28 de octubre de 2025

Betis 0 - Atleti 2. Simbiosis total (Hermanos Raso dedicated).

 

¿Vosotros pensáis que los bufanderos descerebrados podemos tener tal simbiosis con un equipo de fútbol, hasta el punto de que, según te levantes, sabes positivamente si va a ganar, en este caso, por ejemplo, el Atleti (oséase, del único equipo medio decente que se puede ser hoy en día, vamos)? Pues ayer fue lo que, al menos, me pasó a mi, que de bufandero tengo bastante, de descerebrado, más, y de Atlético, ni os cuento.

 

Que yo amanezca un lunes de buen humor es más difícil de que veamos, hayamos visto o en un futuro contemplemos a Almada, Julián Álvarez y Baena jugar un partido los tres a la vez durante 90 minutos consecutivos. Lo que es imposible, es imposible, y no se puede remediar.

 

Sin embargo, oigan, ayer me levanté de un sorprendente buen humor. Trabajé de lo lindo, sí, pero es de esos días que todo va rodado, y de cine. Y por esos mismos condicionantes, estaba convencido de que el Atleti iba a conseguir ayer, ¡al fin!, esa ansiada primera victoria fuera de casa  que tanto andábamos ya ansiando.

 

El rival era propicio, y ojo, matizo. No quiero decir que fuese un mal equipo, ni mucho menos. Pero no es de los que sale precisamente con el cuchillo entre los dientes, y eso nos favorecía. Aparte, campo inmensamente grande (me da más sensación de amplitud que el mismísimo Camp Nou, y, ya puestos, muy de agradecer que hayan desaparecido las pistas de Atletismo, al menos, para los encuentros de fútbol, ojalá y hace mil años también hubiesen estado así, cuando estuve presente en la Final de Copa frente al Valencia, la Final del “Radomir, te quiero” – por decir algo positivo de dicha jornada-), uno de nuestros rivales fetiches, día raro ese de jugar un lunes (y el Atleti, las rarezas, las domina a la perfección), quieras que no, al Betis, aparte, se le nota que no termina de jugar como en su casa, por muchas casi 60.000 almas que les anden apoyando (impresionante entradón para ser la fecha que era, honor a los desplazados, ya de paso)… Nada podía fallar.

 

El encuentro comenzó con el minuto de silencio en memoria de Sandra Peña, una niña de tan solo 14 años víctima del dichoso acoso escolar, y que es para que se le caiga la cara de vergüenza a más de uno y más de dos tras haber permitido que sucediese noticia tan espantosa, y que la denuncia previa no haya servido como muchas otras cosas en este Santo País: absolutamente para nada. Por lo tanto, no se me ocurre un acto de mayor envergadura y sensibilidad para respetar el minuto de silencio entero, y no como suelen hacer los arbitruchos en cuestión, cortarlos cuando a ellos les place, como ayer volvió a pasar. Ni para eso valen, hay que joderse.

 

Deportivamente hablando, a fe que la cosa empezó pintiparada. Es verdad que no vestíamos de rojiblanco, pero he de reconocerles que esa equipación azul  mezcladita con el rojo, sencillamente, me encanta (en realidad cualquier trapejo que lleve nuestro glorioso escudo me termina volviendo loco, pero ese es otro cantar). El Atleti salió en plan soberano (como siempre sale, también es cierto) decidido, y a por todas,  y a los 3 minutos, un colosal Giuliano durante todo el encuentro, se aprovecha de un rebote tras un fallo en el despeje de Bellerín,  para rematar con su pierna izquierda, y de volea, ajustando el balón al palo de la portería de Pau López sin remisión posible. Dicen los entendidos que esa es su pierna mala, y yo me pregunto, ¿No será la buena, coña? 0-1 en el tanteador.

 

Y ya saben lo que pasa. Uno se alegra de tal circunstancia y tal, pero como nos suele remontar hasta el Talavera de la Reina, pues piano, piano, no se termine jodiendo la cosa. El Atleti, tras el tanto, se mantuvo más o menos firme en su vocación atacante, y a los 14 minutos, el infatigable Nico González remató cruzado con su zurda, y el guardameta verdiblanco respondió con una gran intervención.

 

El partido continuo con un toma y daca por ambas partes, pero, sin embargo, quién tuvo el segundo tanto hecho fue Julián Álvarez, tras una (otra) gran jugada individual de Simeone Junior, que le dejo un gol prácticamente a placer, pero que la quiso ajustar tanto el bueno del Juli que terminó echando el balón fuera rozando el palo. No tuvo su noche Don Julián, todo hay que decirlo.

