16 de diciembre de 2025

Atleti 2 - Valencia 1. Extraña resaca Rojiblanca.

 


Están siendo unos días muy melancólicos tirando a tristes para el que esto os escribe. Ya la semana pasada estuve de Tanatorio por la muerte de la madre de un compañero de trabajo, y está empezó con otra buena retahíla de fallecimientos, casi de forma consecutiva, de gente conocida o que realmente me importa.

En este caso, especialmente me afectó la muerte de Jorge, cantante y guitarrista de Ilegales. Todo un personaje que fue muy importante en mi juventud y que me marcó y me sentí plenamente identificado, tanto con su música con sus hilarantes letras y su peculiar forma de ser y pensar. Esa irreverencia y rebeldía era única. Aparte, pedazo de músico, que tocaba la guitarra como los ángeles.

 

Después vino lo de Robe Iniesta, líder de Extremoduro. Sinceramente, y aunque he escuchado bastantes canciones suyas (y algunas me gustan bastante), en este caso, no han sido grupo de referencia para mi persona, lo cual no significa absolutamente nada en su contra, ya que era un menda que sí que era ídolo total para mucha de la peña que conozco y que sé que lo ha sentido como si se tratase, inclusive, de un familiar suyo. Letrista excepcional, poeta urbano, seguidor del Atleti (como no puede ser de otra manera), en el descanso del partido del sábado el Atleti tuvo el precioso detalle de poner una foto suya con la rojiblanca puesta junto con Rosendo (hazte una analítica pero echando hostias, Hermano, no me jodas más), y que sonara a toda pastilla su tema “Si te vas". Fue emocionante ver cómo mucha gente se puso en pie a cantarla mientras sonaba, completamente emocionados, y cómo se les escuchaba de fondo en el estadio coreando la misma, como si estuviésemos en un mismo concierto de Extremoduro. Me impresionó cantidad, y llegué a emocionarme y todo. Homenaje sencillo, bonito y directo al corazón. “Si te vas, me quedo en esta calle sin salida”.

 

Pero las desgracias nunca vienen solas, y, finalmente, el tema se remató ya el mismo viernes, con el fallecimiento de una persona muy querida y respetada para mí, padre mi íntimo amigo Rafa, y del que os hablaré al finalizar esta "necrónica", más bien. El círculo se va estrechando cada vez más. Sé que es ley de vida, pero, en verdad, acojona, para qué nos vamos a engañar.

 

Menos mal que el martes el Atleti consiguió una trascendental victoria en CHL en Eindhoven,  en un partido precioso de contemplar, con muchas luces, pero también con las sombras de siempre que nos persiguen, pero que logramos finalmente sacar hacia adelante.

 

Así que, con estos condicionantes ya pasamos al partido del sábado, en medio de un ambiente prenavideño precioso, aderezado con un tifo de la muchachada del Frente sencillamente genial. Sin embargo, la otra muchachada, la del Cholo, no estaba muy por labor, y salió al campo más resacoso del martes que yo de cualquier comida o cena que se precie con mis Hermanos de grada.

 

La torrija comenzó en el minuto 1, protagonizada por  Giuliano Simeone, que cedió el balón incomprensiblemente hacia Hugo Duro, el cual no supo aprovechar tan fantástica asistencia en el mano a mano con Oblak, estrellando el balón en el larguero.

 

Sinceramente, el Valencia no justificó en ningún momento su posición en la tabla. Fue un equipo valiente, decidido, nos dominó durante buena parte del encuentro de cabo a rabo, y porque adelante pues tienen poco que ofrecer, y menos claridad de ideas a la hora de intentar crear peligro de verdad, si no, puede que este partido no se les hubiese escapado nunca.

 

A los 13 minutos dimos nuestra primera señal de vida, en un balón que Don Pablo Barrios puso en profundidad a Sorloth, pero que el noruego no acertó a superar a Agirrezabala.

 

A los 18 llegó el primer tanto nuestro, tras la salida de un córner, el cual remató Nico, despejó de nuevo el guardameta valencianista, pero el rechace final le cayó a Kokinho, el cual, entre un mar de piernas de todos los colores, supo colocar el balón justo donde no había ninguna, ajustada al palo contrario. Un gol de golpe de taco de mesa de billar. Tac, y el primer tanto en la buchaca rojiblanca.

 

Sin embargo, en realidad este gol cambió poco el guión. El Atleti continuó entre apático y holgazán, y el Valencia nos seguía presionando con la misma intensidad. Me comentaba mi hermano en la tertulia futbolera del domingo en la sobremesa, que “si el Valencia presiona siempre así”, y yo le contesté que eso es problema de la afición del Valencia, en todo caso, y exigirles el por qué cojones no juegan fuera de casa siempre igual y con la misma intensidad. Nuestro problema es superar a nuestros rivales siempre, y presuponer que van a estar en su mejor versión. Y esto es así desde que mi padre y mi madre eran novios, vamos. Lo demás son ganas de excusarse en las bagatelas de siempre.

