5 de noviembre de 2014

Malmoe 0 - Atleti 2. Paso de gigante.


Para lograr nuestra clasificación en la Champions dimos ayer, al vencer en Suecia al Malmoe en un partido que hubo que currárselo y mucho, porque los locales, quizás con un fútbol rudimentario, sí, pero entusiasta y un con un enorme despegue físico, nos crearon más problemas de los esperados … o no, que por eso llevaban más de 2 años sin encajar un gol en su propio estadio (y, por consiguiente, sin palmar).

De momento, al árbitro le dio por vestir prácticamente igual que con nuestra segunda equipación del año pasado, que es con la que salimos a disputar el encuentro ayer. (Momento de desconexión regional on: “Capo, ¿Me puedes explicar qué pasa con nuestra segunda camiseta de este año? ¿Por qué todos los encuentros los disputamos con la del año pasado? Vivo sin vivir en mí”. Momento de desconexión regional off). Sigamos. Seguro que a nuestros muchachos algún problema les debió de suponer, porque en el descanso le dio por vestirse de árbitro de toda la vida, es  decir, de negro.

A los 8 minutos Gabi vio una tarjeta amarilla al frenar una contra muy peligrosa cuando un sueco se marchaba como una flecha hacia la meta defendida por Moya, que ayer, sin tener que realizar ninguna parada deslumbrante, sí que ofreció en todo momento una sensación de seguridad y confianza que yo valoro un montón, ante el a veces cansino y constante cuelgue de balones que realizó el Malmoe. Eran acciones repetitivas y aunque no sean precisamente estéticas de cara al espectador, si que creaban barullo en nuestro área y daban sensación de peligro. Así se tiraron buena parte del encuentro.

Pero el Atleti también estaba presente en el campo, y, de vez en cuando, enlazaba jugadas de considerable mérito, como la que realizaron a los 20 minutos del juego, en una gran combinación entre Arda, Koke y el incansable al desaliento Juanfran (otro nuevo recital, y van), que remató Raúl García de forma inocente a las manos del guardameta Olsen.  Primer aviso serio de lo que llegó a los 29 minutos de juego,  en una gran contra de nuevo conducida por Juanfran, recorriéndose todo el campo sueco, y cuyo centro fue rematado magistralmente por Koke de tacón. Quién aún dude osar de la categoría del chaval, ese recurso técnico que empleó ayer es solo para elegidos, se siente. El campo estaba fatal, llovía finamente, pero lo más difícil estaba conseguido. Eso sí, el equipo local no se desanimó, más bien al contrario, empezó a emplearse con excesiva dureza, y casi al borde del descanso Forsberg se plantó solo en nuestro área y providencialmente cortó Miranda in extremis la acción. “Ufff” suspiré aún asustado  …Con el 0-1 finalmente nos marchamos al descanso.

La segunda parte pintó parecida a la primera, pero con un Atleti más atolondrado y con un Malmoe bastante más volcado en nuestro área. Por instantes, lo pasamos mal, francamente mal, la verdad. Tiros desde fuera del área, balones colgados hacia nuestro área, subidas constantes de un tal Tinnerholm, con un remate final de dicho jugador que sacó Godín casi bajo los palos ... Minuto 48. El infierno no había hecho más que comenzar. Un par de minutos más tarde, falta peligrosa no, lo siguiente, cometida por Miranda en el borde del área (los aficionados locales reclamaron penalti), se lanza la misma, se produce un rechace y Rosenberg remata al palo. La cosa pintaba fea, pero de verdad.

En el minuto 57, otro nuevo susto nos dio Siqueira en una cesión corta y confiada hacia Moyá, que casi nos cuesta de nuevo un disgusto. Mientras, el Cholo no veía nada claro el tema y empezó a mover la coctelera, sacando a Griezmann por el agotado panzer Mandzukic. El Atleti parecía que iba desperezándose poco a poco de la agonía local, pero la cosa no terminaba de funcionar. Faltando un cuarto de hora final, entra el Cebolla por Arda. La consigna estaba clara: cuchillo entre los dientes, y todos para uno, y uno para todos. No queda otra.

Y justo 3 minutos después, llegó la  sentencia del encuentro, en otra nueva  internada de SuperJuanfran, centro hacia el área, lo rechaza un defensa del Malmoe, y el balón cae sobre los pies de Raúl García, que, a  bote pronto y marcando perfectamente los tiempos y el dibujo que tiene que realizar un atacante al rematar ese tipo de balones, cruza el balón raso batiendo sin  remisión de nuevo a Olsen.  El partido ya no dio para más, salvo alguna que otra interminable cabalgata del desatado sin remisión Juanfran, y un tanto precioso anulado al Cebolla por claro fuera de juego. Un partido que hubo que roerlo, y de verdad. Una batalla de las que curten de verdad. Pero este equipo puede con todo. Que así siga siendo, pues. Yo te quiero, sentimiento, no puedo parar …

2 comentarios:

Paul Marble dijo...

Tuvimos media hora muy jodida, más por méritos del rival que por deméritos nuestros. A veces parece que el rival no juega (costumbre muy fea, propia de los medios de desinformación), pero ganar a este tipo de partidos siempre ha sido jodido. Afortunadamente, la fiabilidad de nuestro Equipo es máxima.
El domingo final en Anoeta.
Un abrazo y ¡FORZA ATLETI SIEMPRE!

VJAC dijo...

Me he acordado de una salida que hizo Moyá el sábado, contra el Córdoba, al más puro estilo Molina. Desde el asiento contiguo me dijeron que eso no lo habría hecho Courotois.

Vaya dos elementos que nos trajimos de Osasuna.

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