12 de septiembre de 2022

Atleti 4 - Celta 1. El Celta entretiene, el Atleti se divierte.

Tras el tan dantesco como digno homenaje a la tragicomedia que asistimos impertérritos el pasado miércoles en nuestro primer encuentro de Champions, nada tuvo que ver dicho partido con el que contemplamos el pasado sábado (afortunadamente, añado). Un buen encuentro de fútbol, en el que cada equipo intentó aprovechar sus armas, y quién mejor las supo emplear finalmente se llevó el gato al agua.

 

De primeras, sorpresa en la alineación del Atleti, con la titularidad de Grbic. He de reconocer que su planta es excepcional como guardameta. Curiosamente, en dónde menos pensé que se basaría su poderío, dada su envergadura, fue en lo que más me gustó (reflejos y saber estar debajo de la portería, aparte de que demostró hechuras en una gran salida en un uno contra uno inicial que desbarató brillantemente a Jarsen, una parada muy made in Oblak). Eso sí, en su debe, precisamente debería de aprovechar mucho más tal circunstancia para ser dueño y señor del juego aéreo (y no dio en ningún momento dicha sensación, un portero no puede salir a por un balón como si estuviese matando moscas con una paleta). No me generó demasiada tranquilidad su presencia en ese aspecto (y es fundamental en un portero) pero sobrevivió, y nos hizo sobrevivir con la portería a cero mientras pudo especialmente en la mágica salida del Celta (minuto uno, mano a mano salvado a Larsen ya citado, minuto 3, remate a bocajarro de Hugo Mallo, paradón de Mister Grbic). Aparte, me pareció un tipo excepcional. Vi una entrevista que dio al acabar el partido, y aparte de notársele el menda más feliz de la tierra, dio las gracias a Oblak, al preparador de porteros, al Cholo, a la afición, a sus compañeros, a Ralph … Todo era agradecimiento a todo el mundo y orgullo de pertenencia. Y, sinceramente, con gente tan humilde a la par que entregada para la causa, da gusto ir al fin del mundo, así que, a seguir afianzándote entre nosotros, Señor Grbric.

 

 

 

Todas estas ocasiones del Celta se debieron, por un lado, a su excelente presión en nuestra salida de balón (Coudet  tenía bien clarito cómo hacernos daño), y, por otro, a esa máquina inicialmente constante de perder balones absurdos que se llama Hermoso, como al desastroso partido que realizó el Señor Kondogbia, que pasó de ser King-Kondogbia a transformarse en un vulgar saco de patatas. Lo de Hermoso duró relativamente poco (media horita, hasta que al bueno de Reinildo le dio por echarle un cable, vamos). Lo del saco de patatas fue un constante dolor de cabeza durante todo el encuentro, pero bueno, que un mal día lo podemos tener todos, así que eso … Aceptamos saco.

 

Hablando de Hermoso. “Hermoso Capitán”. Tóquense los pies, Hermanos. “Hermoso no, Hermosísimo, vamos…”. El mismo que se va encarando con aficionados como si de una pelea tabernaria se tratase. Y, por si fuese poco, compartiendo titularidad con nuestro Angelito Correa mientras tanto. No sé de quién fue  dicha decisión, pero el cachondeo que este Club últimamente transmite lo mires por dónde lo hagas es digno de una película estilo “Alguien voló sobre el nido del Cholo”. Sigan provocando, sigan.

 

Y hablando de Correita. Qué curioso. Cuando al Atleti le da por sacar el balón jugado desde atrás aseadamente, es capaz de que el intermitente Lemar haga un delicioso cambio de orientación sobre Molina, éste conecte con De Paul, el follador de Oklahoma ceda el balón sobre Angelito, y nuestro  guardián de guardianes haga un golazo fabuloso a los nueve minutos de juego. Es decir, se sabe sacar el balón como Dios manda y todo. Quién lo diría el pasado miércoles, sin ir mucho más lejos.

 

Pero suele durar poco en casa la alegría del pobre, y Aspas lanzó un zambombazo desde fuera del área que repelió el balón en el palo, es decir, no fue gol, porque no lo fue. Pero vamos …

 

De aquí al final del primer tiempo, monólogo dominador del equipo celeste, pero con nulo acierto final. Pero lo intentaron, vaya si lo hicieron.