 

En el 35, fruto de ese buen trabajo ché, vino el supuesto tanto del empate, el cual me pareció legal en el campo, pero que, tras ver la repetición desde la pequeña tontalla, fue finalmente claro fuera de juego de Hugo Duro, así que el tanto de Pepelu, después de 14 h. de deliberación de la chusma del VAR, se anuló finalmente.

 

Menos mal que en defensa estuvo en plan baluarte total Marc Pubill, porque él solito se encargó de mantener a raya a todo el equipo valenciano con sus buenas intercepciones de balón, su excelente colocación en el campo y su buen hacer defensivo, y hasta me atrevería a decir que ofensivo. Con este 1-0 final, y entre bostezo y bostezo, nos fuimos al descanso.

 

El segundo tiempo fue aún más espantoso que el primero, aunque empezó con una gran ovación tras anunciarse el primer cambio por parte del Cholo. Salió Le Normand por Molina. Y no. No es que el francés despierte demasiado entusiasmo entre el personal (no me incluyo entre ellos, por cierto, le tengo bastante fe al sucedáneo de franchute). Tampoco es que Nahuel se le quisiera dar un especial reconocimiento tras su “brillante” primer tiempo con que nos obsequió el chaval (vuelta a las andadas, pases al contrario sin ton ni son, balones en profundidad al limbo, colocación nefasta en el campo, por no saber, nos demostró que tampoco tiene claro cómo se saca de banda, vamos). Se aplaudió y vitoreó el cambio en si mismo. Saquen  todos ustedes sus propias conclusiones. ¡Al fin! (exclamaba el populacho enfervorecido).

 

Y entre el correteo absurdo de aquí para allá de Julián, los resbalones de Barrios, y la inoperancia total local, se produjo lo que tenía que pasar, el empate, en una gran acción colectiva atacante del Valencia, que hizo que Lucas Beltrán metiese todo un señor golazo desde fuera del área en el minuto 63, ya sin Julián ni Barrios, encima, y con el inoperante Gallagher y el paseante turista francés en el campo. ¿Qué podía pasar mal? Absolutamente todo.

 

Y, sin embargo, lo que son las cosas del fútbol, no fue así. El turista francés se disfrazó de prestidigitador del balón en el minuto 74, recibió una gran asistencia de Pubill previa, bajó un balón de forma increíble, y remachó el balón a la media vuelta clavando un golazo sencillamente de bandera, un tanto por el que mereció la pena ayer, al final, haber ido al partido. La bofetada que recibimos los escépticos ante las cualidades hoy en día de Antoine, sonó hasta en Sebastopol, ¿Conclusión? No tenemos ni puta idea de fútbol, cada día lo veo más claro.


Tres minutos más tarde, otra asistencia de Pubill sobre Sorloth se convirtió en gol, pero era evidente que estaba en fuera de juego, por más que mi compañero de grada Manolo se empeñase en que su situación era legal (esos bocatas de calamares que se me mete el menda entre pecho y espalda es lo que tienen, nublan la vista y el sentido por completo).

 

De ahí hasta el final del partido, nuestra buena ración diaria de sufrimiento sumun, pero al final los 3 puntos se quedaron en el Metropolitano, que fue lo importante. Así que al final la resaca rojiblanca, resultó dulce para nuestros intereses. Aunque extraña. No tenía la alegría de antaño, qué le vamos a hacer.

 Árbitro: Soto Grande.

Da igual en qué momento de qué partido o de qué competición leáis esto referente a ese individuo en cuestión: este árbitro es una mala persona, ganamos siempre a pesar de su insistencia en complicarnos la vida, y encima es malo como la carne del pescuezo. Un ser deleznable, ruin y  mísero como otro cualquiera.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Decisiva la Vieja Guardia, con Koke y Griezmann a los mandos, Sorloth parece que puede ser un jugador que sume de vez en cuando, ahora que parecen que le andan dando más confianza, pero me quedo con el partidazo que se marcó Pubill. Es rápido, decidido, valiente y sabe que la pelotita es redonda y tal. En este caso en concreto, chapó para el Cholo, por estar puliendo el auténtico potencial que hay en el jugador, y al propio Marc, claro, por tener la paciencia que otros no estamos sabiendo tener en relación a su no participación en más encuentros. Él lo tiene claro, confía en su entrenador a muerte, sabe lo que quiere, y tiene pinta de que lo va a conseguir, además. Este es un auténtico diamante en bruto, y lo demás son tonterías, canallas.

