27 de febrero de 2017

Atleti 1 - Barcelona 2. No ganó el Barcelona, perdió el Atlético.


Los Atlético-Barca de Liga de los últimos años son todo un ejercicio de desquiciamiento, al menos, para el que esto os escribe. Todos las temporadas igual: siempre acabo con un cabreo de narices. Y, después del de ayer, aún más si cabe, tras comprobar cómo fuimos incapaces de ganar a un equipo que, durante muchos momentos de la primera parte, fue una escuadra paupérrima, sin alma, sin vida, sin juego. Claro que, durante todo el partido, el gran ausente fue ese. El juego. Sin lugar a dudas, el Atleti-Barsa de menos nivel futbolístico que uno recuerda, impropio de 2 equipos de los que tienen el aurea de grandes escuadras europeas.

En la primera parte, ya digo, el Atleti, siempre poseído por ese extraño miedo a perder que tiene en sus enfrentamientos ligueros frente al Barsapasta, fue incapaz de aprovecharse de la debilidad del contrario para adelantarse en el marcador. Sí. Tuvieron 15-20 minutos en los que apretó un poquito, y sembró algo de incertidumbre en el área blaugrana, pero poco más. Un disparo desde donosti de Griezmann que despejó notablemente Ter Stegen, otra buena ocasión del francés en la que radió tanto su pase a Gameiro que el guardameta alemán adivinó con suma facilidad, y poco más, la verdad. Triste bagaje para un equipo que se jugaba tanto, y se enfrentaba a un rival tan débil. Por su parte, el Barsapasta, un gol bien anulado a Luis Suárez por falta a Oblak, una falta de Messi que despejó de forma soberana de nuevo el guardameta colchonero, y ya está. La tarde era árida como pocas. El fútbol, tres cuartas partes de lo mismo.

La segunda fue esperpéntica para nuestros intereses. Un Atleti que, salvo una ocasión de nuevo de Antoine, que, esta vez que tuvo que centrar hacia Gameiro, decidió tirar al muñeco, haciendo de nuevo internacional a Ter Stegen, y el gol de Godín, imperial en su salto, tras una excelente falta botada por Koke, y que sirvió para empatar el encuentro (minuto 70 de juego), el resto  fue un homenaje al sin sentido. Un equipo que solamente le apetece atacar cuando se pone por detrás en el marcador. Mientras tanto, a ver la vida venir. Exasperante a más no poder.

Y sí. El Barsa anotó 2 goles en este periodo. Dos churrigoles, más bien. Jugadas dignas de patio de colegio: que tiro, que te da, que pillo el rechace, que la despejes tu, que no, que yo, que a mi me da la risa, que para aquí, para allá, que tu marcas a éste, que qué haces tu con aquel, que uno que pasaba por allí mete la puntera, y gol en contra (minutos 63 y 85, Rafinha y Messi, respectivamente). En fin. Fiel resumen de lo que fue el partido de ambas escuadras. Un auténtico homenaje al despropósito.

Y, por si todo esto no fuese ya de por sí irritante, aún más me resulta el temita del puto césped de marras. Por un lado, señores blaugranas, cada uno en su casa hace lo que más le interesa (o cree interesarle). Punto. ¿Tan difícil les resulta de entender? Propongan que se regule el tema si les parece, pero mientras tanto, y siempre y cuando estemos dentro de la legalidad, dejen de dar el puto coñazo siempre con lo mismo, por favor. Son ustedes terriblemente cansinos.

Por otro, señores colchoneros. ¿Nos sirve realmente de algo el tener el césped tan seco en este tipo de partidos? ¿Nos ha dado algún resultado en la competición liguera? ¿Por qué todos los años nos empeñamos siempre en la misma puta gilipollez? Mira que me jode, pero ayer tenía razón el retrasado sin fronteras de Luis Enrique. ¿No es acaso el Atleti un equipo rápido, veloz, y que le interese que el balón ruede a la máxima velocidad posible? ¿Acaso no tenemos capacidad técnica para manejar el balón con gran rapidez? A mi todo esto me parece más una postura propia de un equipucho acomplejado de la capital Pantojera que de una escuadra como el Atleti, la verdad.

