Que defienden el escudo de la misma forma que lo haría el mayor de los aficionados Atléticos si tuviese la oportunidad y las cualidades para defender la camiseta del Atleti. Así que, ante todo, gracias, jugadores, y gracias, Cholo. Sois sencillamente enormes.
Ayer se sobrepusieron a todo, e hicieron historia al ser el primer equipo que consigue la victoria en el nuevo San Mamés. Pudieron con la ocasión marrada a los 40 segundos por Diego Costa delante de Herrerín (que volvió a confirmar lo gran portero que es), superaron el terrible empuje al que nos sometió el Athletic durante el primer tiempo de forma paulatina, a la lesión de nuestro lateral más en forma, Luis Filipe (cumplió bien Insua en su lugar), al espléndido juego local en este primer tiempo, que nos hizo replegar líneas mucho más de la cuenta, a los 300 centros de Balenziaga desde la banda, a la chispa recuperada de Muniaín, a los avisos de Rico, al fenomenal testarazo de Aduriz al borde del descanso que acabó en la red, ante el delirio local, a ese final de primer tiempo sencillamente agónico, en el que Courtois nos mantuvo vivos en la eliminatoria con un recital de 3 paradas impresionantes (especialmente la de otro cabezazo de Aduriz que sacó con una mano prodigiosa, una parada sencillamente escalofriante), a la torrencial lluvia caída, a la presión ambiental, al frío, pudieron con todo y contra todo.
Y supieron en el descanso que así no iban a llegar a ningún lado, y dieron ese paso al frente que todo gran equipo es capaz de hacer, empezando dicho periodo exactamente igual que como terminó la primera parte el Athletic, es decir, acoso total acompañado de recital de su guardameta Herrerín, hasta que, ya hay que decir el de siempre, Don Raúl todo lo que haces lo haces bien García, acertó a atestar la puñalada definitiva en el corazón del equipo bilbaíno y anotó el tanto que, a la postre, terminó siendo mortal de necesidad (once minutos del segundo tiempo). Esa celebración suya rebosaba rabia, orgullo, felicidad, espíritu de superación y fe. Lo de “derrochando coraje y corazón” lo llevan tatuado a fuego vivo, está claro. Y aunque hay que también aplaudir al Athletic porque jamás dejó tampoco de dignificar ni su escudo ni su camiseta, volviendo a la carga prácticamente sin desfallecer, pero ya no con la claridad que tuvo en el primer tiempo, probablemente motivado por el terrible desgaste que supuso sus brillantes primeros 45 minutos. El mejor resumen del encuentro es que se convirtió en un auténtico homenaje a este torneo que tanto amamos algunos denominado Copa del Rey.
Ya, a falta de 3 minutos, el infatigable Diego Costa tuvo recompensa a su impresionante trabajo, aprovechó un pase en profundidad de Koke de esos que el da sin siquiera mirar por dónde anda su compi, porque no le hace falta, el de Lagarto se va de San José con la misma facilidad con la que el Sr. Cerezo se pone todos los días su horripilante peluquín, se deshace con suma tranquilidad del portero local, y bate a puerta vacía rematando una de las batallas más bellas y épicas que se recuerdan por parte de los gladiadores del Cholo.
La estruendosa pitada recibida por Diego Costa al ser sustituido es el mejor de los indicativos posibles de lo grandísimo jugador en que se ha convertido. Que nadie tenga ni la más mínima duda al respecto.
Y sí, aunque no es un equipo que me caiga para nada bien, pero hay que dar gracias al Athletic, por esa mística especial que solo él sabe rodear a este tipo de encuentros, lo cual engrandece aún más lo que está haciendo el Atleti. Hoy es un día en que cualquier Atlético debe de encontrarse feliz, pletórico y sumamente orgulloso de llevar estos colores en su sangre. Y sí, llevamos ya unos cuantos, cierto, pero no por ello se dejan de saborear y disfrutar tanto como la primera de nuestras grandes batallas conquistadas. Nuestra mayor virtud, escribir y realizar la historia al mismo tiempo, siguiendo el mismo compás. Reitero, gracias por todo, muchachada. Muchísimas gracias por todo, Cholo, Mono, Profe and company. Que el sentimiento rojiblanco nos siga empapando de entusiasmo y fortaleciendo cada día más.