 

Mientras tanto, el Betis comenzó a dominar más el juego, sí, pero con escasa claridad de ideas y con una lentitud y previsibilidad en su juego sencillamente desesperante. Así que, al borde del descanso, a Don Alex Baena, en una brillante internada en el área, recortó a su defensor y cruzó su remate a la escuadra contraria. Si es un golazo lleno de clase, distinción, elegancia y precisión, se dice, y no pasa nada. 0-2, y al descanso, con una buena sonrisa en nuestros rojiblancos rostros.

 

La segunda parte fue otro cantar. Por parte bética, Yellowstone Pelegrini sacó al terreno a Lo Celso, y los puntos atacantes locales subieron bastante.

Por nuestra parte, y tras una buena ocasión inicial prácticamente calcada a la que tuvo con el segundo gol rojiblanco el mismo Baena, decidió, sin embargo, que meter un segundo gol similar era un abuso, y buscó un pase inverosímil sobre Julián Álvarez, que, lógicamente, el argentino no pudo controlar. Por cierto, ¿No tuvieron ustedes la impresión de que el césped se encontraba excesivamente pesado, y que, en ocasiones, parecía desprender como pequeños torbellinos de arena? Desde luego, no me parecieron las condiciones ideales para desplegar un fútbol mucho más fluido, rápido y vertical, ni para unos, ni para nosotros.

 

Empezó a aparecer de nuestra parte la inmensa figura de Oblak, el cual, una vez más, sostuvo al equipo con sus intervenciones y seguridad, salvo en una salida posterior que tuvo, un tanto vendimiadora.

 

A los siete minutos de este segundo periodo, Barrios se fue de todo verdiblanco viviente, pero quiso entrar finalmente por dónde no podía hacerlo, y perdió otra buena acción de crear peligro, pero de verdad. Claro que, para peligro, fue la lesión del propio Pableras en la siguiente acción. No sé, pero cada vez que este chico se lesiona, un mes no se lo quita ni el tato (o el Teto, o el Beto, o el Neto, o quién sea), y es una pena, porque es uno de mis jugadores favoritos, y con diferencia. Esa conducción de balón que tiene, esa clarividencia que posee a la hora de ver el fútbol, es digno de elegidos. Le vamos a echar mucho de menos. Pero mucho.

 

Su puesto lo ocupó Gallagher, el cual parecía que iba a comenzar de manera tan desalentadora como lo hizo en Londres, aunque, afortunadamente, el inglés se fue entonando con el paso de los minutos y al final aportó oxígeno y piernas, que no fue poca cosa, vistas las circunstancias de que al Atleti se le iba quedando esa doble cara pero en su lado más oscuro esta vez,  llena de impresiones, displicencia y maltrato al balón que, por desgracia, también nos tiene acostumbrados cuando, especialmente, va en ventaja en el marcador.

 

En el 57, fantástico lanzamiento de Abde en una falta que se estrelló en el larguero. Y  en el 60, una vez más, empezó el cachondeo habitual de los cambios. Que quite a Julián por sacar al noruego invisible me desespera, si bien reconozco que ayer nuestro jugador franquicia no tenía su día. Por otra parte, que quite a Baena, precisamente cuando lo que más va necesitando en más minutos de competición y de acoplamiento con sus compañeros, me parece sencillamente demencial. Y que haga dichas sustituciones, como siempre, a la vez, no tengo palabras (sacó a Griezmann en su lugar, que bueno, al menos, su paseíto por la noche sevillana, dárselo, se lo dio).

Esto ya es un tema perdido, no va a cambiar y no hay nada que yo pueda hacer al respecto, más que resignarme y joderme. Al menos, ayer no sirvieron para que palmaran el partido, aunque si por casualidad se equivocan los béticos y meten una, una sola ocasión de las que tuvieron, ya les anticipo que hubiésemos sido carne de cañón.

 

Menos mal que la defensa va subiendo enteros por momentos, gracias especialmente al regreso de nuestro Comandante Giménez, que está jugando estupendamente bien, y que, aparte, ha hecho subir de nivel a Le Normand, el cual ayer también estuvo hecho un coloso. Llorente, por su parte, se apañó bien en su banda, y el pobre Hancko, al que siempre le toca bailar con la más fea (en este caso, Antony, que no hizo nada de nada gracias al trabajo del eslovaco más la enorme ayuda que recibió en su marca por parte de Nico González, el argentino estuvo colosal en tareas defensivas), mantuvieron los ímpetus verdiblancos más o menos a raya.