En fin. Un puto lunes del orto. Mal día para dejar de fumar. No nos ganó el Barcelona. Perdió el Atlético.

EL CRACK DEL PARTIDO:
Muchas dudas tengo, la verdad. No hubo ninguno que realmente me entusiasmara por parte Atlética. Quizás Godín por su orgullo y tesón. ¿Del Barsa? Menos aún. Quizás su portero, aunque tampoco es que sea ni mucho menos santo de mi devoción tampoco.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Bajó mínimos el nivel mostrado por Carrasco, por Gameiro, por Koke, por Saúl y muy mal la defensa en líneas generales. Hoy por hoy, no es ni la sombra de la que fue. Y ya pueden estar tranquilos la vikingada: el Barcelona, jugando así, no gana la liga ni borrachos, vamos.

ÁRBITRO:
Mateu Lahoz. El que faltaba. En la línea del partido. Irritante también a más no poder. Ayer conocimos otra nueva versión del ínclito Mateu: la de pitar faltas sin ton ni son. Si el partido era malo en sí, él, con tanta puta interrupción sin sentido, no ayudó tampoco nada.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 10 GRADOS).

Refresco la memoria: andábamos en – 13 grados. La victoria del Molinón hace que lo suba 3 grados, y como de lo de ayer ya renuncio completamente a conseguir nada de nada, pues ahí lo dejamos, en -10 grados. Sigue estando hecho una puta mierda, vamos …

Y, el jueves, a Riazor. Imagino que allí nos apetecerá atacar ALGO, y no habrá que esperar a que los gallegos se adelanten en el marcador para intentar ver ALGO, lo que sea, pero ALGO. “Cuando deje esta vida para siempre, diré bien alto, tuve la suerte, fui colchonero hasta la muerte”.

22 de febrero de 2017

Leverkusen 2 - Atleti 4. Una Champions burlona y divertida.


Se nota que aún no andamos en las fases más gordas de esta competición, pero para eso fuimos primeros de grupo: para que, a poder ser, nos tocase un rival más cómodo y asequible en esta fase, y, no cabe duda, el Leverkusen lo fue.

Nos bastó con realizar un primer tiempo espléndido para dar muestra de nuestra superioridad total, superioridad que, por cierto, no fue reflejada ni mucho menos en el marcador. El festival rojiblanco empezó pronto, con otra obra de arte de Saúl, jugador que, cuando anda de volante ofensivo, huele a sangre en todas sus acciones. No es fácil batir al excelente Leno así como así (que sí, que le han metido cuatro, pero es que llegan veinte, lo menos), pero la parábola dibujada en el remate de nuestro canterano, es de dibujos animados (minuto 16 de juego).

Antes, ya habíamos tenido 2 excelentes ocasiones, una en remate de Griezmann que sacó el guardameta local, y otra, en autoremate al larguero de Wendell tras centro envenenado de Luis Filipe. La cosa, ya digo, olía a recital.

Por el 24 de juego ya nos pusimos 0-2, en un guiño a nuestra historia, a nuestro juego, a nuestra idiosincrasia, tras fenomenal contra conducida por un pletórico Gameiro, que esperó a la llegada de su compi de pupitre Antoine, para cederle el balón y que éste fusilase el tanto a placer. Y, de nuevo Griezmann, tuvo aún un mano a mano más fácil de conseguir que el que anotó, poco después del 0-2, pero se topó de nuevo con Leno. Acabamos el primer tiempo con un penalti tan claro como absurdo de Gabi tras codazo sobre el Chicharito no señalado, y un espectacular remate de Kamp queriendo emular a Saúl, aún desde más lejos, pero Moya despejó con una maravillosa parada. Sin tregua.

Si movidita fue la primera parte, la segunda ni les cuento. El Leverkusen otra cosa no, pero hay que reconocerles que son un equipo la mar de divertido. Les importa un bledo el marcador, los espacios que dejen, los riesgos que corran … Así que, nada más comenzar la segunda parte, el Atleti salió adormilado, y ellos lo aprovecharon, en una buena combinación atacante muy bien definida por Bellarabi. 1-2.

