Con esa declaración de intenciones terminó Diosito Grizzi su entrevista tras el gran partido realizado por la escuadra Rojiblanca frente al Valladolid el pasado sábado. Un Diosito pletórico, feliz como a poca gente he visto vistiendo esta camiseta, cantando el Himno a todo pulmón cuando terminó el encuentro, y recorriéndose buena parte del campo para darle su casaca a una niña que se había teñido el pelo del mismo color que él. Ya sabéis que yo con la rojiblanca puesta, al menos, no me gusta para nada esta clase de extravagancias, pero según el propio Grizzi, cuando él se tiñe con este tipo de colores significa que se encuentra en un estado de felicidad permanente, así que tendremos que aceptar barco, qué remedio.
Primer partido sin animación desde el Fondo Sur. Como parece que a nadie (excepto el Cholo) le interesa lo más mínimo el tema (¿Verdad Juanfran? “Uy, qué calladitos están hoy los chicos del Fondo Sur”, para decir esa simpleza en la segunda parte, tampoco te cuesta tanto intentar bucear el por qué de la susodicha protesta, no es tan difícil, en serio), y como el equipo ha ganado, que es lo único que importa al 75% de los clientes de Gil&Cerezo corporation on Golfos Unlimited, pues nada, el 25% restante que somos del Atleti, y que, en un momento dado, valoramos más el perder nuestra identidad, nuestra personalidad, nuestros símbolos y el que nos tomen el pelo reiterativamente cada vez más y más, seguiremos a lo nuestro. Que nadie se preocupe por ello. Ni nos afectan críticas, ni silbidos, ni desmanes. Tampoco creo que se vaya a impedir a nadie animar si le apetece. Ahí tiene “su páramo”, e impoluta su garganta durante ya bastante tiempo. Así que hagan lo que más les plaza.
Y la verdad es que el Atleti jugó un partido bastante bueno, y, lo que es mejor, bastante completo. El primer tanto llegó al cuarto de hora de encuentro, cuando Koke (mucho más entonado que en anteriores fechas) dio salida al balón desde atrás sobre Diosito, éste, con un genial taconazo dejó solo a Don Álvaro, aprovechando su brillante desmarque, y con su aún mejor ejecución puso el 1-0 en el marcador.
Apenas 7 minutos más tarde, llegó el segundo tanto, en una internada del activo Nahuel, asistencia de éste sobre el omnipresente Diosito, y el francés remachó con un sutil toque al primer toque para batir a Masip, y poner el segundo chicharro en el marcador.
Por si fuese poco, tres minutos más tarde (27 de juego) falta deliciosamente botada por Grizzi, testarazo de Hermoso, Masip que rechaza en primera instancia y remate posterior de nuevo de Hermoso medio de tacón también, empleando un brillante recurso técnico para anotar un gol que no era tan fácil remachar como parece. Panorama completamente despejado. Ver para creer.
Si a la media hora vas 3-0, de local, y frente a un equipo tan blandito ayer como el pucelano, la cosa puede acabar como le hubiese apetecido al Atleti que al final terminase. Créanme, si nos hubiésemos propuesto conseguir tres tantos más, los hubiésemos anotado a lo largo del encuentro, porque ocasiones, sin apretar en exceso el acelerador, en la segunda parte tampoco nos faltaron.
Y el caso es que el Valladolid se estiró (es decir, dejó más espacios descubiertos todavía), pero con nula aportación ofensiva. De hecho, solo recuerdo una parada más o menos comprometida del bueno de Oblak en todo el encuentro. Para todo lo demás que hubo, se podía haber echado una cervecita fresquita con unas aceitunas de aperitivo, que nadie le hubiese echando en falta a Don Jan.
En los minutos 64 y 66, dos opciones de gol similares para los nuestros, con dos ejecuciones bien distintas. La primera de Morata, que cuando va a encarar a Masip dispara sin sentido alguno (marca de la casa, vamos), la segunda, de Angelito Marginal Correa, que, en la misma situación prácticamente de gol, hace lo que un buen delantero tiene que hacer en esa situación de verdad: según se adentra en el área, y ante la salida del portero, cruzar el balón. Vale que no entró el gol, pero de mil situaciones similares, 999 le hubiesen entrado. La única que podría escaparse es que roce la bota del guadameta, la repela un palo, se pasee el balón por la línea de meta, choque contra el otro palo, y el balón termine por no entrar. Cosas del fútbol.
