30 de enero de 2023

Osasuna 0 - Atleti 1. Regularidad y constancia.

Sinceramente, y a pesar de los pesares, ando bastante satisfecho con el rendimiento de la muchachada que estoy contemplando desde el término del Mundial. Me gusta a lo que juega el equipo, lo anda haciendo, por momentos, estupendamente bien, están potables, andan finos, muy regulares en su juego y con mucha constancia y fe en el mismo. Eso sí, no todo es color rojiblanco en la viña de Don Vicente Calderón: me desespera profundamente nuestra incapacidad manifiesta para cerrar los encuentros, con algunas situaciones que empiezan a ser una tragicomedia más que otra cosa. Tenemos que mirarnos muy seriamente este asunto. Pero bueno, lo importante es que el Atleti mereció una victoria mucho más holgada tanto por juego como por ocasiones. Algún día llegará.

 

Como algún día, espero que también, seamos capaces de meter un tanto al borde del área de falta (añorada auténtica especialidad nuestra antaño). La tuvo Diosito nada más comenzar el partido, pero, que si quieres arroz, Catalina. Este tema también me lo voy a empezar a tomar en plan tragicómico. Quiero pensar que se ensayarán este tipo de situaciones, pero sigue sin salirnos nada en este aspecto.

 

Osasuna, por su parte, pues muy en su plan característico también: mucho empuje, mucha profundidad, mucho centro al área, pero por ocasiones de gol para ellos me salen pocas, muy poquitas. Hablando de añoranzas, dónde diablos quedaron los goles de Giménez. Ayer tuvo otro remate de esos en los que salta de forma imperial por encima de Dios y el Universo, pero su testarazo final suele marchársele siempre por encima del larguero (minuto 25 de juego). En definitiva, primer tiempo igualado, Osasuna calentaba, pero no quemaba, y el Atleti generaba buenas situaciones para futuras ocasiones de gol, pero no terminaba de cristalizar ninguna tampoco.

 

En la segunda parte, el Atleti dio un paso hacia adelante decidido a por la victoria, y empezó a crear peligro pero de verdad. El problema es que nos cuesta sangre, sudor y lágrimas concretar nuestras nuestro fútbol en lo que cuenta, el dichoso gol. Diosito Grizzi juega tan sumamente bien como sigue con la pólvora mojada cuando está delante del portero (abarca demasiado, y para definir los goles tienes que tener la mente más fría y despejada). A los diez minutos, Pableras Barrios, por su parte, tuvo otra buena ocasión, en la que ni terminó de tirar, ni de centrar, y claro, terminó en una ceremonia de la desolación.

 

Un minuto más tarde, otra volea clara y diáfana de nuevo de Diosito y que se marcha, como siempre, por encima del travesaño (enamorados de Rugby Atleti, no lo pueden entender). Y claro, cuando uno acosa con esa insistencia, deja más espacios atrás, y Osasuna empezó también a aparecer con serio peligro. El tan cacaerado Chimi Ávila (no me gustó en exceso, la verdad) tuvo un buen remate de cabeza que se fue por encima del larguero.

 

Y en el 62, buena parada de Oblak (eso sí, últimamente apenas bloca ningún balón, no sé si es que nos tiene mal acostumbrados o qué) a golpeo de Moi Gómez. Osasuna empieza a atosigar de verdad, disparando con bastante ganas de sangre hacia la meta del bueno de Jan, que éste último sigue despejando sin complicarse en exceso.

 

Precisamente, cuando peor lo andábamos pasando, llegó nuestro ansiado tanto (minuto 73 de juego) en un delicioso pase en largo del Fornicador de la Patagonia, que controló en velocidad y remachó de forma despiadada a la red Saúl. Es curioso el mundo del fútbol. Estoy convencido de que el 99 por ciento de la peña no le gustó ..”¡UNA PUTA MIERDA”!  la salida de Saúl para el terreno de juego, y sin embargo, fue decisiva finalmente su presencia. Un gol muy suyo, de lo que él era, lo que tanto le hemos visto y nos ha dado. Y me alegro un montón por él y por todos los que le queremos, pero de verdad.

 

Y a continuación, la tragicomedia de siempre. Incapaces de cerrar el partido ante un Osasuna que andaba tocado no, lo siguiente. Otro fallo mano a mano de Grizzi, en otra mágico pase del ínclito fornicador patagónico, una psicodélica de Morata, que pudo marcar, pudo asistir, y al final acabó realizando el mayor de los ridículos habidos centrándole el balón a Moncayola, desaprovechando una contra tres para uno a nuestro favor (ya no sé qué hacer con este muchacho, la verdad, es el Charles Chaplin del fútbol español). Todo esto conllevó a nuestros minutos clásicos finales infartantes a la par que desesperantes, Oblak que tuvo que palmear otra gran ocasión local en el descuento, y victoria, sufrida, pero más que justa, finalmente. Cada vez somos más constantes en nuestro buen juego, tenemos mejores y más cantidad de minutos jugados, por ratos, estupendamente bien, pero también nuestra regularidad asusta a la hora de terminar de chapar el chiringuito (con perdón, atajo de ratas malolientes). Regularidad y constancia.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Muy bien la defensa (aunque debe de seguir mejorando Molina precisamente eso … defendiendo, su banda sigue dándonos demasiados problemas en ese aspecto), con un Hermoso en plan jefazo de la misma, Reinildo recuperando sensaciones, y muy recio también Giménez, gran Koke, espléndido como siempre, Diosito, pero hoy el sobresaliente se lo daremos al fornicador de la Patagonia, plenamente recuperado de su esguince ya de su miembro viril, al fin. Quién sabe, igual que ahora ya no hay el puto mundial del orto y esas cosas, le da por darlo todo aquí y demostrarnos su supuesta valía (de la cual Mister Postureo aún nos tiene mucho que mostrar, si le apetece, claro, ante todo, que no se nos estrese tampoco).