Gameiro, sin embargo, no está por la labor de que nada le empañe su recital, y avisa con otro remate a la cruzeta, hasta que, en el 11 de la segunda parte, otro jugadón de ¿Quién si no? Gameiro, acabó en penalti señalado sobre el mismo. ¿Dentro? ¿Fuera? Si se  tiene que pitar cuando se le derriba, el penalti es evidente, Vicente. El propio Kevin lo lanza tan mal, tan al centro, y tan fuerte, que se convierte en misil imparable para Leno. 1-3. La cosa parecía sentenciada, pero, allá por el 67, una estúpida acción protagonizada entre Moyá y el inefable Savic, acaba con autogol del señor de la Uña en propia meta. 2-3. Vuelta a empezar. A todo esto, el Cholo había cambiado ya a Kevin, que se fue bastante enfadado, y, la verdad, esta vez, con toda la razón del mundo. El Atleti pasó un rato bastante malo, salvando tantos cantados tanto Luis Filipe como el propio Savic (ojito, que esos minutos de atolondramiento nos pudieron costar muy caros). El Atleti anda lejos de su firmeza defensiva, es lo que hay, pero mientras metamos un gol más que el  rival, a mi me vale. Y si son dos, ni os cuento. 5 minutos para el final de esta puta locura, en la enésima cabalgada de Vrsaljko (inmenso ayer, que no se me olvide tampoco), éste le puso un balón de cine a Don Fernando Torres, para que el Ñiño cabecease sin piedad cruzando el balón a la red. 2-4, que deja la cosa medio sentenciada. Los más puristas, dirán que lo de ayer fue una broma macabra de partido, un simulacro de encuentro de Champions. Pero yo, al menos, me divertí bastante y, al fin y al cabo, de esto se trata todo este rollo, ¿No? Ya tendremos tiempo de padecer como enanos, tal y como nos ha pasado en las últimas ediciones que hemos disputado de este torneo. Mientras tanto, disfrutemos de esta Champions burlona y divertida.

8 de febrero de 2017

Barcelona 1 - Atleti 1. Felicidad en la derrota.


Sé que a algunos no les va a gustar lo que voy a decir, pero me da igual: a mi es que este Atleti me pone un montón. Y estoy contento. Muy contento. Mucho más que si hubiese estado dominado durante casi más 130 minutos de una eliminatoria (90 de ellos en mi propia casa, terminándome embotellando casi por completo), aunque hubiese conseguido el pase a la final. Probablemente (que tampoco soy tan tonto) ese día me volveré a disgustar. Pero hoy no. Este equipo es la magia que tiene, el embrujo que te envuelve, la morfina que necesitamos: en de los pocos que, tras una decepción como la de ayer, hace que, sin embargo, te levantes con pase firme, feliz y cada vez más convencido de la suerte que tiene uno de ser del Atleti.

Porque es emocionante, muy emocionante, ver como un grupo de jugadores, en líneas generales, es capaz de sobreponerse a un primer tiempo calamitoso en el partido de ida, cuando todo olía a que el Manzanares se desbordaría con nuestra rojiblanca sangre, y contemplar cómo en una excelente segunda parte, comandada por nuestros viejos rockeros, este grupo de gente con clase tira de todos los valores que han mamado en esos campos de Cotorruelo, y levanta a un equipo como lo hicieron.

No les asusta ningún reto. ¿Qué hay que salir en el Camp Nou a por todas? Se sale. ¿Qué vemos que, tras una espléndida media hora, las ocasiones se nos van al garete, como la de Carrasco, tras contra antológica, o la del zapatazo de Koke, o la del cabezazo de Griezmann? No desespera. ¿Qué no nos pitan un penalti claro de Sergio Roberto sobre el Niño Torres? Se toma un simple respiro, y a seguir. ¿Qué vemos que en dicho respiro, casi al borde del descanso, el tema se nos complica aún más, porque a ese jugador indefendible que se llama Messi le da por hacer de las suyas, y se saca un zapatazo raso, duro y seco, que Moyá ataja como puede y Luis Suárez aprovecha su rechace a placer? Lo encaja.

