Primer título que, ya podemos que decir que, salvo milagro (y ya no solo por la distancia de nuestros rivales, sino por sensaciones propias y extrañas), se nos va directamente por el inodoro. Esta vez, Tiago y Oblak pusieron los fallos, y el Vila-Real se encargó de tirar de la cadena. Por cierto, ¿Eso es un campo de fútbol, o una pajarería? Vaya trajín de bichos volando para un lado y otro de ese estadio, por Dios. Y va a ser jodido esto. Primero, porque andamos aún en Diciembre (trágico guiño a nuestro pasado Manzanesco). Segundo, porque de ninguna forma debemos de permitir nadie que se deje llevar. Y tercero, porque hoy por hoy, la clasificación para la Champions va a haber que sudarla, y mucho.
¿Qué es lo que ha pasado? Pues no lo sé. Yo veo varios factores que no me encajan demasiado. El primero de ellos, es que al equipo le cuesta un mundo entrar en los partidos. Y, de qué se da cuenta de que está jugando un encuentro de fútbol, que tiene un rival jodido enfrente y que como no se ponga a ello a la voz de ya, la cosa se le puede ir al garete, suele ser ya demasiado tarde. Antes cualquier partido era frente al Bayer de Munich. Daba igual el sitio. Ahora parece que se selecciona los rivales y las motivaciones. Impropio, muy impropio. Ayer fue buena prueba de ello. Hasta el minuto 18 no apareció Correa (es decir, no apareció el Atleti), pero mientras, el Vila-Real, mucho más metido y concentrado en el partido, tuvo una ya clara de Dos Santos que Savic salvó milagrosamente bajo palos. Bien es cierto que Koke pudo meter la que le dio en el palo (tras la única jugada de laboratorio que lleva el Atleti en demasiado tiempo, otro de los factores claves, ya puestos). La suerte, esa sucia pendenciera que tanto les da siempre a uno y nos niega siempre a los mismos.
Segundo factor, pérdida de firmeza defensiva. El equipo defensivamente no es ni la sombra de lo que fue. Y no es solo una cuestión de los cuatro de atrás (que también) sino del concepto defensivo y el nivel de concentración en general. El bloqueo de Tiago (tanto mental como físico) en el balón que regala a Trigueros (con la inestimable colaboración de Godín, otro que tal anda) hizo que el chaval, magistralmente, también hay que decirlo, pusiese el 1-0 en el marcador, tras deshacerse de Savic como el que se deshace de una compresa usada, tras un fantástico amago. Si encima le añadimos que hasta Oblak se contagió ayer del empanamiento visitante no atajando un centro de Pato, que, aprovechó Dos Santos para en el 38, poner el 2-0 en el marcador, pues apañados estamos. Y encima, los dos rojiblancos lesionados. Ya saben, lo que puede ir mal, puede acabar en mucho peor.
Tercer factor, nuestros cracks no están. Griezmann lleva sin meter un gol desde que su padre y su madre eran novios. Ayer desaprovechó una contra clarísima que pudo poner el empate en el marcador (se la sacó el mameluco del Asenso con el culo, como suele parar todo el puto fracasado ese). Gameiro se volvió a Sevilla. Koke anda deprimido con su enésimo cambio de posición. Y como ayer a Carrasco algún iluminado decidió que no era partido para que jugase él de titular, pues así estamos.
Y cuarto factor, que, a partir del dichoso derbi de marras, hemos dejado de creer. Conste que no le reprocho nada al equipo en cuanto a lucha, entrega y demás. Ayer en la segunda parte tiraron de orgullo como el que más. Pero da la impresión de que jugamos con muy poquita convicción y fe en lo que hacemos. Hacemos la presión completamente descompensada. No tenemos imaginación para crear un puñetera ocasión de gol en condiciones y, lo que es peor, no se atisba a corto plazo soluciones claras para mejorar esto. Personalmente, yo veo hasta al Cholo completamente entre deprimido y tristón, algo desesperado. El tercer gol del Vila-Real fue ya una macabra anécdota final, allá por el 90 de juego. Tiempos ásperos se avecinan en el Calderón. Adiós, Liga, adiós …
EL CRACK DEL PARTIDO: Trigueros, por parte azulejera. Exquisito centrocampista donde los haya. Y el nuevo recital de Bruno, que dejó a nuestro Capi a la altura de un juvenil, y de los malos.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Cualquier cosa que portara ayer algo de rojiblanco sobre el terreno de juego.
ÁRBITRO: Hernández al cuadrado. Salvo que debió de sacar la roja a Jonathan por una criminal entrada sobre Lucas al borde del descanso, impecable arbitraje el suyo.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 9 GRADOS).
Lo dejo como estaba, porque refleja a la perfección el estado actual del equipo con respecto a la temporada pasada. Imagino que los críticos asiduos de esta sección empezarán a darse cuenta más pronto que tarde de que, al final, el termómetro siempre termina teniendo la razón.
Así que, tras estos días en el que los Atléticos no hemos parado de recibir alegrías y parabienes sin parar (lo del escudo no tiene nombre, especialmente, aunque a mi me la pela, solo me representa el que llevo tatuado en el brazo y grabado en fuego vivo en el corazón, lo demás que hagan lo que quieran con ello, ya puestos, que cambien el himno también, Georgie Dann andaba ya en el tema, me cuentan…), espero que dejemos de una puta vez las funciones cirquenses de los 2 payasos sin fronteras que tenemos de dirigentes-delincuentes (cada semanita, una nueva función), y nos centremos en lo deportivo, que esto no se ha acabado, ni mucho menos. … Cantemos todos que es tu hinchada que hoy alienta …