8 de noviembre de 2021

Valencia 3 - Atleti 3. ¿Quién os gusta más, Gary Cooper o John Travolta?

Don Gary Cooper siempre me ha parecido un tipo rudo, seriote, formal, sin grandes extravagancias,  tímido, alto (a veces lánguido). No suele contar chistes, no parece un tipo estridente, es muy cabezón , un tipo de ideas fijas, claras y que no vende sus principios por nada ni por nadie. Uno de los mejores actores que ha pisado la tierra. Así era él, y así era este equipo denominado Atlético de Madrid no hace demasiado tiempo. Era un equipo que mordía, que estaba siempre altamente concentrado, que le importaba un bledo si jugaba más o menos vistoso. Tenía las ideas claras, cómo ejecutarlas, y, cuando se ponía por delante en el marcador, uno ya podía respirar tranquilo y comentar con tu colega de grada qué hiciste el sábado, que buena está la del quinto, puedes hasta echar un pequeño vistazo al periódico o irte a la nevera a por otra cerveceja de la manera más tranquila posible. Las posibilidades de que el rival siquiera nos inquietase eran, sencillamente, ínfimas, al menos aquí, en la Liga Española.  El auténtico Gary Cooper del fútbol español.

 

Travolta, sin embargo, es otra cosa. Conste que a mi como actor también me gusta (ha ido claramente de menos a más) pero es de un estilo mucho más chabacano, más de postureo, mucho más estrafalario, resultón, sí, pero de imagen algo frágil y, por momentos, desequilibrada. Puede que divierta más que Don Gary Cooper o sus interpretaciones entretengan más, pero también puede llegar a exasperar en algún que otro papel de moñas total. Y esto es en lo que se anda transformando el Atleti ahora. Básicamente, somos un equipo moñas. Ahora mismo ni somos un equipo serio, ni, por momentos, siquiera medio decente. Es correcto que atacamos muy bien (cuando nos da por hacerlo, claro) pero no tenemos luego la frialdad de cerrar un partido, y más bien nos comportamos como una banda de chiquillos disputando un partido de fútbol en el recreo. Y, claro, así pasa lo que pasa, que empezamos ya a llevar bastantes encuentros en esta temporada en que terminamos los mismos con una cara máxima de gilipollas integral, elevada ayer al grado de máxima expresión.

 

El partido comenzó más o menos como esperábamos. El Valencia iba a plantear un encuentro rocoso y disputado, y el Atleti lo intentaría ir mascando según fuese pudiendo. Hasta que, a los 35 minutos, llegó el tanto de Luis Suárez, tras gran combinación con Correíta. Con este 0-1 los Atléticos de Gary Cooper ya éramos hombres confiados, tranquilos, sosegados, mirábamos admirados el buen hacer y la disciplina espartana del equipo para no conceder ni una sola ocasión más de gol. Closed. Cerrado. Campana y se acabó.

 

Pero son otros, tiempos, y ahora estamos con el Atleti de Travolta. Ese Atleti que sigue atacando medio a lo loco en la segunda parte, es capaz de tener una buena ocasión nada más comenzar la misma en un buen cabezazo del dorsal número ocho tras otra buena asistencia de Don Ángel Correa. Ese Atlético de chici-nabo, que permite que empate el Valencia en el típico gol burlesco que nos suelen meter de vez en cuando. Costa centra y el balón se pasea por el área plácidamente, hasta que llega a Guedes, el portugués vuelve a centrar de nuevo, que la da Oblak, que si rebota en la barriga de no se quién, que si Pichichi Savic vuelve a aspirar a la bota de oro. En fin. Empate de nuevo. Otra vez vuelta a empezar. La historia de nuestra vida en esta temporada.

 

Y claro, el Valencia se desmelena. Y Foulquier obliga a lucirse a Oblak. Pero esta vez tenemos suerte, porque en ataque, cuando nos da la inspiración, somos mortales de necesidad. Y el dorsal número ocho se cruza casi todo el campo llevando una contra de bandera y termina rematando inapelablemente a la escuadra. Un golazo de Campeonato. Un gol que indignó a Don  Rubio, claro. “¿Qué es eso de meter un gol así el Atleti, hombre? ¿No ha rebotado en nadie ni en nada? No me gusta, no es nuestro estilo”. Y encima tenemos suerte y todo, porque, tan solo 2 minutos más tarde, esta vez sí que se produjo un gol del gusto del citado Caballero del Honor Rojiblanco. Centro de no se quién, Luis Suárez parece que se la lleva o no con la mano, o con la barriga, o con qué se yo, termina rematando como La Tacones, el balón le llega a Vrsaljko, y tampoco se sabe muy bien cómo ni por qué, pero la termina impulsando al fondo de la malla. 1-3, y la cosa parecía sentenciada. Si. Sentenciada. Ja.

 

Tan solo 4 minutos más tarde Wass ya avisó que el equipo ché no estaba por la labor de dejarse llevar, rematando (más solo que la una, por cierto) un fenomenal remate a la media vuelta que se estrelló en el larguero.

