20 de marzo de 2017

Atleti 3 - Sevilla 1. El Atleti enseña al Sevilla cómo se aguanta la presión.


Esa dichosa presión, que,  cuando ya empiezan a faltar pocas jornadas para que acabe esto, empieza a asomar. Uno pasa de repente de ir como una flecha por la vida a estar cansado, a pesarle 2 toneladas las piernas, a no salirle nada, a dudar, de propios, de ajenos ... Uno, a fuerza de escuchar casi de forma tan cansina a la par que insidiosa el ya manido “Ya caerán”, o es muy fuerte mentalmente o al final se lo termina creyendo.

Bien lo sabemos los Atléticos tras la temporada en que ganamos la Liga a las 2 grandes morsas. Es muy jodido simplemente seguirles el ritmo, con que imagínense al final vencerles. Hay que luchar contra todo: árbitros, presión mediática, prensa … hasta que, al final, todo se resume en una cosa: uno lucha contra sí mismo. Si uno es capaz de aislarse de todo y seguir confiando en sus fuerzas, en sus posibilidades, en su potencial real, termina resistiendo. Si se deja vencer, malo. Por eso es tan enorme el trabajo del Cholo Simeone con este equipo. El fue (y es) la clave de todo esto. ¿El Sevilla? Pues tenía muy buena pinta, la verdad, pero lo de Leicester fue un palazo, y todos sabemos que lo jodido no es caer, sino levantarse. Veremos.

Desde luego, ayer el Atleti venció la presión que tenía porque debía que ganar este encuentro por lo civil o por lo criminal de la mejor manera posible, disfrazándose de la mejor versión que encontró de sí mismo. ¿El resultado? Un partido francamente estupendo. Jugando al fútbol. Con decisión. Con poderío. Presionando, no concediendo, emboscando al rival cada que tenía el balón. La primera parte fue un aluvión colchonero. Qué coño. Y la segunda también. El Sevilla, por su parte, andaba en su mundo de melancolía por la Champions. Es cierto que cayó, sobre el papel, con un rival inferior a su presunta categoría. Tan menos cierto como que, si fuesen inteligentes, se darían cuenta de que era su primera participación en Champions en millones de años, y que, si se sabe encauzar, todo suma, te elimine quien te elimine. Afortunadamente, no es mi problema.

El mío inicial fue la lesión de Vrsaljko. Pero ahí salio Juanfran, con la ilusión de un juvenil, a comerse el césped, el Calderón y la Giralda se le hubiese puesto a tiro. Sin una mala cara. Sin un mal gesto ante su suplencia. Hablando dónde hablan los futbolistas: en el terreno de juego. Es usted muy grande, señor Juanfran Torres.

Y las ocasiones comenzaron a llover. Vaselina antológica de Gameiro que repele el larguero por allí, que si Luis Filipe crea peligro por todos lados, que si Juanfran es un puñal por allá, que si la movilidad de Griezmann no saben ni por dónde pillarla, que si Carrasco se sigue divirtiendo a la par que nos divierte … Minuto 36, falta que provoca él mismo. La pone como los ángeles Antoine, y Godín, emperador Godín, golito a placer de cabeza que te crio. Mucho se habla  de los goles de cierto espantapájaro  del barrio de Concha Espina, y de orígenes aún más cochambrosos. Muy poco de los muchos que lleva nuestro faraón. Bendita ignorancia.

La segunda parte fue un recital total colchonero. Jugadas al primer toque, movimientos constantes en ataque, presión letal, que si Griezmann se queda solo ante Rico, que si Gameiro, tres cuartas de lo mismo … Al final , minuto 60 de juego, el espíritu de Pantic se despereza de su prolongada siesta, se mete en el cuerpo de Griezmann,   y nuestro siete favorito lanza una falta cerca del área de forma antológica, poniendo el 2-0 en el marcador, y dándonos también el goal-average (todo suma, si señor). La cosa pudo ser peor para los sevillistas, a poquito que Torres hubiese estado un poco más inspirado en sus  remates, pero fue muy previsible en las dos veces que se plantó ante Rico. El que no fallo, sin embargo, fue Koke, que anotó a placer faltando ya 14 minutos para el final del encuentro, tras una nueva excelente combinación rojiblanca.