 

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

De Molina ya no voy a decir mucho. Es lo que es y ya está. Pero Julián Álvarez está en un momento completamente obtuso en su carrera. Desubicado, fue una constante máquina de perder balones sin ton ni son. Gallagher también me está resultando una gran decepción, por muy guay que me caiga el menda, y Almada, de momento, me está pareciendo un Juradito de la vida. Fuegos artificiales, sin más.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (-3 GRADOS).

El bochornoso espectáculo ofrecido ante el peor Bilbao de su historia, trae consecuencias, como no puede ser de otra forma, con bajada de 3 grados cono 3 soles de grandes. Que anda uno muy hartito del “no rendimiento” de la linda muchachada fuera de casa. En cuanto al partido del Valencia, por supuesto, de obligado cumplimiento, así que así están las cosas, y así se las andamos contando. A la mínima sonrisa que esboza uno con este asunto, viene batacazo continuo a continuación. Nada, en negativos que andamos, y así tenemos todos clarinete cómo nos encontramos en la realidad.

 

EL MADRILEÑO.

Nueva victoria del Madrileño en nuestro fortín de Alcalá, en un partido bastante entretenido, en el que tuvimos, probablemente, las mejores ocasiones, pero que el Sevilla Atlético fue de menos a más y al final también tuvo sus opciones de haber empatado el mismo.

 

Nos adelantamos en el marcador en el minuto 18 de juego, en una genial maniobra individual del argentino Belloti, que terminó remachando a la escuadra tras brillante reverso individual, si bien, eso sí, nada más comenzar el encuentro, la tuvo el Sevilla Atlético en una acción de un tal Ibra que repelió el larguero.

 

El resto del primer tiempo controlamos y dominamos el juego por igual, y tuvimos muchas más acciones para batir de nuevo la portería hispalense. Antes Boñar y luego Cubo, el cual por milímetros no llegó a una gran acción en la que solo faltaba remachar a la red el pase de la muerte de los rojiblancos, aunque, para finalizar este primer tiempo, quien la tuvo clarísima fueron los sevillanos de nuevo, en un cabezazo del plasta este del Ibra que mandó fuera de forma incomprensible cuando se encontraba solo dentro del área pequeña.

 

En la segunda parte, como ya os he comentado, el duelo fue más toma y daca, y hubo clarísimas ocasiones por ambos bandos. En el nuestro, tuvo una doble Belloti que era más fácil de anotar que la consiguió transformar en el primer periodo. Pero el Sevilla tuvo una buena internada de Ibra que acabaron pidiendo penalti cuando era el propio jugador hispalense el que casi deja en gayumbos a Dani Martínez. Ya en las postrimerías del encuentro, el bullicioso Isra tuvo el empate sí o también, pero su lanzamiento final se estrelló en el palo,

 

Así que victoria justa, y el sábado que viene, a Sabadell, en lo que va a ser (espero) un partidazo de categoría.

 

Poco más. Este miércoles, Copa del Rey, la cual ya sabemos la ilusión que nos hace a todos la disputa de dicho torneo. Sé que no lo vamos a pasar bien en Baleares, pero todo lo que no sea pasar … Prefiero ni pensarlo.

 

Hasta siempre, Don Ezequiel, Atlético de Pro.

A Don Ezequiel le he conocido desde hace ya un buen puñado de años. Casi media vida mía aproximadamente. Para más señas, os ando hablando del padre de mi íntimo amigo Rafita, con el que, probablemente, siempre he pasado los mejores y más divertidos pasajes de mi existencia. Patriarca de Atléticos por los cuatro costados, era un hombre afable, amable y noble donde los haya. Una persona encantadora, de esas que siempre te saluda con una sonrisa en la boca, de las que jamás te deja osar pagar nada en su presencia, y te invita a lo que desees sin mayor complicación alguna.

 

Gran conversador, he tenido la suerte con él también de haber vivido juntos hasta en grada partidos del Atlet en el Calderón, compartido alguna que otra fantástica previa, y haber disfrutado de su compañía y alegría como con pocas personas he solido hacer.

 

No sé. Quizás sea la ausencia de una figura propia paternal en mi vida, pero siempre he tenido a  bien el saludarle, preguntarle qué tal iba o cómo andaba cada vez que, en cualquier mañana de cualquier día, le veía desayunando en la terraza de sus bares favoritos en Carabanchel. Le sentía un poco mío, y, sinceramente, me ha dado muchísima pena su marcha, porque es un hombre que tengo la impresión de lo que lo ha hecho todo cojonudamente bien en su vida, y ha recogido lo sembrado casado con una estupenda señora, y con 2 hij@s a cual más simpático, agradable y jovial.

