7 de octubre de 2019

Valladolid 0 - Atleti 0. El viaje a ninguna parte.


Vamos a empezar con los días de vino y rosas. Porque el sábado, tuve el honor de ser partícipe, gracias a la invitación de Don Vélez, a un acto de estos de los que no se va a hablar en la prensa, porque no se debe de hacer, de hecho (chupacámaras Antoñito, cómo no ibas a estar ahí en primera fila cuando no participaste en nada, asquito que dan estos juntaletras, oigan). Tranquis. No hubo fuegos artificiales, no hubo lucecitas de colores, ni música celestial, ni nada que se le parezca. Lo único que hubo fue un grupo de Atléticos, algunos del nivelazo de Don Vélez, que tiene varios enormes méritos: uno, y principal, ser del Atleti. Dos, y respetable aunque incomprensible por mi parte, seguir viviendo el día a día de este club como si continuase yendo todos los días al Metropolitano (yo pertenezco a la generación de Groucho Marx, tengo unos principios, pero, en cualquier instante, los puedo cambiar por otros, Don Jesús Vélez no, respeto, honor y admiración, pues). El objetivo era homenajear a Ardelardo. El acto consistía en regalarle la letra “C” del Estadio Vicente Calderón. Y lo conseguimos.

Sinceramente, yo no terminaba de ver claro si ese detalle le iba a terminar chanando o no. ¿Dónde coño vas a poner una letra de ese tamaño en tu casa? Pero si yo no quise ni el puto asiento de plástico, porque no estuviese dando vueltas por mi casa sin ton ni son). Poco después comprendí que sí, viendo sus lágrimas al no poder articular palabra después del principio de su discurso de agradecimiento. Tomo relevo su mujer, la encantadora hija de Don Vicente Calderón. Tuvo clase hasta para no  tener que tirar mierda a nadie. Se sintió orgullosa de su padre (y quién pollas no lo está) y de su marido. Y, claro está, también de nosotros. Así que fue un sábado sencillamente esplendoroso, con Atléticos cantando la versión del himno más sentida y respetuosa que yo he escuchado jamás en toda mi puñetera vida, con lágrimas (yo el primero, lloro en las pelis, aviso), tuve el honor de posar también con Don Cacho Heredia (excelente central, cargado de clase y técnica), con un bastante antipático, por cierto, Don Luis Pereira (entiendo el coñazo que podemos a llegar a ser la gente, lo siento mucho, Don Luis, aunque me contrastó mucho con su imagen que tenía de su collar verde, de su sonrisa imborrable y de cómo nos lo ponía de corbata cada vez que sacaba el balón desde dentro de la portería), y de Don Juan Carlos Pedraza, que sí que fue como Doña Hele y yo le recordamos … La vida no pacha apenas por el condenado, su puta madre.

A esto continuó unas buenas dosis de risas, de charlas, y de recordar anécdotas, con toda la peña que fuimos, y ya tocadillo, me fui a sobar (aunque no dormí apenas nada, demasiadas emociones encontradas).

El domingo, a las 7,30 h. nos recogía un bus para ir al partido del Pucela. Uno, cuando sale de una estación como Legazpi (en la que das a una rotonda) suele salir por el lado en el que tiene que darse la vuelta a toda ella hasta llegar al auténtico punto de quedada, o salir directamente bien. Es como lo de la rebanada de pan y la mantequilla. La peonza colchonera dio sus vueltas de rigor, pero terminó llegando a su destino final.  Mi día cargado de “retrasos” empezaba bien.

Desayunando las deliciosas par de birras en cuestión, finalmente emprendimos un viaje, en la ida, plácido y tranquilo. Llegamos sin grandes novedades, salvo las 500 birras de rigor, a Pucela. Curiosa ciudad esta, en la que el sentido de un Domingo se eleva a la máxima expresión. 11 de la mañana, y allí no trabaja ni el tato, oigan. Menos mal que encontramos un bombón que, tras ser algo reticente a servirnos, gracias a la estimada ayuda de Rubén a la hora de colocarle el chirincirco, y a nuestro afán de llenar nuestra mesa plagada de cadáveres verdes, logramos estar allí de lujo, la verdad.

Poco después, quedamos con mi colega Nacho, que sí, que es vikingo, pero tras aguantar alguna mirada asesina que otra del Tete, logré que la fiesta continuase en paz. Iba todo sobre ruedas.

Nos fuimos a otro bareto en el que hacían unos mejillones que te cagas, y ahí empezó el lío. Que fue una puta gilipollez sin sentido: no tenían tabaco, quise pillar, me lancé a la aventura, y acabé más perdido que Cerezo en una reunión de alcohólicos anónimos. Total, que al final tuve que llamar a mi colega el pucelano, pero mis hermanos de sangre ya se habían pirado. Obviamente, me sentó como una patada en los huevos, pero podía haber ido perfectamente yo solipandi al campo y luego haberles visto posteriormente. Decidí, dentro de mi abanico de grandes decisiones que tomo en mi vida, que no, que me quedaba en un garito con Nacho a inflarme a Gin-Tonics hasta reventar, mientras veía el partido (del cual no me enteré, apenas … ¡UNA PUTA MIERDA!). Eso sí, al menos, pillé tabaco (aparte de que he amanecido con 2 paquetes enteros, que esa es otra, igual hasta tenía al final y todo, me quiero morir).

