Este equipo mío de mis entretelas está compuesto de dos caras, son dos conceptos, dos formas de mirarse al espejo. Una, de frente, recto y en pie. Es decir, cuando tiene el balón controlado. Más o menos combina bien, más o menos crea ocasiones, más o menos domina al rival, y más o menos parece un equipo de fútbol con algo de garantías. Otra cosa es que esté completamente negado al gol. Pero eso es lo que menos me preocupa: puede cambiar.
Otra, , boca abajo, recién salido de la cama, completamente despeinado y lleno de legañas. Es cuando defiende. Es un equipo sin mentalidad defensiva, sin colocación, sin orden, sin concierto. Un auténtico desbarajuste total. No hay por donde agarrarlo. Ni pies, ni cabeza.
¿Cómo explicar que Osasuna, en media hora escasa de juego, nos vaya ganando ya 3-0? Pues es muy sencillo. La primera vez que llegaron a puerta, gol (esto suele ser norma de la casa, a nadie puede extrañar). Camuñas (tipo al que Ufaljusi sabe que existir, existe, aunque ayer no terminó de verle en ningún momento), realiza una buena internada por banda, se saca un centro de esos que, según salen de la bota, sabes que tiene un alto porcentaje de terminar en gol, Juanito ensaya, mientras, un extraño pase de ballet a la hora de intentar despejar el mismo, y Pandiani remacha al segundo palo de cabeza sin piedad posible. Ni tres minutos de partido.
Después pudo empatar el Kun, pero en el fútbol lo peor que puedes hacer cuando te quedas delante del portero es no tener muy claro lo que vas a hacer, porque, mientras lo terminas de decidir, te llega un Azpilicueta de la vida y te roba el balón sin mayor complicación.
Para que podáis entender bien lo que pasó ayer, me voy a cambiar de deporte, y voy a hablaros de baloncesto. El Atleti supuestamente las jugadas a balón parado las defiende en zona. Es lo que yo llamo zona fotográfica. ¿En qué consiste, pues? Sencillo. Los lindos muchachos de rojiblanco se encargar de ocupar cualquier zona en la que no haya un rival a no menos de 3 m. Es decir, efectividad defensiva, nula, pero chico, en la foto aérea previa al lanzamiento de la falta queda todo de lo más aparente. Todos los huequecitos del área están bien cubiertos, por los unos y por los otros.
Sigamos con el basket. Imaginaros a un equipo que utiliza mucho el juego exterior. Si el balón da en el aro, mientras que sus pivots vayan pillando rebote tras rebote, da igual. Consiguen tener hasta tres o cuatro nuevas situaciones de ataque, y terminan encestando.
El partido de ayer fue un claro ejemplo de esto que os digo. Osasuna pone balón tras balón en saques de falta, y, si no acaba en un ale-hop de esos directamente, los delanteros navarros parece que sacan 2 m. a nuestras defensas, no paran de pillar rebote tras rebote, hasta que acaban encestando. De hecho, ayer cada falta pamplonica fue un auténtico suplicio, porque duraba su asedio más de cinco minutos, lo menos. Absolutamente todos los rebotes iban para ellos, mientras los nuestros, eran patos mareados de un lado a otro de la cancha.
Y así van cayendo los goles. Un centro al segundo palo, Josetxo cede sobre el primero, y allí, completamente solo, Pandiani remacha sin piedad. Pero es que, si Pandiani no hubiese llegado, había otros ¡3 jugadores completamente solos para hacerlo! Camacho se debe de creer Einstein con sus jugadas ensayadas después de lo ayer. Les salieron todas.
El tercero, Asenjo salva por dos veces nuevos ale-hop de los pivots osasunistas, hasta que su tercera parada se queda muerta para que (remata tu, Aranda, no tu, Pandiani, que a mi ya me da palo) batan sin concesión posible al bueno de Sergio. Por supuesto, ni un solo jugador atlético para encimarles en un kilómetro a la redonda.
Y no. No es un problema exclusivamente de nuestra línea defensiva. Lo he dicho ya cienes y cienes de veces. El tema reside en que somos un equipo que no tiene ni papa de defender. Absolutamente ni idea.
