Tras la importante victoria frente al Sevilla, de la cual no he realizado crónica por motivos que no vienen al caso (problema sexual, más que nada, no me ha salido de las pelotas, vamos, trankis, partido de obligado cumplimiento, el termómetro no se toca), me gustaría, antes de meterme de lleno con el partido de esta noche, indicar una serie de consideraciones con respecto al nuevo campo, tras haber estado por primera vez el pasado domingo en la grada.
El campo por dentro es una pasada. Se ve de narices, no hay que subir 1500 escaleras para ponerte a una altura similar a la que teníamos en el Calderón. Y sí, por supuesto, los asientos son muchísimo más cómodos y uno puede casi estirar las piernas sin grandes complicaciones. Eso no es óbice para que nos sigamos dejando la garganta en pos de la victoria de nuestro Atleti. No entiendo la incompatibilidad del tema.
La acústica del mismo también me pareció excelente. Lo único es que, no sé por qué extraña razón, escucho al Frente como un poco pasado de revoluciones, como si a un LP lo pusieses a 45 revoluciones por minuto.
Los video marcadores bien también, se ven de puta madre. Y la visibilidad, al menos desde mi sitio, es fantástica, no tuve ningún problema en distinguir a los jugadores (y eso que veo menos que una polla metida en un termo).
Por fuera es otra cosa. Un tanto feucho y desangelado. Demasiado descampado. Aunque, imagino, eso con el tiempo irá mejorando. Los baretos de toda la vida pillan lejos, esa es la verdad. Así que las previas habrá que hacerlas bien tochas, porque claro, ahora se está de puta madre por allí tomando minis en las carpas de por ahí, pero cuando empiece el invierno a hacer de las suyas (que llegar, señores, llegará) a ver quién es el guapo que anda tan tranquilo dando rulos de un lado a otro del campo.
Hecho muchísimo de menos tanto los puestecitos de venta de bufandas y demás (que daban un montón de ambiente a los alrededores) como, sobre todo y especialmente, la colocación de las pancartas de las distintas peñas dentro del campo. Esperemos que todo esto se vaya mejorando también.
Lo de las carpas … demasiado ambiente erótico festivo, aunque si a la peña le mola, pues es lo que hay. Eso sí, por favor, la del Fondo Sur, al menos, que tenga la decencia de que acabe el partido antes de ponerse a “pinchar” de nuevo, coño. Los últimos minutos son sagrados, y todos debemos de estar a lo que estamos, a saber, dejarnos las pelotas para que ganemos. A mi el otro día me terminó distrayendo mogollón el escuchar la música de fuera durante los últimos 5 minutos. Eso hay que erradicarlo ya. Sí o sí.
La famosa iluminación por la noche. No me pareció nada del otro jueves (máxime después de haber visto imágenes de la del Nuevo San Mamés o de la del campo del Bayern). Encima, salir de allí en una zona que no terminas de conocer y tan sumamente tétrica señalizada fue toda una puta odisea. Supongo que estaría abstraído por la victoria en el último instante del Chelsea, pero quise ir a Canillejas (porque a la famosísima estación del Metropolitano, llena de accesos y tornos, y demás … ¡no dejaban entrar porque no había trenes! – ver para creer-), y acabé … en Simancas … y Gracias. Así que llegué a casa a la friolera de las 00,45 h., en un partido que a las 22,30 h. se acabó. Tengo mucho que depurar en este aspecto, qué duda cabe. Pero al club, decirle que algún cartel que anuncie algo y que esté un poco más iluminada la zona, que no se veía un puto pijo por ningún lado, igual algo me ayudaría (yo me doy por imposible, pero seguro que otros sí que lo agradecerían cantidad. Que funcione la estación más cercana de metro, ni les cuento. Tranki, ni se molestarán, ya me buscaré la vida mejor la próxima vez … Qué puta pesadilla L