¿Qué la segunda parte nos cuesta entrar un poquito en la misma, tras el palo recibido? No importa. Jamás se bajan los brazos. ¿Qué se nos lesiona Godín? Pues tiramos del chaval Lucas, aunque no parezca lo más indicado, dada su actual situación personal. ¿Qué le pita todo el Camp Nou cada vez que toca el balón? El sigue impasible haciendo su trabajo, sin más. La juventud nunca ha estado reñida con ser del Atleti. ¿Qué el Barsa se queda con 10 tras el planchazo de Sergi Roberto? Ya no se para hasta al final. El rodillo vuelve con más fuerza que nunca. ¿Qué nos anulan un tanto legal a Griezmann? ¿Y cuándo no nos hacen alguna jugarreta de estas? Lo tenemos asumido, lo llevamos en la sangre. Jamás desfalleceremos. ¿Qué nos expulsan a Carrasco por un resbalón inoportuno? Seguimos jugando con uno más en nuestra cabeza, no nos importa. ¿Qué el Barsa tira de un tal Iniesta y un tal Busquet? Nosotros de nuestro Correita y de Gameiro. ¿Qué el majestuoso Messi se saca un larguerazo de los suyos? Quién dijo miedo. Adelante, adelante, adelante Campeón. ¿Qué el pobre Gameiro desperdicia un claro penalti que le hizo Piqué? Pues nos jodemos, sí, pero le apoyamos, le damos ánimos, le levantamos su cabeza gacha y seguimos mirando al frente. Hay que morir con las botas puestas. ¿Qué por fin anotamos nuestro más que merecido tanto, a falta de 8 minutos de juego? Pues a tope, que esté Frente está loco y quiere al Atleti verle Campeón. Y morimos. Y lo intentamos. Y lo volvemos a intentar. Que si un tiro de Correa da en Griezmann, que si un centro de Koke no llega ni Dios de milagro, que si el Barsa manda melonazos a la Diagonal deseando que acabe el suplicio, su suplicio … Más. Quiero más. Al final nadamos, y nos ahogamos en la orilla. Cierto. Y tenemos cosas que mejorar, gente que recuperar (ese Carrasco de mis entretelas), confianza que recuperar. Cierto también. Pero no menos cierto como que hoy estoy pletórico y, una vez más, me acuerdo de mi mami, que en ese tercer anfiteatro tanto estuvo sufriendo ayer, y le doy las gracias por todo, las gracias por tanto. Las gracias, por ser del Atleti.

5 de febrero de 2017

Atleti 2 - Leganés 0. ¿VI? (¿alguien en la sala lleva la puta cuenta? ¿Borjita?) Edición Premios Poya 2017.


Muy buenas noches, y saludos cordiales. Con todos ustedes, y presentado, una vez más, por Don Gonzalito Miró, de profesión, sus quehaceres diarios, va a comenzar una nueva edición de los Premios Poya 2017. Por cierto, ¿Cuándo me pagan el cheque? Que el del año pasado estaba sin fondos. Don Enrique, que ya nos conocemos …

Premio Mejor Película 2017. Al partido realizado ayer por el Atlético de Madrid, denominada “Tarde para el reencuentro”. Reencuentro con la victoria, reencuentro con los goles, reencuentro con la portería a cero, reencuentro con viejas sensaciones todavía, espero, no olvidadas.

Premio Mejor Dirección 2017. Al Cholo Simeone por “La puerta abierta”. Ojalá y que no la utilices nunca, porque nos será complicado encontrar otro como tu. Pero, parece ser, es lo que él quiere, y, por supuesto, hay que respetárselo. Yo, de todas formas, no me complico nada la vida con este asunto. Lo importante es que ahora está aquí, y punto. Ya saben: “El Cholo es mi pastor, nada me falta”.

