El que esperase ayer un partido
espectacular, con un fútbol de encaje de bolillos, seda, perfumado y
arlequinado todo, es que tiene un serio problema. El Getafe es lo que es,
maneja sus armas casi a la perfección, batalla y presiona de principio a fin, creen
en lo que hacen, y les importa un bledo lo que piense el resto de la gente. Y
conste que Bordalás tiene, si quiere, los mismos registros ofensivos que el que
más.
Aún recuerdo un glorioso Getafe
en el Metropolitano, frente a un heroico Atleti, en el que empatamos a 3,
jugando en inferioridad, pero que los de Bordalás hicieron un partido
espectacular de principio a fin, yendo a por nosotros sin cesar. Es decir, si tiene
mimbres, juega a una cosa, y si no, se adapta a lo que tiene, y conviene
recordar que este buen hombre empezó la Liga con solo 11 jugadores
profesionales inscritos en su plantilla, y mantiene al equipo (o le mantenía
hasta esta jornada) en séptima posición. ¿Conclusión? Cada uno juega como
quiere, puede o sabe, y los demás, a asumir tocan. Nosotros estamos
enamorados de nuestro “unocerismo” que tanto desquicia a nuestros rivales, y
andamos encantados de la vida cada vez que se produce dicho tanteador. No era
un partido, pues, para fútbol champlán, sino para salir vestido de militroncho,
directo al fango, y con el machete entre los dientes. Y, al menos, esa actitud
sí que se tuvo.
Si en este tipo de partidos, no
aprovechas alguna de las ocasiones claras que generes, date por jodido,
Hermano. Y el Atleti la tuvo a los 6 minutos de juego, tras un espectacular
centro de Koke al segundo palo, que remató de cabeza Nico González a bocajarro de cabeza
y completamente solo, Soria lo repelió como pudo, el rechace lo volvió a
rematar el jugador argentino, y Soria repelió con el pie de nuevo a córner. La
oportunidad fue clarísima, pero el guardameta local estuvo brillante.
En el minuto 14, malas noticias,
lesión de Llorente. Leía a peña en tuiter que la culpa era de Luis de la Fuente
(que ni siquiera le sacó los 2 partidos que jugó España enteros). Osea, que si
no se lo lleva, mal, y si lo hace, peor. Hay peña que anda de psiquiátrico
subido, vamos. Entró en su lugar Griezmann, y a partir de ese momento, el Cholo
realizó tal cantidad de cambios de posiciones y de esquema en los jugadores,
que a ver quién es el guapo que se atreve a enumerarlos todos, sin que se le
escape ninguno. Ya sabéis que yo estos temas los doy por perdidos, ni los
entiendo, ni hago ya por entender nada. Es imposible, además, poder seguir tal
vértigo de acciones. Desde luego, ayer Simeone dio un recital difícil de
olvidar.
El resto de este primer tiempo,
fue de guerrilla total, cuerpo a cuerpo sin piedad. El Geta presionó mucho, sí,
pero a Musso le vimos poco, y, la verdad, tampoco nosotros logramos que nuestro
juego fuese fluido y profundo. Dudo mucho que cualquier espectador neutral
continuase viendo el segundo periodo, y si es así, habría que darle la medalla
de oro al mérito deportivo, así que, con algún escarceo que otro de Griezmann,
fatalmente finalizados por el francés (cuando no le daba por estar directamente
en fuera de juego, vaya partidito que nos dio Antoine en este sentido, por Dios
Santo), nos fuimos con el resultado inicial al descanso.
La segunda parte me dio muy mala
espina su inicio. El Getafe, a ese estilo tan suyo entre embarullado y a
empujones, hubo momentos en que nos embotelló en nuestra propia área, pero la
muchachada supo mantener el tipo y tampoco es que lograsen una gran ocasión
siquiera para llevase el partido (exceptuando el larguerazo del final).
Y eso que empezó con un
remate al palo de Griezmann, aunque quiero recordar que andaba, para variar, en
fuera de juego final. En el 52, esta vez Don Antoine dejó el único detalle
técnico (o casi el único) para enmarcar del partido, al dejar un balón sutilmente de tacón
cuando se perdía el mismo por línea de fondo, hacia Barrios, pero Pableras dudó
si centrar o tirar, y con el Geta, dudas, las justas, o te comen.
En el histórico ya minuto 60
entraron los Cholo cambios, el ya mítico de Sorloth por Julián Álvarez, y esta
vez quitó a Koke (de más a menos durante el encuentro) y sacó a Raspadori, que
estuvo bullicioso, participativo, con ganas y que, a la postre, terminó
resultado decisivo.
En el 71, un remate ajustado y
desde fuera del área del italiano sacó de nuevo Soria desviando con una gran
mano poderosa. Por aquel entonces, Getafe y Atleti estaban ya retozando en
pleno fango, luchando de poder a poder, y al final, Baena se saca de la manga un
majestoso pase con el exterior de su pie hacia el desmarque de Raspa, éste pone
el pase de la muerte hacia el área pequeña en dónde se encontraba Grizzi
(sorprendentemente, en posición legal), Domingos Duarte que intenta bloquear el
balón, y al final se lo acaba metiendo en propia meta casi de tacón.