Me puse, pues, a ver el puto partido de marras con los lugareños de la ciudad (muy respetuosos ellos, la verdad), y bueno, casi que no me perdí gran cosa, ¿Eh? Partido con el cuchillo entre los dientes por parte de los pucelanos, el Atleti a ver la vida venir, el Sandro que falla un penal, ocasión postrera de Correíta, y bueno, terceros y a 3 puntos. No nos deberíamos de morir todavía por eso.

Finalmente, llegó el caos, mi pérdida de gafas (recién sacadas, por cierto, 300 pavos del ala) mi otra sabia decisión de volverme en un tren que nunca tuve claro a dónde se dirigía realmente (los 500 Gin-Toincs es lo que tiene), cuando, por supuesto, también tenía pagado mi viaje de bus, mi patética retransmisión en tuiter de dicha vuelta, , y coña, que me encontrado una entrada en la cartera sin utilizar. No me jodáis que jugaba el Atleti y todo. En fin. Ahora mismo no es que tenga muchas ganas de volver a viajar, pero, los que me conocen, saben que esto jamás quedará ahí. Volveré.

Último apunte: mis Camaradas (especialmente Rubén) no se me rallen, por favor. Esto no es culpa de nadie. Mi vida está llena de historias parecidas. No pacha nada. Así que a ver cuándo montamos otro (daré mi mi vida por intentar entrar, al menos, al campo, tampoco prometo mucho más).

Quería también mencionar que ayer un chaval a mi colega el citado Rubio le dejó una bufanda que rezaba el lema de "nunca dejes de creer" porque no le dejaban meterla en el campo (tan inaudito como cierto, parece ser) pero debido a la alcoholemia generalizada después del partido no se la pudo devolver. Si el dueño quiere recuperarla (estas cosas suelen tener mucho valor sentimiental), que contacte conmigo a través de Mensaje Directo, por favor. Y vermos qué se puede hacer. Muchas gracias de nuevo.

EL CRACK DEL PARTIDO:
Nacho, por aguantarme toda la puta tarde.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Yo, y mis retrasos.

ÁRBITRO: Ni puta idea de quién coño era, pero vamos, que un simpático jugador local debió irse a los 10 minutos a la puta calle, y el penalti, pues bueno, si tu lo dices …

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 7 GRADOS).
Subo un grado por el empate ante el maligno, pero bajo 2 por no haber conseguido la victoria ayer. La imagen fue mala, tirando a lamentable, la verdad. Cómo se nota que vivo por y para este maldito equipo.


Y ahora, Selección tocan. Me va a venir de cine. A descansar, a reflexionar, a realizar propósito de enmienda, para volver a cometer las estupideces finales de turno. No tengo remedio … “Hoy viajamos juntos otra vez” ……

4 comentarios:

dami fernández dijo...

Más viajes de estos por favorrrrr.
Es curioso que siempre he pensado que Adelardo sería el jugador con el que más ilusión me haría fotografiarme. Eso vale muchísimo más que la mierda de partido del que te libraste.

Paul Marble dijo...

Buenas.

Ya nos contará que estuvo haciendo el sábado desde las 15:00 hasta las 24:00, para "irse tocadillo a sobar".

En cuanto al partido, muy significativa la imagen de nuestros jugadores saliendo al campo en la segunda parte. Si no hay actitud, intensidad, ganas, llámenlo como quieran, hoy día te planta cara cualquiera. El otro día decía el Profe Ortega que "ya no quedan tontitos en futbol". Y creo que por ahí iban los tiros.

Un abrazo y FORZA ATLETI SIEMPRE.

Torrisi dijo...

Se le ve fenomenal. Y con sangre rojiblanca en las venas, circulando a tope de velocidad.
Celebraciones con C del campo más bonito, José Tomás, y pérdida de consciencia en Pucela, como tantas veces me ha pasado por alli.
Que se le ve muy bien, Don Tomi.
Que hace algunos años, una noche triste y fea, hablamos por teléfono, y usted no era el mismo, de la puñetera carga que llevaba en las espaldas.
Me alegra verle tan sumamente bien, tan cachondamente bien, capitán Bengala.
Hay que disfrutar con lo que tenemos, y pedirles más compromiso y gol.

Hasta la vista, torero carabanchelero.

Tomi Soprano dijo...

Don Torrisi ... Qué alegría volver a saber de usted. No tengo palabras ... Abrazote enorme.

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