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Sigo sin tener claro el rol de Lemar para esa titularidad incontestable que tiene, pero especialmente ayer muy gris el chaval, Pableras Barrios. No pasa nada. El Sadar curte, y le vendrá genial su experiencia en Pamplona.

 

 

ÁRBITRO: Javier Alberola.

Espléndido arbitraje del monitor del Gimnasio.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (-6 GRADOS).

 

Se acabaron ya las rebajas de enero, señores. Pamplona es feudo colchonero, así que partido de obligado cumplimiento. Vamos a devolver la seriedad y la jerarquía al Gran Termómetro y la sapiencia de sus siempre atinadas decisiones.

 

Y el sábado, el Geta. Yo, que dudaba de la motivación de la muchachada para lo que nos queda de Campeonato, el Cholo me lo dejó bien clarito en su rueda de prensa: “¿Motivación? Vestir la camiseta del Atlético de Madrid es suficiente motivación”. Y lleva razón, qué cojones. “Honrando tus colores, por toda la Ciudad”.

 

 

 

27 de enero de 2023

Copa del Buey. Ciervos 3 - Atleti 1. ¿Jodido? Sí. ¿Orgulloso? Más.

 

De primeras, quería agradecer públicamente a mi cachorrín Capo y toda la gente de Climacity por la experiencia que me tocó disfrutar ayer. Miren que puedo haber visto fútbol en sitios extraños, pero jamás supuse que fuese una experiencia tan gratificante el verlo en una empresa en la que trabaja mi Hermano David. Aparte ya, de la amabilidad de la peña de por sí (no me dejaron poner ni un duro, me dieron de cenar, me dieron de beber, vi el partido cómodamente sentado delante de un pedazo de pantalla gigante que se veía de cine), el ambiente fue excepcional. Solo puros y genuinos Atléticos. Ni un solo logo. Una decoración que me transportó, por instantes, a mi añorado Calderón, con los Posters Gigantes que decoraban su sala de reuniones que eran los mismos que estaban en nuestro templo cuando subías por las oficinas, creo recordar. Con un escudo del Atleti de unas de las puertas metálicas de acceso al Vicente Calderón. Con el himno sonando a todo trapo, con una Alexa juguetona en el despacho del Jefazo en el que llamaba por su auténtico nombre a los madridistas … Todo hacía presagiar una noche fantástica. Y a fe que nos faltó poco para que fuese así. Muy poco. Muchísimas gracias a todos vosotros, Climacity, por tanto, tan bueno y genuino. No lo olvidaré jamás.

 

 

 

Y estoy bastante jodido, sí, porque vi hecho el tema. Porque el Atleti hizo un partidazo, escenificado en una primera parte maravillosa (aunque tiramos poquísimo a puerta, o mejor dicho, entre los 3 palos, a veces tengo más la sensación de andar viendo un partido de rugby en el que hay que conseguir meter la pelotita entre los 3 palos que hay encima de la portería que dentro de las mallas), y en una prórroga, jugando en inferioridad numérica por el vergonzante capricho del colegiado en cuestión, en la que también logramos embotellar al tercer o cuarto equipo de la Capital. Y es que ya sabemos cómo son este tipo de encuentros frente a esta gente: hay que jugar siempre contra demasiados elementos en contra, más la propia calidad que tienen ellos cuando aprietan, claro. Hastío es poco, la verdad.

 

Nuestro tanto lo consiguió Morata (actualizo ahora el Excel, pero sin grandes fuegos artificiales tampoco, que no hay humor para ello) en una mágica asistencia de Molina, que aún lejos todavía de su propósito, se ha propuesto borrar de nuestra memoria al estupendo Trippier. Que Dios le bendiga si lo consigue.

 

 

 

En el primer tiempo se dominó, se controló y se jugó al fútbol, por momentos, como los propios ángeles, hasta el punto de bailar por completo al rival. Obviamente, en la segunda parte la cosa cambió, porque el equipo local apretó como era su obligación el hacerlo, aunque la muchachada rojiblanca aguantó bien, hasta que empezó el frustrante baile de cambios. Porque de verdad, el partidito que se marcó el Señor Witsel es para hacérselo ver. Debería de haber aportado equilibrio, posesión e inteligencia en su juego, y lo único que pareció en el campo fue un espantapájaros atolondrado, dando vueltas a un lado y otro del terreno de juego sin sentido alguno. Para colmo de males, en el tanto de Rodrigo (jugadón del chaval, las cosas como son) solo le faltó pedirle un autógrafo y hacerse una foto con él antes de que entrase como Don Pablo en El Despacho un día cualquiera de partido. Ay, si en vez de al tipo éste hubieses elegido a KingKongdogbia (colosal el rato que estuvo luego) para sacarle, Don Diego Padre. Estoy convencido que ese tanto no se hubiese producido. Por no hablar del embolicado cada vez más Carrasco, que exaspera a la par que desespera con una facilidad insultante. Pero bueno, hay que quedarse también con los excelentes minutos de Barrios, el cual sigo emperrado de que debería de estar ya por encima de Lemar. Y Menphis que vaya pillando la forma como sea, ya puestos. Su estado físico es sencillamente lamentable, aunque, reitero también, ahí hay jugador, y de los buenos.