Así que, con más ruido que nueces por parte local, logramos aguantar el tipo y acabar con la portería a cero, porque, lo de intentar atacar por nuestra parte, obviamente, tras los cambios realizados, naranjas de la china. Y es que no se puede pretender ampliar una ventaja en el tanteador cuando dejas al equipo con diez caprichosamente, tras las nulas aportaciones que realiza el noruego invisible.

 

Da igual. No se me jodió el día al final, me acosté más contento que el Señor Cerezo en una barra libre de Gin-Tonics, y rematé un día sencillamente perfecto en todos los sentidos. Simbiosis Rojiblanca total.

 

Árbitro: Munuera X.

Pasó desapercibido, que es la mejor señal para un árbitro, aunque, en una acción aislada de Nico González, si hubiese sido un Soto Grande de la vida (un hijo de puta, vamos), le hubiese expulsado por segunda amarilla sin perdón alguno, aunque le hubiese sacado la primera justo en la acción anterior.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Destaquemos  cómo  disfrutamos cuando está en el campo de Don Josema Giménez, que defiende y hace defender, gran trabajo del sacrificado para la causa Nico, Baena estuvo en plan diferencial mientras le dejó el entrenador, pero el crack del partido hay que dárselo a Simeone Junior, el cual, en la primera parte, no es que estuviese corriendo sin parar, sino más bien hasta esprintado todo el rato, que ya es decir, y ojo, con sentido, con cabeza y con un entusiasmo sencillamente entusiasmante, valga la rebuznancia. Y recuerda lo que te he dicho antes, Giuliano: a ver si la zurda va a ser la tuya de verdad …

 

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Del noruego invisible ya no comento nada tampoco. Espero que algún día le de por despertar de su estado constante de hibernación en su mundo de salmones, icebers e iglús. De los Cholocambios tampoco quiero ya ensañarme en exceso, ¿Qué me queda? Pues la lesión de Pableras, y crucemos los dedos, aunque me da que es de este tipo de excelentes peloteros, los cuales, sin embargo, tienden en demasiado número de veces de tener lesiones musculares de aquí para allá.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (0 GRADOS).

¡Albricias! ¡Subida de 3 gradazos de golpe! Y es que, un día impoluto, debería de ser premiado con su correspondiente broche de oro rojiblanco, por todo lo cual ya ni siquiera andamos en grados negativos. Qué bello es vivir.

 

 

EL MADRILEÑO.

Os reconozco que cada día que pasa estoy más enganchado de nuevo a ver al Madrileño, no lo puedo evitar. Esa sensación de ver fútbol sin más presiones mediáticas que el de disfrutar de 11 tíos de rojiblanco jugando al fútbol frente a cualquier rival, sin mayores pretensiones que hacer disfrutar disfrutando al mismo tiempo, todo ello impregnado con ese olor a césped recién cortado que tanto me encandila, me tiene sencillamente embelesado, así que, el domingo pasado, aunque no fui a Alcalá por tema de la hora y demás, disfruté de otro gran partido de fútbol disputado entre nuestro filial y el Europa, escuadra que venía en primera posición en la tabla.

 

Le voy pillando poco a poco el tranquillo de cómo le gusta jugar al equipo de nuestro Niño. Buena colocación en el campo, presión inteligente sobre el terreno de juego, en ataque siempre buscando las alas, y elaborando el juego con toda la paciencia del mundo, y con el balón en nuestro poder como protagonista. Y de momento, a fe que lo andan consiguiendo, que se han puesto nada más y nada nuevo que líderes de su grupo, que no es moco de pavo. No sé si subirán o no, pero saben lo que hacen, cómo lo ejecutan, creen todos ellos a pies puntillas en su entrenador, y están con él a muerte. Es algo que se palpa en el ambiente, en el caso que le hacen, en cómo le saludan cada vez que son sustituidos por otro compañero suyo. La figura de Torres en este Club es inmensamente grande.

 

El partido fue la mar de entretenido de ver, con ritmo, variantes en el juego, y con 2 equipos que demostraron el por qué andan donde andan. Parecía al principio mejor plantado el Europa, y cuando el Madrileño se volcaba, sus contras, si bien no lograban culminarse, si que amenazaban mucho peligro en cada una que tuvieron.