¿Y el partido, qué? No era nuestra noche. Fue la noche del Chelsea, que hizo un partidazo sencillamente descomunal. Durante 80 minutos, hizo con nosotros, prácticamente, lo que quiso. Maravillosamente plantados en el campo, tácticamente impolutos, genial el pichoncito Marquitos, brutal el Kanté, o cómo un pibe solo puede adueñarse de todo el centro del campo sin morir en el intento, exhibición portentosa de Hazard (¡qué pelotero más descomunal, no di crédito!) y el dolor de cabeza constante que fue Morata (Lucas hizo lo que pudo, Godín, el hombre, ayyy, Godín), hacía tiempo que no veía a un equipo que me impresionaba tanto como ellos. Hacía tiempo que al Atleti no le remontaban un partido. Hacía tiempo que no palmábamos un encuentro en el último suspiro (putas finales de mierda aparte) tras una maravillosa jugada, al más puro estilo balonmanístico, de todo el puto Chelsea, que movió el balón de un lado al otro del área, con paciencia, con precisión, hasta que encontró el resquicio, penetró por banda, fantástico pase de (¿Bayaloko? ¿Willians? ¿Kante? ¿Moses? ¡Qué más da … Un indomable negrito de esos que no había manera de frenarlos, y un tal Batsuhayi remachó sin piedad. Antes, Conte ya había firmado el empate quitando al brutal Hazard y al dichoso Morata. Aún antes, el propio delantero madrileño remachó de cabeza un excelente centro de … siiii, Hazard, que batió de forma inapelable a Oblak , poniendo el empate en el marcador. Antes, durante y después, tanto Koke como Griezmann coleccionaron cantidad de pases sin ton ni son, siempre al contrario, siempre un segundo tarde dados, siempre encontrando a un Blue mejor colocado y anticipándose. Antes, también, debió de salir Gabi al terreno de juego, que Thomas andaba con tarjeta y no estaba el horno para bollos.
Los más optimistas nos las prometíamos algo felices tras saber que el Atleti se adelantó en el marcador con un tanto de Griezmann de penalti, al borde del descanso. Algunos, ingenuos, creyeron que si Saúl no hubiese fallado el tanto posterior que falló a puerta vacía, la cosa hubiese cambiado. Ya les digo yo que no. Que el Chelsea fue a su puta bola durante todo el encuentro. Lo dominó de principio a fin, de cabo a rabo, en todas las facetas del juego, en velocidad, presión, anticipación, desborde, remates desde fuera del área (vaya tirazo de Hazard al poco de comenzar el partido que repelió el palo), vaya ocasiones que tuvo Morata, alguna salvada por la mano de hierro de Oblak, otras porque Lucas logró obstaculizarle lo justo cuando ya se mascaba el gol en su remate final, el tanto a puerta vacía que falló en la segunda parte Cesc. En fin … No sé cómo estará esta peña en primavera, que es cuando realmente uno se juega la tostada, pero a mi lo de ayer me pareció, al fin, un auténtico equipo Campeón Inglés de verdad. Pero que muy campeón.
Eso sí, Thomas, probablemente, jugó su primer partido cañero de verdad. Lucas ha jugado alguno más, pero tampoco tantos. Saúl y Koke siguieron sumando (muy destacable el primero, absolutamente desafortunado el segundo). La experiencia, fue positiva. Por cierto, que no se me olvide, detallazo final de Courtois dándose la vuelta a todo el campo, aplaudiéndonos a rabiar y devolviendo todo el cariño que le seguimos dando, entrega de su camiseta en el Fondo Sur Incluido. Siempre uno de los nuestros, mi querido Erasmus favorito.
En definitiva, tenemos que seguir creciendo. No siempre va a estar Griezmann tan sumamente torpe (de nueve no puede jugar jamás, en su defensa, conste). Y estoy convencido de que lo vamos a seguir haciendo. Ayer no nos ganó cualquiera. Nos ganó el mejor. Como tu, Wichi. Y los mejores, siempre se merecen lo mejor. Ayer, los ingleses, hicieron historia en nuestro campo, pero esto no está dicho. Porque los Atléticos jamás nos rendimos, Wichi, y lo sabes. Así que, hermano, tuviste lo excelso, y lo vas a volver a conseguir. Lo tienes todo para hacerlo. Un solo grito terminó atronando el Metropolitano ¡Aguante, Wichi, Carajo!