A falta de seis minutos, tercera llegada sevillista a nuestro área (la primera, de Ben Yedder, en la que hizo el ridículo total, casi tanto como el árbitro a no amonestarle por simular el penalti), otra segunda del cervatillo rabioso del Sanabria, que remató bien de tacón, y la  tercera del interesante Correa, que anotó el gol del honor tras irse de Savic con la misma facilidad que Urdangarín (y tantos y tantos golfos otros en este puto país) se escaquea del talego. Faltaban 6 minutos para la conclusión del encuentro. 3-1 final, muy corto para lo que se vio en realidad, que no fue más que, ni más ni menos, una hermosa lección colchonera de cómo se aguanta la presión que se avecina. ¿Aprenderán algún día los fantoches de Nervión?

EL CRACK DEL PARTIDO:
Excelente encuentro de todo el equipo en general, pero me quedo con Godín, que estuvo espectacular en defensa, y decisivo en ataque. Pues no le queda ni ná de cuerda al seño Don Diego …

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Esa facilidad con la que un delantero encara a nuestro amado Señor de la uña y le deja siempre plácidamente tomándose un té mientras nos anotan gol tras gol, me desespera, la verdad. En fin.

ÁRBITRO: Gil Manzano.
Salvo el ridículo que hizo con el piscinazo del  tal Benn Yedder ese, no estuvo mal del todo.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO ( - 8 GRADOS).

Lo subo un par de gradejos, va, que si no el íntimo de Cerci, nuestro buen amigo Don Gracias Luis, no va a haber quién le aguante. Ya lo dije en la anterior crónica: la cacería no ha hecho más que empezar.

Y ahora, un bendito, dulce a la par que meloso parón con nuestras amadas selecciones. Que no se nos lesione nadie, por Dios . “Gracias, Atleti querido. Gracias por las emociones, y todas las sensaciones, que nos hiciste pasar”.

16 de marzo de 2017

Atleti 0 - Leverkusen 0. La rutina de estar en octavos.


¡Qué mala suerte que tenemos los Atléticos! Otra vez entre los 8 primeros. Qué putada. Nosotros no necesitamos ni épicas, ni invocar a espíritus, ni realizar vudús a nuestros rivales, ni trincar árbitros sin compasión, ni nada que se le parezca. Nuestro partido de vuelta, hasta careció de emoción. Teníamos la cosa tan sentenciada, que casi parecía un día más en la oficina.

Nos podemos permitir jugar un partido de octavos de final de Champions de vuelta, con un par de canteranos que apenas han disputado minutos en esta temporada y todo. Controlamos la primera parte sin mayores complicaciones, y hasta nos permitimos el lujo de hacer lucirse al estupendo Leno en dos fenomenales remates de Correa y de Koke, respectivamente, precedidas de muy buenas combinaciones rojiblancas.

¿La segunda? Pues hasta la jugamos mal y todo, hasta el punto de que nuestro portero, el maravilloso Oblak, fue el mejor de los nuestros, entre otras cosas porque, probablemente, también sea el mejor de todos. Propios, y ajenos. Una picadita de Griezmann por allí (qué pena) fue nuestro único bagaje ofensivo. Fue plomiza este segundo periodo hasta el punto de que al personal le dio por cachondearse de uno de nuestros jugadores, pidiéndole al Cholo que le sacase y todo (mal por la peña, bien por el Cholo).

Así que, nada, el viernes, en otra puta mierda de sorteos de esos, que tan manipulados están. Qué pereza. Otra vez a soñar, otra vez a emocionarse, otra vez a estar entre la élite de los mejores, otra vez a sentir, a reír, a llorar, en definitiva, a vivir .... No tienen más que ver cómo nuestros rivales valoran hoy en día nuestro estadio (si, ese que no les vale a los delincuentes del palco, si,de ese del que antes apenas se sabía casi de su existencia por ahí): “leyenda mundial del fútbol”. Casi nada. ¿A qué será debido?

