Hacía tiempo que no veía a un equipo tan superior en el campo como fue ayer el Alavés. Un auténtico ciclón, que, por supuesto, mereció ganar y cómodamente, pero no lo consiguió, gracias, especialmente, a Don Miguel Ángel Moyá, el único superviviente del naufragio total rojiblanco. Curioso, muy parecido a lo que pasó en el Calderón cuando el Atleti se enfrentó al Alavés, pero al revés. Que nadie se tire del pelo. En el fútbol, estas cosas, pasan.
Hablando de pasar, ¿Qué cojones está pasando en el Atleti? Porque ayer, vista la alineación que sacó el Cholo, no me da a mi la impresión de que fuese un equipo conservador, ni muchísimo menos. Era un once titular que invitaba al fútbol, al optimismo, a ir a por todas incondicionalmente. Carrasco, Gaitán, Gameiro, Griezmann, Koke, Saúl …. Joder, a cada cual peor. Esta vez no falló el Mister, no. Esta vez fallaron los jugadores. No se enteraron ni del nodo. Falto aptitud, actitud, presión, protagonismo, anticipación, ganas, derroche, concentración … ¿Hace falta que siga?
Yo sé que es muy duro el mantenerse ya para casi seis temporadas dando el jeromen frente a Barsapasta e Inombrables. Quizá ese desgaste, probablemente más psíquico que otra cosa, nos ande pasando factura. Qué se yo. El caso es que no estuvimos, y, lo malo es que, al final, ni se nos esperó.
Del partido no os voy a contar mucho. El Alavés, obviamente, me encantó. Fue, en realidad, un Atleti de hace 2 temporadas, para qué lo vamos a negar. Tuvo todas las virtudes que tanto nos ha enganchado a la muchachada del Cholo. Lo que pacha es que, como nosotros tenemos más calidad individualmente, pues, claro está, logramos más puntos que ellos. Pero fueron muy reconocibles a anteriores temporadas nuestras por cómo disputaron cada balón como si fuese el último de sus vidas, como anticiparon siempre, lo concentrados que estuvieron, y, por qué no decirlo, lo bien y mucho que jugaron al fútbol. En bandas, en profundidad, dominando el juego, a la contra … Un auténtico huracán. Lo que hemos sido (y, espero, volveremos a ser). El Atleti, por su parte, la nada más absoluta. Anda que no eché ayer en falta ni ná a nuestro capi Gabi, auténtico comandante y director de nuestra presión … Así le valoramos todos un poquito más, mira tu por dónde. Él equipo, sin él, estuvo sin ritmo, sin alma, sin orgullo y sin dirección. Eso sí, curiosamente, tuvimos la ocasión más clara del encuentro (y única por nuestra parte, fue ya bien avanzado el segundo tiempo), en un melonazo de Savic que se convirtió en una fantástica asistencia hacia Gaitán, que se quedó solo, solito, solo, ante Pacheco, pero que como iba sin decisión ni fe ninguna, al final el guardameta local le birló la ocasión con una facilidad insultante. Ver para creer.
De todas formas, y, sin tirar la toalla, yo creo que esta temporada, al menos, en Liga, no es la nuestra. No estamos como debemos estar, y lo vengo avisando ya demasiadas crónicas atrás. Ya digo. Es lo que hay. Este año toca temporada chunga, y fuera. Tendremos que seguir apoyando al equipo, conseguir la clasificación para la Champions League como sea (y vamos a sudar sangre, ya anticipo) y a ver qué pasa en la Copa y en Champions. No queda otra. Dejar al equipo, eso sí, nunca. Solo faltaba. Y perder la confianza en el Cholo, menos. Aunque se le puede criticar, por supuesto, no se es menos Atlético por ello. Pero siempre desde el respeto y el agradecimiento. Y, en mi caso particular, el enorme cariño que le tengo, y le tendré. Eso siempre.
Yo, de todas formas, ya digo, ayer no le culpo de nada. La cosa fue sencilla: jugaron aviones contra tractores. Los grandes veredictos y las trascendentes conclusiones, desde este humilde bloq se harán como siempre, al final de temporada, nunca antes.
EL CRACK DEL PARTIDO: Moyá, ni qué decir tiene. Y todo lo que me alegro yo por él. Salvó al Atleti de las garras de Theo (el año que viene no hay ninguna duda de dónde tiene que estar, competencia, y de la buena, para Luis Filipe), de Camarasa, de Edgar, de Laguardia … Y, por supuesto, los desplazados a Vitoria. Ese tifo con las banderitas rojiblancas Vintage, me llegó a lo más profundo de mi vieja alma rojiblanca. Fue un soplo de aire de puro colchonerismo fresco.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: ¿Empiezo? Desastroso Vrsaljko, nefasto Godín (y, además, cobarde, porque frente a la cobardía que tuvo el despojo humano ese denominado Deyverson, o bastardo análogo, lo que hay que hacer es reventarle, sin más … ningún Atlético te hubiésemos reprochado nada), la desaparición de Luis Filipe, la puta lesión de Giménez (lo que nos faltaba, me quiero morir), el ridículo tan espantoso que hizo ayer Koke en el terreno de juego, el peligroso efecto gaseosa que está demostrando este año Saúl, la inoperancia de Gaitán, la desgana de Carrasco (por cierto, ya me contarán ustedes en dónde regalan el título de psicología, y cómo todo el mundo da por sentado que el belga dio la patada a la botella de agua por el enfado que tenía con el Cholo tras su cambio, y no consigo mismo por su puta mierda de partido que había hecho, me descubro ante todos ustedes), la ausencia de Griezmann y el desesperante Gameiro (y mira que a mi me gustaba el francés, virgen del amor hermoso). Esta vez sí, cito nombres propios, y quito al entrenador de en medio. Lo de ayer, tiene esos nombres y sus correspondientes apellidos, no otros.
ÁRBITRO. Ocón Arraiz. Bien, en líneas generales.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 13 grados).
En caída libre, y sin red que nos salve. De mal en peor. El frío empieza a ser siberiano. Qué horror.
Y, el miércoles, la Copa frente al Barsapasta. Tras ver la exhibición ayer del Alavés, solamente me queda decir que menos mal que no nos ha tocado ellos … “A la voz del Capitán, marcharemos otra vez, Todos tus Ultras, volverán a enloquecer” …