En un encuentro disputado ya en plena Bundesliga Alemana, según quién les escribe (liga ecuatoriana, seguramente para Don Pablo, no nos queda por pasar frío aquí ni ná, sus muertos), me dio por recapacitar en lo siguiente: tenemos tantas cosas que le debemos al Cholo, que necesitaría un papiro de 2 km. para poder relatarlas. Pero, de todas ellas, hay una que es mi favorita (alguna vez yo creo que ya les he aburrido con lo mismo, da igual, nunca está de más recordarlo). Tiren de memoria: hubo un tiempo que ya empieza a ser lejano (desde la llegada de Don Diego Pablo, concretamente), en el que, el equipo, tras un tropiezo, siempre se hundía, se dejaba llevar como alma en pena, se convertía en una sombra de sí mismo, por más esfuerzos que hiciésemos desde la grada por intentar recuperarles el orgullo perdido. Eso, desde la llegada del Simeone, es historia. Siempre es historia.
No recuerdo un encuentro que el Atleti haya palmado, y no haya respondido con una victoria, desde que él anda dándose un rulo por aquí. Por muy aparatosa que fuese su derrota (la del miércoles, sinceramente, fue más ruidosa que efectista, a la par que, probablemente, injusta, primero, por nivel de juego exhibido por el equipo, que no fue ni mucho menos malo, segundo, por consecuencias reales en nuestra futura clasificación para la siguiente fase de Champions, si no hacemos el lelo, está prácticamente hecho, y ni siquiera descarto ser primero, por mucho que el Dortmund el miércoles me molase cantidad). Eso no es que sea importante … Es que es lo más importante. Lo dice el Frente, y a ver quién tiene bemoles a arrebatar a la muchachada: “Si nos caemos, combato y me levanto”.
Y ayer, una vez más, el Atleti lo hizo. Hubo poca diferencia entre la Real y el Leganés (sin que sirva como desprecio ni mucho menos al simpático equipo vecinal). Mismo uniforme, mismo entrenador, y mismo poder ofensivo. ¿Quién jugó en nuestra portería? ¿Seguro que fue Jan?
Mientras tanto, el Atleti fue lo que suele ser: equipo ultra ordenado, siempre sabiendo lo qué hacía y por qué lo ejecutaba. Un Atleti muy reconocible. El Atleti del Cholo.
Eso sí, nuestros delanteros siguen sin ver puerta … Pues oiga, que los metan otros, qué quieren que les diga. ¿No se mata Diego Costa en la presión a las defensas rivales? ¿No ven a Antoine desatado muchas veces en defensa echando una mano por aquí y por allá? Pues ese es el concepto principal: EQUIPO.
Para todo lo demás, nuestro coche de choque favorito, don Ángel Correa. Dejen de tirarse de los pelos. No le pidan regularidad. No le exijan demasiado equilibrio en sus acciones. Déjenle volar libre. Él es así. Cada día me gusta más, y me cae mejor. Y, ¿Saben qué les digo? Quiero que siga siendo igual.
Porque siempre, estando él en el campo, esperaré, por mucho que a veces falle el pase más fácil, haga la falta más tonta, o pierda la posición de la manera más absurda, la imprevisibilidad que ningún otro tiene. Lo diferente. Lo genial. Lo que a nadie se le ocurre. Ese giro imposible. Ese regate inverosímil. Esa media asistencia a Godín en gol, al borde del descanso … que el uruguayo remató como si de un Borja Garcés se tratase. Remate de puro nueve, y con el pie. ¿Increíble, no? Qué va. Con don Ángel Correa no hay nada imposible. Ni para bien, ni para mal.
En la segunda parte, fue todo coser y cantar. Y jugar bien al fútbol. Y ver a Rodrigo dar una exhibición. Y ver la notable mejoría de Diego Costa. Y flipar con el golazo que se sacó, con su pierna mala (sus neuronas, sin embargo, siguen a su bola, pena), el dorsal número 3, que puso el 2-0 en el marcador, y, más que sentenciar, constató que, este equipo, nunca cae en lo fácil, nunca se deja llevar, siempre pasa de la desidia y del hastío. Así que, tampoco está de más volver a decirlo: gracias por todo, Don Diego Pablo. Este … Este es mi Atleti.
EL CRACK DEL PARTIDO:
Pues me gustó un montón Arias, también me pareció un muy buen partido del siempre notable Koke (absurdamente eterno perseguido por parte de un buen sector de nuestra amada afición), excelente Rodrigo, notable mejoría de Diego Costa, acción genial de Griezmann a la media vuelta que, si acaba en gol, como si no quiere hacer más en lo que resta de temporada, de Angelito Correa ya les he dicho todo … En definitiva, el crack ,el equipo. La palabra equipo. El concepto equipo. Todos para una, y unos para el Cholo.
LA DECEPCIÓN DEL EQUIPO:
Ver al señor de la Uña vistiendo esos colores … Siempre será una decepción.
ÁRBITRO: Mateu Lahoz.
En su mundo. Sus reglas son suyas, son flexibles, y no necesariamente las mismas según sea el partido o el jugador que se tope enfrente. Nada nuevo sobre el horizonte, vamos. Perjudicó gravísimamente al Atlético por no haber expulsado del campo al tal Savic, o memez análoga, tras mostrar todas sus carencias en una incalificable entrada, no sé muy bien si de Karate o de qué tipo de nuevo arte marcial, sobre un pobre jugador donostiarra. A veces, la vida puede ser más bella con diez.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (0 GRADOS).
Partido de obligado cumplimiento. Y no hay más.
Y, el martes, a ilusionarnos de nuevo con la Copa, que hace tiempo ya que ni la olemos, joder. Quiero Copa. Tengo mono de Copa. No hay que ponerse límites. “No importa lo que pase, no nos separarán” …