 

Así que, sirva esta reseña en mi crónica para que sepa usted, Don Ezequiel, que no le olvidaré jamás, que seguiré buscándole por esas plazas de Carabanchel por si tengo la fortuna de verle de nuevo y poder discutir con usted el devenir de este puñetero Atleti de nuestras entretelas, de cómo lleva lo de haber tenido que dejar el puñetero tabaco (“no me lo quito de la cabeza nunca”, me confesaba con resignación cristiana) o si sabía algo de las andanzas de Rafita, que hacía ya mucho tiempo que no le veía.

 

Si alguien me preguntara cómo es una buena persona en realidad, y no encontrase palabras para poder expresar lo que deseo, si le viese en ese momento por la calle, le señalaría, y diría sin dudarlo …”Él. Una buena persona es Él. Don Ezequiel, sin duda alguna”.

 

Sirva como homenaje, pues, estas letras en su honor, y esa bufanda Vintage que hemos querido mi cachorrín David (al cuál también sé que apreciaba un montón) y servidor, que se lleve usted a lo más alto de ese tercer anfiteatro, poblada de tanto y tan buenos Atlétic@s como vos. Hasta siempre, Don Ezequiel, Atlético de Pro.

 



3 de diciembre de 2025

Barcelona 3 - Atleti 1. Realidad desvirtuada.

 

A veces, nos hacemos ideas preconcebidas porque es lo que esperamos realmente que pase, debido a malas experiencias anteriores y demás. Determinada persona nos falla en algo, porque suele ser su comportamiento habitual, y ya, al siguiente más mínimo tropiezo, vamos a por él sin piedad, sin importarnos ni analizar realmente lo que pasó en realidad. Y en esto del fútbol, especialmente, pasa mucho. Si las cosas se desarrollan bajo el guión que nos hemos creado en nuestra propia conciencia, nos enfadamos de nuevo, nos cargamos de razón, y soltamos nuestra buena ración de improperios sin ton ni son. Sin embargo, si sucede algo imprevisto, aunque nos pueda beneficiar y todo a pesar de nuestro negativo pensamiento, parece que nos jode, aunque el gran beneficiado sea nuestro propio club, y somos incapaces de dar nuestro brazo a torcer. Mal asunto cuando las cosas andan así, y no somos capaces de rectificar realidades desvirtuadas. 

 

Por ejemplo, tenemos una idea preconcebida de tal o cual jugador, que ya no le pasamos ni una, y no dejamos de analizarle-martirizarle con lupa, y ya nadie nos saca de esa linde, le hemos cogido manía y fuera. Por supuesto, esto es también extensible a la forma de jugar de tal equipo, o la de plantear los encuentros de cual entrenador.

 

Les pongo dos ejemplos tras el partido de ayer. “Molina es un paquete”. Pues sí. Seguramente lo es. Ya os he contado en infinidad de ocasiones que es un esperpéntico defensor, y que, su banda, a veces, parece la calle Preciados en el entrañable puente de los paletos este que se nos aproxima a la voz de ya. Todo eso es cierto. Pero ayer no lo fue, y es injusto no analizar su partido como merece. Dio un gran pase de gol a Baena, y estuvo incisivo y trabajador durante toda la noche, y, desde luego, ni mucho menos fue el culpable de la derrota de ayer, más bien al contrario. Realizó un partido bastante más que potable.

 

Esto mismo se puede decir del Cholo, y sus planteamientos “cagones”. Pues sí, es verdad. En excesivas ocasiones ese pasito para atrás que tanto le gusta dar nos ha costado puntos, partidos y disgustos. Pero hombre, decir que Simeone fue ayer cagón cuando en la segunda parte estaban, a la vez, sobre el terreno de juego, tíos como Almada, Julián Álvarez, Griezmann y Sorloth, sumando los dos laterales que fueron prácticamente extremos, y habiendo tenido en el campo a otros pibes como Nico, Baena y el propio Cardoso, qué quieren que les diga, un menda que emplea estos recursos durante un partido, será muchas cosas, pero, ayer en concreto, de reservón nada, monada. Otra cosa es que dichos recursos son lo que son. Y aquí, precisamente, es dónde debe de empezar a tomar nota desde ya el bueno de Mateu Alemany.

 

Un último apunte sobre estos pensamientos “preconcebidos” que tenemos todos. Flick (probablemente, el entrenador más ofensivo que pisa ahora mismo un terreno de juego, y con mucha diferencia) en el tramo final del encuentro, quitó a Yamine Yamal (jugador supuestamente franquicia, aunque en justicia el franquicia es Pedri) y sacó a Christensen, defensa central. Nadie ha dicho ni mu al respecto.