 

Tampoco me gustó nada que quitase a Koke, que estaba haciendo un partido más que potable también (y se notó mucho su ausencia también). Para colmo de males, una lástima que a Diosito le entrasen los calambres. Y más pena aún que siga teniendo tan perdida su pólvora de cara a puerta. Nos espera un final de temporada tirando a tenebroso, porque va a ser muy complicado el motivarnos todos por la cuarta plaza, así que tendremos que tirar de orgullo y de recuerdos para seguir al pie del cañón, no queda otra.

 

Del arbitraje voy a  hablar poco, pero claro. Fue sibilino, malvado, mezquino, ruin y altamente malicioso a la par que perjudicial para nosotros. Si expulsa a Savic por llegar tarde al balón (que no toca al jugador, aunque éste se atropelle con él, por no hablar de su primera tarjeta irrisoria, o de la que le sacó a Hermoso, por no hacer absolutamente nada ante la embestida del borrico de las sogas), qué no podía haber hecho con las constantes faltas realizadas por el equipo blanco, muchas de ellas ni siquiera señalizadas. Así que muy bien, todo en orden. La historia de siempre, la vergüenza Nacional.

 

Voy acabando ya. La verdad que no tengo muy claro cómo puedo animaros finalmente para sobrellevar este palazo tan duro. Toda mi ilusión se ha ido por el inodoro. Pero, sin muchas ganas, cierto, me he levantado esta mañana, estoy trabajando, con la cabeza alta, mirando de tu a tu a mis odiosos vecinos, tirando de mis reservas, de mis valores recibidos a lo largo de los mis años que llevo siendo seguidor de este equipo (que son todos desde que nací) y orgulloso, muy orgulloso de mi gente, de mi equipo, de la imagen que dimos ayer, de esos 340 fenómenos que en más de una ocasión acallaron a toda la puta cuadra con una superioridad exultante, y de ser lo que soy y de mi pertenencia a este Atleti canalla al que tanto y tan profundamente amo. Así que tranquilos todo el mundo, que nosotros jamás vamos a dejar de ser Del Atleti. Como siempre, resurgiremos poderosos para que nuestro Dios Neptuno siga gobernando los mares sin importarle títulos ni chatarra. Y es que, ya lo dijo aquel maravilloso tifo del Frente, en el que estuve presente (gloriosos días en los que los derbis se vivían en la grada a lo grande, pero de verdad) … “Más vale Honra sin barco, que barco sin Honra”.

 

23 de enero de 2023

Atleti 3 - Pucela 0. Y el Jueves, a darlo todo.

Con esa declaración de intenciones terminó Diosito Grizzi su entrevista tras el gran partido realizado por la escuadra Rojiblanca frente al Valladolid el pasado sábado. Un Diosito pletórico, feliz como a poca gente he visto vistiendo esta camiseta, cantando el Himno a todo pulmón cuando terminó el encuentro, y recorriéndose buena parte del campo para darle su casaca a una niña que se había teñido el pelo del mismo color que él. Ya sabéis que yo con la rojiblanca puesta, al menos, no me gusta para nada esta clase de extravagancias, pero según el propio Grizzi, cuando él se tiñe con este tipo de colores significa que se encuentra en un estado de felicidad permanente, así que tendremos que aceptar barco, qué remedio.

 

Primer partido sin animación desde el Fondo Sur. Como parece que a nadie (excepto el Cholo) le interesa lo más mínimo el tema (¿Verdad Juanfran? “Uy, qué calladitos están hoy los chicos del Fondo Sur”, para decir esa simpleza en la segunda parte, tampoco te cuesta tanto intentar bucear el por qué de la susodicha protesta, no es tan difícil, en serio), y como el equipo ha ganado, que es lo único que importa al 75% de los clientes de Gil&Cerezo corporation on Golfos Unlimited, pues nada, el 25% restante que somos del Atleti, y que, en un momento dado, valoramos más el perder nuestra identidad, nuestra personalidad, nuestros símbolos y el que nos tomen el pelo reiterativamente cada vez más y más, seguiremos a lo nuestro. Que nadie se preocupe por ello. Ni nos afectan críticas, ni silbidos, ni desmanes. Tampoco creo que se vaya a impedir a nadie animar si le apetece. Ahí tiene “su páramo”, e impoluta su garganta durante ya bastante tiempo. Así que hagan lo que más les plaza.

 

Y la verdad es que el Atleti jugó un partido bastante bueno, y, lo que es mejor, bastante completo. El primer tanto llegó al cuarto de hora de encuentro, cuando Koke (mucho más entonado que en anteriores fechas) dio salida al balón desde atrás sobre Diosito, éste, con un genial taconazo dejó solo a Don Álvaro, aprovechando su brillante desmarque, y con su aún mejor ejecución puso el 1-0 en el marcador.

 

Apenas 7 minutos más tarde, llegó el segundo tanto, en una internada del activo Nahuel, asistencia de éste sobre el omnipresente Diosito, y el francés remachó con un sutil  toque al primer toque para batir a Masip, y poner el segundo chicharro en el marcador.

 

Por si fuese poco, tres minutos más tarde (27 de juego) falta deliciosamente botada por Grizzi, testarazo de Hermoso, Masip que rechaza en primera instancia y remate posterior de nuevo de Hermoso medio de tacón también, empleando un brillante recurso técnico para anotar un gol que no era tan fácil remachar como parece. Panorama completamente despejado. Ver para creer.

 

Si a la media hora vas 3-0, de local, y frente a un equipo tan blandito ayer como el pucelano, la cosa puede acabar como le hubiese apetecido al Atleti que al final terminase. Créanme, si nos hubiésemos propuesto conseguir tres tantos más, los hubiésemos anotado a lo largo del encuentro, porque ocasiones, sin apretar en exceso el acelerador, en la segunda parte tampoco nos faltaron.