En realidad, no tendría ni que haber escrito crónica de este evento. Emborrono el bloq simplemente por 2 motivos:

<![if !supportLists]>-          <![endif]>Reconocerle el triple paradón escalofriante del bueno de Jan Oblak, jugada que, al realizarlas, encima, en la competición que las ha hecho, está ya dando la vuelta a todo el mundo futbolístico en estos momentos. Es un acción para la historia, y no, no es cachondeo. Además, refleja perfectamente el devenir del Atleti en esta competición, cayendo 2 veces y levantándose 3 del suelo, con la dificultad que eso impone. Y todo de forma consecutiva. Cada día te quiero más …

<![if !supportLists]>-          <![endif]>Cholo Único. Se me acaban los calificativos. 4 años consecutivos, y ahí seguimos. Cada día parece más sencillo, pero no. No lo es. Me parece que llevamos ¡1 gol encajado! En el Calderón en estos 4 años en Champions, lugar por dónde han pasado escuadras como el Madrid, el Barcelona, el Bayer y demás angelitos. Empieza a ser aburrido esto de ser del Atleti, la verdad. Bendito aburrimiento.

12 de marzo de 2017

Granada 0 - Atleti 1. Comienza la cacería.


La verdad es que el partido fue cantidad de divertido, algo alocado a veces, pero la mar de entretenido. El Atleti al final se salió con la suya, sí (muy al final, demasiado al final) pero el Granada (equipo que parece una selección de presos internacionales de Alcatraz, más que otra cosa) tuvo sus opciones, y, desde luego, al menos, por lo visto ayer en Los Cármenes, para nada parece ocupar la plaza que realmente tiene en la clasificación liguera.

La primera parte tuvo muchas fases de dominio alternativo por parte de ambos equipos. El Atleti empezó como casi siempre, bien, pero Carrasco cabeceó una ocasión clarísima como si de un balón de playa se tratase, y ahí se acabó la cosa, porque, sin lugar a dudas, el Granada tuvo al mejor de los aliados posibles en las peligrosas contras que lanzó el Atleti: un puto linier con ladillas en el sobaco. Fue un martirio constante. Él solo difuminó un tanto de Griezmann, otro de Carrasco ... El  caso es que me juran y perjuran que, en caso de duda, no hay que señalar fuera de juego. Ver para creer.

Los nazaríes, por su parte, también angustiaron lo suyo, nos presionaron muy arriba y, por momentos, no es que tuviesen ocasiones clarísimas de gol, pero si que tuvieron opciones muy claras de haberlas tenido. Ese último pase, dichoso problema (para casi todos).

En la segunda el Cholo sacó a Correa, y tuvo unos minutos bastantes buenos, entre otros, por el buen hacer de Gaitán. ¿Su premio? Ser sustituido por Giménez. ¿Por qué? Porque el Granada seguía plantándose y entrando también en nuestra área por el centro. Pero el gol del Atleti se mascaba. Y no lo hizo mal Giménez, conste. Pero a mi este tipo de sustituciones me sientan como una patada en los cojones. Será que no tengo ni puta idea de fútbol (que también).

Una cosa muy buena: el Atleti este año es un equipo muy cabezón. E insistió. Una y otra vez. Faltas al borde del área desperdiciadas, Carrasco desatado pero sin fortuna en el remate final, Godín que iba a por todas en el balón parado, Luis Filipe y los jugadones que hizo, entradas en banda, faltas al borde del área (deleznablemente finalizadas, como casi siempre, Milinko Pantic que estás en mis sueños)... Y llegó el minuto 85. Enésimo córner. De esos que se sacan en corto y tan poco nos  gustan a los bufanderos descerebrados. Koke la pone de cine al segundo palo, y Mister Griezmann, que no había tenido su noche hasta ese momento, cabeceó de forma inapelable cruzando el balón al segundo palo (Carrasco, pídele unas clases, si eso). Victoria final. Muy justa, aunque me gustó el Granada. Pero el Atleti anda ya de cacería. El domingol, el Sevilla. No les digo nada.

EL CRACK DEL PARTIDO: No se lo van a creer, pero no me disgustó Savic. Saúl estuvo bien. Koke, muy bien (25 añitos que tiene, y todo lo que empieza a acumular ya, el Atleti será suyo). Me gustó bastante Gaitán. Carrasco estuvo colosal (y sigo sin entender la manía que parece que a todo el mundo le ha entrado con él, de verdad que no lo entiendo, es puro desequilibrio, después de Griezmann, el reino del gol será suyo), a Don Antoine siempre se le espera, porque siempre termina apareciendo, pero yo me quedó con el partidazo descomunal que hizo Filipe Luis. Realizó controles, jugadas, caños y asistencias que, por momentos, me recordaron al mejor Zico y Sócrates juntos. Y no. No estoy exagerando en absoluto. A su incansable sube, y baja, y vuelve a subir, le ha unido el llevar el balón pegado al pie y una exquisitez técnica descomunal. Una pura delicia.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: A Oblak no le termino de ver todavía seguro del todo (putas lesiones) y Juanfran sufrió demasiado. En cuanto a coche de choque Correa, la verdad es que cada día le veo peor. Vaya partidito que se marcó el colega.  Pero vamos, que a muerte con ellos.