 

Los barceloneses a la media hora probaron lo que vale nuestro más que prometedor guardameta Esquivel, que tuvo que estirarse hasta el infinito para poder despejar un balón, y su rechace posterior no acertó a cabecear Alex Cano en nuestra portería.

 

Sin embargo, en el 37 de juego apareció de nuevo el que, para mi, está siendo el jugador que más me está gustando esta temporada en el Madrileño, que no es otro que Iker Luque. El otro día le leí en una entrevista que le fichamos tras meternos 4 chicharritos en un partido contra nosotros, cuando jugaba en las filas del Rayito. He hicimos de puta madre, añado. El chaval es una rata de barrio cualquiera, y lleva ese fútbol canchero en las venas. Fútbol de regatear, irse, encarar, habilidad, remate y velocidad. Todo lo que tiene él. Y gol, claro, como el que consiguió en el  minuto 37 de juego tras internarse en el área después de burlar a 2 contrarios casi de forma consecutiva, y batir sin remisión a la portería visitante.

 

El Europa se volcó al ataque aún más, y Esquivel volvió a demostrar su sangre fría y excelente colocación, tras un remate a la media vuelta de un delantero visitante que llevaba muchísimo peligro.

 

Al final cazamos a los azules en otra gran contra definida a la perfección por Arnau, otro de esos jugadores que andaba perdido en una liga extranjera por ahí y que ha decidido probar suerte con nosotros, y de momento, gran impresión la que me anda demostrando en chaval en la otra banda. Añadan que tenemos un central que parece la Estatua de la Libertad de lo que impone (Puric), la magia de Rayanne y el buen trabajo colectivo de todo el mundo, y se transforma en un equipo valiente, atrevido, con cabeza y con mucha calidad.

 

Se que el ascenso es tarea ardua difícil, y, sinceramente, no me preocupa en exceso dicha circunstancia. Me conformo con seguir disfrutando de ellos y no perder la ilusión. Y lo que tenga que llegar, llegará.



Nada más. El sábado jugamos frente al Sevilla, que siempre, mal que bien que estén, son rival a tener en cuenta. Y aprovecho estas últimas líneas de mi crónica para dedicarles esta misma a los tres Hermanos Raso (Pablo, Fernando y Javi), que fueron más que justamente homenajeados tras cumplir 25 años al pie del cañón en la grada colchonera. Cada uno es como es. Con Pablo el ingenio y la diversión siempre está garantizada (el hombre con el que quedaba en "La Previa", que era un bar que estaba cerca de "El Previo", pero al cual denominaba cariñosamente "El OBK", cuánta chusma hay en esta vida, madre). Don Tete, sin embargo, es puro corazón borboteante colchonero por los cuatro costados. De hecho, me cuentan mis informantes que se llevó un inmenso disgusto porque no le entregase el regalo nuestro gran Capitán Koke, faro auténtico que alimenta su inspiración colchonera por los cuatro costados ("Quién es ese hombreeee"). Por último, Don Javier nos aporta el punto siempre necesario crítico y arrollante de personalidad, y se mostró entusiasmado ante el ágape y esos platos rebosantes de mortadela con que invitaron en tan glorioso acto, todo un manjar prohibido para él. 

Dicho todo esto, lo importante es que a los tres les envuelve un sentimiento Colchonero sin parangón: son Atléticos por los cuatro costados, y, cada uno a su manera, lo defendieron, lo defienden y lo defenderán hasta el último amanecer Rojiblanco que haya en la vida. Y yo me siento un auténtico privilegiado al sentirme un Hermano más de ellos. Ya saben, Caballeros del Honor Rojiblanco: se les quiere, y se les quiere bien … Vuestras rayas son, Rojiblancas que lleváis en el corazón” …



16 de octubre de 2025

Celta 1 - Atleti 1. Vuelta a las andadas.

 


Sé que los entrenadores espían a sus rivales, vigilan sus movimientos en las previas, les estudian tácticamente, analizan sus puntos fuertes y sus débiles. Seguramente, puedan hasta informes detallados a nivel individual de cada jugador. Pues bien. Hace tiempo, en alguna crónica ya pasada, lancé un pensamiento que tengo en mi mente, y es el siguiente: ¿Se estudia también el trato con el árbitro?

