2 de mayo de 2021

Elche 0 - ¿Atleti? ¿El Puto Amo? ¡Y yo qué sé! 1. Vuelven a involucrarme.


 Parecía tener todo bajo control, hasta que se me ha venido encima una genial escena del Padrino III en la que ya un viejo y desgastado Michael Corleone, habla con su hermana Connie y su sobrino Vincent Mancini, los cuales, tras haber estado ingresado en el hospital debido a sus problemas con el azúcar, se enteran de que estos últimos, han decidido por su cuenta liquidar a su enemigo, el fantoche de Joey Zasa, sn su permiso. Haciendo un gesto característico arrastrando sus brazos hacia su propio cuerpo, un enfadado Michael les comenta: “Justo cuando pensaba que estaba fuera, vuelven a involucrarme”. Nada mejor que esta situación para reflejar mi estado de salud mental actual.

Ya saben. Decidí por completo el tirar la toalla. No veía nada claro el devenir final de nuestro Atleti, y como cada uno lo sentimos y vivimos como Dios o nuestros padres nos han dado a entender, yo decidí poner fin a tal extremo sufrimiento y tomarme el resto de campeonato liguero de una forma y manera que no me desgastase tanto moral como psíquicamente este asunto. La vida ya nos da demasiados palos como para recibir ración extra de forma gratuita, y como cada uno estamos y tenemos todo nuestro puto derecho a amar a este Club como creamos conveniente, y menos nocivo nos pueda resultar, yo tomé mi decisión de forma y carácter irrevocable.

Pero, hete aquí que el pasado jueves, y cuando andaba por mi habitación viendo un nuevo capítulo de OZ, la serie que me ando machacando en la actualidad, recibí un mensaje de Ales indicándome que a ver si ahora volvía a estar más contento y dejaba de machacarle en el curro. Ales (aka, “el Puto Vasco”, él ya sabe en el sentido y con el cariño que se lo digo) es el pobre hombre de mi trabajo que recibió durante toda la semana mi buena dosis de carga de ira y frustración, ya que el muchachote es de Bilbao, y buen y genuino seguidor del Athletic que se precie. Es un chaval auténtico estereotipo de tipo de Bilbao: todo lo que tiene de grandote y fortachón, lo tiene proporcionalmente de noblote y buen corazón. Así que el chaval aguantó estoicamente todos mis improperios cada vez que nos cruzábamos por el pasillo … “Puto vasco, no te quiero ni ver” … “aparte de mi vista, jodeligas sin fronteras” … “ni me dirijas la palabra, miserable” … Como si el muchachote no hubiese tenido bastante con sus 2 finales de Copa en        15 días palmadas. A veces me aguanta la peña, y no sé cómo ni por qué. Que Dios no me aparte esa aureola con la que permanentemente me protege.  

Sin entender mucho de qué iba o por qué, él me contestó que viese el resultado del Barsa-Granada. Fíjense que un empate ya me parecía la releche, así que la victoria granaína me supo a eso … “Justo cuando pensaba que estaba fuera, vuelven a involucrarme”.

Así que nada, el sábado, tranquilamente en mi casa junto con la fiel presencia de mi primer compañero de grada en la vida, mi hermano carnal Manolo, me puse de nuevo las pilas para ver el partido. Con el freno de mano echado, cierto. Refunfuñando ya hasta con el saque de centro, pero con concentración máxima y devoción absoluta.

Y la cosa comenzó con un primer tiempo del Atleti espléndido, la verdad. En plan Líder (que no Campeón). Dominando de cabo a rabo a los ilicitanos, controlando todo lo habido y por haber, jugando por bandas, con rapidez, profundidad, personalidad, entrega, actitud y aptitud.

A los 12 minutos, ya tuvo una Criminal Suárez, tras una maravillosa combinación con Angelito Correa, que si al uruguayo le pilla en la forma en la que se encontraba en la primera vuelta, hubiese terminado en gol sí o también. 5 minutos más tarde el VAR nos anula el primer gol de la tarde, Esto tenía muy buena pinta, la verdad, y pronto, al fin, nos adelantamos en el marcador, obra de Llorente tras una de las múltiples internadas del incansable Carrasco por su banda, asistencia incluida. Si no hubiese entrado el remate de Marcos, hubiese sido penalti por mano tras el remate del defensa ilicitano que le tapada el disparo (o eso quiero pensar que sucedería, déjenme soñar tranquilo, por favor).