 

En la segunda parte entró Koke, y a nuestro canterano favorito le dio por celebrar de la mejor forma posible el haberse convertido en el jugador de nuestra historia que más partidos ha disputado con la Rojiblanca puesta, superando a Don Adelardo Rodríguez (casi nada al aparato), sacando un balón como los ángeles jugándolo desde atrás (realizó una excelente segunda parte, dicho sea ya de paso), realizando Carrasco una internada de las suyas, cediendo de nuevo nuestra historia ya viviente el balón en el borde del área sobre De Paul, y el argentino consiguió anotar el segundo tanto con la inestimable colaboración de Unai Nuñez, que despistó por completo al portero visitante en un disparo que tenía pinta de poder atajar sin mayores complicaciones. Cómo me llama la atención de nuevo, el contemplar que este equipo es capaz de jugar al fútbol así cuando le vuelve a dar por sacar el balón como Dios manda, en vez del brevazo sin ton ni son del portero que tengamos la suerte de padecer esa jornada.

 

El Atleti a partir de ahí se desmelenó, pero, esta vez el numerito de la cabra, el organillo y el taburete del dichoso minuto 60, no tuvo el efecto deseado porque Joao salió en plan figurín, y Diosito Griezmann acabó perdiéndose por el Metropolitano.

 

Pero, a pesar de todo esto, nos divertimos de nuevo aún más en otra extraordinaria circulación de balón de todo el equipo  rojiblanco, y que acabó Carrasco golpeando con violencia al palo del portero, poniendo el 3-0 en el marcador.  La cosa andaba ya medio sentenciada.

 

Somos así. Cualquier otro equipo hubiese realizado una goleada, puede que de escándalo, visto el percal. Pero el Atleti no. Y el Celta menos, que no quiso rendirse en ningún momento, consiguiendo un tanto un chavalín de la cantera viguesa (Veiga, que haberlas, hailas, oiga) en un zapatazo que entró como una exhalación por el palo de nuestro Grbri, tras gran pase de Iago Aspas (conexión viguesa 101%).

 

Así que tocó sufrir de nuevo un buen rato, porque el Celta tenía fe en lo que hacía, pero, a falta de 10 minutos, en una letal contra conducida con Cunha en cabalgada individual, quiso ceder el tanto a delicatessen Joao, pero rebotó en “Unai Nuñez Pichichi, Binicius Subnormal”,  y se convirtió en el cuarto tanto en el marcador, poniendo la fiesta ya total en el Metropolitano.

 

Y así acabó la historia. Me gustó el Celta, la verdad. Tuvo personalidad, quiso ir a por el partido, buena parte del encuentro nos dominó con relativa comodidad. Nos entretuvo, al fin y al cabo. Pero se topó con un Atleti que, superó su despiste inicial para terminar demostrando, de nuevo, su pegada final. Así que al final nos divertimos todos.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Merece honores Don Ángel Correa. Merece alabanzas sin parar el Excelentísimo y Magnífico señor Witsel (cuenta la leyenda que una vez, en su más  tierna infancia, dio un pase al contrario, difícil de creer, sí, pero eso dicen), Reinildo sigue siendo Reinildo (ahora ya no es que sea un muro, es que se dedica también a solventar las gañadas de los demás), pero yo creo que hoy este sitio lo merece un tipo que lleva 551 partidos ya con nosotros, que resulta ya imprescindible en nuestras vidas, que cuando está bien (o, mejor dicho, en su sitio) se nota su presencia como la que nadie más, que nos representa con humildad, gallardía, saber estar, entusiasmo, conocimiento y que es fácil comprobar que respira en rojiblanco todos los instantes de su existencia. Nuestro Capitán. Nuestro Símbolo. Nuestro canterano. Nuestro Atleti: Don Koke Resurreción.

 

 

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

La burlesca capitanía del Capitán Pescanova, ese extraño disfraz que le dio ayer por estrenar a Kongogbia de saco de patatas (y mira que me jode, que fue mi jugador favorito el año pasado), más la tristeza y el descorazonamiento que siempre me produce cualquier lesión de las que tiene siempre Giménez. Y también me anda poniendo de bastante mala leche las “celebraciones” que andamos realizando últimamente en nuestros tantos. No sé, pero el que quiera hacer el mono, el ganso o el payaso, en donde encaja a la perfección es en la acera de enfrente, auténticos especialistas en descubrir encefalogramas planos de ese tipo. Pero aquí, en el Metropolitano, SOBRAN.

 

ÁRBITRO:

Hernández al Cuadrado. Bien, en líneas generales.