 

Y el caso es que el Valladolid se estiró (es decir, dejó más espacios descubiertos todavía), pero con nula aportación ofensiva. De hecho, solo recuerdo una parada más o menos comprometida del bueno de Oblak en todo el encuentro. Para todo lo demás que hubo, se podía haber echado una cervecita fresquita con unas aceitunas de aperitivo, que nadie le hubiese echando en falta a Don Jan.

 

En los minutos 64 y 66, dos opciones de gol similares para los nuestros, con dos ejecuciones bien distintas. La primera de Morata, que cuando va a encarar a Masip dispara sin sentido alguno (marca de la casa, vamos), la segunda, de Angelito Marginal Correa, que, en la misma situación prácticamente de gol, hace lo que un buen delantero tiene que hacer en esa situación de verdad: según se adentra en el área, y ante la salida del portero, cruzar el balón. Vale que no entró el gol, pero de mil situaciones similares, 999 le hubiesen entrado. La única que podría escaparse es que roce la bota del guadameta, la repela un palo, se pasee el balón por la línea de meta, choque contra el otro palo, y el balón termine por no entrar. Cosas del fútbol.

 

A falta de un cuarto de hora, debutó Menphis (buen pelotero, vaya ya por delante). Demostró alguna cosa que otra interesante, pero una falta de ritmo de partidos sencillamente acojonante (de hecho, acabó el pobre con la lengua fuera), así que, no les quiero desanimar con él pero no esperaría en corto espacio de tiempo grandes exhibiciones por parte del tulipán negro, aunque veremos si va cogiendo la forma a base de minutos. Es lo que tiene la improvisación, el no estudiar mínimamente nada, el salir del paso por salir y la desidia final. Dicho esto, reitero: es un buen pelotero, y ojalá nos lo demuestre en plena plenitud.

 

Y del partido poco más, la verdad. Un par de buenas ocasiones más de Carrasco, y a pensar el jueves, que viene el Rock and Roll, pero de verdad. Diosito, hazlo posible. Y, por favor: denlo todo. Lo que tengan, y lo que no. Dejen el alma, los huevos, sus cabellos, acaben con tirones, cojos, mancos o con heridas, pero ustedes pueden, saben y espero, quieran. Todo. Absolutamente todo.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Nahuel Molina sigue pasito a pasito (obviaré un supuesto remate suyo más supuestamente a puerta en el segundo periodo en el que, creo, intentó dar el balón al padre del Abuelito, sito en la parte de arriba del córner del Fondo Sur), Diosito delicatessen total, la pitada al Fornicador de la Patagonia, sencillamente emocionante, pero hoy se lo damos a Don Mario Hermoso. Hemos pasado muchas vicisitudes con él, pero ahora lleva ya tres partidos que va yendo de más, a mucho mejor. Muy serio en defensa (jugando  de central, que, reitero, es su puesto), la neurona esa que le baila demasiado a menudo parece que se ha tomado unas vacaciones, así que, hoy por hoy, es el único defensor que tenemos que cuando se incorpora en ataque tiene gol, y, si anda inspirado como el pasado sábado, es el jugador que nos da una salida más limpia y brillante al balón desde atrás, por todo lo cual espero que te den la confianza que parece vas adquiriendo, que se dejen de experimentos contigo, y que tu, a su vez, utilices la cabecita tanto para rematar-despejar el balón, como para pensar y controlarte en el terreno de juego (e, inclusive, con la misma grada). A  todos nos irá por la vida muchísjmo mejor.

 

 

 

LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO:

Lemar. No entiendo el empecinamiento del Cholo con él, cuando es un tipo que claramente ha tocado techo aquí (y no anda muy elevado que digamos). Prefiero ir contemplando la progresión de Barrios, por poner un ejemplo, que emplear este recurso que tengo bien claro lo poquito que nos va a dar ya. Pensar un poquito en el futuro, vamos …

 

ÁRBITRO:

De Burgos Bengoetxea. Excelente arbitraje suyo, en partido plácido y sencillote para él.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 5 GRADOS).

¡VAMOS A GANAR LA COPA!

 

¡Estalló la bomba informativa, señores! El Termómetro que tan sabia a la vez que pacientemente nos guía, valora el alto nivel de juego desplegado, así como la cómoda victoria, muy positivamente, y pega un subidón de 3 Gradazos nada menos. Ni los más viejos del lugar, oigan. Por supuesto, tengo claro que ahora vendrán hordas de Antitermometristas que indicarán “¿De dónde saco eso?” que “No hay quién entienda nada” y demás infundios y latifundios, pero los verdaderos creyentes de su fe divina, saben que siempre indica la verdad, nos guste  o no. El problema reside en la gente que no le gusta nada, claro. Contentarles, es misión ímproba. No importa. Ya recapacitarán.

 

 

Pasito a pasito, lonchita a lonchita, jamoncito rico rico, se deleita y no se marchita. Hummmmm …

 

Y el jueves, vamos a superar la encerrona. Conseguiremos enterrar vivos a los mayores fantasmas del Reino. Ya ni nos dan entradas del temor que les afligimos. No quieren que volvamos a jugar de locales otra vez, y, aún así, los 350 Espartanos que consigan ir, conquistarán. Porque nadie les igualará jamás. “Que se enteren los vikingos, quién manda en la Capital” …

19 de enero de 2023

Copa del Rey: Levante 0 - Atleti 2. Seguimos enterrando viejos fantasmas.

Bueno. Poco a poco, sin excesiva brillantez, pero tampoco sin grandes sobresaltos, vamos pasando eliminatoria tras eliminatoria, y, de paso, ajustando alguna que otra cuenta pendiente histórica que teníamos por ahí. Se consiguió en Oviedo, y ayer pasó tres cuartas partes en Valencia, frente a los granotas.