A falta de un cuarto de hora, debutó Menphis (buen pelotero, vaya ya por delante). Demostró alguna cosa que otra interesante, pero una falta de ritmo de partidos sencillamente acojonante (de hecho, acabó el pobre con la lengua fuera), así que, no les quiero desanimar con él pero no esperaría en corto espacio de tiempo grandes exhibiciones por parte del tulipán negro, aunque veremos si va cogiendo la forma a base de minutos. Es lo que tiene la improvisación, el no estudiar mínimamente nada, el salir del paso por salir y la desidia final. Dicho esto, reitero: es un buen pelotero, y ojalá nos lo demuestre en plena plenitud.
Y del partido poco más, la verdad. Un par de buenas ocasiones más de Carrasco, y a pensar el jueves, que viene el Rock and Roll, pero de verdad. Diosito, hazlo posible. Y, por favor: denlo todo. Lo que tengan, y lo que no. Dejen el alma, los huevos, sus cabellos, acaben con tirones, cojos, mancos o con heridas, pero ustedes pueden, saben y espero, quieran. Todo. Absolutamente todo.
EL CRACK DEL PARTIDO:
Nahuel Molina sigue pasito a pasito (obviaré un supuesto remate suyo más supuestamente a puerta en el segundo periodo en el que, creo, intentó dar el balón al padre del Abuelito, sito en la parte de arriba del córner del Fondo Sur), Diosito delicatessen total, la pitada al Fornicador de la Patagonia, sencillamente emocionante, pero hoy se lo damos a Don Mario Hermoso. Hemos pasado muchas vicisitudes con él, pero ahora lleva ya tres partidos que va yendo de más, a mucho mejor. Muy serio en defensa (jugando de central, que, reitero, es su puesto), la neurona esa que le baila demasiado a menudo parece que se ha tomado unas vacaciones, así que, hoy por hoy, es el único defensor que tenemos que cuando se incorpora en ataque tiene gol, y, si anda inspirado como el pasado sábado, es el jugador que nos da una salida más limpia y brillante al balón desde atrás, por todo lo cual espero que te den la confianza que parece vas adquiriendo, que se dejen de experimentos contigo, y que tu, a su vez, utilices la cabecita tanto para rematar-despejar el balón, como para pensar y controlarte en el terreno de juego (e, inclusive, con la misma grada). A todos nos irá por la vida muchísjmo mejor.
LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO:
Lemar. No entiendo el empecinamiento del Cholo con él, cuando es un tipo que claramente ha tocado techo aquí (y no anda muy elevado que digamos). Prefiero ir contemplando la progresión de Barrios, por poner un ejemplo, que emplear este recurso que tengo bien claro lo poquito que nos va a dar ya. Pensar un poquito en el futuro, vamos …
ÁRBITRO:
De Burgos Bengoetxea. Excelente arbitraje suyo, en partido plácido y sencillote para él.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 5 GRADOS).
¡VAMOS A GANAR LA COPA!
¡Estalló la bomba informativa, señores! El Termómetro que tan sabia a la vez que pacientemente nos guía, valora el alto nivel de juego desplegado, así como la cómoda victoria, muy positivamente, y pega un subidón de 3 Gradazos nada menos. Ni los más viejos del lugar, oigan. Por supuesto, tengo claro que ahora vendrán hordas de Antitermometristas que indicarán “¿De dónde saco eso?” que “No hay quién entienda nada” y demás infundios y latifundios, pero los verdaderos creyentes de su fe divina, saben que siempre indica la verdad, nos guste o no. El problema reside en la gente que no le gusta nada, claro. Contentarles, es misión ímproba. No importa. Ya recapacitarán.
Pasito a pasito, lonchita a lonchita, jamoncito rico rico, se deleita y no se marchita. Hummmmm …
Y el jueves, vamos a superar la encerrona. Conseguiremos enterrar vivos a los mayores fantasmas del Reino. Ya ni nos dan entradas del temor que les afligimos. No quieren que volvamos a jugar de locales otra vez, y, aún así, los 350 Espartanos que consigan ir, conquistarán. Porque nadie les igualará jamás. “Que se enteren los vikingos, quién manda en la Capital” …
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