 

Sin embargo, si a Don Diego Pablo, jugando en el Metropolitano frente al propio Barcelona, con 2-1 en el marcador, quita a Julián por sacar a Le Normand, los suicidios (empezando por mi mismo, probablemente) serían colectivos. Y es que, en demasiadas ocasiones, solo vemos lo que queremos ver, y esto siempre genera injusticias.

 

Independientemente del resultado, a mi ayer me pareció un gran partido del fútbol, los míos lo dieron todo en el campo, soportaron el vendaval blaugrana como pudieron como le pasa al más pintado cuando ese equipo se pone por detrás en el marcador, y embotellaron al final al rival, que acabó pidiendo la hora como el que más, encerrado en su área. Y no. Yo a los míos no les pido más que eso: personalidad, carácter y valentía. Luego ya calidad no depende ni de ellos, ni del propio entrenador. Tiene la que hay, y punto. Para lo bueno, y para lo menos bueno.

 

La primera parte tuvo el guión esperado y que, sorprendentemente, se anda repitiendo desde la llegada de Flick al Barcelona. El Atleti sale pletórico, exultante, dominante, presionante y con decisión. Como si no le asustase nada el envite ni con quién se enfrentan realmente. Y eso que, los planes del Cholo se le empezaron a estropear a los 5 minutos de partido, cuando, en un balón disputado por alto de Cardoso, este se resintió de su lesión, y aunque posteriormente intentó continuar sobre el terreno de juego, al final se tuvo que rendir y dejar su puesto a un Koke, que jamás logró pillar el tiempo del encuentro.

 

A mi me aseguraron en su día que este muchacho se le fichó lesionado del Betis, y que, por más que se le está intentando recuperar, no termina de cuajar el tema. Dios quiera y que me equivoque, pero se le está poniendo al mozo una cara de Vitolo preocupante. Dicho esto, me resulta bastante aún más decepcionante que hoy en día, y con los medios médicos que hay, nos puedan continuar metiendo pufos así. De confirmarse dicha circunstancia, deberían de rodar alguna que otra cabeza.

 


El Atleti tenía claro cómo atacar al sistema del Barcelona: balón cruzado cambiando de orientación el juego hacia el virtuoso Baena, que, hoy por hoy, es nuestro jugador más desequilibrante y auténtica franquicia que tenemos, máxime el rendimiento de otros compañeros suyos en la jornada de ayer.

 

Asi pues, a los 20, llegó el primer tanto, en un gran pase en largo cruzado de Molina sobre, de nuevo, el desmarque de Baena, majestuosa conducción del balón del almeriense en velocidad, y magistral definición del tanto ante la salida de Joan García, con un "tac" selecto y sublime. 0-1, y era el broche más que justo a lo bien que estaba jugando el equipo.

 

Pero, y como pasó también en anteriores ocasiones, el Barcelona parece enloquecer ante tal adversidad, y se convierte en un torbellino de fútbol que no sabemos cómo contener. Lamine se agiganta, Pedri está en todas partes, y Raphinha se convierte, una vez más, en nuestra peor pesadilla. Si encima, su pareja de baile, que esta ocasión era el desecho este del Lenglet, en vez de intentar encimar al jugador, se aleja más de él, para qué os quiero contar. Y no. La culpa no de Oblak en salirle a tapar el uno contra uno. La culpa es precisamente del que no lo ha hecho, como ya os he relatado antes. Empate en el marcador, y el infierno no ha hecho sino comenzar.

 

Nos costó superar dicha situación, pero, a la media hora de juego, dimos de nuevo señales de vida, en otro mano a mano de Baena, aprovechándose de un regalito en forma de espantoso despeje de Cubarsí, pero no logró deshacerse de la salida de Joan García en esta ocasión.

 

4 minutos más tarde, llegó la acción del quizás riguroso penalti de Pableras sobre Dani Olmo, que el bueno de Lewandowski decidió mandar el balón a Polonia (la suya, la del más al norte) ante el estupor de propios y extraños.

 

En el 38, llegó una de las mejores paradas que yo he contemplado a un portero en mi vida, en un remate a bocajarro del propio Lewandoski de cabeza, haciendo que el balón, encima, botara previamente, y que Jan sacó con una mano imperial que nadie más que Dios, y él, supieron como logró atajar dicho remate.

 

Y el primer tiempo acabó con una amarilla de Gerard Martín sobre Giulano, en casi la única acción que le vimos ofensivamente al argentino (para bien, claro está). ¿Conclusión? Partido disputado de poder a poder, con alternancias en el desarrollo del mismo, en el que el Barsa demuestra su músculo, sí, pero el Atleti también, reitero, teniendo en cuenta los recursos empleados, por el uno, y por el otro.

 

La Segunda parte estuvo mucho más igualada, si cabe, con los dos equipos presionando como posesos por cada balón que rondaba el centro del campo, lo cual, lógicamente, dio lugar a bastantes imprecisiones en ambas escuadras.