ÁRBITRO: Hernández al cuadrado. Como no cambies de linieres, macho …

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 10 GRADOS).

Por la sencilla victoria ante el Valencia no lo subo, y lo de ayer, era de obligado cumplimiento. Así que hay que seguir, señores …

Por último, y aunque me alegró un montón ver a tanto Atlético en las gradas, esta vez no voy a decir el manido “Honor y gloria a los desplazados”. Amos, no me jodas. Finde que te cagas en Granada, tiempo sensacional, cañitas y tapas a go-gó, partidito sábado tarde-noche de nuestro Atleti, y luego, cenita y copitas en la majestuosa ciudad del Alhambra. “Honor y pollas”, más bien. Aunque en realidad sea “Honor y envidia. Puta envidia” (Carlitos dedicated).

3 de marzo de 2017

Depor 1 - Atleti 1. Cuando ladran los perros del amanecer.


Obviamente, está crónica de hoy no va a ser al uso como las demás. No quiero extenderme demasiado en el comienzo esperanzador del Atleti, en el gol chirigotero que fabricó Oblak a los 12 minutos de juego, colaboró Giménez y puto incordio del Andone ejecutó. Tampoco os voy a castigar mucho con el deleznable resto de primer tiempo que jugamos, el buen hacer del Depor durante ese periodo y las ocasiones que nos generaron.

Ni siquiera tengo ganas de hablar de los huevos y la personalidad que mostró Griezmann en la 2ª parte del partido, echándose al equipo por completo a su chepa, y consiguiendo un golazo de bandera, tanto que ni siquiera celebró, siendo consciente de que el empate en sí, de poco o nada valía (luchar por el cuarto puesto, es lo que nos queda). Todo queda completamente obscurecido y tapado por lo que pasó en el minuto 87 de juego, y esa mezcla de impotencia, desazón y descorazonamiento que sentí  en ese minuto de juego, cuando vi caer al Niño completamente desplomado sin sentido tras el desafortunado choque con Bergantiños. Esa angustia y desconsuelo de Giménez, esos rostros de terror reflejados en los jugadores de uno y otro equipo, ese tiempo que pasa y no ves a nadie reaccionar como tu esperas, esa aficionada del Depor casi con lágrimas en los ojos, esa grandeza de nuestro faraón Godín indicándole al propio Bergantiños que “tranquilo, no tienes culpa de nada, no has hecho nada” … Esto no le debería de pasar a nadie. Nadie merece pasar esa angustia. Por unos minutos, esta vez sí que comprendí perfectamente lo que debieron de sentir los aficionados periquitos con Jarque, o los sevillistas con Antonio Puerta. Hasta este momento lo había imaginado, pero no terminaba de ser consciente de ello. Si le pasa a un rival, malo. Si es a uno de los tuyos, tétrico. Pero es que, encima, al Niño … Uff. No quiero ni pensarlo. No me lo puedo llegar a imaginar.

Afortunadamente, Gabi levantó el pulgar, y todo el mundo respiró. Y, lo mejor, probablemente de todo, es que la gente de Riazor explotó en una extraordinaria y emocionante ovación a nuestro Fernando Torres. No era un día precisamente fácil para ellos, debido a la incompetencia e ineptitud de un juez que, encima, no tenía otro día para pasar de todo y anunciarlo que precisamente ayer. Aún queda algo de esperanza, cuando la condición humana es capaz de arrasar al odio visceral como se demostró ayer. Así que gracias. A ellos, a Dios y a nuestro Niño, Don Fernando Torres (no lo vuelvas a hacer más, por favor). Aunque jamás ya olvidaré este minuto 87 de juego. Cuando ladran los perros del amanecer …

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