Premio mejor Actor Protagonista 2017. Don Fernando Torres, por “El Rey del Calderón”. Ayer, un par de chicharros más. El primero, de puro nueve. El segundo, original product by el Niño. Es curioso. Cuando salí del partido, fui con mi colega el Capo a cenar un poquito por mi barrio, y un estúpido camareta del bar en el que estuvimos, me dijo, todo indignado, que: “claro. Es que metérselos al Leganés” … Curiosísimo, se ve que los goles frente al simpático equipo pepinero no deben de contar. De hecho, la próxima vez que vaya le indicaré que me diga contra qué rivales valen los goles de Don Fernando Torres y contra cuáles no. Ya puestos, en qué minuto debe de anotarlos, y de qué forma.
Otros, sin embargo, Atléticos de buena cuna, también se enfadan porque mete dos goles …  “¿Y se creerá indiscutible?” Braman sin piedad. La leche. Osea, que si los mete, porque lo hace, y si no, porque no anota. Estos misterios que tiene la vida cada día me impiden conciliar más el sueño. Para mi, todos los goles del Niño valen igual, y, eso sí, los celebro y me alegro seis veces más que si lo mete cualquier otro jugador de la plantilla. Así que, a chupar candados, señores. Don Fernando Torres, que estás en los cielos …

Premio mejor Actriz Protagonista 2017. Gaitana Sánchez Gijón, por “El discreto encanto del mediocampista”. Le está costando al bueno de Gaitán entrar en juego. Mezcla acciones que apuntan alto, con otras un tanto alborotadas, pero bueno, lo importante es que poco a poco va enterándose del percal. Esperemos que este gran galardón sin parangón le sirva para  triunfar en el Calderón (Juanito, cabrón, …).

Premio mejor actor de reparto 2017. A Koke, por “El Rey Lagarto, parto y reparto”.  Bien es cierto que le cambian al pobre de posición más que a una puta peonza. Debería ser el rey de nuestro centro del campo, el pulmón del equipo y el corazón que nos ponga a palpitar a cien con las contras que lance. No anda por su mejor momento, aunque tranki, Koke, peor que en Vitoria, será jodido que lo vuelvas a hacer.

Premio Actor revelación 2017, a Correa, por “El hombre de las mil caras”. Mi coche de choque favorito cada día me desconcierta más. A veces golpea a los contrarios sin piedad, otras veces consigue regates y jugadas imposibles, las más las continúa atolondrando innecesariamente, y ayer nos sorprendió con una maravillosa asistencia a Don Fernando en su segundo gol. Jugador hay, eso lo tengo claro. Y ayer hasta no le sacaron tarjeta y todo. Nos mantenemos a la expectativa, pues.

Premio director Novel 2017, a Lucas, por “Asuntos Sucios”. No tengo ni puta idea de lo que realmente pasó (y, seguramente, jamás lo terminaremos de conocer del todo), pero, independientemente de esto, me da bastante por culo como peña que tiene en la vida todo prácticamente de cara, se empeña, a veces, en complicarse la misma, sin ninguna necesidad. Con lo que cuesta no ya serlo, sino siquiera intentar conseguir ser feliz, y, sin embargo, los que lo tienen  todo a favor … No adelantemos acontecimientos, pero ojo, con la rojiblanca no se juega, y para poder portar ese escudo que los delincuentes del palco nos quieren ridiculizar, hace falta tener unos valores incontestables en esta vida. Permanezcan atentos a sus pantallas.

Premio película Europea 2017, a Savic, por “Un monstruo viene a verme”. Es más feo que mis pies, el hijo de puta. Y malo también un rato, ya puestos. Y encima no se corta las uñas de los pinreles. Ayyy, qué paciencia, Diossss …

Premio película Iberoamericana 2017, a Godín, por “El año en que vivimos peligrosamente”. Nuestro faraón no anda en su mejor momento, aunque ayer casi que volvió a su regularidad habitual. No pacha nada, a Don Diego se le espera lo que sea menester.

Premio guión original 2017, a Gabi, por “El olor de tu ausencia”. Es la última colonia que usan por el Camp Nou. A nosotros, sin embargo, se nos ha agotado. Sin nuestro gran Capitán, la cuesta arriba se multiplica por dos, aunque a él no le importa, él viaja como el que más, aunque no pueda jugar. Todo un ejemplo. Devoción total.