 

En el minuto 52, se vio el único aderezo posible de jugador desequilibrante que tuvo Julián Álvarez, en un balón imposible que intentó picar de vaselina ante la atenta mirada de Joan García, que terminó atajando el balón sin mayores complicaciones. Mucho efectista, nada efectivo.

 

Un minuto más tarde, perdonó Raphinha el tanto en un balón que le puso casi para empujar Lamine, pero su remate salió cruzado en exceso. En el 54, esta vez, oportunidad para nosotros, en una gran asistencia de Julián sobre Giuliano, éste pensó una cosa, ejecutó otra, y al final, ni centro, ni remate, ni nada, cuando lo tenía todo para haber creado algo mucho más productivo.

 

En el 61, otra jugada clave para nuestros intereses, en forma de nueva lesión, esta vez  de Baena. Y esta, desgraciadamente, sí que sí, no es una baja cualquiera, ni mucho menos. Aprovechó para quitar también a Giuliano y sacar a Sorloth.

 

Justo a continuación, el 2-1 de Dani Olmo, en un pase que logró filtrar Lewandowski cuando le estaban encimando Giménez y Lenglet al unísono. Sinceramente, dicha acción no sé si dice mucho del polaco, o muy poquito de nuestros centrales.

 

El resto de la segunda parte fue un monólogo del Atleti, que dominó casi por completo al Barcelona, pero que no tuvo la claridad de ideas necesaria para poder siquiera empatar el encuentro.

 

En el 75, el Cholo sustituyó a Koke (que estaba mal y completamente sobrepasado, bien es cierto) por Griezmann, y el francés se dedicó a pasearse de nuevo, enfangar nuestro juego y privarnos de segundas oportunidades por la subnormalidad profunda que le ha dado ahora por vivir en fuera de juego permanente. ¿Qué más se puede pedir a un jugador? De vergüenza ajena.

 

Y, aún así, Almada, en el 80, tuvo el empate, esta vez sí que sí, en una brillante acción inicial individual, que se terminó llenando de balón, y cuando remató a puerta vacía, su disparo se le marchó lastimosamente muy desviado sobre la portería del guardameta blaugrana.


El Barcelona, como ya comenté, acabó embotellado en su área, y esto produjo finalmente el tercer tanto en el marcador a su favor, debido a que el Atleti andaba volcado ya sobre la portería blaugrana, obra de Ferrán, ese jugador que permanentemente anda reclamando algo al mundo ¿?

 

Así que, todos esos comentarios posteriores que he escuchado de grandes sabios contertulios radiofónicos, diciendo que si el Atleti se había echado para atrás, de que si el Cholo patatín, y patatán, oigan, que si lo de siempre, todo esto que les estoy intentando relatar a mi no me lo parece ni de cachondeo, vamos. Lo que pasa es que somos muy proactivos a pensar siempre lo que nos interesa, para cargarnos de razón en nuestros argumentos, y no dudo que en muchas ocasiones pueden que la lleven (o la llevemos), pero ayer … No. Ayer, decididamente, no fue así, y es faltar a la realidad. Esa realidad desvirtuada.

 

Árbitro: De Burgos Bengoetxea.

Ya sé que me vais a dar palos hasta en el DNI, pero el penalti de Barrios me pareció penalti, la entrada de Gerard Martín sobre Giuliano era amarilla, y no roja, y no tuvo mayor trascendencia alguna en el resultado final, así que buen arbitraje el suyo. A llorar, a la llorería.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Gran partido de Molina (y no, no ando dándole al pimple en estos mismos momentos) pero el mejor fue Don Alex Baena, y con diferencia. Más nos vale que su lesión no sea nada al final …

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Muy decepcionante Giuliano y especialmente Julián Álvarez. Actitud les sobra, y lo sé, pero aptitud, ayer, les faltó, y mucha. Y Simeone Junior está en época de crecimiento, pero Julián, no. Ahora mismo le anda pasando como un avión Baena por encima. O el Cholo deja de hacerle currar de esa manera, corriendo de un lado a otro como un pollo sin cabeza detrás del balón, o no preveo nada bueno en el horizonte. Vive en un estado de ansiedad permanente, y así es imposible. Y lo vengo advirtiendo ya jornadas atrás. Luego está la colección de despojos que tenemos, claro. Los Sorloth, el Griezmann de hoy en día, el señor Lenglet, y Gallagher, que se está uniendo también al Club peligrosamente. Pues a pesar de todos estos condicionantes, hicimos buen partido y todo. Que sí, que el Cholo … Venga, va …

 

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (0 GRADOS).

