Soy de los que piensan que, quién no conoce bien su historia, no termina de conocerse bien así mismo. Por eso, la misma hay que divulgarla, enseñarla, respetarla, documentarla y cuidarla, respectivamente y en su debido orden. En concreto, la base de la misma en un Club de fútbol suele ser sus orígenes, sus títulos, sus logros, y luego un buen puñado de fechas señaladas que a cada cual se nos quedan grabadas de diferentes formas. Lo importante es haberlas vivido y disfrutado. A mi me vienen a la cabeza unos cuantos momentos sencillamente inolvidables. Empezando por las celebraciones del 75 Aniversario, de nuestro Centenario (en el que participé como voluntario portando el banderón rojiblanco jamás visto paseándolo por toda la ciudad), cómo no recordar esa celebración del doblete, en la fiesta posterior del Calderón, cuando, tumbado sobre el césped completamente agotado del finde que nos dimos, veía completamente extasiado la impresionante traca final de fuegos artificiales que hubo (hubo denuncias de vecinos por tan magno estruendo, lo que no sé es cómo les aguantó toda la cristalería, Beirut al lado de eso parecía la verbena de la Paloma).
Después, también, siempre hay partidos puntuales. Esa remontada al Betis con Arteche saliendo en camilla después de haber anotado los dos últimos goles, bajo el diluvio universal. Ese gol de Vieri en UEFA frente al Paok tan inverosímil como genial. Aquella remontada épica frente a un Barsapasta de ensueño, con Cacho Heredia en el banquillo y el golazo final de Don José Luis Pérez Caminero. Y así me podría tirar tres días. Obviamente, cada uno tiene sus fechas señaladas, y, eso si, sin miedo a equivocarme, ayer ya tenemos otra fecha señalada, al haber tenido la inmensa fortuna de vivir nuestra mayor goleada a domicilio de nuestra historia. Y, personalmente, al menos, me siento un enorme afortunado por ello. Un resultado de esos de los años 40-50.
Nos enfrentábamos a un Rayo que venía después de dos victorias consecutivas, pero se encontró con un Atleti decidido, mandón, firme en defensa, rápido en la construcción del juego y letal de efectividad de cara al área contraria. Fuimos prácticamente durante toda la noche vallecana un rodillo devastador.
Apenas llevábamos 3 minutos de juego cuando Memphis controló un balón hasta que vio claro qué hacer con él, se lo cedió a De Paul que, en una mágica asistencia, vio cómo entraba en el segundo palo Diosito Griezmann para para batir a placer a Dimitrievski. Una gran noticia el regreso de sus vacaciones de estos dos últimos jugadores en cuestión.
Apenas dos minutos más tardes, De Pay de nuevo la tuvo, tras una brillantísima acción del inconmensurable Saúl asistiéndole para dejarle solo delante del portero, pero el guardameta local terminó repeliendo su violento remate.
El Atleti era dueño y señor de la situación, y poco tardó en poner el 0-2 en el marcador. Minuto 16, de nuevo Saúl asistió a Memphis para que batiese a placer a Dimitrievski. En esta precisa jugada se vio claramente el magistral movimiento táctico del Cholo, intercambiando hábilmente a Witsel por Aridane (virgen del amor Hermoso, qué partidito hizo el colega durante toda la noche). Una genialidad sin parangón en la historia del fútbol contemporáneo, qué duda cabe.
Del Rayo, en acciones ofensivas, solo tuvimos noticias sobre la media hora de juego, en un córner que botó Trejo, Oblak dudó en la salida y que el balón se paseó más que peligrosamente sobre nuestro área pequeña. Afortunadamente, ningún jugador vallecano estuvo vivo en dicha acción. Por cierto, ayer también se confirmó la retirada definitiva de esto del fútbol de nuestro delantero insecticida favorito, el tal RDT (otro que telita, tela). Que siga matando muchas moscas, pues. Otra cosa …
Siete minutos más tarde, el tercero, que ya toca. Mágico pase del fornicador de la Patagonia a Nahuel Molina, levantó la cabecita, dudó de la eficacia de Don Álvaro (otro que la leche, la Toñi, el primer tiempo que hizo, me preocupó profundamente su estado de atrofia física y mental que tuvo, menos mal que al final mejoró, y bastante), a lo cual decidió sin más complicaciones batir él mismo al guardameta local. Normal. Lo de Nahuel ya no es casualidad. Tiene fuerza, tiene potencia, tiene desmarque, y tiene gol. Y me sigue pareciendo impensable si me preguntan un año antes si iba a escribir esto mismo sobre el interfecto en cuestión (la vida es un continuo aprendizaje, cada día lo tengo más claro). Con dicho resultado nos fuimos al descanso. La sensación era de superioridad aplastante, la verdad, pero uno, que como buen Atlético que es, nunca termina de ser confiado del todo, aún tenía mis reservas sobre la victoria final. Cosas de la edad, perdónenme.
En la segunda parte los de Vallecas intentaron reaccionar (era de esperar). Un remate de DJ Pachá Espino salió rozando el palo de Jan nada más comenzar la misma, pero el Atleti, cuando se acercaba al área local, seguía creando peligro pero del auténtico, como en una gran asistencia de Diosito Grizzi sobre Carrasco, que, completamente solo, mandó su remate a Groenlandia (cosas de la Carrasca, ustedes saben).
