Con este formidable elenco de cracks con el que se presentaron los griegos, era de prever que el espectáculo sería trepidante, como así fue. Primer minuto de juego, centro medido de un pikapedrero, De Gea realiza una portentosa salida en pos del balón, sin embargo, se le escapa debido al extraordinario efecto envenenado del mismo, los de Pablo, Pedro y Vilma tiran de pizarra, doble remate de Mendrinos que rechaza primero Tiago y después el larguero, el tercer rechace cae sobre Koke, y el bota de oro fusila sin piedad el primer tanto visitante, ante la mirada de asombro por parte de la defensa (ja ja) local, extasiada ante tal demostración de estrategia por parte visitante.
Sin embargo, el Campeón es el Campeón, y no se iba a dejar doblegar fácilmente. De hecho, en 15 minutos, dio la vuelta al partido, en un remate de Simao que, tras dar en el palo, cae sobre Forlán para que este consiguiese el empate, y, poco después, el Kun Agüero se aprovechase de un extraordinario pase en profundidad de Domínguez y batiese con clase a la reencarnación de Dasaev denominada Sifakis. A partir de este momento, el Campeón de Campeones tuvo el control más menos orientado a Zambia del juego, aunque la excelsa clase picapedrera lograba combinar jugadas de auténtica seda para el espectador. Con este resultado se fue al descanso, y todos los presentes sabíamos que aún quedaba lo mejor.
Y vaya que si quedaba lo mejor … Así se fajan las leyendas, porque el espectáculo visto en la segunda parte será difícil de olvidar. Muy difícil. El Campeón empezó mostrando sus cartas, queriendo sentenciar el partido, como, por ejemplo, en un remate de Forlán que estrelló en larguero, pero … no nos engañemos, señores. La calidad siempre se termina imponiendo, y el rodillo griego comenzó a funcionar hasta tal punto que convirtió la exhibición del pasado martes del Barcelona en un simple espectáculo de principiantes sin fronteras. Se mascaba la tragedia en el Calderón, y tal como fue ocurrió. Espectacular saque de esquina de los “popopoulos”, Domínguez se ve claramente obligado a realizar un claro penalti para que, de nuevo Koke, al estilo Panenka, transformase con suma maestría dicha pena máxima y presentase oficialmente al mundo entero su nueva candidatura a revalidar ya su séptima Bota de Oro, que se dice pronto, señores. Se dice pronto.
Poco después, y con el duelo en pleno éxtasis de tomas (pero qué puto gilipollas soy, madre) y dacas por parte de uno y otro equipo, exhibiendo primorosas triangulaciones y jugadas de tiralíneas de una pureza sencillamente superlativa, llegó el tercer tanto de los “¡¡VIIIILLLLLLMMMMMMMMAAAAAAAAAAAAAAAAA!!”. Faltaban nueve minutos. Internada por la banda, De Gea no llega a otro centro medido, pero medido de verdad, rehace para un “poulos”, Godín dice que la despeje De Gea, De Gea dice que no, que lo hagas tu, el uruguayo dice que una polla, que estos son muy buenos, De Gea de nuevo se la quita de encima preso de un ataque de pánico tras mostrarle un jugador griego un montaje de el propio De Gea haciendo el amor con Mercedes Mila, después de encontrarse con el balón previamente en otros dos fusilamentos griegos previos, y … Ay, amigo … El balón cayó finalmente en los pies de Lazaridis … La-za-ri-dis. Que no hablamos ni de Messi ni de Xavi, señores … Hablamos de La-za-ri-dis. ¿Conclusión? Toque sutil y universal que se cuela, como cual mariposilla aletea en plena primavera para posarse sobre una flor caribeña, mansa y elegantemente en la red de David. Deléitense con la jugada, señores. Y disfrútenla de principio a fin, por favor. Fútbol… qué digo fútbol … ¡ARTE, COÑO, ARTE! en su más puro estado.
Pero un Campeón jamás se rinde, y ojito, Quique mostró sus armas mortales, Fran Mérida y el brasileñooo, digoooo portugués digoooo coreanoooo … ¡VIETNAMITA, LEÑE! ¡VIETNAMITA! Diego Costa. El acoso fue constante, con desdoblamientos por banda, centros medidos y precisos, sobre todo precisos … precisión japonesa, diría yo … dinamismo, movilidad, creación ... Diez últimos minutos para la historia, si señor. Porque sí, el Campeón ha caído, ciertamente, pero estos diez minutos finales fueron un auténtico regalo para el espectador, para el mundo, para la ONU, para la Navidad, para los planetas, para los marineros, para el centro de la tierra … hasta para los percebeiros, coño … Así es como se debe de caer, si señor. Hasta nuestro público se lo reconoció, gritando ATLEEETI, ATLEEETIII como posesos, sabedores de que empatar contra LoS PiKaPieDrA es un privilegio al alcance de pocos … de muy pocos … la cumbre casi se ha alcanzado … ¡¡Larga vida al Campeón!!
En fin. Qué le vamos a hacer. Así funciona esto. La calidad, como ya he escrito por ahí, siempre se termina imponiendo. De todas formas, recuerden estos cracks, people … Recuerden …¡¡Sifakis!!, ¡¡Vangieli!!, ¡¡Oriol!!, ¡¡Lazaridis!!, ¡¡Michel, Michel, Michel Maricón!!, ¡¡JAVITO!!, ¡¡Faty!!, ¡¡Toja!!, ¡¡MENDRINOS!!, ¡¡Koke!!, ¡¡Cesarec!!¡¡PRITTAS!!, ¡¡KAZNATERIS!!, ¡¡CARLOS RUIZ!! Ya no son un equipo solamente. Ya son leyenda. La leyenda continua …
PD.- No suministrar esta crónica en más de dos ocasiones, o sus efectos secundarios pueden resultar fatales: diarrea, vómitos, flojedad de piernas, impotencia y sed … Mucha sed.
PD2.- No pregunten por el autor de la misma, porque no se encuentra presente. Ayer fue ingresado de urgencias en la unidad psiquiatría del Gregorio Marañon, con doble camisa de fuerza amarrada a su cuerpo, gritando despavoridamente: “¡¡QUE SÍ, MAMÁ … QUE SÍ … QUE ESTE EQUIPO EL AÑO PASADO FUE EL CAMPEÓN … QUE SÍ … QUE NO LO HE SOÑADOOO … LO VÍ … YO LO VÍ … LO JURO …!! Rogamos una oración suministrada en tres dosis (mañana, con las comidas y en la noche) por la pronta recuperación del tal Tomás Rodríguez.
Fdo.: Servicio de Neurología de Urgencias del Goyito Mascañón.