 

 

EL RINCÓN DE DÓN ÁLVARO

 

MAL NECESARIO

CHICHARRITOS A GO-GÓ

COMPETICIÓN QUE DIGNIFICAMOS

Cádiz

1

Trofero Carranza

Getafe

2

Teba's Party

Paleto-Real

0

Teba's Party

Bualensia

0

Teba's Party

Cabestros

1

Teba's Party

Canasteros

0

Unión Europea para Fastidiar al ATM

Portugueses

0

Teba's Party

 

Total chicharritos: 4

 

 

 

 

 

No marcó, pero batalló, peleó y dio la cara como siempre. A mi  me sigue valiendo en esta versión en que le andamos contemplando.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 1 GRADO).

 

Partido de obligado cumplimiento, no cabe la menor duda. No creo que a nadie le cause la menor duda al respecto.

 

Y el martes, la Champions. Qué bueno sería una victoria en Alemania para poder tomarnos esta competición con algo más de tranquilidad y menos zozobra que la que nos generó el miércoles pasado, cuyo estado de ansiedad superó límites inimaginables por parte de todo el mundo. Ya. Que sí. Que somos el Atleti. Ya … “Había una pandemia, en toda la región, pero el Frente quería, que salieras Campeón”

 

5 de septiembre de 2022

Real Sociedad 1 - Atleti 1. Soto Grado fusila al Atleti.

Todos los que me sufrís crónica a crónica me conocéis bien y sabéis que no suele ser mi estilo el escudarme en la actuación arbitral sobre cualquier posible resultado que pueda tener el Atleti. Pero lo del sábado no tiene perdón de Dios, porque, independientemente de que más adelante analizaremos las jugadas más polémicas del encuentro, lo que no puede consentirse bajo ninguna circunstancia es que el árbitro se convierta en el líder de la presión realista sobre nuestros jugadores, permitiendo una reiteración constante de falta va, hachazo viene, especialmente sobre el pobre “Don Álvaro” o sobre Joao. Ya no es que juguemos bien o que lo hagamos mal. Es que muchas veces ni nos dejan jugar siquiera, que es lo más grave. Y claro, si a un equipo le consientes este tipo de juego, cada vez ejerce una presión más dura y asfixiante, visto que dicha manera de jugar no le supone ningún castigo en forma de  tarjeta por su parte. Obviamente, así es muy fácil de defender. Basta con ir repartiéndose las faltas entre varios jugadores y fuera.

 

La cosa empezó muy bien, de todas formas, gracias un envenenado saque de córner de Carrasco que repelió el palo, y cuyo rechace anotó “Don Álvaro”, sumando un nuevo gol en su haber, en el minuto 5 de juego.

 

 

Reaccionó rápido la Real, con sendas ocasiones de Silva y especialmente de Merino, cuyo remate repelió el palo, allá por el cuarto de hora ya del partido. La Real siguió insistiendo sin demasiada profundidad, eso sí, hasta que llegó un nuevo tanto de “Don Álvaro”, tras asistencia de Joao Félix, que, parece ser, controló el balón con la mano previamente. Personalmente, después de ver la jugada tropecientas mil veces, en algunas  tomas sí que veo mano, pero en otras, no. Dicho esto, me resulta bastante curioso el que se repita dicha acción durante medio millón de ocasiones y desde todos los ángulos habidos y por haber, porque la consigna era evidente: hay que encontrar que era mano, sí o también. Así que hala, el 0-2 se nos fue al limbo. De puta madre. Qué bien tienen todos aprendida la lección.

 

El Atleti reaccionó con rabia, como demuestra el chutazo impresionante que se sacó Giménez desde Uruguay que entre Remiro y el larguero se encargaron de desbaratar dicha jugada. Poco antes, también el propio Giménez remató un córner de cabeza fuera cuando lo tenía todo a huevo para marcar. Para finalizar este trepidante primer periodo, Llorente salvó un gol cantado cuando le quitó en el último suspiro a Ali-Cho. A pesar de la actuación arbitral, he de reconocer que el partido tuvo electricidad y fue un constante  toma y daca la mar de intenso a la par que disputado.

