Pues, con todo el cachondeo, pero este partido era más importante que el del martes pasado (al menos, hasta el momento). Veníamos de un gran esfuerzo, algo de exceso de euforia en la grada, un rival que llevaba sin perder fuera de casa ni se sabe, equipo que, por cierto, se nos da fatal, con ese dichoso amarillo chillón que tanto odiaba Don Luis Aragonés, último partido de la jornada, en el que los bufanderos descerebrados andamos entre aguantando los excesos del finde y poniendo el piloto automático ante la llegada del temible y todopoderoso lunes … Si, encima, el rival empieza mejor, enchufa la primera (y yo diría que única) que tuvo, con un chutazo estupendo de Alcácer a bote pronto, la verdad es que el aliño de la ensalada se tornaba altamente amargo e indigesto.
Pero el Atleti tuvo una virtud (esa de la cual el que les aburre con este texto tanto carece): paciencia. Atacó sin prisa, pero sin tregua. Avanzando y acorralando poco a poco al rival. Profundizando el juego por banda, pero sin brevazos sin ton ni son. Con un Lodi incisivo, con un Sime que va claramente a más, comandados bajo la batuta de un Koke, por momentos, espléndido, imperial. Y pronto empezaron las ocasiones, especialmente una clarísima en tijeretazo de Morata, que rechazó ese supuesto proyecto de portero denominado Asenjo (dicen los más viejos del lugar, que una vez, allá cuando jugaba por el Pucela, le vieron atajar un balón sin despejarlo … Dicen …) para que a continuación Vitolo, incompresiblemente, y más solo que la una dentro del área pequeña, remate al único sitio en el que Sergio podría, por supuesto, despejar de nuevo el balón (Vitolenco, Vitolenco, ayer remataste como un mostrenco).
En este tipo de partidos, es clave empatar antes del descanso, y menos mal que el Atleti lo consiguió, a falta de seis minutos para el mismo, en una extrañísima jugada, pésimamente defendida por la defensa del Villarreal, el balón acabó en una “asistencia” (sinceramente, me parece un atrevimiento denominar este pase de Sime así), que en realidad no era más que un balón sin ninguna clara dirección definida, que llega hacia el área visitante, y que tuvo como consecuencia final, que lo que al resto de los humanos se nos escapa a nuestro corto entender, al diferente Ángel de la guardia Correa no. Es la única persona en este mundo que pudo convertir dicha acción en una asistencia de gol, y, por supuesto, terminar ejecutando el mismo hasta dentro de la red. Los genios son así, háganme caso. Viven en su mundo. Tienen aire despistado, parece que andan como ausentes, son bohemios en su forma de ir por la vida, pero, cuando frotan su varita mágica, se convierten en seres completamente excepcionales. Pues eso. Con todos ustedes, nuestro coche de choque favorito, Don Ángel Correa.
La segunda parte solo tuvo un color, el rojiblanco, dominador de cabo a rabo de la misma, con un centro del campo altivo y generoso, y que a los 17 minutos, dio la vuelta al marcador en una fantástica apertura de juego de Joao Félix (que, al fin, reapareció), combinación de Trippier (no me mola nada el pelo-polla que se me anda dejando encima del perolo, caballero, está muy bien que admire al Cholo, pero tanto tanto … de seguir así, tendremos que pensarnos, muy y mucho, su continuidad con los adorables Peaky Blinders) sobre Correíta, cuánto te queremos, Angelito de mi vida, asistencia del argentino sobre Koke, que emuló a Don José Eulogio Gárate y, viniendo desde atrás, remató de cabeza sin piedad, batiendo a Asenjo. 2-1, y empezamos a respirar de verdad.
Diez minutejos más tarde, asistencia de Koke sobre Joao Félix, y el portugués disparó, ayudado con un afortunado rechace de un defensor visitante, anotando el 3-1 que ya fue definitivo. Imagino que le vendrá bien el gol al chaval. Personalmente, me gusta que intente definir cuando pilla el esférico, porque, como mal menor, al menos, implica que termina la jugada. Eso sí, el día que aprenda antes de lanzar el latigazo en cuestión, a levantar la cabecita o tener perspectiva real de la situación de sus compañeros en el campo, empezará a ser, de verdad, el crack que todos queremos presuponer de él. Koke, si, mi capi, sí. Tienes trabajo en este aspecto con él.
Poco más que contaros. El domingo que viene, otro partido trampa con el supuestamente desahuciado filial. Ir con el freno de mano echado, siendo seguidor de este equipo, nunca viene mal (que son muchos años, háganme caso), pero, no sé por qué, preveo que nos augura un futuro bonito, esperanzador, y hasta me atrevería a decir, brillante. Un futuro en Rojiblanco.
EL CRACK DEL PARTIDO:
Me anda gustando bastante Vraljko, Felipe sigue siendo un valladar inexpugnable, muy inteligente Thomas también manejando el encuentro, pero esta vez se lo voy a dar (y con todo el merecimiento del mundo, sencillamente incontestable) a dos de los jugadores más criticados y denostados por la grada. Koke, que desde que ha vuelto el equipo anda subiendo como la espuma (el descanso que le ha dado el Cholo obligado por su lesión me da que le ha venido de cine, si se lo diese a Saúl de vez en cuando …), y Correíta, del cual su principal progresión es que ha pasado de ser jugador-revulsivo y se ha transformado en pelotero titular para los 90 minutos. Ya ni siquiera le sacan su absurda tarjeta amarilla con la que siempre nos deleitaba cuando salía como un coche de choque sin frenos. Me da que, como siga así, le voy a tener que cambiar el mote, ya verán …
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Diego Costa lesionado. Da igual a la altura, mes, día, hora o año en que lean dicha frase. Siempre les acompañará fielmente. “Diego Costa, lesionado”.
ÁRBITRO: Burgos Bengoetxea.
Se zampa un penalti de libro sobre el proactivo Correa. Y que a él se le escape, bueno está, pero lo de la chusma del VAR … Algún día me enteraré de cuál es el funcionamiento real de dicho invento. No desespero.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 6 GRADOS).
Pues pensaba subirlo, pero no me quiero dejar llevar por los barralibrepensantes de rigor. Tenemos que ser justos, fríos y serios, a la par que precisos y concisos. De obligado cumplimiento final. Se siente. No hay más.
¿Seguiremos con nuestra buena racha? Seguro. ¿Continuaremos recuperando gente para la causa? Confiemos. ¿Viajaremos juntos otra vez? Ya me gustaría. ¿Dejará Cerezo de hacer el ridículo? Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. ¿El filial no se cortará y vestirá de impoluto blanco? No será por falta de ganas. Lo que sí que está claro es que, ayer, más que nunca … “Una voz se oyó de entre las gradas, al besar la red un gol de Ayala” … Un grande entre los grandes.