Solidez, personalidad, fiabilidad, constancia, laboratorio, prestancia y efectividad. Estos son los pilares en los que se basa el equipo del Cholo Simeone. La solidez la demuestra el grado de concentración de nuestra defensa en cada encuentro, tanto en las acciones propiamente defensivas como en las ofensivas, donde ayer Miranda puso el primer tanto nuestro tras fenomenal asistencia de falta de Gabi, y no menos espléndido cabezazo al segundo palo del brasileño.
La personalidad es la que tienen nuestros jugadores sobre el terreno de juego, con un Cebolla que ayer fue titular y fue un puñal constante por su banda, con un Raúl García que jamás se esconde y ayer se aprovechó de un regalito de Arribas para poner el 2-0 en el marcador, tanto muy made in Raúl García: disparo seco, duro y ajustado al palo.
La fiabilidad es sinónimo de Falcao: difícil es que se vaya un encuentro sin hacer alguna de las suyas: ayer se aprovechó de un excelente centro de Juanfran para, de volea, adelantarse a su marcador, que ni se enteró de por dónde le vino, y fusiló sin piedad al fantástico guardameta osasunista, el gran Andrés Fernández, poniendo el 3-1 en el marcador que nos daba la tranquilidad necesaria y merecida.
La constancia se demuestra en que el equipo, aunque encaje un tanto al borde del descanso, en una de las pocas concesiones que hicimos en defensa (gran gol de Lamah, todo hay que decirlo también) la muchachada sigue siempre igual, siempre con un mismo objetivo: ir creciendo más y más según se va desarrollando el encuentro. Por eso uno ve al equipo en el minuto 7 y parece que está en el 89 buscando el gol desesperadamente. No importa ni el marcador ni el momento del encuentro: Importa, y mucho, la portería contraria.
El laboratorio del Cholo, que no se nos olvide, porque cada vez que hay una falta a favor nuestra o un saque de esquina, es sinónimo de ocasión de gol garantizada (y eso que ayer Koke no estaba para poner esos balones que él solamente sabe cómo los pone, y que suelen ir completamente envenenados). Ayer, como ya os he mencionado antes, se demostró en el chicharro de Miranda. Eso son muchas horas de entrenamiento y de trabajo, y la gente siempre agradece eso. Ver que tu equipo se lo curra cantidad.
La prestancia y la efectividad que llevamos es sencillamente impresionante. Los números hablan por sí solos: más de un año sin perder, récord de victorias europeas (y subiendo), un empate y 8 victorias consecutivas en Liga, invictos, imparables. Una auténtica gozada. Y ayer, además, se venció con superioridad total. Dejando bien claro desde el minuto uno hasta el 90 quién era el líder y quién el colista. El rodillo que no cesa en su empeño por conseguir algo grande, muy muy grande.
EL CRACK DEL PARTIDO: Luis Filipe. Ayer sí que le ví a un extraordinario nivel, siendo una copia no exacta, sino inclusive mejorada, de aquel que tanto me deleitó en el Depor, porque ayer estuvo hiperactivo, centrando con mucho sentido y muy bien y firme y rocoso en defensa. Su encuentro más completo desde que está con nosotros.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Y lo que me cuesta este año rellenar esta sección. Nada, se queda vacía de nuevo.
ÁRBITRO: Mateu Lahoz. Desconcertante en su manera de arbitrar, como siempre, para mi se come un claro penalti de Luis Filipe sobre un jugador osasunista.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 8 GRADOS).
Ya no me he podido resistir más la tentación, y lo subo un par de graditos más, que los partidos frente a los colistas de turno siempre se nos suelen dar extraordinariamente mal. Afortunadamente, eso pertenece ya al pasado.
Y el sábado que viene, empieza ya lo fuerte: Mestalla habemus, con un Valencia que se juega todo prácticamente a una carta si quiere seguir aspirando a la Champions. Catorce puntos nos separan, si no he echado mal las cuentas. ¿Y por qué no diecisiete? Vaya, ya he metido la pata. Jaén, coño. Antes está Jaén. No miremos más lejos que a Jaén. Y a las cuentas de la lechera también que le den. JAÉN. Esa es nuestra obsesión.