La cosa se pudo sentenciar con un penatli en el 46 que señaló Melero, pero que el VAR anuló de nuevo, y al descanso, que si seguimos así, la cosa parecía que no iba a dar mayores dolores de cabeza de los que intrínsecamente los Atléticos solemos padecer crónicamente en sí mismos.

La segunda, todo cambió. Naturalmente, para mal, y mucho peor. Gran culpa de esto la tienen los cambios del Cholo, pero ojo, no porque estén ni mucho menos mal ideados en su origen. Qué va. El problema reside en que los que salen, no cumplen con su cometido (y en algunos aspectos, son tremendamente generoso con lo de “no cumplir su cometido”). Y claro, la cosa se nos va complicando.

Si Saúl no ayuda a controlar el centro del campo, sino más bien se traduce en descontrol total, y si el señorito Joao Félix sale a “ver la vida venir”, en vez de plantar sus santos cojones en el terreno de juego y decir “basta, este partido es mío”, que para eso se le fichó, pues todo cambia. Aún así, de nuevo sigo con mi cruzada de que, por favor, Don Diego … ¡Un solo partido a Lemar completo, por favor! ¡Uno solo!

Y claro, el Atleti empieza acular peligrosamente, el rival empieza a creerse que puede hacer algo de verdad, y vienen todas las complicaciones habidas y por haber, elevadas a la máxima expresión en este bendito Club denominado Atlético de Madrid.

Si, para colmo, en el 84, en la única acción reseñable de Joao Félix, resulta que aparece desde atrás Saúl para quitarle como un patán el gol que podría hacer conseguido el chaval portugués, pues es ya para empezar a pedir barra libre de cianuro para dar y tomar.

El resto del partido ya fue como hacerse una maratón con las zapatas llenas de chinchetas por dentro de las mismas, mientras te iban poniendo alfileres por todas las partes de tu cuerpo conocidas y sin conocer, todo ello aderezado de perseguirte ferozmente una manada de abejas salvajes picoteándote a su vez salvajemente, a saber:

En el 85, un fallo de Barragán solo desde dentro del área que echa el balón por encima del larguero de forma incomprensible ante la siempre atenta mirada, eso sí, del ínclito Saúl. Y en el 91, la madre de todos los corderos, con el penaltazo de Llorente tras la falta previa que se inventó el tal Melero con las manos de Trippier. ¿Conclusión? Llorente, cuanto más lejos del área nuestra y más cerca de la de nuestros rivales, mejor. Lanzó Fidel en el 91, y el balón se estrelló en el palo. Uno, en ese momento, ya no sabe ni a qué mirar, ni a qué agarrarse, ni qué hacer, si lanzarse por el balcón, ponerse a llorar amargamente, o dulcemente, o hacerse el hará-kiri de una santa y bendita vez. Esto no puede ser bueno para el cuerpo. Ni sano. De la salud mental que hable el afortunado que aún posea algo, la mía hace tiempo me abandonó a mi puñetera suerte. Y luego me comentaréis por qué me lamento. “Justo cuando pensaba que estaba fuera, vuelven a involucrarme”.

EL CRACK DEL PARTIDO:

Partidazo descomunal de Carrasco (personalidad, atrevimiento, descaro, verticalidad, no parar hasta conquistar), pero el premio mayor se lo lleva Kondogbia. Ayer fue la auténtica demostración de que hay jugadores que pueden y que creo que se valen mejor cuando están ellos solitos llevando todo el peso tanto defensivo como de control del centro del campo, que cuando andan acompañados por 553 mediocentros más. Brutal demostración de poderío del francés.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Igual ya es paranoia mía, pero en cuanto él aparece sobre el terreno de juego últimamente, todo se descontrola por completo. Ojalá y sea producto y equivalga a una de mis neuras habituales. Del que no tengo ninguna duda es de Joao Félix. Este año ya aguantamos porque hay que hacerlo, pero, un año más, uno solo, y habrá que tomar una definitiva solución al muchachín en cuestión. Yo creo que, si no se le saca de principio, es mejor no hacerlo luego, la verdad. Le cuesta un horror enterase de qué va el partido, de enlazar con el mismo, y luego, chico, con esa fragilidad que tiene, pues es que es imposible. Yo sé que le hacen muchas faltas, cierto es. Pero coña … ¡Como a cualquiera de los demás! Hay que tener un poquito más de entereza, voluntad, personalidad, ambición … No sé. Salir para lo que hizo ayer, la verdad …

ÁRBITRO: Melero López.