 

Ojo, yo estaba relativamente tranquilo en este aspecto, ya que la Copa es un mundo completamente diferente al de la Líga, y lo que te sirve en una competición, no tiene por qué hacerlo en la otra, y viceversa. De ahí mi seguridad de que, hoy por hoy, en teoría, el Atleti puede y debe eliminar a un Segunda División, aunque fuese en el campo de este último. Otra cosa será ya un Primera, pero de esa guerra ya hablaremos más adelante.

 

De fútbol, ¿Qué queréis que os cuente? Clásico a más no poder primer tiempo del Atleti (a saber, desesperante, inoperante, aburrido hasta el sopor más tedioso posible, lo de siempre, vamos). Afortunadamente, decidí ver este tipo de encuentros rodeado de Hermanos de grada hace ya bastante tiempo. Os puedo asegurar que la vida se lleva de otra forma así. De esta manera, uno ve la titularidad de Mister Postureo de De Paul sin quererse arrancar el poco pelo que le queda a uno compulsivamente (salió al campo del Levante a pasearse altano y orgulloso como presumiendo de ser Campeón del Mundo, y cada jugador que se le acercase del equipo local  tuviese que pedirle un autógrafo, hacerse una foto con él o pedirle sus gayumbos, qué elemento, madre, por no hablar del show final que montó haciéndose el tonto cuando sabía más que de sobra su sustitución en la segunda parte, Postureos fashion on Puto Fornicator del orto year).

 

Uno va llevando mejor comentando el estado de nervios que tiene últimamente nuestro hombre de acero armado que suele ser Oblak. Uno va superando la poca plasticidad de Kondogbia, la lenta progresión de Molina, los extraños controles de Reinildo, los fueras de juego constantes de Don Álvaro o el tinte del pelo de Diosito.

 

Vamos digiriendo entre terciaco y terciaco el nulo poder tanto ofensivo como de creación de juego durante este primer tiempo del Atleti. Alguno que otro se sobresalta cuando se adelanta el equipo local en el minuto 23 por tanto conseguido por uno de los clásicos negros zumbones que tanto nos incomodan en nuestra historia del puñetero Levante de mis entretelas, tras contemplar como Oblak sigue con sus nervios, mientras que el árbitro se cobra falta por esa extraña regla de juego no existente denominada que “al portero no se le puede tocar dentro del área pequeña”, cuando lo que debería de ser es que “al portero no se le puede hacer FALTA dentro del área pequeña”. Toma, claro. Del área pequeña, y de la grande, no te jodes.

 

Y el Levante achucha y achucha, y achucha sin cesar, y el Atleti se acula, se acula y se acula sin convicción. Y con todos estos ingredientes, terminamos de conseguir el cóctel de este primer tiempo. Uno más. Ya ni sentimos, ni padecemos. Asumimos, y a por la segunda parte.

 

Esto solo lo podía solucionar un tipo: Don Ángel Marginal Correa. Don Diego Padre escuchó mi plegaria, y Angelito salió al campo. Y se notó. Vaya que si se notó. Porque dio frescura en ataque, ideas, aire limpio y profundidad. Si añadimos el buen hacer de Hermoso durante todo el encuentro (segundo partido bastante potable del ínclito en cuestión, sé que me arrepentiré en un futuro de haberle destacado, lo sé) la cosa se veía que, más o menos, podía empezar a funcionar.

 

Y así llegó el primer tanto. Correa vio el desmarque de Llorente (sigue progresando el Lechugo adecuadamente, su cambio de posición me resulta fundamental de necesidad en ese aspecto) éste asiste en el área y Don Álvaro ejerció al fin, de nueve como Dios manda, y enchufó el chicharro sin mayor complicación. Como premio (y como siempre, añado) se produjo a continuación su enésima sustitución nada más conseguir el tanto. Tengo claro que hizo un partido deplorable, pero hombre, si cuando por fin logra superarse a si mismo, y anota, ¿Por qué no dejarle en el terreno de juego, a ver si consiguiese alguno más y aún logra superarse aún más, pillar confianza y esas cosas? Todos sabemos que los delanteros centros son gente de rachas. Todos, menos el Cholo, obvio.

 

El Levante buscó el empate (lógico) pidió penalti en una acción de Kondogbia (si un pibe es una mole y salta con uno al lado que es un llavero, no es justo que por el poderío físico se deba señalar pena máxima alguna, máxime cuando, encima, no extiende el codo en ningún momento, por mucho que el jugador levantinista atropelle su brazo, en definitiva, fútbol, señores … deporte de contacto, que ya está bien de ñoñerías), Angelito Correa que pudo sentenciar en el 80, con un sorprendente zambombazo de los suyos, el cual Femenía evitó con un paradón a mano cambiada descomunal.

 

Y llegó el 90, y la sentencia final, en una excelente contra Atlética, iniciada por una gran asistencia de Molina (si, señores, han leído bien) sobre Llorente, y éste de certero remate puso el definitivo 0-2 en el marcador, y el rostro de tranquilidad en todos los presentes.

 

Por último, que no se me olvide:

 

 

Nuevo chicharrito para Don Álvaro. El rico jamoncito se aproxima, cada vez más y más. Uyyy, y qué bueno me va a estar, madreee.

 

En definitiva, pasamos, que es lo cuenta en este tipo de partidos de muerte súbita, por supuesto, siempre fuera de nuestro Páramo, no sea que los socios podamos amortizar algo de nuestro Abono Total (o abono “total, ¿Pa qué?”). Si. Yo me entiendo lo que digo.