 

Lo sabemos todos, los colegiados son personas, y como tal, tienen su propia personalidad y características técnicas. Los hay más dialogantes, los hay que no pasan ni una. Unos permiten más el juego, otros pitan hasta cuando una mosca se posa sobre un jugador. Con  algunos puedes hablar, otros ni siquiera mirarles. En definitiva, salvo 3-4 excepciones (e igual me sobra alguno y todo), unos son unos hijos de puta, otros son bastardos hijos de Satanás, y el de ayer, por ejemplo, es sencillamente el Anti-Cristo, la auténtica reencarnación del fantasma de Guruceta. Más adelante les diré por qué empiezo con este rollo, pero sigo pensando lo mismo que indiqué en su día: hay que conocer bien al árbitro que te va a pitar, dar instrucciones muy precisas a los jugadores, y si, aún así, estos no hacen ni puto caso, pues eso: a la puta grada.

 

El primer tiempo se desarrolló yo diría que de forma tranquila y controlada por parte del Atlético ante un rival que dejaba a sus espaldas muchas debilidades defensivas. Eso sí, el primer susto lo dio el Celta, en ese escombro de jugador que es el tal Borja Iglesias ese. Su remate de cabeza salió lamiendo el palo.

 

En la siguiente acción, y como suele marcar nuestro guión de fuera de casa, nos pusimos ya por delante en el marcador, en una buena contra lanzada por Antoine hacia el espacio de Barrios, este se interna solo en el área, y su pase de la muerte (que no iba muy allá hacia Julián Álvarez, todo sea dicho de paso), un tal Carl Starfelt se lo metió en propia meta al intentar despejar el mismo. Y ya saben que uno se alegra, si, pero sin especiales euforias, que, desgraciadamente, todo nuestro devenir en los partidos fuera del Metropolitano se andan repitiendo los hechos con una irritante perversidad.

 

La cosa continuó con otro fallido remate de cabeza del “hombre del pintauñas” por parte celeste, el enésimo remate  que cruza en exceso Giuliano tras buena acción individual en el área por parte colchonera, otra buena ocasión de Hancko, que sigue siendo nuestro mejor central desperdiciado en la banda izquierda, la cual sacó el guardameta vigués con apuros (minuto ya 34), otra buena ocasión de Nico González en el 39 que mandó a Riazor (lo menos) tras gran asistencia de Koke en profundidad, como ven, sin excesiva brillantez, pero todo más o menos controlado y tal, hasta que en el 40, Lenglet le da un agarroncito de nada a Jutglá, este se deja caer como es norma de la casa en el fútbol actual, el árbitro le saca directamente la segunda amarilla, y a la ducha, a la ducha, a la ducha por GILIPOLLAS. Porque ya llevamos demasiado tiempo aguantando tus gilipolleces en el campo, tus entradas al borde del área ridículas, y tus idas de olla cada vez más flagrantes. Y no, es una vergüenza que te hayan sacado la segunda amarilla por esto, pero … ¿Van entendiendo ahora mi párrafo inicial?

 

Con este 0-1, y con el Atleti ya en estado de pánico debido a la inferioridad numérica (que a mi sigue sin parecerme un hecho tan grave como para desentenderse ya de cualquier acción ofensiva, pero bueno, doctores tiene la iglesia), nos fuimos al descanso.

 

Dicho esto, todos, y cuando digo todos, es TODOS, sabíamos que si el Atleti salía con el plan de echarse para atrás para defender este resultado, no lo iba a conseguir. ¿Cuál fue la táctica que seguimos, entonces? Correcto. Salir atrás a mal defender el puto marcador. Como siempre, vamos.

 

En la segunda parte entró Javi Galán por Griezmann. Yo ya no voy a entrar más en relatar los cambios de Simeone. No los entiendo en la mayoría de las ocasiones, y ya tampoco me voy a machacar los sesos en intentar hacerlo. Diría que Griezmann estaba siendo de lo poquito lúcido en este primer tiempo, pero bueno. Hasta aquí mi frío análisis al respecto.

 

El Celta, por su parte, sacó a  dos de sus mejores armas (Aspas y Bryan Zaragoza, quién ha visto y quién le ve a este último, con lo que me chiflaba a mi, por Dios Santo), y en apenas unos minutos, lograron empatar el partido en un balón que remataron a bocajarro a Oblak, este no logra atajar el balón porque le pilla a contrapié, y el más listo de todos, Aspas, pasaba por allí y la enchufó sin piedad. 202 goles lleva la criatura con el Celta, cifra que me parece, máxime estando en el equipo en el que está,  deportivamente hablando, todo un hito en su carrera. En el 72, Le Normand remató un buen cabezazo cruzado tras saque de esquina de Julián.

