Llego al Calderón temprano, nada más abrir las puertas. Tengo que pillar sitio para la familia, para Hele y su padre, para mis hermanos, para mi madre, para “el de la bota”, para el “sin voz”, para el “mexicano”, para “el de Toledo”, para “el gafas negras” y su encantadora mujer. Me quito la retahÍla de bufandas que llevo puestas encima y junto con el banderón del Atleti, los extiendo por todos mis alrededores para que la gente sepa que esos sitios están ya ocupados.
El sol ciega mi vista, aunque se agradece en este tiempo, ya que se está fenomenal así, en el Calderón, mientras contemplo cómo se riega un poco el césped, ese inconfundible olor a puro que empieza a rezumar en el campo y contemplo a los camareros que van con sus cajas metálicas ofrenciendo copas de coñac, cafés y coca-colas a todos los presentes, mientras la peña se empieza a hacer con extrañas viseras puestas en la cabeza para que el sol no les impida ver el espectáculo futbolístico. En el único hueco que queda debajo de mí, se sienta un tipo de aspecto más bien descuidado. Lleva puesto un precioso chándal del Atleti chaqueta blanca, con nuestro escudo bordado y ribetes rojiblancos en las mangas. Su pantalón del chándal es un precioso azul cielo con dichos ribetes rojiblancos también en los laterales. Me que prendado de dicha prenda, la verdad. Es absolutamente maravillosa. Mientras, también me fijo en el aspecto personal del señor en cuestión, un tanto huraño, sin afeitar, con el pelo gris algo alborotado. Lleva puestas unas gafas que como que no terminan de encajar del todo bien en su rostro. Me quedo fijamente observándole y pienso: “Dios mío. Este tío lleva al Atleti en la sangre. No es que sea del Atleti. Es que es el Atleti”. Mientras, él, algo molesto ante la impertinencia de mi mirada, me espeta con gesto serio:
“Deje usted de mirarme como si se tratase de una vaca mirando un tren y tal”.
¡Tranquilo, Míster – le contesto-. Es que me he quedado flipado de su chándal. Me parece sencillamente precioso. Mucho más bonito de los que se hacen ahora”.
Hoy jugamos frente a la Real Sociedad. El ambiente es impresionante. Una extraña mezcla de emoción, de orgullo, de lágrimas y, muy especialmente, de sentimiento, inunda todos los poros del estadio. Ya hemos venido todos. Y vemos a los veteranos del Atleti salir al terreno de juego con una enorme e impresionante camiseta de Luis con el número 8 a la espalda llevándola entre todos. Ahí está Quique Ramos, Calleja, creo que Adelardo, Collar ... Especialmente estropeado contemplo al Pechuga Román, que está llorando como una magdalena y que provoca en mi el mismo sentimiento de emoción. Mientras ,todo el estadio en pie corea a grito pelao el “LUIS ARAGONÉS” adornado con espléndidas imágenes suyas en el videomarcador. Jóvenes, no tan jóvenes, Ultras, personas mayores, en todos los rostros están reflejados los sentimientos de emoción y esos ojos medio vidriosos que no terminan de desparecer. En el Cholo también. Ni siquiera el Frente hoy ha puesto su pancarta. “LUIS, LEYENDA ATLÉTICA, D.E.P.” reza una pancarta hecha a última hora, debajo de un espectacular rostro en rojiblanco de Luis Aragonés en forma de tifo permanente.
Comienza, pues, el partido, y la muchachada del Frente decide no animar elevando sus banderas y sus bufandas al cielo en honor de nuestro amado Luisón, el padre que todo buen Atlético como yo, que prácticamente carecí de él, me hubiese gustado tener. Le comento el tema de los chavales al Señor del Chándal blanco con su escudo del Atleti:
"¡Qué detalle más bonito! ¡No van a animar hasta el minuto 8 en honor a su dorsal que llevaba en el Atleti!."
"Nos jugamos demasiado para andar con tantos detalles y tal. Lo que hay que hacer es ganar, y ponerse cuanto antes por delante en el marcador. Ya sabe que hasta el más tonto le hace un reloj de madera" – me contestó-.