 

Y ahora, a esperar el sorteo del viernes (una de las cosas que más nos gustan a los bufanderos decerebrados, este tipo de sorteos puros, y sabiendo que la próxima eliminatoria también será a un partido) “Los momentos que viví, todo lo que yo dejé, por viajar con el Atleti, Nadie lo puede entender” (Don Rubio dedicated)

 

 

 

16 de enero de 2023

Almería 1 - Atleti 1. Rabia. Frustración. Pena. Lealtad.

 

Rabia.

Nos podemos hacer todos las pajas mentales que nos apetezca. “Que si es el Almería”, “que si el cambio de sistema cuando conseguimos el primer tanto”, “que si patatín, que si patatán” … Todo eso está muy bien, pero que los árboles no nos impidan ver el bosque. La realidad es evidente.

 

No es de recibo, no es serio, de es de un Club decente, responsable y preocupado por la gestión de sus recursos en su plantilla, que en el mercado de invierno te desprendas del que en teoría iba a ser tu nueve titular de equipo (50 kilos del ala), aparte de tu supuesta máxima figura de la escuadra (casi 10 más por su pintoresca cesión), y dos piezas tan fundamentales como vitales en el devenir de cualquier escuadra claves que  se precie, a 16 de Enero, sigan sin tener recambios ya fichados, y, lo que es aún más denigrante, ni siquiera haya atisbo de que se vayan siquiera a sustituir al final. Demencial es poco, vamos. Un club mínimamente responsable no deja siquiera salir a nadie, hasta que no tenga su sustituto garantizado (fíjense el Betis con su lateral derecho -Alex-, sin ir más lejos, traspasado y fichado otro jugador al día siguiente prácticamente -Abner-).

 

Sinceramente, partiendo de esta premisa, todas las demás historias pasan a segundo plano. Porque todo esto transmite dejadez, conformismo, pasotismo e importarles todo un puto bledo. Sacamos a nuestro representante diciendo que “el nivel de esta plantilla es muy elevado” (como fácilmente todo el mundo podemos comprobar, tócate los pies, Mariano), y aquí paz, y después, mierda. Lo que importa es lo que manda: 60 kilos en la buchaca, y pasar la vida contando billetes, mientras me río de nuestro entrenador, de nuestros jugadores y de nuestra idiotizada hasta límites insospechados afición.

 

Frustración.

Aún todo esto ya expuesto, si, ayer, con lo que fuimos, nos debería para haber ganado al Almería, y de sobra. Y, seamos sinceros, sin hacer un encaje de bolillos de la leche, con nuestros problemas en el centro del campo y demás, generamos y merecimos la victoria con más o menos comodidad. Nos adelantamos en el marcador en una genialidad de “Diosito” dejando pasar el balón hacia Correa (que ya me explicará alguien qué diablos ha pintado en el banquillo durante todo este tiempo, ya puestos) que puso el 0-1 en el marcador. Después se consiguió el 0-2 por tanto del infatigable Llorente. Claro que, con lo que uno no puede contar es que aparezca vaya usted a saber de dónde el puto Kongogbia y se le ocurra remachar el tanto cuando se encontraba en claro fuera de juego.

 

 

 

Después, en la primera jugada decente del equipo local, Robertone hace un control y un pase maravilloso sobre uno de los 500 jugadores que hay en este mundo que se llama Traoré, y marca de un cabezazo inapelable el gol del empate (acierto del rival, más que culpa de nadie en concreto, aunque en esto sé que muchos no estaréis de acuerdo conmigo, lo tengo claro, recuerden siempre que los rivales también juegan).

Después, en la segunda parte, recital de ocasiones de gol delante del portero, a bocajarro, que no entran, por tirar siempre al muñeco, sin  ton ni son. De esto dio una clase magistral Don Álvaro, pero tanto Correa como Grizzi también hicieron de las suyas. Después, expulsan al bobito del Requesón Reguilón (la primera amarilla de chiste, por cierto), y al final se nos fue  la vida en ello. El Atleti lo intentó, el Atleti arriesgó, generó, pero no tradujo todo eso en goles. Y sin goles, no hay paraíso. Aquí estoy con el Cholo: ya llegarán.

 

Pena.

Me da mucha pena todo lo que nos está rodeando a este equipo durante el presente año. Tristeza infinita por afición dividida. Dolor en el alma por el estado de forma en que se encuentra Koke (lo veo más como un bloqueo mental que otra cosa, pero eso, hay que sacarle de ahí como sea, que se olvide de la capitanía, si hace falta, hay que recuperar al jugador en sí, que es lo que más nos hace falta en estos momentos). Lástima infinita por no tener un goleador como Dios manda, con lo que hemos sido (especialmente me duele lo de Diosito, que, aún siendo nuestro mejor jugador, ha pasado de 27 goles por temporada a ver si logra conseguir al menos 10 en esta). Me joden profundamente los bandazos que ha andado dando todo este año Don Diego Pablo Simeone. Me produce entre pena, asco y nauseas, contemplar en mi equipo a Hermoso, a Reguilón, a Morata, a Llorente … Los desechos del Castilla, vamos. Añadan la añoranza del Calderón, de nuestro escudo, de nuestros valores de grada. Es todo un conglomerado de cosas que cada día me están empujando más y más  a hacer algo que, seguramente, no me perdonaría el resto de mi puñetera existencia. Pero ojo, que estar, está.

 

Lealtad.