No tiene muy claro el tema de las manos, está claro ( o sí). Porque si él pita el penalti del Elche (que no era) y sí el de Trippier, él acierta con su criterio, porque para él las dos son manos. El problema es que en la primera sí que le puede corregir el VAR, al ser penalti, y en la segunda no, al ser falta fuera del área. Nos anula dos goles, uno incontestable, y el otro, muy por los pelos, pero sí que parece que acierta, sí, y vamos, ya el colmo hubiese sido la repetición de un penalti que Oblak ni toca el balón. Por esa regla de tres, entonces cualquier otra pena máxima que se lance, aunque acabe en gol, si el portero se ha movido, pues hay que repetirlo también. ¡BIBA CARTAGENA, COÑO!

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 10 GRADOS).

El Termómetro no se fía, no se toca, no se mueve, y no se traspasa. Partido de obligado cumplimiento, y fuera. Y no quiero oír ni respirar en la sala.

Y el próximo partido, ni lo sé, ni quiero pensar siquiera en el mismo. Ya lo sacaremos adelante. Este último párrafo es para dedicarle esta crónica en su totalidad a Don Javier Raso. Con solo el 50% de su coraje, rebeldía, inconformismo y lucha constante con que afronta usted cada día que amanece en nuestra existencia, le hubiese valido al Atleti ya para llevarse el presente Campeonato Liguero y las tres próximas ediciones del mismo. Así que no desfallezca, estamos con usted, es un ejemplo para muchos, muchas gracias por su apoyo constante siempre en mis momentos más lúgubres, siempre en la sombra, siempre sin hacer ruido ni llamar la atención en exceso, pero con fidelidad infinita, y recuerde lo que nos espera, Hermano: Josefino&Ralph on Terror Tour. A seguir siguiendo, pues. “Hoy Volvemos a Estar Contigo”.

2 comentarios:

Don Pelayo dijo...

Buenos días Tomi, voy a tarde, pero voy.

Este sufrimiento no es sano, solo la gente que está preparada para ello puede aguantarlo y no todo el mundo está preparado. No todo aficionado al fútbol incluso de nuestro amado equipo, ni puede ni quiere. Así que no me venga con monsergas de que arroja la toalla ni después del Bilbao ni después de Elche, no amigo no, esto es otra cosa y usted muy bien lo sabe.

Primera parte impresiónate, recuperando partes de lo muy bien hecho en la primera vuelta, con un Carrasco, Llorente y sobre todo Kondogbia espectaculares, pero ahiiiiiiiiiiii esa segunda parte, dios que infierno, nada de nada, ni un pase bueno, y otra vez apretaos atrás contra un equipo que ni había salido al campo, los cambios nefastos, por favor Diego Pablo no mueva ni una sola vez más a Llorente de posición, pero no ve que es solo ahí es donde marca diferencias. Lo de Lemar efectivamente déjele 90 minutos, solo por ver qué pasa, y Saul Y Felix, pues ya lo ha visto todo el mundo que vio el partido, se comenta solo.

El penal, el palo, el infarto, la alegría desbordada, así somos y así seremos.

El sábado pues más de lo mismo, a sufrir como perros, más la ansiedad de pasar la semana hasta que llegue la hora del partido.

Un abrazo y gracias por la crónica, de diez una vez más.

Tomi Soprano dijo...

Don Pelayo, un auténtico placer saber de usted de nuevo. Muchas gracias por todo, Caballero. Ya sabes que yo al Atleti le sufro demasiado, y cuando se vive algo con tanta pasión, pues es lo que tiene, que me pillo unos cabreos del 15. Pero sabe que se me suelen pasar.

Abrazote enorme.

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