Premio dirección de Fotografía 2017, a Moyá, por “Rara Avis”. ¡Un futbolista con cerebro! ¡Qué corra el champlán! Y, además, el colega sabe suplir a todo un tipo como Oblak, sin apenas pestañear. Honor y gloria para Don Miguel Ángel.

Premio maquillaje 2017, a Juanfran, por “Fantasma Barbudo”. Que alguien le regale unas sesiones de rayos Ultravioleta (cualquier parecidos con los Ultras del Pucela es pura coincidencia). No anda tampoco en su mejor momento, cierto, pero sigue siendo mejor que el otro, de cuyo nombre no quiero acordarme (no hay Dios quien lo escriba, coño) de aquí a Lima.

Premio canción original 2017, a Luis Filipe, por “bajo amenaza”. Ayer también anduvo algo más entonado, aunque para el año que viene, una locomotora a toda mecha viene desde Vitoria. “Theo, el maquinista insaciable”, próximamente también en sus pantallas.

Premio Efectos especiales 2017, a Saúl, por “El hijo de Saul”. Es su hijo quién anda jugando, ¿No?

Premio Corto de Ficción 2017, a Griezmann, por “El penalti más largo del mundo”. Te voy a contar una cosa, Antoine. ¿sabes por qué yo no me dedico al noble arte de arreglar lavadoras? Sencillo. PORQUE NO TENGO NI PUTA IDEA. Pues esto es lo mismo, machote. No los tires más. En serio. No es lo tuyo. Gracias.

Premio Diseño de vestuario 2017, a Carrasco, por “Mi peinado mola”. Es muy bueno Yannick, pero tiene determinados dejes que más recuerdan a actitudes deleznables del tercer o cuarto equipo de la capital que a otra cosa. Aún así, que nadie se vuelva loco, por favor. Es el jugador más vertical y diferente que tenemos. Ayer, si llega a tirar ese pepinazo que pegó en la segunda parte … (paradón de Herrerín, ya puestos).

Premio Sonido 2017, al Calderón por “Cantando bajo la lluvia”. Fernando Torres, lololololo, Fernando Torres, lololololo, Fernando Torres, lololololooooo ,…

Premio Climatología adversa 2017, al Termómetro, por “ – 13 GRADOS”. ¡No se toca! ¡No se toca! ¡No se toca!

Premio Black in Black 2017, a Sánchez Martínez, por “Un testigo en silencio”. Pues eso. No molestó en exceso.

Premio Debutante Novel 2017, al Leganés por “Mis adorables Vecinos”. Pues eso. Que se salven, coño.

“Tuve la suerte, fui colchonero hasta la muerte” …











2 de febrero de 2017

Atleti 1 - Barcelona 2. Un Atleti bipolar.


¿Qué Atleti somos? ¿Qué Atleti queremos ser? ¿El timorato, impotente, desordenado y desangelado de la primera parte, o el bravo, orgulloso y arrollador de la segunda? He aquí la cuestión.

De primeras, gol de Suárez en el minuto 6 del partido. Un golazo, sí. Pero, dicho esto, ya me explicarán ustedes cómo un menda se puede ir, en una semifinal de Copa, jugando en tu campo la ida, con esa facilidad  tan insultante de nuestros centrales, partiendo su carrera desde el centro del campo, cuando el uruguayo, además, no es que sea Bolt precisamente. Este gol te lo pueden meter en el 89 de juego, después de haberte desfondado durante todo el encuentro, pero nunca tan temprano. Tanto Godín como Savic, en ese instante de partido, deberían de haber estado subido en la chepa de Luis Suárez, pero, desgraciadamente, Godín anda en su peor racha como futbolista del Atleti, mientras que Savic, pues eso. Es Savic. Un defensa tosco, vulgar, muy limitado y sin apenas recursos. Si las cosas no te rulan bien, y un equipo como el Barsa se le pone tan de cara el encuentro, chungo cubata.