Hablando de realidades desvirtuadas, el Termómetro es el Rey de la sinrazón posible, por lo que consideraba que estos 3 puntos eran de obligado cumplimiento, y ha decidido bajar, con excelente criterio, como no podía ser de otra manera, los 3 grados positivos que teníamos, y dejarlo en cero patatero. No queremos ni olvido, ni perdón.

 

Y el próximo finde, otro partido fuera, y complicado, por más que este año el Bilbao parece más el Barakaldo que otra cosa. Otra derrota consecutiva fuera de casa volverían a disparar alarmas que estaban apagadas en estos últimos 6 partidos anteriores. Cuidado, pues …”Solo hay un Atleti, y es el de Madrid” …

 



1 de diciembre de 2025

Atleti 2 - Oviedo 0. El Atleti estrena funcionariado.

 

Uno de los partidos más sencillote que le recuerdo al Atleti en bastante tiempo. Le bastó con realizar una primera media hora bastante más que aceptable, para sentenciar el encuentro sin mayor complicación. Luego se dedicó a sestear, a controlar y a trabajar en servicios mínimos, tal y como hace buena parte del funcionariado de este país. Ahora le toca una desquiciada racha de partidos durísimos, y con el agravante, encima, de tener que disputarlos fuera de casa. Esperemos que no se coja vacaciones hasta después de Reyes, a imagen y semejanza de algún que otro desalmado funcionario que conozco por ahí.

 



Por otro lado, he notado cierta polémica que se ha montado en ese estercolero que se llama tuiter, porque algunos no han entendido algún que otro determinado cántico dedicado al "simpático" equipo ovetense, desde el Fondo Sur del Calderón (y sí, empleo a la perfección el término, en este caso). Partiendo de la base de que cuando echa a rodar el balón sobre el terreno de juego no soy partidario de ningún tipo de hermanamiento contra ningún rival oponente, con éste, encima, había bastantes cuentas pendientes, principalmente debido a cuando se descojonaron vivo por y de nuestro descenso a segunda, con muchos miembros del Frente que estuvimos presentes en Oviedo. Bien, lo entiendo. Eso es fútbol, es grada, nada que reprocharles, aunque, obviamente, el que siembra, recoge y tiene que asumir también su parte de la cosecha. Yo lloré un par de años. Ellos, veinticinco. Lo siento, es lo que hay. Y el que no se entere, es que eso … No se ha enterado de nada. Así que sí …Cuéntame, cómo te ha ido” …

 

La primera parte el Atleti salió como nos tiene acostumbrados: eléctrico, decidido y presionante. El Cholo hizo hasta 7 cambios después del esfuerzo del día del Inter, mientras que el Oviedo salió medio temeroso tanto del rival como del escenario en que se encontraba.

 

El desconcertante Sorloth tuvo la primera, en un mano a mano a los 7 minutos con Escandell que sacó el guardameta ovetense como pudo. El noruego mezcló buenos desmarques y movimientos en posiciones ofensivas con esa habitual apatía que luego mezcla en otras ocasiones.

 

A los 13 la tuvo de nuevo el Salmones, pero este hombre de cabeza es la nulidad más absoluta que conozco, y su vulgar remate se fue por encima de la portería visitante.

 

Dos minutos más tarde, esta vez sí, de nuevo Sorloth remachó una extraordinaria acción colectiva de nuestro lado atacante izquierdo, creada por Baena, prolongada por Hancko y remachada finalmente por el noruego, que estaba dónde tiene que estar un nueve de verdad, atento y remachando a puerta vacía.

 

Con este nuevo tanto, parece ser que somos el primer equipo en toda la historia de la liga que hemos comenzado adelantándonos en las primeras 14 jornadas ligueras de forma consecutiva en el marcador. No es que me parezca que sea una cosa como para irme a Neptuno y tal, pero sí da a entender que la muchachada sale siempre enchufada y a tope para afrontar los partidos ligueros, así que, como es un dato que suma, pues bienvenido sea dicho récord.

 

A los 20 minutos, de nuevo el omnipresente Sorloth se sacó un impresionante zambombazo de los suyos que pasó muy cerca de la portería de Escandell.

 

Tres minutos más tarde, Nahuel Molina puso un gran centro hacia el área sobre Griezmann, pero Diosito no llegó a conectar su pie con el balón. Y en el 25, cayó el segundo, de nuevo de Sorloth, en otra buena asistencia del incisivo Hancko, que remató tras comerle la tostada al defensor astur. 2-0, y el partido ya quedó visto para sentencia.

 

Intentó reaccionar algo el Oviedo, pero sus remates morían inocentemente en las manos de Oblak, que reapareció de nuevo tras su lesión. El Atleti bajó el pedal del acelerador, y con este resultado nos fuimos al descanso.

