Mucho mérito tiene ser el equipo que lleva mejor racha consecutiva de visitas en el Bernabéu. Tres victorias más dos empates, conseguidos, estos últimos, en cuanto nos dio por apretar un poquito. Algunos podrán pensar que podríamos haber hecho más. Seguramente estén en lo cierto. Lo cual no es óbice para destacar que lo logrado vale su peso en oro.
Derbi sin la tensión de antaño. Lógico. Es lo que tiene el andar jugándose semifinales y finales de Champions casi todos estos últimos años entre sí. Es muy jodido superar tanta tensión como en dichos encuentros. Y éste de Chamartín, que tenía buena pinta por su ubicación en el tiempo, perdió demasiada esencia al no tener la importancia que debieran los puntos disputados.
Aun así, fue un derbi cuanto menos, disputado, y, a ratos, bien jugado por ambas escuadras. El Madrid tuvo una de sus clásicas salidas en tromba, pero se toparon, principalmente, con un gran trabajo defensivo por parte rojiblanca, y con un espectacular Oblak, que salvó un remate a bocajarro a poco de comenzar el encuentro tras el remate de un jugador rival con el estómago, para posteriomente hacerle también la noche a Varane en otro remate a bocajarro que tapó a la perfección. Añádenle dos largueros casi consecutivos, de Asensio y de Marcelo, y ahí tienen todo el peligro local en este primer periodo. Ciertamente, no es poco, pero oigan, es que andamos jugando donde andamos jugando. En el fondo, era bastante previsible todo.
El último cuarto de hora, sin embargo, el Atleti empezó a desperezarse, y tuvo una buena oportunidad Diego Costa (le sigo viendo demasiado pesado, como con excesiva carga de trabajo en sus piernas), pero decidió rematar él directamente en vez de ceder el balón a Antoine (de lo mejorcito de la noche), que andaba solo en el segundo palo, despejando el balón Keylor con relativa facilidad. Y pudimos haber tenido aún otra excelente ocasión cuando Vitolo marchaba solo hacia el marco contrario, tras una fantástica asistencia de Thomas, pero descubrimos una nueva norma que se ha estrenado este año en el Bernabeu. Ojito, que si sales un metro más atrás de tu propio campo a por un balón en profundidad, te pueden pitar también fuera de juego. Qué cracks estos vikingos, siempre innovando.
La segunda parte comenzó más igualada, pero un perfecto centro de Bale al segundo palo fue rematado por un jugador local cruzando el balón de forma inapelable ante el inmenso Oblak. Minuto 8 de juego.
Así que el Atleti llamó a filas, tocó al orden, y, prácticamente, cómo y cuándo quiso, logró empatar sin mayores complejidades, tan solo cuatro minutos después, en una buena combinación entre Vitolo y Griezmann, que supuso que este último anotase el gol del empate final. Fueron 20-25 minutos con un Atlético a un gran nivel, y que aún gozó de otro par de excelentes oportunidades, una de Koke a bocajarro que le sacó espectacularmente Keylor Navas, y otra de Correa que al final se diluyó como un azucarillo en una taza de té caliente.
Poco más. De aquí al final, el Atleti, sorprendentemente, se terminó conformando con el empate, y el Madrid, lo intentó, si, pero no logró tener ninguna ocasión clara final, salvo una falta que lanzó Sergio Ramos y que respondió Jan con otra espectacular mano. Como era el noventa y pico, supongo que el iluminado éste pensó que sería otro día de fiesta. Claro, hombre, claro. Y qué más …Yo en el fondo, te doy las gracias, porque temía bastante más el lanzamiento de Bale que el tuyo propio. Así que, reitero. Choca esos cinco, chavalote. Ahí. 5 de 5, y subiendo.
EL CRACK DEL ENCUENTRO:
Espectacular Thomas, muy bien Griezmann, bien la defensa en líneas generales, y Cum Laude para Oblak. Nuestro auténtico crack total.
LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO:
No me gustó nada Vitolo, y tampoco demasiado Diego Costa, al que sigo viendo como si en vez de piernas llevase 20 kilos de longanizas en cada lado. Muy muy pesado.
ÁRBITRO;
Estrada Fernández. Como ya les he comentado, estrenó la nueva norma del fuera de juego saliendo uno desde su propio campo si el tema perjudica a quién perjudica. Qué máquinas son estos tíos. Se reclamaron 3 penaltis en nuestra área. En el primero, es el atacante el que pisa a Juanfran, y no al revés. El segundo de Lucas sí que me causa bastantes dudas, la verdad. Pudo serlo. También hubo un golpe de Godín sobre el rostro de Lucas Vázquez que, si bien el uruguayo no ve la posición del delantero, si a Estrada le da por señalarlo algo de razón pudiese haber tenido en señalarlo. Menos mal que fue un derbi tranquilo en el aspecto de los jugadores, y apenas hubo roces, piques y demás …
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+4 GRADOS).
Lo dejo como estaba. Empate de obligado cumplimiento.
Y el jueves, a rematar la faena en Portugal (buen follón tienen montado los del Sporting éste). “Gabriel Fernández, a tu lado yo estaré”.