ESPANYOL 0 - ATLETI 2. EL PRIMER PASO ESTÁ DADO.

Este recién nacido vestido de rojiblanco ayer dio ya su primer paso, después de once años de gatear sin sentido de un lado para otro. Nuestras rodillas llenas de costras ya no podían soportarlo más. Nos queda dar el segundo para, posteriormente, al fin ponernos de pie y comenzar a andar, tras superar, no obstante, ese paso previo en verano por la guardería. Pero tiempo tendremos de analizarlo cuando llegue (que llegará).

A pesar de la ineptitud de nuestros padres adoptivos, y de la mezquindad y la absurdez en determinadas ocasiones de nuestro tutor. Pero, con el apoyo de todos, parece que al fin, lograremos caminar.

Hemos dado este año unos síntomas de todas clases en este tortuoso entrenamiento llamado liga: por momentos, parecería que hasta no solo andaríamos ya, sino que podríamos correr los 100 m. lisos y todo. Otros instantes, sin embargo, absolutamente descorazonadores, en los que estábamos destinados a acabar el fin de nuestras existencias en una permanente silla de ruedas. Pero hoy no es un día de hablar de cosas negativas, sino más bien de las positivas.

Y este año, ha habido algo que me ha gustado sobremanera de nuestro pequeñín: en las situaciones límites, con la presión ahogándonos por todos lados, hemos demostrado una cosa que he echado mucho de menos en este largo peregrinar y que consideraba del todo punto imprescindible para lograr nuestro objetivo de empezar a andar por Europa: personalidad.

Personalidad para salir decididos a por el encuentro como ayer. Como a mi me gusta, sin alocamientos, con seriedad, estando sobrios, serenos, confiados en nuestro trabajo y en nuestro saber hacer. Daba igual que el Kun (¡qué partido el suyo, Dios!) fallase su enésimo intento de vaselina delante del portero. Daba igual que Forlán siguiera perdido en su universo espiritual. Daba igual que el Espanyol comenzara el encuentro con cierta decisión a no perdernos la cara al mismo. Daba igual, porque creíamos en nosotros mismos y en nuestras posibilidades.

Hasta el denostado Pablo creyó en las suyas a la salida de un córner, peleando un balón imposible que sirvió para que el Kun abriese la lata. Hasta el exhausto Forlán aprovechó uno de sus últimos alientos que le queda en esta temporada para empujar el 0-2 de la tranquilidad (¿He dicho tranquilidad? No me lo creo ni yo) … De la supuesta tranquilidad, más bien diría yo (es lo que tiene el tener tantos cardenales en nuestro cuerpecito de tantos leñazos que nos hemos dado en ese obscuro e interminable pasillo en el que nos hemos encontrado durante todo este tiempo), para aprovechar el regalo de uno de los miembros del glorioso trío LA-LA-LA bilbaíno (LAfuente, LAcruz y LArrainzar, que tantas alegrías han repartido a los rivales del Athletic por esos campos de Dios, Kala dedicated).

Después, en la segunda parte de la primera de las pruebas definitivas de ayer, nos pudo la ansiedad de rematar la faena. Es ciertamente increíble la cantidad de ocasiones que perdimos de mantenernos en pie por no saber dar ese último impulso definitivo a nuestras jugadas. Para mi resulta más desesperante fallar un 3 para 2 que un tanto a puerta vacía. Ayer dimos una auténtica exhibición de lo primero.

Eso sí, nuestro Maxi casi consigue el gol del campeonato, tras un excelente pase de ¿Luis García, García Luis? Bah … Qué más da, en un lanzamiento de falta ensayada (no tenemos otra jugada más complicada para entrenar, ¿Eh, Sr. Aguirre? Nuestro tutor es así de cachondo. Estos mexicanos … ).

Mientras tanto, nuestro rival (quién le ha visto y quién le ve) no es que esté sin gasolina, es que juega con la bombona de oxígeno a cuestas. Historias de tener plantillas cortas y desgastarse en exceso en la primera parte de las funciones. Todo termina pasando factura en esta vida, está claro. Pero parece que, al fin, uno también, más tarde o más temprano, termina recogiendo los frutos de su cosecha. Esta vez parece que nos va a salir aprovechable y todo. Que lo que tanto esfuerzo nos está costando conseguir, pues, no se lo carguen los suplantadores. Sí. Esos ladrones adoptivos que tan impunemente nos intentar quitar esos principios que tanto le costaron inculcarnos a nuestros auténticos padres.

EL CRACK DEL PARTIDO: Kun Agüero. Compromiso. Arte. Peligro constante. Velocidad. Ambición. Alegría. Toneladas de clase. A este recién nacido que somos nosotros, para acometer nuestros primeros caminares, nos han regalado unos zapatos de charol preciosos, deslumbrantes, con un brillo que cada día ciega más a los contrarios. Uno los mira y no se cansa de contemplarlos. Son una auténtica delicia para la vista, máxime si está ya tan cansada como la nuestra, de tanto prometernos unos y terminar conformándonos con unas Adidas Jesucristo (alpargatas, para los colegas).

LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO: Esa maldita ansiedad que se apoderó de nosotros por terminar de ponernos en pie de cualquier forma. No puedo con ella, sencillamente, me desespera.

ÁRBITRO: Clos Gómez. Perfecto arbitraje. Se le reclamó un penalti de Antonio López a Luis García que para mí no lo fue.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+4). Partido de tres grados, evidentemente. De tres grados más. Me hubiese gustado estar a estas alturas sin pasar frío todavía, pero bueno, vista la crisis galopante que Gas Natural tiene en el resto del vecindario, buenos sean estos cuatro graditos con lo que vivimos en nuestra humilde posada. Y dejen el resto de ocupantes de agitar el termómetro para lograr más calorcito. No seáis cabezones, ni aunque le pongáis poner un mechero en el mercurio, lograréis alcanzar más grados de los que realmente haga. O dicho de otra forma, no por mucho abrigarse dentro, hace menos biruji fuera.

Eso sí, le pido a Dios que el domingo terminemos de darnos el impulso definitivo para ponernos al fin, en pie. Ya pensaremos en qué dirección caminaremos, pero de momento, hay que lograr erguir nuestro cuerpo de forma definitiva. Que once años ya huelen, coño …