 

La segunda parte, como ya os he contado, el Atleti se puso el disfraz de "funcionato barato", y a economizar esfuerzos tocan, que vienen jornadas de mucho más que curro, diría yo. Jornadas en las que nos jugamos la ilusión, nuestra capacidad para seguir soñando y peleando hasta el final, que es, ni más ni menos, lo que servidora siempre exige. La muchachada se echó para atrás sus 6 metros de rigor, y se limitó a poner sellos a los pobres ovetenses que intentaron crear algo de peligro: "Prohibido pasar, siguiente ventanilla", "Prohibido pasar, siguiente ventanilla", "Prohibido pasar, siguiente ventanilla".

De hecho, el Cholo quitó al espléndido Baena, y saco a Giuliano en su lugar previamente al inicio de esta segunda parte, que resultó monótona, aburrida y, hasta por momentos, algo cansina de contemplar.

 

Obviamente, los asturianos tuvieron más el balón, pero fue más un acto consentido por nuestra parte, que la generación de un peligro real en sí.

 

En el minuto 60, esta vez se tornaron las tornas, y fue Julián Álvarez el que salió a darse un paseo, sustituyendo al siempre de por sí malhumorado Sorloth (que ni le gusta salir en el 60, ni tampoco que le quiten en dicho minuto, vaya por Dios) mientras que Barrios sustituyó al apagado Antoine.

 

En el 74 tuvo un gol hecho Julián Álvarez, pero terminó definiendo mal y alto, tras una buena contra protagonizada por Giuliano. Y ya en las postrimerías del encuentro, un buen chutazo de Gallagher que rechazó el portero, otra buena de Giuliano que definió fatal, y colorín colorado, este día en el Ministerio se ha acabado. Buena victoria que nos mete de lleno en la lucha por el Campeonato Nacional Liguero, tránsito necesario para las emociones fuertes que se avecinan. El funcionariado, al fin, se tiene que poner a trabajar.

 

Árbitro: García Verdura.

Sin complicaciones, intento no dar por culito con faltas absurdas y manejó a la perfección el encuentro. Más arbitrajes así, por favor.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Muy bien Pubill en su primer partido como titular, gran partido de Hancko (especialmente en su pletórico primer tiempo), excelso Baena, que se me antoja completamente imprescindible para el Rock and  Roll, y buen primer tiempo también de Sorloth, con sus dos tantos conseguidos y sus buenos movimientos atacantes. Así que, si tengo que elegir, me quedo con éste Alex …



LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Parece que el  más que merecido escarmiento que le ha dado Simeone a Lenglet está surgiendo su efecto, aunque, ojo avizor con este tema. No me fio ya un pelo del francés.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+ 3 GRADOS).

Partido de obligado cumplimiento, así que, no se mueve.

 

EL MADRILEÑO:

Nueva fantástica victoria de nuestro filial, esta vez conseguida gracias a un impecable segundo periodo, en  el que los turolenses se vieron completamente desbordados ante el juego vertical, fulgurante y eficaz de nuestros chavales, tras un primer tiempo que fue más de dominio visitante que otra cosa.

 

Nada más comenzar este segundo periodo, Cubo (de qué me suena a mi este nombre) se aprovechó de un mal despeje de un defensa, tras un balón en profundidad, del Teruel, leyó perfectamente la posibilidad del fallo del mismo, pilló el balón, encaró al guardameta visitante y de duro y certero latigazo al primer palo sorprendió al bueno del portero, el cual probablemente estaba esperando un remate cruzado del mismo.

 

Apenas instantes más tarde, le tocó el turno a Rayane (el más diferente y diferencial de nuestros jugadores, tiene clase para dar y tomar), rematando un balón desde el borde del área ajustándolo al palo contrario.

 

A partir de ahí, el Teruel se esfumó y el Madrileño controló, mandó y templó cuando y cómo quiso. Poco más ya del 64 de juego, nuestro jugador más en forma (y más cotizado) actualmente, Arnau, se aprovechó de una genialidad en forma de asistencia de Rayane de nuevo, que le dejó solo al propio Arnau y batió con completa solvencia en el mano a mano frente al portero. 3-0, coser y cantar. Así que todo esto conlleva que los chavales están líderes (ojo, con un partido menos) y hasta, por primera vez en mucho tiempo, tuvo apoyo incondicional desde un fondo en un partido normal de Liga, gracias a la iniciativa de la gente de “Adictos ATM” que animaron incondicionalmente y sin parar al equipo. Es un espaldarazo cojonudo este movimiento originado, al cual, siempre que pueda, por descontado, apoyaré con el mayor de los entusiasmos y devoción.

 


Se acabó. Mañana empieza el Tourmalet de verdad, frente al Barcelona. Primera gran prueba de fuego para ver lo que realmente queremos ser, dónde estamos y a dónde deseamos ir … “Peleas como el mejor”




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