Pero hay que seguir. Sigo en mis trece en que este equipo estoy convencido de que va a conseguir la presente edición de la Copa del Rey. No me digan cómo, no me pregunten por qué: lo sé, y punto en boca. Y a ello tenemos que agarrarnos todos. Porque el seguir vivo en la Copa nos ayudará considerablemente a llevar el devenir de la presente campaña liguera, que se nos presenta no difícil, si no en chino mandarino, y, a su vez, nos dará también fuerza y energía a los aficionados de cara a llevar de la mejor forma que sepamos-podamos lo que nos quede. Así que el miércoles a morir en Valencia, y a pasar, sin dudas, sin miramientos, con decisión y autoridad.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

La verdad es que en esta ocasión se lo damos al Lechugo Llorente, que fue un puñal constante en su banda. A veces centrará mejor, otras peor, a veces rematará mejor, otras aparecerá el puto Kondogbia a tocar los huevos al personal, pero lo dejó todo en el campo, lo intentó una vez sí, otra también, y fue un puñal constante en su banda. No es ni será nunca mi jugador predilecto, pero al Lechugo lo que es de la huerta.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Estoy saturado ya de comentaros decepciones en este artículo. Pillad la que más se os antoje de todas las que os he expuesto.

 

ÁRBITRO:

Sánchez Martínez. Hasta que un montón de mierda lcon patas llamado Mendes le dio por arrollar compulsivamente al pobre Hermoso, tuvo más o menos la cosa controlada. A partir de ese instante, sacó tarjeta a todo bicho viviente que se cruzaba en su camino. Es un especialista consumado en perder los papeles, está claro.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (-8 GRADOS).

 

Con ánimo de no hacer sangre y de subir un poco la moral al personal, valoramos el punto conseguido (el cual nos permite, además, seguir en Champions), como positivo, así que subimos un gradito el asunto y lo dejamos en – 8 gradacos todavía, eso sí. Hay que salir del pozo como sea, señores.

 

Y el miércoles, el Levante. Lo dicho: ni miedo, ni complejos extraños, ni fantasmas, ni mandangas. Ellos son un segunda, y nosotros el Atleti. Paso firme, y p’adelante, Hermanos … “Soy del Atleti, en las buenas, y en las malas”.

9 de enero de 2023

Atleti 0 - Barcelona 1. ¿Depresión? No ... Resignación.

Me preguntaba esta mañana mi Hermano Rafita que cuál era mi estado … “¿Depresión?”, me inquiría.

 

No. “Resignación”. Le contesté yo. Depresión es un estado en el que uno toca fondo, en el que no sabe como salir, en el que se encuentra ahogado, fuera de sí y, lo que es peor aún, sin motivo aparente la mayor de las veces. Afortunadamente, siempre tiene uno unos Hermanos carnales que están contigo sí o también, otros Hermanos de grada que se preocupan, otros que tienes collejas pendientes por recibir para dar y tomar … De la depresión uno sale … Hacia un camino, o hacia el otro, pero sale.

 

Resignación me preocupa más. Resignación es conformarse con lo que hay. Es conformismo. Perder la fe en conseguir algo más, porque, sinceramente, crees que más no puedes dar. Y eso se termina transformando en mediocridad. Y si algo debemos huir los Atléticos es precisamente de eso, de la mediocridad, que acaba en apatía. Prefiero hundirme en el fango de la segunda otra vez, volver a empezar de cero, lo que sea, pero no divagar sin rumbo fijo allá por esos campos de Dios que voy.

 

Porque el Atleti es hoy un equipo del quiero y no puedo. No puedo, porque no es de recibo que,  teniendo tu campo lleno como ayer estaba (en algunos sectores, patéticamente hablando, para qué nos vamos a engañar, ¿Verdad, Capo? Que si despedidas de solteros, que si un retrasado con la gorra del Madrid y una pegatina puesta del Atleti por encima de su escudo … ¿Pero qué clase de circo es este, madre?), teniendo una mínima posibilidad de intentar volver a estar ahí, que no digo que para ganar la Liga … pero no para mandarla a tomar por el puto culo ya como lo hemos hecho, sin acabar la primera vuelta siquiera … Salga con esta actitud de como si fuésemos el Andorra más que otra cosa. El Atlético Andorra.

 

Y ojo: esto ya no es cosa del Cholo. El mismo Oblak habló ayer clarito y meridiano. Es cosa de ellos, los jugadores. Yo ahora mismo el Atleti lo veo un grupo de empleados del balón, con más o menos calidad (empiezo a preferir a que juegue Reguilón antes que Reinildo, me preocupo, y bastante, es solo un ejemplo, ojo), pero que están desgastados de luchar por un mismo pensamiento, y como ya no creen en él en exceso, o lo han asimilado de forma equivocada, el caso es que  todo termina siendo una ceremonia de la desolación.

 

Porque sí, los primeros 20 minutos del Barsa fueron imperiales. Claro, joder. Es el puto Barsa. ¿Qué esperabas? Pero, nosotros, ¿Qué somos? ¿El Andorra? ¿No deberíamos haber presionado así, sabiendo que es la última copa de la noche, y apurar, al menos, el trago al máximo? Por favor …

 

Pues no. Nos tenemos que dejar llevar, ver la vida venir, y bueno … Alguna pillaremos. Ja. Ja, y más Ja. Estaba cantado que los que conseguirían pillarnos serían ellos. Maravillosa jugada de Pedri, dejada de Gabi, y remate de Dembelé (y ya tuvo que tener el gol a huevo para hacernos este tipo un tanto, ya). 0-1, y la historia se repite. La historia de siempre.