La segunda parte fue otra cosa. El Atleti tuvo más el balón y creó bastantes ocasiones. El Kun ayer pudo ponerse pichichi. 235 remates se fueron lamiendo el palo. Y el equipo, al menos, tuvo algo de vergüenza torera e intentó maquillar algo el espectáculo. Mientras, Perea se bastaba para mantener más o menos a raya a los delanteros pamplonicas, que, dicho sea de paso, bajaron bastante el pistón a la hora de presionar. Pero demostraron ser infinitamente más equipo que nosotros. Quizás tengamos mejores individualidades (cosa que estaría por ver, pero bueno), pero un equipo es un grupo de peña que se ayudan unos a otros, que son solidarios en el esfuerzo, tanto defensivo como de despliegue ofensivo, que juegan todos con una misma mentalidad y que intentan, como grupo, llevar una armonía y un orden sobre el terreno de juego. Todos ellos conceptos completamente desconocidos por el Atleti. Así, en el fútbol de hoy en día, no vamos a ningún lado. Bueno, sí, miento. Vamos a uno. A Segunda. Y cuesta abajo y sin frenos. Avisados quedamos todos.
EL CRACK DEL PARTIDO: Camuñas (un chaval al que yo ya tenía echado el ojo de cuando estaba en el Recre, fijo que costó dos duros a los navarricos, demasiado pocos talegos para el bueno de Pitarch, ¿a dónde vamos hoy en día con una comisión tan baja?), por parte navarra, y el Kun, por su vergüenza torera, por parte rojiblanca, así como los detalles que nos sigue dejando Reyes cada vez que el Sr. Abel se digna a sacarle al terreno de juego. Visto como están Simao o Maxi, merece, al menos, que le den alguna oportunidad, pero ¡ah! Con Abelino el miserable hemos topado ....
LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO: Consençao, por parte colchonera (porque según el narrador Carlos Martínez, Assunsao no jugó, y en su lugar lo hizo un tal Consençao, y era malo como la carne del pescuezo, el colega), y el propio Kun, porque un delantero vive de sus goles, y anda horroroso a la hora de definir. El año pasado, con las que tuvo ayer, mínimo hubiese conseguido dos chicharritos. Este año, necesita ochenta ocasiones, y ni aún así … Claro que el partidito del desquiciado Ufaljusi tampoco es para perderse de vista. Y el de desapariciones espontáneas Juradín también merece estar en este podio.
ÁRBITRO: Fernández Borbalán. Se comió un penalti de libro sobre el Kun (íbamos ya 3-0 palmando, así que tranki todo el mundo). El problema de algunos colegiados es que, como no han jugado al fútbol en su puta existencia, no saben que si, cuando te dispones a disparar a puerta un balón, a uno le empujan, aunque sea levemente, le desequilibran lo suficiente como para no poder rematar con libertad. Y como nuestro argentino no sabe tirarse, pues eso que salimos perdiendo. Luego se quejará el personal de que la peña se tira en el área, claro. En fin. Por todo lo demás, buen arbitraje en líneas generales el suyo.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 5º grados).
Lo bajo solo un gradito, por tratarse del campo que es, pero volvemos de nuevo a igualar nuestra peor marca desde que inauguré esta puta sección. A este paso, vamos a pillar la Gripe A, la B, y la del todo el maldito abecedario por completo.
Dos últimos apuntes más:
a) ¿Qué hacemos con Abel? Ayer volvió a demostrar que el equipo está fatalmente preparado en labores defensivas. Todos los rechaces absolutamente siempre van al contrario. Es algo que debería de estudiar. Así como su puto miedo a sacar a dos puntas cuando el Kun o Forlán están ausentes. Con la puta mierda de juego que realiza sacando el patadón hacia la cabeza de Agüero (que, como todos sabemos, desde los tiempos de Santillana no se recuerda a alguien igual), es mucho mejor que le acompañara Sinama, que, al menos, suele ganar los saltos y prolongar el balón con algo de sentido. Pero claro, eso es arriesgar demasiado.
Aparte, está su actitud a la hora de dirigir al equipo desde el banquillo. Un entrenador no puede transmitir nunca desde dicho lugar el haber bajado los brazos como ayer hizo el de Velada. Claro que, más que un banquillo, eso parecen tres tipos que han salido de una boda y que están ahí aguantando el resacón. No saben llevar bien ni el traje.
b) Me encanta cómo se sabe la afición del Sadar nuestro himno de memoria. Es más, lo entonan de maravilla. Y yo me pregunto: ¿Alguno de ustedes sabe siquiera de la existencia del himno pamplonés? Yo, la verdad, es que no tengo ni idea. Probablemente, sea la lógica consecuencia de haber sido un grande en tu vida frente al ser un mediocre permanente. Por mucho que nos metan tres goles.