Y en el 84, volvió a avisar Guedes, pero Oblak  atajó de nuevo un balón más que peligroso. Y el Cholo quita a De Paul, y me saca a Herrera. Y este muchacho es un auténtico desastre, la verdad. Y se da un sorprendente descuento de 7 minutos, que no termino de saber de dónde salen. Y en esos siete minutos hacemos uno de los mayores ridículos futbolísticos que jamás recuerdo a un equipo. De primeras, otra cosa no, pero el Valencia, por muy debilitado que esté, deberíamos de saber ya que son peña que no se suele rendir fácilmente, y que han remontado ya un buen puñado de partidos en esos últimos cruciales minutos. Precedentes hay a montones, y por todos lados.

 

Aparte, se está demostrando que esta temporada, a nivel general en gran parte de los encuentros, los descuentos están siendo altamente desequilibrantes en un buen número de partidos que se van disputando jornada tras jornada. Y hay que saber dormir este tipo de situaciones, y tocar el balón con tranquilidad, con pausa, y llevar el control siempre del mismo.

 

¿A dónde cojones iba Kondogbia en el 92, como un poseso, solo a llevar una contra frente al mundo entero? (la cual, por cierto, la corta el Valencia con una flagrante falta sobre el negrata zumbón, aunque esa no es la cuestión). De ahí nace la vertiginosa combinación local para que Hugo Duro remate a placer el 2-3. Y ya está el lío montado.

 

Y ya el pánico se apodera de todo el mundo. Y ya los locales juegan como poseídos. Y ya el árbitro pita una piscodélica falta Antoine sobre Guedes (tarjeta amarilla incluida, ver para creer) cuando es justo al revés. Y la pone el portugués, y como el Hugo Duro este hacía apenas 2 minutos que ya nos había avisado de lo peligroso que era, anotando un tanto de forma parecida, pues vuelve a rematar otra vez a placer, sin ni la más mínima oposición ni del Tato, y consigue el empate a tres. Y a uno se le queda una cara de gilipollas de impresión. Y se va a casa con un cabreo monumental. Y discute con todo Dios. Y me imagino al cabrobazo de mi hermano @ARIAS4EVER descojonándose vivo de mi persona. Y me llevan los siete mil muertos por mis venas. Y estoy hasta los cojones de ir haciendo el Travolta por la vida. Quiero volver a ser feliz. Quiero mi puta puerta a cero durante 10 partidos consecutivos, lo menos. Y me importa una mierda jugar bien, regular o medio mal. Y me la suda que aburramos o que dejemos de hacerlo. Los mea colonias que vean lo que quieran. Yo quiero que vuelva mi olor a fragancia de Floid. Necesito volver a sentirme Don Gary Cooper. Y de esta forma, estaré con él también en el cielo.

 

 

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Hugo Duro, evidentemente. Y nuestro dorsal número 8, que cada está jugando más,  y mejor.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Yo. Tras el primer Gin-Tonic, debí de volver a mi cervecita, que nunca me falla. No hice caso a mi instinto, y así acabamos. Ando sencillamente desolado.

 

ÁRBITRO: Soto no sé qué.

¿7 minutos de descuento? Venga, ya, hombre. Da 12, si eso ... Tampoco me puedo explicar cómo puede pitar la falta de Griezmann sobre Guedes, cuando es justamente al revés. Que le saque ya la amarilla entra dentro del fenómeno de la paranoia más desquiciante. Eso por no hablar de falta a Kondogbia en la contra que propicia uno de los tantos, claro. Lo que pasa es que aún así, todo esto es tan grotescamente esperpéntico, que ni le da a uno más ganas de ponerse a lloriquear por nada, la verdad. Para qué …

 

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (-1 GRADO).

 

El Termómetro no entiende ni de pasiones, ni de  gavilanes, ni de corazones rotos, ni de lágrimas con rostros desencajados. Él está por encima de todo eso, y considera el punto conseguido en Mestalla como aceptable (fríamente hablando), por lo que decide, de una forma tan espléndida como espartana, no tocar el mismo, y dejarlo con la temperatura con la que se encontraba. A mi ya me ha dado algo de moral y todo, joder …

 

Y ahora, paroncito de selecciones. Pues yo lo agradezco, qué quieren que les diga. Un poquito de desintoxicación de fútbol tras lo de ayer a mi me viene de cine. Puta cara de gilipollas que aún tengo, joder …”Llegó el uruguayo, para meter goles, lucha por nosotros, échale cojones”…

No hay comentarios:

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

MAREANDO LA PERDIZ: "Desesperado"

Atético de Madrid - Webring
Peña Atletica Centuria Germana Vorherige Seite
Previous Page
Página Anterior Seiten Übersicht
Page Overview
Descripción De La Página Zufällige Seite
Random Page
Página Al Azar Nächste Seite
Next Page
Página Siguiente
FD12853D-b4b758962f17808746e9bb832a6fa4b8