La vida sigue igual. Quise creer,
pero, en este caso, querer no fue poder. El partido de ayer nos devolvió a la
más cruda realidad en todo. Y conste que es bastante normal que un equipo como
el PSG hoy en día no es que nos golee a nosotros, es que lo puede hacer con el
que le apetezca, y si dudan de lo que digo, pregunten por Milán a ver qué
tal. Hoy en día no es que sean los mejores, es que son los muy mejores.
Estamos a años luz tanto a nivel táctico como técnico y como físico, con un
entrenador pletórico en el que sus jugadores obedecen y creen a pies puntillas
en cualquier indicación que les haga su Míster. Es un equipo joven, que tiene
la pasta por castigo y que si encima, cuenta con el incombustible apoyo
arbitral que tuvo ayer, resulta una tarea completamente imposible el vencerles.
Espero que el mensaje que
nos dio ayer la FIFA nos haya quedado claro también. El Atleti estorba, el
Atleti molesta, no sirve de nada tampoco no protestar, porque no nos respeta ni el
tato. Por eso, cuanto antes nos vengamos para casa, mejor. Aunque tampoco
confío en este equipo viejuno, en el que tiene como castigo la pasta que nos
sacan en abril para pagar un abono de una temporada que ni acabó todavía, con
tal de pasarse unas buenas vacaciones pagadas en EEUU a costa nuestra. Les da
igual todo. Tienen la clientela más gilipollas del mundo, y bien que se
aprovechan de ello. Si añadimos a todo este conglomerado los despropósitos de
nuestro entrenador, que tampoco ayuda en nada a la contienda, tenemos el
panorama que tenemos. Pero tranquilos, que nadie se queje de nada, nadie
proteste por nada. Hay un equipo joven, poderoso y de tronío, tal y como se
demostró ayer. No hace falta reforzarlo, porque salimos reforzados, de hecho.
Quién me manda creer a mi en nada ni por qué, válgame Dios.
En el primer tiempo apenas si
pudimos siquiera pasar de centro del campo. Solo Julián Álvarez ponía algo de
sentido y profundidad en el supuesto ataque rojiblanco. Nuestra banda izquierda
es sencillamente una panda de escombros, con un Javi Galán que quiere pero no
puede, y con un Lino que ni está, ni se le espera. Es un auténtico exjugador
hoy en día. Es que le vi hasta más mondongo y todo, joder. Pero es que el centro del campo tampoco hubo donde cogerlo, con un
De Paul al cual solo se le observaba dando la murga al bastardo del
árbitro, y un Barrios que el chaval no puede con todo. El PSG era todo lo
contrario. Parecía que estaba tanteando, pero simplemente te estaba preparando
para degollarte sin piedad. Así que a los 16 minutos ya nos empezó a explicar
la lección con un tanto de Fabián desde la media luna, sin mayor oposición
rojiblanca al respecto.
Para colmo de males, y justo cuando el Turista Francés (flamante renovación para más señas por parte del Club Rojiblanco) desperdició una buena ocasión al borde del descanso de haber puesto el empate (milagro habemus), en la siguiente contra Vitinha entró como el dinero de nuestros abonos lo hace a los bolsillos de los 2 cerdos integrales de la foto anterior, conduciendo el balón desde el centro del campo, ninguno de nuestros 2 centrales tuvo la capacidad de salirle a tapar su internada, y el portugués terminó batiendo a placer al bueno de Jan. Fin del suplicio de primer tiempo. La titularidad por decreto ley de Griezmann es un tema que me parece ya que está pasando de castaño oscuro. No es solo culpa suya, pero es un hecho incontestable que llevamos jugando con 10 jugadores desde hace ya varios meses. Me irrita un montón estas injusticias, la verdad. Porque para lo que hace, creo que le está robando esos minutos a Sorloth miserablemente. Es así.
En la segunda parte el Atleti
cambió un poquito la cara, en especial debido a la entrada de un Koke que, con
más o menos acierto, pero aportó personalidad, carácter y puso empeño en
ofrecerse y comandar la imposible remontada. Porque si ya de por sí deportivamente
era una misión imposible, el árbitro se encargó de dejar bien a las claras que
si había alguna duda, falta en contra del Atleti, tarjeta para uno del Atleti,
gol anulado para el Atleti, expulsión para uno del Atleti o penalti en contra del Atleti. No le den más
vueltas, lo que no puede ser, no lo es, y además es imposible. Eso sí, buenas
ganas tienen estos de que se vayan a reír de uno así. Qué pena de Entidad sin
personalidad alguna, qué pena de institución de estómagos agradecidos, y que
asco y qué ganas de vomitar dan tanta pleitesía y conformismo frente al régimen
establecido.
Esta segunda parte empezó con un
paradón escalofriante de Oblak frente a un remate del siempre bullicioso
Kvaratskhelia, cuyo rechace posterior lo repelió el larguero. Queriendo o sin
querer nos iban a clavar 4, estaba escrito.
