llego, que tu la dejas pasar, que si el otro la mira, que si el de más allá remata, que si a ti se te cae el té encima, que si te soplas los dedos, que sí dónde pollas anda el papel higiénico, que si deja de joder con la pelota, que si un tal Mario remata con la uña, que si  rebota en no se quién, que si empate … Y gracias.

Gracias especialmente al de siempre, Mister Oblak. Dicen que los balones esos de oros (esos premios con una parafernalia tan absurda como nauseabunda) los dan a los jugadores que realmente deciden los partidos, los que desequilibran. Una injusticia como otra cualquiera, porque al fútbol juegan once, no uno. Pero bueno, aun aceptando pulpo … ¿Qué pasa? ¿Qué las tres acciones antológicas ayer de Oblak, no son desequilibrantes? ¿No dan puntos? ¿No cuentan los manos a manos que salvan? ¿Tu qué opinas, Gerard? ¿Y esas dobles (y a veces hasta triples, recuerden Calderón frente al Leverkusen) paradas que hace consecutivas a bocajarro tampoco son decisivas? ¿No es desequilibrante que un guardameta te saque un balón imposible de tu control, cuando ya le tenías prácticamente desbordado? ¿Usted que cree, Bacca? El pobre colombiano se quedó tan flipado que hasta se lesionó y todo … Así que, perdónenme la expresión, pero se pueden meter los baloncitos de Nivea esos por donde les quepan. Está claro, que si se lo dan a Antoine, me alegraré, pero más por la ilusión que le hace al chaval que por la mía propia, aun reconociendo que en el fondo, en esta puta mierda de fútbol moderno que anda montado, al Atleti le viene de cine el tema.

Poco más. Una postrera ocasión de Lemar, que demostró que no es Don Eulogio precisamente rematando de cabeza, y un punto que, visto con perspectiva, no es que sepa a gloria, pero sí que suma. Máxime como anda el percal hasta el momento en la Liga. Parafraseando a mi amigo Pancracio … “El lío es gordo”.

EL CRACK DEL PARTIDO:
Del Vila-real vi bastante bien a Cazorla, me gustó (porque ya me gustaba un montón en el Alavés) Pedraza, Trigueros lleva demasiado tiempo gustándome, y, por parte nuestra, pues el de siempre: el Maestro Jan. El hombre que ciega a los delanteros, transforma la luz y los espacios abiertos en túneles lúgubres, interminables y obscuros. Qué sería de nuestra vida sin él. No lo quiero ni pensar.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Horroroso partido de Thomas, más indolente africano que nunca, Don Pablo, yo a Saúl le veo bajísimo también (vamos, que no le sale nada, eso sí, no para de trotar de un lado para otro, a veces hasta me marea y todo), Koke, flojete, y Griemann, en su mundo de Peter Pan y los balones de oros. País …

ÁRBITRO:
Estrada. Pues oigan, qué quieren que les diga. Parece ser que hay un anexo al reglamento por ahí que desconocía, que si un jugador rival da el balón en su área, cortando un claro ataque nuestro, sorprendentemente, no es penalti. Tócate los pies, Marcela. Eso sí, Álvaro, cuidado: creo que esto es solamente frente a nosotros, o frente al Málaga, o frente al equipo ese que tuvisteis ayer enfrente, y que aún no tengo muy claro quién es realmente. Me tienen los diseñadores … Cómo me tienen.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO:  (0 GRADOS).
¿Se me quejarán, eh? ¡3 gradazos de golpe de subida! Dos por la importante victoria frente a los hermanos béticos, en un partido de armas tomar, y uno por lo de ayer. Suena un poco patético, lo sé, pero como siempre palmamos con las huestes de Pucheritos Roig, ea … Un puntejo es un puntejo. Y, reitero, este es de los que suma.

Y el miércoles, a Dortmund. Partidazo dónde los haya, y uno de los estadios más auténticos y puros de fútbol del de verdad que uno se pueda echar la vista encima. Abu, me muero de envidia, mamón … “Volver a ser Campeones y cantar el Alirón”

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