No. No parece muy amigo de homenajes el colega. Mientras, el encuentro había comenzado con la titularidad de Sosa, el regreso de Mario Suárez a la alineación titular y el ansiado y flamante fichaje de Diego Ribas estaba en el banquillo dispuesto para jugar. El Atleti dominaba con más o menos comodidad. Mientras, me termino haciendo amigo del señor del Chándal y le comento:
"Míster, qué pena que no haya salido de titular Diego Ribas, aunque, por otro lado, me hubiese gustado que también se hubiese quedado Oliver. Dentro de lo malo, al menos va a un equipo que creo le favorece su manera de jugar."
"No se crea – me respondió él- A veces dan ganas de salir con 12 jugadores. De hecho, estando yo como entrenador del Betis, una vez di una alineación de doce jugadores, detalle en el cual, uno de mis chicos se dio cuenta y me replicó “Míster, que ha dicho usted 12 jugadores, y solamente podemos jugar 11”. “Pues nada, nada … No se preocupe … El que sobra es usted”.
Dicha conversación provocó en mi la primera gran carcajada de la tarde. Sabía que ese hombre era entrenador de fútbol. El menda huele a fútbol por todos lados, y estaba antes del comienzo del encuentro embelesado con el olor a hierba mojada que desprendía el Calderón.
El partido seguía discurriendo, pero la temible Real no daba muestras de su fortaleza ofensiva. Especialmente decepcionante me resultó ver el encuentro de Griezman, un excepcional pelotero. Vela si creaba sensación de peligro en sus acciones, pero como siempre, nuestra defensa es un muro prácticamente inexpugnable, y un buen remate de Zuruzuta lo detuvo sin excesivos problemas el bueno de Courtois.
Hasta que en el 38, balón que recupera Insúa (muy cumplidor, como de costumbre), ve el desmarque de Diego Costa, éste centra sobre Villa, y el guaje no perdona y anota el 1-0 en el marcador. ¡Qué gol más importante! El liderato ya es nuestro, aunque, en el fondo, todo el mundo seguíamos teniendo la mente en otro sitio, con nuestro Abuelito del alma, con nuestro Zapatones.
Lástima que en la celebración, Villa se nos rompió.
"¡Es que está acabado!" Vociferó un retrasado con bigote y gafotas aficionado unas filas más atrás con un megáfono.
"¡Usted se calla! – le respondió mi amigo el señor del chándal -. ¡Que eres más feo que un 2 caballos!
Otra nueva carcajada solté, y tan a gusto me quedé, mientras el señor del chándal esbozaba una ligera sonrisa mirándome mientras se mesaba el cabello una vez más, encendiendo un nuevo cigarrillo (perdí la cuenta de los que se llegó a fumar, pero cada vez que la Real atisbaba peligro, o fallábamos alguna ocasión clara, su gesto era siempre el mismo: cabeza abajo mientras se acariciiaba el pelo y se encendía un nuevo pitllo.
Con este resultado se llegó al descanso, y me puse de nuevo a parlotear con el señor del Chandal:
"¿Es usted entrenador de verdad?
Pues claro. Le voy a contar otra cosa graciosa. Una vez entrenando a la Selección, tenía un ayudante con el vídeo en el que estábamos estudiando a través de la televisión las jugadas que hacían nuestros contrarios y tal … Estudiando la táctica, ya sabe … Total, que le dije que congelase la imagen para que los chicos entendiesen mejor los movimientos del rival. Así que, rotulador en mano, me puse a dibujar flechas y círculos para que los chavales entendiesen mejor la jugada y tal.
¡Pero estaría usted, entonces, dibujando directamente sobre la pantalla de la televisión, ¿No?
Sí, claro. La verdad es que en ese momento no caí que se trataba de una televisión, y así quedó la pobre … Llena de círculos y de flechas y tal …"
Otra estruendosa carcajada revolucionó mi cuerpo. Ese hombre era un auténtico crack. Me podía pasar horas y horas escuchando sus historias. Eso sí, mientras tanto, la segunda parte ya había comenzado. La Real empezó achuchando más de la cuenta, y nos los puso de corbata con un doble remate de Ansotegui, hasta que el Cholo movió la coctelera y sacó a Diego Ribas sobre el campo.