El Rayo seguía apretando, pero el que olía la sangre de verdad era nuestro Atleti. Y en el último y pletórico cuarto de hora final llegaron todo el resto de tantos. El primero, de Don Álvaro, tras rematar magistralmente un mano a mano que Don Saúl Ñiguez nos volvió a brindar. Morata tiene una sola pequeña similitud con Torres: cuando menos piensa, mejor ejecuta (tranqui las hienas, que solo es en eso, nuestro Niño le supera en todo lo demás de forma sideral).
En el 80, llegó la pincelada genial de Marginal Correa, en una deliciosa picadita tras regalo generoso de Dimitrievski, que todo hay que decirlo también. Cuatro minutos después, doblete de Don Álvaro, que, esta vez cruzó ante la salida del guardameta local. Como mandan los cánones. Era el sexto.
Y la guinda final, de Llorente. Por cierto, hay quien dice que conseguir una goleada así es una falta de respeto al contrario (que, bien es cierto, estaba totalmente alicaído y entregado a su suerte). Disiento rotundamente de tal afirmación. Es más, meter a tu rival cuántos más goles, mejor, es dignificar este deporte y el fútbol y a la par, respetarle también. Otra cosa es chulearle con filigranas absurdas y celebraciones grotescas. Afortunadamente, estas historias tampoco entran en nuestro lenguaje.
Nada más. Disfruten y siéntanse afortunados de haber vivido este nuevo brillante verso escrito en nuestra Historia. El Atleti representó ayer nuestra más firme convicción de nuestra alegría por vivir y respirar en rojiblanco. Sigamos disfrutando.
EL CRACK DEL PARTIDO.
¿Puede ser el mejor partido de Witsel desde que está en el Atleti? Puede ser. ¿Puede ser Barrios ese “5” que tanto anda añorando el Cholo? Puede ser. ¿Puede ser que Saúl volviese a recordar a nuestro idolatrado todocampista? No puede ser. Fue en realidad. Estuvo inconmensurable nuestro canterano, recodando su mejor versión, asistiendo, abarcando todo el terreno de juego. Y ya saben que uno, personalmente, por los suyos, muere. Y no tengo ni la más mínima duda al respecto que Don Saúl Ñíguez, lo es. Y me pone muy contento al fin, poder escribir esto, después de haber leído por ahí sandeces del tipo de que el “Atleti no ficha jugadores porque Saúl no se baja el sueldo”. Vamos, hombre, por favor. No sabe uno si ponerse a reír, o a llorar. Hala, a chupar candados todos, majos.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO.
La nueva lesión de Memphis. Me da muchísima rabia este asunto, especialmente personificado en este jugador, que es excelente. Y me consta que este verano el hombre se ha machacado todo lo que ha podido y más. Pero este continuo corte de rollo cada 2-3 partidos es sencillamente insoportable.
Árbitro: Munuera Montero.
El menos tonto de los dos hermanos. No entiendo muy bien esa obsesión que hay hoy en día por señalar falta cuando un jugador da previamente el balón. Obviamente, claro que luego hay un contacto con el rival. Pero es que una de las bases de este deporte es eso: contacto. Sigo diciendo que se andan cargando el fútbol con tanta simpleza, la verdad. Por lo demás, no molestó en exceso.
Este año subo la apuesta a 22 tantos, en todas las Competiciones Oficiales. Por supuesto, incluyo también el Memorial de la Escoria esa. Si hay Copa de por medio, cuenta. Y no se admiten más reclamaciones posibles. Sé de algunos tipos que se andan ya poniendo nerviosos, pero de verdad. Cabalgue y azote sin piedad, Don Álvaro, pues suyo será el reino de la oreja a la plancha y las bravas.
TERMOMETRO ROJIBLANCO: (+ 9 GRADOS).
El Termómetro va a sufrir importantes novedades esta temporada, así que, vamos a ir echando cuentas de cómo va yendo el tema. Por el liderato del día del Granada, doy un grado positivo (lástima que fue compartido). Por la puerta a cero conseguida el día del Betis, doy otro. Sin embargo, la victoria en el Villamarín debería de haber sido de obligado cumplimiento (rival talismán donde los haya, vive Dios), ergo quito esos dos grados positivos que había.
Lo de ayer: ni que decir tiene, victoria también de obligado cumplimiento. Seguimos a cero. Suma de 3 grados positivos por récord en victoria histórica como visitante. Sumo dos grados más por puerta a cero tras victoria. Por último, doy 2 grados más por cada 3 goles de diferencia en el tanteador, dejándonos la más que interesante temperatura de 9 grados positivos finales. Las cosas hay que valorarlas en su justa medida, y ya está. Espero que las plañideras de turno, por lo tanto, respiren tranquilas y afables esta dulce semana. ¿Cómo están ustedeeeesssss?
Y el domingo, a disfrutar de un gran partido frente a un Sevilla más peligroso que nunca, si cabe. Nuestros rivales están imponiendo (como era de esperar) un ritmo inicial bestial, así que imprescindible victoria para el Rock and Roll. “No Surrender”