Obviamente, nunca va a ser el tanto de nuestras vidas, pero vale su peso en oro
igualmente para nuestros intereses, así que, para los excelsos ilustrados
getafenses que lloran por la fortuna o desgracia del mismo, que asuman que
también suele ser un tanto muy suyo producto del fútbol que realizan. Ya saben,
yo no critico, pero lecciones de ética futbolística, cero patatero pero de ni
Dios, vamos.
Posteriormente, Barrios tuvo otra
buena ocasión tras otra buena asistencia de Baena, que Soria volvió a atajar de
forma espléndida de nuevo, y la cosa acabó con el Geta volcado en nuestra área,
y con Arambarri, nuestro gran verdugo la temporada pasada, estrellando un balón
en el larguero de semichilena, tras tropecientos rechaces sin ton ni son dentro
de nuestra área, muy acorde con el desarrollo del encuentro en sí mismo, así
que, bien por mi equipo, porque no era partido ni para el lucimiento de nadie,
ni para filigranas guardiolescas, sino para sacarlo hacia adelante como fuese.
Y el que lo vea fácil, que vaya pasando por el Coliseum ese y nos cuente,
porque, o está dispuesto a dar barrigazos y dejarse la vida en cada acción,
o lo pasará mal, bastante mal. Guerra de guerrillas conseguida.
Árbitro: Cuadra Fernández.
Completamente desconcertante con
su criterio a la hora de sacar tarjetas, pero vamos, partiendo de la base de
que ninguno tiene un criterio definido, más que el de “sacarlas por tocar los
cojones, sin más pretensiones adicionales”, bueno está.
EL CRACK DEL PARTIDO:
Sin tener que realizar acciones
espectaculares, ni mucho menos, pero Musso me sigue pareciendo un suplente de
plenas garantías. De los demás me quedo con la clase de Alex Baena, la buena
aportación desde el banquillo de Raspadori, pero hoy este espacio tiene que
estar ocupado, por derecho propio, por Don Koke Resurreción … 700 partidos con
la Rojiblanca ya … ¡700! El dato es brutal hasta decir basta, me emociona por
completo y estoy convencido de que puede cascarse otros 100 más. Sea como
fuere, Capitán, Leyenda Activa, jugadorazo y ATLÉTICO por todos los poros de
sus pies. Siempre a sus pies, Don Koke.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Espantoso partido de Julián
Álvarez, que lleva ya unos cuantos desaparecido. Menos mal que los vamos
sacando según vamos pudiendo, pero necesitamos su mejor versión como el comer.
Simeone, aquí hay trabajo, y corre prisa el arreglarlo ya.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+ 3 GRADOS).
Este encuentro lo tenía marcado a
fuego vivo, y son 3 puntos siderales, así que, tiro la casa (una vez más) por
la ventana, y subidón de 3 gradacos para nuestro rojiblanco cuerpo. ¿Qué tal os
ha sentado, malditos?
EL C.
Esta vez no puedo hablaros del
Madrileño, porque como bien sabéis no disputaron su partido tras una
intoxicación alimenticia (igual les invitó Arbeloa a comer, vaya usted a
saber), así que el domingo por la mañana, y con ese frescor marino que
caracteriza Madrid en esta época del año, me fui a Majadahonda para ver al C
frente a los vecinos de Don Rubio, el Villaverde. Ganamos 5-1, aunque el
resultado fue tan abultado como engañoso (en el descanso íbamos 1-1).
De agradecer que el equipo
visitante desease jugar al fútbol sin ninguna otra arma más que el balón que
ruede y lo que sean capaces de hacerlo sobre el terreno de juego, basándose en su
fútbol desplegado. Hasta el 2-1 aguantaron bien, de hecho, y estuvo más que
igualado el encuentro.
Sin embargo, a partir de ese
tanteador, el C fue un vendaval al contragolpe (acuérdense la jornada anterior,
¡1-8 frente al Galapagar, que se dice pronto!), y terminó arrollando por
completo a los visitantes, demostrando también mucho más poderío físico. El
chico de moda en esta categoría se llama Jesús Barrios (otro nuevo gol y
asistencia al canto) y mucha gente ya suspira por verle con el Madrileño y
todo.
Sinceramente, discrepo por
completo de tal afirmación. Es evidente que el chaval es habilidoso como él
solo, tiene innatas cualidades técnicas, gol, clase y se maneja bien en el uno contra uno
… Pero que siga ahí, forjándose en la tercera madrileña, que le va a venir de
cine todo este tipo de experiencia.
Nada más. El miércoles nos visita el Inter, rival muy
complicado en el timo ese que es la Champions League. Si ganamos, espectacular
sobre todo por los egos de los jugadores, y el músculo que va a seguir
mostrando el Metropolitano, estadio ya temido en uno y otro confín, pero ya
saben cómo suele acabar siempre esto: llegaremos … hasta nos dejen. Y no les
mola mucho vernos demasiado lucir tipo por Europa…
“No importa lo que pase, no nos separarán” …
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