La verdad es que tuve la sensación de que Diego Ribas no se hubiese marchado en ningún momento del Atleti. Fue el Diego de siempre. Superparticipativo en el juego, con una movilidad acojonante, ofreciéndose continuamente y dando una fluidez y velocidad a nuestro juego que en seguida se notó, y, de hecho, un espectacular pase de Todo lo que haces lo haces bien Raúl García dejó solo a Diego Costa, que se fue como es costumbre en él, y puso el 2-0 que daba la tranquilidad total en el marcador. Faltaba poco más de un cuarto de hora de encuentro.
Dos minutos más tarde, córner que lanza Koke y Miranda recuerda de nuevo lo extraordinario cabeceador que es y pone el 3-0 en el marcador. El Calderón suena estremecedor: ¡¡¡¡LUIS ARAGONÉESS, LUIS ARAGONEEESS, LUIS ARAGONEEEES, LUIS ARAGONEEEEEESSSS!!!!!. Bravo sacó el cuarto momentáneamente a Raúl García tras otro buen cabezazo, pero ya no pudo evitarlo cuando el Cebolla puso el balón a Diego Ribas, y este fusilo desde dentro del área confirmando lo que todos ya sabíamos: que su fichaje es una extraordinaria noticia para el Atleti.
Yo me volví loco. Agité mi bufanda con tanta rabia que se me terminó cayendo y la terminé pisando sin querer, a lo que el señor del chándal me regañó bastante enfadado:
"¡Oiga, joven. Usted no pise ese escudo, ¿Eh?!
"No me dí cuenta, perdone – contesté afligido-.
Intenté limpiar la bufanda, pero me di cuenta de en el escudo que en ella llevo bordado, el Oso estaba apoyado sobre el Madroño llorando desconsoladamente. Y yo me puse a llorar también. Con mis retinas inundadas en lágrimas, me despedí del señor del chándal blanco con el escudo del Atleti.
"¿Usted no se marcha, Míster?
"No Chaval. Yo me quedo aquí. 31 años son demasiados para dejar esto. Aparte, me está esperando Arteche, que tenemos que tomar juntos unas cañas comentado el encuentro.
"Hasta Siempre, Míster.
"Hasta luego, chaval. Y recuerde siempre una cosa: En el fútbol no hay pasado, ni hay futuro. Solamente hay presente, y eso es ganar, ganar, ganar, ganar, ganar y volver a ganar, a ganar, a ganar, a ganar, a ganar, y volver a ganar, y así me puedo tirar hasta media hora más si quiere”.
EL CRACK DEL PARTIDO: DON JOSE LUIS ARAGONÉS SUÁREZ MARTÍNEZ. 31 años de su vida, es prácticamente toda mi vida. Toda ella ligada con nosotros, remangándose si era menester para, sin complejo alguno, entrenarnos en Segunda y sacarnos de ese pozo sin fin, sin olvidarnos de que nos rescató a la Selección del secuestro al que estaba sometido por todos los poderes fácticos vikingos y nos la devolvió a todos los Españoles. Gracias, pues, por Tanto, Maestro. Muchas gracias por todo.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Esperaba mucho más de los gitputxis, la verdad. Especialmente de Griezman. Por parte nuestra, conjunto vacío.
ÁRBITRO: Estrada Fernández. Para mi se come un penalti de libro por mano de un tío de la Real dentro del área en la segunda parte. También pudo pitar otra mano de Godín, aunque esta fue claramente involuntaria, ya que intenta cabecear un balón y le da involuntariamente en la misma.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: ( 31 GRADOS).
Lo subo otros 3 grados más. NI en mis sueños más húmedos esperaba haber alcanzado la barrera de los 30 grados (y superado). Claro que Don Luis se merecía este homenaje y muchísimo más.
Y el miércoles, la Copa. El derbi. Toda una semifinal. Aunque será difícil que no me pueda concentrar en otra cosa que no sea en acordarme de ese hombre huraño, canoso y sin afeitar de chándal blanco y pantalón azul con ribetes rojiblancos en las mangas y en los laterales. Era y es el Atleti en estado puro. Nuestro Atleti.