 

En el comienzo de la segunda parte La Real se volcó por completo sobre la portería del Atleti, que se dedicó a achicar aguas sin ton ni son, realizando con su eterno reculamiento excesivo que tanto me desespera. Y como es lógico, llegó el tanto del empate. Flagrantemente ilegal al rematarlo con la mano, cierto, pero gol, al fin y al cabo. Fíjense lo que son las cosas: en esta jugada no hubo ni  tropecientas mil repeticiones ni nada que se le parezca para analizarla, cuando, por el contrario, con la de Joao se tiraron media hora “escudriñándola”. Qué cosa más curiosa, oyes, y que realización de encuentro tan pintoresca, claro que, viendo los alaridos y la algarabía de los dos “comentaristas” de la Real con su tanto del empate, parece que la cosa nos puede empezar a encajar aún más.

 

En el minuto 62, de nuevo se sacó el organillo, la cabra y el taburete, y el “hombre de Club” hizo su numerito habitual al sacar de nuevo a Diosito Griezmann (le voy a llamar así a partir de ahora porque se cambia  tanto los colores de su pelo como los del personaje de una serie que ando viendo y que se titula El Marginal, es argentina, sencillamente cojonuda, por cierto).

 

 

A partir de ese instante, el Atleti se fue adueñando del cotarro, tuvo ambición y se decidió ir a por el partido y a por todas, acabando el mismo sometiendo a la Real a que ni siquiera lograba pasar del centro del campo. Sadiq, eso sí, marcó un golazo picando el balón ante la salida de Jan, pero andaba en fuera de juego flagrante, con lo que fue anulado el mismo.

 

Y en el minuto 80, Joao Félix deja solo al recién entrado Angelito Correa delante del portero, pero su inocente remate lo repele Remiro (gran partido el suyo, que no se nos olvide). Y en el 96, el árbitro decide pitar una falta sobre Diosito y no dar la ley de la ventaja en una acción que acabó con tanto colchonero. Dicen por ahí que puede ser que hubiese un jugador rojiblanco en fuera de juego. Como, sorprendentemente, no se repitió tampoco, pues manzanas  traigo. Y aún tuvo otra nueva ocasión Joao Félix, pero Remiro realizó otra gran parada.

 

En definitiva, gran partido de fútbol, buen partido del Atleti (con sus altibajos, si, pero bueno, vistas la cantidad de condicionantes que tuvo siempre en contra), y preocupante, muy preocupante, me resulta el criterio que se anda siguiendo en las retransmisiones de los encuentros y quién decide qué jugadas se repiten por la tele y cuáles no. Es como si se quisiese crear un agujero negro para que se terminen olvidando determinadas acciones, y yo no sé a ustedes, pero a mi me parece un hecho gravísimo. Para todo lo demás, buen partido también de la Real (a ratos). Del resto ya saben quién se encargó. Sí. El sinvergüenza de Soto Grande. País.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Remiro, por parte local, sin duda alguna, vamos, muy bien “Don Álvaro”, que se peleó y fajó con todo cristo, y delicioso encuentro de Witsel. Empieza a ser una pasada ver jugar a este individuo. Qué manera de  tocar el balón tan sutil, siempre acertado, siempre preciso, y que inteligentemente se coloca sobre el terreno de juego. Es un grande, pero de verdad.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Koke vs. De Paul. Ya tenemos la experiencia del año pasado de que esa pareja junta no funciona. Pues que si quieres arroz, Catalina.

 

ÁRBITRO: Soto Grado.

Éste señor, y solo éste, tiene la culpa de la bajada de grados del Termómetro en el día de hoy. Así que las culpas, ya saben a dónde tienen que señalar. Y, por cierto, también se zampó otro clamoroso penalti sobre Giménez, al que lo único que le faltó por hacer al “defensor” realista es darle por culo, jugada la cual, también acabó en el agujero negro ese del que les hablaba antes, ya que no hubo siquiera ni una triste mención. Reitero. Todo esto es gravísimo.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 1 GRADO).

Se debió de ganar, y el empate nos supo a muy poco. Así que dos grados menos tocan esta vez. Volvemos a estar en negativo. Malo. Chungo cubata.

 

 

Y debería de llevar ya 5, pero bueno. Me gustó mucho su partido frente a la Real, la verdad. Va en clara línea ascendente. Me parece que nos vamos más de uno a poner de rico jamoncito …

 

Y el miércoles, la Champions, frente al empalagoso Oporto (eso de que siempre nos toquen los mismos…). Y saben lo que nos espera. Un hueso duro de roer. Vamos a ver si nos centramos, pues … “Te queremos, te adoramos, junto a ti, hasta morir” …

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