 

Media hora después de haber salido desde el banquillo al terreno de juego, Simeone decide humillar a Javi Galán para sustituirle por Alex Baena (me parecen deleznables este tipo de acciones, las cuales, por cierto, lo único que realmente demuestran es que andas dando palos de ciego sin ton ni son desde el banquillo). Un minuto más tarde quitó a Koke por Gallagher, y en el 81, quitó a Julián Álvarez, una vez más, por Sorloth, y como este cambio me supera por completo lo habido y por haber, y me pone en un estado de ansiedad realmente preocupante, cambié de canal, y a otra cosa, mariposa, que estoy hasta las pelotas de perder el tiempo y aburrirme como una puta ostra (por lo que leo por ahí, Sorloth realizó otra actuación de las suyas portentosas de virtud, sacrificio y desbordando ilusión y compromiso por los cuatro costados, mientras que nuestro hombre más diferencial, una vez más, al banco, con un partido sin resolver, no lo exprimamos nosotros a tope, que sean los argentinos, hombre, que nosotros solo le pagamos, ¿Habrase visto?).

 

El resto de la crónica, si queréis ya me la completáis vosotros, ¿Vale? Eternamente agradecida.


ÁRBITRO: Soto Grande.

Una vez más, este tipo confirmó que es el mal más absoluto de cara a nuestros intereses. La reencarnación de Guruceta, máxime vestido con ese negro tan de otra época como indumentaria, porque la expulsión de Lenglet fue una cacería, la tarjeta a Baena nada más salir, la confirmación de la misma, y el que le dejase, sin embargo, terminar el partido al escombro de las uñas pintadas, el acabose. Por eso empecé la crónica como lo hice. Si existiesen las recusaciones de antaño, aún, pero como es imposible, o estudiamos un poco a esta gentuza, o no ha sido, ni va a ser la primera que nos hagan. Por desgracia, ya verán.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Llorente. Es un auténtico ciclón omnipresente. Está en un momento de forma sencillamente bestial. Este no se besa el escudo y demás, pero demuestra las cosas dónde hay que hacerlo. Temporadón del Lechugo.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Lenglet. Le he visto casi ya más partidos expulsados que jugados, y muchas de sus acciones, son completamente evitables. Es un central que mide mal, que se precipita en exceso, y que nos desangra vivo cada una de sus acciones sin ton ni son. Un auténtico disparate que haya firmado, encima, 3 años con nosotros este menda, y me cuentan que en Barcelona, su comportamiento era exactamente el mismo que os describo, con lo que el seguimiento que se le ha realizado a dicho jugador, brilla por su ausencia, evidentemente.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 3 GRADOS).

Bajada de nuevo de 2 nuevos grados, que somos el equipo que más veces ha ganado al Vigo en toda su historia. Ya ni los rivales propicios logramos vencerles fuera de nuestro hogar, rojiblanco hogar.

 

MADRILEÑÍN.

Estuve viendo al C en su derrota frente al Parla en el Cerro, y comprobé que la tercera división madrileña sigue exactamente igual que cuando la dejé cuando era pequeñajo y no me perdía un partido del Cara en la Mina. Virgen del amor hermoso, qué equipo el Parla, que panda de marrulleros y provocadores, que auténticos perros rabiosos demostraron ser, y cómo con todas las malas artes habidas del mundo y por haber, lograron, encima, dejar con 9 a los chavales. Urge sacar a los filiales de todo este estercolero, y que se formen como Dios manda enfrentándose a rivales a imagen y semejanza con su propia competición, porque vaya tela.

 

Y ahora parón de las Selecciones, con 4 internacionales nuestros con España. A los Atléticos no nos suele hacer mucha gracia que nuestros jugadores vistan la Roja, si bien, curiosamente, cuando no nos seleccionan a ninguno decimos que si es una Selección de vikingos, qué vergüenza y bla bla bla … Correcto. No hay quién nos entienda. Es año de Mundial, que lo hagan de cine,  y que no se lesionen, porque el sueño de cualquier jugador de fútbol es disputarlo, y si tenemos un equipo sin internacionales, me da a mi que poco íbamos a lograr, deportivamente hablando … “En la Calle o en la grada, 1-9-8-2” …



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