Después, en el 57, vino un gol
anulado a Julián Álvarez por una extraña falta anterior que realizó Koke
previamente. Una lástima, porque parecía haber algo de luz al final del túnel. Poco después salieron
al terreno de juego el inoperante a más no poder actualmente Correita, y
Reinildo. Se ve que el árbitro no les conocía bien, no hacía falta amonestarles
tan absurdamente en la primera acción que realizaron sobre el terreno de juego,
hombre. Aún así, y por si las moscas, el marcó el terreno. Como en la falta de
Koke que ni fue, y le sacó a amarilla. Como con el balón que da con la mano
Nuno Mendes arrebatándoselo por la puta cara a Gallagher, y que no quiso ver. Una auténtica
vergüenza todo. Un atracazo histórico. Otro más.
Para colmo de males, Oblak va a
sacar de puerta, le obstaculiza Mayuyu, interceptando el balón de forma ilegal,
el árbitro que deja seguir como si nada, y las posteriores protestas nos sirven
para expulsar a Lenglet porque le recrimino su vergonzosa inacción en
dicha acción. No le hacía falta tanta ayuda a la basura infecta del jeque ese,
pero no veas la de puntos que sumó el bueno de Kovacs para que le den otra
final de Champions, madre. Váyase usted a casa con la satisfacción de la labor
bien realizada, Caballero. La final del Mundial será suya. Escrito ha quedado.
Y aún así pudimos haber acortado
de nuevo el marcador, en una ocasión que falló Sorloth a puerta vacía y desde
el área pequeña, incomprensiblemente, tras fantástica asistencia de Llorente
(que también estuvo horrible el resto del encuentro, para qué no decirlo). Era
ya el minuto 81 de juego.
El partido acabó para que nos
diésemos cuenta de que el simpático Antoine sí que estaba en el terreno de
juego, facilitando una gran asistencia al tal Mayulu ese para que pusiese el
3-0 en el marcador. Pero siga sacando los 90 minutos al turista francés, señor
Don Diego Pablo Simeone. Siga siendo tan irritantemente previsible como su
equipo, con sus decisiones caprichosas, absurdas y, por momentos, demenciales. Siga permitiéndole, encima, que salga descojonándose del vestuario para disputar la segunda parte tras el esperpento ofrecido. Que no pasa nada, hombre.
El cuarto tanto vino en una mano
de Le Normand, que el árbitro señaló penalti en contra, poniendo el broche de
oro a su maravillosa manipulación toda la noche del juego, por llamarlo de
alguna forma, a un partido de fútbol que se disputó en una impresionante plaza de
toros, y en la que el espectáculo final resultó tan esperado, como irritante.
Vuelvan pronto, por favor. No tarden en hacerlo.
EL CRACK DEL PARTIDO:
Diré a Oblak porque no tiene culpa de nada, y diré a Julián Álvarez porque tampoco la tiene, más que la de seguir en este Club que como no le den unos compañeros medio decentes, y un sistema de juego en el que ande medio acompañado por los mismos y que no tenga que andar como un naúfrago en busca del balón perdido por ahí, terminará yéndose sin remisión posible. Luego, nos venden la moto de Mercenarios y demás, aquí paz, y después, mierda.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
El resto del Universo.
ÁRBITRO: Kovacs.
Me recordó por momentos al oficial nazi Amon Goeth en la sublime Lista de Schlinder que interpretó magisralmente Ralph Fiennes. El tipo este (por llamarlo de alguna forma) se dedicaba a fusilar judíos según estuviese de aburrido o no desde el balcón en donde residía en el campo de concentración que “dirigía” de Auschwitz. Fusil en mano, se cepillaba sin contemplaciones a cualquiera que le apeteciera, sin piedad alguna. Algo parecido nos hizo ayer Kovacs. Tarjeta en mano, amonestó a todo bicho viviente rojiblanco que veía, sin ton ni son, sin concesión alguna, mientras ni señalaba falta, por ejemplo, en una acción más que dudosa de Nuno Mendes cuando Giuliano marchaba solo de cara a la portería de Donnaruma. Nos impidió de todas formas y maneras posibles cualquier acción en la que pudiésemos pillar la más mínima ventaja, dejó a los jugadores contrarios hasta robarnos el balón con la mano desde el suelo, y por si todo esto fuese poco, lo que él no pudo contemplar, el VAR le dio el empujoncito final para que viese falta de Koke en la acción del gol del Juli, o la mano de Le Normand en el penalti que nos señaló. Así que lo dicho, la FIFA se hermanó con la UEFA, y sí, nos demostraron bien a las claras de qué bando están. Pobres imberbes ingenuos los que pensábamos que dicho torneo no iba a estar ensuciado o manipulado consecuentemente a su uso, antojo y desuso final. Porque he prometido a mis hermanos de grada hacer las 3 crónicas del torneo en cuestión, pero es para darse la vuelta, volverse e ignorar por completo esta nueva farsa creada por los de siempre, y para favorecer a los de siempre. Sobramos. Nuestra salud mental, nuestra dignidad, nuestra idiosincrasia y nuestro orgullo no merece ser pisoteado más. Disfruten de lo engendrado.
Con todo esto que os he contado, ya os podéis hacer a la
idea de las ganas que tengo que ver el próximo jueves al Atleti a las 12 de la
noche frente al Seattlet Sounders. ¿De verdad me van a obligar a hacerlo? “Poco a poco, me enamoré de ti. Poco a poco, Atleti de
Madrid” …