 

Claro. Ahora me dirá Koke que lo han dado todo a partir de ese instante. Ahora me dirá el Cholo que hicimos 70 minutos fenomenales. Joao me dirá que, joer, no es el Elche, y él está para este tipo de equipos, no para grandes “Monumentales”. Diosito, por su parte, me comentará que ha recorrido 2555 km. en el encuentro y que no tiene la cabeza fresca para meter un puto tanto, y que es normal pasar de 27 chicharros por temporada a apenas llegar a diez (si llega, que está por ver, y eso que es nuestro mejor jugador … Y de lejos). El chaval Barrios es el chaval, claro. Molina es Campeón del Mundo, ¿Qué más quieres, absurdo mentecato? Giménez lleva 3 años intentándolo todo, y no saliéndole casi nada. Savic saca su vena suburbial y la pena es que no le rompe la cara de verdad al niñato pastillero del Ferrán Bastardo ese. Llorente es más un meme que un jugador. Correa anda en no sé dónde. Don Álvaro ya se conforma con todo (que en su caso, suele ser la nada). ¿Seguimos?

 

Y sí. Lo dimos todo. Pero ese”todo” ya no nos vale. Fijaros lo que os digo, no es una cuestión de voluntad, pienso yo. Es un tema de fe, de en creer en lo que haces de verdad, de desgastamiento mental, de inoperancia, de no tener ideas. Y aquí hay una de dos: o nos cepillamos al Cholo, y a rezar tocan (me niego en rotundo), o, a hacer reestructuración profunda, a que venga sangre nueva (nacional, a ser posible, por favor), y a pillar gente que le haga ilusión vestir esta camiseta y entrenar con este Míster, que, está claro, su valía está más que demostrada. Lo demás es un sintentido sin mucho sentido común.

 

Pienso que Don Diego Pablo está intentado hacer funcionar una máquina muy suya, pero con piezas desgastadas, demasiado usadas o es excesivamente venidas a menos o acomodadas (que es aún peor).

 

Total, que ya solo tenemos un clavo ardiendo (pero qué maravilloso clavo, por Dios Santo). Nuestra amada Copa del Rey. Mientras esto funcione, más o menos la ilusión del personal (a saber, de mi gente, que son los únicos que me importan en realidad) va a seguir viento en popa, e, imagino, en la Liga se irá sobreviviendo como buenamente se pueda. Eso sí, como se rompa el hilo resplandeciente de la del Buey, ahí ya no habrá resignación que valga. Ahí se entrara en depresión continua. Y esto puede acabar mal, muy mal.

 

Para qué voy a hablar, por otro lado, de los 50 minutos para aparcar (saliendo a las 17,30 h. de Carabanchel, ojo) que padecimos (me escuché la discografía entera del gran Bowie, e íbamos ya por la tercera ronda). Qué les voy a decir de la chupa infame de agua y viento que nos chupamos mi cachorro y yo en ese puto Páramo infernal (que cada día odio más y más). Para qué voy a denunciar a 4 ACAB que, estando el parking completamente vacío, y cayendo el diluvio universal, nos dicen que no podemos estar allí para tomarnos 4 botijos tranquilamente. Es todo tan previsible, a la par que desquiciante… ¿Y dónde estará mi Calderón y mi gente, por Dios Santo? ¿Dónde?

 

 

 

Bueno. Mi gente al menos sé dónde andaba. Y eso puede con todo.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Pues se lo voy a dar a Giménez (Don Pablo Raso dedicated), porque ese sí que lo dio todo de verdad, estuvo presente en ataque y en defensa, e hizo lo posible e imposible por intentar darle a la vuelta a la tortilla, y sí, al menos el menda lerenda, le agradece el esfuerzo.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Ese quiero y no puedo. Ese acomplejamiento inicial, que me desespera tanto y tanto, que me dan ganas de a los 10 minutos pirarme del campo y volver al Bendita Locura a estar con mis Hermanos recordando al Atleti que adoramos de verdad. Esa impotencia, esa rabia. Ese “dar todo” y convertirlo en dogma de fe, sin ser cierto. Uno da todo cuando quiere todo, no cuando se anda ahogando e intenta sobrevivir dando chapotazos al agua sin sentido alguno. Bah, creo que no sé cómo explicarlo …

 

ÁRBITRO: Uno de los Munueras. Visto de lo de ayer, el menos tonto de todos. Aún así …

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 9 GRADOS).

 

Partíamos de -6 (preocupante a más no poder) del día del Mallorca, victoria de obligado cumplimiento ante el colista (¿Cómo? ¿Cuándo? ¿En serio me protestan?), y bajada sideral de 3 grados por la derrota frente a los Palancas. Oigan, yo recuerdo a un Barcelona con Messi, Luis Suárez y Neymar y hasta, de vez en cuando, se les ganaba y todo. Lo de ayer no es de recibo alguno. Y, reitero, no castigo el chapoteo después de ir por detrás en el marcador. Me desconsuela esa actitud inicial. Esa, y no otra cosa. ESA.

 

 

EL RINCÓN DE DÓN ÁLVARO

 

MAL NECESARIO

CHICHARRITOS A GO-GÓ

COMPETICIÓN QUE DIGNIFICAMOS

Cádiz

1

Trofero Carranza

Getafe

2

Teba's Party

Cabestros

1

Teba's Party

Portugueses

0

Teba's Party

Aparcacoches Desdentaos

1

Teba's Party

Trabajadores anónimos

1

Teba's Party

Elche

1

Teba's Party

 

 

 

 

Total chicharritos: 7

 

 

 

 

 

Actualizo esto, pero más por ver si consigo ganar la apuesta que otra cosa … Pero bueno. Un aliciente es un aliciente.

 

Y el domingo, el Almería. Mal harán si confían todo en la Copa, porque a un partido, es jugarse demasiado a una carta. Y este Club debería de estar obligado a un poquito más. Empezando por los delincuentes del palco, claro, que solo piensan ya en lo que van a sacar por Barrios … Nuestro triste sino. No hay más. “Aquí te vengo a cantar, hasta quedarme sin voz”

 

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