Y así, toda la primera parte. Los Atléticos corríamos detrás del balón como colegiales, sin orden, ni control. Como pollos sin cabeza. Incapaces de generar siquiera una triste ocasión de gol que llevarse a la boca. Por su parte, el Barca, sin hacer tampoco grandes alardes, pero controlaban el partido como si nada, como si de un simple amistoso se tratase. Y así fue transcurriendo esta exasperante primera parte, hasta que allá por el 32 de juego, pilló el balón Messi, y se sacó un golazo por toda la escuadra impresionante. Decididamente, este pibe es sencillamente indefendible. Uno depende, como rival, de la inspiración que tenga el argentino, porque forma real de pararle, no hay ninguna. Es un jugador para disfrutarle, sin más. Si te gusta el rollo este del fútbol, claro.

Con este 0-2 que amenazaba pesadilla total, nos fuimos al descanso. Sin embargo, el Atleti, en la segunda parte, fue otro. O, mejor dicho, fue sí mismo. Fue nuestro Atleti. Este Atlético que jamás se rinde del Cholo Simeone. Que no se amedrenta ante nada ni ante nadie. Que presiona como el que más, que lo intenta de todas formas, que defiende ese escudo que desde el palco se quiere ridiculizar hasta la última gota de su aliento. Este Atlético que tanto nos emociona a todos.

Salió Torres, y, se marcó una fantástica segunda parte. Por su parte, Gabi mandó todo a tomar por culo, y plantó también sus bemoles sobre el terreno de juego (no le vamos a echar de menos ni ná en el Camp Nou, madre). Y el Atleti se convirtió en un ciclón. Una gran jugada entre ambos, con taconazo genial del Niño, dejó a nuestro Capi delante su vergonzante portero, un tal Cillensen, o coleguita parecido. Si Don Gabriel hubiese tirado sin pensar, hubiese sido gol fijo. Pero pensó, y Jordi Alba, in extremis, le robó la cartera. Primer aviso.

Poco después, a los 12 minutos de esta segunda parte, llegó el gol colchonero. Funcionó, al fin, el balón parado, en una falta que Godín peinó hacia el segundo palo para que Griezmann rematase de cabeza de forma inapelable. Y sí, hubo falta de Koke a Luis Suárez previa. Esto es fútbol ,señores.

A partir de ahí, ocasiones a go-gó. Pero, desgraciadamente, cuando a uno no le van demasiado bien las cosas en esta vida, es jodido salir de esa tendencia. Griezmann remató a bocajarro, golpeando el balón con violencia sobre el pecho del guardameta barcelonista. Después, Torres remató en un genial escorzo, de tacón, que se fue lamiendo el palo. Más tarde, otra fantástica ocasión para el Niño, aprovechándose de un regalito de la defensa  y el tal Cillenssen, que tiró también fuera cuando lo más fácil era meterla dentro. Así, que recuerde, otro tirazo de Griezmann desde fuera del área que también, cómo no, salió lamiendo el palo … En fin.

Del Barsa solo hubo noticias a balón parado, en una falta que lanzó Messi y que Moyá, con una excepcional parada, logró despejar como pudo, repeliendo también el balón en larguero. Curioso. El Atleti tuvo una cojonuda también en la primera parte, así, al borde del área, casi en el último suspiro de la primera parte, pero como en este equipo nadie tiene la destreza o el interés de tirar este tipo de faltas directamente a puerta, se perdió lastimosamente la oportunidad entre pases imposibles quién sabe a dónde. Una pena. Estas historias dan puntos, eliminatorias y Títulos. ¿Recuerdan Pantic? ¿Recuerdan Simao?

Así que nada. Que nadie se engañe, la eliminatoria la sigue teniendo en chino el Atleti. Si sale el de la primera parte, mejor irse a darse una vuelta a sacar al perro tranquilamente. Si, por el contrario, es el de la segunda, se puede intentar el tema. Y, por supuesto, siempre y cuando a Leo no le dé por hacer de las suyas (tiro la toalla definitivamente frente a este jugador). Un Atleti bipolar.

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